MAYO - AGOSTO 2019
EDITA
Obras Misionales Pontificias
Director Nacional de OMP José María Calderón
Dirección Rosa Lanoix
Diseño y maquetación Antonio Aunés
Colaboradores
Justo Amado, Fuencisla del Amo, Alfonso Blas, Ana María Fernández, María Teresa Fernández del Vado, Javier López Lozano, Coro Marín, Alicia Muñoz, Concha Fernández, Quique, Dora Rivas, Paula Rivas, Joan Sanmartí, José Ignacio Rivarés, Francisco Solé, Juan Zabala
Fotografía:
José Ramón Moreno, EFE, 123RF.com JMJ Panamá, Archivo de OMP y Cathopic
Depósito Legal: M. 7103-1991
Imprime: :
ARIAS MONTANO, S.A. Para ponerte en contacto con nosotros: SUPERGESTO C/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Si lo prefieres, llámanos al Tef: 91 590 27 80 También puedes hacernos llegar un e-mail: supergesto@omp.es y nuestra página web: www.revistasupergesto.es www.omp.es y www.domund.org
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EDITORIAL Cristo vive
PAÍS A PAÍS
Zambia, paraíso natural
TÚ,¿QUÉ PIENSAS?
Una ciudad asolada por el plástico y la basura
ESCAPARATE
Miguel Ángel Croche, joven de Madrid que comió con el Papa
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ANÉCDOTA
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FIRMAS INVITADAS
Dorothy Stang Lucas Buch Rodríguez, autor del libro "¡Atrévete a soñar!"
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EN RUTA HACIA...
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PUERTAS ABIERTAS
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Mes Misionero Extraordinario
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas
PÓSTER
Foto: JMJ PANAMÁ
AÑO XXVIII Nº140
El próximo 12 de mayo la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. El Señor tiene un plan para cada uno de nosotros, un proyecto de vida, ¡un sueño! Y sigue tocando el corazón de los jóvenes para que se atrevan a seguirle y soñar, con Él, un mundo más justo y fraterno. En los territorios de misión son muchos los jóvenes dispuestos a dar ese SÍ valiente a Dios, pero no disponen de los medios necesarios para formarse. ¿Nos vamos a negar a ayudarles?
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DESDE LA MISIÓN
Entrevista a José María Calderón Castro, nuevo director nacional de OMP
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ASÍ VA EL MUNDO REPORTAJE
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NOMBRES PROPIOS JÓVENES MISIONEROS
Retos virales, una moda peligrosa
ONG Manyanet Solidario
CON NUESTROS MISIONEROS Noelia Rodríguez, en Quito (Ecuador)
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ESTE MUNDO ESTÁ EN LOS LIBROS RELATO Mentira por omisión
PARTICIPARON PIENSA Y JUEGA LA LLAMADA
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uando las sociedades del llamado "mundo desarrollado" parecen querer enterrar a Jesús en toneladas de productos de consumo, en las publicitarias bonanzas de vidas superfluas que huyen del compromiso y del esfuerzo, el papa Francisco se empeña en asegurarnos, con tenacidad y convencimiento, que Cristo vive. Y que no lo hace como si estuviese de paso por la vida, porque en Él encontraremos motivos y razones a espuertas para llenar nuestras jóvenes aspiraciones de grandes y motivadoras esperanzas. De ahí el título con el que Francisco ha presentado su cuarta exhortación apostólica; la primera, eso sí, dedicada a los jóvenes: Vive Cristo, esperanza nuestra. Y ¿dónde vive Jesús? Él se encuentra en el otro, en el que tenemos al lado, en el que se ha cruzado en nuestro camino, en nuestro amigo y en nuestro enemigo, en el conocido y desconocido... y, especialmente, en el necesitado, en el que más requiere de nosotros, de nuestra atención, presencia, cuidados y amor. Porque Cristo también anida en nuestro interior. Incluso cuando lo queremos alejar de nosotros porque nos sentimos tristes, defrauda-
dos, llenos de rencor, miedos o dudas, Él permanece a nuestro lado, esperándonos, con paciencia y amor infinito, para comenzar de nuevo. No querer ver a Jesús en nuestra existencia no es más que una excusa, porque está en todas las cosas que nos rodean. "Él es la belleza más hermosa de nuestro mundo". Cristo, además, no solo vive, sino que nos quiere vivos. Está convencido, como ha dicho el Papa, de que los jóvenes somos "esfuerzo tenaz para alcanzar metas importantes". Cuenta con nosotros, con nuestras energías y vitalidad, para llenarnos de ilusión y ser "esperanza nuestra". Como se recoge en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Vocaciones, su llamada es "la iniciativa amorosa con la que Dios viene a nuestro encuentro" para invitarnos a ser parte de este gran proyecto de hacer realidad el mundo que Él soñó para nosotros. Una tierra donde los valores evangélicos en defensa de la justicia y la libertad se impongan, donde fructifique el amor y la fraternidad. Francisco nos tiene dicho que ese mundo mejor se construye gracias también a nosotros, los jóvenes. La Iglesia está dispuesta a vivir siempre rejuveneciéndose, a alentar nuestro deseo de cambio y nuestra generosidad, a ser la juventud del mundo para llenar de vida la tierra. La vida de Cristo vivo, "esperanza nuestra". Sg NÚM. 140, MAYO-AGOSTO DE 2019
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Si te gustan la naturaleza y los animales, estás de enhorabuena: hoy Supergesto viaja a Zambia, un país que cuenta con algunos de los mejores parques naturales de África, en los que los leones conviven con los elefantes y los búfalos con los leopardos y los rinocerontes. Desde allí, remontando el río Zambeze, el famoso misionero y explorador británico David Livingstone descubrió las maravillosas cataratas Victoria, una de las siete maravillas naturales del mundo. ¿Te apuntas?
