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Postre · L A FÁBRIC A. EPISODIO II ( SEGUNDA PARTE )
Fe de errores (CON GUARNICIÓN DE SPOILERS DE HIMYM) ¡Bienvenidos de nuevo al OchoQuince Ristorante! Si me permiten los comensales, antes de tomar nota de sus bebidas (si eligen un Old Fashion no podrán equivocarse) me gustaría presentar mis disculpas por mi artículo Crónica de una tía anunciada del 1x03 de Ochoquince (Don’t dead, open inside). En él, iluso de mí (Nacho Bibián), dije que de ningún modo Robin sería la madre (lo cual es cierto) y tachaba de confundidos, retorcidos y engañados (y psicópatas al estilo GRR Martin) a los que postulaban un reencuentro futuro con Ted, con la muerte de la pobre Tracy como condición sine qua non. Yo me frotaba las manos a mediados del último doble capítulo y descorchaba el champán por mi rappeliana victoria, pero pocos minutos antes del final PUM. ¡Muerte (súbita) y destrucción! Si bien en el último párrafo abrí una ventanita de posibilidad, no creo que mi celda de condenado por sabiondo merezca una ventana mayor. Aunque les pido que sí alcance al menos para una pequeña pantallita. Espero no haberles quitado el apetito. ¿Qué van a beber los señores?
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Foto by: Jessica Ledwich
Oh, perfecto, magnífica elección. Les dejo la carta. En un momento vengo a tormarles nota. Como ven, hemos hecho algunas pequeñas modificaciones en el menú y en algunos nombres de los platos, si quieren les explico cómo ha quedado la carta. Para empezar tenemos dos primeros platos que, sin duda, abren el apetito. ¿Qué sería de un buen menú sin unos buenos entrantes? ¿No cree, caballero? El primero que leen es el que llamamos La moralidad, primer plato de un banquete ficcional, consistente en un gran surtido de escenas violentas aderezadas con un gran primer texto introductorio con un sabor a violencia y agresividad. Muy recomendable. El otro entrante, al que hemos denominado como La escenificación violenta vista con lupa, es una deconstrucción de los elementos propios (agresor, víctima, etc.) de las escenas más duras de la televisión, en honor a los grandes cocineros de las mismas que nos sorprendieron con el invento de los platos deconstruidos. Con estos dos entrantes, algo más ligeros, podemos dar paso a los segundos platos. Como bien decía nuestro socio fundador, “un segundo plato tiene que valer por tres”. Y a modo de homenaje, son tres los que hemos incluido en nuestra carta. ¿Son muchos, señora? No, ya verá como cualquiera de las elecciones resulta correcta. Para elegir tienen un plato cuya receta viene firmada por el propio Hannibal, uno de los grandes cocineros contemporáneos y más de moda en la actualidad. Se llama El asesinato como una de las
bellas artes y, pese a que su nombre pueda sugerir algo extremo, de momento nadie ha tenido problemas con su ingesta. Es una gratificante experiencia. Además, como pueden ver, tenemos el plato Banshee, violento amor. Su nombre da pistas de lo que ofrece: una conjunción de sabores salados como las lágrimas y dulzones como la sangre. Lo que quiso expresar su creador, regente de The Forge, es el contraste que hace la violencia cuando se destina a la consecución del amor. Un plato agradable pese a lo que pueda parecer. Por último, el toque más surrealista en la cocina: Sobre AHS: Asylum, una experimentación fantástica de uno de nuestros cocineros que incluye elementos con toques de locura y un regusto a carne golpeada. Por supuesto, sepan que tenemos una oferta de dos acompañantes más que interesantes para sus elecciones. Se trata de dos platos más ligeros que, en contraste con la contundencia anterior, suponen una grata experiencia culinaria. Uno de ellos ha sido denominado El día que Hello Kitty cogió la katana; el otro Generadores de Ira. Ambos platos están tratados desde el enfoque de la animación y suponen un acercamiento a las corrientes más olvidadas, pero no por ello menos interesantes. Pruébenlos, seguro que no les defraudan. Una vez terminado todo el menú, no podemos olvidarnos del postre, para muchos el elemento primordial, el toque de gracia de un buen menú. En este caso, hemos optado por dejar el postre estrella de la casa, añadiéndole unos toques de novedad y frescura. Sé que les gusta, así que confío en que no les defraudará La Fábrica. Episodio II (Parte II), la guinda perfecta para su comida de hoy. Caballero, señora, ha sido un placer atenderles, en cuanto me digan les tomo nota. Disfruten del menú y esperamos que vuelvan.
-Bon appétit-
Antonio Cabello Ruiz-Burruecos
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C
uando Jacques Rivette criticó Kapo
a la concepción de un personaje problemá-
(1961), de Gillo Pontecorvo, sólo supo
tico y oscuro que explica la posterior acep-
expresar que el cineasta “merecía su más
tación popular de iconos como Dexter o Jack
profundo desprecio” por la manera amoral
Bauer. Si bien, ficciones aclamadas como Per-
de retratar al ser humano en los campos de
didos, Game of Thrones o The Walking Dead
concentración, por espectacularizar el horror.
han creado sus propios universos, dando pie
Visionario como pocos, Rivette se formuló la
a un aumento considerable del número de
pertinente pregunta: “¿quién podrá la próxi-
personajes. En paralelo, el sexo y la violencia
ma vez extrañarse o indignarse ante lo que,
están siendo tratados con mayor intensidad
en efecto, habrá dejado de ser chocante?”.
que nunca, sobre todo en las cadenas de cable, ya que no están sujetas a los controles
50 años más tarde, nadie se hace tal pregun-
de la Comisión Federal de Comunicaciones.
ta, principalmente porque semejante horror
Además, las series comienzan a ser objeto de
se ha instalado en nuestras vidas. La causa
estudio por parte de las investigaciones uni-
de esta naturalización de la violencia radica
versitarias, adquiriendo una categoría dentro
en la caza del “impacto” (entiéndase como
de la cultura cinematográfica.
experiencia), arquetipo que ha pasado del reporterismo de guerra a la ficción televisiva,
En la actualidad, las producciones de las ca-
o a las videojuegos más populares. En este
denas de cable presentan rasgos similares:
panorama, las series han mutado hasta que
predominio de las ficciones serializadas (no
la violencia ha ocupado un lugar central, de-
autoconclusivas); fuerte protagonismo del
jando de lado cualquier atisbo de la excentri-
showrunner (homólogo del director de cine
cidad (y la ingenuidad) propia de los espías
al trabajar la coherencia interna del progra-
de los años sesenta. No obstante, las trans-
ma); el uso de la violencia como epicentro de
formaciones también han llegado al consumo
la trama; y un cierto carácter fascinante de
de ficción internacional, donde la televisión
los personajes. Ante estas características, to-
norteamericana posee una posición envidia-
memos como referencia cinco series de gran
ble, en concreto canales de cable como HBO
popularidad que están en boca de todos, a sa-
o AMC.
ber Breaking Bad, Boardwalk Empire, Game of Thrones, The Walking Dead y American Horror
El estreno de Los Soprano en 1999, por parte
Story. Todas ellas (por diferentes razones) son
de HBO, supondría un cambio en las relacio-
puro espectáculo.
nes entre las series y los espectadores, debido
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EL ESPECTÁCULO DE LA VIOLENCIA
BREAKING BAD:
dosis que presagiaba las andanzas de un antihéroe hipnótico. En este sentido, la evolución del personaje de la cadena de cable AMC ha girado en torno a la moralidad; desde el peligro que corre su familia, hasta ese niño que muere por ser testigo de sus acciones. No hay redención posible para él. Sin lugar a dudas, esta prodigiosa evolución no sería posible sin Vince Gilligan, el gran showrunner de la función. Arriba, situada en un Olimpo seriéfilo, allí ha quedado Breaking Bad.
Jesse Pinkman y su problemática novia, Jane,
BOARDWALK EMPIRE:
duermen “colocados” hasta arriba de heroína y crack, mientras que Walter White contempla la escena contrariado porque esa drogata le estaba jodiendo el negocio. De repente, Jane sufre unos espasmos y se ahoga con su propio vómito ante la mirada impasible de Heisen-
Del jefe que ordena matar al hombre que
berg.
aprieta un gatillo hay una línea difusa. Nucky Thompson, el personaje en cuestión, nunca
Este brutal acto de violencia, por todo lo que
deja de ser una persona de principios. En el
significa, marcaría el devenir de la serie. La
primer acto, la serie abre las puertas con el
dicotomía entre Walter White y Heisenberg
asesinato del esposo de su futuro amor, per-
explotaba, y el espectador recibía la primera
petrado por unos matones mientras Nucky
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GAME OF THRONES:
se acicala en una barbería; de fondo suena la magistral Cavalleria Rusticana de Enrico Caruso. En el segundo acto, una atmósfera sombría se cierne sobre Nucky cuando decide matar con sus propias manos a su hijo adop-
Cuando Arya Stark salva la vida de Jaqen H´-
tivo, Jimmy Darmody; el sonido de la lluvia, la
ghar, el misterioso asesino le concede la po-
ausencia de música y el picado-contrapicado
sibilidad de elegir la muerte de tres personas
cierran la función.
en Harrenhal. Posteriormente, Jaqen le dará a Arya una moneda extraña que puede servirle para requerir la ayuda de un hombre de Braavos si pronuncia la expresión “valar morghulis”, cuyo significado es: “todos los hombres deben morir”.
