Illuminare Nº 394

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N.ツコ 394 ABRIL 2015 SERVICIO DE PASTORAL MISIONERA Aテ前 XCIII


Servicio de Pastoral Misionera

SUMARIO 3 PRESENTACIÓN de la CAMPAÑA Lema, cartel, objetivos 4 PRESENTACIÓN de la CAMPAÑA Vocación y misión Anastasio Gil, Director Nacional de OMP 7 MENSAJE DEL PAPA 10 REFLEXIÓN PASTORAL Monasterios de vida contemplativa en misión Juan Martínez Sáez, fmvd, colaborador de OMP

Las comunidades de vida contemplativa presentes en las Iglesias jóvenes ofrecen una valiosa contribución en el ámbito de la espiritualidad y la oración misioneras.

12 LA VOZ DE LOS OBISPOS Entrevista a Mons. Joan-Enric Vives, Arzobispo-Obispo de Urgell Rafael Santos 14 DESDE LAS DIÓCESIS Tres monasterios de contemplativas... y sus noviciados 16 DESTINO DE LAS AYUDAS Custodios de un tesoro 18 TESTIMONIOS La realidad de un cuento

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Mons. Vives Sicilia nos explica cómo las vocaciones surgidas en los territorios de misión son portadoras de esperanza e ilusión evangelizadora. Pág. 12

20 LITURGIA Guion litúrgico para la eucaristía Alfonso Palos, Rector del Seminario Metropolitano de Zaragoza 22 VIGILIA DE ORACIÓN ¡Qué bueno caminar contigo! Alfonso Palos, Rector del Seminario Metropolitano de Zaragoza 24 COOPERACIÓN ECONÓMICA 26 PONTIFICIA UNIÓN MISIONAL Los religiosos y la animación espiritual misionera

En la fundación de diversos monasterios de la geografía misionera participaron hermanas procedentes de nuestras diócesis. Hoy nos hablan de sus noviciados. Pág. 14

EDITA: Obras Misionales Pontificias - DIRECTOR NACIONAL: Anastasio Gil García DIRECTOR: Rafael Santos Barba - DISEÑO: Antonio Aunés Hernández IMPRIME: Gráficas Dehon - Depósito Legal: M. 3790-1958 Dirección y Administración: Fray Juan Gil, 5; 28002 Madrid - Tel.: 91 590 27 80 dir.nal@omp.es - suscripciones@omp.es - http://www.omp.es - http://www.vocacionesnativas.es Ayuda a las VOCACIONES NATIVAS Banco Popular Español - IBAN ES25 0075 0204 9506 0006 0866 www.facebook.com/OMPEspana twitter.com/omp_es

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LEMA

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“¡QUÉ BUENO... El mejor indicador de que una persona ha descubierto el tesoro escondido, su propia vocación, es la paz interior que se refleja en su rostro. Es la expresión del enamorado... Algo ha cambiado en su vida.

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... CAMINAR... La vocación entraña el compromiso de salir de uno mismo para ir al encuentro del otro. Así lo refiere el salmista: “Dichoso el que camina en la voluntad del Señor”, “Caminaré en presencia del Señor”. Vocación es vivir la disponibilidad para “salir” e ir a donde la Iglesia envía.

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... CONTIGO!” Quien ha sido llamado a la vida consagrada o al sacerdocio es consciente de que Él camina al lado y nunca dejará de ser su acompañante, y de que la vocación implica compartir la vida con los demás, al estilo de Jesús, para mostrarles el rostro de Dios.

CARTEL

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UNA FECHA. En el día del Buen Pastor, IV Domingo de Pascua, la Iglesia celebra dos Jornadas con referencia explícita a la vocación de especial consagración. UN SIGNO. Un corazón que adquiere la forma de unas manos orantes. La llamada vocacional se percibe en el corazón de cada persona, cuando en el silencio de la oración “toca” con sus manos el misterio de Dios. UN

LEMA.

Expresa el gozo y la alegría de ponerse en camino al encuentro con Dios y con los demás.

OBJETIVOS

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Orar al Dueño de la mies para que siga enviando muchos obreros a su Iglesia, y para darle gracias por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada que actualmente se forman en seminarios y noviciados en todo el mundo. Suscitar en los jóvenes disposiciones adecuadas para escuchar la llamada de Dios y disponibilidad para cumplir su voluntad. Promover entre los fieles una eficaz colaboración con la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, que atiende las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en los territorios de misión. Obtener fondos y ayudas económicas para el sostenimiento y la formación de estas vocaciones, a través de la financiación de “Becas de estudio”.

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Por Anastasio Gil,

Director de OMP en España

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arra el Evangelio que Jesús, al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque, mientras recorría pueblos y ciudades, los encontraba cansados y abatidos “como ovejas que no tienen pastor” (Mt 9,36). De esa mirada de amor brotaba la invitación a los discípulos: “Rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,38); y envió a los Doce “a las ovejas perdidas de Israel”, con instrucciones precisas. Desde entonces, se inicia la evangelización de los pueblos, y se comprueba cómo Dios suscita numerosos discípulos en las comunidades cristianas que nacen del primer anuncio y se consolidan con la celebración de la fe. Estas vocaciones en no pocas ocasiones son zarandeadas por circunstancias dolorosas, como la resistencia a la aceptación del mensaje, o incluso son expulsadas de la propia tierra por ser seguidores de Jesús (cf. Hch 8,1-4). La vida evangelizadora de Pablo es uno de tantos ejemplos, pero su respuesta ante la adversidad se convierte en luz para futuros discípulos misioneros. Cuando es acusado de no estar autorizado para el apostolado, apela repetidas veces precisamente a la vocación recibida directamente del Señor (cf. Rom 1,1; Gál 1,11-12.15-17). La llamada vocacional es el argumento fundante de su misión. No se ha “apuntado” a este trabajo por iniciativa propia: ha sido llamado y enviado.

“¡QUÉ BUENO CAMINAR CONTIGO!”

Desde hace más de 50 años, se celebra en la Iglesia católica la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones el IV Domingo de Pascua. Si cada día la Iglesia ora al Padre por aquellos que han sido llamados al sacerdocio y a la vida consagrada, esta Jornada es especialmente singular, porque la Palabra de Dios pone ante la consideración de los fieles la figura del Buen Pastor. Este año, además, coincide con la celebración, en España, de la Jor-

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nada de Vocaciones Nativas, promovida por la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, que tiene como finalidad ayudar a la formación y el sostenimiento de las vocaciones que Dios suscita al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada en los territorios de misión. Para celebrar ambas jornadas se propone el lema Cada vocación “¡Qué bueno caminar contigo!”. Cuando una persona, generalvive en profundidad mente un joven, acepta la llamada de Dios, experimenta una enoresta certeza de me alegría y gozo. “¡Qué bueno es estar aquí!”, diría Pedro en el recorrer el camino de monte Tabor. Esta experiencia contrasta con los momentos previos, la salvación en la en los que la incertidumbre o la indefinición aparecían como disuacercanía y proximidad sorias coartadas del miedo y de la preocupación. Mateo, después de de Jesús. escuchar la llamada, se levanta y lo deja todo; su vida ha empezado a cambiar, y lo celebra con una fiesta. Es el comienzo de una nueva etapa, impregnada de amor y bondad, que ha de recorrer. El secreto de esta nueva actitud nace de la certeza de que el amor no admite cálculos ni contraprestaciones: es la entrega radical de uno mismo. Inmediatamente, sin buscarlo, casi sin desearlo, se experimenta la belleza de la donación. Así, de forma sencilla, pero heroica, comienza el caminar del discípulo, con la mirada puesta en la espalda del Maestro, que va por delante desbrozando el camino. No es un caminar en solitario, sino en compañía. “Caminar contigo”, reza el lema. Las vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio son “echar a andar” con el Otro, conscientes de que junto a ellas camina el compañero silencioso, oculto y a veces “disfrazado”, como sucedió a los discípulos de Emaús: inicialmente no le reconocieron, pero se sentían muy a gusto con el “desconocido”; más tarde descubrirían que era el Resucitado. Cada vocación vive en profundidad esta certeza de recorrer el camino de la salvación en la cercanía y proximidad de Jesús. “Caminar contigo” implica, además, que el sendero está repleto de otros caminantes, con los que el discípulo comparte la experiencia de la fe, la ilusión de la esperanza y la cercanía del amor. Así el recorrido se hace gratificante y seguro. Cómo se agradece en muchos tramos del camino la mano amorosa del cirineo que ayuda a llevar la cruz o a levantarse cuando uno ha podido tropezar.

