3 minute read
El ciclo del agua
Más allá del concepto básico
Paolo Gabriel Paez Orozco
Advertisement
paolo@oem.org.mx Ingeniero geólogo por la UNAM con estudios de geotecnia; especialista en modelación e investigador.
La Tierra, el planeta en el que habitamos, tiene una edad aproximada de 4 600 millones de años y, durante el transcurso de este tiempo, se ha ido desarrollando, empezó por ser una acumulación de materiales generados por el Big Bang, después se convirtió en un cuerpo sólido con un ambiente extremo sin la posibilidad la supervivencia de vida, para posteriormente pasar a estar conformado por varios sistemas dinámicos que se fueron creando y que funcionan de una manera compleja, estos sistemas permite y regulan la exystencia del entorno que hoy conocemos. El ciclo del agua es un sistema que interactúa con la superficie de la Tierra, sin embargo, el agua está presente en diferentes volúmenes con diferentes minerales, esencialmente sales que varían su concentración, mediante la medición de la cual podemos distinguir entre el agua salada y el agua dulce. El 97.5% del agua del planeta es salada y solamente el 2.5% es agua dulce; parte de este pequeño porcentaje, el 68.7% se encuentra en lo que se conoce como criósfera, que conforma glaciares y casquetes polares, 30.1% en acuíferos y el 1.2% se concentran en ríos, biomasa, lagos, vapor de agua, etc. (Alfaro y Santos, 2006). El agua es el compuesto que conforma a la hidrósfera, interactúa de manera directa con el planeta en sus diferentes estados, evaporándose desde los océanos, trasladalándose a varias partes continentales y regresando a estado líquido en forma precipitación de nuevo a los océanos a través de ríos y otros cuerpos de agua en la superficie. Además, ¾ partes de la superficie del planeta están cubiertas por agua salada que contienen los océanos, cuya salini-
dad proviene de las dorsales oceánicas, elevaciones submarinas donde abunda el vulcanismo. El agua se evapora y es transportada hacia el continente por procesos termodinámicos en forma de partículas, las cuales se van concentrando hasta que aumentan su tamaño y dependiendo de los cambios de presión y temperatura en la región, cambia su estado a líquido o sólido. Esta parte del ciclo es fundamental, ya que de aquí depende el suministro de agua para las diferentes actividades que desarrollamos día a día. Menos del 30% del volumen de agua que precipita, llega a la superficie y atraviesa el subsuelo se infiltra, y el resto se queda en la superficie formando cuerpos de agua o en zonas “humedecidas” llamadas zonas no saturadas. El agua que queda en la superficie interactúa con procesos químicos, físicos y biológicos que permiten darle unas características específicas al suelo y a la vegetación con una capacidad de retención de agua propia. Este agua normalmente se evapora y regresa a la atmósfera debido a la radiación solar. Las raíces que tiene la vegetación absorben el agua del suelo “humedecido” para la fotosíntesis y su almacenamiento de agua, sin embargo, también desarrollan un proceso llamado transpiración, liberando agua en forma de vapor hacia la atmósfera. Ya que este proceso es complejo la estimación del volumen de agua que regresa por evaporación y transpiración, se han integrado estos dos procesos llamándolo evapotranspiración. El agua que llega a infiltrarse hacia el subsuelo dependerá de dos propiedades fundamentales, porosidad y permeabilidad. Y finalmente, los grandes volúmenes que quedan en superficie escurren por efecto gravitatorio en forma de ríos hasta desembocar de nuevo al océano o quedan almacenados en pequeñas depresiones topográficas continentales como son lagos y lagunas. La hidrósfera y el ciclo del agua son fundamentales para la existencia de la vida y, ante los efectos del cambio climático, se han visto afectados a nivel mundial, por lo que se deben establecer medidas y estrategias que no solamente mitiguen estos efectos, también la administración de este recurso vital.
Referencia: Alfaro, M., & Santos, P. E. M. (2006). Fundamentos de hidrogeología/Pedro E. Martínez Alfaro, Pedro Martínez Santos y Silvino Castaño Castaño (No. 551.48 M37).