A pesar de su coralidad, el epicentro de la serie siempre ha sido Atlantic City y Nucky Thompson, rondando temas como el honor, el deber, la deuda o la familia. La catadura moral del serial de HBO ha jugado con la violencia a través de la elegancia, logrando una pla-
Más que un acto, el camino elegido por Arya
nificación de las escenas que está más allá de
se abre abruptamente entre los desmanes y
lo puramente narrativo. Boardwalk Empire se
las creencias que surcan los Siete Reinos don-
coloca (por derecho propio) como la alumna
de se ambienta Game of Thrones. Su concep-
aventajada a la hora de radiografiar una épo-
ción de la muerte trasciende las “caprichosas”
ca única. Nunca se le agradecerá lo suficiente
luchas religiosas (el Dios Rojo R´hllor, la Fe de
a Terence Winter por tramar este espectáculo
los Siete o los Antiguos Dioses) y los movi-
de gánsteres y policías de medio pelo (o no).
mientos de los reyes, situándose en un estado
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aséptico; es decir, la muerte como fin, no como
se por ejemplo la brutal muerte de Merle a
medio. No obstante, la serie capitaneada por
manos de su hermano (con un primer plano
David Benioff y D.B. Weiss demuestra que la
mientras se le destroza la cara con un mache-
espada y la pluma pueden ser igual de mortí-
te). Sin embargo, The Walking Dead ha busca-
feras, exaltando la violencia con un sinfín de
do constantemente su propia fórmula, cayen-
detalles históricos y fantásticos dispuestos a
do en una irregularidad enorme agravada por
modo de banquete para el espectador.
los continuos cambios de showrunner (Frank Darabont, Glenn Mazzara y Scott Gimple). Aun así, la violencia siempre ha estado presente
THE WALKING DEAD:
en la serie, jugando con la moralidad de los personajes en una lucha por la supervivencia que tiene un claro punto de inflexión: la masacre de la granja de Hershel.
Tras una dolorosa e infructuosa búsqueda, el grupo descubrió que Sophia (la hija de Carol) se había convertido en un caminante más. La
AMERICAN
granja de Hershel escondía la terrible verdad, hasta que una bala de Rick terminó con lo
H O R R O R S TO RY:
quedaba de Sophia.
Todo comenzó con los experimentos de Charles Montgomery, el primer doctor que habitó la casa encantada. El perturbado médico quiso devolver la vida a su hijo. Nada salió como esperaba, ya que creó un monstruo. La esposa del doctor mató al niño, luego a su marido y, al final, se quitó la vida con el arma. Desde sus comienzos, la serie creada por Ryan Murphy y Brad Falchuk ha redefinido su género, partiendo de las premisas existentes (una casa, un manicomio o un circo) para perverEl fenómeno de AMC se caracteriza por re-
tir a sus personajes a través del sadismo y la
godearse en la sangre y en las vísceras, véa-
psicodelia. El uso de la violencia con un deje
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de crueldad se ha unido a un regusto por el morbo que vertebra las temporadas de la serie. Dejémonos de rodeos, American Horror Story es excesiva hasta decir basta.
En definitiva, no dejan de ser paradigmas de una nueva ola sedienta de sangre, cada vez más alejada del culto al impacto. En cambio, la violencia como espectáculo ha infectado la ficción internacional ante la demanda de un público saturado que quiere verse reflejado en las tramas de la pequeña pantalla. Nos hemos acostumbrado a la violencia en televisión, e incluso afirmo que existe un público que proyecta sus deseos en la pequeña pantalla; sí, siempre ha ocurrido, pero no con el grado de hipnotismo que existe ahora, y tampoco con la desafección moral que recorre la televisión. ¿Y el futuro? Teorizar sobre el mismo carece de sentido, aunque no cabe duda de que la violencia como espectáculo ha llegado para quedarse en nuestras vidas.
@CabelloRuiz
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“
L a violencia en Juego
de Tronos no es nada si l a compar amos con los gr andes horrores que ha sufrido l a humanidad... Poniente no es Disne y l and.
- George R.R. Martin
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A
LA
NT
ES
LE
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ACIÓN C I F VI I N O E
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s
pA
vi
ta
con por Josué Castellano López
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u l
“Representación visual y gráfica de un acto de agresión física de un ser humano por otro”. Así es como se puede definir la violencia en un medio de comunicación. Encontramos violencia en la pequeña pantalla a menudo, manifestada de una forma u otra, y la tenemos tan familiarizada que hemos llegado a un punto en que la demandamos constantemente. Tal es el caso, que las series de televisión más míticas y relevantes se alimentan de este “género”. Esto sucede con las series más conocidas de ahora, pero también con aquellas que se quedan un poco alejadas de nuestro recuerdo.
EL AGRESOR
La facilidad de acceso que tenemos para encontrar violencia en las series, la intriga que
Llamemos ‘agresor’ al personaje que realiza el
nos genera, esa especie de obsesión enfermi-
acto violento, ya puede ser el antagonista de
za que nos crea un personaje en concreto y,
turno, como el héroe que libra batallas épicas
por el cual, manifestamos una empatía abso-
para salvar el mundo. En nuestra mente queda
luta, son fruto de unas pautas para realizar
más arraigado un agresor que, para nosotros,
una escena violenta que, incluso, llegamos a
consideramos ‘atractivo’, y del cual, incluso,
amar en ocasiones. De este modo, las reglas
llegamos a aprender. ¿Quién apoyaría el co-
para conseguir una escenificación violenta
metido de Dexter si se nos hubiese presenta-
diez, por denominarlo de alguna manera, está
do como un personaje gordo, vago, rodeado
englobado en unos elementos indispensables:
de películas porno y ganchitos de queso (en vez de las mujeres que le han acompañado a lo largo de las ocho temporadas)? Dexter era un tío atractivo. Le perdonábamos la mayoría de muertes por ver esa cara de bonachón evolucionando en un cabrón pelirrojo sonriendo cuando clavaba uno de sus cuchillos.
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Pero no solamente el físico es un factor en el personaje atractivo. La causa, sus motivaciones también lo son. En contraposición, agresor como antagonis-
LA VÍCTIMA
ta. En este caso, se necesita a una víctima (de la que se hablará después) que nos cree una simpatía. El antagonista se encarga de reali-
Recibe todo el peso de la carga violenta.
zar un trabajo arduo durante todo un perío-
Como en el caso del agresor, si es una víctima
do para que terminemos odiándole. Por ello,
que, en el contexto de la trama, se lo merece,
cada acto que haga nos va a repulsar. Ya pue-
adelante. Mátale ya. Y por favor, que sea de
de estar sentado plácidamente, dando de co-
la forma más cruel y sangrienta posible. En
mer a un gatito y haciéndole cosquillas en el
cambio, cuando la víctima sufre por una causa
lomo, que automáticamente vamos a pensar:
injustificada, necesitamos que pase pronto, o
“Jodido cabrón, seguro que está buscando el
realmente que llegue un nuevo agresor ‘atrac-
hueco exacto para sacarle las tripas a esa po-
tivo’ y le salve. Nuestro subconsciente desea
bre criaturita de la naturaleza”. Es un hecho.
que la víctima no lo pase mal, pues se crea un
Se crea un carácter del cual no queremos for-
efecto de rebote que involucra al espectador.
mar parte y del que ‘aprendemos’ a no apren-
Pero nadie quita la vista de la pantalla.
der de sus actos. Es por tanto una variable importante el punto en que nos identificamos con el personaje televisivo y creamos una percepción del estado real o ficticio de lo que ve. La víctima perfecta sería aquella que manifiesta todas las conductas de un personaje que sufre a gran escala. Que grite, que se retuerza, que suplique, y si tiene una carga sentimental, mejor que mejor. Por tanto, se necesita de un preámbulo en el que conozcamos datos de su vida, para poder situar al espectador en el papel y, con ello, realizar una mimetización con la víctima.
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jeto, ser inclasificable que esté de su lado. Lo apoyamos. (Apoyamos tu causa Buffy). Pero, ¿qué sucede cuando presenciamos un
Violenci a justif ica da e in justif ica da
acto violento que no sabemos por dónde viene? A dos metros bajo tierra es mi ejemplo. En un momento de la serie (que no resuelve la trama para aquellos que no la hayan visto, tranquilos) David Fisher, Michael C. Hall nuevamente (sí), conduce su furgoneta y recoge a un autoestopista con toda su buena intención.
