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El gas propano y la movilidad

El gas propano es el que conocemos comúnmente como Gas Licuado de Petróleo (GLP). Es un subproducto que se obtiene del gas natural y es muy utilizado en la industria petroquímica para el desarrollo de diversos compuestos. En México ya se utilizan los vehículos que funcionan con gas propano, los cuales demuestran importantes ventajas en comparación con los vehículos que funcionan con gasolina, ya que emiten menores emisiones contaminantes y el precio del combustible es mucho menor. Especialista en Energía Eléctrica por la UNAM. Investigador y consultor energético y docente de la Faculta de Ingeniería de la UNAM. Aban Moreno Aguilar abano_moreno@hotmail.com

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Cualquier vehículo que funcione con gasolina puede ser convertido a un vehículo impulsado por gas propano. El proceso de conversión tarda entre 3 y 6 horas y la inversión tiene un periodo de retorno de entre 4 y 18 meses, dependiendo del tipo de sistema a instalar, explicó en un estudio la empresa Gascomb, dedicada al transporte sustentable. Se ha cuestionado sobre la seguridad de utilizar vehículos que utilizan gas propano y los datos indican que, como cualquier otro vehículo, estos deben cumplir con las mismas normas de seguridad vigentes para vehículos automotores. Por sus características físicas, el gas propano tiene una temperatura de autoignición (que es la

“En México ya se utilizan los vehículos que funcionan con gas propano, los cuales demuestran importantes ventajas en comparación con los vehículos que funcionan con gasolina..”

temperatura a la cual el gas puede hacer combustión sin la necesidad de una chispa que la provoque) más alta que la de la gasolina o el diésel. Además, los tanques que guardan el gas dentro del vehículo son mucho más resistentes que los tanques de gasolina, lo que reduce las probabilidades de accidentes relacionados con incendios en el vehículo. El funcionamiento de los vehículos a gas propano es similar al de los vehículos convencionales. El propano se almacena en forma líquida en un tanque presurizado y posteriormente se inyecta al motor de combustión interna del vehículo. Para realizarlo, existen dos tipos de sistemas de inyección: a vapor y en forma líquida. actúa como controlador, para posteriormente ser mezclado con aire filtrado y pasar a la cámara de combustión. En los sistemas de inyección líquida, el propano se envía directamente a la cámara de combustión, lo que enfría y aumenta la densidad del aire de admisión. Esto aumenta considerablemente la potencia de salida, a la vez que mejora el rendimiento del combustible y genera menos emisiones, comparado con los sistemas de inyección a vapor. Aproximadamente un galón de propano tiene 27% menos contenido energético que un galón de gasolina, por lo que los vehículos que se alimentan con gas propano tienen una autonomía ligeramente menor que los vehículos alimentados con gasolina.

En los sistemas de inyección a vapor, el propano en su forma líquida cambia de fase a través de un vaporizador, que también Sin embargo, el propano tiene un octanaje de entre 104 y 112, que es mayor al de la gasolina (que ronda entre los 84 y 93). Esto ha sido aprovechado por algunos fabricantes que han desarrollado motores exclusivamente para funcionar con propano, lo que eleva considerablemente el rendimiento y el ahorro de combustible, en comparación con vehículos que fueron convertidos de gasolina a propano.

Buscar alternativas para la movilidad es una parte clave para lograr la transición energética que México se ha impuesto.

Aunque existen muchas opciones para diversificar la matriz energética del sector automotriz, como los biocombustibles, la realidad es que no podemos hacer el cambio a fuentes sustentables de una forma intempestiva.

México es un país que depende completamente de los hidrocarburos, lo que deja claro dos cosas: la transición energética debe realizarse, pero de forma paulatina y correctamente diseñada.

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