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El difícil arte de impartir justicia • Manu Pecino
El difícil arte de impartir justicia
2020 ha sido una temporada convulsa, llena de situaciones inesperadas y desconocidas que han obligado a los gestores del campeonato a tomar decisiones y ejercer acciones sobre la marcha. Todo el mundo involucrado en los Grandes Premios ha sido consciente de la situación extraordinaria, colaborando con una actitud flexible y colaborativa.
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Pero este ambiente de todos a una se vio roto en ocasiones por las decisiones tomadas por los responsables de aplicar penalizaciones a acciones irregulares o comportamientos peligrosos o antideportivos: el Stewart Panel, que traduciremos como Panel de Comisarios.
Panel de Comisarios
Para evaluar las decisiones del Stewart Panel lo primero que hay que hacer es conocer su composición, cómo funciona y las funciones que le son atribuidas en el Reglamento del Campeonato del Mundo de Velocidad de la FIM.
El Panel de Comisarios en los GGPP está formado por tres personas (dos de ellas nominadas por la FIM y una tercera por el IRTA) que deberán ser aprobados por el Permanente Bureau formado por un representante de la FIM y uno de DORNA. El representante del IRTA en el panel es Freddie Spencer.
El Panel de Comisarios se reunirá cada vez que sea requerido a lo largo de un GP para dirimir cuestión referentes a: 1. Tomar decisiones conforme a reglamento. 2. Imponer penalizaciones por infringir el reglamento. 3. Dirimir cualquier protesta elevada por acción antirreglamentaria de un tercero.
Las sanciones a aplicar que maneja el Stewart Panel son las siguientes: • Advertencia. • Multa. • Cambio de posición en la clasificación. • Imposición de uno o más de uno Long lap. • Ride through. • Penalización en el tiempo de la vuelta. • Penalización en la posición en la parrilla de salida. • Descalificación. • Cancelación de los puntos del campeonato. • Suspensión.
Es en la aplicación de estas sanciones donde surgen las diferencias, al quedar a criterio de los comisarios cuál de ellas aplicar en cada momento. Es cierto que existe cierta regularidad a la hora de sancionar una serie de infracciones que se suceden con cierta asiduidad, pero, en cambio, en situaciones extraordinarias el Stewart Panel ha sancionado con una cuestionable diferencia de proporcionalidad entre ellas. Y es esa subjetividad lo que resulta desconcertante y, consecuentemente, cuestionable.
Cierto es que juzgar es una tarea siempre difícil, que parte con la premisa que una de las partes siempre quedará descontenta. En eso estamos todos de acuerdo. Pero para generar credibilidad es fundamental que la aplicación de las sanciones responda a esa imagen representativa de la justicia que todos hemos visto, que entre otras cosas se caracteriza por tener los ojos vendados... Y ha habido veces esta temporada que esa venda parecía haberse caído.
La “zona verde”
Las “zonas verdes” son el más claro ejemplo de la denuncia que hacemos de la interpretación subjetiva aplicada por el Panel de Comisarios en 2020. Entendiendo por “zonas verdes” las prolongaciones de asfalto más allá de la pista en pro de la seguridad de los pilotos o de permitir el retorno de éstos a la carrera en caso de error. Un error que antes suponía quedar fuera de la misma.
Las incursiones en las “zonas verdes” son en líneas generales consideradas una maniobra con la que el piloto obtiene una ventaja, por lo que se entiende como una infracción. Considerando que en fragor de la carrera un piloto puede verse obligado a pisar esa zona, los comisarios dan cierto margen. Una vez es nunca, la repetición genera un aviso y la insistencia una penalización.
La última vuelta de carrera queda excluida de esta norma teniendo en cuenta que un piloto podría reservarse sus “momentos de zona verde” para esa última vuelta y sacar ventaja pilotando sobrepasando los límites del circuito. Un criterio lógico... si se hubiese aplicado con equidad.
El caso Martín
La polémica de las “zonas verdes” se disparó cuando Jorge Martín fue desposeído de su victoria en Austria por haber pisado en la salida de la última curva de carrera la “zona verde” creada una vez finalizado el piano exterior. La meta estaba a unos 200 metros. A pesar de que claramente Martín no se había favorecido con esta acción y existir una opinión unánime de que la carrera la habría ganado igualmente, fue sancionado con la perdida de una posición.
Hasta aquí todo bien, si ese mismo criterio hubiese sido aplicado por igual en situaciones iguales o similares. A raíz de este incidente comenzaron a aparecer imágenes de momentos totalmente comparables con el de Martín. Como con Viñales en Jerez, donde no hubo consecuencias para el piloto de Yamaha que mantuvo el segundo puesto con el cruzó la meta. Si no recuerdo mal, también se vieron imágenes de Bezzecchi pisando “zona verde” sin que le generara cualquier tipo de perjuicio. Una comparación que fue solventada alegando que sí, había habido contacto pero no el suficiente para ser penalizado.