El cometido del personaje que realiza un acto
El resultado de esta obra de caridad, siendo
violento justificado, motivado por el intento
un hecho aislado del argumento general de la
de proteger a alguien o por venganza, cala en
serie, nos proporciona uno de los momentos
el espectador a la hora de apoyar la causa. Es
más angustiosos y psicológicamente violen-
necesario un motivo para excusar la violencia
tos de la televisión. ¿Por qué sucede? ¿Cuándo
que se va a presenciar. Sin motivo, el espec-
ha pasado esto? ¡¿Quién es este tío?!
tador se siente confuso. Esto no quiere decir que una causa u otra sean mejor a la hora de
Muestra una violencia injustificada, de la cual
escenificar la violencia, pues, personalmente,
no se aprenderá nada (más allá de“hijo, no ha-
disfruto más un acto violento aislado sin mo-
bles/compartas tu furgoneta con extraños”),
tivo alguno aparente en la televisión.
pero que nos crea un shock. No se conoce la intención del agresor, no se conoce el des-
Preferencias a un lado, veamos los dos tipos
tino de la víctima, sin embargo, el conjunto
con claros ejemplos:
de agresor esporádico, víctima protagonista, relación dolor/daño nos engancha y nos con-
En la lejana, pero no olvidada, Buffy Cazavam-
mueve.
piros, el cometido de la heroína es, en resumen, salvar el mundo. Existe una iniciativa a la violencia justificada. ¿Cómo vamos a prohibir que la única persona capacitada para ello nos salve del mal? Se empatiza con el protagonista y con cualquier persona, animal, ob-
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DOLOR/DAÑO Estaremos de acuerdo en que cuanto más daño infrinja el agresor y más dolor sienta la víctima, la carga de violencia que experimentemos será mayor. Puede ser representada tanto por sonidos como visualmente. En Hannibal son famosas las escenas en las que se aprecia una crueldad desmedida y con ello, simplemente por el escenario, realizamos una evaluación de dolor/daño. La presencia de sangre, armas (si son más estrafalarias y complicadas de manejar, mejor), dolor, nos sugiere escenas más serias y violentas. El sonido ambiental es fundamental a la hora de crear tensión y “embellecer” ese momento angustioso.
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En definitiva, si queremos representar una escena violenta perfecta habría que elegir a: un personaje guaperas que debe librar una batalla épica contra el villano más poderoso que
COMEDI A
exista, el cual desea extinguir a la raza humana, o mejor, destruir el universo, con un rayo
Puede parecer que los términos comedia y
calórico cuyo mecanismo de funcionamiento
violencia a simple vista no tengan nada que
sea prácticamente imposible. En esta escena
ver. Sin embargo, la comedia es un recurso
la música será ensordecedora en el momento
que se utiliza para desensibilizar la violencia.
del clímax. El agresor-héroe consigue destruir
En este apartado me gustaría tocar el tema
al villano. Debe haber sangre, vísceras, muti-
‘Dibujos animados’. Esa clase de dibujos que
laciones y gritos desgarradores, siendo el mo-
vemos y pensamos: Esto no es para niños. Los
mento oportuno en el que llega Peter Griffin
Simpson, Padre de Familia, Futurama, Hora de
en bolas y se pee en la cara del cadáver del
aventuras… y un largo séquito de series, las
antagonista.
cuales camuflan la violencia más cruda con su formato en animación y con el humor.
Siempre es posible cambiar algún dato o modificar un suceso en concreto, pero es impor-
Los dibujos animados tratan de expresar en
tante que la esencia quede bien plasmada.
sus escenas violentas lo que muchas otras se-
Y con esencia me refiero al olor que queda
ries de otros géneros representan, pero des-
plasmado por el pedo en la cara del villano
de una visión más simple: el personaje bueno
en el mismo instante en que aparecen los cré-
es el héroe, el villano debe ser derrotado, la
ditos finales. Porque si conseguimos llegar a
violencia o conducta agresiva suele ser físi-
olerlo, es sinónimo de que la temporada ha
ca, aunque las agresiones verbales ocupan un
sido grandiosa.
lugar relevante, y son en un período corto de tiempo. Por lo tanto, tiene que ser muy explícito, muy gratuito.
@nen_melo
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EL ASESINATO COMO UNA DE LAS BELLAS ARTES Jorge Dueñas Villamiel
“Sus miembros se declaran curiosos de todo lo relativo al homicidio, amateurs y dilettanti de las diversas modalidades de la matanza, aficionados al asesinato en una palabra. Cada vez que en los anales de la policía de Europa aparece un nuevo horror de esta clase se reúnen para criticarlo como harían con un cuadro, una estatua u otra obra de arte”. Thomas de Quincey
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sí describe Thomas de Quincey a la
Las variaciones son cada vez más y más sofis-
ficticia “Sociedad de Conocedores
ticadas. Atrás quedaron los asesinos simples,
del Asesinato” en su famoso e iróni-
impulsivos y estereotipados. La teleficción ha
co ensayo Del asesinato considerado como una
evolucionado y perfeccionado el asesinato fic-
de las bellas artes. Imaginar la existencia de
cional y el estereotipo del propio asesino en
una sociedad de expertos que disfruten con
serie, hasta tal punto que en ocasiones estos
la violencia ajena y realicen un juicio estético
abandonan su condición de antagonistas para
a los asesinatos, como si de obras de arte se
convertirse en estrellas del show por derecho
trataran, podía despertar una cómplice sonri-
propio, ganándose la empatía y el cariño de
sa en la sociedad inglesa decimonónica, pero
los espectadores.
A
curiosamente no resulta una posibilidad tan ajena a nuestra cultura contemporánea en la
Tal es el caso del meticuloso y carismático
que todos nos hemos convertido en especta-
Dexter, un asesino nada convencional. Dexter
dores del dolor de los demás. Como afirmaba
Morgan es un forense especializado en análisis
Susan Sontag:
de sangre que al terminar su jornada laboral se dedica a asesinar criminales que han logrado eludir a la justicia. Ante la imposibilidad de
“Ser espectador de calamidades
acabar con sus tendencias asesinas, su padre
[...] es una experiencia intrínseca
adoptivo le educa en «el código de Harry»,
de la modernidad [...] Las gue-
una especie de moral para psicópatas que
rras son ahora también las vistas
consiste en fijar como objetivos a corruptos,
y sonidos de las salas de estar.”
ladrones y otros asesinos en vez de a inocentes jovencitas. Así Dexter se convierte
Los telediarios se llenan de violencia espec-
en una especie de retorcido superhéroe
tacularizada en busca de audiencia sedienta
nietzscheano, limpiando el mundo de escoria
de morbo. Pero también lo hacen las ficciones
a base de tomarse la justicia por su mano
televisivas, entre las que cuesta mucho en-
a la vez que satisface su instinto de matar.
contrar alguna libre de representaciones de
Deber y placer son para Dexter dos caras de
actos violentos. Insultos, peleas, torturas, vio-
la misma moneda.
laciones, amputaciones y por supuesto asesinatos son aliño corriente en la receta de cual-
Otro asesino carismático es Paul Spector. El
quier guión, incluso en aquellos destinados al
coprotagonista de la británica The Fall no es
prime time familiar.
en absoluto el asesino que podríamos imaginar: es joven, atractivo, educado, un mari-
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do ejemplar, un padre cariñoso y por si fue-
llega a decir Stella Gibson, la también atípica
ra poco trabaja como asistente social. Paul,
investigadora policial protagonizada por Gi-
inspirado por cierto en el asesino real Dennis
llian Anderson, encargada del caso de Paul.
Rader, es el clásico ejemplo de vecino del que dirías: “no me lo puedo creer, era muy majo y
The Fall lleva el género del asesino en serie
siempre saludaba” cuando vinieran los perio-
a un nivel más complejo, lleno de matices y
distas a entrevistarte tras el desastre. Paul no
sutilezas, ofreciendo un tratamiento del pro-
da el perfil estereotipado de asesino en serie,
pio asesinato mucho más íntimo y sofisticado,
ni tampoco tiene el típico “modus operandi”,
con un enfoque que coquetea con lo estético.
ya que no sólo mata, sino que estudia cuida-
Pero mucho más lejos todavía llega el remake
dosamente y acecha a sus víctimas elegidas,
televisivo del caníbal más famoso e irónico de
colecciona recuerdos de ellas y limpia y co-
la cultura reciente: Hannibal. Lejos de ser un
loca meticulosamente sus cuerpos en poses
refrito de lo leído en las novelas o lo visto en
para fotografiarlos. “Se considera un artista”
las películas, la serie inspirada en los perso-
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najes de Thomas Harris es quizás una de las
Dr. Lecter, consiste en el mural con forma de
piezas más experimentales de teleficción que
ojo humano que construye un perturbado a
podemos ver en actual emisión. El excesivo
base de coser cuerpos humanos con diferen-
refinamiento del cultísimo y casi pedante Dr.
tes tonalidades de piel. Este personaje reduce
Lecter es trasladado al propio tratamiento
el cuerpo humano a una mera pincelada con
estético de la serie, con una fotografía ma-
la que dar forma a una obra maestra que le
gistral y una banda sonora omnipresente y
permitiría mirar al propio ojo de Dios (a me-
onírica capaz de contagiar en el espectador el
nudo me preocupo por la salud mental de los
ambiente opresivo y esquizofrénico en el que
guionistas de esta serie).
conviven los personajes.