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l avión de Supergesto vuelve a África. En esta ocasión, aterrizamos en Lusaka, la capital de la República de Zambia. Visitamos un país que, aunque no da esa impresión, es mayor que España -tiene 752.612 kilómetros cuadrados- y en el que viven solamente 15 millones de personas. Estamos en pleno corazón del continente negro. Al norte tenemos a la República Democrática del Congo (el antiguo Zaire) y Tanzania;
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al sur, a Zimbabue, Botsuana y Namibia; al este, a Malaui y a Mozambique; y al oeste a Angola. Con tanta frontera, no hay que ser un lince para adivinar que el mar queda algo lejos. Si no te ubicas, hablamos de ese país que en el mapa tiene forma de bebé en el vientre de su madre. Zambia recibe su nombre del río Zambeze, el principal de la nación y el cuarto de África, que delimita la frontera con la vecina Zimbabue. Este
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gran curso fluvial (más de 2.500 kilómetros) está salpicado de cataratas. Las Victoria son unas de ellas, las más impresionantes. Miden 1,7 kilómetros de ancho, tienen una caída de 108 metros y se pueden visitar desde Zambia o desde Zimbabue. Desde Zambia se está más cerca de ellas, pero las vistas son peores. El espectáculo, en cualquier caso, es siempre grandioso: millones de litros de agua cayendo estruendosamente, mientras la luz y el sol pintan de mil colores el cielo. No es de extrañar que, ante tamaña maravilla, la primera vez que las vio, en 1855, el explorador David Livingstone anotara en su diario: "Imágenes tan bellas como esta deben de hacer que los ángeles miren desde lo alto". Las bautizó con el nombre de Victoria en honor a la que era entonces la reina de Inglaterra, pero los nativos las conocían -lo siguen haciendo- como Mosi-oa-Tunya, que en lengua kokolo, una de las mu-
chas que se hablan en el país (hay 73 grupos étnicos), quiere decir "el humo que ruge". La UNESCO las declaró patrimonio de la Humanidad en 1989. Livinstone fue el primer europeo que dejó constancia de la existencia de las cataratas, pero ello no quiere decir que los británicos fueran los primeros en aterrizar por aquellos parajes, ni mucho menos. Los primeros en hacerlo fueron los portugueses, a finales del siglo XVIII, que llegaron desde sus colonias de Angola y Mozambique utilizando las rutas que seguían desde hacía siglos los tratantes de esclavos árabes y suahilis. El primer nombre que tuvo Zambia fue el de Rhodesia del Norte. Fue llamada así en recuerdo del empresario y político Cecil John Rhodes (18531902), que fue quien desde la República Sudafricana lideró el expansionismo británico hacia el norte mediante la explotación minera de esas tierras. Rhodes era el presidente de
la Compañía Sudafricana Británica y el hombre que en 1880 fundó la empresa De Beers, que hoy controla el 60% del mercado de diamantes del mundo. Hasta 1964 Zambia fue Rhodesia del Norte, al igual que Zimbabue fue Rhodesia del Sur. Desde el punto de vista geográfico, Zambia es, en su mayor parte, una gran meseta situada a entre 1.000 y 1.500 metros de altitud sobre el nivel del mar. Sus mayores altura son las montañas Mafinga (2.301 metros) y Muchinga (2.164 metros). Y su ciudad más poblada, Lusaka, la capital, con 1,5 millones de habitantes. Otras urbes a tener en cuenta son Kitwe (562.000 almas), Ndola (518.000) y Livingstone (141.000). Políticamente hablando, Zambia cuenta con diez provincias al frente de las cuales hay un viceminis-
tro con funciones de gobernador. El paisaje es predominantemente de sabana y pradera, y abundan también los lagos y humedales. El mayor lago del país es el Moero. Otros ríos de importancia son el Kafue (1.600 kilómetros, mayor que nuestro Ebro) y el Lwangua (770 kilómetros).
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Uno de los mayores atractivos nacionales, como ya se ha dicho antes, son los parques naturales: grandiosos y magníficos. Cinco de ellos se encuentran, sin duda, entre los mejores del continente. El de Kafue, además, es inmenso -tiene una superficie mayor que Suiza- y en él pueden contemplarse a los cinco grandes reyes de la fauna continental: los elefantes, los leones, los leopardos, los búfalos y los rinocerontes. No le desmerecen tampoco los de Luangwa del Sur, Bajo Zambeze, Zambia y el lago Kariba.
El 80% de la población de Zambia se dedica a cultivar la tierra. El país produce gran cantidad de flores frescas.
El país del cobre El turismo es una importante fuente de ingresos, y el segundo sector que más aporta ya a la economía nacional. Decenas de miles de personas de todo el mundo viajan allí cada año a admirar y maravillarse con sus parques naturales o las cataratas Victoria. El problema es que, por un lado, gran parte de las empresas del sector son de capital extranjero, y por otro, la malas infraestructuras y comunicaciones lastran su potencial en este sector. En la última década, por ejem-
plo, las cataratas Victoria han recibido solo 250.000 visitantes (más del doble, eso sí, que los diez años anteriores), cuando, por ejemplo, a la Alhambra granadina acudieron solo en 2017 más de 2,7 millones, tres millones a las pirámides de Egipto, y siete millones a la parisina torre Eiffel. La economía nacional sigue basada en la agricultura y en la minería. El 80% de la población se dedica a cultivar la tierra, y lo hace para subsistir. El país produce sobre todo algodón, tabaco, soja, legumbres y flores. La tierra es muy rica y no falta el agua, por lo que las condiciones -más allá de la climatología- son excelentes para el cultivo. El problema, nuevamente, son las malas comunicaciones, que encarecen enormemente los precios de los productos. En cuanto a la minería, el mineral estrella es el cobre. Zambia es el segundo país africano productor de cobre, solo superado por su vecino del norte, la gigantesca República Democrática del Congo. Casi toda la producción se localiza en la provincia sureña de Cooperbelt (su nombre significa, literalmente, cinturón de cobre). La economía depende tanto de su exportación que, cuando baja su precio en el mercado internacional, el país se resiente.
