Autobiografía

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Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Licenciatura en Educacion Preescolar 1er Semestre EL SUJETO Y SU FORMACIÓN PROFESIONAL Profesora. Anely Galván Cabral Autobiografía “El destino da mil vueltas, y las cosas buenas llegan cuando menos te lo esperas” Carolina Olguín Vargas Zacatecas, Zac. A Octubre del 2018


“El destino da mil vueltas, y las cosas buenas llegan cuando menos te lo esperas” Mi nombre es Carolina Olguin Vargas, nací el 01 de octubre de 1999. Soy originaria de Jerez de García Salinas, mi madre Claudia S. Vargas Acevedo una persona sincera, fiel, cariñosa y que siempre está al pendiente de todo, y que nunca se da por vencida, mi padre Javier Olguin Díaz un hombre trabajador siempre buscando la manera de darnos el mejor sustento. Soy la mayor de mis hermanos Francisco de 16 años y Sofía de 11. Se dice que recordar es volver a vivir y creo que eso tiene mucho sentido pues al hacerlo se reviven esos momentos y son muy palpables los sentimientos y emociones que se pueden llegar a sentir. Con respecto a mi vida puedo decir que ha sido plena y feliz pues mi hogar es cálido, lleno de amor, confianza y alegría. Desde pequeña mis padres me enseñaron que la mejor herencia que nos pueden dejar es la educación porque lo material es lo que menos importa, lo que en verdad vale es que nos enseñen a ser unas personas de bien y poder obtener una carrera. Así que mi educación comenzó cuando ingrese al kínder “Estefanía Castañeda” donde curse los tres años, durante mi estancia viví momentos que serán inolvidables para mí, mis compañeros se hicieron mis amigos los cuales hasta la fecha muchos de ellos aun frecuento, además de que tengo recuerdos de que yo los ayudaba o de cierta manera hasta cuidaba, mis maestras Bertha (QED), Cholita, Mimí, y mi tía Irma, solo son algunas ya que otras aun sin darme clases les tome un cariño muy especial y marcaron mi infancia pues con toda su paciencia, su cariño y su alegría lograban que a todos nos encantara ir al kínder pues eran las personas más tiernas y cariñosas que podía haber, es raro, pues hasta la fecha siguen viéndome con gusto. Siento que ahí fue cuando comenzó mi admiración por la docencia, pues recuerdo me encantaba ver todo lo que hacían las educadoras. En especial con mi tía pues iba mucho a su salón y me gustaba todo, lo colorido de las aulas, la manera tan ordenada de tener todo el material, las actividades que ponían y en general, todo me encantaba. Al ingresar a la primaria “Lic. Benito Juárez” mi primera maestra llamada Lorena fue la encargada de que quisiera ser como ella pues era una persona intachable, una excelente profesora, y que nos motivaba a ser mejores cada día y a descubrir nuestras habilidades aunque muchos no la querían por ser estricta eso a mí me gustaba que fuera así pues nos sirvió para el resto de nuestras vidas. Era tanta mi admiración por ella que yo soñaba con ser así tal como ella. A partir de ahí yo me convertí en una líder, perfeccionista, pues así era la maestra, me motivaba demasiado. Pasaron los años y me caracterice por ser la de los mejores promedios, la más dedicada y la que ayudaba a todos a que mejoraran, cuando me gradué fue muy grato ya que los maestros siempre me desearon lo mejor en la