“El criminal es el artista;
El “Destripador de Chesapeake”, nombre con
el detective, el crítico”
el que se apoda al Dr. Lecter antes de ser mundialmente conocido como “Hannibal el
Chesterton
caníbal”, asesina con el mismo gusto y sofisticación con el que toca su clavicordio o co-
Hannibal es una serie tan enfermiza como tre-
cina uno de sus exquisitos platos de nouvelle
mendamente atractiva. Capítulo tras capítulo
cuisine (con ingrediente sorpresa) para sus
las atrocidades del Dr. Lecter y compañía nos
ingenuos invitados. Cada episodio de la serie
atrapan en vez de producirnos lo que debe-
nos muestra un asesinato distinto, a cada cual
ría ser un lógico rechazo. El excesivo cuidado
más elaborado, pero rara vez presenciamos el
estético con el que aparecen dispuestas las
acto violento, lo que se nos muestran son las
víctimas hace que nos olvidemos de que una
consecuencias, los cuerpos mutilados, mani-
vez fueron humanas, que las objetualicemos
pulados y dispuestos como esculturas, a me-
y las percibamos con criterios que pueden
dio camino entre ítems totémicos y las obras
llegar a ser meramente estéticos. Al fin y al
de arte que imagina Damien Hirst en sus pe-
cabo el análisis policial de la escena del cri-
sadillas más perturbadoras.
men y el estudio que realiza el crítico de la obra de arte no son actividades tan opuestas.
Cuerpos convertidos en ángeles, en violon-
Como bien evidenció el connoisseur y crítico
chelos, en árboles, en osos cavernarios… la
de arte decimonónico Giovanni Morelli, cuya
lista es interminable. Un sinfín de instalacio-
metodología de trabajo sirvió como referen-
nes artísticas con el cuerpo humano como
cia a Arthur Conan Doyle para dar forma a su
materia prima. Uno de los ejemplos más en-
Sherlock Holmes.
fermizos, y que curiosamente no perpetra el
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Es precisamente en la cultura del siglo XIX cuando se consolidó la sensibilidad estética ante el horror y la muerte que ha llegado hasta nuestros días, conceptualizada en el ideal romántico que Poe sintetiza: “la muerte de una mujer hermosa es el tema más poético del mundo”. ¿En qué posición como sociedad supuestamente avanzada nos deja esta tendencia estética? ¿Cómo podemos sentarnos semana tras semana, palomitas mediante, a contemplar
“El asesinato, por ejemplo,
las formas horribles de acabar con una vida humana que han imaginado los guionistas
puede tomarse por su lado
para saciar nuestra adicción? Por muy ficticias que sean, convivimos con estas pesadillas con
moral y, lo confieso, ese es su
una inquietante cotidianidad. Como afirma Miguel Á. Hernández al referirse a nuestra in-
lado malo, o bien cabe
clinación por percibir poesía en las imágenes del desastre, quizás sea porque “no nos va la
tratarlo estéticamente, como
vida en ello, porque la sangre no nos salpi-
dicen los alemanes, o sea en
ca. Porque, en realidad, todo aquello no nos «afecta»”. En ese caso deberíamos preocupar-
relación con el buen gusto”.
nos por si nuestra falta de empatía escondiera una colectiva psicopatía latente. Lo cual no sería de extrañar, dada nuestra tendencia
Thomas de Quincey
como espectadores a justificar los actos de Dexter o a admirar las perversas creaciones de Hannibal, al cual no sabríamos si encerrar
@sickmonkeys
de por vida u otorgarle una estrella Michelin y dedicarle una retrospectiva en el MOMA.
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28
“
the best zombie mo-
vies show us gore and violence and all that cool stuff too… but there’s always an undercurrent of social commentary and thoughtfulness.
- Robert Kirkman
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“
L a violencia en Juego
de Tronos no es nada si la comparamos con los grandes horrores que vio nto amor ha sufrido lal ehumanidad...Poniente no
es
Dis-
Jesús Villaverde Sanchez
neyland
Imagina que Winding Refn y Tarantino se unen para rodar en televisión. Imagina, venga, que es sólo un momento y es gratis. Ahora imagina que la historia es una historia de amor. Hasta los tipos más duros se enamoran, ¿no? Y, además, todas las historias acaban por ser una de amor, dicen. Imagina que la historia de amor está envuelta en una trama de ultraviolencia que aúna los golpes con la belleza poética. ¿Sí? Bienvenido a Banshee.
- George R.R. Martin
Porque, por mucho sabor a hierro que tenga, por mucha sangre que salpique tu sillón… Banshee es una historia de amor. Pero, como dijo Jack, el destripador, vamos por partes.
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mientos tribales. La violencia se desata en los primeros minutos, en los que se introduce la persecución que vertebrará toda la primera (y la segunda, aunque esta se abra más a otras tramas) temporada de la serie. Los ucranianos, la familia de Ana, con Rabbit al frente, persiguen a Hood a su salida de prisión. Esta
La idiosincrasia ultraviolenta de Banshee
persecución, en mitad de Nueva York, es un buen termómetro de lo que significa Banshee. Un río de muertos, camiones que vuelcan y se llevan por delante a otros vehículos, disparos en todas direcciones, muertos inocentes, peatones atropellados. La violencia más des-
El condado de Banshee es un pequeño pueblo
piadada al servicio de la historia, que aún no
con una importante colonia holandesa, más
sabemos hacia dónde derivará.
concretamente amish, en sus afueras. Aparentemente es una zona tranquila. En uno de
Sólo unos minutos más tarde, y sí, seguimos
los flashbacks, Carrie Hopewell, una de las
hablando del piloto, una escena en la cantina
protagonistas, habla con su marido sobre lo
nos demuestra que la violencia va a vertebrar
tranquilo que parece el condado. “Aquí po-
cada segundo de la serie. El sheriff Hood, el
dremos ser felices”, comenta, asegurando que
de verdad, está en la cantina de Sugar Bates,
Banshee es un lugar perfecto para ver crecer
un exboxeador, y es asaltado y asesinado por
a sus futuros hijos sin problema. Carrie, ante-
unos ladrones. En la pelea previa hay desde
riormente Anastasia, huye de un pasado de-
huesos que se salen de su sitio hasta agujeros
lictivo junto al protagonista de la serie, que
de bala en las manos, pasando por numerosas
en el primer capítulo llega a Banshee para
puñaladas y golpes. “Hondanadas de hostias”,
encontrarse tras salir de la cárcel 15 años
que diría el gran Manuel Manquiña en Airbag.
después.
Esta secuencia de golpes será donde muchos curiosos hayan abandonado la serie por su
Desde el momento de la llegada del prota-
forma explícita de enseñarnos la violencia.
gonista al pueblo, con la identidad del sheriff Hood, descubrimos que esa tranquilidad sólo
A partir de aquí, golpes, peleas, macarradas,
es una tranquilidad tensa. En los entresijos
estrategias de combate, persecuciones, cam-
de ese pueblo hay mucha tensión y enfrenta-
bios de identidades… Banshee se hila en tor-
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no a esto. En el condado ese es el único ra-
Proctor, atado a un árbol y siendo apaleado…
zonamiento posible y el único vehículo para
todo amor, todo golpes.
conseguir los objetivos. Los apuñalamientos, dedos amputados sin ningún tipo de piedad,
El punto culminante de la violencia explíci-
y hombres echados a los perros (1x02), entre
ta en la pantalla llega con un flashback. En
otras lindezas, se suceden en la pantalla. Pero
el capítulo 1x06 la serie se retrotrae a la es-
no sólo la violencia es explícita cuando ha-
tancia de Hood en la cárcel. Allí se topa con
blamos de las múltiples personalidades delic-
“el albino”, uno de los arquetípicos matones
tivas que residen en este condado imaginario.
de prisión, con el que tiene que lidiar y con
La policía también comete abusos al respec-
el que termina de una forma bastante desa-
to, claro, más desde que el ex presidiario toma
gradable. Con el tipo malherido después de
la identidad de Lucas Hood, el hombre que
una cruda pelea, el “sheriff Hood” (todavía no
llegaba al condado para ser el nuevo sheriff,
lo es en ese flashback) no duda en terminar
al que vio morir en el Forge de Bates. Una
con él reventando su cabeza con una pesa.
oreja cortada de raíz, el señor del crimen, Kai
La imagen del albino, muerto, con la sangre
33
brotando de sus ojos es difícil de quitarla de
namos por clamar, y posteriormente justifi-
la cabeza. Sin embargo, a pesar de lo crudo
car, la violencia en su contra. ¿Me vas a decir
de las imágenes y de la muerte ultraviolen-
que Banshee es demasiado violenta cuando tú
ta de este tipo, pocas secuencias antes, más
mismo estás clamando venganza contra unos
concretamente en el capítulo anterior (1x05),
personajes y deseando que los aniquilen a las
nos hemos puesto a la misma altura que los
primeras de cambio? No creo.
personajes de Banshee. Uno de los grandes aciertos de la trama vioOcurre cuando un grupo de moteros, de los
lenta de Banshee (que se acentúa en este pre-
icónicos “ángeles del infierno” (nos recuer-
ciso instante) es la colocación de una colonia
da este momento a Sons of Anarchy) llegan
amish en las afueras del condado, que inte-
al condado con la única intención de hacer
ractúa muchísimo con las gentes del pueblo.
el mal y pasárselo bien. Cuando vemos a los
Los amish rechazan toda muestra de violen-
moteros actuar, la sangre nos hierve y termi-
cia. Cuando reciben el ataque de los moteros,
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no responden. No pueden hacerlo, su idiosin-
Tigre y dragón o la reciente The Grandmaster
crasia no es violenta, sino todo lo contrario.
de Wong Kar Wai).