Como africano que es, Zambia es un país pobre. En 2017, y según estimación del Fondo Monetario Internacional, la renta per capita era solo de 1.480 dólares (en España superaba los 28.000), y eso, después de que la economía hubiera estado creciendo de manera continuada a un 3% aproximadamente. Más de la mitad de la gente (el 54%) vive bajo el umbral de la pobreza. Y eso se nota en las estadísticas de los organismos internacionales: la tasa de mortalidad infantil es muy elevada y la esperanza de vida al nacer, es decir, la edad que como media vive allí una persona, es de únicamente 61 años, veinte menos que aquí. Cristianismo, religión mayoritaria "La religión que profesa la mayoría de los zambianos -tres de cada cuatro- es el cristianismo, si bien los católicos suponen únicamente el 33,8% de la población". La fe católica llegó al norte del país de la mano de los Padres Blancos (1889), y al sur, de la de la Compañía de Jesús (1910). Ellos pusieron la semilla primera y esa semilla ya ha germinado. La Iglesia zambiana se ha hecho mayor. Hoy cuenta con trece obispos, 327 sacer-
dotes diocesanos, 216 sacerdotes religiosos, 1.107 religiosas y más de 7.000 catequistas, que atienden un territorio estructurado en dos archidiócesis, nueve diócesis y 346 parroquias. Hay también diez misioneros españoles trabajando allí: tres religiosas de la congregación Discípulas de Jesús, dos sacerdotes del IEME, un hermano marista, una misionera comboniana, un miembro del Camino Neocatecumenal y un matrimonio de la diócesis de Salamanca. En julio de 2017 la Iglesia zambiana celebró el 125 aniversario del inicio de la evangelización. En la clausura del evento, el arzobispo de Lusaka y presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Telesphore-George Mpundu, dijo: "Tenemos que hacer un homenaje profundo a los misioneros, hombres y mujeres de diferentes institutos religiosos y seculares, que han consagrado sus vidas, sin descanso, a la tarea de transmitir la antorcha de la fe cristiana". En ese acto, el Gobierno subrayó, por boca del vicepresidente Inonge Wina, el cuidado que la Iglesia presta a las personas que sufren y a los pobres, sin excluir a nadie, así como su gran contribución al "desarrollo integral" de la población a través de la educación y la salud. La labor en estos campos es grande, en
Murió de rodillas, en medio de la negra noche africana, tan sembrada de estrellas. Dicen que al pie de su propia cama, mientras rezaba. Era el 1 de mayo de 1873. Tenía 60 años y estaba enfermo de malaria y disentería. Su nombre: David Livingstone. Nacido cerca de Glasgow, en Escocia, Livingstone fue el primer blanco que admiró la impresionante cascada del río Zambeze en la actual frontera entre Zambia y Zimbabue. Las espectaculares cataratas -cuya caída casi dobla a las del Niágarasobrecogieron al ilustre explorador, que las rebautizó con el nombre de Victoria en honor de la entonces reina de Inglaterra. Livingstone ha pasado a la historia como explorador, pero lo que fue, en verdad,
efecto. La Iglesia gestiona 35 hospitales, 115 dispensarios, ocho leproserías, 16 geriátricos, 20 orfanatos, 32 guarderías, 20 centros de educación especial y 45 consultorios matrimoniales. Y en el campo educativo cuenta con 96 centros de preescolar, 97 de primaria y 92 de secundaria, en los que se forman unos 635.000 alumnos en total. Hay que tener en cuenta que el país cuenta con más de un millón de niños huérfanos, la mayoría de los cuales nunca tendrá acceso a unos estudios. La Iglesia, por último, ha prestado
es misionero y médico. Quiso ir a evangelizar a China, pero acabó soñando las maravillas de África, continente en el que dejó su corazón. Así, literalmente. La historia dice que cuando murió, Inglaterra reclamó su cuerpo para enterrarlo con todos los honores en la abadía de Westminster, donde reposan hijos ilustres de la nación como Isaac Newton, Friedrich Häendel, Charles Dickens... o más recientemente Stephen Hawkings. Los nativos, sin embargo, que tanto lo admiraron y quisieron, cumplieron el deseo de los británicos solo a medias: enviaron el cuerpo, sí, pero antes le extrajeron el corazón y lo enterraron bajo un árbol en la tierra que tanto había amado.
también en los últimos años otros dos grandes servicios. Uno, relacionado con la condonación de la deuda externa; el otro, con el diálogo nacional. Los obispos, en efecto, han estado mediando para reducir las tensiones generadas tras las elecciones generales de 2016. Buscan la reconciliación. El pasado 2 de febrero, el papa Francisco nombró a un nuevo nuncio. Su nuevo representante en Lusaka es el italiano Gianfranco Gallone. Sg JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
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Continuamos nuestro camino hacia el Mes Misionero Extraordinario (octubre 2019), convocado por el papa Francisco, con ocasión del centenario de la promulgación de la carta apostólica Maximum Illud del papa Benedicto XV (30 de noviembre de 1919). Confiamos en que estas páginas de Supergesto os estén sirviendo para vivir con ganas este acontecimiento misionero, así como para reforzar vuestro compromiso con la misión y los misioneros. No obstante, si deseáis saber más detalles de esta celebración extraordinaria y profundizar en los fundamentos de la misión, podéis navegar por la web que ha abierto el Vaticano para la ocasión (www.october2019.va/es.html). En ella, podréis descargaros la guía Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo, un texto elaborado por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y las Obras Misionales Pontificias, que contiene aportaciones de cristianos de todo el mundo. ¡En marcha, entonces! 16 SUPERGESTO
"Muchos misioneros, en el desempeño de su apostolado, han llegado, a ejemplo de los apóstoles, al más alto grado de perfección en el ejercicio de las virtudes; y no son pocos los que han confirmado con su sangre la fe y coronado con el martirio sus trabajos apostólicos". Maximum illud.