nueva etapa a la que iba a entrar y eso siempre me aliento a que podía ser capaz de lograr lo que yo me propusiera. En estos tiempos yo, durante el verano cuidaba a mis primos menores y a mi hermana, jugábamos a la escuelita donde yo era la maestra, les ponía actividades y les enseñaba a hacer muchas cosas. Durante esa etapa también tenía el gusto por ser estilista pues mi abuelita se dedicó a eso toda su vida y a mí me encantaba verla e imitar todo lo que hacía así que decía que sería maestra y por mis ratos libres seria estilista. Después entre a la secundaria “Francisco García Salinas” aquí mis gustos cambiaron pues de pronto me interese más por las materias como biología y química así que comencé a visualizar mi futuro como doctora pues me encantaba todo lo relacionado con eso, pero también quería ser maestra siempre tuve esa idea, sin embargo a esa edad no conocía del todo lo que implicaba lograr obtener una carrera universitaria y era demasiado fácil pensar en serlo todo. Al entrar a la preparatoria ya todo se volvió más serio pues cada vez era más difícil pues ya todo a partir de ese momento influía en nuestro futuro y teníamos que tomar decisiones importantes para la vida, así que comenzó a ser un tanto frustrante pues el tener que inclinarse sobre las distintas opciones de que quisiéramos estudiar así como las universidades y saber que decisiones tomaríamos. Al tener que elegir sobre un bachillerato, me incline sobre la medicina pues siempre estuve entre ser maestra o doctora pero según mis intereses de esa etapa tome la decisión de querer estudiar medicina o fisioterapia así que entre al bachillerato químico - biológicas en el que todas las materias eran relacionadas con esta carrera, me encantaba hacer prácticas abrir corazones de cerditos, ver sangre, observar cosas en el microscopio, el conocer cómo funciona el cuerpo, la anatomía, así como que hacer en caso de algún accidente me emocionaba muchísimo y comencé a visualizarme con mi bata recorriendo los pasillos de los hospitales, atendiendo a la gente; pues mi objetivo principal siempre fue el de ayudar y curar a las personas simplemente servir y aportar algo al mundo. Pero siempre tenía la incertidumbre al ver la manera de ser de los maestros siempre me llamaba la atención su actitud y forma de enseñar y decía: -Si yo fuera maestra no sería así, o por el contrario, si yo fuera maestra me gustaría ser así. Durante los dos primeros años de prepa tenía claro que quería estudiar medicina, sin embargo al conversar con mis amigos quienes tenían el mismo deseo de estudiar medicina, siendo el último año de prepa y cuando ya habíamos presentado el examen Ceneval, platicamos sobre lo que realmente implicaba esta carrera pues era verdaderamente complicado el estudiar y llegar ser un médico pues esto significaba dejar todo, familia, amigos, pareja, vida social y dedicarse completamente a eso. Y eso no lo era todo, pues si lograba ser medico el ejercer era igual o más difícil ya que sería perderse de


momentos importantes de familia y los hospitales serian el hogar, los compañeros de trabajo y pacientes serian la familia. Simplemente seria ejercer por el resto de la vida. Fue ahí cuando todo en mi cabeza cambio de perspectiva, pues en ese momento dude por completo de que eso era lo que quería, mis planes de vida son el terminar mi carrera joven, trabajar, viajar, darles una casa a mis padres, y si es posible tener una para mi también, casarme y tener hijos, formar un hogar y ser como mi mama que siempre tenía tiempo para nosotros, nunca descuidar el hogar pues simplemente quería dar lo mejor de mí. Así que pensé que si estudiaba medicina mis planes y sueños cambiarían por completo, en ese momento algo me dijo que medicina no sería lo mío pues el hecho de que lo haya dudado fue una señal de que no me llenaba por completo. A partir de eso todo para mí se nublo pues ya no sabía que estudiar y no tenía idea de que era lo mío, en esos días todos en la prepa nos preguntábamos unos a otros sobre nuestras opciones y al yo decirles que medicina había sido el único examen que había presentado me decían que fuera maestra, que lo tenía todo para serlo, pues soy muy paciente, cariñosa, dedicada y tenía ciertas características que para ellos eran las necesarias para destacarme así que entro esa idea en mi cabeza, por casualidad justo en uno de esos días nos llevaron una convocatoria para las preinscripciones para las Normales, al principio no le tome importancia pero al platicar con mis papas me dijeron que no perdía nada al hacer el examen pues no sabíamos que fuera pasar, por ello a partir de esa platica se convirtió en un plan el intentar ingresar en la Normal. Hasta que se llegó el día en que publicaron los resultados de medicina y por buena o mala suerte no estaba en esa lista, por un momento me alegre pues ya no me visualizaba en esa carrera pero por otro estaba preocupada, jamás olvidare ese Jueves donde al saber que no había quedado inmediatamente cheque sobre las fechas de preinscripción a la Normal al ver mis ojos se llenaron de lágrimas, en mi cabeza todo se volvió gris y absolutamente todo se me vino abajo, pues la fecha limite había sido el viernes que acababa de pasar. Jamás olvidare ese día pues llore demasiado pensando en que sería de mi vida porque lo menos que quería seria tomarme un año sabático y por cuestiones económicas sería un tanto imposible ingresar a una universidad privada, mi mamá me regaño por mi irresponsabilidad de no estar al pendiente de las fechas pero por tanto estrés se me había olvidado por completo. Al día siguiente todos en mi salón de clase estábamos muy tristes y decepcionados pues de 25 alumnos que habíamos presentado examen solo 5 habían quedado y los demás se encontraban en la misma situación, todos desanimados nos preguntábamos entre nosotros sobre qué haríamos y una amiga al preguntarme y yo decirle que no tenía la más mínima idea porque desgraciadamente se me había pasado la fecha para la preinscripción en la Normal me dio la mejor de las noticias pues me dijo que justo el día anterior su mamá le había platicado que habían extendido las fechas una semana más, al escucharla me dio una esperanza y no dude ni un segundo en intentarlo, al llegar a casa y platicarle a mi familia me apoyaron por completo así que prepare todos los documentos, fue un viernes cuando después de ir a presentar un examen y entregar unos proyectos finales me dirigí a Zacatecas a la Normal