VOCACIONES NATIVAS... EN CAMINO

La mencionada coincidencia de la Jornada de Vocaciones Nativas con el día en que la Iglesia universal es convocada a orar por las vocaciones es un signo más de la intrínseca relación entre vocación y misión. Son las laicas francesas Juana Bigard y su madre, Estefanía, quienes, a finales del siglo XIX, se ponen en movimiento con el fin de promover las ayudas necesarias para las vocaciones que inician su singladura en los ámbitos misioneros, dando origen a una iniciativa, la Obra de San Pedro Apóstol, que más tarde, en 1922, alcanzaría su condición de “Pontificia”. Habían intuido que la formación de las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada sería garantía para la expansión del Evangelio.

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Desde el principio ambas advirtieron que se requería, con prioridad, dotar a estos ámbitos misioneros de una fuerte consistencia espiritual, enraizada en la adhesión al Evangelio en la persona de Jesucristo. Con este anclaje se aseguraba que las vocaciones allí surgidas y formadas llevaran en su entraña la certeza de que eran llamadas no solo a atender a las comunidaLa vocación-misión, des de las que habían salido, sino al mundo entero, como los apóscomo testimonio toles. La vocación-misión, como testimonio del amor divino, resuldel amor divino, ta especialmente eficaz cuando se comparte “para que el mundo resulta especialmente crea” (Jn 17,21). Por eso, la súplica al Dueño de la mies para que eficaz cuando se suscite vocaciones no es para “abastecer” las necesidades próximas comparte "para que e inmediatas de las urgencias pastorales domésticas, sino para su disel mundo crea". ponibilidad a salir de sus límites e ir a donde la Iglesia lo necesite. Dios sigue rompiendo esquemas, llamando a los que quiere y en las circunstancias menos previsibles, como es el caso de estas que llamamos vocaciones nativas. Cuando parece que se carece de recursos materiales y de las posibilidades de formación adecuadas, surge la llamada a entregar la vida al servicio los más pequeños, de los enfermos, de los que sufren, de los pobres. La llamada-respuesta es el inicio de un largo itinerario para el discernimiento y la formación en el mismo ámbito cultural y social donde esas vocaciones nacieron. Más tarde la Iglesia, según viene siendo desde el principio, les irá enviando a otros lugares, para entregar gratis lo que de modo gratuito han recibido. Su testimonio de vida puede impulsar a muchos jóvenes a seguir a Cristo y a dar su vida por los demás, encontrando así la vida verdadera. A ellos se suman muchos hombres y mujeres que, movidos por la acción del Espíritu Santo, han escogido vivir el Evangelio con radicalidad, haciendo profesión de castidad, pobreza y obediencia. Religiosos y religiosas de vida activa o contemplativa, que, con su oración perseverante por toda la humanidad o con su multiforme acción caritativa, dan a todos el testimonio vivo del amor y de la misericordia de Dios. “Ellos son, por excelencia”, decía Pablo VI, “voluntarios y libres para abandonar todo y lanzarse a anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra. [...] Se les encuentra no raras veces en la vanguardia de la misión y afrontando los más grandes riesgos para su salud y su propia vida. Sí, en verdad, la Iglesia les debe muchísimo” (Evangelii nuntiandi, 69). Las vocaciones que nacen en el surco de la misión son una invitación permanente para que los bautizados y las comunidades cristianas sientan la urgencia, tanto del agradecimiento a Dios por seguir suscitando esas vocaciones en los lugares y momentos más insospechados, como del compromiso para contribuir a que ninguna se pierda por carecer de medios para su formación. De un modo especial, la Jornada vocacional del próximo 26 de abril abre nuevos horizontes para que el Pueblo de Dios manifieste su gratitud por el don de la vocación de especial consagración y sea muy solícito para caminar a su lado, ayudando con la oración y la cooperación.

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El lema de esta Jornada de Vocaciones Nativas, "¡Qué bueno caminar contigo!", conecta con algo que, en cierta ocasión, ha dicho el papa Francisco: "Caminar es una de las palabras que prefiero cuando pienso en el cristiano y en la Iglesia" (Discurso en el encuentro con el clero, personas de vida consagrada y miembros de consejos pastorales en Asís, 4-10-2013). Por eso, junto a su Mensaje para la 52 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, proponemos la lectura de los siguientes textos, en los que el Santo Padre explica el sentido del caminar vocacional.

La vocación y el “sí” (Discurso en el encuentro con los jóvenes de Umbría, dentro de la visita pastoral a Asís, 4-10-2013) “La familia es la vocación que Dios ha escrito en la naturaleza del hombre y de la mujer, pero existe otra vocación complementaria al matrimonio: la llamada al celibato y a la virginidad por el Reino de los cielos. Es la vocación que Jesús mismo vivió. ¿Cómo reconocerla? ¿Cómo seguirla? [...] Os respondo con dos elementos esenciales sobre cómo reconocer esta vocación al sacerdocio o a la vida consagrada. Orar y caminar en la Iglesia. Estas dos cosas van juntas, están entrelazadas. En el origen de toda voca«En el origen de ción a la vida consagrada hay siempre una toda vocación a la experiencia fuerte de Dios, una experiencia que no se olvida, se recuerda duranvida consagrada hay te toda la vida. [...] Y esto nosotros no siempre una experiencia lo podemos calcular o programar. fuerte de Dios, ¡Dios nos sorprende siempre! una experiencia que Es Dios quien llama; pero es no se olvida». importante tener una relación cotidiana con Él, escucharle en silencio ante el sagrario y en lo íntimo de nosotros mismos, hablarle, acercarse a los sacramentos. Tener esta relación familiar con el Señor es como tener abierta la ventana de nuestra vida para que Él nos haga oír su voz, qué quiere de nosotros. Sería bello oíros a vosotros, oír aquí a los sacerdotes presentes, a las religiosas... Sería bellísimo, porque cada historia es única,

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pero todas parten de un encuentro que ilumina en lo profundo, que toca el corazón e involucra a toda la persona: afecto, intelecto, sentidos, todo. La relación con Dios no se refiere solo a una parte de nosotros mismos, se refiere a todo. Es un amor tan grande, tan bello, tan verdadero, que merece todo y merece toda nuestra confianza. Y una cosa querría decirla con fuerza, especialmente hoy: ¡la virginidad por el Reino de Dios no es un «no», es un «sí»! Cierto, comporta la renuncia a un vínculo conyugal y a una familia propia, pero en la base está el «sí», como respuesta al «sí» total de Cristo hacia nosotros, y este «sí» hace fecundos”.

