A el maestro con cariño

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Odín Hernández Castro Plantel Acuitzio

A el Maestro con cariño. Que se puede decir de las personas que marcan nuestra historia, como podemos escribir algo que se convierta en un verdadero homenaje a lo que en vida nos hizo convertirnos en lo que somos. Las letras no pueden ser suficientes para expresar lo que sale del corazón y como consuelo solo podemos aprender todos los días poco a poco a sobrellevar la ausencia. -“Te fuiste un día 22 de noviembre y las manecillas de mi reloj se detuvieron, contabas solo con 60 años de edad, con muchas cosas por vivir, aún, sin embargo con una obra terminada, nuestras vidas”-. A ti, el mejor Docente que jamás conocí: A el maestro con cariño, por que cada padre es la mejor influencia que todos podemos recibir, en cualquiera de sus manifestaciones. Mis recuerdos están llenos de gises, de listas, de calificaciones, de libros en el estante y de apuntes en constante reconstrucción. Imágenes de una vida, forjando una vocación. Hoy quisiera poder encontrar los adjetivos necesarios para describir a la persona mas influyente en mi vida, poder decir sencillamente: “ El era… “ pero no me son suficientes. Miles de momentos en nuestra vida se vienen a mi mente, como aquella ocasión en que nadando presentí que no podía seguir adelante y con tu sola presencia, hiciste que levantará la cabeza y enfrentará mis miedos y llegará a la orilla, pues a tu lado, todo era probable, todo era posible.


Un héroe que me enseño como la hacía Paulo Freire: Debemos amar, a la vida, al prójimo, a nuestra profesión a los momentos de convivencia, pues nadie enseña a nadie, nadie motiva a nadie, la motivación es inherente a cada uno de nosotros, solo podemos predicar con el ejemplo. Él ser humano que en algunas ocasiones te sorprendía por su exagerada capacidad de asombro e inocencia, hasta por las cosas más simples, como la construcción de un nuevo camino, el final de una película o sencillamente las primeras palabras de sus nietos. Él, que sin importar la hora, siempre me arropaba en las noches y me besaba la frente, que contaba las leyendas mas grandes, donde el Odín era el padre de Thor y juntos vencían a los gigantes, o aquella forma de narrar como Aquiles fue inmaculado en la laguna de Estigia y después amarro a su carro a Héctor y lo paseo por toda la ciudad, esa forma de describir como Moisés dejo Egipto y como se conformó la historia de los hebreos. Historias que nos hacían creer que la Literatura del mundo no tenía por que ser aburrida o abrumadora. Consejos que se compartían en un viaje en la madrugada, en un simple charla de automóvil, pues siempre existirán cosas buenas y cosas malas, pero en ti, está el valor de poder encontrar la diferencia y decidir lo que sea mejor para tu vida. Por que educar, es aleccionar, es mostrar la realidad, es poner en la mesa los hechos y dejar que cada uno de nosotros decida cual será su camino. Educar es marcar el camino de los que nos rodean ya sea en el interior de un salón, en la intimidad de una plática personal a la sombra de un árbol frondoso, educar es liberar al ser humano, dejarlo volar y darle las herramientas para ello. Pues la preparación y la inteligencia que no son puestas al servicio de los que nos rodean, no sirven, no funcionan, escribir y no compartir es como encerrarse en un