Manuel Ávila Camacho estaba un tanto preocupada e insegura en si aún me recibirían mis documentos pero al llegar algo dentro de mí se encendió una emoción y esperanza, pero no sabía si ingresar en la Licenciatura en Preescolar o Primaria pero algo me dijo que Preescolar así que elegí esa y gracias a dios logre preinscribirme y recibir una ficha para el examen Ceneval , en ese momento me sentí tranquila de saber que ya tenía una opción y al darles la noticia a mis familiares, amigos y personas que son muy importantes para mi todos se emocionaron como nunca imagine; cosa que no habían hecho al saber que quería estudiar medicina. Con eso me di cuenta de que tal vez eso era lo mío, todos a partir de ese instante me motivaron demasiado y confiaban en que lograría quedar. Me dedique a estudiar bastante pues sabía que no sería nada fácil quedar entre tantos aspirantes, me sentía motivada, además de que era un compromiso y un reto muy grande para mí misma. El día del examen me sentía muy nerviosa sinceramente me la pase rezando para que me fuera bien, al salir del examen y ver a mi mama quien es la persona más importante de mi vida esperándome afuera me sentí tranquila y con confianza pues el miedo que había llegado a sentir desapareció. Pasaron los días y cada vez se acercaba más la fecha de los resultados, justo cuando faltaban alrededor de 10 días el miedo se apodero de mi pues ya en todas las universidades incluso en las privadas habían comenzado los cursos y literalmente solo tenía dos opciones ganar todo o perderlo. Faltaba una semana y yo estaba preocupada y nerviosa, cada noche rezaba y pedía con mucha fe en que Dios me diera la señal y confiaba en que si eso era lo mío lograría quedar y sino pudiera descubrir mi vocación. Casi se había llegado el tan esperado día y yo no podía concebir el sueño pues los nervios me habían invadido por completo, desde las 12 am del día 20 de julio de 2018 revise la página con la esperanza idónea de que ya hubiesen publicado los resultados pero no fue así, sinceramente casi ni dormí pues apenas habían pasado un par de horas cuando me di cuenta de que ya había amanecido y podría ser que ya estuvieran las listas pero aun no, no tenía apetito de desayunar y me la pasaba revisando, me sentía ansiosa y desesperada pues ya quería saber. Alrededor de las 12:20 del mediodía entre por milésima vez y ya estaban los resultados, por un momento de la emoción me bloqueé y no sabía que hacer primero, si ver el folio o la lista así que mi mama de verme como estaba me ayudo a decirme el folio y al verme en el lugar número 7 me sentí la persona más feliz, fue inevitable no llorar de la alegría y emoción además de ver como mi mama lloraba y brincaba de felicidad pues lo había logrado. No podía creerlo, corrobore muchas veces si era ese mi folio hasta que de verdad me la creí que todo había valido la pena. Sin duda alguna ese momento jamás lo olvidare, pues el pensar en todo lo que me llevo el tener esta oportunidad y de como Dios y el destino se encargaron de hacerme descubrir mi verdadera vocación. Desde el primer día de escuela supe que eso era lo que tanto había buscado, y que sin planearlo todo se dio. Me siento la persona más afortunada por lo que soy y lo que he logrado, así como esta bonita experiencia me sirvió para darme cuenta que


nada es imposible y que todos nacimos para algo, todos tenemos un objetivo en esta vida y el destino se encarga de ayudarnos a poner las cosas en su lugar.


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