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El sector del agua, mil fugas ...

El sector del agua, mil fugas y pocos plomeros

La situación del país

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Carlos Emiliano Villaseñor Moreno

carlos@oem.org.mx Graduado de la licenciatura de ciencia política en el ITAM y actualmente analista en temas de equidad de género en Ombudsman Energía México

Es extremadamente frustrante la situación en la que se encuentra el país en materia de agua, no solo por las obvias y fuertes consecuencias que genera su escasez, sino porque era una situación que teníamos la capacidad de prevenir. Incluso ahora tenemos la ventana de oportunidad para tomar acción abierta, pero continuamos enfrentándonos con un problema de inacción o de medidas a medias de parte del sector público. Ya lo he dicho antes, pero el escenario en el que nos encontramos no es bajo ninguna circunstancia una sorpresa. México no es ajeno a las sequías, tan solo en lo que va del siglo XXI hemos experimentado fuertes periodos de sequía entre 2000 y 2002, una vez más entre 2011 y 2013 e incluso en el extremadamente reciente episodio de 2020 con la ola de calor que impactó al 84% del país. Producto de episodios como estos hemos desarrollado mecanismos como el Programa Nacional Contra la Sequía (PRONACOSE) y los Programas de Medidas Preventivas y de Mitigación de Sequía (PMPMS). Existen además bien establecidas deficiencias en la gestión del agua que han sido denunciadas por la academia, organizaciones de la sociedad civil, grupos de resistencia civil, etc. Entre las mencionadas por el Centro Regional de Seguridad Hídrica de la UNAM, la organización Mexicanos contra la Corrupción y el laboratorio de políticas públicas Ethos podemos encontrar, la falta de presupuesto y personal, con 149 inspectores para 500 mil títulos; falta de rendición de cuentas de las decisiones de gobiernos municipales e información sobre el desempeño de organismos reguladores; creación de un mercado de concesiones debido a la figura de transmisión de derechos en la Ley de Aguas Nacionales que permite pasar parte o la totalidad de una concesión a un tercero; el otorgar concesiones que fueron solicitadas con información incorrecta, falsa o incompleta; etc. El resultado es un sistema que opera de manera altamente discrecional, sin respetar prioridades de uso o alertas de sobreexplotación, con evidencia de presencia sistemática de sobornos; etc. Querétaro y Monterrey con su contexto actual son buenos ejemplos a utilizar para mostrar la necesidad de una mejora significativa en la legislación y las

El sector del agua, mil fugas y pocos plomeros

Opera de manera altamente discrecional, sin respetar prioridades de “ uso o alertas de sobreexplotación”

políticas públicas que rodean la gestión del agua en México y nuestro sistemático fallo en lograr este objetivo. Aunque debe quedar claro que estos estados no son más que la punta del iceberg, grandes zonas metropolitanas como la Zona del Valle de México llevan apuntando a una inevitable hora cero por años sin ningún signo de que esto haya impactado la agenda pública en ninguna rama de gobierno. En el caso de Querétaro la Ley que regula la prestación de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento del estado en el estado que entrará en vigor el 1 de julio de este año ha sido objeto de fuertes críticas. Desde no garantizar en ningún momento el derecho al acceso y uso de agua a pesar de ser parte de su exposición de motivos, ir en oposición directa a artículos constitucionales como el 27 y el 115 por asignar capacidades al estado que le corresponden a la federación o a los municipios y también contra disposiciones federales de la Ley de Aguas Nacionales por permitir la participación de privados a través de concesiones. Así pues, tenemos una ley que parece nacer completamente cercenada del contexto que justifica su creación y que además entrará en vigor en un contexto de violencia y represión contra aquellos que se manifestaron en su contra, como comunidades indígenas de Santiago Mexquititlán y Chitejé de Garabato. En el caso de Nuevo León, existe desde el 2014 un Programa de Medidas Preventivas y de Mitigación para la zona urbana de Monterrey, que como ya mencionamos contiene acciones a largo plazo y permanentes, así como acciones a corto plazo para responder a un contexto de emergencia. No hay ningún tipo de evidencia (al menos en lo que yo he podido encontrar) que muestre qué progreso se hizo en el cumplimiento de este programa y por lo tanto, no sabemos si el contexto en el que se encuentra el estado pudo haber sido peor. Aunque se han tomado medidas de mitigación, estas por sí solas no son más que una respuesta reactiva, que en el mejor de los casos, no constituye más que un paliativo y varias de las cuales tendrán un impacto diferenciado que afectará de manera más profunda y negativa a sus sectores más vulnerables.

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