DISCOS Y OTRAS PASTAS www.otraspastas.blogspot.com AÑO 14 NÚMERO 87
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MARZO 2020
LUIS ALBERTO SPINETTA - “YA NO MIRES ATRÁS” (2020)
MAÑANA ES MEJOR “El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil”. Cuando leí la primera frase de la “Guerra del Fin del Mundo” no pude evitar pensar en él, y eso que había muchos flacos, y muchos flacos más flacos que él. Pero aquí, cuando hablamos del Flaco, hablamos de él, de Spinetta. El Flaco pudo haber compartido el carisma de aquel pintoresco mesías nordestino que Mario Vargas Llosa describió con su genial pincelada en forma de elegía a la delgadez, pero no buscó convertirse en el guía espiritual de nadie. Fue un profeta para pocos, que terminó contagiando a muchos a fuerza de versos que aún siguen leyéndose como una prédica pop en forma de versículo.
Por fin, la muerte lo humanizó. Ahora, nos llega una suerte de nuevo testamento cuya frescura parece renegar de semejante rotulo fatalista. Poco tendría que ver con alguien que siempre miró más allá de la muerte. Es que esta novedad deja incluso traslucir cierto renacer sonoro, no porque la carrera del Flaco hubiera perdido un ápice de vitalidad, sino porque los surcos de este disco, apreciados con algo de perspectiva histórica, muestran el tenue viraje de una traza cuyo rastro genético habrá que encontrar en alguno de los tantos pasos interdimensionales que ofrece la discografía spinetteana. Entonces, ¿la evolución que muestra Ya no mires atrás no es tan natural? Nada parece indicar que este matiz lleve consigo un exceso de posproducción, o acaso sea el resultado de un intento forzado por mostrar una obra póstuma, a cualquier precio. Luego del relativo remanso sonoro que significaron discos como Pan y Un Mañana, predecesores cronológicos de esta obra registrada hace una década, aquí hay un genuino nuevo impulso,
Spinetta no tuvo que transitar un territorio azotado por sequías y plagas, pero vivió un tiempo interesante, en el sentido de la maldición china, y le tocó aprender a volar entre tanta gente de pie. Su legado, permite que muchos de sus contemporáneos alivien el peso del recuerdo de una época que de otra manera les sería insostenible. El resto lo hizo la cultura popular con su gusto por endiosar a los artistas.
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propio de la constante resistencia del Flaco a permanecer. Están allí sus giros vocales de siempre, su verbo graciosamente afectado, su pulso disruptivo, sus acordes sofisticados. En fin, una obra perfectamente reconocible. Cada cual descubrirá a su propio Spinetta en esta burbuja del tiempo que ubica al Flaco justo antes de la reunión de sus Bandas Eternas, ese apoteósico repaso en vivo de su propia carrera, pero, es difícil no entrever en esta obra una suerte de vuelta al futuro con instantáneas del Bajo Belgrano. La lírica de las canciones conserva esa dinámica de haiku imbatible. Podríamos jugar a desordenar e intercambiar frases sueltas que parecerían cobrar sentido en todos los casos: “El tiempo nunca juega en contra” … “Ya no temas a la distancia que te aparta, te aleja de tus sueños otra vez” … “Piensa antes de actuar, que los diablos empiezan por dentro” … “el río despertó como una sombra, apenas retenido por el ir y venir de sus difuntos…siento miedo de que el sol por fin nos caiga” … “Quiero verte sin soñar” … “me siento en una calle oculta donde se hace tarde” … “Hay un puente que cruza en ti”.