El movimiento de los guionistas es brillante. Ante la violencia extrema de todo lo que re-
Entre tanto, incluso se dejan ver homenajes
side a su alrededor, una colonia que suponga
a la violencia cinematográfica. La manera en
todo lo contrario y destierre todo tipo de vio-
que Hood mata al albino en la cárcel recuerda
lencia. Esto hace que el condado de Banshee
a una escena de La naranja mecánica, en la
puede llegar a parecer incluso más violento
segunda temporada Proctor descuartiza, ante
si cabe. Al respecto de la colonia amish, es
la mirada de Rebecca, a un hombre en la pi-
aun más destacable que el señor del crimen
cadora al estilo Fargo, pero más sofisticado. Y
de Banshee, el despiadado Kai Proctor, sea de
no son las únicas.
procedencia amish y haya sido expulsado por su aceptación de esa violencia. Las escenas en las que vuelve a ver a su familia, o aquellas en las que acoge a su sobrina Rebecca Bowman, tras ser desterrada de la colonia por defenderse de los ataques de los moteros, son una elegante representación del contraste de visiones.
El amor como límite de la violencia
El condado de Banshee alberga a todo tipo de grupos organizados y violentos. Neonazis, tribus mejicanas, bandas de moteros, policías corruptos que no dudan en usar sus métodos, Kai Proctor y su séquito… Toda la violencia
En cambio, en Banshee hay un giro frente a
tiene su sitio en Banshee. Desde la más cruel,
toda esta violencia: el amor. Porque Hood
un hombre apalea a una mujer en el 1x03
acude al condado en busca de Ana sólo por
mientras la fuerza sexualmente, por ejemplo,
amor, por devoción. Y esta relación nos ofre-
hasta la más poética, como demuestra la pe-
ce las dos imágenes más poéticas de la serie
lea entre “hermanos” que libran Olek, uno de
hasta el momento. El cruce entre violencia y
los ucranianos de Rabbit, y Ana en el episodio
amor llega en el capítulo 1x07, cuando Ana
1x08 (rememora la violencia coreografiada
acude a buscar a Hood a su cabaña. Él, que
de la trilogía de Matrix o de películas como
ya ha sido “traicionado” por ella en varias
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ocasiones desde su llegada al pueblo no se
o enemigas criminales (Nola Longshadow o
fía. Los dos pelean para acabar acostándose
Rebecca Bowman). Pero siempre hay una mu-
por todos los rincones de la casa. El amor y la
jer en el horizonte que supera a todas las de-
violencia se han cruzado por fin. La eviden-
más: Anastasia o, con su nueva identidad en
te historia de amor (y pasión) entre los dos
Banshee, Carrie. La historia de amor termina
protagonistas estalla y, de una vez por todas,
por vertebrar la serie cuando parecía que la
vemos que toda la violencia está enfocada a
violencia iba a ser el único elemento narrati-
un propósito que nada tiene que ver con ella:
vo. La primera temporada termina por ser un
el amor de Hood y Ana.
intento de Hood de recuperar su vida anterior con Ana, mientras la familia de esta, Rabbit y
Durante toda la serie vemos al sheriff tenien-
los ucranianos, los persiguen por traicionarlos
do escarceos con numerosas mujeres. Por su
tiempo atrás.
cama pasan casi todas las mujeres de Banshee. Rubias, morenas, convenientes, no con-
En la segunda temporada se suma, además de
venientes, compañeras de trabajo (Siobhan)
una lucha tribal (Proctor versus Longshadow),
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la relación de Hood con su compañera, la agente Siobhan Kelly, en el Cadi (la comisaría, que se encuentra en un antiguo concesionario de Cadillac). ¿Por qué me detengo en explicar la relación con Siobhan si sólo es una más de tantas? Pues por eso precisamente, porque no lo es. Kelly es la única mujer que consigue hacerle sombra a Ana, tanto para el sheriff como para el espectador. La representación de su relación así lo demuestra. Cuando el sheriff se acuesta con cualquiera de las otras mujeres, el sexo es agrio, con un toque salvaje muy remarcado. En cambio, cuando son Ana o Siobhan, la imagen se torna más poética. El sexo se vuelve una especie de violencia salvaje edulcorada mediante la música, la ralentización de la imagen o los planos que muestran como, al amanecer, los dos cuerpos siguen estando ahí, juntos, sin que ninguno haya salido escopetado. Estas dos historias de amor, violento amor, acaban por ser el alambre sobre el que giran todos los hilos de Banshee. Lo que de verdad importa una vez nos acostumbramos a los golpes, las peleas y los asesinatos. El amor es el límite de la violencia en Banshee. Todo se consigue mediante la violencia, sí, pero si la violencia está fundamentada en la búsqueda y consecución de un objetivo, en este caso el amor, todo cobra un sentido distinto. Y sí, queridos amigos, de una manera diferente, pero Banshee es una historia de amor.
@jesusvs_txetxu
37
38
“
Cada acto de violen-
cia en Breaking Bad tiene sus consecuencias.
- Vince Gilligan
39
s
A m
o
b
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e r i
c
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H o r r o r s t o r y :
a
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Daniel RodrĂguez Castillo
40
m
no es apta para todas las audiencias, sí tiene cierta chicha que sacar. Antes de nada, tengo que decir que la temporada tiene un aparato sonoro soberbio y que utiliza una canción recurrente y tan adorable como siniestra cual es Dominique. Recomiendo encarecidamente leer estas líneas con esa canción de fondo, como un bajo continuo, y dejarse llevar por su
A
merican Horror Story es una serie com-
son y su apasionante letra: “Dominique, mon
puesta por cuatro temporadas, cada
bon père, garde-nous simples et gais pour an-
cual con una temática, personajes y situa-
noncer à nos frères na vie et la vérité...”.
ciones diferentes (aunque se repite el elenco protagonista de actores). Así, la primera
La trama comienza cuando Kit Walker, un
se desarrolla en una Casa de los Horrores;
joven completamente sano de la costa este
la segunda, en un centro psiquiátrico, don-
de Estados Unidos, es acusado injustamente
de apuesto que, con toda seguridad, estuvo
de asesinar a su mujer. No tiene más remedio
internado el mismísimo demonio; la tercera,
que entrar en la antigua mansión de Briarcliff
en una Nueva Orleans infestada de brujas; la
–donde hubo misteriosos asesinatos– que
cuarta se basará en los fenómenos de un circo
ahora funciona como un centro psiquiátrico
ambulante (¡qué ganas de que salga!).
ilegal –donde se experimenta brutalmente con los pacientes. En dicho centro, regentado por
Para aquel que no la haya visto, AHS es una
una monja sádica que no tiene miramientos en
serie de terror psicológico, que aborda temas
destruir las vidas que haga falta para ocultar
de todo menos convencionales: es una ensa-
su secreto y para experimentar violentamente
lada de elementos sobrenaturales aderezados
con sus pacientes, caerá el bueno de Kit. El
con toques de gore y un poco de locura, sazo-
centro funciona como una prisión de alta
nados con una pizca de delirios y condimen-
seguridad y está configurado de tal forma
tada con muchas incorrecciones políticas y
que es imposible escapar de él, con lo que
religiosas. Para este artículo voy a centrar mi
todo bicho viviente que se encierre entre las
atención en la segunda temporada, American
paredes está a la merced de la directora y de
Horror Story: Asylum, porque ofrece muchas
otros personajes igualmente perturbadores
cosas de las que hablar y porque creo que, a
(sacerdotes, pacientes, monjas...) cada cual
pesar de su condición de serie que no busca
más delirante, oscuro, alocado y paranormal
agradar a todo el público y que, desde luego,
que los anteriores.
41
“ L a s c á rce le s , los h os p i ta le s y l a s e s cu e l a s pres e n ta n s i m i lit u d e s p o rq u e s i rv e n pa r a l a i n te n ci ó n p ri m e r a d e l a ci v i liz aci ó n : l a coacci ó n .”
