Nツコ 160 D I C I E M B R E Aテ前 2015
EDITADA POR LAS OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS
TERCER MILENIO
Nº 160. DICIEMBRE, 2015
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en este número... IGLESIA A FONDO El Sínodo de la Familia, celebrado en octubre en Roma, ha puesto sobre la mesa los principales desafíos a los que esta institución debe hacer frente, en especial en los países en vías desarrollo.
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PRIMER PLANO Guatemala acaba de celebrar elecciones presidenciales. Jimmy Morales, un conocido cómico sin experiencia política, es el hombre llamado a dirigir el país los próximos años.
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INFORME "Gracias". Con este sencillo, pero al mismo tiempo rotundo lema, la Iglesia española se dispone a celebrar, el próximo domingo 24 de enero, una nueva edición de la Jornada de la Infancia Misionera.
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y además... 7 TRIBUNA ¡Abrid las puertas... a la misericordia!
10 EL OBSERVADOR INDIA - ANGOLA ECUADOR - VATICANO
20 ASÍ VA EL MUNDO MYANMAR - BURUNDI SUDÁN DEL SUR COSTA DE MARFIL
36 ENTREVISTA
Isabel y Fede,
voluntarios en la Amazonia
42 ANIMACIÓN MISIONERA 45 CARISMAS Religiosas Teatinas de la Inmaculada Concepción
48 CULTURA Libros que dan voz a los sin voz
53 EL CUARTO MUNDO 54 EN EL OBJETIVO 56 MISIÓN VIVA
Rosendo Garres,
misionero deL IEME
EDITORIAL
TODO EN UNA PALABRA
“G
racias” es el lema con el que se va a presentar el próximo 24 de enero la Jornada de la Infancia Misionera. Todo un acierto, porque no se puede decir más con menos; porque si una palabra brota con espontaneidad y entusiasmo de la boca del misionero o misionera es ese “gracias” que con tanta insistencia repiten por haber recibido, desde la pobreza y la necesidad, más de lo que pudieron dar. Y es que, del encuentro con tantas realidades sufrientes como presenta el rostro de Dios, es imposible no salir enriquecido con un “gracias” en la boca. “Gracias” es la palabra que todo el mundo quiere aprender a decir en la mayor cantidad de idiomas posible. Una búsqueda, un conocimiento que, sin duda, obedece al deseo del ser humano de poder mostrar agradecimiento al otro ante el más mínimo gesto de consideración por su parte. Una palabra, por tanto, imbuida de un espíritu de universalidad, que no conoce barreras físicas, mentales ni idiomáticas; que lucha para poderse hacer entender hasta llegar al otro, por muy distinto que sea a nosotros. La escuela en los valores del Evangelio que es la Obra Pontificia de la Infancia Misionera es muy consciente, tal y como recoge en los postulados de su Decá-
logo, de que “un niño misionero siempre dice: «¡Gracias!»”. Es la palabra que ha de brotar de manera natural de sus labios al conocer el mensaje de Jesús. Qué menos se puede decir a aquel que entregó su vida por la salvación de toda la humanidad. A partir de esta entrega tan radical, la existencia se transforma en un canto de agradecimiento.
día mueren en el mundo, víctimas de la miseria, 16.000 menores de cinco años. Para ellos ya es demasiado tarde. Pero que otros chicos y chicas que están en su misma situación –569 millones de menores de 18 años tienen que vivir con menos de 1,25 dólares al día y 17 millones de niños sufren desnutrición aguda grave por falta de alimentos– es-
Si una palabra brota espontáneamente y con entusiasmo de la boca del misionero o misionera es “¡gracias!”. Un “gracias” que es fácil de entonar por las cosas buenas que nos pasan en la vida: por el encuentro de la amistad, del hermano, del amor, de la justicia, de la libertad, del perdón... Un “gracias” que, sin darnos cuenta, repercute sobre nosotros mismos, porque ninguna de estas realidades las podríamos cosechar sin nuestro esfuerzo y nuestra entrega por alcanzarlas. La familia, los amigos, el cariño... necesitan ser cuidados y atendidos; lo justo requiere ser practicado con el ejemplo, para luego buscarlo y reclamarlo; la libertad pide ser ejercida con responsabilidad; y el perdón, ser pedido en conciencia. Pero ¿qué ocurre cuando las cosas vienen mal dadas? Cada
capen de la muerte segura y puedan dar gracias requiere de ojos abiertos que vean esta situación y de voces que denuncien este drama, fruto del egoísmo, la injusticia y la desidia humana. Es lo que enseña a hacer la Obra Pontificia de la Infancia Misionera a los millones de niños que la integran, y que aprenden, desde su sencillez, a ayudar con sus pequeñas aportaciones, pero, sobre todo, con sus oraciones, a otros niños, para que no se sientan abandonados. Así, los millones de menores que sufren habitualmente las consecuencias de la explotación laboral, la violencia, la discriminación o el abandono se verán con fuerzas para decir un nuevo “gracias”.
EDITA: Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL DE OMP: Anastasio Gil DIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES Rosa Lanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán, JoTERCER MILENIO sé Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Fernando Redondo, Israel Íñiguez, Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Joaquín Martínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael Santos FOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
IGLESIA A FONDO El Sínodo de la Familia ha puesto sobre la mesa los principales desafíos de esta institución. En los países en vías de desarrollo, donde la pobreza amenaza la estabilidad de padres e hijos, son muchos los retos que ha dejado en manos de la Iglesia misionera, en su deseo de acompañar a la principal célula de la sociedad: los matrimonios mixtos, la falta de oportunidades para los jóvenes, la discriminación de la mujer... El Sínodo oficialmente ha concluido, pero, desde las llamadas a la acción que plantea, no ha hecho más que empezar.
La familia en el Tercer Mundo
EL SÍNODO EMPIEZA AHORA
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omunión sí. Comunión no. El debate sobre el acceso al sacramento de la eucaristía de los divorciados vueltos a casar centró de alguna manera el foco mediático del Sínodo de la Familia celebrado en octubre en Roma. Las dicotomías simplificadoras entre doctrina y pastoral, ley y misericordia, conservadores y progresistas, propiciaron que, de puertas para fuera, se tuviera la tentación de evaluar únicamente desde esta óptica 14 misioneros
la cita sobre los desafíos y retos de la célula básica de la sociedad. Sin embargo, aun siendo uno de los “platos fuertes” –prueba de ello es que los puntos que abordan el tema en el documento final fueron los más discutidos–, los asuntos que se pusieron sobre la mesa fueron más allá. Los propios padres sinodales llegados de las diferentes latitudes del planeta se apresuraron a reivindicar que la agenda era mucho más amplia desde la óptica del llamado Tercer Mundo.