Son apenas los rastros de un hombre que parece no haber dejado de divertirse jamás, ni siquiera cuando descubrió la diferencia entre las cosas bien hechas y el verdadero arte, una diferencia sutil, pero feroz. Un hallazgo que a muchos les hace sentir el rigor del látigo autoflagelante, ese que, en palabras de Capote, Dios le entrega a todo aquel al que le ha concedido un don. Como todo movimiento de este hombre de presencia invisible, Ya no mires atrás es necesariamente un paso adelante, por eso todo lo que en él trae un recuerdo, lleva también un presagio o un vestigio del futuro según sus propias palabras. Todo parece indicar que desde algún lugar el Flaco sigue dejando una estela al infinito en un cielo que es solo de él… Ahí va el Capitán Beto… JORGE CAÑADA
VICIOGAMES
LO BUENO, LO MALO Y LO FEO DE:
DREAMS LO BUENO Una de las primeras cosas que debemos hacer en Dreams es elegir el tipo de control: entre el sensor de movimientos del DualShock 4, los análogos del joystick o los PlayStation Move. Esta decisión es importante, ya que mucho de lo que podemos hacer se basa en la comodidad con la que controlamos todo. Particularmente, me sirvió mucho haber jugado Concrete Genie, ya que me acostumbré a utilizar el sensor de movimientos para mis creaciones. DISCOS Y OTRAS PASTAS
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Digamos que mi periodo de adaptación fue poco traumático. Tras ello, entramos en el Dreamiverso, un espacio creado por la gente de Media Molecule para que los jugadores interactúen con las creaciones de la comunidad, pero también un lugar donde nosotros podremos crear y compartir nuestros proyectos. Acá también podemos acceder a la campaña de Dreams, titulada El Sueño de Art. Muy aparte de la gran historia que se cuenta, esta campaña sirve para MARZO 2020
familiarizarnos con los controles, pero también para desbloquear herramientas que podremos utilizar en nuestras propias creaciones. El Sueño de Art es una auténtica sorpresa a nivel narrativo, presentándonos la historia de un contrabajista que ha renunciado a su banda y que lucha con la presión de estar a la altura de las propias expectativas que ha creado. Art lidia con sus demonios a través de los juguetes de su infancia. Esto permite dividir la campaña en tres partes: una suerte de realidad, en la que interactuamos con gente de la banda, en la que todo funciona como una aventura gráfica interactiva, en la que debemos elegir respuestas, tomar decisiones, etc.; y dos secciones de plataformas y aventuras, en las que los protagonistas son los juguetes de la infancia de Art. Al final, estas secciones se conjugan para entregarnos un desenlace intenso y bastante satisfactorio. Pese a que estamos ante una campaña bastante corta, que podemos acabar en poco más de tres horas, los valores de producción son elevados, con música muy bien elegida, con cinemáticas y mecánicas profundas; y todo doblado casi en su integridad al español latinoamericano. El Dreamiverso ofrece también otras creaciones de Media Molecule, que nos muestran lo que se puede realizar con las herramientas que ofrece el juego. No solo juegos, si no videos, exhibiciones y experiencias interactivas que nos llevan literalmente a soñar con el mundo de posibilidades que tenemos con este videojuego. A la par, tenemos la sección en la que accedemos a los trabajos de la comunidad, que no son pocos. Teniendo en cuenta que el juego pasó por un periodo de beta y un acceso anticipado, ya hay una cantidad considerable de proyectos para probar. Hay locuras como una versión de The Last of Us Part II con gráficos del primer PlayStation o una particular versión del remake de Final Fantasy VII, por mencionar un par de ejemplos de lo que nos podemos encontrar en el Dreamiverso. La comunidad no solo participa compartiendo sus impresiones sobre los proyectos, si no también poniendo al servicio de los usuarios sus creaciones. Es una comunidad en constante crecimiento, con cientos de elementos que se van creando y que nos pueden servir para realizar nuestros propios trabajos.
