OBITUARIO #41

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William Burroughs 1914-1997


WILL HILL Charlotte abrió los OjOs. El termómetro marcaba la temperatura sobre la dosis de ¿Tiempo? que Lenta, paciente y cautelosamente depositaba en sus Manos unas pocas horas de calor, sobre el Frío halo amarillo. Su presencia en la habitación Era incierta. Mucho. La droga era un modo de Vida. Sin ella las mañanas estaban enfermas. Como si empezaran los momentos a moverse.

¿Quieres ver la habitación? Habla Parece relajarse en cuanto cruza el umbral, como si mi cuarto fuese un territorio menos HostiL. Admira el cuadro o al menos lo finge. Y, curiosamente, ya no me parece que esté tan mal como me había parecido ayer tarde. —Es fantástico Dice, con las manos en los bolsillos traseros de los vaqueros. Echo un vistazo al cuarto y lo veo con los ojos de un desconocido. La cama con el edredón blanco y lavanda que me traje de Nueva York, los estantes con juegos a los que ya no juego, la mesita de noche llena de libros y el suelo también. LA LITERATURA MATA MUJERES. El brazo azul. Soy una melancólica que ama.


El sol sale por encima de Will Hill e ilumina los bosques y pastizales cubiertos de nieve con una luz rosa tan intensa que me asomo a la ventana para contemplarla. El color se derrama lentamente a través del paisaje y por primera vez estoy despierta. La voz me sale por los ojos. Los pinos se ven verdes. Libres como las palabras. Mis primeras últimas palabras. Mis últimas palabras. mis ÚLTIMAS PALABRAS. mis ÚLTIIMAS PALABRAS . Mis últimas palabras. Mis últimas Palabras. sólo vive la música. iiiiiiiiiiii , iii, iii Escucho «QUE SE OIGAN EN TODAS PARTES MIS ÚLTIMAS PALABRAS. QUE SE OIGAN EN TODOS LOS MUNDOS MIS ÚLTIMAS PALABRAS. OIGAN TODOS USTEDES, SINDICATOS Y GOBIERNOS DE LA TIERRA. Y USTEDES AUTORIDADES QUE APAÑAN NEGOCIADOS INMUNDOS CONCERTADOS VAYA UNO A SABER EN QUÉ LETRINAS PARA APODERARSE DE LO QUE NO ES DE USTEDES. PARA VENDER EL SUELO BAJO LOS PIES DE LOS QUE NO NACERÁN - (...) ¿TIEMPO PARA QUÉ? ¿PARA MÁS MENTIRAS? ¿PREMATURO? ¿PREMATURO PARA QUÉ? DIGO A TODOS QUE ESTAS PALABRAS NO SON PREMATURAS. ESTAS PALABRAS PUEDEN SER DEMASIADO TARDÍAS. FALTAN MINUTOS. MINUTOS PARA EL OBJETIVO ENEMIGO – (...) MENTIROSOS COBARDES COLABORACIONISTAS TRAIDORES. MENTIROSOS QUE QUIEREN MÁS TIEMPO PARA MÁS MENTIRAS. (...) PARA ESO HAN VENDIDO USTEDES A SUS HIJOS. HAN VENDIDO EL SUELO BAJO LOS PIES DE LOS QUE NUNCA NACERÁN. (...) REÚNAN EL ESTADO DE LAS NOTICIAS INVESTIGUEN DESDE EL ESTADO HASTA EL AUTOR - ¿QUIÉN MONOPOLIZÓ TIME LIFE Y FORTUNE? ¿QUIÉN LES QUITÓ LO QUE ES DE USTEDES? ¿LO DEVOLVERÁN TODO AHORA? ¿ALGUNA VEZ HAN DADO ALGO A CAMBIO DE NADA? ¿ALGUNA VEZ HAN DADO ALGO MÁS DE LO QUE TENÍAN PARA DAR? ¿ACASO NO HAN VUELTO A APODERARSE DE LO QUE HABÍAN DADO CADA VEZ QUE HA SIDO POSIBLE Y SIEMPRE LO HA SIDO? (...)» (Expreso Nova, 1964).



Miro Sentada en un cajón de madera miro, miro el cuadro de Orgón de Reich. Bebo un vaso de agua. La mirada inevitable me lleva hasta la manzana que se partió al golpear el suelo rojo, blanco, rojo. Un haz de luz plano que se filtra a través de la cortina, pegaba sobre ella y la volvía dorada Lleva una blusa verde y un gorro de punto azul marino, le cubre la cabeza. Brota sin cesar el carmín en sus labios. William se despide con la mano mientras se Aleja. «el beber me llama» Dice. Palabras mirando al suelo. Anfetaminas y soledad. Ruido Me tapo la cara con las manos y confío a la SUERTe el mundo. De ellas. Palabras.

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Esperanza Vives Frasés


ÁLBUM DE FOTOS Y VASOS ROTOS Veo la cámara, un click y un flash y ahí estoy: con Peter y Lafcadio. Doy gracias por la comida que será defecada. Otro click y ahí estoy: con Allen y Corso. Recuerdo al exterminador de cucarachas adicto a los opiáceos, huéspedes de mi organismo; se aprieta el botón y ahí estoy: con Patti, Solomon y Lucien. Recuerdo ir de México a Nueva York sin transición, se aprieta el botón y click: ahí estoy con Jack y Herbert. Recuerdo el bar entre Coahuila e Insurgentes, allí tocaban jazz y narraba mis no-historias. Recuerdo el vaso y la Star .380 Se aprieta el gatillo y ¡bang! ahí está Joan. .


PERFECTO DESTRUCTIVO «Una vez pregunté en un sueño a un espíritu maligno italiano “¿quién eres?” Y él se reía y se reía, y siguió riéndose en una laguna oscura de mármol contra un decorado italiano y era deliciosamente maligno».

Tengo una cabaña en Lawrence, Kansas con montones de rosales en el pórtico y una etiqueta en la puerta que dice: «en el interior habitan gatos que deben ser salvados en caso de emergencia, sobre todo Riski». Sigo practicando con pistolas y cuchillos, bebo a las 15:30 y escribo hasta que llegue la noche; antes de dormir debo hacer una ronda alrededor de casa pues no me fío de los hipopótamos o del «Espíritu Feo» y menos de las palabras, pues no les gusta que las enjaulen. Una mañana uno se despierta enfermo y ya es un adicto pero ahí uno encuentra a los gatos; los quiere más que a los seres humanos porque el amor es básicamente un engaño mezclado en sexo y sentimentalismo. Son estas las cosas que digo y que me han construido. Estamos volviendo a la ciudad muerta ¿fue todo un sueño, acaso? Aún así, conservo tu nombre en el deseo, muerte, de mantener absolutamente nada en mi corazón. Diego Mercado Villarroel


EL VIEJO BEATNIK Qué mejor manera de gastar el dinero de los contribuyentes americanos que usando su pensión para comprar heroína, piensa un octogenario William Burroughs. ¿Acaso no se ha ganado un merecido descanso? ¿No se alistó en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial para combatir contra los enemigos de su país? Vale, lo licenciaron por inestabilidad mental, pero tampoco se le puede culpar a él de ello, que puso todo de su parte para ser un héroe. Tiene todo el derecho del mundo a chutarse. De acuerdo, puede que la heroína sea mala para la salud, pero con ochenta años es un poco idiota preocuparse por el futuro. Ni siquiera tiene que ahorrar para legar algo a sus herederos, que aquel extraño que era su hijo murió hace años. No, en ningún momento le parece que esté haciendo algo incorrecto. Es más, ¿qué pretenden que haga uno en Kansas, aparte de drogarse?

Bruno Benjamenta


LA MUERTE DE JOAN VOLLMER Di la verdad, gringo, querías matarla. Nadie le mete un tiro a su mujer entre ceja y ceja por accidente. No vengas a chingar con lo de Guillermo Tell, que de Guillermo sólo tienes el nombre. No, lo que pasó es que estabas cansado de ella. Volviste de Sudamérica y descubriste que ya no podías soportar más la rutina del hogar. Y en lugar de agarrar el carro y marcharte, la mataste. Puedes contarnos la verdad, acá somos todos amigos y no juzgamos a nadie, eso es cosa del juez. Estamos acostumbrados a tratar con tipos como tú. Borrachos y maleantes. Gringos que cruzan la frontera para cometer sus fechorías acá. Los yanquis siempre nos mandan su escoria. Sí, ya te hemos oído: tú no eres escoria, estudiaste en Harvard y escribes. ¿Hemos leído algo tuyo? Burroughs. Ah, claro, el de Tarzán. No, espera, ese güey está muerto, lo leí en el noticiero el año pasado. Si encima te habrás puesto un nombre falso para dártelas de importante. Da lo mismo. Acá finaliza tu carrera, gringo, de esta no te salva ni la mona Chita.

Gabriel Noguera


«La he fumado, comido, aspirado, inyectado en venapiel-músculo, introducido en supositorios rectales. La aguja no es importante. Tanto da que la aspires, la fumes, la comas o te la metas por el culo, el resultado es el mismo: adicción». William Burroughs


COLABORADORES Bruno Benjamenta Diego Mercado Villarroel Gabriel Noguera Esperanza Vives Frasés

DIRECCIÓN Sonia Marpez Gabriel Noguera

DISEÑO Sonia Marpez

Obituario N.41 – William Burroughs Publicado el 2 de agosto de 2016 obituariomag.blogspot.com



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