baúl mientras se hunde el barco. Llevar a cabo la templanza tan difícil de encontrar en la vida, es una virtud que asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. En un sentido más amplio, se define como sinónimo de "moderación, sobriedad y continencia”. Mi padre vivió con esa virtud, asegurando que cada persona a su lado obtuviera aquello que necesitaba de él. Y no se trata de solo de hablar de sus cualidades; simplemente se trata de reconocer que en el balance de la vida, siempre tuvo actitudes positivas, alentando a sus compañeros a seguir estudiando, buscando el equilibrio en el trabajo, incitando a escribir, exponer y defender cada cual sus ideas, predicando por una vida que consistió en compartir. Los seres humanos buscamos de forma intensa la inmortalidad, pensamos que quizá siempre estaremos cerca de los que nos quieren, pero al final de la jornada sabemos que eso es algo imposible, por que los seres humanos tenemos una fecha de caducidad, sin embargo podemos dejar un esbozo de nosotros mismos en aquello que escribimos, en las obras que dejamos, es una obligación, parafraseando a Salvador Allende: “Ser profesor y no escribir, es una contradicción Vocacional”. Carl Rogers decía que la única persona que se educa, es el que ha aprendido a aprender y cambia, siempre podremos reinventarnos, ser mejores, prepararnos y darnos cuenta que siempre podemos aprender. Por que mi padre, fue un gran padre y un excelente profesor, que pasó su vida enseñando aquello que no se puede enseñar en la aulas, aquello que nos hace ser personas, enseñando a valorar los momentos y sobre todo enseñando


mediante el Amor que se puede tener todo, que se puede tener una vida plena llena de valores y felicidad. Construir una realidad, romper los paradigmas, darse cuenta que quizá el mundo no funciona como nosotros quisiéramos, pero tenemos la obligación y la capacidad de poderlo Cambiar. Cambiar el lenguaje, ser crítico, analizar lo que nos ocurre, utilizar la palabra, salir del envase y mirar desde la parte alta de la montaña, para saber que lo que necesita el mundo de nosotros y en que podemos mejorarlo, como lo dice Peter McLaren. Nuestra voz, es la herramienta mas poderosa, la fortaleza que nos define, él siempre pensó que nosotros podríamos marcar una diferencia, nos creo, nos moldeo y nos preparó para ser el pilar que las personas que nos rodean necesitan. Estoy totalmente seguro que jamás pasará algún día de lo que resta de vida en que no piense en él, en su voz, en su olor, en su forma de hablarme, en sus lecciones de vida, en las relaciones que formo, en la grandeza de su mente, en sus recuerdos frescos, en el apoyo incondicional, en las llamadas en la noche, en nuestros abrazos y sobre todo en la fortaleza que me dio el haberlo conocido. Todas las cosas que escribí, las paráfrasis usadas y los ejemplos en que me ayude, empiezan a tener un significado verdadero. Al ir a la cama solo puedo pensar en la persona más inteligente que conocí y de como la vida que compartimos nunca terminará, pues aún en mis sueños lo llamo, le consulto y el simplemente me da las respuestas mas esperadas, desde ese lugar fuera del espacio y del tiempo, desde ese instante entre estar dormido y estar despierto, aun me sigue enseñando. Imagino que debe estar en el Valhalla, sentado con los Dioses de Asgard,


disfrutando de una gran manjar, por que su obra aquí con nosotros los mortales ya está cumplida. A el maestro con cariño, a el Padre, a el amigo, a el compañero de viaje, a el Profesor, a el Instructor, a el novio de mi madre, a el Abuelo, a el suegro que fue como un padre adoptivo, a el amigo, a el rival, a el ideólogo, a el hermano, a el tío, pero sobre todo a el ser Humano que me enseño a ser un hombre, o sencillamente a internar serlo. Que con su infinita humanidad me dio la última lección, siempre ayuda a los demás, es mejor hacer un favor, que vivir esperándolo. A el Maestro con cariño, dedico mi Vida, esperando que mediante sus obras y lecciones aprendidas se sienta orgulloso de mí…

Referencias: Referencias Freire, P. (1978). La educación como Práctica de la Libertad. Madrid, España: Siglo XXI. McLaren, P. (2008). Pedagogía Crítica De que Hablamos, donde estamos. Barcelona, España: Grao. Rogers, C. (2012). Como alcanzar la Plenitud. Buenos Aires, Argentina: Ediciones LEA.


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