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LO MALO La curva de dificultad del creador de niveles es elevada. Aprender las mecánicas básicas puede ser sencillo y, hasta cierto punto, intuitivo, pero lo complicado es dominarlas y lograr plasmar en pantalla las ideas que tenemos. Es un auténtico trabajo de hormiga reservado para quienes son pacientes y dedicados en este tipo de proyectos. Por ejemplo, mi camarada Johann Aldazábal, mandamás de Gamecored, contó en Twitter que su esposa, diseñadora gráfica de profesión, empezó a jugar Dreams, y las creaciones fluían con una naturalidad asombrosa. Eso no pasó conmigo. Esto se ve también reflejado en el Dreamiverso, donde hay muchas creaciones mediocres o inacabadas, tal vez dejadas a medias por usuarios que tiraron la toalla. No todos tienen la misma paciencia y dedicación, y eso es algo que puede provocar que Dreams no sea satisfactorio para todos. Media Molecule debería contrarrestar esto poniendo a disposición de los jugadores más campañas bajo su firma, como El Sueño de Art, para darle a los usuarios no solo la oportunidad de jugar sino también para motivarlos en emular estos proyectos. Más que una falencia del juego, una omisión: no hay un modo compatible con el PlayStation VR. No pido incluir en Dreams herramientas para crear niveles de realidad virtual, lo cual no creo viable aún. Pero Media Molecule sí puede incluir modos para que los usuarios jueguen o vivan experiencias con los cascos de Sony. LO FEO Desierto. No encontré algo como para colocar en esta sección. CONCLUSIÓN: “Reconozco el potencial de Dreams, pero admito que terminé algo frustrado por no lograr completar un proyecto digno de mis propias expectativas. Me fue mucho mejor jugando las creaciones de la comunidad, sorprendiéndome con proyectos ingeniosos y con un nivel de detalle altísimo. El Sueño de Art, pese a su corta duración, cuenta una gran historia, con matices bastante maduros, aparte de su jugabilidad variada. Dreams es una propuesta muy recomendable, pero ten en cuenta que el juego demanda del usuario mucho compromiso y paciencia para sacar adelante las creaciones”. FERNANDO CHUQUILLANQUI
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Director: Sam Mendes / UK-USA
1917 verdad. Sam Mendes, en cambio, diseña su película con cálculo, apostando al espectáculo, a la composición visual, al movimiento gimnástico, a potenciar la violencia bélica. Y no penetra en el alma de sus personajes o de la Gran Guerra. Solo se mueve en sus contornos. En “La Soga” (1948), Alfred Hitchcock aplica el plano secuencia para instalar el suspenso en un espacio cerrado y claustrofóbico. Hitchcock sabía que el recorrido largo de la cámara, sin interrupciones, galvanizaría el sadismo, la hipocresía y la culpa en esa suerte de velada macabra organizada por una pareja de asesinos en un departamento en Nueva York, teniendo como invitado, entre otros, al cadáver de la víctima oculto en un baúl. El plano secuencia de ‘La Soga” dura ochenta minutos y su director introdujo cortes invisibles para que el espectador no se percate del cambio de bobinas, generando un doble efecto: por un lado, dinamizó un filme hablado, discursivo, contradiciendo el teatro filmado; y, por otro, aproximó al espectador a la entraña criminal y a sus delirios. Decimos esto porque “1917” (2019), la nueva película de Sam Mendes, está filmada en un único y gran plano secuencia de dos horas de duración, con cortes más invisibles que en “La Soga”, gracias al avance de la tecnología digital, que genera un efecto de continuidad, inmediatez, verismo y fisicidad en el espectador sobre el horror de la Primera Guerra Mundial y los peligros de una misión en un "territorio de nadie". Pero, la planificación o parti pris en “1917” de la fotografía y de la puesta de cámara apenas y dejan entrever el pensamiento del director sobre el cine. Hitchcock no quería impresionar, solo contar una historia después de que los hechos en la ficción habían ocurrido, utilizando los medios expresivos del cine, dilatando el descubrimiento de la DISCOS Y OTRAS PASTAS 4
El plano secuencia fue, por muchos años, el paradigma del cine realista, imitador de la vida, que debía romper las barreras del tiempo y del espacio para contar con sentido funcional y próximo, historias reales. Pero también constituye un artificio, una finta, una cuestión moral como apuntaba Godard, un atajo que debe saberse utilizar; sobre todo por esos directores que evitan o no saben cómo contar una historia o describir a sus personajes, no sin antes mover la cámara por todos lados o hacerlos hablar hasta por los codos. Hay un vínculo muy fuerte entre “1917” y Sam Mendes. La historia se basa en los relatos de su abuelo, Alfred Mendes, veterano de la Primera Guerra Mundial. Y esos afectos afloran en varios buenos momentos de la película, por ejemplo, cuando el actor George McKay llega al bosque y se encuentra con un regimiento que escucha un himno religioso interpretado a capela por un soldado; pero esa entraña afectiva se dilapida en un proyecto que prioriza las sensaciones y las ideas de rodaje antes que las ideas sobre el cine, que no es lo mismo. ÓSCAR CONTRERAS
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JUKEBOX DESDE EL OTRO LADO
ESCRIBE: CONX MOYA
LAS AVENTURAS DE HARRISON COMO PRODUCTOR DE CINE (segunda parte)
