Índice Textos El horror de las imposibilidades de la lengua Alberto Gutierrez Pita 4 Fantasia y arte, una red infinta Paulina Moreno 6 Deformación de la cronología en el relato cinematográfico Estrella Morales 13 Agenda de la locura Sr. téte 17 Uno está solo, pero a veces está más solo. Yair Guzmán Ledesma 26 RSO Diana Edith Salinas Torres 30 Por un juego estúpido, estoy en la cárcel Alfredo Navarro 32 Expedición al sur Ulises Granados 39
Ilustraciones Alberto Madrigal (Técnica en cáustica) Autoretrato...Portada Bombardeos 12 Para ella sola 16 Estrellas vacilantes 43 Joze Arce (Técnica- Acuarela y carboncillo) Colección CMYK Loves 28, 29, 39
Fotografía
Rich Escobio 22,24 Don Dextro 37 Editor: Luis González Covarrubias Corrector de estilo: Elsa Diez Barroso Herrera Diseño Editorial: Jorge García Yebra Y Luis Gonzáles Covarrubias Diseño Gráfico: Jorge García Yebra Contacto: sinorigen@proyectointeruniversitariodecultura.org
EDITORIAL. Querido lector, en este momento se encuentra leyendo la editorial del número 6 de Sin Origen; sabemos que podría estar leyendo otra revista, pero, eligió leer ésta. Por tal motivo el cuerpo editorial le agradece su elección; ahora que ya tenemos su atención, nos gustaría que tomara un momento para observar a su alrededor y encuentre algo extraño, ¿Ya lo ubicó? Perfecto, eso es la deformidad. Lo deforme se crea a partir del concepto de belleza que tenga cada uno, o por la idea preconcebida de la normalidad en la sociedad; gracias a esto, hemos decidido abordar el tema de una forma singular; con algunos tapujos sacados de lo canónico, otros tantos expulsados de la cotidianidad y alguno que otro desde la psique humana. Todos en algún punta de la vida han querido modificarse, buscábamos la transformación y en ella la redención; pero ahí se encuentra la duda de si esos cambios son para bien o para mal, todo eso nos puede llevar al monstruo, perder la razón como si fuéramos animales o tan sólo verla desde otra perspectiva. ¿Acaso no existe la dualidad en la deformidad que sufrimos, es un pasaje por el que vamos o nos lleva a una muerte?
Luis R. González Covarrubias.
El horror de las imposibilidades del lenguaje. Alberto Gutierrez Pita.
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Como todas las cosas importantes, esta idea me llegó de súbito un día cualquiera en el que haraganeaba sobre el pasto de la escuela fumando un cigarrillo. Mi mente vagabundeaba entre desamores y literatura de terror, todo un cliché, lo sé, pero ese tren de pensamiento me llevó a una idea interesante: ¿cuál es el límite de nuestro pensamiento? De una forma u otra la experiencia humana está cimentada en su verbalidad, esto es, en que seamos capaces de comunicarla. Es cierto, pueden existir experiencias fuera de esos márgenes que hemos establecido con la racionalidad y el lenguaje, estos ejes forman una especie de plano cartesiano donde podemos comunicar cualquier suceso, real o ficticio, como una experiencia que otros pueden interpretar. Piensen un momento en el “Altazor” de Huidobro: mientras el personaje cae del amable nicho del lenguaje en un devastador ejercicio de deconstrucción; en esta obra somos arrojados a un estado de terror y desesperación absolutos, donde página tras página, letra tras letra, el lenguaje va desapareciendo. La incomodidad por simpatía que tenedonde Altazor se aferra a sus últimas vocales, mientras que el escritor lo desaparece con cada signo que deja de escribir.
