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MICRORRELATOS
Gómez Rivero EL PACK
Cuando Francis despertó del coma, no había nadie junto a él; ni familiares ni sanitarios. Estaba débil, y, con muchos esfuerzos, se quitó los cables y el tubo de la boca para solicitar ayuda. Al no acudir nadie a sus llamadas, se vistió y caminó por los pasillos. Seguía sin haber nadie. «La humanidad se ha esfumado», pensó en broma. Lo cierto es que le parecía como una de esas películas de ciencia ficción y terror que en nada le agradaban, tan alejadas de la realidad. Sin pensárselo mucho, salió al exterior del hospital. En la calle sí que había gente. Aunque algo no funcionaba bien, ya que todos caminaban de manera desordenada, de un lado para otro y como si estuvieran borrachos. Pero lo más espantoso era que algunos se abalanzaron sobre un joven que corría, víctima del pánico, ¡para ser devorado sin contemplaciones! «¡Estas cosas no pasan en la realidad!», meditó, suponiendo que sufría una pesadilla. Entonces vio que aquella horda se acercaba a él con propósitos agresivos. Reaccionó rápido al divisar una ambulancia aparcada en la puerta del hospital. Corrió hacia ella y comprobó que tenía la llave en el contacto. Así que arrancó y marchó de allí con la intención de ir a casa para protegerse. De repente, analizó la situación. Vio un comercio cerca, detuvo el vehículo y entró, evitando ser visto por los cadáveres ambulantes que había por todos lados. Cogió algo en concreto que necesitaba y volvió a la ambulancia, para, sin más demora, poner rumbo al hogar. Una vez allí, se dejó caer en el butacón, frente al televisor. Respiró hondo y miró el objeto en cuestión que tenía en las manos. Era un pack : la primera temporada completa de The Walking Dead . Valoró que, siendo inexperto en situaciones como la de ahora, era vital estar bien informado.
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LA PARTIDA
Aquella partida de ajedrez estaba siendo retransmitida por todas las cadenas del planeta. Bien valía la pena, ya que la estrella era Boris Markoff, campeón del mundo durante los últimos cinco años, y, según todos los expertos, el mejor jugador de todos los tiempos. Después de muchas horas, el encuentro quedó en tablas ante el asombro general, ya que se realizaron por cada parte tres movimientos iguales seguidos. Se reanudó la partida al día siguiente, obteniéndose los mismos resultados, habida cuenta de que se llevaron a cabo cincuenta movimientos consecutivos sin ninguna captura de piezas y sin tener avances de peón. Y al otro día también ocurrió algo parecido… Hasta que, por fin, los árbitros internacionales dictaminaron definitivamente tablas. La verdad era que Boris se enfrentaba a él mismo. Siempre entendió, desde muy joven, que lo más difícil era superarse a sí mismo, más que a cualquier competidor.
La Pandemia
No sabía que una pandemia había sido declarada a nivel mundial, y que, de resultas de la situación tan alarmante, muchos habían muerto para resucitar después. Se preocupaba solo de llevar alimento a los suyos para poder subsistir. Pero cuando se vio frente a una compañera, notó que algo había cambiado, pues sufrió la acometida de esta y fue devorada sin remisión. Al ver lo que sucedía, otra compañera no infectada desvió la ruta, con el fin de llegar lo antes posible al refugio para avisar a las demás hormigas.