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Colegio Profesional de Delineantes

Colegio Profesional de Delineantes

Más tarde se produce el desmantelamiento de la Organización Sindical fascista que implica la equiparación de los Colegios Profesionales Sindicales con el resto de los Colegios Profesionales de forma brusca y a medio camino entre la improvisación y las prisas pasando a regirse por la Ley de Colegios Profesionales de 1974 por el Real Decreto 1303/1977 de 10 de Junio de 1977, pero dejando pendiente de adaptación el anterior Real Decreto a la nueva legislación que implicaba la aprobación de la Constitución.

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Los delineantes habían hecho sus deberes y conseguían de esta forma su homologación como profesión dejando atrás su condición de obreros especializados, pero no estaban plenamente homologados.

La democracia daba sus frutos después de años de dictadura, incomprensiones y ambigüedades para los delineantes, poniendo fin a una larga lucha por definir a los delineantes como una profesión dotada de una Corporación de Derecho Público en pie de igualdad con el resto de las profesiones técnicas.

Era la culminación de años de luchas que arrancaron en Bilbao y que después de más de 20 años dotaba a los delineantes con su soñado Colegio Profesional.

Pero el paso del tiempo vino a demostrar que el Real Decreto 1303/1977 de 10 de Junio de 1977, necesitada de una actualización que nunca llegaba dejando anclada en el tiempo una profesión que pronto evolucionaría al ritmo de la revolución tecnológica, dejando obsoleta a la delineación para dar paso a nuevas profesiones que ocuparían su lugar en el campo de la tecnología.

A lo anterior había que sumar el traspaso de

competencias en materia de Colegios Profesionales a las Comunidades Autónomas, lo cual dividía las fuerzas de los delineantes a la hora de reivindicar sus competencias frente a una administración cada vez más diversa.

El Consejo General de los Colegios de Delineantes desde sus orígenes ha sido monopolizado por el Colegio de Delineantes de Madrid, el cual ha ejercido el control absoluto de las competencias del Consejo.

Como respuesta a este centralismo desmesurado los Colegios Vascos dejaron de asistir al Consejo General y tras ellos un número cambiante de Colegios Provinciales, que varía con la alternancia de sus dirigentes a lo largo del tiempo.

Los Colegios Vascos, se organizaron entonces siguiendo la nueva división administrativa del Estado y no volvieron a mantener contacto regular con el Consejo General de Estado español.

Algunos Colegios provinciales, como el de Las Palmas de Gran Canarias, no llegaron a constituirse nunca y otros se han disuelto después de años de agonía.

Conforme avanzaba la democracia se reformaron las leyes y los Colegios de Delineantes nunca lograron

adaptarse a las reformas, perdidos en una maraña de lagunas legales, jurisprudencia desfavorable, abandono de sus dirigentes y desidia general.

El Consejo General de la Delineación, de la mano del Colegio de Madrid, inicia unas negociaciones con el Ministerio de Educación, que no aportan nada nuevo, ya que habían sido planteadas en su momento tal como vimos anteriormente en las Actas de la J.R.N. y que llevan a una Homologación de titulaciones, que se presenta como un gran triunfo ante los colegiados.

Estas homologaciones de las categorías establecidas por los Colegios y los títulos de la Formación Profesional, eran un trámite bajo cuerda que no se amparaba en Decreto Ley alguno o en un acuerdo legal y que se reducían a una especie de reconocimiento gratuito por parte del Ministerio, que era el que expedía una carta de reconocimiento de tal homologación, sin llegar a expedir título alguno.

Las sucesivas reformas en materia de enseñanza y la plena integración del Estado español en la Unión Europea, no va a mejorar sustancialmente la situación de los delineantes, lejos de ello va a traer mayor confusión, ya que las nuevas titulaciones diversifican los campos en los cuales desarrollaban su trabajo como profesionales, modificando sustancialmente el

sistema de enseñanza y por consiguiente sus competencias profesionales, lo que obligaría a la reforma de su Estatuto Profesional.

Del más de un centenar de nuevas profesiones surgidas de la reforma de las enseñanzas técnicas sólo una de ellas va a coincidir con los deseos del Consejo General de Colegios de Delineantes: la de Técnico Superior en Desarrollo de Proyectos, que se va a extender a distintas ramas de la producción con mayor o menor incidencia.

Destacan por su similitud con anteriores especialidades de los delineantes, los títulos de Técnico Superior en Desarrollo y Aplicación de Proyectos de Construcción y Técnico Superior en Desarrollo de Proyectos Urbanísticos y Operaciones Topográficas, pero otros muchos títulos se corresponden con tareas realizadas en su día por los delineantes sin que sean reconocidas por los Colegios de Delineantes como propias o específicas de su profesión.

Así pues, pasados los años, la delineación como profesión, se ha reducido a un escaso número de titulaciones que limitan su campo de actuación por decisión de sus dirigentes y sin que se hubiera producido un debate serio sobre la mutación que produjo en su día la reforma de las enseñanzas

técnicas, reduciendo el papel del Colegio Profesional, condenado a ser una entidad testimonial de una pasada época de la historia.

Las nuevas tecnologías y con ella el teletrabajo, han llevado a la desaparición de los delineantes tal como se conocieron en tiempos pasados.

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