mos nos lleva a una auténtica desesperación que provoca la privación gramática y fonética hasta el punto palpitante Esto provoca una especie de paradoja bastante obvia pues, en efecto, podemos constatar que hay cosas que ocurren fuera del lenguaje, hechos que necesitan de nuevas palabras, formas e inflexiones del lenguaje para ser narradas, y sin embargo su existencia, su vivencia, no puede ser sino en este régimen lingüístico. Si llevamos esta idea a una situación cotidiana, ¿Qué pasa cuando experimentamos una situación tan fuerte que decimos ‘No tengo palabras para explicarlo’? Si llevamos estas ideas a sus últimas consecuencias, estamos en una experiencia limítrofe que oscila entre lo inenarrable y lo articulado, entre la razón y la sinrazón, entre la caída de Altazor y la lingüisticidad del prólogo de un libro. Estos puntos de quiebre del lenguaje son umbrales desde donde podemos avistar el límite de lo humano, este es el albor del ethos del terror. Ahora sólo una pregunta más atraviesa mi mente, y los dejo con ella para reflexionar, ¿En verdad podemos atravesar este umbral por completo y regresar, o acaso el pensamiento, el lenguaje y por tanto lo humano está limitado a este punto?
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Fantasia y arte, una red infinita Paulina Moreno (Wabi Sabe)
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La palabra fantasía evoca a la ilusión, a lo irreal, y en ella encontramos contenida una expresión que inmediatamente remite a aquello que se opone a la realidad, siendo más bien una construcción de la imaginación. Tomando un ejemplo de la literatura, Fantasía también es el nombre de aquel reino mítico donde viven todos los personajes de los cuentos y que se encuentra amenazado por “la nada” que representa la pérdida de la imaginación de los habitantes del “mundo real” en La Historia sin Fin. La palabra fantasma se encuentra cercanamente relacionada a la fantasía y remite a una especie de “aparición”, un ente que proviene de un mundo fantástico moviéndose entre “los vivos” y que se impone en la realidad con una corporeidad más o menos transparente conviviendo con otros objetos reales pero siempre con un carácter ominoso. El reino de la fantasía, por así decirlo, siempre ha tenido un lugar privilegiado en la literatura y el arte en general suministrándolo de un motor creador del cual el hombre se ha valido desde siempre para modificar su realidad. El psicoanálisis se aproxima a estas producciones de la vida psíquica por medio del lenguaje. S.Freud, en 1900, publicó Interpretación de los Sueños en donde introdujo su pensamiento en el nuevo siglo y dio a conocerla primera obra psicoanalítica. En esta, elaboró sus primeras construcciones sobre
la interpretación, como también de diversos temas como el olvido, el sentido de los sueños y los “sueños diurnos”. Así, finalmente con esta obra logró establecer que su búsqueda se dirigía hacia las formaciones sutiles y personales que se anidaban en lo más profundo de la subjetividad y que hasta entonces habían sido consideradas como carentes de importancia y, más aún, de sentido. Estas formaciones del inconsciente nos recordaban siempre que aquello que parecía un equívoco o sinsentido en realidad tenía un sentido y éste apunta a un saber inconsciente. El psicoanálisis se introdujo, entonces, como una apuesta de Freud para escuchar de otra forma la verdad del sujeto. En una famosa carta de Freud a Fliess, en 1887, el primero confesaba que uno de los supuestos fundamentales de su teoría hasta ese momento había venido a tierra: “Y enseguida quiero confiarte el gran secreto que poco a poco se me fue trasluciendo en las últimas semanas. Ya no creo más en mi «neurótica».” La teoría del trauma como mecanismo de la génesis de los síntomas histéricos, originalmente desarrollada con Breuer, y después replanteada como la teoría de la seducción, daba cuenta de que en la experiencia clínica de Freud, por medio de la hipnosis, se había encontrado que muchos de los recuerdos que los pacientes tenían desde la infancia llevaban en su con tenido un componente sexual traumático, escenas en las que un adulto