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Nathaniel Sawyer, presidente de la Asociación de Teólogos Africanos, subraya que “necesitamos no solo que Occidente admita que podemos pensar diferente a ellos, sino ser capaces de presentar nuestras propias propuestas”. “Corríamos el peligro de caer únicamente en el asunto de los divorciados vueltos a casar que, aun siendo importante, no es ni mucho menos el único acuciante. Si uno mira las situaciones de dificultad en mi país, en los colectivos marginales, descu-
sión que viven las viudas, que pierden la herencia en manos de la familia del marido fallecido...”. “Hay cristianos en nuestros países que viven en poligamia, pero quieren recibir los sacramentos: ¿qué les decimos?, ¿cómo les acogemos? Son problemas no occidentales, pero que necesitan solución”, lamenta el cardenal Phillippe Nakellentuba Ouédraogo, de Burkina Faso. A miles de kilómetros de Uagadugú, en Laos, comparte la misma inquietud el obispo Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun. “La indicación pastoral habitual es que el hombre elija una de las mujeres con quien vivir, pero ayudando económicamente a las demás. En cuanto al resto, desde el punto de vista legal, todos los hijos y las mujeres le pertenecen. Esto crea desorden y pobreza. Pero hay otro aspecto: normalmente, la nueva mujer se suma a la familia con el acuerdo de la primera mujer. Si se convierten al catolicismo, el problema viene dado porque la decisión de tener otra mujer fue tomada por ambos, de común acuerdo... Y la Iglesia debe pedir que se rompa el vínculo con la segunda... Es una pregunta que me hago: ¿tenemos derecho a hacerlo?”.
La necesaria inculturación
bre, por ejemplo, cómo la droga se ha convertido en una de las principales amenazas de las familias entre los más pobres”, explica la auditora del Sínodo, Marcela Mazzini, profesora de Teología en la Pontificia Universidad Católica de Argen-
tina. “El sínodo ha abierto los ojos sobre la realidad de otros continentes. Así, en África y en Asia, la migración se ha convertido en un asunto común de primera magnitud. Cobran especial relevancia la poligamia y la situación de exclu-
Estos interrogantes han hecho que el propio papa Francisco haya reconocido la dificultad de dar una respuesta global. “Lo que parece normal para un obispo de un continente, puede resultar extraño, casi como un escándalo, para el obispo de otro continente; lo que se considera violación de un derecho en una sociedad, puede ser un precepto obvio e intangible en otra; lo que para algunos es libertad de conciencia, para otros puede parecer simplemente confusión. En realidad, las culturas NÚM. 160, DICIEMBRE DE 2015
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son muy diferentes entre sí y todo principio general necesita ser inculturado si quiere ser observado y aplicado”, reflexionaba el Papa en el discurso final del Sínodo. El salesiano Antonio César Fernández vive esa inculturación de primera mano en el continente negro. Ha entregado allí 34 años de su vida. Actualmente es párroco en Korhogo, al norte de Costa de Marfil, donde vive en comunidad con otros tres religiosos africanos. “Para mí, el gran desafío para la familia africana es la fidelidad”, subraya de inmediato A. César, al que se le acumulan las palabras que conlleva este reto: poligamia, concubinato, amantes, segundas nupcias... “Todas estas situaciones generan que haya una separación de hecho en la pareja, de tal manera que el marido tiene otra vida fuera y sitúa en plena indefensión a la mujer, porque la deja sola con los hijos. Esta soledad, en otros casos, se produce por el fenómeno migratorio. La falta de oportunida16 misioneros
des para trabajar hace que tenga que mudarse con frecuencia de casa, que el marido tenga que marcharse, lo que propicia una gran inestabilidad”. Estos episodios vienen aderezados por la violencia consentida hacia la mujer, la consiguiente discriminación, una alta tasa de problemas de alcoholismo, un escaso diálogo entre el marido y la esposa, la difícil comunicación entre padres e hijos... “Las mujeres tienen muchos valores: en muchos casos llevan el peso de la economía, tienen que afrontar buena parte de los problemas y al marido, que a veces constituye él mismo un problema”, sentencia este misionero cordobés. Con este panorama, la formación se ha convertido en su principal herramienta dentro de la pastoral para acompañar a las familias en dificultades: “Se detecta una falta de preparación adecuada al matrimonio desde la primera fase, la de la elección y el noviazgo. Muchas mujeres no tienen libertad
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para escoger al marido y, en otros casos, las motivaciones que se les presentan para elegir cónyuge no son muy claras. Por otro lado, los hombres cristianos también tienen miedo a casarse, porque son conscientes de la exigencia que supone un matrimonio cristiano. Estas circunstancias nos obligan a trabajar seriamente para promover el sentido y los valores de la familia cristiana”. Y es que el influjo de las religiones tradicionales y un contexto sociorreligioso bastante marcado por el islam hacen que la visión cristiana del matrimonio se contagie de estos elementos. El religioso español considera que se trata de “injerencias e intereses de lo que podríamos llamar la ‘gran familia’. La costumbre pasa por que sea la familia quien escoge a los novios, lo que desemboca, en caso de viudedad, en que los bienes del marido retornen a su familia”. Este concepto de gran familia difiere de la idea occidental, como apunta Jordi Tomás Aguilera, doc-
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tor en Antropología Social y Cultural del Centro de Estudios Africanos de las Universidades de Lleida y Lisboa. “El concepto de familia africana no es únicamente nuclear: padres, abuelos y tíos. Las hay patrilineales, matrilineales, monógamas, polígamas... Pero, en cualquier caso, se tiene un concepto más extenso, que llega hasta el clan, de tal manera que, si lo necesitas, a través de la familia puedes activar a centenares de personas a las que une un sistema de parentesco”, detalla el investigador. “A priori se puede pensar que este sistema esclaviza a sus miembros y los inmoviliza. Sin embargo, también es recíproco y actúa como una cadena inmediata de ayuda”.