La premisa de la temporada es que el cen-
despropósitos, sangre a chorros, horror por el
tro psiquiátrico es un cajón de sastre donde
horror... pero también ideas muy jugosas para
cabe todo. Así como la hermana Jude experi-
todo aquel que quiera mirar más allá mientras
menta con sus pacientes, los distintos direc-
pasa un rato estupendo, muy divertido, y ve
tores y guionistas de cada capítulo lo hacen
una obra que se encuentra a medio camino
con el material del que disponen, y ofrecen al
entre la serie B y la serie A. De este modo,
espectador descuartizamientos, un sinfín de
aunque la temporada puede parecer un totum
42
revolutum incoherente, tiene coherencia a pe-
tanto del espectador como de los personajes
sar de todo y va cohesionando toda la historia
que aparecen en ella. Personajes y especta-
(en su delicioso delirio) poco a poco.
dores que encuentran su acomodo en la razón de la sinrazón o buscando una verdad que
En este cajón de sastre nos encontramos en
sólo encuentra en la locura: “Dominique, mon
medio de una batalla entre la luz y la oscuri-
bon père, garde-nous simples et gais por an-
dad, entre la racionalidad y la irracionalidad,
nouncer à nos frères la vie et la vérité...”.
entre lo apolíneo y lo dionisiaco nietzscheano, entre el amo y el esclavo hegeliano. Parece
Como dice el famoso dicho: “los borrachos
que el apologeta de la tragedia, de la violen-
y los niños siempre dicen la verdad”, los ge-
cia más descarnada, del deseo y la apeten-
rentes, ebrios de poder e intenciones aviesas,
cia está absorbiendo al equilibrado, sensato
juegan como niños con sus pobres internados
y bello Apolo que ya duda hasta de su propio
(y entre sí) sin importar las consecuencias, al
raciocinio. Los papeles están invertidos y los
margen de todas las leyes habidas y por haber
personajes hacen de aquello que no deberían
cediendo a los deseos más bajos, simplemen-
ser: el paciente está más cuerdo que aquellos
te por el mero hecho de jugar a emborrachar
que lo tratan; los doctores están para que les
al pobre Apolo.
encierren y no les dejen salir jamás. Dionisos ha emborrachado a Apolo, que ya no encuen-
Este cajón de sastre es el que genera las con-
tra descanso, o, si lo encuentra, es en la locu-
diciones de posibilidad de que el juego de
ra y el desbarre colectivo.
coacciones y violencia de los que hablaba Foucault se lleve a cabo. Un juego macabro
El filósofo español Eugenio Trías decía que “lo
donde aparecen nazis, abducciones alieníge-
Siniestro constituye condición y límite de lo
nas, asesinos en serie, embarazos paranorma-
Bello”. Esta obra explora los límites y se en-
les, exorcismos... e incluso un personaje navi-
cuentra con que hay cierta belleza en el gore
deño interpretado por el genial Ian McShane
que se nos presenta, que hay un sustrato de
(que alcanzó la fama gracias al papel de Al
armonía poética en la violencia descarnada y
Sweareangen en la gran Deadwood). Este es
fronteriza que se nos muestra en esta ficción
un centro donde la inocencia ha dejado paso
insana. Pero sólo se encuentra tras el velo de
al descalabro y al placer por el dolor, a la pul-
lo siniestro. Empezar a ver esta serie es intro-
sión a la muerte y a la fascinación por lo si-
ducirse de lleno en un ambiente hostil que
niestro.
invita y conduce al delirio irremediablemente,
43
44
Aunque la serie no parece estar dentro del top 10 de las más influyentes de la historia, por diversas razones, es altamente recomendable para aquel que quiera pasar un buen rato, que quiera explorar una serie cuyo juego se desarrolla en los límites: lo moral-lo inmoral, lo bello-lo siniestro, la cordura-la locura, etc.; o simplemente que quiera desconectar y reírse de sí mismo. Visualmente es una serie impactante y absorbente que tiene una fotografía (que genera un ambiente perturbador y dramático) y una puesta en escena dignas de mención, para estar al servicio de una obra que bien podría ser llamada, como indicaba, una serie B de lujo. De lujo también son algunas de las interpretaciones, especialmente la de la actriz que encarna a la hermana Jude (Jessica Lange) y la de algunos secundarios como la hermana Mary Eunice (Lily Rabe) o la reportera Lana Winters (interpretada por Sarah Paulson) que, junto a Kit, experimenta el paso de la cordura a la perturbación en carne propia. Por último, para cerrar como al inicio, no puedo dejar de indicar la magia que se crea en torno a la obsesiva y enervante canción de Dominique con la que abría paso a este análisis. Genera un halo de hostilidad en el espectador a la vez que una risa nerviosa, porque algo va a romper la cotidianidad del psiquiátrico –si es que algo así es posible. Esa canción y los momentos en los que aparece son el mejor resumen de lo que nos vamos a encontrar en el cajón de sastre que es American Horror Story: Asylum.
@danir0d
45
46
If you don’t watch the violence you’ll ne ver get desensitized to it.
- bart simpson
47
“
“
EL DÍA QUE HELLO KITTY COGIÓ L A K ATA N A
Bruno Rodríguez Armesto
48
La primera vez que vi una película de animación japonesa fue Akira y yo tendría 4 o 5 años. Mi padre había leído una buena crítica en un suplemento cultural de El País, así que compró el VHS y se dispuso a que lo viésemos juntos. Ya en la segunda escena un hombre que carga con un niño es tiroteado por la policía y queda bañado en un charco de sangre –la emana de los agujeros de bala, la vomita e incluso vuelve a recibir una segunda ráfaga que reduce su cuerpo a un amasijo de carne–. Todo esto bajo la atenta mirada del niño que le acompaña, que empieza a gritar haciendo que todo a su alrededor explote. Y es curioso, porque la mirada del niño también es la mía, que en ese momento posiblemente tenga que estar haciendo un esfuerzo consciente para no mearme encima; hasta que mi padre para la cinta y se disculpa por la imprudencia de no informarse mejor sobre la peli –y, sin saberlo, generar en mí una mezcla de fascinación y repulsión por la animación que me acompañará para siempre–. Aún llevo esa escena grabada a fuego en la retina, y aún encuentro escenas de este tipo de cine que me hacen sentir sumamente incómodo.
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¿Pero por qué el Anime es tan jodidamente violento? Posiblemente no haya una respuesta fácil; al
La animación japonesa se define en gran par-
fin y al cabo Japón es el país de la hipérbole:
te por buscar experiencias narrativas y estéti-
del tren bala, de las ciudades superpobladas,
cas que no pueden alcanzarse en otro tipo de
de los parques temáticos abandonados, de la
cine, ni siquiera mediante efectos especiales/
tecnología futurista y la bomba atómica.
digitales, lo que lleva a una continua exploración y redefinición de los límites de la expe-
Lo que es seguro es que la violencia es una
riencia narrativa y estética de forma que no
parte integral –que no imprescindible– del
se ve en otros medios. Si bien el primer punto
cine japonés, quizás especialmente en su cine
es una obviedad, el segundo es especialmen-
de animación, y esta tendencia debe surgir de
te interesante.
un motivo común a la cultura japonesa, por ejemplo:
Pongamos como ejemplo Evangelion, Serial Experiments: Lain, Paranoia Agent, la propia Akira. Es muy difícil encontrar ejemplos de ex-
La animación en Japón es un fenó-
presiones cinematográficas que se acerquen
meno cultural para todos los pú-
al nivel de complejidad, de enrevesamiento
blicos, por lo cual también cumple
y de desdén hacia el espectador que alcan-
roles de entretenimiento adulto,
zan estas cintas, que a menudo son incom-
que incluye contenidos con un im-
prendidas por un espectador occidental poco
portante componente de violencia
acostumbrado a ser desafiado de forma tan abierta.
y erotismo; elementos que quizás se hayan reforzado como forma de
Una serie tan elemental como Doraemon trata
reivindicación de su visión de la
de un gato robot del futuro que es enviado
animación como un producto mu-
por los descendientes de un memo, un fraca-
cho más complejo que la etiqueta
sado, por cuya culpa toda la línea sucesoria cayó en la ignominia, para que ayude a tan re-
de infantil que lleva asociada en
pudiado ancestro a no ser un completo inútil
occidente.
y así mejorar las condiciones de sus futuros
50
descendientes. Hostia tú, ¡pero si es una serie
Quizás la violencia sea el atajo más cómo-
de niños pequeños!
do o rápido a lo sublime. Quizás la violencia en el anime es una experiencia estética, una
Quien achaque esto a que los japoneses “son
búsqueda del dinamismo, de la sorpresa y de
unos rayaos” y “están fatal de la cabeza” acer-
romper con una habituación a la violencia que
tará de lleno, pero no hay que ignorar ese én-
nos hace cada vez más difíciles de sorpren-
fasis por trascender otro tipo de producciones
der y por ende, requiere cada vez estímulos
más ligeras de las que buscan distanciarse. A
más agresivos para hacernos levantar el culo
veces dan con una genialidad, a veces con una
del sofá. Aunque sea para cambiar de canal y
ida de olla totalmente innecesaria.
maldecir a esos putos dibujos chinos y la puta madre que los parió.
¿Por qué nos atrae la violencia? Schopenhauer decía que lo sublime es el máximo grado de
O atrapar a un niño de 5 años para siempre
belleza, el que nos deja sin aliento, el que nos
en sus garras, aunque esa semana tuviese que
hace sentir insignificantes, el que es violento,
dormir con su padre.
conmovedor, e incluso puede llegar a poner en peligro nuestra propia vida.