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“perverso” perpetraba un abuso sobre ellos. Este viraje teórico en el pensamiento freudiano lo llevó a considerar aquellos recuerdos infantiles de abuso como “espejismos mnémicos” que en realidad intentaban defender al sujeto de su propia práctica sexual masturbatoria. En la misma carta comentaba: “[...] en lo inconsciente no existe un signo de realidad, de suerte que no se puede distinguir la verdad de la ficción investida con afecto.”1 Sobre las fantasías comentaba: “Ellas poseen realidad psíquica, por oposición a una realidad material, y poco a poco aprendemos a comprender que en el mundo de las neurosis la realidad psíquica es la decisiva.” Con el abandono de la teoría de la seducción, queda claro que Freud no se preguntaría más por la realidad objetiva y material sino por aquella ficción investida de afecto que representa la realidad psíquica regida por el deseo inconsciente. En una conferencia de 1907, Freud se introdujo con mayor profundidad al tema de la fantasía relacionada con la creación del artista, haciendo una articulación con el juego infantil y el “sueño diurno” del neurótico. Comienza preguntándose por el origen del material que el poeta lleva a su creación y de dónde viene la capacidad que tiene de conmovernos y provocar emociones que quizás nunca habíamos experimentado. Ese origen, -responde-, estaría ubicado justo en el juego del niño y recuerda entonces las características del juego. Es, en primer lugar,
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una actividad que ocupa al niño intensamente, donde “crea un mundo propio o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada. Además, sería injusto suponer que no toma en serio ese mundo; al contrario, toma muy en serio su juego, emplea en él grandes montos de afecto.” Esto no implica que el niño no diferencie la realidad de su mundo de juego, sino, al contrario, es de la realidadde dónde toma objetos y situaciones que en el mundo de juego modificará. Entonces Freud dice: “El poeta hace lo mismo que el niño que juega: crea un mundo de fantasía al que toma muy en serio, vale decir, lo dota de grandes montos de afecto, al tiempo que lo separa tajantemente de la realidad afectiva.” Un punto muy importante sobre la fantasía es que, movilizada por el deseo que evidentemente busca su cumplimiento, estaría entonces dando cuenta de una realidad que no satisface al sujeto “[...] el dichoso nunca fantasea; sólo lo hace el insatisfecho[...] cada fantasía singular es un cumplimiento de deseo, una rectificación de la insatisfactoria realidad .” Aquí cabría preguntarnos si existe acaso un “hombre dichoso”. El tema de la fantasía en Freud tiene una articulación muy importante en la clínica psicoanalítica, ya que en su contenido y efectos se manifiestan las más profundas relaciones del sujeto con el deseo. Es interesante que el psicoanálisis se haya dedicado con mucha intensidad a la investigación con
respecto al chiste, lapsus, síntoma y sueño, dejando a un lado el manantial inagotable de la fantasía. Al respecto Freud comenta en El Creador Literario y el Fantaseo que esto se debe a que el sujeto, con mucha facilidad, accede a relatar sus sueños, incluso comunica a otros el placer subjetivo del juego significante en el chiste, pero en el terreno de la fantasía el sujeto siempre intentará ocultarlas debido a que su contenido le avergüenza por ser de carácter infantil y prohibido. Por ello, una de las vías de acercamiento a la fantasía es precisamente el arte. *** Yayoi Kusama es una de las artistas vivas más importantes en Japón, en 1929 nace en Matsumoto dentro de una familia conservadora y alto poder adquisitivo. A la edad de 10 años comienza a utilizar patrones de círculos (polka dots) y redes como motivos en sus primeras acuarelas. Tiempo después refiere que estos fueron inspirados en una serie de alucinaciones y pensamientos obsesivos sobre el suicidio que sufrió en la infancia que ella relaciona, fueron provocadas por el ambiente de violencia que se vivía al interior de su familia, principalmente de abuso físico por parte de su madre . En sus veintes, Kusama ya era una artista reconocida en Japón debido a su característico uso de los polka dots y por la velocidad del caudal de su producción (en su primera exhibición individual presentó 250 piezas y en la segunda, apenas unos meses después presentó 280). En 1958