Acompañamiento de la Iglesia En esta cadena de favores, también irrumpe con fuerza la Iglesia, desde el acompañamiento. El misionero salesiano lo sabe bien: “La parroquia constituye
una plataforma ideal para ayudar a la familia. Se habla de esto en las homilías, se dan charlas de formación y conferencias sobre problemas, se tienen encuentros de oración, y se prepara a los catecúmenos adultos que van a recibir los sacramentos de la iniciación cristiana y que van a casarse al mismo tiempo, o que van a regularizar su situación matrimonial (bendición nupcial, si ya han hecho el matrimonio tradicional y van a bautizarse). La Comisión de Vida Familiar y la ayuda de ciertos laicos resulta un instrumento precioso en esta pastoral”. En estos últimos tiempos, los salesianos están especialmente sensibilizados con la situación de las mujeres. “Se acompaña a las personas excluidas de los sacramentos –explica A. César Fernández–. Especialmente, el caso de la mujer que es segunda esposa y que casi ha estado obligada a ello por circunstancias, sobre todo, económicas; otras veces, por haber sido aban-
donada por el anterior marido y no poder hacer frente a las cargas de los hijos ella sola”. Desde estas debilidades y fortalezas, A. César Fernández se siente evangelizado también por las familias africanas, de las que ha aprendido “la paciencia y la capacidad de aguante, de sufrimiento y de privación, así como la riqueza que suponen los hijos. También, la solidaridad en caso de infortunio, sobre todo por muerte de un miembro de la familia; una gran capacidad de lucha contra las dificultades; y el espíritu de alegría y de fiesta”. Aunque en latitudes y contextos diferentes, algunos de los asuntos tienen su réplica en el continente asiático. “Hablar de Asia como una entidad homogénea sería caer en un error, debido a la diversidad de culturas y expresiones religiosas”, advierte Jayeel Serrano Cornelio, sociólogo de las religiones y director del Programa de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Ateneo de Manila. Para este experto filipino, sin embargo, hay elementos positivos compartidos con África: el respeto y aprecio de los hijos hacia los padres, así como el concepto de gran familia. Pero también asignaturas pendientes, como las migraciones, la violencia contra las mujeres y las limitadas oportunidades laborales para los jóvenes. “Hoy, una nueva generación de indonesios, tailandeses, bangladesíes y filipinos están creciendo en cierta orfandad, porque sus padres están trabajando en otros lugares. En las economías avanzadas, como Japón, Singapur y Hong Kong, el cuidado de los ancianos se deja en manos de trabajadores migrantes”, aprecia Serrano, quien considera que “el debate, por tanto, no es si los obispos o los católicos son conserNÚM. 160, DICIEMBRE DE 2015
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vadores o progresistas, sino si el insistente mensaje de ‘acompañar’ a las familias y ‘escuchar su realidad’ es verdaderamente un imperativo pastoral”. Entre estas situaciones cotidianas, se encuentran los matrimonios mixtos. “Tenemos que afrontarlo pastoralmente. ¿Cómo abordamos este hecho para no rechazarlo como Iglesia, aunque seamos conscientes de que no es la situación ideal?”, se pregunta el obispo responsable de la Comisión
Episcopal de Familia en Indonesia, Franciscus Kopong Kung. El prelado es consciente del papel que juegan las tradiciones en este sentido: “No significa que tengamos que eliminar las costumbres locales, sino encontrar caminos y soluciones orientadas a la integración”.
Enemigo común: la pobreza En todos los países en vías de desarrollo, sea en África, América o Asia, hay un enemigo común de la familia: la pobreza. “Afecta a millones de familias en el continente, y se convierte en un terreno fértil para ceder la propia dignidad humana”, plantea el teólogo hindú Arthur Pereira, quien ve 18 misioneros
cómo esta exclusión trae consigo la pornografía, la prostitución, el tráfico de seres humanos, la esclavitud y otras prácticas que “destruyen a las familias”. Aunque todavía es sólido el núcleo familiar rural que “cultiva los valores humanos y espirituales ligados a la tradición”, el que fuera responsable de la Oficina para el Laicado de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas, considera que los Gobiernos de los diferentes países amenazan esta estabilidad con reformas que respaldan la anticoncepción, el aborto, la esterilización, los divorcios exprés, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la eutanasia.
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En América Latina, la amenaza se repite: “Es la misma a la que se enfrenta toda la sociedad latinoamericana, tal vez por aquello de que la familia es célula de la sociedad: la pobreza en todas sus dimensiones, como consecuencia de la injusta distribución de los bienes de la tierra, la inestabilidad laboral, las carencias de la educación, las migraciones forzadas, la atención de salud insuficiente...; en fin, todo aquello que impide satisfacer las necesidades de sus miembros. Asimismo, el machismo, que no solo desconoce la dignidad de las mujeres, sino que deshumaniza a los varones y cuya consecuencia inmediata es la violencia intrafamiliar”, sentencia Isabelita Corpas de Posada, colombiana especializada en teología del matrimonio. “Ahora bien, en cuanto a los retos y desafíos que afronta la fami-
lia, creo que provienen de los cambios socioculturales, como los que conlleva el paso de un mundo uniforme, sacral y eurocéntrico, a un mundo plural, secular y multicultural; cambios que inciden en las relaciones que se establecen entre los miembros de las familias y en su configuración”, concreta Corpas de Posada, quien advierte de que “no solamente la educación y el trabajo son clave para que una familia venza todos estos obstáculos. También la adecuada atención de la salud, las posibilidades de esparcimiento y, sobre todo, el ser respetados sus miembros por parte de la sociedad y entre ellos mismos, así como el ejercicio pleno de los derechos humanos. Pero lo que a mi juicio saca adelante a una familia –porque permite superar las dificultades– es el amor de la pareja vivido y aprendido a vivir por los hijos, como ge-
