DISCOS Y OTRAS PASTAS www.otraspastas.blogspot.com AÑO 8 NÚMERO 63
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NOVIEMBRE 2014
A propĂłsito propĂłsito del Ăşltimo ĂĄlbum de PINK FLOYD: FLOYD: THE ENDLESS RIVER (2014)
MĂ S FUERTE QUE LAS PALABRAS ESCRIBE: JORGE CAĂ‘ADA casi 16 aĂąos supe quĂŠ era Pink Floyd. Unos meses despuĂŠs, habiendo escuchado todos sus discos, ya tengo decidido que esa serĂĄ mi banda de cabecera. “Las cosas que verdaderamente te gustan son las que te gustaban a los 17 aĂąosâ€?, dice Billy Childish. El big bang fue The Wall. Una maĂąana de domingo a la sombra de unos paraĂsos escucho por primera vez esa mastodĂłntica amalgama de frustraciĂłn y alienaciĂłn hecha opera-rock. Es verano, en algĂşn momento entre enero y febrero de 1989. Anoche alguien olvidĂł un casete en casa. Ni bien me despierto veo el emblemĂĄtico dibujo de la pared en la tapa. Me llama la atenciĂłn la ubicaciĂłn de la cajita. Una de las reglas no escritas que deben respetarse para que el casete conserve su “calidad de sonidoâ€? es no dejarlo cerca del reproductor mientras este estĂĄ funcionando.
es un paisaje definitivamente bucĂłlico, que en nada se condice con los sonidos que fluyen desde el pasacasetes. Sin dudas el ambiente influye en la escucha y su apreciaciĂłn, realzando los pasajes melĂłdicos en desmedro de aquellos de tono mĂĄs teatral que predominan en The Wall, y que para un oĂdo mĂĄs acostumbrado a las blanduras del ‘new romantic’ no resultan de fĂĄcil asimilaciĂłn. En un intento por acercarme al pasado de la banda descubro los dos primeros singles: “Arnold Layneâ€? y “See Emily Playâ€?. El primero relata la historia de un personaje que se dedica a robar ropa interior femenina de los tendederos. El segundo estaba inspirado en una enigmĂĄtica muchacha que se les habĂa “aparecidoâ€? luego de un concierto en un parque. La Ăşltima frase, antes del cierre a puro estribillo, dice: “ Ponete un vestido que toque el suelo, flotĂĄ en un rĂo por siempre y para siempre, Emily, no hay otro dĂaâ€?.
A excepciĂłn de los vinilos que los viernes a la tarde escuchamos con mi hermano en la casa de nuestro primo, esas cajitas de plĂĄstico con una cinta magnĂŠtica en su interior son nuestro Ăşnico medio para reproducir mĂşsica. TambiĂŠn estĂĄ la radio, pero ahĂ escuchĂĄs lo que otros programan, aunque el repertorio de la Rock & Pop se acerca bastante a lo que nosotros queremos escuchar. Estoy sentado entre los ĂĄrboles enfilados en el lote lindero a nuestra casa, donde transcurre buena parte de mi tiempo. El del paraisal
“ hine On You Crazy Diamond�, la suite partida al medio que abre y cierra el disco Wish You Were Here, termina por consolidar el flechazo.
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