La belleza de la consagración (Discurso en el encuentro con los seminaristas, los novicios y las novicias con ocasión del Año de la Fe, 6-7-2013) “La verdadera alegría no viene de las cosas, del tener, ¡no! Nace del encuentro, de la relación con los demás; nace de sentirse aceptado, comprendido, amado, y de aceptar, comprender y amar; y esto no por el interés de un momento, sino porque el otro, la otra, es una persona. La alegría nace de la gratuidad de un encuentro. Es escuchar: «Tú eres importante para mí», no necesariamente con palabras. Esto es hermoso... Y es pre«La verdadera alegría cisamente esto lo que Dios nos hace comprender. Al llamaros, Dios os dice: «Tú nace del encuentro, eres importante para mí, te quiero, cuento contigo». Jesús, a cada uno de node la relación con los sotros, nos dice esto. De ahí nace la alegría. La alegría del momento en que demás; nace de sentirse Jesús me ha mirado. Comprender y sentir esto es el secreto de nuestra alegría. aceptado, comprendido, Sentirse amado por Dios, sentir que para Él no somos números, sino personas; amado, y de aceptar, y sentir que es Él quien nos llama. Convertirse en sacerdote, en religioso o religiosa no es ante todo una eleccomprender y amar». ción nuestra. No me fío del seminarista o de la novicia que dice: «He elegido este camino». ¡No me gusta esto! No está bien. Más bien es la respuesta a una llamada, y a una llamada de amor. Siento algo dentro que me inquieta, y yo respondo «sí». En la oración, el Señor nos hace sentir este amor, pero también a través de numerosos signos que podemos leer en nuestra vida, a través de numerosas personas que pone en nuestro camino. Y la alegría del encuentro con Él y de su llamada lleva a no cerrarse, sino a abrirse; lleva al servicio en la Iglesia. Santo Tomás decía: bonum est diffusivum sui [...], el bien se difunde. Y también la alegría se difunde. No tengáis miedo de mostrar la alegría de haber respondido a la llamada del Señor, a su elección de amor, y de testimoniar su Evangelio en el servicio a la Iglesia. Y la alegría, la verdad, es contagiosa; contagia..., hace ir adelante. En cambio, cuando te encuentras con un seminarista muy serio, muy triste, o con una novicia así, piensas: ¡hay algo aquí que no está bien! Falta la alegría del Señor, la alegría que te lleva al servicio, la alegría del encuentro con Jesús, que te lleva al encuentro con los otros para anunciar a Jesús. ¡Falta esto! No hay santidad en la tristeza, ¡no hay! Santa Teresa [...] decía: «Un santo triste es un triste santo». [...] Vosotros, seminaristas, religiosas, consagráis vuestro amor a Jesús, un amor grande; el corazón es para Jesús, y esto nos lleva a hacer el voto de castidad, el voto de celibato. Pero el

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voto de castidad y el voto de celibato no terminan en el momento del voto, van adelante... Un camino que madura, madura, madura hacia la paternidad pastoral, hacia la maternidad pastoral, y cuando un sacerdote no es padre de su comunidad, cuando una religiosa no es madre de todos aquellos con los que trabaja, se vuelve triste. Este es el problema. Por eso os digo: la raíz de la tristeza en la vida pastoral está precisamente en la falta de paternidad y maternidad, que viene de vivir mal esta consagración, que, en cambio, nos debe llevar a la fecundidad. No se puede pensar en un sacerdote o en una religiosa que no sean fecundos: ¡esto no es católico! ¡Esto no es católico! Esta es la belleza de la consagración: es la alegría, la alegría...”.

Llamados por Dios (Homilía en la Santa Misa con los obispos de la XXVIII JMJ y con los sacerdotes, religiosos y seminaristas, 27-7-2013) “Llamados por Dios. Creo que es importante reavivar siempre en nosotros este hecho, que a menudo damos por descontado entre tantos compromisos cotidianos: «No sois vosotros los que me elegisteis a mí, sino yo el que os elegí a vosotros», dice Jesús (Jn 15,16). Es un caminar de nuevo hasta la fuente de nuestra llamada. Por eso un obispo, un sacerdote, un consagrado, una consagrada, un seminarista, no puede ser un desmemoriado. Pierde la referencia esencial al inicio de su camino. Pedir la gracia, pedirle a la Virgen –Ella tenía buena memoria– la gracia de ser memoriosos de esa primera llamada. Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer con Jesús (cf. Mc 3,14), unidos a Él. En realidad, este vivir, este permanecer en Cristo, marca todo lo que somos y lo que hacemos. Es precisamente la «vida en Cristo» la que garantiza nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio: «Soy yo el que os elegí a vosotros, y os destiné para que vayáis y deis fruto, y ese fruto sea verdadero» (Jn 15,16). No es la creatividad, por más pastoral que sea, no son los encuentros o las planificaciones los que aseguran los frutos, si bien ayudan y mucho, sino lo que asegura el fruto es ser fieles a Jesús, que nos dice con insistencia: «Permaneced en mí, como yo permanezco en «Jesús es el Buen vosotros» (Jn 15,4). Y sabemos muy bien lo que eso significa: contemplarlo, adoPastor, es nuestro rarlo y abrazarlo en nuestro encuentro cotidiano con Él en la eucaristía, en nuesverdadero tesoro; tra vida de oración, en nuestros momentos de adoración, y también reconocerlo no lo borremos de presente y abrazarlo en las personas más necesitadas. El «permanecer» con Crisnuestra vida. Enraicemos to no significa aislarse, sino un permanecer para ir al encuentro de los otros. Quiecada vez más nuestro ro acá recordar algunas palabras de la beata Madre Teresa de Calcuta. Dice así: corazón en Él». «Debemos estar muy orgullosos de nuestra vocación, que nos da la oportunidad de servir a Cristo en los pobres. Es en las ‘favelas’, en los ‘cantegriles’, en las ‘villas miseria’ donde hay que ir a buscar y servir a Cristo. Debemos ir a ellos como el sacerdote se acerca al altar: con alegría» (Mother Instructions, I, p. 80) [...]. Jesús es el Buen Pastor, es nuestro verdadero tesoro; por favor, no lo borremos de nuestra vida. Enraicemos cada vez más nuestro corazón en Él (cf. Lc 12,34)”.

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a misión de los monasterios es mantener viva en la Iglesia la oración de Cristo. La Palabra de Dios, al encarnarse, introduce en este mundo la relación filial entre el Padre y el Hijo, que se plasma en la actitud orante de Jesús. El Evangelio muestra que Jesús pasaba muchos momentos en oración, incluso noches enteras. Jesús hace depositaria de este tesoro a la Iglesia, que, a su vez, encarga de forma especial a los monasterios la responsabilidad de mantener la oración continua y sin cesar (cf. 1 Tes 5,17). Puede, por eso, parecer un poco contradictorio que los monasterios se dediquen a la labor misionera. Su cometido en la Iglesia exige la paz del silencio y de la estabilidad de vida, mientras que la misión aparece como una actividad ajetreada y, por así decirlo, bulliciosa. Sin embargo, basta echar un vistazo a la historia de la Iglesia para ver que en el fondo no hay nada contradictorio entre la vida contemplativa y la misión. Su contribución a la evangelización ha sido siempre determinante; de hecho, amplias zonas del norte de Europa fueron evangelizadas por monjes enviados por los papas con el encargo de llevar el Evangelio a los pueblos germanos, entre los que era más difícil la misión.

VALORACIÓN E IMPULSO DESDE EL MAGISTERIO Los papas, conscientes de esta venerable tradición, han pedido que se funden monasterios contemplativos en los territorios de misión. Ya Pío XI en 1926 –en su encíclica sobre la acción misionera Rerum Ecclesiae– exhortaba a los superiores de las órdenes monásticas a “que introduzcan su austera forma de vida en las misiones”, y a los obispos, a “acosarlos con ruegos a que lo lleven a efecto” (n. 108); el Papa estaba convencido que los monasterios pueden, “sin desorientarse en nada del espíritu y práctica de su instituto y sin tomar parte en la vida activa, hacer mucho en pro de las misiones católicas” (n. 111). El Concilio Vaticano II, en el decreto Ad gentes, pide que se promueva en la misión la vida contemplativa, sea implantando monasterios de antiguas órdenes, sea con nuevas fundaciones monásticas, porque “la vida contemplativa pertenece a la plenitud de la presencia de la Iglesia. Por ello, es necesario establecerla en las Iglesias jóvenes” (n. 18d). Más adelante insiste en la aportación de los monasterios contemplativos a la misión de la Iglesia. La desgrana en dos vertientes: su valor intrínseco y su cooperación a la misión cuando se establecen en lugares de la geografía misionera. En primer lugar, la vida contemplativa en sí misma tiene “importancia máxima en la conversión de las almas”; además “Dios

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mismo [...], por la oración, envía obreros a su mies, abre las mentes de los no cristianos para escuchar el Evangelio y fecunda la palabra de salvación en sus corazones” (n. 40b). Además, en los lugares de nueva evangelización, los monasterios dan “testimonio preclaro de la majestad, del amor de Dios y de la unión en Cristo” (ibíd.). San Juan Pablo II, en su gran encíclica misionera Redemptoris missio, reconoce la aportación singular que la vida consagrada a lo largo de la historia hace a la misión –“desde las antiguas instituciones monásticas, las órdenes medievales y hasta las congregacioLos monasterios en nes modernas” (n. 69)– y, en consecuencia, reitera la invitación “a los institutos de los territorios de vida contemplativa a establecer comunidades en las jóvenes Iglesias” (ibíd.).

misión son una fuente imprescindible para alimentar la espiritualidad misionera.

