5 minute read
Factores para la caída de Tenochtitlan
Por: Ulises Soriano
Advertisement
La caída de la ciudad más poderosa de Mesoamérica no fue una coincidencia, mucho menos una simple batalla campal por defender el Imperio Tenochca. Si bien la última defensa contra los españoles la orquestó Cuauhtémoc, la población mexica ya estaba mermada, no solo por la pérdida del grueso militar, también por algunos presagios funestos que los persiguieron durante mucho tiempo, además de que la economía se vio severamente afectada.
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, dividió los factores que llevaron a la caída de Tenochtitlan en tres: los psicológicos, económicos y armamentistas. Así pues, utilizando estos tres ejes, se distinguen algunas causas que acompañaron a los mexicas como fantasmas arraigados en el imaginario colectivo.
Moctezuma Xocoyotzin con la grulla que tenía un espejo en la cabeza.
La llorona o Cihuacóatl presentada en el Códice Florentino
Psicológicos
Hay que recordar que, tanto los mexicas como los españoles, tenían distintas concepciones de la guerra. Los peninsulares estaban motivados por conquistar tierras para la Corona y enriquecerse, además de convertir a los indígenas al catolicismo. Todas estas acciones las llevaron a cabo de manera exitosa, en especial la de evangelizar — acción que ha perdurado por muchísimo tiempo, no por nada somos uno los países con más fieles católicos.
En la concepción de la guerra, el mexica realizaba guerras floridas, las cuales servían para hacer cautivos que serían sacrificados para alimentar a sus deidades, así como para avasallar a otros pueblos y que éstos ofrecieran tributo al imperio Tenochca. Otro factor psicológico que influyó en sus creencias, fueron los presagios funestos que aparecieron diez años antes de la llegada de los españoles.
En el libro, La visión de los vencidos de Miguel León-Portilla, se nos da cuenta de lo que ocurrió según los informantes de Sahagún. El primer presagio fue “Una como espiga de fuego”, lo que se deduce como el paso de un cometa. Posterior al paso del cometa, el sitio denominado como Tlacateccan o Casa de Mando,
19
templo dedicado a Huitzilopochtli, ardió en llamas de manera espontánea.
Entre otros presagios, se oía a una mujer decir “¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos!” o “Hijitos míos, ¿a dónde os llevaré?” Esto hace referencia a Cihuacóatl, un antecedente de La Llorona. También se encontraron una especie de grulla que tenía un espejo en la cabeza, cuando lo llevaron ante Moctezuma, este vio las estrellas y un “Mastelejo” y tuvo un mal presentimiento.
Otro efecto que pesó en los habitantes de Tenochtitlan fue la pérdida de sus tres tlatoani. El primer gran golpe fue cuando los españoles capturaron a Moctezuma y lo aprisionaron en el palacio de Axayácatl. Al ser depuesto y asesinado, es sustituido por Cuitláhuac, quien comandó la batalla y el triunfo de la Noche Triste. Sin embargo, murió poco tiempo después a causa de la viruela. Con esto, Cuauhtémoc subió al poder y resistió hasta el último minuto del sitio contra Tenochtitlan. Cabe destacar que los españoles siempre contaron con sus líderes, pues nunca cayeron en batalla o por alguna enfermedad.
Estos sucesos le pesaron al pueblo. Un tlatoani no solo gobernaba, también era el jefe militar más importante y un guía espiritual. Sin embargo la llama guerrera de los mexicas resistió hasta el dramático final. Moctezuma Xocoyotzin fue el tlatoani mexica que recibió a los españoles y gobernó entre 1503 a 1520. En el trono, lo relevó Cuitláhuac.
Económicos
Como es bien sabido, el pueblo Tenochca subsistía de la agricultura y del tributo que los pueblos avasallados rendían, además del comercio con pueblos de Mesoamérica. Cuando los españoles llegaron a estas tierras, encontraron un disgusto total de los pueblos sometidos por los mexicas, que exigían onerosos tributos que se debían entregar cada ochenta días.
El primer pueblo que pactó su alianza con los peninsulares fue el totonaca. Según Eduardo Matos, permitieron que Hernán Cortés y sus huestes montaran su “cabeza de playa” en las costas veracruzanas y, de ahí, comenzar aquel largo camino hasta la cuenca dónde se encontraba Tenochtitlan.
Así pues, este descontento generado por los altos costos tributarios sumó nativos al ejército de Hernán Cortés, además de alianzas muy poderosas con enemigos de los mexicas. Entre lo que se ofrecía se podía encontrar oro, cargas de mantas, trajes e insignias para guerreros, plumas de ave, frijol, cacao y objetos para uso ritual. Hoy, si miramos el Códice Boturini, en especial el apartado “Matricula de tributos”, podemos observar en palabras pintadas las cantidades de tributo que debían pagar y el período de entrega.
El ejército y aliados
Después de la consumación de poderosas alianzas entre los pueblos enemigos de los mexicas y el ejército de Hernán Cortés, el asedio a Tenochtitlan fue una estrategia muy planeada. Primero, se decidió cortar el suministro de
agua a toda la ciudad y esto creó grandes estragos.
En la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Diaz del Castillo hace una relación sobre como se dividió el ejército invasor entre las tres calzadas más importantes y el lago. Pedro de Alvarado atacó por Tacuba, al poniente y fue ayudado por soldados españoles además 8000 tlaxcaltecas. En Coyoacán se encontraba Cristóbal de Olid con soldados españoles, algunos a pie y otros a caballo, además del mismo número de indígenas cubriendo aquella calzada. Por el sur, Sandoval custodió Iztapalapa y, comandó 8000 chalcas y huejotzingas. Mientras tanto, Cortés dirigió el ataque desde el lago, ayudado por los 13 bergantines.
En cuanto a la estrategia, los pueblos indígenas aliados a los españoles peleaban para capturar a su enemigo, mientras que los españoles no tuvieron piedad y asesinaron a la mayor cantidad posible de tenochcas. Los peninsulares contaban con armas de fuego y los caballos, mientras que los indígenas contaban con macanas, flechas y arcos, además de hondas.
Toda esta estrategia y armamento asestaron el golpe final al poderoso señorío de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521 y con ello, la era prehispánica llegaría a su fin y la época colonial comenzaría. Así, una vez más, se sembró una semilla para cimentar las raíces de lo que hoy es nuestro país y nuestra historia.