En sus inicios, en HandMade Films primó la creatividad por encima de la búsqueda de beneficios, consiguiendo durante un tiempo medirse de tú a tú con los grandes estudios británicos, EMI y RANK, ya entonces en retirada. Como se afirma en el documental “si repasas la industria cinematográfica inglesa de los años 80 y quitas las películas de HandMade Films apenas queda nada”. Harrison vio su productora como una manera de ayudar a sus adorados Monty Python y a la vez de ayudar a otros artistas, sin que primara el aspecto comercial. Tal vez una forma demasiado romántica de ver el negocio, pero así era George. Destaca la variedad de temáticas que se abordaron en las películas, desde comedia, a cine de aventuras, de época o cine negro. Algunos de estos títulos se han convertido con el tiempo en películas de culto. Es el caso de “El largo viernes santo” (1980) de John Mckenzie, una aproximación a las películas clásicas americanas de gánsteres pero a la inglesa y con terroristas del IRA, protagonizada por Bob Hoskins y Helen Mirren; la espléndida “Mona Lisa” (1986), un thriller dirigido por Neil Jordan, con Bob Hoskins, Michael Caine y Cathy Tyson, éxito de público y crítica que sirvió a Bob Hoskins para lanzar su carrera en EEUU; o la comedia negra de culto “Withnail y yo” (1987) de Bruce Robinson, en cuyo rodaje se pusieron de manifiesto las injerencias de Denis O´Brien en el proceso creativo, a pesar de ser abogado y no tener experiencia artística. Pese al buen rollo y las ganas que puso George en un proyecto que le divertía y le apasionaba, se topó de nuevo con la figura del hombre de negocios que venía a perturbar lo que pretendía ser un paraíso creativo. George acabaría demandando en 1995 a su socio Denis O´Brien por varios millones de libras. Lo peor de todo fue sentirse traicionado por alguien a quien había considerado un amigo y en quien había confiado. Como consecuencia de la ambición de O’Brien, HandMade Films se trasladó a Hollywood, con la aspiración de hacer películas con mayor presupuesto y con estrellas,
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algo que no tenía nada que ver con el propósito con que el estudio fue creado. Harrison dejó hacer a su socio, a pesar de que no estaba de acuerdo con el rumbo que estaba tomando su proyecto. Así llegó “Shanghai Surprise”, la gran apuesta hollywoodiense de Denis O´Brien. La película, ambientada en el Shanghai de los años 30 con ligero toque de misterio e historia de amores reñidos, estuvo protagonizada por la ya entonces megaestrella Madonna, y su recién estrenado esposo, el visceral Sean Penn. El rodaje fue un despropósito y el resultado un desastre. Aquello estresó a George, que de nuevo veía cómo lo bonito y lo divertido de la creación se estropeaba por el tema monetario. Tuvo que viajar a Hong Kong, donde se estaba rodando, para poner paz. En el documental podemos ver imágenes de la movida rueda de prensa que ofreció con Madonna en Londres a mitad del rodaje. George se implicó aún más, haciendo un breve cameo como director de orquesta y componiendo varias canciones para la banda sonora, destacando la preciosa “Someplace Else”, una delicada balada de esas que bordaba George; al menos la película sirvió para algo bueno. El conocido percusionista Ry Cooper fue otro de los integrantes de HandMade Films; se desempeñó como director creativo de la mano de George, quien le pidió que fuera él (George) dentro del estudio. Cooper resultó ser además un gran lector de guiones, se le daba muy bien escuchar y solucionar problemas y medió en numerosas ocasiones entre George y su socio. “An accidental studio” es un documental convencional en su estructura, pero muy interesante para los fans de Harrison. Dispone de un muy jugoso material de archivo, incluidas divertidas declaraciones del propio George quien, dentro de su modestia y su buen humor habituales, quitaba importancia a muchos de los logros conseguidos con las películas que producía. George aguantaría en la compañía hasta 1994, cuando fue vendida a Paragon Entertainment. Tenía un nuevo sueño creativo, formar parte de nuevo de un grupo que le gustaba, desde 1988 era integrante de los Travelling Willburys. Los disgustos de HandMade Films eran más llevaderos así. Este documental me ha servido para reiterarme en mi pasión por el maravilloso George Harrison. Formó parte de un grupo mítico y de referencia para cualquiera que ame la música y fue autor de canciones grandiosas, y, además, fue un aclamado productor de cine. Sin embargo, todos sus logros no le convirtieron en un ser vanidoso o engreído. Mantuvo su pasión por el aspecto artístico por encima del negocio, practicó una aconsejable y nada fácil ausencia de vanidad y prefirió siempre la amistad y el trabajo en grupo por encima de cualquier otra consideración.