SU CONTRIBUCIÓN MISIONERA, HOY

Los monasterios de vida contemplativa tienen aún hoy que seguir aportando a la misión su contribución específica e irrenunciable en las Iglesias de más reciente fundación. Los monasterios son esenciales para orar por los misioneros y promover la oración de todo el Pueblo de Dios en favor de ellos. Sin la oración, los esfuerzos de los misioneros, por valientes y sacrificados que sean, corren el riesgo de ser vanos. La oración es la que infunde la fuerza del Espíritu Santo en los corazones de los misioneros, para que tengan el valor de proponer el Evangelio sin desanimarse ante las dificultades. La fuerza del amor es la que impulsa a la misión. Además, es el mismo Espíritu el que abre los corazones de las personas y las predispone a escuchar con fe; se puede decir que va delante del misionero (cf. RM 45c). A esto hay que añadir una aportación que cada día adquiere más relieve: los monasterios en los territorios de misión son una fuente imprescindible para alimentar la espiritualidad misionera; a ellos acuden los misioneros para hacer un alto en su camino, recuperar la fuerza del Espíritu y tener luz en su labor evangelizadora. Por último, hay que significar que los monasterios van cobrando cada vez más importancia como signo de la comunión entre las Iglesias. Muchos contemplativos han salido de monasterios de muy antigua creación para fundar en territorios de misión; recíprocamente, muchas vocaciones de estos nuevos monasterios vienen y dan testimonio de la fecundidad misionera de la Iglesia. Ciertamente este proceso entraña dificultades: tanto inculturar la vida monástica en otros lugares de culturas muy diversas, como, viceversa, la inculturación de las personas de otros lugares en ambientes monásticos de tradición plurisecular. No obstante, es un signo, en tiempos de globalización, de cómo la vida monástica está inserta en la dinámica de la comunión entre las Iglesias. Muchos monasterios españoles han hecho nuevas fundaciones: en América, sobre todo, y también en África y Asia. Es un esfuerzo notable de su parte, que manifiesta que el espíritu misionero es perfectamente compatible con la vida monástica. En esta Jornada es justo recordarlo, pedir en la oración por ellos y también ayudar económicamente a las vocaciones de las distintas formas de vida contemplativa para que “experimenten una creciente difusión en las Iglesias jóvenes como expresión del pleno arraigo del Evangelio” (Vita consecrata, 8c).

Juan Martínez Sáez, fmvd. Colaborador de OMP

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Entrevista a D. Joan-Enric Vives, Arzobispo-Obispo de Urgell

“Las vocaciones en las Iglesias jóvenes rejuvenecen a toda la Iglesia”

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onseñor Joan-Enric Vives Sicilia es arzobispo de Urgell desde 2003. En su calidad de presidente de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades desde marzo de 2014 (ya lo fue de 2005 a 2008), nos habla de diversos aspectos de la vocación sacerdotal, religiosa y misionera, de cara a la Jornada del 26 de abril. ¿Cuál es, para usted, el principal mensaje misionero que se encierra en la convocatoria de este Año de la Vida Consagrada? Es un acierto que, por expreso deseo del papa Francisco, todo el Pueblo de Dios fije su atención y dirija sus oraciones en este Año hacia los hermanos consagrados, sean religiosos, monjes o laicos con una especial consagración; y es que ellos nos enseñan modos diversos en que el Espíritu Santo los hace más radicales en la vivencia de su bautismo y los envía al mundo para anunciar la alegría de acoger el Evangelio de Jesús. Ellos nos

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animan a todos a seguir a Cristo y anunciar en las periferias el amor de Dios. Más en concreto, ¿qué significado tienen para la Iglesia universal las vocaciones a la vida consagrada que surgen en los territorios de misión? En nuestros días las vocaciones de especial consagración y las vocaciones sacerdotales en las Iglesias jóvenes rejuvenecen a toda la Iglesia y son portadoras de esperanza y de ilusión evangelizadora. Su gran número, su valentía, su generosidad... atraen a todos, y en especial a nuestras Iglesias algo envejecidas. Son savia nueva y dones del Espíritu. Algunas vendrán a ayudarnos en nuestras Iglesias, como un movimiento de retorno de los dones compartidos desde el empuje misionero. Brevemente, ¿qué aportan a la actividad misionera los religiosos y religiosas, tanto de vida activa como contemplativa? La distinción es algo reductiva. Todos los consagrados son de vida activa y contemplativa, de obras de amor y de oración suplicante y perseverante. Pero no hay duda de que la intercesión que acompaña a la misión es muy importante. Lo pone de relieve el santo padre Francisco en su bella exhortación Evangelii gaudium. Todos, y especialmente los contemplativos, interceden por las misiones. No en balde santa Teresa del Niño Jesús es la Patrona de las Misiones, junto a san Francisco Javier. Debemos convencernos de que con las manos elevadas al cielo, al estilo de Moisés, es como se hace fuerte el Pueblo de Dios en su misión de “anunciar el Evangelio siempre; y,


si fuera necesario, con las palabras”, según decía san Francisco de Asís. Y de ahí la vida activa en el amor, que muestra cómo anunciar el Evangelio también es obra social, cultural, educativa, sanitaria, liberadora. ¿Cómo podría reforzarse el conocimiento y la vivencia de la dimensión misionera en los seminarios diocesanos? Ya en los estudios teológicos y pastorales se debe cuidar de que aparezca la dimensión misionera de la Iglesia, que “existe para anunciar el Evangelio”. También creo que en todos los seminarios se favorece la presencia de los misioneros, sean de la propia diócesis, sean de congregaciones especialmente vocacionadas a la misión ad gentes. Personas concretas, que con su testimonio ayudan, tocan el corazón y hacen que los futuros sacerdotes valoren la complementariedad de vocaciones y de entregas al servicio del Reino de Dios. Y además, revistas e informaciones que acerquen las misiones a la vida de los futuros sacerdotes. En algunos casos puede ser muy importante que se viva una experiencia en tierras de misión algo larga, no solo en tiempo de vacaciones. Todo redundará en un amor más grande a las misiones y a los misioneros. En cuanto a los noviciados, ¿de qué modo se podría fomentar más en ellos el espíritu y el compromiso misioneros? Parecido a lo que se debe lograr en la formación de los seminarios. Entrando en la mística del amor en el Espíritu Santo. Cuando se ama, no se puede callar el amor recibido y entregado, ni dejar de anunciarlo a los que no comparten ni han experimentado este amor. Se debe fomentar la disponibilidad. Los novicios y novicias han iniciaun camino de entrega de toda la «Los consagrados do vida; ya no se pertenecen. Y este de sí mismos y de nos animan a todos descentramiento su mundo los hará disponibles a las diversas y amplias a que a anunciar en misiones sean llamados. Necesitamos forjar corazón que abrace todo el las periferias el un mundo y todas las periferias exisy geográficas. Recuerdo amor de Dios». tenciales un título que a mí, de joven, me impresionó mucho, de Yves Congar: Amplio mundo, mi parroquia. Abrirse a todos los que nos necesitan, pues todo el mundo debe ser mi mundo, mi misión.