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a muerte de Antonio César Fernández Fernández, misionero salesiano asesinado por un grupo yihadista el 15 de febrero de 2019 en Burkina Faso, nos ha conmocionado a todos. Antonio César Fernández nació el 7 de julio de 1946 en Pozoblanco (Córdoba). En esa ciudad, cursó estudios en el Colegio Salesiano, donde su padre era profesor. A la edad de 17 años sintió la vocación salesiana e ingresó en el noviciado. Desde el principio tuvo claro que deseaba ejercer el apostolado en las misiones. Antonio César heredó de su padre el amor por la enseñanza, por lo que estudió Magisterio e Historia del Arte. África era la tierra de sus sueños y allí llega en 1982. Su primer destino es Lomé (Togo), donde se le encomienda fundar la misión salesiana desde la nada. El religioso lo describía así: "Allí teníamos que comenzar de cero con la escuela, la parroquia, el taller, las clases de tarde y activi-
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dades de tiempo libre con los jóvenes". El sacerdote se preocupa, además, de aprender el complicado idioma de los togoleses. La semilla de su apostolado prende pronto en los jóvenes, de manera que estos piden incorporarse a la familia salesiana. El padre César -como era conocido por todos- se convierte entonces en el maestro de unos novicios africanos que, con el
tiempo, pasarían a ser sus principales colaboradores. Tras su primera experiencia en Togo es trasladado a Abiyán (Costa de Marfil) donde vive la guerra de 2011. En este país, se vuelca en la obra que tienen allí los salesianos y que está centrada, sobre todo, en la atención a niños de la calle. Más tarde es destinado a Burkina Faso. La primera etapa la desarrolla en un centro de formación profesional para jóvenes en Bobo-Dioulasso, trasladándose posteriormente a Uagadugú donde seguía desempeñando su trabajo de apostolado en el momento de su asesinato. En Uagadugú, además de ocuparse de la formación femenina y de los niños y jóvenes más vulnerables, desempeña las funciones de director y de párroco. Decía el padre César que él era prácticamente el único blanco del barrio y que los niños se asustaban al ver a una persona de piel clara. Desde la comunidad en la que vive con otros dos salesianos, el padre César dirige la misión situada en un barrio de los suburbios de la ciudad. Allí se encuentra el centro de promoción femenina que dirige, en el que se forman cerca de cien chicas en talleres de tejido tradicional, costura y peluquería. Pero esta no es su única labor, ya que, además, se da una formación acelerada en informática para los jóvenes y se organizan clases de tarde. Por otra parte, también ayudan en la parroquia oficiando misas, asistiendo a los enfermos, impartiendo catequesis y acompañando a jóvenes en situación de riesgo. En Burkina Faso había comenzado la construcción de un colegio. Quería que sus alumnos obtuvieran el título escolar y que pudieran llegar a la universidad. Además, organizaba talleres de confección o de electricidad para el aprendizaje de los jóvenes. "Son los jóvenes, en los diferentes lugares donde he estado, los que me han ido enseñando a ser salesiano", decía. El padre César era una persona sencilla, humilde y austera, un trabajador incansable y entusiasta y un sacerdote entregado sin descanso a su labor evangelizadora. Su hermana Patrocinio recordaba que la primera vez que salió de vacaciones su
madre le preparó un pequeño ajuar que no trajo consigo al regresar a casa. Cuando le preguntaron por dicho ajuar, contestó que lo había repartido entre personas que lo necesitaban más que él. El propio César explicaba así en una entrevista cómo surgió su vocación salesiana: "Siempre había estado con los salesianos, veía que mi vocación estaba allí. Siempre me preocupó la situación de pobreza en otros países, la escasez de clero y las muchas personas que podrían recibir alguna ayuda de mi parte. No me bas-
como sacerdote cuando el pasado 15 de febrero fue asesinado de varios disparos por un grupo yihadista. Regresaba, junto a otros dos misioneros togoleses que lograron salvar la vida, de una reunión de la congregación en Lomé (Togo). Sabía, como muchos de sus compañeros, el riesgo que asumía, pero nunca pensó en abandonar a su gente y salir de allí. Su asesinato muestra, de manera clara, la realidad en la que viven muchos misioneros que se encuentran en puntos de conflicto ayudando a quienes lo necesitan.
taba con ofrecer algún donativo por las misiones, quería poner a disposición mi persona, por eso pedí irme de misionero. Allí mis sueños empezaron a ser realidad. Mi experiencia ha sido que he recibido mucho más de lo que he dado. Me fui a las misiones un poco con ínfulas de redentor, pero la experiencia es que son los africanos los que me han salvado a mí. En realidad, la vida misionera es un compartir, se da y se recibe". El padre César tenía 72 años de edad y había cumplido 55 como salesiano y 46
Sus restos mortales fueron repatriados desde Burkina Faso a su pueblo natal de Pozoblanco para recibir sepultura. En un emotivo funeral celebrado en la parroquia de Santa Catalina, familiares y amigos recordaron la gran humanidad del padre César y el testimonio de vida que dejó en todos los que le conocieron. Antonio César Fernández se convierte, así, en otro mártir de la Iglesia. Su sangre riega ahora su amada tierra africana. Sg CONCHA FERNÁNDEZ
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"Mientras los misioneros del Evangelio se fatigan en el cultivo de la viña del Señor, todos los fieles cristianos deben ayudarles con sus oraciones". Maximum illud.
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES Señor Jesús, concédeme soñar tu mismo sueño. Un sueño grande y capaz de cobijar a todos. Un sueño en común que nos enriquece. Un sueño que nos hace hermanos. Un sueño por el que diste la vida en la cruz. Un sueño por el que el Espíritu Santo se derramó en los corazones. Un sueño que no debe congelarse en el corazón del mundo.
Haz que, a través de mí, tu sueño pueda crecer, multiplicarse y alcanzar todos los rincones de la tierra. Como María, yo también te digo "SÍ": con mis manos, con mis pies, con mi mirada, con mi corazón, quiero dar carne y vida a tu sueño, amando con el mismo amor con que Tú nos amaste. Amén
"Cuantos contribuyan, en la medida de sus posibilidades, a llevar la luz de la fe, principalmente ayudando a la obra de los misioneros, habrán cumplido su deber en cuestión tan importante y habrán agradecido a Dios de la manera más delicada el beneficio de la fe". Maximum illud.
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ada vez son más los jóvenes que en los territorios de misión responden con valentía y generosidad a la llamada del Señor. El crecimiento de las vocaciones es espectacular en África, Asia... y muestra que el Evangelio anunciado por los misioneros ha echado raíces y que el futuro de estas jóvenes Iglesias está asegurado. No podemos decir, por tanto, que en la Iglesia faltan vocaciones; solo que hay escasez de ellas en las Iglesias de antigua implantación. Pero las vocaciones que surgen en los territorios de misión se tropiezan con frecuencia con serias dificultades para
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responder a la llamada, por falta de medios económicos. Hay chicos y chicas que sueñan con ser sacerdotes, religiosos y religiosas pero no disponen del dinero necesario para costearse los estudios y la formación. La Iglesia nos invita, por ello, en esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas que se celebra el 12 de mayo, a que les ayudemos; y no solo con
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nuestras oraciones, sino también con nuestra generosidad, porque "ninguna vocación puede perderse por falta de recursos económicos". ¿Quieres colaborar tú con estos jóvenes para que cumplan su sueño de consagrarse a Dios? Puedes dar un donativo en www.omp.es/haz-un-donativo. Si te unes con tus amigos, tal vez podéis completar entre todos una beca de estudios.