nerosidad, servicio, solidaridad, respeto, alegría, agradecimiento”. En el caso de América Latina, esta doctora, que trabaja con parejas en dificultades, se detiene en un lastre más local: “Un fenómeno como es el narcotráfico afecta nocivamente a las familias de todos los contextos socioeconómicos. Muchas veces los individuos se involucran con el propósito de atender las necesidades económicas de sus familias: es dinero fácil, que, al convertir a alguno o algunos de sus miembros en traficantes, en mulas, incluso en sicarios, forzosamente destruye la convivencia familiar y los valores humanos”. Frente a esto, aplaude los programas estatales e internacionales “para promoción de las mujeres, lo cual redunda en beneficio de sus respectivas familias, aunque muchas se desajustan porque falta la promoción simultánea de los esposos, que no están preparados y no aceptan muchas veces el empoderamiento de ellas”. Desde estas carencias y situaciones de exclusión que se escenifican en todos los continentes y que vivió en primera persona la Sagrada Familia de Nazaret, el Sínodo ha buscado abrir caminos, sugerir propuestas de trabajo, invitar a la reflexión. Y todo, como recoge el documento final, conscientes de que “la familia se constituye como sujeto de la acción pastoral por el anuncio explícito del Evangelio y el legado de múltiples formas de evidencia: la solidaridad con los pobres, la apertura a la diversidad de las personas, la protección de la creación, la solidaridad moral y material con otras familias, especialmente los más necesitados, el compromiso con la promoción del bien común también por la transformación de las estructuras sociales injustas”. JOSÉ BELTRÁN
El debate que rompe las barreras geográficas as reuniones de los llamados círculos menores, los 13 grupos de trabajo distribuidos por lenguas, que se mantuvieron durante el Sínodo, se convirtieron en el verdadero foro de análisis de la situación en la que viven las familias en los países en desarrollo. Así lo admite el cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban, quien reconoció que este sistema de trabajo permitió "romper las barreras geográficas" y dejar a un lado la occidentalización del Sínodo. "En el mundo hay muchísimos problemas, y el Sínodo los ha abordado desde toda su complejidad. Creo que se ha dado voz a problemas complejos para millones de personas. Las dos cosas más saludables que yo extraigo del Sínodo son precisamente cómo el debate se ha materializado en la exposición de ideas diferentes y la búsqueda del consenso final", respalda Marcela Mazzini. Aun así, para algunos expertos, como Isabel Corpas, aún queda camino por recorrer. "Hubiera querido que el Sínodo respondiera más claramente a las nuevas circunstancias, a los entornos culturales diversos y plurales del mundo actual y a las transformaciones que se han producido respecto a la forma como las parejas y las familias del siglo XXI construyen su relación", explica, consciente de que la reunión de obispos en Roma es solo el punto de partida para que "los y las creyentes busquemos entre líneas del documento final estos lineamientos y con ellos 'hagamos lío', como dice Francisco, para que no queden en letra muerta".
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PRIMER PLANO
GUATEMALA El enigma del cómico
"Guatemala está cambiando de forma pacífica, sin balas, solo con participación, y así debemos seguir. El mundo nos mira, y tenemos que demostrar que somos un país de gente honesta. No habrá tolerancia con la corrupción". Estas fueron las primeras palabras del candidato Jimmy Morales al ganar la segunda vuelta de las presidenciales del 25 de octubre. El nuevo presidente electo –toma posesión el 16 de enero– carece de experiencia política y es toda una incógnita. Él dice soñar con que el día de mañana se enseñe en las escuelas que fue el mejor presidente de la historia del país.
S
e llama James Ernesto Morales Cabrera, Jimmy desde 2011, año en que se cambió legalmente de nombre. Cuenta 46 años. Es hijo de José Everardo (locutor, fallecido) y de Celita Ernestina (dependienta de almacén). Tiene tres hermanos –dos varones y una mujer, esta última locutora también y asentada en Chicago– y es padre de cuatro hijos. Se declara cristiano evangélico, al igual que el 40% de los guatemaltecos. Tiene una licenciatura en Administración de Empresas por la Universidad de San Carlos de Guatemala, un “profesorado” de Teología por el Seminario Bautista y un doctorado en Seguridad Nacional por la USAC. Y es actor y productor. Esta es, en pocas palabras, “la ficha” del hombre que a partir del 16 de enero va a dirigir los destinos de la mayor de las repúblicas centroamericanas, el “país de la eterna primavera”, como se lo conoce también a causa de la bonanza de su clima. Un hombre de 24 misioneros
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Jimmy Morales, presidente electo de Guatemala
origen humilde, hecho a sí mismo, que debe su popularidad al programa de humor Moralejas, protagonizado junto a su hermano Sammy y emitido todos los domingos por el Canal 7 de televisión. Morales –hasta hace unos meses, por tanto, una suerte de José Mota a la guatemalteca– ganó el 25 de octubre la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y lo hizo más que holgadamente, pues obtuvo nada menos que el 67,4% de los votos emitidos, por un 31,4% de su rival, la ex primera dama Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Eso sí, la participación en esta segunda vuelta fue tan solo del 54%, inferior en 20 puntos a los comicios de septiembre, y seis puntos menor también que la de las elecciones de 2011, que dieron la Presidencia al general Otto Pérez Molina. La primera lectura de los resultados es muy sencilla. Los guatemaltecos han votado descontento. Hastiados de corrupción y latrocinio, han optado por castigar a la clase política de siempre. Y para ello han dado su voto, que es al mismo tiempo un voto de indignación y esperanza, a un antipolítico, a un rostro amable y popular que, hasta hace nada, les hacía reír en televisión y se declaraba dispuesto a dar un revolcón al país y a ajustar cuentas con los corruptos. Morales había prometido reformas y, sobre todo, tolerancia cero con la corrupción. Su lema electoral lo decía todo: “Ni corrupto ni ladrón”.