Por último, ¿cómo presentar con más entusiasmo la dimensión vocacional y misionera ya desde los primeros niveles de la enseñanza escolar y la catequesis? Actualmente se necesita presentar de nuevo la vida, el trabajo, las responsabilidades, la familia, los amigos... como “vocación”. Es tarea especialmente urgente en la familia, la escuela y la catequesis parroquial. Y enseñar que Dios nos quiere para algo más que para ser felices solos, ricos y egoístas; que la vida se vive de verdad dándola, regalándola, poniéndola al servicio de nuestro prójimo. Enseñar que Dios tiene algo pensado para cada niño y cada joven; una historia de felicidad y de amor, por más que a veces veamos sobre todo las exigencias y las responsabilidades. Mostrar que la seguridad y la madurez consisten en hacer lo que Dios quiere para mí. Suscitar deseos grandes en

los pequeños, mostrarles historias reales de gente feliz por haber entregado su vida a una causa noble –por ejemplo, misioneros y apóstoles–; explicar mejor lo que a los cristianos adultos nos mueve y hace felices desde nuestra fe solidaria. Modelos de vida ejemplar, que merezcan ser imitados. Y ayudarles a concretar algún compromiso servicial a su nivel, que gradualmente les sitúe en el camino de la fe y la caridad.

Rafael Santos

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Gitega, en 1983

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na comunidad contemplativa y misionera de Concepcionistas Franciscanas preparó la fundación en Goa durante 21 años. Desde Estella, Navarra, donde nació san Francisco Javier, a Goa, India, donde reposan los restos del santo. En 1990 llegó al monasterio de Estella la primera vocación precisamente de Goa; a ella siguieron otras, que hicieron allí su proceso de formación y profesión. Cinco de ellas y una hermana navarra comenzaron la nueva comunidad en 2011. Comunidad contemplativa, como es nuestro carisma y misión. Hacia ahí se trabaja la formación inicial, en camino de personalización: un año de aspirantado, otro de postulantado, dos de noviciado y cinco de juniorado. Actualmente hay tres jóvenes aspirantes, cuatro postulantes, dos novicias y dos junioras. La comunidad ha sido acogida con gran cariño en la archidiócesis de Goa, entre la vida religiosa, que es muy numerosa y fuerte, y por el pueblo fiel, que vive su fe con dedicación y entusiasmo. La forma de vida contemplativa en India tiene futuro".

MONASTERIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE DHYANALAYA 14


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l 29 de enero de 1967, entonces fiesta litúrgica de san Francisco de Sales, fundador de la Orden de la Visitación de Santa María, daba comienzo la primera fundación de esta Orden en Gitega, Burundi. Eran un grupito de hermanas de varios monasterios de España (de Mallorca, San Sebastián, Madrid, Lugo...), con la superiora, profesa de Valladolid. Tras diversas dificultades y diez años esperando la primera vocación, las aspirantes fueron llegando. Hemos mantenido constante contacto con cuatro monasterios de Burundi (Gitega, Kanyinya, Ruyigi y MakamMakamba ba) y dos de Ruanda (Save y Ruhengeri), que nos consideran a las hermanas de Valladolid como sus madres. Desde hace unos 12 años, son las hermanas africanas quienes vienen a ayudarnos y reforzar nuestras comunidades. En Makamba, última fundación (2011) de aquella primera semilla española en Burundi, pese a la limitación de medios y espacio y sus solo tres años de andadura, hay ya un grupito de profesas de votos temporales, novicias, postulantes y prepostulantes. Y en la pionera comunidad de Gitega actualmente hay un total de 33 hermanas en el noviciado. ¡Una riqueza!". MONASTERIO DE LA VISITACIÓN-SALESAS DE VALLADOLID

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n 2004, acogiendo el deseo de Mons. Ángel Garachana de tener una comunidad contemplativa en su diócesis de San Pedro Sula, partían del monasterio concepcionista de Mahón (Menorca), rumbo a Honduras, las hermanas M.ª Dolores Arribillaga y Cecilia Ullauri. Allí se les unieron dos hermanas mexicanas. Con gran alegría de todos, se pudo inaugurar el edifi-

cio del monasterio el 17 de agosto de 2006, festividad de santa Beatriz de Silva, fundadora de esta Orden de la Inmaculada Concepción. Las hermanas confeccionan ornamentos para las parroquias y las proveen de formas eucarísticas; también realizan otros trabajos manuales y de repostería. Gracias a Dios, poco a poco van surgiendo vocaciones nativas, que se van formando ahí mismo, en su propio ambiente, según el espíritu propio de la Orden Concepcionista y sirviéndose también de los cursos de Teología a distancia. Con ilusión desean prolongar las actitudes de María Inmaculada y ser «el amor en el corazón de la Iglesia» de San Pedro Sula". MONASTERIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SABANA

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Arriba, vista del Seminario Mayor Benedicto XVI en Kendoumayah, Guinea.

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irigiéndose a la Plenaria de la Congregación para el Clero (3-10-2014), el papa Francisco hizo una preciosa afirmación, que podemos ahora referir concretamente a las vocaciones al sacerdocio en las Iglesias jóvenes: “Toda la comunidad cristiana es custodio del tesoro de estas vocaciones, destinadas a su servicio, y debe percibir cada vez más la tarea de promoverlas, acogerlas y acompañarlas con afecto. [...] Se trata de custodiar y cultivar las vocaciones, para que den frutos maduros. Ellas son un «diamante en bruto», que hay que trabajar con cuidado, respeto de las personas y paciencia, para que brillen en medio del Pueblo de Dios”. Recordémoslo al leer estos ejemplos del destino dado a las aportaciones de España a la Obra de San Pedro Apóstol.

GUINEA Proyecto: Finalización de la primera fase de construcción del centro Institución: Seminario Mayor Benedicto XVI en Kendoumayah, archidiócesis de Conakry Beneficiarios: 42 seminaristas Aportación enviada por OMP España: 61.538,46 e La solicitud de ayuda recibida por el Secretariado Internacional de San Pedro Apóstol, en Roma, se refería a la terminación de la construcción y equipamiento del refectorio, la residencia y algunas aulas de este seminario. El envío del subsidio extraordinario encaminado a dar respuesta a esta petición fue asignado a Obras Misionales Pontificias de España. Es el propio rector del seminario, Jean-Pierre Delamou, quien, "con una inmensa alegría", escribe para agradecer nuestra aportación y ofrecer justificación documental del buen uso de la cantidad recibida. Además de permitir la continuación y conclusión de los citados trabajos, la ayuda también ha contribuido a amueblar y sonorizar la capilla definitiva. Aunque el P. Delamou envía abundantes fotos, anuncia más que reflejen el comienzo del año académico 20142015 en enero; y es que la epidemia de ébola hizo que hubiera que posponer la vuelta a las aulas en todo el país. Asegurándonos sus oraciones, concluye así su carta: "En nombre de los

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obispos de Guinea, en nombre de toda la comunidad del Seminario Mayor Benedicto XVI y en el mío propio, les doy las gracias de corazón por todo lo que hacen por este centro".

INDIA Proyecto:

Sustitución de la instalación eléctrica del centro

Institución: Seminario Mayor Buen Pastor en Dimapur, diócesis de Kohima Beneficiarios: 66 seminaristas y sus formadores Aportación enviada por OMP España: 7.692,31 e Este seminario, creado hace 35 años, sufría frecuentes cortes de energía, debido al estado de los cables eléctricos, viejos, desgastados y expuestos frecuentemente a quemarse o romperse. La ayuda enviada por España contribuirá a cubrir los gastos del nuevo cableado. De este centro han salido sacerdotes como Kokto Kurian, ordenado en 2012 y proveniente de una familia con pocos recursos, de la tribu yimchumgrii naga, en el nordeste de la India. Nos escribe para “agradecer sinceramente toda la ayuda espiritual y material que nos habéis prestado, vosotros y los amigos de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol”. Recuerda con cariño cómo el seminario “inculcó en mí la importancia de tomar en serio el don de mi vocación, tratando de ser un sacerdote santo y preparado”, y “la vida de oración y de comunidad en él, que sin duda ha fortalecido mi vocación”. El padre Kurian, una de cuyas hermanas es asimismo religiosa de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento, añade: "Me doy cuenta de que todo el bienestar material del que disfruté se debe a la ayuda y sacrificios de muchas personas buenas. Por la gracia de Dios, hoy soy un sacerdote; pero los elementos

tangibles de las gracias de Dios en mi vida se ven en vuestras ayudas y oraciones".

