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Lectura de poemes de Sant Jordi

para que se entienda del todo el contexto. En ese momento lo tengo todo, gente que me quiere, gente que quiero, pero tenía ese malestar rondando mi cabeza, cada vez más cerca; pasaban los días y se acercaba el momento, y lo quería explicar, pero no estaba preparada, era como si fuera un tema tabú incluso a la hora de pensarlo yo misma. Primero se lo dije a mis amigas, no sé si fue lo correcto, pero sinceramente me daba pánico hacerlo real con mi pareja porque, como ya he dicho, yo creo que hasta que no dices algo que te preocupa mucho, que te da miedo, o ansiedad no se hace real. Tanto me preocupaba que se lo formulé dos días antes de irme, imagínate el drama... A los dos días, sin darme cuenta me vi en un avión sola, en dirección a Tánger, Marruecos.

No era la primera vez que viajaba a Marruecos, pero es diferente disfrutarlo de vacaciones que vivir allí.

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Por suerte o por desgracia, en esa época fue como si las amigas que tenía, a la que pisé Marruecos, hubieran desaparecido, yo ya no les servía de nada. Sin embargo el destino se portó bien conmigo

No voy a mentir, sufrí mucho, creo que durante ese periodo de tiempo gasté todo el depósito de lágrimas que tenía dentro, no comía, no hablaba con nadie, me sentía sola en medio de la nada en una cultura ma-

chista lejos de mi hermana mayor, mi pilar funda-

mental, y evidentemente toda la gente a la que quiero muchísimo.

y tuve siempre allí a mi pareja. Yo estaba hundida, no tuve suerte en ese país, pero me callé, cara a mi familia yo estaba bien y todo iba genial, evidentemente no fue así; sin ir más lejos el día que llegué fui a comprar el pan y un señor me cogió del brazo y tiró de mí hacia él.

Desde ese día no salí más de casa, solamente iba del colegio a casa y de casa al colegio. Nadie sabía nada porque no quería parecer débil de alguna manera. Fueron tres meses horribles, sí, eso es lo que durée, los 91 días más oscuros de mi vida.

Hasta que me liberé, en un arrebato a las 3 de la mañana, con insomnio y sin poder parar de pensar qué hacía allí, llamé a mi hermana y se lo conté todo.

Al día siguiente me vino a buscar al aeropuerto de El Prat, Barcelona.

Siempre recordaré ese momento como el momento más feliz de mi vida, además coincidió con el día de mi cumpleaños. No puedo describir todas las sensaciones que recorrieron mi cuerpo en el momento en el que vi a mi hermana, me abrazó y me sentí de nuevo en casa; el momento en el que bajé la ventanilla y estaba en plaza Cataluña, me inundó el olor de la calle, la Sagrada Familia con sus respectivas obras infinitas, la vestimenta de la gente, escuchar a la gente hablar en catalán, y muchas más cosas que no se pueden explicar.

Natàlia

Qué nervios

No es una situación en la que creo que haya tenido miedo 100%, pero más o menos se podría llegar a parecer la experiencia. Voy a hablar del día que me examiné del carnet de moto, la parte del circuito. Yo a ese examen sabía que no iba 100% preparado para aprobar, a lo mejor tenía un 60% de posibilidades de hacerlo. Llegué allí a las 7:45 de la mañana para hacer un par de vueltas de calentamiento y no estaba muy nervioso, pero a la que hice esas dos vueltas y en las dos me salió mal el circuito ya que tiré los conos y todo… me empecé a poner un poco nervioso. Entonces tocaba esperar a que los examinadores acabaran de prepararse y empezaron a llamar a toda la gente para que viniesen a examinarse. A mí me tocaba entrar de los últimos y por lo tanto tuve más miedo ya que estuve una hora esperando teniendo el mal cuerpo de haber hecho muy mal los intentos de calentamiento. Cuando me tocó salir a hacer el examen, no pensé mucho y simplemente confié en mí y me subí a la moto e hice el circuito como yo sabía que lo podía hacer.

En aquel momento tenía miedo de que pudiera ser un tiburón. Después de replanteármelo un rato, decidí vencer al miedo y me lancé al agua. Finalmente, pude apreciar unas vistas maravillosas de ese precioso delfín.

Santi

Quedó en susto

Era un día cualquiera de verano, mi familia y yo estábamos pasando unas semanas de vacaciones en la isla de Formentera, una pequeña isla situada en las Islas Baleares. Mientras mi hermana y mi primo estaban en un chiringuito tomando unas bravas, mi tío y yo estábamos haciendo snorkel bordeando un acantilado de rocas; nos lo estábamos pasando tan bien, que nos alejamos demasiado de la costa, así que decidimos sentarnos en unas rocas y comernos unos erizos de mar que cogimos de camino. Después de comernos unos cuantos, mi tío de repente se sorprendió al ver algo parecido a un delfín, él no estaba al cien por cien seguro de que lo fuera, pero yo me quería tirar al agua para poder verlo más de cerca.

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