Algunas dudas El nuevo presidente ha hecho bandera, por tanto, de honradez, independencia e integridad. Y, sobre todo, de ser alguien ajeno al sistema clientelar y de prebendas instalado desde hace décadas en
la política guatemalteca. Para entendernos: él no es “casta”, que diría Pablo Iglesias, sino alguien del pueblo, un no-político inmaculado, dispuesto a barrer la inmundicia de la política nacional. Y este mensaje, junto al hastío existente, ha sido suficiente para granjearle la simpatía, primero, y el apoyo, después, de los ciudadanos de toda suerte y condición. Las dudas llegan cuando se escarba un poco en el mensaje, y se va más allá de las palabras bonitas y grandilocuentes. A Morales, por ejemplo, no se le vio en ninguna de las concentraciones y manifestaciones habidas en Guatemala, desde abril a septiembre, para exigir la renuncia
y el procesamiento del presidente Pérez Molina. ¡Y eso que se pedía la cabeza del mandatario precisamente por corrupto! Hace más de un año, la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG, un organismo vinculado a la ONU) destaparon la existencia de una red de funcionarios y particulares que se lucraban falsificando la documentación necesaria para la importación de productos. Esta red estaba operativa en, al menos, tres aduanas y había ocasionado a 26 misioneros
las arcas del Estado un perjuicio de millones de dólares. Era el llamado “caso La Línea”, un escándalo en el que, tras meses de investigaciones y escuchas, estaban implicados nada menos que el presidente Pérez Molina y su vicepresidenta, Roxana Baldetti. Esta última dimitió el 8 de mayo y fue arrestada el 14 de agosto, pero Molina (un general retirado de 64 años, que estuvo al frente del Estado Mayor Presidencial y de la temida Dirección de Inteligencia Militar, unidades castrenses ambas
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responsables de cientos de asesinatos y desapariciones de opositores durante los 36 años de guerra interna que hubo en el país) se negó a renunciar, y no abandonó el poder hasta que en septiembre, cuatro días antes de las elecciones, el Congreso lo desaforó. Su dimisión, sin embargo, había sido pedida durante semanas por decenas de miles de personas que, olvidando colores y banderas políticas, se echaban todos los sábados a las calles para protestar. Y entre ellas no estuvo nunca el presidente electo. Más aún, los líderes de la bautizada como “revolución de la dignidad”, un movimiento popular y espontáneo que ha sido comparado a nuestro 15-M, siempre desconfiaron del hombre que, a la postre, ha sido el que ha logrado capitalizar y convertir en votos esa ola de indignación popular.
La sombra de los militares La segunda gran sombra que planea sobre el comediante devenido en presidente la proyecta el partido político elegido por este
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na, el conocido actor televisivo fue en las listas de otro partido, la Acción de Desarrollo Nacional (ADN), que obtuvo apenas 18.000 votos.
para su aventura política. Y es que Morales ha obtenido la presidencia con una formación “seminueva” llamada Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), un partido nacionalista y de derechas (probablemente sería más exacto decir “extrema derecha”) que surgió en 2011 y del que él es secretario general desde 2013. El problema es que tras el FCN se esconde un nutrido grupo de militares retirados de línea dura que se resisten a perder protagonismo en la vida nacional y quieren seguir manejando los hilos de la vida pública a toda costa, bien directamente, bien por persona interpuesta. Según la prensa local, Morales llegó a esta formación en 2012, invitado por el teniente coronel retirado Edgar Justino Ovalle Maldonado, uno de los fundadores de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (AVEMILGUA), organismo creado en 1995 que hoy cuenta con 1.200 uniformados en su seno. En las anteriores elecciones, sin embargo, las que en 2011 dieron la Presidencia a Pérez Moli-
dos elegidos para el Congreso. En el Comité Ejecutivo de la formación estuvo también el ex jefe de la Policía Nacional Civil, coronel Pe-
Tras el partido de Jimmy Morales se esconden algunos militares que aspiran a seguir manejando el poder. Lo hizo como candidato a la alcaldía de Mixco, un municipio de 400.000 habitantes pegado a la capital. Esta había sido hasta ahora su única participación en política, por lo que sobra decir que carece de la más mínima experiencia de gobierno, ni siquiera como concejal o alcalde de una municipalidad. En los meses previos a las elecciones que le acaban de encumbrar a la más alta magistratura del Estado, Morales desmintió cualquier conexión castrense –“a partir de 2013, la dirigencia [de FCN-Nación] fue reemplazada en un 99% por personas de mi entera confianza, sin experiencia política”, se justificó en junio–, pero los hechos posteriores se han encargado de demostrar que la cosa no está tan clara. De hecho, el citado coronel Ovalle Maldonado figuraba en las listas y ha sido uno de los diputa-
dro García Arredondo, quien en enero de 2015 fue condenado a 90 años de prisión por el asalto, en 1980, a la embajada de España en Guatemala, que costó la vida a 37 personas, la mayoría estudiantes, indígenas (entre ellos, el padre de la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú), catequistas y campesinos que habían tomado la legación diplomática para denunciar las atrocidades que se estaban cometiendo contra la población civil. Detrás del FCN se esconden, por tanto, militares, civiles y empresarios de línea dura, de esos que niegan la salvaje represión de los años 80 y piden la retirada de lo juicios contra los altos mandos; uniformados responsables de masacres como esa de la embajada (a ella solo sobrevivió el embajador, Máximo Cajal) o las denunciadas en el informe conclusivo del Proyecto NÚM. 160, DICIEMBRE DE 2015
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PRIMER PLANO
REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica), que elaboró la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado. Por la publicación de ese detallado y pormenorizado documento fue asimismo asesinado en 1998, también por militares, el entonces obispo auxiliar de Ciudad de Guatemala, Juan Gerardi. Por cierto, el hoy presidente electo también tuvo que dar explicaciones en junio pasado sobre unas fotos suyas de 2010 con el capitán Byron Lima Oliva, precisamente uno de los asesinos de Gerardi. Morales se justificó entonces asegurando que esas fotos habían sido tomadas en el marco de una donación de materiales –“equipo de cómputo [ordenador], hojas, lápices y un proyector”– efectuada para la “rehabilitación de los presos” tras un rodaje en la prisión, y que el citado Lima fue el encargado de recibir ese material en calidad de “responsable del orden y disciplina”. Para el entonces candidato, esas fotos se estaban utilizando para desacreditarle.
la vida mercadeando con votos y favores, y que han hecho de la política la más innoble y desprestigiada de las actividades públicas que puedan ejercerse hoy en el país. Y si no, que se lo pregunten a los obispos, que el pasado 27 de agosto, en el marco del escándalo por el aforamiento-desaforamiento del presidente, escribían: “Nunca en la historia de nuestra democracia habíamos tenido un Congreso como el actual: ineficiente, complaciente con sus intereses personales o partidarios, con la mayoría de los diputados tránsfugas”.