BOLIVIA Proyecto: Apoyo a seminaristas mayores

Vicariato apostólico de Camiri Tres seminaristas del vicariato Aportación enviada por OMP España: 2.192,31 Institución:

Beneficiarios:

e

El vicariato apostólico de Camiri no cuenta con seminario propio, por lo que debe enviar a sus estudiantes de Teología al de Cochabamba. Tanto los gastos propios de su asistencia a este seminario (pensión, desplazamiento a la facultad y atención sanitaria), como otros derivados (transporte desde Camiri al menos dos veces al año, ropa, libros y otros enseres), quedan cubiertos por este auxilio, de carácter ordinario. El vicario apostólico, Mons. Francesco Focardi, ofm, nos confirma que “sin esa ayuda aportada por OMP España no podríamos sostener los estudios de nuestros seminaristas y todos los gastos que ellos tienen”. Seminaristas como Milton Kiber Melendres y Fernando Aguari, que escriben también para “agradecerles infinitamente todos los beneficios que nos otorgan, ya que nos permiten realizarnos como futuros sacerdotes”, y explicar su vida en el seminario: oración, estudio, visita a casas, trabajo en labores comunitarias, deporte... Por su parte, Mons. Focardi se despide de nosotros con agudeza y simpatía: “Reiterando mi gratitud, quiero pedirles algo más: que recen por nosotros; necesitamos muchas y santas vocaciones de sacerdotes, nativos y/o misioneros. Así que, si pueden promover que sus sacerdotes vengan como Fidei donum para hacer misión por estas tierras, les estaré aún más agradecido”.

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Aunque resulte chocante, estas páginas de testimonios comienzan con un pequeño cuento. Esta parábola, seguida de su explicación, es un buen pórtico para adentrarnos en el espíritu de la Obra de San Pedro Apóstol, así como en las vidas y experiencias que hay delante y detrás de su labor:

"Un anciano muy pobre se dedicaba a sembrar árboles de mango. Alguien le dijo: «¿Cómo, a su edad, se dedica a plantar mangos? ¡Seguro que no vivirá lo suficiente para consumir sus frutos!». El anciano respondió apaciblemente: «Toda mi vida he comido mangos de árboles sembrados por otros. ¡Que los míos den frutos para quienes me sobrevivan!». Para mí este anciano os representa a todos vosotros, que seguís ayudando con vuestras oraciones y con vuestro dinero a las misiones. No tenéis la mentalidad del asalariado. Sabéis el valor universal y eterno del bien. Sabéis que la alegría de hacer el bien está en sembrar, no en recoger. Para vosotros, lo que importa del árbol es la semilla, y no el fruto. Así que seguís sembrando árboles, dando sin calcular, a ciegas, sin conocer a los beneficiaros de vuestra generosidad, convencidos que no faltará gente para disfrutar de los frutos de vuestra oración, de vuestro trabajo, de vuestro amor, de vuestro sudor". Quien nos regala este breve relato y la aplicación de su enseñanza es Blas Kanda, congoleño, uno de los frutos sacerdotales de la Obra de San Pedro Apóstol. A continuación recogemos su testimonio personal, junto con otro complementario: el de Josep Coves, sacerdote operario diocesano (actualmente, en Tortosa), que ha dedicado buena parte de su larga andadura misionera a la formación de seminaristas, también en la República Democrática del Congo.

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Una vocación lograda

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e ordené hace casi 18 años en la diócesis de Mbuji-Mayi, en el centro de mi país. Como sacerdote, he trabajado siete años en dicha diócesis como vicario parroquial, como párroco y como formador en el seminario mayor de mi provincia eclesiástica. Luego he pasado casi otros siete en la capital, Kinshasa, estudiando en la Universidad Católica y trabajando en la casa diocesana que aquí tenemos. He estado tres años en España, y he sido miembro del equipo pastoral en nueve pueblos de Cantabria, en la diócesis de Santander, antes de volver a mi patria. Vine aquí para ver y aprender de vosotros, que nos habéis enseñado a Jesucristo. En efec-

to, el 80% de la población congoleña es cristiana, con casi un 50% de católicos. En la República Democrática del Congo todavía hay mucha fe. La gente va a misa, canta y baila. El domingo tenemos en las parroquias tres o cuatro celebraciones, con las iglesias llenas de creyentes. Pero nos preocupa mucho la situación de crisis de la fe en Europa. Os escribo para testimoniar que soy uno de los frutos de lo que hacéis por las misiones. Y que, sin la ayuda de las Obras Misionales Pontificias, sería imposible que las Iglesias y, sobre todo, los seminarios de los países menos desarrollados pudieran funcionar. Es cierto que la Iglesia congoleña se

está responsabilizando cada vez más, pero nuestros seminarios funcionan casi al 100% con vuestra ayuda. Os pido que sigáis apoyando a las OMP, pues sin este auxilio no sé lo que sería de las Iglesias de las misiones. Cada año pedís y dais vuestro dinero por las misiones, por las vocaciones. Pero os aseguro ahora que estáis leyendo el testimonio de uno de los frutos que vuestra oración y vuestra generosidad han dado en la lejana África, de donde vengo. Tenéis que seguir adelante. El mundo y la Iglesia os necesitan. BLAS KANDA

La mirada de un formador

C

uarenta y siete años de mi vida los he pasado en la República Democrática del Congo. Estoy más que convencido de que no he hecho nada de extraordinario: “Predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!”. Doy gracias a Dios por todo lo que he podido hacer durante esos años para darle a conocer; siete años en parroquia, y el resto, en la formación de futuros sacerdotes: veintisiete años en el seminario menor de la diócesis y los otros trece en nuestro aspirantado –Filosofía y Teología–, del que ya han salido algunos compañeros sacerdotes operarios. Siempre he vivido intentando hacer, desde mi trabajo, un lugar de acogida para los misioneros españoles del interior, a los que siempre he admirado, y he procurado que se sintieran en casa. Los ha habido de Bilbao,

San Sebastián, Astorga, Burgos, Valladolid, Zaragoza, Tortosa, Mallorca, Ibiza, Santander; jesuitas, padres blancos, carmelitas, salesianos, amén de las religiosas y otras personas que pasaban por allí. Los miércoles también acogíamos al clero diocesano y comíamos juntos. Sabían que las puertas estaban siempre abiertas. En cuanto al clero nativo, si el Evangelio ha llegado a África es una señal auténtica del deseo que Dios tiene de ver también que haya quien lo anuncie: misioneros y sacerdotes nacidos en ese continente tan querido. Creo que lo importante está en la selección: seria, a fondo. Pero quizá lo principal sea el testimonio dado por los que nos llamamos profetas: en nuestro vivir, en nuestro poseer, en nuestros medios. JOSEP COVES

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Monición de entrada La Iglesia celebra, en este cuarto domingo de Pascua, la alegre noticia de la Resurrección de Jesucristo: el Señor, tras pasar por las “cañadas oscuras” de la muerte, ha resucitado para vivir eternamente en gloria y majestad junto al Padre, que así lo ha constituido como nuestro Buen Pastor. Él nos guiará también a nosotros hacia las “verdes praderas” de la Resurrección. Nos pide que escuchemos su voz y le sigamos. Celebramos hoy en la Iglesia universal la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y, al mismo tiempo en España, la Jornada de Vocaciones Nativas, para que, a la vez que rogamos al Dueño de la mies que envíe nuevas vocaciones a su mies, nos sintamos responsables de la formación y el sostenimiento de quienes han respondido a la llamada en los territorios de misión. Los que han sido convocados al sacerdocio y a la vida consagrada, aquí o allá, expresan su alegría con el lema de las dos Jornadas: “¡Qué bueno caminar contigo!”. Aprovechemos la celebración de la eucaristía de hoy poniéndonos a la escucha del Señor, que quiere darnos la Palabra y el Pan de la Vida para que también nosotros demos su vida al mundo.

