Bienvenidos amigos, una vez más, a El Caldero. En este número 7 celebramos momentos muy
especiales de la rueda del año. La luz mengua, ya es más que evidente, el invierno nos pisa los
talones. No obstante no adelantemos acontecimientos. El Equinoccio de Otoño que nos da el
equilibrio también nos ofrece un paisaje de ocres, de ensueño. Oímos como todo a nuestro
alrededor cambia. Una corriente de viento que suena igual que una terrible tormenta, la
berrea que llena las noches de los montes más salvajes. Nuestros pasos crujen sobre un
colchón de hojas caídas...
Todo ello invita a disfrutar cada vez más del recogimiento del hogar. De una charla amena
con familia o amigos... Todo nos conduce a un solo sitio. La naturaleza se recoge, se desnuda
y cae en un letargo ya necesario. Nosotros también nos encaminamos hacia adentro. Hacia
nuestro interior. Y es que en Samhain, ya concluye nuestro año celta y otro empieza, de la
mano el uno del otro.
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