Los deportes de contacto y las artes marciales, han sido vistos desde una parte de la sociedad como algo violento, marcándolo con un estigma de exclusión en ciertos ámbitos de nuestra sociedad. Si bien es cierto que es un deporte donde puede existir el pleno impacto e incluso en competiciones deportivas de alto nivel el fuera de combate, también podemos decir que una buena practica deportiva llevada a un control exhaustivo sobre la intensidad de golpeo en su practica y cambios de ejecución de zonas de golpeo, aporta junto a unos procedimientos de defensa personal ajustados a la legislación vigente sobre la legitima defensa, unas herramientas eficaces donde la autoestima y la seguridad de las personas, que se pueden beneficiar en cuanto a la obtención de unos medios de autoprotección, haciéndoles sentirse mas seguro en esta sociedad actual donde la violencia es cada vez mayor.