Claudia Costanzo Δαλάτση
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ο σ ε λ ότ ο ς
ΕΚΔΟΣΕΙΣ
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Τitulo
ALGUNAS RECURRENCIAS EN LAS
LITERATURAS IBEROAMERICANAS
Autora Copyright© 2010 Primera Edicion ISBN
Claudia Costanzo Δαλάτση Claudia Costanzo Δαλάτση claudia_costanzo@yahoo.com
Atenas, Diciembre 2010 978-960-9499-38-5
Foto de cubierta Αντώνης Δαλάτσης
Fósil marino, 239.000.000 a.c. Museo de Historia Natural, Λυγουριό, Grecia
Το παρόν έργο πνευματικής ιδιοκτησίας προστατεύεται κατά τις διατάξεις της ελληνικής νομοθεσίας, (Ν. 2121/1993, όπως έχει τροποποιηθεί και ισχύει σήμερα) καθώς και από τις διεθνείς συμβάσεις περί πνευματικής ιδιοκτησίας. Απαγορεύεται η κατ’ οιονδήποτε τρόπο ή μέσο (ηλεκτρονικό, μηχανικό ή άλλο) αντιγραφή, φωτοανατύπωση και γενικώς αναπαραγωγή, μετάφραση, διασκευή, αναμετάδοση στο κοινό σε οποιαδήποτε μορφή και η εν γένει εκμετάλλευση του συνόλου ή μέρους του έργου χωρίς τη γραπτή άδεια του δικαιούχου συγγραφέα.
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para Αντώνης
APOSTILLA: GENESIS DE UNA IDEA1
El principio de contradicción (que en realidad es de “no contradicción”, ligado al de identidad: a≡a) siempre me pareció algo extraño. A la vez, desde mis primeros acercamientos a ellos, consideré que Parménides era dogmático y Heráclito, inquietante. Poco después, de los Motivos de Proteo, de Rodó, me impactó terriblemente la idea del cambio constante que consumía no solo al río sino a quienes se bañan en él: “¿Quién ha expresado esta inestabilidad mejor que Séneca, cuando dijo, considerando lo fugaz y precario de las cosas: «Yo mismo, en el momento de decir que todo cambia, ya he cambiado»?” Pero el mismo Rodó había dicho que, no obstante las mudanzas, algo queda –al menos de las mejores cosas- para siempre. Algo más tarde me fascinó, en “Rinconete y Cortadillo”, una de las Novelas Ejemplares de Cervantes, cómo una escoba podía ser guitarra sin dejar de ser escoba. Mucho después me pareció aterradora la idea de que los referentes van desapareciendo y no nos quedan de ellos más que representaciones de las que, por añadidura, debemos desconfiar porque siempre tienen cargas ideológicas; era “el fin de la historia”, inapelable dentro del sistema de pensamiento en que lo presentaba Vattimo. Era una consecuencia lógica de la concepción lineal del tiempo. Pero para entonces yo ya sabía que el tiempo lineal no es el único en el que vivimos. Sabía que la poesía tiene un tiempo circular (Octavio Paz quizás lo había dicho mejor que nadie, pero no era el único). Sabía, gracias a Moreno y Dalmiro Bustos, que el cuerpo guarda muchas vivencias, como un fragmento del pasado congelado e inalterado y que había forma de revivir estas vivencias en el presente, como si uno viviera al mismo tiempo dentro y fuera del “agujero negro” del que emergían; Proust había rescatado en la Literatura lo que luego devino saber en la Psicología. Sabía, por Joyce y Rulfo, entre muchos otros, que el tiempo se podía hacer simultáneo o que se podía viajar hacia delante y hacia atrás en él, a voluntad. 1 “Génesis” e “idea”, son dos términos que están más acá de los bretes de Modernidad que hoy tratamos de sobrepasar. Pero en ese tránsito no podemos evitar tener presentes los esquemas “modernos” de lectura del mundo que a todos nos han inculcado durante nuestra formación. Permítaseme pues, usar alguna que otra de esas palabras “contaminadas” a veces, sobre todo en los casos en que, como en esta apostilla, ellas están entre los protagonistas de lo referido.