"Urge la necesidad de cubrir los huecos que abre la extremada falta de misioneros". Maximum illud.
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i esposa Cecilia y yo hemos estado dos años de misioneros seglares, enviados por la diócesis de Madrid al Vicariato Apostólico de San Ramón en la selva central del Perú. Si alguien me hubiera dicho hace unos años que yo me iría de misionero, me habría sonado a chiste, pero para comprender cómo llegamos a esta decisión dentro de la vocación matrimonial me tengo que remontar unos cuantos años. En 2008, durante unos Ejercicios Espirituales, fuimos invitados a colaborar en el grupo de jóvenes de la Delegación de Misiones de Madrid, y allá que nos fuimos, quizá porque Cecilia tenía esa inquietud de vivir una experiencia de misión en las
vacaciones de verano, aunque yo no me quedé muy convencido. El Señor sabe como hace las cosas, después de un año de reuniones formativas y de participar en algunas actividades misioneras de la diócesis, cuando llegó el verano me vi (nos vimos) en Etiopía. Siempre recordaré el primer impacto que me causó. La pobreza es tal que me quedé mudo, y creo que, de no haberme quedado paralizado, habría salido corriendo. Yo me preguntaba: ¿cómo pueden estas religiosas -estábamos en una casa de las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa- perseverar día tras día en esa Misión? Es realmente impresionante el amor y la dedicación de estas misioneras. Todo lo
que nos rodeaba era pobreza y amor y a mí me sorprendía ver a Cecilia con los niños con parálisis cerebral. Sé que comencé a amar la situación en la oración, donde uno no puede aceptar lo que ve, pero donde el Señor te transforma y te usa para llevar su amor a esas personas. Después de esta experiencia, regresamos muy cogidos en el corazón. La misión engancha, no sabemos explicarlo, pero quieres volver a ir siempre que puedes. Los siguientes veranos que nos permitían las vacaciones de trabajo, estuvimos en Marruecos en dos ocasiones, Sierra Leona y Cuba. Cuando cuentas que has estado en varios países durante tus vacaciones, te di-
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cen que si te gusta viajar, que si eres un aventurero, que si te gusta conocer culturas, que eres un valiente... pero Cecilia y yo nos mirábamos y decíamos que nada más lejos de la realidad; lo que engancha, lo que te mueve, es la necesidad del amor de Dios. Uno en tierra de misión siente como Dios ama a los más necesitados a través de los misioneros y los que vamos a colaborar con ellos. También se siente muy fuerte como Dios nos ama, es inexplicable pero verdaderamente es un tiempo de gracia. Pero, claro, una cosa es ir en verano y otra es irte dos años, el salto es... al va20 SUPERGESTO
cío, bien es verdad que Cecilia, desde que regresamos de Etiopía en 2009, me decía que ella quería irse un tiempo largo, y yo le repetía: hay que formarse, hay que hacer animación misionera en la diócesis, hay que esperar, hay que... Pero llegó Cuba en 2015 y el Señor hizo de las suyas, uno se pone a tiro y Él hace el resto... a la vuelta de Cuba le comunicamos al Delegado de Misiones que nos poníamos a disposición de la diócesis de Madrid para ser enviados a tierras de misión por un periodo de larga duración. Aquí quiero parar un momento, porque en todo este proceso, si ha habido algo
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muy importante, es la relación con nuestra diócesis. Nos sentimos parte de la Iglesia de Madrid con nuestro obispo a la cabeza, y sentimos que la llamada a la misión debía ser confirmada por nuestra Iglesia diocesana, y donde ella decidiera enviarnos por medio del Delegado de Misiones. El Señor quiso que fuera Perú el país donde pasaríamos los dos años de compromiso misionero y fue una gracia comprobar que, cuando te pones al servicio de la Iglesia, sin elegir destino, el Señor te cuida sobremanera, regalándote una acogida preciosa, por parte de nuestros hermanos peruanos con los que íbamos a compartir nuestra fe, empezando por el obispo de allá, Mons. Gerardo, que nos recibió con las puertas abiertas de par en par, los sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas, seglares y un sinfín de personas que estaban deseosas de que conociéramos su cultura y la gran fe y confianza que tenían en Dios, a pesar de tener unas vidas muy duras. Para mí, sin mi esposa y sin nuestra Iglesia diocesana no habría podido ser. Doy gracias a Dios que se vale de personas y que actúa por medio de su Iglesia para seguir llamando, y pongo en valor la importancia de las experiencias misioneras de corta duración, y ánimo a los jóvenes a que se formen para vivirlas y que se ofrezcan a ir allí donde les envíen, da igual para qué, para lo que Dios quiera, siempre es un momento donde vemos como Dios se sirve de los misioneros para llegar hasta el último rincón de la tierra. Me despido agradeciendo también a Dios los misioneros y misioneras que ha puesto en nuestro camino. Ellos siempre nos han mostrado a Dios en lo pequeño, en lo escondido, en lo que nadie ve y allí donde lo que hacen no llama la atención, y todo por amor a una llamada. Sg MANUEL CUERVO GODOY Subdelegado Episcopal de Misiones, Madrid
El próximo 12 de mayo se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. Una jornada que pretende impulsar la oración y la colaboración con las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en los territorios de misión. Con este motivo, el papa Francisco ha enviado un mensaje: "La valentía de arriesgar por la promesa de Dios". Retoma lo dicho a los jóvenes en la JMJ de Panamá: "La llamada del Señor nos hace portadores de una promesa y, al mismo tiempo, nos pide la valentía de arriesgarnos con Él y por Él".