Un presidente solo Con todo, el hecho que más incertidumbre genera, en la etapa de gobierno que ahora comienza, es la soledad parlamentaria del nuevo presidente. Y es que, si realmente pretende reformar el sistema político y poner fin al clientelismo y la corrupción, como ha prometido, Morales va a tener que emplearse a fondo, pues su partido solo dispone de 11 de los 158 escaños del Congreso. (Las elecciones legislativas tuvieron lugar en septiembre, junto a la primera vuelta de las presidenciales, y su formación, el FCN, quedó quinta, de doce partidos en liza). Y, lo que es peor, allí, en el Congreso, se va a encontrar con la oposición de los “dinosaurios” de siempre, hombres que llevan toda 28 misioneros
Hartos de escándalos de corrupción, los ciudadanos han optado por castigar a la vieja clase política. En la nota en la que hacían esta denuncia, un mensaje titulado La esperanza no defrauda, la Conferencia Episcopal hablaba también de la “traición” que el Congreso había hecho al pueblo “al no haber aprobado las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos”, que había propuesto el Tribunal Supremo Electoral. Morales se dispone ahora a sacar adelante esa reforma. Y a en-
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carar también la de las finanzas del Estado, en bancarrota tras el saqueo por parte del Gobierno anterior. En teoría, afronta cuatro años de mandato con un capital político altísimo –un respaldo del 67% no se obtiene todos los días–. Pero sus posibilidades de éxito son más bien escasas, por no decir nulas, si no cuenta con aliados en otras formaciones. En el Congreso están representados hasta
UN PAÍS PARA POCAS BROMAS ierra de muchos árboles. Eso es lo que significa la palabra Guatemala en lengua náhuatl, una de las 23 que están reconocidas en esta república centroamericana de 108.000 kilómetros cuadrados y 16,7 millones de habitantes. Pese a que el nuevo presidente es un cómico, el país está hoy para pocas bromas. Más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y, de ellos, un 13% en la pobreza extrema. Miles de familias, indígenas en su inmensa mayoría, han de sobrevivir con siete quetzales al día, menos de 80 céntimos de euro. Sus ingresos se quedan a años luz del salario mínimo, fijado por ley en 280 euros, y que ya resulta insuficiente para vivir con un mínimo de dignidad, pues el coste de la "cesta básica" (alimentos esenciales, transporte, luz y agua) asciende a 723 euros. Solo el 10% de la población –y esta, urbana– tiene un sueldo que alcance o supere el millar de euros. El país es muy joven, con una media de edad de 21 años, y mayoritariamente cristiano. La religión católica, que profesa el 47% de la población, ha ido perdiendo terreno en las últimas décadas, en beneficio de las confesiones evangélicas (40%). La violencia está a la orden del día y se cobra de media la vida de 18 personas cada jornada. Gran parte de esta violencia está relacionada con la gran desigualdad social existente y la numerosísima cantidad de armas que hay en circulación.
T
12 partidos políticos. Los que cuentan con mayor número de diputados son la Libertad Democrática Renovada (LIDER), de centroderecha, con 44; la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), socialdemócrata, con 36; TODOS, socialcristiano, con 18; y el Partido Patriota (PP), de derechas, la formación de Pérez Molina, con 17. Según la prensa local, al menos once de los diputados electos del nuevo Parlamento estarían violando la ley, al ser también contratistas del Estado, algo que está expresamente prohibido por el artículo 80 de la Ley de Compras y Contrataciones del Estado. Tres de esos parlamentarios pertenecen a FCN, el partido del presidente, y uno de ellos es el ya citado coronel Ovalle Maldonado. Preguntado al respecto, Morales se ha mostrado partidario de que se investigue, pero ha descartado tomar medidas. “Tampoco vamos a pasar guillotina solo porque se hace un comentario”, ha dicho. El supuesto paladín de la regeneración democrática en Guatemala tiene también ante sí otros
retos. El primero, la “patata caliente” del presidente y de la vicepresidenta procesados. Los analistas políticos y la opinión pública en general se preguntan, por ejemplo, si modificará o no sus condiciones de reclusión –más que en prisión, están bajo arresto domiciliario, pues gozan de innumerables privilegios– y si, llegado el caso, accederá a extraditar a Baldetti a los Estados Unidos, desde donde al parecer se la reclama por lavado de dinero y narcotráfico. En octubre, a Pérez Molina el Sistema Penitenciario le había instalado en su “apartamento”, que no comparte con nadie, un televisor de 32 pulgadas, DVD, ordenador, frigorífico, dispensador de agua, calentador de agua, mueble para guardar ropa, ventilador, y una mesa y diez sillas para recibir visitas. “Durante 20 años os he hecho reír. Yo os prometo que, si llego a presidente, no os voy a hacer llorar”, dijo Morales durante la campaña. A día de hoy, y visto lo visto, esto es a buen seguro lo único que anhelan los guatemaltecos. JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
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INFORME
Dos mil doscientos millones. Tal, el número de niños que hay sobre la Tierra. "Gracias". Con este simple y rotundo lema por bandera, poco después de la Epifanía, el próximo día 24, que es el cuarto domingo de enero y la fiesta de san Francisco de Sales –patrón de los periodistas–, la Iglesia española celebra una nueva edición de la Jornada de la Infancia Misionera.
¡A
viso para navegantes!: contra lo que pudiera empujarnos a creer el deslumbrante oropel consumista y vano con el que los peritos del marketing nos envuelven la Navidad, la gran Jornada misionera de los niños remata el copioso rosario de las celebraciones navideñas, sí. Pero no 30 misioneros
es una fiesta para atiborrar de dulces y caramelos las barrigas infantiles. No. De eso, nada. Antes, y sobre todo, es un nuevo aldabonazo, directo y claro, que, todos los años por estas fechas, la Iglesia endereza a los más pequeños para sembrar en ellos el espíritu de la fraternidad universal. Por
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eso, “Los niños ayudan a los niños” es el lema de esta, muy veterana ya, Obra Pontificia. Y, también por eso, este año, llega de la mano de un generoso “Gracias”, que quiere ser consecuencia final del previo intercambio de bienes al que están llamados todos los niños de la Tierra. Año tras año, la Infancia Misionera se afana por sembrar, entre los más pequeños, un espíritu libre, solidario y sin fronteras. Un espíritu que arraigue, con fuerza, en los corazones infantiles. Y que, andando el tiempo, sea capaz de transformar a los niños de hoy en hombres y mujeres del mañana, hechos y, sobre todo, derechos: capaces de construir un futuro mejor. Hombres y mujeres que estén resueltos a forjar una humanidad más justa, más libre, más fraterna, más humana y, en definitiva, más cristiana.