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Volvían a mí las palabras de Motivos de Proteo: “cada uno de nosotros no es uno sino muchos”. Y yo pensaba, “sí, pero no sucesivamente sino al mismo tiempo”. Para entonces ya había estudiado el Popol Vuh, siempre infructuosamente, sabiendo que se me escapaba la clave del texto. Sus circularidades eran bastante perceptibles en las traducciones pero algo curioso pasaba con los personajes; se confundían, no podía identificarlos ni contarlos. Un estudio de Carlos López me explicó que eran múltiples, hipostáticos, como igualmente lo era el “tiempo” de los quichés. En esa época me encontré también con los estudios de Roger Bastide sobre las culturas afro-americanas, coincidentes, en lo sustancial con las hipóstasis quichés. Voilà! : el principio de contradicción no era más que un invento; útil para muchos desarrollos científicos, imprescindible para los sistemas dogmáticos de toda índole, pero un artificio o, como mucho, una de las muchas formas lógicas de la realidad. Por tanto, una de sus formas inversas, la hipóstasis, tenía, al menos, los mismos derechos de acreditación. Llegó el momento de sintetizar todas aquellas inquietudes: surgió así la recurrencia hipostática y la pregunta de si la noción era válida para los estudios literarios. A esta pregunta siguieron doce años de búsquedas y análisis, parte de cuyos frutos ofrecen estas páginas.
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l presente trabajo reúne una serie de análisis comparatistas, aunque, espero, se lo considere, como conjunto, un estudio de Literatura Comparada, propiamente dicha. Elaboré este libro a partir de algunos de los materiales que fui escribiendo entre 1998 y 2010: artículos, ponencias, esquemas, notas. Eso dio lugar a un volumen en el que cada capítulo tiene una autonomía relativa, pero a la vez la cabal comprensión de cada uno requiere la lectura de los otros. El análisis de los textos hispanoamericanos y brasileros que aquí se incluyen se apoya en todos los casos sobre la noción central que deseo presentar, la de recurrencia hipostática, y van mostrando cómo en efecto esta noción permite percibir ciertas características de los procesos literarios. En principio, de los procesos literarios iberoamericanos, ya que la noción ha sido formulada a partir de elementos observados en textos pertenecientes a las literaturas iberoamericanas y se utiliza en estas páginas a efectos de esclarecer procesos registrables en las mismas. Tal vez, al menos parte de lo que se muestra en las páginas siguientes pueda trasladarse a otras literaturas, pero eso queda al margen de los objetivos del presente trabajo que apenas desea ofrecer una posible perspectiva –entre muchas otras que ya existen y otras tantas que existirán- de lectura de las obras literarias “a la iberoamericana”. La consecución de la tarea implica empezar por delimitar las nociones de Iberoamérica y de recurrencia hipostática. A la primera delimitación está dedicado el primer capítulo “Iberoamérica” y a la segunda el tercero “Motivos de recurrencia”. Como se trata de una propuesta de análisis que se propone como una alternativa –insisto, una entre muchas- a las limitaciones tanto de las teorías moderno-racionalista-universalista-logocéntricas como de las fragmentaciones post-estructuralistas, consideré adecuado incluir, antes de la presentación de la noción central, un capítulo introductorio al titulado “Motivos de recurrencia”; por ello el tema del segundo capítulo, “Una Filosofía de la Historia Iberoamericana” es la contextualización del Racionalismo en el pensamiento y en las Literatura Iberoamericanas. Los capítulos siguientes muestran diferentes formas de recurrencia hipostática. La noción se refiere eminentemente a la intertextualidad, pero puede, en algún caso servir para la comprensión de procesos intratextuales. Si se considera el conjunto de una Literatura, es posible distinguir, como lo propusiera Tania Franco Carvalhal, la intertextualidad interna (entre textos de la misma literatura, ver el capítulo “Motivos de recurrencia”) de la intertextualidad externa (entre textos hispanoamericanos y textos de otras literaturas, Ibíd.). La sección dedicada a la intertextualidad interna consta de dos capítulos: “Tradiciones maravillosas: otra perspectiva del proceso literario hispanoamericano” y “Tres ritmos de una trascendencia”. En el capítulo “Tradiciones maravillosas”, se observa, en las obras de Colón, Sor Juana, Darío y Borges, una forma de recurrencia hipostática entre diversos períodos de la literatura hispanoamericana. En “Tres ritmos de una trascendencia” (en que se analizan poemas de Vallejo, Guillén e Idea Vilariño) el período es el mismo y también el género (la poesía posterior a la Vanguardia) y en este caso la recurrencia hipostática sirve, en primer lugar, a los efectos de colaborar con la caracterización de un período que, a falta de la existencia de una lectura consensuada de sus características endógenas, suele ser percibido como más o menos anárquico y demasiado dependiente de factores externos