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rancisco explica que, igual que los apóstoles de Jesús tuvieron durante sus jornadas de trabajo momentos de alegría (llenando las redes) y momentos de fatiga (en los que tuvieron que luchar contra viento y marea), a nosotros nos va a pasar lo mismo si respondemos a la llamada del Señor: "A veces se obtiene una buena pesca, otras veces, en cambio, hay que armarse de valor para pilotar una barca golpeada por las olas, o hay que lidiar con la frustración de verse con las redes vacías". "La llamada del Señor no es una intromisión de Dios en nuestra libertad; no es una 'jaula' o un peso que se nos carga encima. Por el contrario, es la iniciativa amorosa con la que Dios viene a nuestro encuentro y nos invita a
entrar en un gran proyecto, del que quiere que participemos, mostrándonos en el horizonte un mar más amplio y una pesca sobreabundante". "La vocación –explica Francisco– es una invitación a no quedarnos en la orilla con las redes en la mano, sino a seguir a Jesús por el camino que ha pensado para nosotros, para nuestra felicidad y para el bien de los que nos rodean". Por supuesto, abrazar esta promesa requiere el valor de arriesgarse a decidir. "Para seguir la llamada del Señor –dice– debemos implicarnos con todo nuestro ser y correr el riesgo de enfrentarnos a un desafío desconocido; debemos dejar todo lo que nos puede mantener amarrados a nuestra pequeña barca, impidiéndo-
nos tomar una decisión definitiva; se nos pide esa audacia que nos impulse con fuerza a descubrir el proyecto que Dios tiene para nuestra vida. En definitiva, cuando estamos ante el vasto mar de la vocación, no podemos quedarnos a reparar nuestras redes, en la barca que nos da seguridad, sino que debemos fiarnos de la promesa del Señor". Para terminar su mensaje, Francisco anima a los jóvenes a que no sean sordos a la llamada del Señor. "Si él os llama por este camino no recojáis los remos en la barca y confiad en él. No os dejéis contagiar por el miedo, que nos paraliza ante las altas cumbres que el Señor nos propone. Recordad siempre que, a los que dejan las redes y la barca para seguir al Señor, él les promete la alegría de una vida nueva, que llena el corazón y anima el camino". Al final nos preguntamos: "¿Crees tú en ese amor, en esa alegría, en esa respuesta a la llamada?" Pues como los Apóstoles, "ve tú y haz lo mismo". Sg
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Tras su reciente nombramiento como director nacional de las Obras Misionales Pontificias de España, José María Calderón ha concedido un rato de su tiempo a Supergesto para responderle a algunas preguntas. En la entrevista, nos habla de su pasado, presente y futuro; y de cómo preparan las OMP la celebración del Mes Misionero Extraordinario (próximo octubre) y la Jornada Mundial de Oración por la Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas (día 12 de mayo).
José María, ¿cómo descubrió su vo- pensarlo, pero no le gustaba eso de que me fuera de misiones, y me dijo: cación al sacerdocio?
Mi vocación al sacerdocio es muy simple... no tiene nada de espectacular. Yo tenía 12 años, estudiaba en un colegio de los hermanos de la Salle, y en 7º de EGB (1º de la ESO hoy), vino a darnos clase de religión, sustituyendo a don Germán, el profesor que teníamos y que estaba enfermo, el hermano Inocente. Nos puso diapositivas de hermanos de la Salle en misiones, y nos habló de lo que allí hacían... y yo me dije: "Eso quiero ser yo". No me atreví a decírselo a nadie, era demasiado niño, excepto a una de mis hermanas, ella estaba feliz de 24 SUPERGESTO
"No, tú tienes que ser cura, para hacer eso mismo, pero en Madrid". Y así decidí que yo ¡quería ser cura! Desde entonces, siempre lo he querido ser, aunque pasaron los años y a veces se me cruzaban ideas distintas...
¿Y la vocación misionera?¿Cómo son sus veranos de misión?
Yo me ordené sacerdote diocesano de Madrid, y siempre fui muy feliz. En 1994 me pidieron que fuera confesor de las Misioneras de la Caridad, fundadas por Madre Teresa de Calcuta, que había en Madrid. En un principio no me impliqué más que ir a cele-
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brarles la misa y a confesarlas una vez a la semana, pero un verano no tenía dónde ir de vacaciones y decidí ir dónde ellas me dijeron que podría hacer falta. Era el verano de 2001, y me fui, solo, a Rumanía. Allí estuve con ellas un mes y volví impresionado, tocado. Y decidí que eso no era para vivirlo yo solo y durante un mes al año... así decidí comenzar las experiencias de verano con voluntarios, con jóvenes. Desde entonces lo he estado haciendo, y ¡creo que a mí me ha ayudado mucho!
Ha sido consiliario de Acción Católica de Madrid. ¿Cómo recuerda esa etapa con los jóvenes? Estuve dos años como viceconsiliario de la Acción Católica General de Madrid, ayudando a D. César Franco, que entonces era el consiliario. Cuando le hicieron vicario episcopal y luego obispo, ocupé yo su puesto en la Acción Católica. Yo, en un principio, ni sabía que existía esta asociación de fieles. Me parecía que era algo del pa-
sado... pero, gracias a Dios, no solo estaba equivocado, sino que llegué a conocerla y a quererla mucho. Son los 'laicos de la diócesis'. Aprendí cómo los seglares son capaces de amar a la Iglesia y la diócesis, sin otro aditamento que el servicio a la pastoral ordinaria de la Iglesia. Aprendí mucho de D. César y aprendí mucho de los jóvenes. A los jóvenes se les puede pedir que vivan un cristianismo auténtico, entregado. No hay que darles mediocridades, sino que hay que ayudarles a que tengan una buena formación cristiana y un gran compromiso con la Iglesia. Ellos tenían, tienen una vida cristiana seria, con vida de oración y sacramentos, con dirección espiritual y, a la vez, con un compromiso profundo por el apostolado y la evangelización...