se muda a Nueva York muy en contra de los deseos de su familia, ahí comienza a trabajar en sus pinturas llamadas “Infinite Net”, que consistían en enormes lienzos dónde con extremo cuidado pintaba pequeños bucles en pintura blanca que recuerdan al tipo de composición y la escala de las obras de Pollock, sin la turbulencia. Kusama en cambio evoca una sensación de calma y delicadeza. La artista describe sus Infinite Nets como si en ellas hubiera una sensación que marea, de un vacío hipnótico mismo que logra transmitir en la tarea repetitiva que realiza a mano sin ayuda de plantillas en lo que ella llama “el encanto de la repetición y la agregación.” Kusama permaneció en Nueva York por más de una década, en la que siguió explorando mediante esculturas, fotografía, video, instalaciones y performance la forma más sencilla de su arte que estaba basado en pequeños bucles, círculos, estampillas, etc. que se repetían “hasta el infinito”. En esta tarea de repetición la artista comenta que ayudaba a “obliterar” sus ansiedades, un claro ejemplo de ello es en sus llamadas “esculturas blandas” que consistían de objetos como sillas, escaleras, lanchas, etc. en los que ella cosía figuras de tela en forma fálica hasta cubrirlas por completo en un intento de conquistar la ansiedad y desagrado que le provocaba la figura del órgano masculino por un recuerdo infantil en que su madre la envía a espiar al padre mientras mantenía relaciones sexuales extramaritales.
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Sobre estas esculturas compuestas de pequeños falos comenta “Los hago y los hago y después los sigo haciendo hasta que me sepulto a mi misma en el proceso. Yo llamo a este proceso obliteración” (I make them and make them and then keep on making them, until I bury myself in the process. I call this process ‘obliteration’). También durante esta época comenzó a organizar performances de crítica social en temas como la guerra y el matrimonio homosexual en los que los participantes se hacían pintar de polka dots el cuerpo desnudo. En la década de los sesentas los polka dots y la idea de obliteración se extendió del lienzo hacia objetos, después al cuerpo desnudo y finalmente a todo lo demás. Kusama realizaba instalaciones en dónde continuó representando la idea de las redes infinitas en habitaciones que cubría con espejos y pequeñas luces de colores que evocaban a sus características series de puntos que por medio del reflejo se multiplicaban al infinito. También realizó instalaciones al aire libre con grandes esferas de apariencia como de espejo que nombró “Narcissus Garden”. En este periodo tan importante de su producción artística, Kusama tenía un papel fundamental en la escena del arte en Nueva York y gozaba de gran fama debido a la originalidad de su propuesta artística atrayendo muchas comparaciones con la obra de Warhol, su contemporáneo con el que ella se comparaba para medir su popularidad en la
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prensa que en momentos llegó a ser mayor que la de él. Después de haber conquistado el mundo del arte en Nueva York en 1973 Kusama regresa a Japón en un estado grave de salud y con pocos recursos económicos, unos años después se interna en un hospital psiquiátrico mismo que se convertiría en su residencia permanente. En 1975, en el punto más bajo de su carrera, publica un ensayo autobiográfico titulado Odyssey of My Struggling Soul, en el que incluyó vívidas memorias de sus alucinaciones durante la infancia y habló sobre su depresión e intentos de suicidio. En este ensayo además escribe que no se considera a sí misma una artista, sino que ella continúa trabajando en su arte para “corregir la discapacidad que comenzó en su infancia.” (“I am pursuing art in order to correct the disability which began in my childhood.”) Es indudablemente una de las más famosas figuras en el arte en Japón debido a la originalidad de sus obras, así como por el aire de misterio que de su persona se desprende ya que por los últimos 35 años ha permanecido interna bajo su voluntad en un hospital psiquiátrico y sigue produciendo su obra en su estudio que se encuentra muy cercano. Al respecto la curadora de su actual exhibición retrospectiva en Londres comenta que este ambiente de extremo cuidado y contención es el que brinda el soporte necesario para manejar su frágil persona y le permite