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a la literatura hispanoamericana; si podemos comprenderlo mejor sería posible alcanzar el segundo objetivo planteado para ese capítulo y éste es, colocar la poesía hispanoamericana del “medio siglo” en el conjunto del proceso de la literatura de la región. La sección dedicada a la intertextualidad externa tiene un capítulo que muestra vínculos entre una obra hispanoamericana y obras griegas antiguas y uno dedicado a la intertextuallidad neorrealismo brasilero - neorrealismo portugués. Elegí a los clásicos helénicos como textos de partida porque tengo la impresión de que la intertextualidad Antigua Grecia - Hispanoamérica es tan universalmente reconocida como poco estudiada sistemáticamente y me parece que podríamos conocer mejor nuestras literaturas si observamos más cuidadosamente cómo y cuánto miraron nuestros escritores la Grecia Inmortal. En el capítulo “Los clásicos y Rodó” el punto de partida es la obra del ensayista uruguayo – con su ostensible filo-helenismo; allí he tratado de aproximarme al modo en que las lecturas de los antiguos griegos han dejado su marca no solo en las ideas (lo que es bastante sabido) sino en la escritura misma de Rodó. El capítulo “Tiempos neorrealistas” está dedicado al brasilero Lins do Rego y al portugués Carlos de Oliveira. Entre ambos autores se observa una intertextualidad externa que ya no va de Europa a América, sino a la inversa. Su tratamiento requiere, sin embargo, de una serie de relativizaciones y de abstinencias respecto a las cargas ideológicas que tendemos a asociar con la migración entre literaturas; nada más ajeno que la suposición de alguna suerte de dependencia o subordinación entre textos que la noción de “intertextualidad externa”. Si esto nos parece evidente cuando el tránsito se hace de Iberoamérica a Europa, igualmente ha de serlo cuando la migración va de Europa a Iberoamérica. La sección “Apuntes sobre intratextualidad” contiene un capítulo, “Recurrencia interna”, dedicado a Machado de Assis. La obra de Machado ofrece ciertas peculiaridades difíciles de asir en los estudios críticos y constituía así una buena oportunidad para mostrar cómo la noción de recurrencia hipostática podía emplearse también para análisis intratextuales. El volumen se cierra pues, con un salto hacia fuera de sus propios límites, pasando de la inter a la intratextualidad, apuntando ya otros alcances posibles de la noción presentada. He incluido un “Apéndice” que contiene una breve nota que sintetiza varias de las más importantes semejanzas y diferencias entre las Literaturas Hispanoamericana y Brasilera. En los estudios de los diferentes textos he tratado de respetar a la vez el agrupamiento que prefiero para estas literaturas (“Iberoamérica”) y el criterio dominante en las bibliografías que es considerar autónomas entre sí las literaturas de las “dos mitades”. Aunque existen diferencias en los procesos de ambas, la autonomía es discutible pero lo que sí es evidente es que son distintas las comunidades de lectores: quienes son conocedores de la una, pocas veces lo son de la otra. Por eso unos y otros necesitan de ciertas aclaraciones para evitar innecesarias malas interpretaciones pero la misma complejidad del análisis hacia poco conveniente incorporar tales precisiones en el desarrollo de cada capítulo. De allí que me pareciera práctico agrupar las informaciones que consideré más necesarias en dicho Apéndice. He descrito uno de los recorridos posibles en la lectura de las siguientes páginas: el recorrido lineal, sucesivo. Válido, en mi opinión aún en las alternativas que se aventuran más allá de la Modernidad: el problema de la recta y todo cuanto a ella se asocia en la Moderni-