Y también trabaja con los jóvenes de la Delegación de Misiones de Madrid. ¿Qué hace con los muchachos? Cuando el anterior arzobispo, D. Antonio María Rouco, me hizo delegado de misiones de Madrid, me pareció una locura, y me dio pereza ver que gran parte de mi trabajo era burocrático y referente a dinero... ¡Yo quería y quiero ser sacerdote! Así pues, empecé a rodearme de jóvenes que había conocido en mis experiencias de verano en misión y que no pertenecían a la Acción Católica, porque si algo tenía claro es que no podía ni quería 'robar' jóvenes para hacer lo mío. Así formé el primer grupo de Jóvenes para la Misión, a los que reunía, con los que rezaba, a los que iba formando y que me ayudaban en la animación misionera de la diócesis. Con ellos organizaba las experiencias de misión en verano y con ellos me sentía sacerdote. A lo largo de los 12 años que llevo de delegado, hemos ido cambiando de fórmulas en las reuniones, buscando siempre el bien de los chavales y el servicio a la diócesis. Tengo que dar gracias a Dios de que he tenido siempre jóvenes a mi alrededor que me han ayudado
mucho. Entre ellos hay muy buen ambiente y están siendo un gran pilar para la delegación de misiones. Cuando yo deje la delegación, que sé que la dejaré más pronto que tarde, ellos estarán allí, ayudando al nuevo delegado de misiones de Madrid, trabajando por que Madrid siga siendo una diócesis muy misionera.
¿Cómo ha acogido la responsabilidad de ser el nuevo director de Obras Misionales Pontificias?
En noviembre de 2017 don Anastasio Gil, director nacional de las OMP, descubrió que tenía una enfermedad muy grave... Me pidió que le acompañara en la tarea de las OMP porque era
consciente de que no podía hacerlo ya solo. Como nos conocíamos mucho y habíamos trabajado mucho juntos, por ser yo el delegado de Madrid y él tener su sede también en Madrid, nos apreciábamos mucho y nos complementamos muy bien. Creo que Dios me dio el regalo de poder compartir con él los últimos meses de su vida... ¡aprendí mucho con él! Al fallecer me tocó a mí seguir con el trabajo que él había comenzado, hasta que en enero de este año me nombraron sucesor suyo. Reconozco que tengo un sentimiento doble: por un lado, estoy muy contento. Trabajar en el ámbito de la misión de la
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Iglesia es un privilegio: trabajo con el mejor 'material' que tenemos: ¡los misioneros! Sí, los misioneros y los que trabajan en las OMP tanto en la dirección nacional como en las distintas delegaciones… ¡son un gran regalo para mi sacerdocio! Pero, por otro lado, una vez más digo: ¡quiero ser sacerdote! Me gusta predicar, dar ejercicios, confesar... y no quiero que mi trabajo se convierta en un trabajo meramente burocrático. Eso es lo que me da miedo, pero con la ayuda de Dios y de los que me conocen, seguro que puedo encontrar medios para vivir mi sacerdocio así, en esta nueva tarea que se me ha encomendado.
Dentro de poco tendremos la Jornada de Vocaciones Nativas, que está impulsada por la Obra de San Pedro Apóstol. ¿Cuéntenos qué es una vocación nativa? ¿Qué es una vocación nativa? ¡Yo soy una vocación nativa! Sí, soy una vocación nativa de España. Pero cuando hablamos de esta jornada de San Pedro Apóstol que se llama Vocaciones Nativas, hacemos referencia a las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras que tenemos que procurar que crezcan en tierras de misión. Tengamos en cuenta que un territorio de misión nunca dejará de serlo mientras no cuente con sus propias vocaciones, con sus sacerdotes,
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religiosos y religiosas, misioneros, nativos. Cuando sea capaz de mantener la vida de fe de su gente con su propia gente. Por eso es importante esta Jornada, es la ayuda que podemos prestar entre todos a que estas vocaciones surjan, se cuiden, se formen, se fortalezcan y culminen en el servicio a la Iglesia diocesana de sus países... Esta Jornada nos anima a rezar, a pedir al Señor por los que desean servir a sus propias diócesis misioneras y a ayudarles económicamente a que puedan formarse y pue- venil vocacional de la Conferencia de dan llegar a su fin. Religiosos y con la Conferencia Espa¿Y en qué consiste esta Jornada? ñola de Institutos Seculares. Desde hace varios años, esta JorEsto ha enriquecido mucho nuestra nada de Vocaciones Nativas se cele- visión y proyecto. Es verdad que nos bra, en España, junto a la de Oración exige a todos más disponibilidad, por las Vocaciones, es decir, el cuar- más generosidad, más diálogo y ento domingo de pascua o domingo del tendimiento, pero nos ayuda a comBuen Pastor. Por eso lo preparamos partir una inquietud muy importante: desde las Obras Misionales Pontifi- ¡que la Iglesia sigue necesitando de cias con otras tres instituciones de la jóvenes que quieran consagrar su viIglesia: la Comisión de Seminarios de da a Dios y a su causa! la Conferencia Episcopal Española, Espero que este año siga siendo con el departamento de pastoral ju- una bonita campaña que anime a ser
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generosos a los jóvenes y a los adultos a ser conscientes de que su oración es necesaria y de que pueden ayudar con su limosna a las vocaciones en países de misión.
Sabemos que la edad media de nuestros misioneros españoles es elevada. ¿Cómo animaría a los jóvenes a darles el relevo generacional?
Sí, la edad media de nuestros misioneros es muy alta, pasa de los 70 años. Y aunque eso es signo de que los misioneros son muy fieles, y por eso siguen en misión a pesar de la edad y de los achaques... también es signo de que no hay nuevos refuerzos. ¿Cómo animar a los jóvenes? Si yo lo supiera... me harían director de los departamentos de vocaciones de todas las instituciones de la Iglesia... pero, desgraciadamente, no tengo esa barita mágica. Creo que lo que más atrae a los jóvenes, y también a nosotros los mayores, es compartir la vida de hombres y mujeres que viven con alegría, generosidad y amor su entrega a Dios y a los demás. Pienso que la forma de hacerles descubrir la belleza de la vida misionera es ponerles frente a
esos misioneros que transmiten con su vida que vale la pena ser apóstoles y darse a los demás. El amor, sincero, real, incluso sacrificado, es, pienso yo, atractivo e incluso "tumbativo"... pero tiene que ir unido al amor a Dios, a que se perciba claramente que es una opción que se toma por un Amor grande, que es y que viene del Señor. ¡Ojalá sepa yo hacerlo!
Para terminar, ¿cómo van a vivir las OMP de España el Mes Misionero Extraordinario?