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NOVEDADES DISCOGRÁFICAS
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GREEN DAY - Father of All Motherfuckers Cada cierto tiempo, este trío californiano saca álbumes que les sirven como un respiro o el anticipo de un cambio de rumbo. “Nimroad” (1997) fue el cierre de una etapa completamente punk cuyo pico, musical y comercial, fue el “Dookie” (1994). Más adelante, luego de toda la presión mediática y la vorágine del enorme éxito que significó su regreso con el álbum conceptual “American Idiot” (2004), Billie Joe y cía decidieron relajarse un poco con su proyecto de garaje y rock n’ roll llamado, banda y álbum debut, “Foxboro Hot Tubs” (2008), antes de trabajar en su siguiente ópera “21st Century Breakdown” (2009). Y en la década pasada, después de entregarse por completo al power pop en “¡Uno!”, “¡Dos!” y “¡Tré!” (2012) y “Revolution Radio” (2016), pareciera que “Father of All Motherfuckers” es el siguiente parte aguas. Tiene todos los elementos para serlo: el título alude a Donald Trump pero la temática del disco no es política, la mayoría de sus diez canciones no superan los tres minutos, hay una nueva forma de cantar usando el falsete (‘Father of All’), coqueteos con el rock n’ roll (‘Stab You in the Heart’) y la música beat (‘Meet Me on The Roof’), pero sin abandonar el power pop y el punk. Y cuando deciden bajar las revoluciones, nos regalan la oscura ‘Junkies On a High’, una joyita lenta y garajera con toques blues, que espero sea una muestra del nuevo derrotero musical a seguir. HENRY A. FLORES STONE TEMPLE PILOTS Perdida Está claro que un disco así es prácticamente un suicido comercial; en 2020 casi nadie está interesado en un disco íntegramente acústico hecho por roqueros que pasan de la cincuentena; a menos, que ofrezca una recreación de sus hits ya conocidos. Pero, gracias a Dios, Perdida no es eso, sino que presenta una colección de nuevas composiciones de exquisita factura que explora en la vena más intimista de la música de STP. Las interpretaciones de todos los participantes son impecables, ya sea en el pop folk de ‘Fare Thee Well’, en esa ‘Three Whishes’ que recuerda al Unplugged que grabaron Robert Plant y Jimmy Page con su cadencia y orquestaciones exóticas, en la afrancesada ‘Miles Away’ o en ‘You Found Yourself While Losing Your Heart’ con un precioso solo de guitarra de Dean DeLeo. Arropando estas composiciones dominadas por acordes menores escuchamos violines, pianos, saxo y hasta solos de
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flauta en ‘I Didn’t Know the Time’ o ‘She’s My Queen’; incluso a Robert DeLeo tomando la voz principal en la loungy ‘Years’. Lástima, que, a pesar de sus virtudes, el álbum no logra removernos las tripas. Y es que por muy bien que cante Gutt, carece de un alma atormentada como la de Weiland o un Staley, que le permita encontrar la belleza en la tristeza. Y Perdida es justo lo contrario, juega a ser triste a través de la belleza. Es tan bonito que juega en su contra. JORDI MEYA MAC MILLER - Circles Mac Miller se nos fue demasiado pronto. Era un productor con un oído privilegiado para crear ritmos de manera fluida y natural, perfectamente en armonía con su manera de rapear. Pasó del hip hop más comercial a uno más experimental, jugando con sonidos de jazz y R&B. “Swimming” (2018) fue su último proyecto en vida. El álbum que lejos de ser perfecto o influyente resultaba compacto en su totalidad, es decir, comenzaba y terminaba dejándonos un gran sabor de boca, sin huecos ni suspensos de por medio. Más adelante, su familia anunció que “Swimming” en realidad estaba destinado a ser la primera mitad de un proyecto dual que nunca salió a la luz: “Circles”. Mac estaba ya muy metido en el trabajo de esta secuela cuando pereció por una sobredosis de narcóticos hace dos años. Aún así, y gracias al arduo trabajo de su productor, colega y amigo, Jon Brion, es que tenemos hoy en día “Circles”, el primer álbum póstumo de Mac Miller, completando así lo que en su día debió ser “Swimming in Circles”. ¿El resultado? Un viaje sin regreso a la mente turbulenta y frágil de Mac a través de sonidos elegantes (‘Good News’), cautivadores (‘Everybody’, ‘Surf’) y experimentales (‘Hands’, ‘Blue World’); todos interpretados a flor de piel por un Miller que, si bien suena más a cantante que a