C ASO F LORENCE C ASSEZ C REPÍN Josué Vicente Ocegueda Hernández / Argumentación Jurídica / Grado 3 Turno Vespertino
20 Marzo 2012. Cuántas veces no hemos visto en televisión nuevas producciones que alcanzan
los más altos ratings, basándose en la degradación de la sociedad. Aún incluso desde la época el Imperio Romano encontramos vestigios de lo que se contaba en ese entonces y que se esparcía por el lenguaje oral, enalteciendo a un emperador, satanizando a un soldado o haciéndolo casi una deidad para los hombres. El público consume una programación repleta de morbo al estilo Saylor Moon, donde uno espera el levante de una minifalda un milímetro más, esperando así ver las curvas que indican que se ha llegado a las nalgas, en un recurso utilizado por el anime, de originen nipón. O al estilo nota roja, donde nos narran en forma de sátira las acciones de un “desalmado”, que quisimos imaginarnos horrendo, bestial, lascivo, con la lengua de fuera y una pierna más larga que la otra. Podemos consumir cualquier cosa, sobre todo en tiempos en que la violencia se ha convertido en una manera aceptable de reaccionar ante cualquier problema. Las leyendas se crean, aflorando miedos y ansiedades; describiendo personajes de tal manera que se asemejan a las descripciones visuales de un reality show. El público pide a gritos un nuevo Lecumberri, o un nuevo grupo de criminales que tengan diferentes habilidades como los X-men, para que cumplan sus funciones y nos hagan creer que son personajes fuera de serie y que no son como tú o como yo, por lo tanto son merecedores de un trato especial. Pero fuera de la narrativa nos encontramos con personas expuestas ante las cámaras, con semblantes tristes y cabezas agachadas. Campesinos, obreros, albañiles, operadores, gente bajada del cerro a tamborazos, que apenas hablan el español. Se comunican en sus propias lenguas, bajas, casi imperceptibles, con un tono suave, muy lejos de ser voces imperativas y molestas. Voces originarias de una enorme diversidad cultural que existe en nuestro país, y que son sometidas por la contracultura u opacadas por las preguntas inquisidoras de las autoridades o de la prensa. Ellos son presentados al final del día como los apresados, que distan mucho de lo que nos contaron; simplemente no llamarán nuestra atención, ni serán sometidos a nuestra observación, pues los super-criminales siguen allá afuera y por lo tanto siguen en el tablero para tener más historias que contar. ¡Aquí le presentamos a el homicida, venga a ver al simio de tres cabezas, el narcotraficante mano derecha y pierna izquierda del señor de los cielos nocturnos! ¡Asesinó a su madre y a su padre mientras dormían, comía niños en el desayuno, no respetaba la unión familiar; es responsable de las malas calificaciones en mi escuela!