Sugerencias para la homilía 1.

El mesías; la promesa; Jesús, el Buen Pastor

Ya en el Antiguo Testamento se habla frecuentemente del mesías como del buen pastor que habría de alimentar al Pueblo de Dios, abandonado y disperso. En Jesús se cumplen esas promesas del pastor esperado, con características nuevas, según los signos de los tiempos, aquí y ahora: el mismo que curó al ciego, el mismo que sanó al leproso, el mismo que lloró a Lázaro, ese es Jesús, una razón, una esperanza, una noticia y una luz, quien se nos acerca y nos habla.

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2.

Siempre será fundamental la promoción de las vocaciones nativas, a fin de fortalecer la evangelización de cada cultura.

Pedro y su misión de apacentar el rebaño del Señor

Pedro recibió de Jesús la misión de apacentar las ovejas, el rebaño del Señor. Desde entonces, esta misión le ha sido transmitida al Papa, quien nos alienta cariñosamente a escuchar con alegría evangélica la voz de Cristo, que nos habla en el interior de nuestra persona. Hemos de caminar con la enseñanza del Papa y manifestar amor, respeto y unión a él como buen pastor en beneficio de toda la Iglesia y de todo el mundo. 3.

Promoción de las vocaciones nativas

La Iglesia es universal porque la fe puede predicarse en todas las culturas. Esto conlleva una gran riqueza, por las diversas manifestaciones de la fe en la pluralidad de aquellas. No obstante, siempre será fundamental la promoción de las vocaciones nativas, a fin de fortalecer la evangelización de cada cultura. Así, mediante personas hijas de su cultura, se manifiesta a Cristo, Buen Pastor, que camina cercano a las tradiciones y cambios de cada sociedad.

Oración de los fieles Presidente: Presentemos al Padre, por mediación de su Hijo, que es bueno, nuestras peticiones con fe, para que Él, fuente de toda bondad, nos conceda lo que le pedimos: Por la Iglesia, para que no falten en ella las vocaciones que hagan latir con la vida de Cristo el corazón de todos los hombres. Roguemos al Señor. Por las Iglesias más jóvenes y necesitadas, para que, con nuestra oración y con nuestra ayuda económica, el Señor suscite nuevas vocaciones y puedan perseverar en el servicio a sus comunidades. Roguemos al Señor. Por la paz en el mundo, para que el Señor infunda en el corazón de todos los hombres su Espíritu de paz y de amor. Roguemos al Señor. Por las familias cristianas, para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal. Roguemos al Señor. Por todos los que sufren, para que el Señor les consuele y auxilie por medio de la caridad de los cristianos, imagen ante el mundo del corazón de amor del Buen Pastor. Roguemos al Señor. Por todos nosotros, para que escuchemos la Palabra que Cristo nos dirige y le sigamos sin miedo y con alegría hacia la fuente de agua viva, haciendo su voluntad. Roguemos al Señor. Presidente: Te lo pedimos a ti, Buen Pastor de tu Iglesia, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Alfonso Palos. Rector del Seminario Metropolitano de Zaragoza

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Preparación Se propone que la Vigilia se haga con exposición del Santísimo. Como elementos de la ambientación, se coloca algún signo que haga alusión a la vocación y al camino (estola, Biblia, cáliz, reclinatorio, un camino hecho con velas...).

Desarrollo de la vigilia 1. Monición de entrada Nos reunimos en esta noche como Iglesia para orar delante del Buen Pastor, para pedirle por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, para suplicar “al Dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies”, y también para decirle al Señor: “¡Qué bueno caminar contigo!”. Nos unimos así a los sentimientos de la Iglesia, pidiendo por las vocaciones nativas. Dispongámonos a participar de este momento de oración, en el que nos encontramos con el Señor cara a cara.

2. Canto: “Pescador de hombres”. 3. Ritos iniciales: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (Se expone el Santísimo). 4. Canto: Invocación al Espíritu Santo. (Entra una persona con la Sagrada Escritura). 5. Lectura del Antiguo Testamento: Vocación de Jeremías (Jer 1,1-19), o bien vocación de Samuel (1 Sam 3,1-10).

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6. Silencio

Somos enviados como buenos pastores para conducir a nuestros hermanos al buen pasto de la fraternidad y del amor.

7. Salmo: Salmo 95 (94) o salmo 96 (95). 8. Silencio 9. Canto: “Yo soy el Buen Pastor”. 10. Lectura del Evangelio: Vocación de Leví (Lc 5,27-32 o Mt 9,9-13), o bien la llamada de los doce (Mt 10,1-15).

11. Reflexión del que preside 12. Silencio 13. Oración por las vocaciones nativas (estampa oracional de la Jornada) Gracias, Señor, por aquellos a los que llamas a servirte como sacerdotes, encomendándoles el cuidado de su comunidad y la evangelización de quienes no te conocen. Gracias por hacerles ministros tuyos atentos a las necesidades de todos, con afán de servir y compromiso misionero. Gracias por quienes, movidos por tu Espíritu, viven con radicalidad el Evangelio como religiosos y religiosas. Gracias por los que, con su oración comunitaria, interceden sin cesar por toda la humanidad, y por los que hacen de la actividad caritativa un testimonio de tu amor y tu misericordia. Gracias, Señor, por todas las vocaciones, que, aquí y en los territorios de misión, son signo de la vitalidad de tu Iglesia. Que la libertad y entrega de sus vidas siga mostrándonos que es bueno caminar contigo para anunciar el Evangelio por toda la tierra.

14. Bendición 15. Monición de despedida Somos enviados como buenos pastores para conducir a nuestros hermanos al buen pasto de la fraternidad y del amor. Lo hemos aprendido del Señor, y nos sentimos orgullosos de haber descubierto que podemos ser como Él, Buen Pastor. En esta Jornada, nuestro compromiso con la Iglesia se puede concretar en orar al Buen Pastor para que siga enviando otros pastores a su Iglesia, nuevas vocaciones, y en colaborar para que aquellos que han sido llamados puedan disponer de los recursos necesarios para ser fieles hasta el final.

16. Canto: “Santa María del Camino”. Alfonso Palos, Rector del Seminario Metropolitano de Zaragoza

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SAN PEDRO APÓSTOL APORTACIÓN ECONÓMICA DE LAS DIÓCESIS A

Los donativos para la Obra de San Pedro Apóstol se reciben en las parroquias y comunidades cristianas, y llegan, a través de las Direcciones Diocesanas, hasta la Dirección Nacional de OMP. Desde allí, este dinero se envía, por medio de las Nunciaturas Apostólicas de los países correspondientes, a los destinatarios que indica a España la Secretaría General de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol en Roma. Aparecen aquí, desglosadas por diócesis, las contribuciones realizadas en 2014 en el conjunto de España. Estas proceden, en buena medida, de la colecta de la Jornada de Vocaciones Nativas de 2014. También, del esfuerzo económico continuado que realizan muchas personas e instituciones, con objeto de financiar "Becas de estudio" para quienes se preparan a la vida sacerdotal o consagrada en los territorios de misión. Otras aportaciones provienen de herencias y legados de personas que dejan sus bienes para ayudar a sostener los seminarios y noviciados de las misiones. 24

Recaudaciones

ejercicio

2014

DIÓCESIS ANDALUCÍA

Almería ..............................4.599,97 Cádiz-Ceuta ................. 2.086,96 Córdoba ....................... 45.108,54 Granada ..........................34.040,24 Guadix-Baza .................... 305,30 Huelva ............................... 4.539,66 Jaén ................................. 20.676,18 Jerez .................................. 2.729,04 Málaga-Melilla .......... 36.718,66 Sevilla ............................ 110.570,15

