8 minute read

entrevista Eli Tomac

Del descenso al resurgimiento

A

Eli Tomac habla sobre la mentalidad, el enfoque y los factores que le han llevado a una poderosa campaña de AMA Supercross en este 2022.

Su aspecto está entre el cansancio y la seguridad en sí mismo. Los ojos tienen algunas arrugas más en los bordes, y el rostro presenta el ligero aspecto desgastado de un hombre con dos hijos menores de dos años y el de un deportista al final de una trayectoria de doce fines de semana consecutivos de supercross, aunque es un camino durante el cual ha añadido siete triunfos más al total de su carrera y ha deslizado algunos dedos alrededor de un segundo trofeo de campeón de 450SX.

Eli Tomac charla en Seattle sobre los ingredientes que se han utilizado en un contundente 2022. Su deserción del equipo Monster Energy Kawasaki –tras seis años junto a ellos– para pasar a Monster Energy Star Yamaha, un fichaje que levantó más de una ampolla en la pretemporada. Tomac había destacado con la KX450F, pero con una extraña sensación de ‘frío y calor’ en Kawasaki, que de alguna manera parecía dejarle fuera de las discusiones sobre los grandes de todos los tiempos de las carreras de supercross. El ambiente que pidió y creó a su alrededor en Yamaha ha visto al piloto de 29 años ofrecer algunos de los mejores momentos de su carrera, incluso desde que el tranquilo y reservado piloto de Colorado entró por primera vez en la escena profesional en 2010 con una victoria en su primera prueba en el Lucas Oil Pro Motocross de Hangtown.

Eli es simpático y receptivo, pero su carácter ligeramente conservador sale a relucir en las respuestas, en las que en ocasiones mide sus palabras o se debate sobre cómo quiere articular sus pensamientos. Parece que es una cosa de la guerra de los medios de comunicación. La apenas perceptible presencia de Tomac en las redes sociales y su relativo anonimato –comparado con el perfil alto de alguien como Ken Roczen. Eso le ha dejado

expuesto a las críticas. Una charla cara a cara parece incluso algo raro para él y otros pilotos en estos días. “Ahora se trabaja más en vídeo”, coincide. “Incluso nuestras ruedas de prensa son más digitales, así que es una sensación bastante desconectada”, dice.

Nos sentamos durante unos quince minutos mientras Tomac bebe de una botella de Monster Energy en el complejo de boxes de Yamaha en el estadio Lumen Field.

Ya eres padre por segunda vez.

Sí, tenemos una hija de casi dos años y nuestro hijo sólo tiene seis meses. Así que los patrones de sueño eran bastante irregulares al principio, pero ahora diría que estamos bastante asentados. No hay nada como tener hijos para demostrar lo egoísta que eras antes.

En cuanto a las carreras, ¿la familia es la desconexión perfecta?

Sí, aunque realmente no cambió mi entorno de trabajo. Desde que tenía 22 años y me mudé de casa de mis padres, conseguí tener ese buen equilibrio entre el trabajo en el circuito y lo que hacía en casa. Tener hijos no cambió mucho para mí. Lo de la fama, no sé: creo que me hace apreciar más ambas cosas. Me encanta ir a casa a ver a los niños, pero al mismo tiempo me impulsa mucho en mi entorno de trabajo y pilotaje.

Entonces, ¿ambas partes se alimentan mutuamente?

Así es. Lo hacen. A eso me refiero. Van la uno con la otro, y a mi no me ha frenado. Hay días duros en los que vuelves a casa y te alegras de ser padre, y luego hay días buenos como padre en los que estás listo para ponerte a trabajar. Así es. Es una visión diferente de la vida. Creo que no tienes ese verdadero amor por algo hasta que tienes tus propios hijos. Ves las cosas de otra manera y te enseña a tener paciencia en todos los aspectos de la vida. Ha sido genial para nosotros.

¿Qué diferencia hay entre ganar ahora y cuando eras más joven y sólo te preocupabas por ti mismo? ¿Ganar sigue siendo lo

más importante?

Para mí, las victorias siguen siendo victorias. Es lo que me impulsa. Eso sigue igual. Es mi impulso y mi motivación, y la razón por la que he seguido adelante. Disfruto de esa sensación de perseguir la victoria. Es lo único que realmente conozco en este momento. Hago lo que quiero en mi moto y no tengo muchas distracciones en casa. Me sigue gustando esa sensación de perseguir la victoria.

¿Estás cansado de esa etiqueta de que podrías ser ‘el campeón más veterano de la historia del deporte’?