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dad no es que no sirva a la explicación de algunos fenómenos; es que no los explica todos, y por lo tanto el problema no es borrarla y sustituirla por alguna otra cosa, sino usar esas “otras cosas” para analizar aquellas situaciones que no se acomodan a la recta, reservando ésta solo para las porciones del continuum a las que ajusta. Uno de los otros recorridos posibles es el de los pares: “Una Filosofía de la Historia Iberoamericana” y “Motivos de recurrencia” son complementarios entre sí, ofreciendo el primero una visión eminentemente filosófica y el segundo una centrada en las teorías de la literatura, de la misma problemática teórica. “Tradiciones maravillosas” y “Tres ritmos de una trascendencia” se complementan puesto que el primero muestra una conexión entre períodos literarios, mientras el segundo atiende a relaciones que se observan al interior de una tendencia (o un “período”) literario. “Los clásicos y Rodó” y “Tiempos neorrealistas” también hacen evidente “dupla” en tanto tratan de la intertextualidad externa hacia Iberoamérica y desde Iberoamérica. E igualmente el capítulo final, dedicado a la intratextualidad con los cuatro que le anteceden, sobre la intertextualidad. Finalmente, “Iberoamérica” es complementario de “Entre Brasil e Hispanoamérica”, ya que ambos tienden a esclarecer ciertos aspectos básicos y medulares de las literaturas iberoamericanas, el primero con el lenguaje y el enfoque crítico característico de estas páginas y el último de un modo más pragmático, casi didáctico. La composición no es binaria (ver “Motivos de recurrencia”); véase como los términos de los pares son intercambiables. Pero no estaría tan segura de que lo más atinado es eliminarla completamente; puede que con el binarismo probablemente pase lo que con la recta: el problema mayor no es lo que explica (aunque a veces en vez de explicar distorsiona) sino todo lo que deja sin explicar. Podría percibirse, también, Un cierto agrupamiento “clásico”, con tres capítulos iniciales que se ocupan de la “teoría”, seis que contienen análisis literarios y un apéndice que incluye algunos datos. Como estamos acostumbrados a ese ordenamiento (construyo o describo o aludo a una teoría, a una abstracción, primero para luego hacer encajar pedazos de la realidad en esa teoría) y como todavía estamos en la etapa de transición de las formas “occidentales” de lectura y análisis hacia otras que las superan pero que todavía no sabemos muy bien cómo serán, me he permitido ese ordenamiento aparente para facilitar el trabajo del lector. Pero téngase muy presente que aunque en la elaboración de las nociones que aquí se presentan han sido tomadas en cuenta muchas contribuciones de diversos teóricos y críticos de la Literatura (de la Literatura Comparada, especialmente), las propuestas formuladas provienen de los propios textos literarios. A la vez, en los capítulos de “análisis” van refiriéndose e incluso presentándose nociones auxiliares que, o bien fueron apareciendo como necesarias para explicar algún aspecto del texto que se analiza, o bien surgieron del análisis de ese específico texto. Como ya lo demostraron los aportes Post-Estructuralistas las divisiones teoría/práctica, teoría/aplicación o teoría/análisis, tienden a confundir la realidad en vez de esclarecerla (ver el capítulo “Motivos de recurrencia”). Por lo tanto, no podría trabajar bajo tales parámetros si pretendo escapar a sus limitaciones; por ello, en realidad el tránsito teoría-texto y texto-teoría es continuo y constante en estas páginas. Finalmente, como ya lo observará el lector, los capítulos se remiten unos a otros. Al igual que en este Prefacio, he colocado a lo largo de todo este escrito “señales de tránsito”, que anticipan o recuerdan a quien lee en qué capítulo y a veces en qué nota al pie consta un comentario o un dato que esclarece un tema en curso. Como no solo hay relaciones lineales
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en la literatura, ni solo clasificaciones que van de lo “simple” a lo “complejo” –como lo había propuesto Descartes- no quedaba más opción que repetir innumerables veces lo mismo (cada vez que un elemento específico apareciera en cada caso estudiado) o remedar el modo zigzagueante, elíptico, circular, radial, de interacciones múltiples que los fenómenos en efecto presentan. Lo segundo, además de ser menos aburrido y menos farragoso, parecería más “científicamente correcto” en el contexto descrito.