Todos los niños están llamados a ser, el próximo domingo 24 de enero, protagonistas de esa Jornada. Pero, para que eche raíces en el hondón de su alma la certeza de que todos somos hijos de Dios y, por lo tanto, hermanos e iguales en derechos y dignidad, es imprescindible la ayuda y colaboración de los mayores. Por eso, padres, catequistas, profesores y colegios también están llamados a comprometerse en esta empresa. ¡Que nadie se escaquee! Todos los creyentes en Jesús, el Niño de Belén, estamos obligados a colaborar en el anuncio de su Buena Nueva a cuantos, todavía, no han oído hablar de Él. Y, al mismo tiempo, a atajar las muchas necesidades que pisotean la dignidad de cientos de miles de niños que no han tenido tanta suerte como los que corretean por nuestros parques y jardines. Sí, no es broma. Todavía hoy, en los umbrales del siglo XXI, el panorama mundial que presenta la infancia es bien desalentador. Para probarlo, estas pinceladas que nos da UNICEF.
Una infancia maltratada El Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia dice que, solo en 2012, murieron 6,6 millones de menores de cinco años. Y que la gran mayoría de estas muertes podían haberse evitado. Y eso es una violación del derecho fundamental a sobrevivir y desarrollarse. El 15% de los niños del mundo se ve obligado a hacer trabajos que comprometen su derecho a la protección contra la explotación económica e infringen su derecho a aprender y a jugar. El 11% de las niñas están casadas antes de cumplir 15 años, lo que pone en peligro su derecho a la salud, la edu-
El domingo 24 de enero todos los niños están llamados a ser protagonistas de la Jornada de la Infancia Misionera. cación y la protección. En Chad, por cada 100 niños que se matriculan en secundaria, solo 44 niñas lo hacen. El resto queda sin educación y sin el amparo y servicios que proporciona la escuela. No todo es tan fúnebre y desalentador: unos 90 millones de ni-
ños podrían haber muerto antes de cumplir los cinco años si las tasas de mortalidad infantil se hubieran mantenido en los niveles de 1990. Por ejemplo, en Perú, ese año, de cada 1.000 menores morían 79 niños. En el 2012, la cifra bajó a 18 niños por cada mil. NÚM. 160, DICIEMBRE DE 2015
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Pero queda mucho, mucho, mucho por hacer: al presente, seis de cada diez niños de nuestro mundo son víctimas de algún tipo de tragedia: hambre, violencia, pobreza, carencias educativas y sanitarias, explotación... Para combatir y conjurar esas amenazas tan lacerantes, el año pasado la Infancia Misionera en España contribuyó al Fondo Universal de Solidaridad con cerca de tres millones de euros (exactamente: 2.733.972,39 €). En total, en el pasado ejercicio, las Iglesias de los cinco continentes lograron reunir, para ayudar a los niños del mundo, más de 17 millones de euros: 17.316.056,88 €. Luego, cada año, en Roma, como es bien sabido, la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias se encarga de distribuir, en función de las necesidades, las aportaciones íntegras de todos los países para hacer posible una multitud de proyectos solidarios en favor de los niños más necesitados. Todos estos afanes no son nuevos. La convocatoria que, cada año, nos hace la Obra Pontificia de la Infancia Misionera hunde sus raíces en medio del siglo XIX. Sí. Hasta 172 años atrás –camino de dos siglos– tenemos que remontarnos en el calendario para dar con las raíces de tan admirable organización.
Un francés excepcional La búsqueda del origen de esta admirable Obra nos lleva hasta los pies de un francés excepcional: Carlos Augusto Forbin-Janson. Y hay que quitarse el sombrero. Porque Carlos Augusto fue un audaz adelantado de su tiempo. Para hacer lo que hizo, hace falta estar loco. Sí: “loco de remate”, le decían sus amigos y allegados. Nacido, en París, cuatro años antes de la toma de la Bastilla y en medio de una muy ilustre y no me32 misioneros
Monseñor Forbin-Janson, fundador de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera.
El año pasado la Infancia Misionera en España contribuyó al Fondo Universal de Solidaridad con casi tres millones de euros. nos acaudalada familia, que hunde sus raíces en la nobleza provenzal, él estaba llamado, por su muy más que acomodada condición, a seguir la carrera política o de las armas, como su padre, que era teniente general. Con 21 años, llegó a ser auditor del Consejo de Estado con Napoleón. Pero nada más. Igual que la Revolución Francesa dio al traste con el Antiguo Régimen, también Forbin-Janson dio la espalda a los usos y parafernalias de su clase y, contra to-
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do pronóstico, enderezó sus pasos hacia la vida religiosa. Tras 10 años exiliado en Alemania –el filo de la guillotina también amenazaba a los Forbin-Janson–, cumplidos los 24, vuelve a Francia e ingresa en el Seminario de San Sulpicio. Y, en 1818, a los 33, es ordenado sacerdote en la ciudad de Chambery, cercana a Lyon. Al poco, su obispo le nombra vicario general y responsable del Seminario. Pero... las labores administrativas no le hacen muy feliz.
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Más tarde, por su acreditada competencia, será nombrado obispo de Nancy. Pero, en ese camino, monseñor Forbin-Janson tropieza, primero, con esa otra gran adelantada que fue su paisana Paulina Jaricot, la lionesa fundadora ¡en 1822! de la Obra de la Propagación de la Fe. Y tropieza, en fin, con los dramáticos testimonios que, desde China, envían los sacerdotes de la Sociedad de las Misiones Extranje-
ras de París, instituto al que había pensado unirse él mismo. Así, llegó a sus manos –y a su corazón– el Mensaje a las almas caritativas de Europa, documento fechado el 7 de octubre de 1779 y escrito por Juan María Moye, sacerdote de las Misiones Extranjeras de París, donde presentaba, con todo detalle, la triste situación de muchos niños chinos, abandonados por sus padres.