rapero, no decepciona ni al más acérrimo nostálgico de sus trabajos tempranos. Y es que su manera de crear niveles de capas sonoras dentro de un beat lo convierten en un intérprete respetuoso de su propia obra a la hora de rapear - cantar. Mac no intenta ser protagonista, sino que trata a su álbum como un ser completamente aparte, en donde él se acurruca y nos confiesa sus miedos, ansiedades, deseos y adicciones rodeado de sonidos hermosamente arropadores y conmovedores. “Circles” no carece de momentos crudos o letras desgarradoras. Es un álbum duro de escuchar, pero también bello. Es la mejor manera que tuvo Mac para despedirse de nosotros y un último gesto de amor para sus seguidores. Es como terminar un gran libro, satisfactorio hasta más no poder, pero, al fin y al cabo, sigue siendo eso: el final. E. JO
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ESCRIBE: HENRY A. FLORES LOS TRENES VAN AL PURGATORIO AUTOR: HERNÁN RIVERA LETELIER (CHILE) Otra vez historias que se suceden en el desierto salitrero chileno, la inagotable fuente de inspiración de Rivera. Un extraño tren de pasajeros y de carga es la galería donde se exhiben amantes obnubilados y trágicos, solitarios en busca del amor perdido, ladrones, pedófilos, devotos de Dionisio, gitanos, músicos y hasta un enano y una adivina; todos forzados a convivir e interactuar durante un sinuoso viaje en este tren que poco a poco se va revelando como eterno, como si recorriera el limbo, como si el tren mismo fuera el purgatorio; como un tren fantasma, y sus pasajeros: fallecidos que aún se aferran a sus sueños, a sus búsquedas, a la vida en el desierto que les causó sus mayores desgracias. QUEDAN LOS HUESOS AUTORA: JESMYN WARD (USA) Novela ambientada en la época del huracán Katrina y en un pueblo con la mayoría de habitantes de raza negra, en el sur de Estados Unidos (Misisipi). El huracán siempre amenazante desde el inicio de la historia. Una familia negra, el fallecimiento de la madre, el niño en el vientre de la hija, la perra y sus cachorros. La vida y la muerte luchando alrededor de cuatro hermanos y un padre alcohólico. Al final, el huracán arrasó, pero no venció, y la esperanza aún estoica en medio de la desolación. ¿Qué no me gustó? Pues, la autora abusa en adjetivos y descripciones del ambiente alrededor, y en muchos momentos nos distraen de los acontecimientos narrados; se desvía de los hechos y hace que pierdan impacto. No hay necesidad de ponerle tanta floritura a la prosa. La economía en la palabra, bien utilizada, a menudo da las mayores ganancias.
GRANDES ÉXITOS, UN CUENTO Y UNA DESPEDIDA AUTOR: GUSTAVO ESCANLAR (URUGUAY) Conocí a Escanlar cuando leí el sabroso perfil que le hizo Alberto Fuguet en “Todo no es suficiente”. Ahí supe que Gustavo era tal como escribía. Su compleja y autodestructiva personalidad jamás estaba disociada de sus textos. Al leer este compilado de cuentos, he podido constatar que el malogrado periodista escribía con crudeza, burla, delirio, ironía, humor; y cuando tenía lucidez, era muy certero retratando su retorcido mundo. Si el lector no tiene problema alguno en leer sobre sodomizaciones a (entre) niños, sobre curas pedófilos, putos mofletudos, travestis decadentes, estupros en las cárceles, y, sobre todo, harta droga; lo invito a disfrutar de esta veintena de relatos. No es fácil encontrar sus libros en Lima. Este lo conseguí mientras perseguía a mi ‘crush’ Patti Smith en Montevideo. LAS MALAS AUTORA: CAMILA SOSA VILLADA (ARGENTINA) Destacado debut en novela de la escritora y actriz transgénero Camila Sosa Villada. “Las Malas” es una nouvelle que mezcla el realismo urbano con el realismo mágico, donde los protagonistas son los travestis de la ciudad de Córdoba. Además de que la historia es muy buena, me gustó como la autora aborda su mundo con cariño y respeto, pero sin renunciar a la sordidez y crudeza explícitas propias de la prostitución callejera. La tía Encarna, el Brillo de Los Ojos, la loba, la chamán, la suicida, la mujer ave, etc.; todo un abanico de personajes que no tiene desperdicio. Todos encajan, todos cumplen su función y todos tendrán su inevitable trágico final.
DIRECTOR: HENRY A. FLORES Discos y Otras Pastas no se hace responsable del contenido de los artículos y agradece a sus colaboradores por la exclusividad otorgada.
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