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sí titulaba José Enrique Rodó un artículo incluido en El mirador de Próspero y fechado en 1910, si bien el libro que lo contiene fue publicado en 1913 2 y Rodó desgajó este artículo del borrador de otro, escrito en 1909 3. Rodó utilizaba allí esta palabra para nombrar al conjunto de países americanos cuya lengua oficial es el español o el portugués, aproximándose así a la actual definición que ofrece el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española 4. He decidido colocar en el inicio de este libro el escrito que contiene algunos comentarios sobre este artículo de Rodó por dos motivos. En primer lugar, porque es la más antigua definición que he podido encontrar del subconjunto al que pertenecen las obras literarias analizadas a lo largo de estas páginas; la propia real Academia Española no lo registra hasta mucho después, en 1956. Por cierto, esto no significa negar la pertinencia de los otros muchos agrupamientos que pueden hacerse para esclarecer los procesos literarios de América (ver nota al pie N. 4); ocurre simplemente que éste es sustentable y que, para que los estudios puedan avanzar es necesario apoyarse –aunque más no sea hipotéticamente- en algún agrupamiento. En segundo lugar –y fundamentalmente- porque al definir “Iberoamérica” y desplegar los argumentos que apoyan su definición, Rodó pone en juego una epistemología peculiar, característica de su obra, que, me parece, contiene una serie de elementos que podrían iluminar muchos aspectos de nuestras literaturas no observados hasta el momento. El tan manido “eclecticismo” de Rodó es mucho más que una conciliación amable de las polémicas de su época; dio lugar a una concepción no binaria del mundo que bien puede constituir una interesante cantera que ayude a trascender las limitaciones del Racionalismo y a superar los quebrantos del Post-Estructuralismo. Me inclino a creer que esto no es casual sino sintomático de las tradiciones iberoamericanas 5, aunque los iberomericanos tengamos aún una conciencia bastante escasa de las especificidades de nuestro imaginario. En las páginas siguientes trato de esbozar algunas observaciones al respecto.
El mirador de Próspero reúne una serie de estudios, artículos y notas que Rodó fue escribiendo a lo largo de casi veinte años. En 1909, por iniciativa de Brasil fue aprobado un tratado de límites con Uruguay, en el cual, por su voluntad, Brasil devolvía a la República uruguaya la soberanía de la margen izquierda del río Yaguarón y de la Laguna Merim. Rodó, que entonces era Diputado, pronunció un extasiado y alegre discurso de elogio al Brasil. Para la ocasión fueron preparados, además, grandes festejos que tendrían lugar en Rio de Janeiro en 1910; Rodó fue elegido como miembro de la delegación uruguaya a los festejos de Rio. Detalles menores llevaron a suspender los festejos y, en su lugar, cada uno de los dos países celebró en su casa. Pero, Rodó había preparado un borrador del largo y complejo discurso que pensaba decir en los actos de Río de Janeiro, del que luego extractó el que publicó con el título de “Iberoamérica”. 4 “Iberoamérica. Nombre que recibe el conjunto de países americanos que formaron parte de los reinos de España y Portugal”, 2005. En el uso a veces se incluye a España y Portugal en el conjunto nombrado por esta palabra y esta inclusión bien puede ser muy razonable. En cualquier caso se trata de dos subconjuntos diferentes: el que forman los países americanos en los que la lengua dominante es el español o el portugués y el que estos mismos países integran con sus ex-metrópolis. Probablemente los estudios deban atender a las relaciones endógenas de ambos bloques, así como a muchos otros recortes: el subconjunto de la Literatura Hispánica (que incluye las relaciones entre las literaturas en que se habla esa lengua, sea o no oficial), la Hispanoamericana, las específicas relaciones entre la Literatura Española y la Hispanoamericana, o entre la portuguesa y la brasilera, etc. etc. Entiendo que hay fundamentos para la delineación científica de todos estos subconjuntos y muchos otros. El caso es que, para poder estudiarlos hay que optar, aunque sea provisoriamente, por un subconjunto. 5 Uso el plural porque Brasil e Hispanoamérica, aunque coincidentes en muchos aspectos, no constituyen una masa homogénea y esta diversidad debe contemplarse al estudiar el presente agrupamiento. 2 3
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n el presente volumen Claudia Costanzo presenta una propuesta teórica en el marco de la Literatura Comparada, centrada en lo que la estudiosa denomina recurrencia hipostática, y que se propone como una de las alternativas para trascender las limitaciones de los universales y de la doxa. El conjunto de sesudos análisis de obras de algunos de los más importantes escritores iberoamericanos (Machado de Assis, Borges, do Rego, Darío, Rodó, Vallejo, Zea, Vilariño, Sor Juana) ofician como verificación de la propuesta teórica y como modo de mostrar metodologías de empleo de la misma, al tiempo que aportan muchos elementos para el conocimiento y comprensión de dichas obras.
978-960-9499-38-5