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SOCIOCULTURAL?

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EDITORIAL

EDITORIAL

REFLEXIONES

la viOlencia:¿una cOnducta INNaTa o UN pRoDUCTo soCIoCUlTURal?

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OscaR BaRRiOs MendOza

Al reflexionar acerca de la naturaleza de la agresión y la violencia humana, lo primero que se puede argumentar es que se trata de un tema complejo por los múltiples factores que involucra. Si se efectúa un recorrido histórico sin demasiada exhaustividad, se podrá observar que la violencia ha tenido presencia desde las primeras civilizaciones dado que al conformarse los primeros Estados, estos trataron de predominar sobre los demás pueblos de las zonas circundantes. Uno de los documentos jurídicos más antiguos, el Código de Hammurabi registra el axioma de “ojo por ojo, diente por diente”, es decir la violencia siempre debe ser proporcional a la ofensa recibida; así mismo, el Antiguo Testamento,relata parte de las costumbres y creencias de los hebreos, esiendo la venganza y la violencia concebidas como designios divinos. ya en la era contemporánea, un evento capital como la Segunda guerra Mundial ha sido catalogada como el suceso más cruento en la historia de la humanidad, por la violencia, la alevosía y la crueldad que causaron terror, muerte y sufrimiento a millones de

personas. La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, aunque marcó un hito en materia de garantías fundamentales inherentes al ser humano, no ha logrado abatir la violencia sobre el planeta, en forma de guerras, matanzas, invasiones, conflictos locales, represión policial-militar, narcotráfico y terrorismo, entre otras. De allí que las múltiples formas de agresión y los mecanismos de violencia existentes, hacen pensar en sentido contrario a esa teoría de Roussea por la cual se concibe al ser humano como bueno por naturaleza, y que es el ambiente el que lo convierte en un ser malvado.

en búsqueda de respuestas

Dicho lo anterior, cabe preguntarse: ¿Es innata la violencia o se relaciona con los elementos sociales que rodean a la persona? La violencia empleada como mecanismo para dirimir diferencias, lograr objetivos políticos, económicos o como modelo de conducta en la vida cotidiana en sociedad, hace pensar que debe existir una predisposición genética de los individuos para agredir a otros, maltratarlos u ocasionarles daño; pero también podría interpretarse como que tantos siglos de violencia institucionalizada desde las estructuras de poder, han logrado naturalizar dichas conductas en el contexto de la sociedad. En ese sentido, los expertos han tratado responder a esas incógnitas, bien sea desde una perspectiva biológica, conductual o social,pero que produce dolor y sufrimiento a otros.

C uando un niño en edad escolar agrede verbalmente o de manera física a uno de sus pares, ¿Su conducta violenta es parte de una información transmitida genéticamente; está siendo controlado por impulsos innatos de la especie humana; o se trata de comportamientos aprendidas en familia y en la sociedad? Según Cerezo (1999), “las conductas agresivas son un tipo de trastorno del comportamiento y/o de la personalidad, que trasciende al propio sujeto” (p. 28), lo cual indica que este es incapaz por sí mismo de inhibir la agresividad o la violencia hacia los demás. Existen ciertos individuos que presentan desequilibrios genéticos o psicológicos que los hacen propensos a la agresión en virtud de la propia imposibilidad de controlar dichos episodios, pero también hay que considerar que el ambiente ejerce una influencia considerable en la psicología de dichas conductas negativas, y cuando se dice ambiente la referencia directa es a los aspectos relativos a la cultura, las costumbres y los códigos sociales. Lo anterior se puede trasladar al ámbito escolar en donde muchas conductas de agresión y violencia social se relacionan con la conformación de grupos nucleados alrededor de líderes negativos que emplean el miedo, la manipulación y la agresividad como herramientas de control hacia los otros demás individuos.

en conclusión

f inalmente, se puede asegurar que la violencia cuando se trata de actitudes prolongadas en el tiempo y forman parte de una conducta recurrente, puede obedecer tanto a factores innatos así como culturales, puesto que si una persona por genética o debido a una patología psiquiátrica es violenta, en muchos casos el contexto cultural puede disparar dichas conductas negativas. Igualmente una persona que convive en un hogar violento, una escuela donde experimenta agresividad y una sociedad plagada de pobreza, exclusión y criminalidad, en teoría estaría más propensa a manifestar comportamientos violentos. El ser humano es un ente complejo pero integral, por tanto no es descartable que en la violencia puedan interactuar al unísono, lo innato y lo cultural.

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