Para echar todavía más gasolina al fuego, sólo minutos más tarde del incidente con Jorge Martín, en MotoGP Pol Espargaró se vio obligado a hacer una excursión por la “zona verde” cuando en la última curva tuvo que salirse del circuito al no fructificar un adelantamiento por fuera sobre Jack Miller.
La “zona verde” le permitió reentrar en la pista justo delante de Joan Mir, lo que generó inmediatamente una reclamación por parte de Suzuki esgrimiendo lo sucedido y la decisión tomada por el Stewart Panel unos minutos antes. La reclamación fue desestimada alegando que las situaciones habían sido diferentes... Lo dicho, la subjetividad en la aplicación.
El caso Zarco
En ese mismo escenario, Austria, fue aplicada una penalización a Johann Zarco por la situación que generó provocando una caída con Franco Morbidelli. Como todos seguramente recordamos, solo la providencia hizo que aquel día ese incidente no acabase en tragedia total. Transformadas en verdaderos misiles, las motos de Zarco y Morbidelli pasaron a centímetros de Viñales y Rossi.
Una situación que llevó a lo que podría haberse considerado un incidente de carrera a ser sancionado como pilotaje peligroso o pilotaje irresponsable. El piloto francés fue sancionado con salir desde el pitlane en la siguiente carrera. Poco para algunos, suficiente para otros, pero que transmitió la idea de que el Panel de Comisarios había dado un paso adelante a favor de imponer “las buenas formas”.
Porque el espíritu de “la agresividad forma parte del juego” se estaba generalizando. Especialmente entre los pilotos más jóvenes de Moto3, que no estaban sino replicando lo que es estaba dando por normal en MotoGP. Así pues, el paso adelante por el Stewart Panel en Austria fue considerado una buena decisión.
Esa misma filosofía fue la que llevó a John McPhee a ser penalizado por tirar a Albert Arenas en Montmeló por un error de pilotaje en carrera. Fue una penalización cuestionable, tal vez excesiva, pero se dio por buena en aras la nueva línea de mano dura.
Pero el Panel de Comisarios quedó de nuevo flagrantemente en entredicho cuando pasó por alto la patada lanzada por Manzi a Garzó en los entrenamientos de Valencia. Una acción que todo el mundo vio gracias a que en ese momento ambos estaban siendo seguidos por las cámaras de televisión. A pesar de contar con “antecedentes” por conducta antideportiva, Manzi sorprendentemente no fue sancionado.
Comportamientos irresponsables
Esta disparidad de criterio no sólo se ha dado para juzgar acciones entre pilotos, sino que también ha estado presente ante acciones punibles en pista. Y esto posiblemente genera todavía más desconcierto, porque no se trata de beneficiar a un piloto en detrimento de otro sino de simplemente valorar una acción. Irresponsable fue, y así lo entendieron los responsables de evaluarlo, que Masiá regase con aceite medio circuito de Austria tras empeñarse en volver a pista en después de haber sufrido una caída, en contra de las indicaciones de los comisarios. Su sanción fue más que apropiada.
Sin embargo, cuando Zarco en Portugal cruzó la pista con el motor de su Ducati echando aceite, no hubo consecuencias, a pesar de que algunos de sus compañeros tildasen la maniobra de su compañero de categoría como irresponsable.
¿Y por acaso no fue irresponsable la decisión de Maverick Viñales de salir a pista con un sistema de frenos que le había desaconsejado Brembo, y que acabó con el piloto español teniendo de saltar de la moto en marcha al final de la recta de meta al quedarse sin frenos? ¿Eso no fue una irresponsabilidad punible?
También aquí algunos de sus compañeros reclamaron alegando que su decisión había puesto en riesgo su integridad física. De haber rodado un piloto delante de Viñales en el momento de quedarse sin freno, se podría haber generado una situación altamente peligrosa... Ninguna providencia fue tomada.
Las incontrolables sesiones Q de Moto3
Las sesiones de calificación de Moto3 se han convertido en la pesadilla del Panel de Comisarios, que en está categoría sí se han empleado a fondo aplicando el reglamento a rajatabla sin importarles nombres ni equipos afectados.
El comunicado del Stewart Panel de los sábados por la noche “repartiendo” penalizaciones a diestro y siniestro es un clásico de los GGPP. Una sanciones que sin embargo no han tenido ningún efecto corrector. Se ve que es preferible perder tres posiciones de un resultado obtenido tras esperar al lado de la pista el paso de “una liebre” que el resultado que se pueda conseguir rodando sólo.
Es de imaginar que DORNA y la FIM deben de estar dándole vueltas a qué medidas o qué formato adoptar en las tandas de calificación de Moto3 para evitar estás incongruencias.
Lo dicho, nos ratificamos en que juzgar es difícil... ¡Sino que se lo pregunten a los árbitros de fútbol!... Pero buscar la máxima transparencia para evitar polémicas debería ser el objetivo de DORNA. Según tengo entendido, en F1 al final de cada fin de semana el equivalente del Stewart Panel de MotoGP distribuye un comunicado en el que explican los criterios aplicados en sus decisiones... ¿Por qué no hacer lo mismo en MotoGP?