@bruroar
51
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GE NERADORES DE IRA
Carlos A. Ors Bravo
No, no estoy aquí para hablar de un grupo de death metal, aunque lo parezca. Voy a hablar de mis temas favoritos: la animación y la violencia. Voy a utilizar distintas series como ejemplo, todas ellas están entre mis favoritas. Para empezar, yo no veo problema en que en algunas series de animación haya un poco de violencia, siempre y cuando se lleve bien. Y no sea en series de animación infantil. Véase, por ejemplo, South Park. En ese icono de la animación adulta los niños siempre se pegan, al igual que los adultos. Sería una estupidez decir que los niños nunca se pegan. De hecho, son más propensos a pegarse que los adultos, puesto que su raciocinio no da para mucho, de manera que, al final, recurren a argumentos ad hominem basados en cruzar la cara de sus oponentes. En South Park, por ejemplo, no es infrecuente que los niños (o los adultos) se líen a leches y eso hace la serie genial (nada hay más divertido que niños pegándose, salvo, quizás, todos ellos pegando a Eric Cartman). Pondré un ejemplo de un capítulo que vi hace poco: I’m a little bit country, o, South Park’s KICK ASS 100th episode. En él, en medio de una manifestación acerca de entrar o no en Irak (hace MUCHO que salió ese capítulo), los pueblerinos empiezan a razonar y están a punto de llegar a una conclusión, cuando uno dice: “Debiéramos estar haciendo lo de antes, moliéndonos a leches.” (No es una transcripción palabra por palabra, pero esto es South Park).
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Esa violencia retratada en South Park, no plan-
puede solucionarse cruzando el rellano de la
tea problemas en mi opinión, porque, como ya
escalera y liándose a hostias con el vecino.
he dicho, esta serie es animación ADULTA, por
Eso, lo único que hace es: a) traer a la policía
no hablar de que, la serie en sí, es espantosa-
y b) hacer las reuniones de vecinos una expe-
mente ridícula (Eric Cartman, en un capítulo,
riencia aún peor.
consigue éxito y fama internacional con un grupo de rock cristiano. Eso está por deba-
Ahora, Hora de Aventuras, no es la única se-
jo de la música country, por dios). Los niñ@s
rie que podría redimirse de su violencia por
no debieran verla, eso sí. Si vuestros hijos la
los enemigos. También está una de mis se-
estuviesen viendo, habríais fracasado como
ries favoritas: Las Supernenas. Ellas son niñas
padres, a no ser que vuestro único objetivo
de tres o cuatro años que pelean con chim-
fuese tener al niño más soez del patio de recreo, en cuyo caso, enhorabuena. Ahora, en Hora de Aventuras, la violencia es la manera de ganarse la vida de Finn y Jake. Sí, de vez en cuando ayudan a ancianitas, pero en cuanto ven un problema que no puede superarse pegándole en la cara, se sienten completamente perdidos. Esta es una serie que ha sido, esencialmente, dirigida a niños. Aunque la idea de que la violencia lo soluciona todo de Finn se lleva con comicidad, eso no quita que es su solución por defecto y que es lo que los niños están aprendiendo de su serie en prime time. Si algo pudiese redimir esa cantidad de violencia, que no creo, sería la clase de seres contra los que usa su filo: sí, son terrores interdimensionales, algo a lo que pocas personas tenemos que enfrentarnos diariamente; es más probable que la gente se enfrente al ennui, y eso, en mi experiencia, no
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pancés hiperinteligentes (Mojo Jojo), prisione-
En serio, lo único que hacen en esta serie
ros y… ¿Satán?
es enseñarnos lo importantísimo que es ser agradable con los demás. DOMESTICAN al es-
En serio, nunca entendí a este personaje y,
píritu del caos.
si me enfrentase a él (¿ella?), lo haría sólo, SÓLO, si tuviese conmigo todo el napalm del
Mi conclusión es, como veis, relativamente
mundo.
fácil de extraer de este texto. Básicamente porque la voy a poner aquí:
Lo que hace, realmente, esta serie genial, eran las lecciones que yo recuerdo aprender con
La violencia puede figurar en la animación,
cada capítulo (pero las recuerdo ahora. En su
claramente, pero tiene que estar bien lleva-
momento, me quedaba con lo chulo que sería
da. En una serie infantil no debiera utilizarse
ser una supernena, como dice Ringo Starr en
como alivio cómico. Eso es demasiado com-
su canción I wish I was a Powerpuff Girl).
plejo para que los niñ@s lo entiendan. En la animación adulta no hay problema, siempre y
Por otro lado, me queda una serie por men-
cuando los niños no la vean.
cionar: My Little Pony. Me parece relevante porque trata temas similares a los de Hora
El problema de exponer a los niños a dema-
de Aventuras, ambos a la hora de enemigos y
siada violencia, es que, quizás, algún día con-
a la hora de lecciones personales. Nuestros
sideren que es la solución a todos sus pro-
ponies pastel favoritos no usan la violencia
blemas. Lo es, hasta que a uno le meten en
para solucionar sus problemas. Sí, en algunos
la cárcel. No se está tan mal ahí, la verdad,
capítulos usan cosas MUY oscuras para esta
pero no es el lugar donde me gustaría pasar
serie (la magia del odio, finale de la tercera
el resto de mi vida, de modo que lo que dijo el
temporada), pero no la violencia en sí. Nunca
juez ayer, me relajó. Sólo me quedan cuarenta
dejan secuelas negativas en sus adversarios,
años aquí dentro.
de ningún tipo. @C_Ors Pongamos, por ejemplo, a Discord, el espíritu del caos. Sí, al final de The Return of Harmony, part 2, le atrapan en piedra, pero, poco después, le sacan de ahí y le intentan reformar para que vuelva a ser un miembro productivo de la sociedad.
55
LA
Por Nacho Bibián
EPISODIO II ( P A R T E I I )*
*La parte I del episodio II puede leerse en el número 1x04
<Queridos lectores de OchoQuince Magazine, estimados amigos, recordaréis que la cinta que me hizo llegar la redacción de dicha revista se encontraba dañada a partir de cierto punto, por lo que mi servicio fue temporalmente interrumpido. Quizá el lector recordará que antes de llegar al fragmento de cinta corrupto la escena se encontraba en el siguiente punto: El llamado Mr. Wong era requerido por la señorita Daenerys Targaryen para encontrar a su amigo Nicholas Brody, a cuya búsqueda asistía un silencioso varón de Oriente Medio. Justo es mencionar que Mr. Wong no parece estar de acuerdo en que así se le denomine. Pues bien, la cinta retornó con la prontitud que se le presupone a un paquete remitido por el ciudadano suizo medio, y su tratamiento denota la pulcritud del mejor equipo técnico que Suiza puede ofrecer (y casi por extensión, cualquier país del Mundo). Aquí sigue mi trabajo sobre el material>.
[El individuo interpelado como Mr. Wong se deja caer pesadamente sobre el sillón giratorio]. -Señorita Targaryen, ¿dónde se encontraba usted entre las 8 y las 9 horas de anoche? -¿Qué importa eso? Brody lleva desaparecido ya cuatro días. -Elemental, mi querida señorita Targaryen. Por algún sitio hay que empezar. -Menuda idiotez, Mr. Wong, ¿dónde estaba usted? ¡Y le he dicho que me llame Dany! ¡No me haga enfadar! [Mr. Wong carraspea sonoramente y abre de nuevo la boca a juzgar por un sonido pastoso, pero tarda unos veinte segundos en decir la siguiente frase].
57
-¡Ajam! ¿Dónde estaba usted cuando Nicholas Brody desapareció? -No habla nuestro idioma, Mr. Wong, ya se lo he dicho. [Al parecer la pregunta iba dirigida al caballero asiático]. ¿Y qué significa “cuando Brody desapareció”? ¿Cree que se esfumó ante nuestro ojos como en un truco de magia? No sabemos cuándo ni sabemos dónde, en eso consiste estar desaparecido. -Claro… ¿Cuándo le vio por última vez? -Hace tres semanas, en mi cumpleaños. -¡Tres semanas! ¡Esto se pone serio! -Ay, Mr. Wong, qué obtuso es usted. Esa fue la última vez que yo le vi, pero otros le han visto después de mí. -Como este caballero que trae con usted. -Quizá, aunque jamás le vi antes de que Brody desapareciera. Me acompaña desde hace solo tres días. -Creo que ya voy atando los cabos sueltos. Veamos, Dany, recapitulemos: No sabe dónde está Nicholas Brody, ¿cierto? -Cierto. -Tampoco sabe con exactitud cuándo desapareció, ¿cierto? -Cierto. -Y este caballero oriental apareció entonces para colaborar en la búsqueda, ¿cierto? -Cierto [La señorita Targaryen empieza a sonar audiblemente impaciente]. De verdad, Mr. Wong, a dónde quiere llegar con todo esto. A mí no me parece que estemos avanzando en absoluto.