ARAGÓN

Barbastro-Monzón ....... 9.647,90 Huesca .......................... 3.610,47 Jaca ................................ 2.704,83 Tarazona ......................... 793,66 Teruel-Albarracín ....... 21.786,69 Zaragoza ................... 59.842,96

ASTURIAS

Oviedo .......................... 19.721,85

BALEARES

Ibiza ..................................... 100,94 Mallorca ....................... 4.318,73 Menorca ....................... 1.019,56

CANARIAS

Canarias ...................... 8.531,95 Tenerife ...................... 46.756,13

Euros CASTILLA-LEÓN

Astorga ........................... 10.448,81 Ávila ................................ 114.679,85 Burgos .............................. 9.762,49 Ciudad Rodrigo ......... 1.106,12 León ..................................23.292,63 Osma-Soria ....................1.346,54 Palencia ........................... 2.555,98 Salamanca ....................33.310,19 Segovia ........................... 51.710,80 Valladolid ...................... 32.863,75 Zamora ............................. 8.677,71

CATALUÑA

Barcelona ....................... 9.130,56 Girona ................................ 6.739,46 Lleida .....................................444,56 S. Feliu de Llobregat .........320,31 Solsona ............................ 2.591,27 Tarragona ...................... 16.353,71 Terrassa .............................. 569,42 Tortosa .............................. 8.745,69 Urgel ................................. 10.968,41 Vic ..................................... 11.354,93

EUSKADI

Bilbao ............................... 44.212,78 San Sebastián......... 156.549,14 Vitoria ...............................15.372,35

EXTREMADURA

CANTABRIA

Santander .................. 6.702,11

Mérida-Badajoz ........ 11.220,09 Coria-Cáceres ............58.618,68 Plasencia ......................... 1.013,96

CASTILLA-LA MANCHA

GALICIA

Albacete ...................... 3.606,92 Ciudad Real.................. 22.791,83 Cuenca ........................ 35.016,41 Sigüenza-Guadalajara... 37.037,36 Toledo ........................... 25.522,44

Lugo .................................... 7.507,37 Mondoñedo-Ferrol ......2.393,30 Ourense .......................... 68.549,67 S. de Compostela ..... 235.817,00 Tui-Vigo ............................. 4.317,84

MADRID

Alcalá de Henares ........ 5.760,97 Getafe ...................................... 1.580,12 Madrid ................................. 240.520,36 Arz. Castrense ................. 6.141,82

MURCIA

Cartagena-Murcia .......... 23.547,33

NAVARRA

Pamplona-Tudela .........676.715,71

LA RIOJA

Calahorra-Logroño ..........57.578,58

VALENCIA

Orihuela-Alicante .........128.618,43 Segorbe-Castellón .......... 9.750,29 Valencia .............................. 329.618,30

DIRECCIÓN NACIONAL

................................................... 194.630,41

TOTAL GENERAL

............................................. 3.207.895,13


VOCACIONES NATIVAS

por continentes

DISTRIBUCIÓN DE LAS AYUDAS DE ESPAÑA

De entre las solicitudes de ayuda aprobadas por la Asamblea General de las OMP celebrada en Roma del 5 al 10 de mayo de 2014, la Secretaría General de la Obra de San Pedro Apóstol asignó en junio a España la siguiente distribución de las cantidades que había puesto a disposición del

Santo Padre para velar por las vocaciones nativas. Dichas cantidades proceden de la cooperación económica de los fieles durante el ejercicio de 2013, deducido un pequeño porcentaje de gastos de administración y de animación misionera para promover la colaboración ante estas

ÁFRICA

ASIA

ANGOLA ............ 112.190,62

INDIA ............................ 137.202,38

BURUNDI ............ 52.841,27

INDONESIA ............... 92.768,86

CAMERÚN ......... 67.356,40

TOTAL ............ 229.971,24 E

necesidades. Con estos donativos se ayuda a que muchos candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa puedan perseverar y prepararse adecuadamente para servir a sus jóvenes Iglesias. También, a que sea posible mantener o construir seminarios y casas en las que puedan formarse.

GHANA ................ 163.918,46 GUINEA ................. 66.817,85 KENIA .................... 58.146,07

AMÉRICA

LIBERIA................. 33.461,33

BOLIVIA ....................... 15.690,51

MADAGASCAR ....150.090,54

COLOMBIA ................ 31.729,67

NIGERIA ............. 370.669,93

ECUADOR .................. 43.035,02

SUDÁFRICA ...... 12.921,89

GUATEMALA ............ 18.649,49

TANZANIA ........ 138.231,73

PARAGUAY ............... 11.006,71

UGANDA ............ 124.503,50

PERÚ ............................... 8.814,83

TOTAL ...... 1.351.149,59 E

TOTAL ............ 128.926,23 E

TOTAL GENERAL: 1.710.047,06 E 25


n su carta apostólica Graves et increscentes (1966), dirigida a la entonces llamada Unión Misional del Clero con motivo del 50.º aniversario de su fundación, el beato Pablo VI explica cómo la hoy Pontificia Unión Misional (PUM) se encuentra abierta a los hermanos religiosos y religiosas. Dice así (nn. 25-26):

E

“No queremos, por último, dejar de recordar el otro decreto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide del 14 de julio de 1949, mediante el cual se extendió la invitación de adherirse a la Unión a los hermanos religiosos y religiosas. Con tal decreto se abrió muy oportunamente el campo de la oración, del sufrimiento y del apostolado –propia y principal tarea de la Unión Misional del Clero– a nuevos operarios evangélicos que, consagrados a

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Dios por medio de la profesión religiosa, prestan ya una preciosa colaboración a los sacerdotes en la obra de educación del pueblo cristiano. Pues a todos estos queridos hijos la Unión ofrece un medio valiosísimo para confirmar y consolidar su vocación eclesial según el espíritu del Concilio Ecuménico Vaticano II, para sentirse todavía más partícipes de la comunión de la vida católica y para ofrecer a la difusión del Reino de Dios los incomparables tesoros espirituales de sus oraciones y de su escondida inmolación diaria. Por ello expresamos fervientes votos para que todos los Institutos religiosos, y sobre todo los monasterios de clausura, presten su generosa adhesión a nuestra Unión Misional del Clero, de conformidad con los Estatutos que ya fueron aprobados por la Sede Apostólica, y que así esta Unión, conservando el glorioso nombre que tuvo desde el comienzo, pueda llamarse igualmente Unión Misional de los Religiosos y de las Religiosas”. En definitiva, se invita a la vida religiosa a participar de la condición de “alma de las otras Obras Misiona-

les Pontificias” propia de la PUM (GI 21), implicándose en su labor de “infundir a los católicos, ya desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero” (ibíd.; AG 38). Con su oración, su contemplación, su trabajo, su acción caritativa..., en definitiva, con toda su vida entregada a Dios, los religiosos y religiosas pueden desempeñar un papel de primer orden en la “animación espiritual misionera” (Estatuto de las OMP, art. 22), que es la razón de ser de la PUM. Un modo concreto de traducir esta implicación de los religiosos y religiosas en la PUM es la celebración en los monasterios de un “día misionero mensual”, particularmente dedicado a rezar y ofrecer sacrificios y limosnas por la evangelización de los pueblos, por los misioneros de la diócesis o por el fruto de las Jornadas misionales. Por ejemplo, al orar por las vocaciones nativas en los territorios de misión, los religiosos y religiosas contribuyen decisivamente a dar aliento a la Obra de San Pedro Apóstol y a los objetivos de su Jornada, en favor de las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa surgidas en las Iglesias más jóvenes.


2.000 e

Los seis años de formación de un seminarista.

1.000 e

Tres años de preparación de un futuro sacerdote.

350 e

Un curso académico de un seminarista o novicio/a.

Tu donativo ayudará a crear y mantener seminarios, noviciados y centros de formación. B. Popular Español - IBAN: ES25 0075 0204 9506 0006 0866



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