La pobreza de las familias y el desprecio que los hogares campesinos mostraban hacia las niñas –menos capacitadas físicamente para hacer frente a las duras tareas del campo– eran la causa que propiciaba tales abandonos. Y parece que la costumbre todavía sobrevive en el subconsciente colectivo del pueblo chino. De ahí, tal vez, el abultado número de niñas chinas ofrecidas para la adopción en los últimos años. El Mensaje daba cuenta de cómo los misioneros recogían a niños abandonados y los entregaban a las familias cristianas, para que, a cargo de la misión, los criaran y educaran. También relataba cómo otros muchos morían, por haber llegado tarde el socorro de la Iglesia. Y advertía, en fin, que algunos misioneros habían creado hogares para esos niños, pero que atender a los acogidos les impedía dedicarse a la evangelización propiamente dicha. NÚM. 160, DICIEMBRE DE 2015
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Un Mensaje que fue, sin duda, germen, principio y origen de la Obra Misional de la Santa Infancia, que nacería cuatro años después. Ni corto ni perezoso, Forbin-Janson coincidió desde su fe con los valores del lema revolucionario: “Liberté, égalité, fraternité”, y se lanzó a movilizar a todos los niños cristianos en favor de los niños pobres, primero de China y, poco después, de todas las misiones. Su objetivo: que los niños ayuden a los niños. Cada uno, que lo haga según sus posibilidades. Pero que todos participen en ese afán. Eran muy otros tiempos: en 1843, Richard Wagner termina su primera ópera, El buque fantasma, inspirada en la leyenda del Holandés Errante. En mayo, nace en Las Palmas el que, andando el calendario, llegaría a ser don Benito Pérez Galdós. En Inglaterra Charles Dickens publica Cuento de Navidad. Y la reina de España, a la sazón Isabel II, que ha sido declarada mayor de edad sin haber cumplido, todavía, los 14, determina que la bandera roja y gualda de la Armada –elegida por Carlos III para los buques de guerra– pase a ser la nueva bandera nacional. La “reina castiza” también coloca la primera piedra del nuevo Congreso de los Diputados. Poco antes de cumplirse los diez años de su fundación en París, la Santa Infancia llega a España en 1852, a instancias del arzobispo de Toledo Juan José Bonel y Orbe, y bajo el patrocinio de la propia Isabel II. La reina quiso que su primogénita, la Princesa de Asturias, fuera “primera asociada, fundadora y protectora de la Obra”. De los orígenes de Infancia Misionera, 172 años hace ya. Monseñor Forbin-Janson sólo pudo dirigir la Obra que él había fundado durante 16 meses. Murió, a los 59 34 misioneros
años, el 11 de julio de 1844. Su mérito y condición de adelantado, lejos de menguar, se acrecienta cuando sabemos que otras organizaciones humanitarias de parecido tenor todavía tuvieron que esperar muchos años para nacer.
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La Cruz Roja, por ejemplo, surgió 20 años después: en 1863. Antes, el comerciante suizo Henry Dunant, de Ginebra, hubo de toparse con un macabro espectáculo: tras la batalla de Solferino –guerra de la unificación italiana–, 40.000
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ahora conocemos como Infancia Misionera. Y que, desde 1922, tiene el apellido de “Pontificia”, porque depende directamente del Papa. UNICEF tardó más todavía en nacer: en 1946, al cabo de la II Guerra Mundial, para ayudar a los atribulados niños de la destrozada Europa. El caso del admirable y magnífico Forbin-Janson es, ciertamente, singular. Pero no tan exclusivo e insólito como podría parecer. También aquí y ahora, en nuestros días, hay “locos de atar” que, como el fundador de la Infancia Misionera, un buen día, “porque no están del todo contentos
hombres, quedaron abandonados a su suerte. Morían sin asistencia. La tragedia empujó a Dunant, que en su juventud había militado en movimientos cristianos, a movilizar a los vecinos de los pueblos cercanos para socorrer a los heridos, con una sola condición: que no tuvieran en cuenta el bando en el que estaban los heridos. El lema “Tutti fratelli” (“Todos hermanos”), acuñado por las mujeres, funcionó. Como funcionó, en el ánimo de Forbin-Janson, la revolucionaria consigna “fraternité” para poner en pie la Obra de la Santa Infancia, que
con su quehacer de cada día”, dan la espalda a una excelente posición, lo dejan todo y se van a compartir su suerte con los más necesitados de la Tierra.
Con los niños de la calle, en Cochabamba Gracias a Dios, no todo es abandono, explotación y miseria en nuestro maltrecho mundo. Es verdad que más de 800.000 niños, entre los 6 y 11 años, sobreviven, mal que bien, por las calles de Bolivia. Pero también es muy cierto que, en Cochabamba, el 60% de
los niños de la calle tienen un hogar. “Amanecer” se llama la fundación que los acoge. María José Pascual, Hija de la Caridad y misionera en Bolivia, explica que “esos niños duermen en la calle, en lugares insalubres y peligrosos. Cometen robos y recurren a la prostitución para sobrevivir. La mayoría es adicta a la clefa, un disolvente industrial que daña mucho su salud y puede llegar a matarles”. Y cuenta que, generalmente, “las razones de que estos niños lleguen a tal situación están relacionadas con el maltrato por parte de los padres, tanto físico como psicológico”. María José Pascual invita a los españoles a “que no se encierren en sí mismos ni sigan lo que está de moda. Que sean más sensibles hacia las personas que sufren y pasan hambre, y se solidaricen para que haya paz, justicia y amor”. Por último, con motivo de la Jornada de la Infancia Misionera, pide esto a los niños españoles: “Que valoren mucho a sus padres. Es una gracia de Dios tener una familia que les da amor, alimentación, les transmiten valores y se preocupa de ellos, cosa que no sucede con muchos niños de la calle”. “Que recen por tantos niños que no tienen el cariño de sus padres, que son maltratados, violados y abandonados, y acaban viviendo en condiciones infrahumanas y metidos en la droga, el robo, la delincuencia...”. “Y que Jesús sea su verdadero Amigo. Que confíen en Él. La verdadera felicidad está en descubrir que Él les ama y siempre les acompaña, tanto en las alegrías como en las penas. Que, como Jesús, aprendan a hacer el bien: en casa, en el colegio, en la calle, con sus amigos... Y que, como dice el Principito, miren a las personas con los ojos del corazón”. XIMENA DE ANGULO NÚM. 160, DICIEMBRE DE 2015
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