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-Un poco de paciencia, Dany, ya casi llegamos [Mr. Wong, en cambio, suena cada vez más ufano y henchido]. Y le aseguro que el viaje habrá valido la pena. Sigamos: [breve pausa dramática] Nunca ha visto a Nicholas Brody y a este caballero oriental en la misma estancia, ¿cierto? -[Duda y contesta arrastrando las sílabas] Cierto… ¿Quiere decir que…? -Elemental, mi querida señora, ¡el caballero oriental es en realidad Batman! [Se oyen sonidos de agitación en el despacho, como de alguien tratando de encontrar apoyo en el escritorio]. -Querrá decir Brody. -¡Eso es! ¡Brody! -¡Oh, dios mío! ¿Es posible? ¡Pero si ni siquiera se parece! -Bueno, Dany, he visto algún capítulo de Homeland… Y para ser francos, Brody no estaba demasiado bien de la cabecita. Supongo que el trauma le pudo llevar a tomarse la conversión al Islam un poco demasiado en serio. Y en lugar de simplemente convertirse en musulmán, se convirtió en Un Musulmán. -Eso lo explica todo. -Desde luego [dijo Mr. Wong con aire relajado y recostándose en el sillón reclinable, que chirrió un poco]. -Tendremos que hacer algo, ¿no, Mr. Wong? -¿Pero qué más quiere? Ya le he ayudado a encontrar a Brody. Y ni siquiera nos hemos tenido que mover del sitio. Está aquí mismo. [Se han producido ciertas distorsiones que permiten presumir un buen nivel de aspavientos en el último tramo de la conversación, pero muy a mi pesar he de reconocer que si bien los atuen-
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dos que identifico como los de Mr. Wong y Miss Targaryen se han hecho notar, no puedo reconocer una sola pista de la reacción que las últimas afirmaciones (y probables ademanes en su dirección) han producido en el caballero oriental, ya que permanece en el más religioso silencio. Si de verdad resultare ser, como afirman con excitación, Nicholas Brody, la agilidad y precisión de movimientos de un marine podría encajar con el control absoluto del ruido cometido].
-Verá, Mr. Wong, a mí me da lo mismo que sea musulmán o no, pero lo de convertirse en otra persona, entiéndalo, sí es más complicado de mantener. Tenemos que revertir el proceso. -¿Y cómo sugiere que lo hagamos? [Dice con la lengua adhiriéndose a ambas paredes de la boca. Se oye el levantar de una taza cerámica de la mesa y al parecer da un mal sorbo y se atraganta ligeramente y trata de disimular]. -Bueno, en mi país tenemos un método bastante polivalente… Un poquitín de manejo de miembros con herramientas contundentes y objetos punzantes. [Ahora el atragantamiento es bastante más notorio y el disimulo, si existe, es inútil]. -¿Estamos hablando de tortura? -Tortura, tortura… En mi país lo llamamos terapia. Tampoco hay que escandalizarse. Es un poquito nada más. Para ver si funciona. ¡Le pagaré el triple! -¡Esto es una locura! -Venga, Mr. Wong, se lo estoy pidiendo por favor… ¿Es que no quiere socorrerme? -Claro, pero… -¡Perfecto! [Con rapidez la señorita Targaryen ha debido sentar con considerable fuerza al caballero oriental en una butaca y procede a inmovilizarle en ella con una cuerda de tejido burdo (cuyo origen no me es posible deducir). Suena duro decirlo, pero por fin se encuentran pruebas fonográficas
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de la presencia del caballero oriental que trata de zafarse sin éxito, quizá pillado por sorpresa y sin capacidad para reaccionar efectivamente] [···] [Me acojo al artículo 6 del Estatuto de trabajadores del Instituto para la Interpretación de Cintas de Grabaciones Telefónicas, Psicofonías y Cacofonías (IpICGTPC) que me permite negarme a “interpretar íntegra o parcialmente aquellos fragmentos de Cintas de Grabaciones Telefónicas, Psicofonías y Cacofonías de contenido particularmente violento o desagradable, siempre y cuando dichos fragmentos no supongan más del 41% del contenido a interpretar”. No incumplo de esta manera ningún contrato ya que se cumple la premisa: el episodio de tortura que me negaré a interpretar supone el 39% del total que recibí para interpretar] [Si bien no haré ninguna mención a los sonidos producidos por la violencia en sí, recojo un tramo de conversación que sucede justo antes de la conclusión del fragmento violento y lo enlazo con el resto].
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-¡Madre mía, qué uñas más limpias tiene este hombre! [Afirma Mr. Wong]. -Desde luego. Ya no están tan limpias, pero sí, sí. Brody es un caballero muy aseado. -¡Las mías serían más como mejillones! [Mr. Wong exclama y ríe a carcajadas. La señorita Targaryen ríe a su vez y contesta]. -¡Ay, me encantan los mejillones! Cuanto hace que no los como… -¡Eso tiene fácil arreglo! Yo hago unos mejillones con queso feta para chuparse los dedos. -Cuida, cuida, que le estás retorciendo el dedo por donde no es. [Se nota el grado de cercanía adquirido en la voz de la señorita, lo que adapto al castellano como tuteo]. -¡Uy, perdone, Brody! [Se disculpa hacia el pobre sujeto]. Es que es hablar de queso y me emociono… -A mí me pasa igual. Me vuelve loca. ¡Y si es derretido ya no respondo de mis actos! [Y ríe]. -Entonces le encantaría lo que hice el otro día. [Mr. Wong aún mantiene una cierta distancia de respeto]. -Cuenta, cuenta. Que esto nos va a llevar un rato. -Compré un rollo de masa hojaldrada y tenía una caja de champiñones en la nevera que se iban a pasar de fecha. Así que los rehogué y salpimenté. Entonces me puse a pensar de qué manera iba a doblar la masa. Al principio estaba pensando en hacer saquitos. -¿Y entonces qué hiciste? -¡Calzone! -¿De hojaldre? ¡Qué buena idea! ¿Y qué más pusiste? -Pues mira [ahora sí, Mr. Wong, muy excitado con la explicación, ha pasado a hablar en un tono más cercano, puede que sin darse cuenta], tenía también algo de salsa de tomate con especias que guardaba para unos macarrones, así que unté un poco en la base. Luego
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corté un tomate natural y troceé un par de lonchas de jamón cocido y lo puse todo con los champiñones rehogados. ¡Y para culminar…! -¿Qué? ¿Qué más? [La señorita Targaryen suena ansiosa y Mr. Wong satisfecho y orgulloso]. -¡Queso mozzarella fresco por encima! Y al horno entre 25 y 30 minutos. -Uf, debió salir delicioso… Y con el queso derretido por encima… Y con la masa crujiente… -Desde luego. [Declara ufano Mr. Wong]. -¿Sabes, Mr. Wong? Un hombre cocinando me resulta muy sexy…
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[Quedan en silencio, aunque bien podrían estar haciendo ruidos, que difícilmente se escucharían por encima de los alaridos del sujeto atado]. [Se oyen voces fuera del pasillo, alguien cantando sonoramente, y risas. Se abre la puerta con fuerza y exclaman dos voces masculinas a la vez]. -¡Qué demonios! [La palabra usada no se traduce así exactamente, pero la última circular emitida por el gremio profesional de Interpretación de Cintas de Grabaciones Telefónicas, Psicofonías y Cacofonías (GP de ICGTPC) aconseja evitar el lenguaje malsonante cuando sea posible]. Mr. Wong: -¿House? Miss Targaryen: -¿Brody? Caballero de Oriente Medio: -¡Allahu akbar! [Uno de los recién llegados conversa en árabe con el malogrado caballero (en la que, lamentablemente, no estoy suficientemente versado, aunque sí reconozco disculpas y cierta afectación de respeto) a la vez que se oye roce de cuerdas y tejidos, con seguridad producidos al desatar al cautivo, que habla con mucha dificultad entre jadeo y jadeo. El otro exclama escandalizado]. -¿Se puede saber qué demonios estabais haciendo? -Tratábamos de recuperar a Brody. [Balbucea Mr. Wong con nulo convencimiento]. -¡A Brody había ido yo a buscarle a la estación! Ha estado de puente visitando a unos amigos. ¡Iba a darte una sorpresa presentándotelo, idiota! -¿Quién es este señor, Brody? [Daenerys Targaryen suena más intrigada que arrepentida]. [El interpelado consulta en árabe, recibe la respuesta y contesta aún con más respeto que antes]. -Este caballero es [Puedo entender que este es un momento bastante inoportuno para dar este aviso a ustedes, lectores de OchoQuince, estimados amigos, pero me temo que la
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cinta se corta aquí: el teléfono que realizó la llamada quedó sin batería, por lo que hasta aquí llega mi trabajo]. <Aunque no suelo emitir juicios en mis informes, me van a permitir el atrevimiento en esta ocasión en particular: espero y deseo que el tal Mr. Wong obtenga su merecido> Atentamente, Julián Gallardo Especialista freelance titulado en Interpretación de Cintas de Grabaciones Telefónicas, Psicofonías y Cacofonías (ICGTPC) esejulikinterpreta69@hotmail.com
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ANTONIO CABELLO RUIZ-BURRUECOS Enamorado de la escritura, del placer fílmico y del goce seriéfilo. Siempre aprendiendo; siempre creciendo. “Hagas lo que hagas, ámalo”. Twitter: @CabelloRuiz
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