Hay que decir que el Santo Padre quiere que principalmente estas actividades se realicen en las diócesis para que llegue al mayor número de creyentes. Aún así, tendremos una actividad común de todas las delegaciones de misiones de España: un Congreso Nacional de Misiones. Será del 19 al 22 de septiembre, en Madrid y el tema principal será el lema de este Mes Misionero Extraordinario: "Bautizados y enviados, la Iglesia de Cristo en misión en el mundo". Creo que va a ser una bonita experiencia. Estamos preparándolo para que no
sea solo un congreso teológico, que sin duda lo será, sino también un congreso de testimonios y de celebraciones y oraciones que animen y ayuden a vivir el espíritu misionero. Es verdad que estamos pensando en otra actividad común, destinada a los jóvenes, un 'concierto-oración' a finales de octubre. Invitaremos a los jóvenes de toda España que han participado en alguna actividad misionera de corta duración. Pero todavía no puedo concretar nada porque aún estamos pensando qué hacer. Aparte de lo que cada diócesis pueda realizar, hemos propuesto que todas las diócesis comiencen el Mes Misionero Extraordinario con una celebración presidida por el obispo propio en algún convento de religiosas de clausura, siendo como es el día de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones y así todas las diócesis españolas tendrán un comienzo común. Sg JAVIER LÓPEZ LOZANO
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Los campos de trabajo-misión manyanetianos fueron creados en 2006 por la ONG Manyanet Solidario, fundada por los Hijos de la Sagrada Familia para ayudar en los proyectos de evangelización y desarrollo que los misioneros de esta congregación tienen en Colombia, Venezuela y Camerún. La experiencia ha tenido éxito y va ya por su 11ª edición. En 2018 se hizo el primer campo de trabajo en África, en la misión de Yaoundé, en Camerún
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racias a la ONG Manyanet Solidario, ocho jóvenes profesionales pudieron "degustar" lo que es la cooperación-misión, como dice Emili Berbel, de los Hijos de la Sagrada Familia. Este misionero en Camerún, fue el responsable de los jóvenes que vivieron un #VeranoMisión del 3 al 27 de julio, en el orfanato y el hospital católico de la diócesis de Yaoundé. Para él, esta experiencia es una "degustación" de la misión, porque en tres semanas no se puede comprender toda la riqueza del país y mucho menos sacar "conclusiones reales", pero sí hacer un acopio de experiencias que hay que ir asimilando poco a poco. Antes de partir a la misión, muchos voluntarios
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de la ONG Manyanet Solidario han tenido ya experiencias de cooperación en España y la mayoría de ellos continúan teniéndolas al volver. Sin embargo, el tiempo que han pasado en la misión es un impulso, una renovación, una apertura a otras culturas... y, en algunos casos, un encuentro con la fe. Marta Miguell, una joven artista digital de 21 años, afirma sin ambages: "Ir a África me acercó a la religión". Eduard Soler, un maestro de 35 años que ha estado en todos los países donde los Hijos de la Sagrada Familia tienen misiones (Colombia, Venezuela y Camerún), afirma con rotundidad: "Yo me marché a Venezuela a hacer una labor social, pero en ningún ca-
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so pensaba en nada relacionado con la religión, y cuando estuve en Venezuela volví a ir a las celebraciones, a valorar todo lo que hacen muchos religiosos y a sentirme uno más de la comunidad parroquial. Podría decir que
en América de Sur volví a encontrar mi fe". Las expectativas de cada joven antes de llegar a la misión son diferentes. Cristina Domínguez es maestra y tiene 27 años; antes de irse "había imaginado muchas cosas". Cristina iba dispuesta a dar todo de sí "para que aquellos niños fueran felices durante unas semanas", pero no contaba con que fuera ella quien más acabaría disfrutando. Marta "no tenía ninguna expectativa" antes de via-
jar a Camerún, iba totalmente a la aventura y a sorprenderse y "todo fue inesperado y precioso". Una de las cosas que más llamó su atención fue "la paciencia que se nota en el ambiente, tal vez por el contraste, porque aquí vi-
vida son dignos de admiración”. Otros, como Marta, sienten que tienen "más empatía con los demás y que no se trata solo de cuidarse uno a sí mismo, sino también de cuidar la relación con la gente que nos rodea". Cristina quiere seguir vinculada "con proyectos solidarios, ayudando en todo lo posible a aquellos que lo necesiten". Eso sí, todos coinciden en su deseo de invitar a otros a vivir una experiencia parecida. Igual que un amigo llevó a Eduard "hacia esta gran aventura que
vimos en la inmediatez, en la impaciencia y esto hace que la mayoría de la gente vaya siempre estresada". Para Eduard, la distinta concepción del tiempo que tienen en América del Sur respecto a Europa fue también una llamada de atención. "Aquí vivimos siempre pendientes del reloj y de los horarios, allí no, y creo que a veces nos iría bien aprender un poco a no ser tan esclavos de nuestro tiempo". Los voluntarios tienen cientos de anécdotas, algunas se les han quedado grabadas para siempre. Eduard recuerda el día
que "al volver a casa atracaron a tres cooperantes"; cuando la voz corrió por el barrio, los vecinos se organizaron, y al día siguiente tenían a un grupo esperándoles para llevarles a casa, asegurándoles "que lo que había pasado no se volvería a repetir". Por su parte, Cristina no puede olvidar a una niña que no podía andar. La llevaban en brazos de un sitio a otro mientras algunos la acompañaban con una silla de mimbre para poder sentarla. El último día que los jóvenes pasaron con ella, le regalaron una silla de ruedas. Cristina nunca olvidará "aque-
lla felicidad y la sonrisa que se dibujó en su cara". Tras haber vivido un #VeranoMisión, algunos jóvenes, como Eduard, piensan que "su compromiso misionero no es nada comparado con la gente que dedica su vida a esto". Este joven maestro reconoce que él lo ha hecho "por un tiempo limitado y sabiendo que tenía un billete de regreso" y añade que “los misioneros que dedican toda su
es la cooperación", él anima ahora a sus amigos. Como dice Marta, "la vida te lleva por distintos caminos y hay que escuchar tu corazón y aprovechar las oportunidades". Sg ANA FERNÁNDEZ DORA RIVAS ONG Manyanet Solidario
Más información: https://www.solidario.manyanet.org /
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