Hace dos años me dijeron que me estaba haciendo viejo. Mucha gente decía “¡tienes 27 años, eres el más viejo de la categoría!”. Me estoy cansando de ello, y hace poco escuché en la retransmisión que tengo 29 años, pero Jason [Anderson], Malcolm y creo que Barcia también. Así que estamos todos bastante cerca. Eso demuestra que, si todavía tienes motivación para hacerlo, puedes seguir adelante. No importa dónde esté la línea o dónde esté la marca. Parece que la gente solía trazarla a los 26-27 años, pero ahora estamos aguantando más años que los otros chicos. Creo que eso es increíble.

¿Te ves haciendo un ‘Tony Cairoli’ llegando al final de la tercera década?

¡Y luego pienso en Tony! Es totalmente imposible compararlo con los pilotos de Estados Unidos. Es impresionante y genial haber sido tan competitivo durante tanto tiempo al más alto nivel.

¿Hubo algún momento, años atrás, donde te sentiste superado? Hubo ocasiones en las que fuiste criticado por no ir a las Naciones o por no ser tan dominador como deberías.

No diría que me sentía ‘superado’, pero lo que la gente sí veía era mucha presión. Todavía no tenía el campeonato de supercross y había mucha presión por estar en esa posición. En cierto modo, eso estaba bien, pero muchas veces como piloto puedes estar sobrecargado de expectativas. Eso es lo que sucedía. También había expectativas por carreras adicionales. En ese momento eres más joven y ves

las cosas un poco diferentes en comparación con cuando eres mayor, y desde que logré el campeonato de supercross cambió mi mentalidad. Las expectativas me daban esa imagen [de tipo estresado] y ahora lo he reunido todo un paquete: tengo mi familia, mis hijos, mi equipo. Todo está bien y correcto.

Y ahora de azul. Obviamente, las cosas van muy bien. Sin embargo, ¿hubo algún momento en el que pensaste haber dado un paso en falso al cambiar de marca y de equipo?

La decisión fue muy meditada. No soy el tipo de persona que se deja llevar por las circunstancias. Sabía que me jugaba mucho, como mi reputación. No quería venir aquí a menos que supiera realmente que podíamos conseguir algo como equipo y tratar de obtener resultados aún mejores que los que tenía en Kawasaki. Sí, desde fuera era una apuesta, pero tratamos de asegurarnos de que las herramientas estaban en su lugar para hacer el trabajo.

Anteriormente solo habías estado con dos marcas en tu carrera, así que ¿el cambio estuvo motivado por querer empezar un nuevo capítulo o simplemente por seguir el mejor camino hacia otro campeonato?

Fueron ambas cosas. Pensaba que podía sacar más provecho de lo que ofrece este equipo, y las demás cosas simplemente encajan, ¿verdad? Así ha sido en este caso. Intentas rodearte de las personas que mejor encajen y te ayuden a mejorar. Eso es lo que quería en este momento de mi carrera: ser feliz en todos los aspectos.

¿Fue también para probar, mejorar y buscar tus propios límites de rendimiento?

Sí, también se trata de eso. Estaba estancado con lo que tenía, con mi anterior programa, mi anterior moto. Tuve éxito y gané muchas cosas, pero sentía que todavía podía dar más como piloto. Creo que en los dos últimos años he cambiado mentalmente. Estoy más concentrado y tranquilo. Me siento más sólido. Es donde necesitaba mejorar. Si miro hacia atrás, digamos a 2017, y a algunos de

los errores que cometí en el campeonato, si hubiera sido el tipo que soy ahora, algunas de esas cosas no habrían ocurrido. Pero al mismo tiempo, tal vez tenían que suceder para llegar a donde estoy ahora.

¿Por qué cometiste esos errores?

Simplemente porque tenía una mentalidad diferente, de no saber cuándo actuar y tener paciencia en el momento adecuado. Hubo momentos en los que fui impaciente. Miro hacia atrás, hacia algunas de mis caídas, y siento que eso ha cambiado.

Es asombroso que todavía seas capaz de aplicar ese ‘ritmo Tomac’ que arrasa con todos. Debe ser tan satisfactorio como ganar...

¡Lo es! Se llama entrar en la zona, cuando todo funciona bien. Espero poder encontrar eso de nuevo… incluso en el motocross.

Con la creación del Campeonato del Mundo de Supercross, existe la posibilidad de ser un supercrosista a tiempo completo. ¿Qué opinas de ello y de la posibilidad de que atraiga a los jóvenes pilotos que están surgiendo?

Es interesante. Hace tiempo que pienso que deberíamos tener un campeonato mundial de supercross. Debería ser una opción...

Has estado en Bercy [París Supercross].

Así es, y creo que podemos atraer a multitudes de todo el mundo. Es una posibilidad. Será todo un proceso, pero creo totalmente que es posible. Estoy a favor. La gente probablemente no quiera oírlo aquí, pero podría ofrecer un potencial de crecimiento muy bueno para nuestro deporte y para el supercross. Como piloto siempre he pensado que sería genial viajar por todo el mundo para hacerlo.

This article is from: