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Reinventarse o morir en el intento

Soy parte de la última generación que amaba jugar con las muñecas Barbies. Hoy los “centenials”, los nuevos niños, ya no las eligen.

¿Cómo puede una marca como Matel llegar a tocar fondo después de ser un éxito rotundo a nivel mundial?

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Simple. Cuando en marzo de 1959 Ruth Handler (su creadora) lanza a Barbie al mercado tenía una visión espectacular; quería mostrar a una muñeca segura, empoderada, profesional, que no necesitaba de los hombres para ser exitosa.

Con el paso del tiempo, la muñeca se transformó en signo de frivolidad, cuerpos perfectos y estereotipos. El consumo empezó a desmoronarse.

Uno de sus diseñadores le propone a Matel lanzar una línea de muñecas acorde a los nuevos intereses sociales y culturales. Una muñeca descontracturada. Rebelde. Actual.

La marca, sin tener visión de sus propios conflictos, la rechaza. Este diseñador, Carter Bryant, se va de la empresa y lanza a fines del 2000, las exitosas muñecas Bratz; quienes al día de hoy siguen siendo récord de ventas.

Matel se dedicó a producir e invertir en su negocio, y NO en INVERTIR en conocer eso que querían SUS CLIENTES.

El mundo de los juguetes tiene doble desafío: deben conquistar a los niños y convencer a los padres (que es un producto seguro, de calidad, etc). Y Barbie no supo hacerlo a tiempo.

El mensaje que estaba enviando no era ni el que los niños elegían ni el que los padres querían para sus hijos.

Con el correr de los años Matel intentó remontar su negocio; hasta el momento, sin éxito.

En los últimos años, en estos intentos fallidos, lanzó su película, creó una nueva colección de muñecas fashionistas con cuerpos de distintas tallas, diseñó una edición de Barbie que interactúa con una app de tableta y celulares, creó una cuenta de Instagram de la muñeca... y, sin embargo, las ventas siguen en picada.

Barbie no supo adaptarse a tiempo a los nuevos consumidores, que cada vez interactúan más en plataformas digitales y buscan romper con estereotipos de belleza.

El año pasado Matel hizo un juicio millonario al creador de Bratz, por haber diseñado esa muñeca mientras aún era empleado de la compañía. Lo ganaron. Bratz, pese a eso, sigue en alza.

Absolutvision

¿Qué quiero decir con este famoso caso de Marketing? Que hay que reinventarse a tiempo. No importa qué tan exitoso sea tu emprendimiento, tenés que adelantarte a tu consumidor, invertir en él. Escucharlo. Observarlo.

Spotify puso en jaque a las discográficas, Netflix a la tv tradicional. Kodak era dueña del 80% de las industrias de cámaras y fotografías en el mund , era un monopolio a nivel global. Sin embargo, a principios del año 2000, se declararon en quiebra.

En una campaña que conocí hace un tiempo leí: “hay que reinventarse diariamente, siempre yendo hacia adelante, no porque detrás de nosotros venga gente, sino porque ya hay mucha gente delante de nosotros que nos llevan ventaja!”.

Para las empresas, los Millennials representan un desafío porque deben desarrollar ofertas atractivas que les brinden un balance adecuado entre el trabajo, la vida personal y los proyectos personales.

Por su parte, los Centennials, son una generación realista y, a diferencia de las generaciones anteriores, no se sienten definidos por lo que poseen. Para ellos la tecnología no es un elemento de consumo sino una herramienta que les facilita el acceso a la comunicación, al intercambio, a la educación y al entretenimiento.

Con las redes sociales la velocidad del cambio se acelera cada día. Los nuevos consumidores son muy exigentes y debemos estar a su altura.

Laura es Emprendedora y Asesora Marketing digital. Seguila en: @benditamisuerte

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