su frágil persona y le permite seguir creando. En este ejemplo, traído desde el arte, encuentro una relación muy evidente entre aquello que refería sobre Freud en un principio. Kusama logra transformar ese mundo fantástico venido de la alucinación y el recuerdo infantil en el motor creador de su producción artística. Su obra representa ese mundo ilusorio que se hace presente para imprimir en su entorno una huella o más bien dicho una red que amortigua el encuentro con la realidad amenazante. Esta red infinita que le permite de alguna forma controlar de manera obsesiva los recuerdos provenientes del mundo infantil al mismo tiempo y por medio de la obliteración intenta negar la falta. Si todo está cubierto por ese “encanto de la repetición y la agregación” no queda ningún vacío en el que se pueda introducir la falta. La locura en este sentido recae en creer que la verdad de su historia pueda ser dominada. En este camino que tomó la obra de Kusama pasando del lienzo al cuerpo después al objeto y finalmente a todo el entorno recuerda a una cadena en la que se repite obsesivamente el mismo significante en una metonimia
en que se remplaza el contenido por el continente y el todo por la parte en dónde la ausencia no se hace manifiesta y el deseo no encuentra una articulación. Este caudal inagotable no permite la ruptura en el discurso que permitiría escuchar la verdad del sujeto. “Siempre es preciso volver a las mismas cosas hasta que quedan bien gastadas para luego pasar a otra cosa.” Volviendo al reino de Fantasía de La Historia sin Fin, Kusama como la Niña Emperatriz enferma de Nada, como ese síntoma que retorna del ideal de borrar la falta. Aunque por medio de su obra intente evitar que Fantasía desaparezca y quede por siempre negada, su verdad estará siempre entretejida con el aparente vacío donde nunca se convierte en palabra. La palabra que habrá de hacerse escuchar, que rodea el agujero de lo real y permite al sujeto insertarse en el lenguaje y rodear a la nada. La misma palabra que cura en el acto de ser hablada, de ser escuchada en un dispositivo analítico, de ser constructora de una nueva realidad y finalmente que da sentido a la propia historia. Porque el inconsciente es la historia personal entendida como devenir y construcción subjetiva.
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DeformaciĂłn de la cronologĂa en el relato cinematogrĂĄfico Estrella Morales
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Deformación de la cronología en el relato cinematográfico Los medios audiovisuales se han caracterizado por tener un éxito ineludible y constante a través de los años. La aparición del cine en el mundo dio como resultado diversas formas de reflejar la realidad y la imaginación plasmadas en una pantalla. El séptimo arte es un medio privilegiado; debido a los diversos elementos que lo forman es posible jugar, combinar y hasta experimentar con ellos hasta el punto de deformar el relato o darle otra visión al espectador. La imagen en movimiento, el montaje, el sonido y la historia son, en conjunto, un sinfín de posibilidades para darle vida a un relato. La diferencia radica en cómo el director maneja cada elemento y cómo cada espectador lo percibe, pues es ahí donde la realidad se transforma. Aunque existen diversos géneros cinematográficos establecidos, hay características que cada realizador añade con el fin de hacer único a cada film. El tiempo es usado para formar una cronología de los períodos inmersos en el relato, sin embargo, muchas veces está expuesto de forma implícita en la película; por ejemplo, cuando se escucha la voz en off del narrador o simplemente en los diálogos de los personajes. En ciertas películas es común que se juegue con este elemento; para ello se utilizan otros factores como el montaje, el sonido, la cámara y los planos. En el conocido flash back, en el cual el relato se remonta al pasa-
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do para comprender el presente o el futuro de la trama, también es común la secuencia del reloj marcando rápidamente el pasar de las horas para simplificar un largo periodo de tiempo. Deformar la cronología de la historia no es algo fácil de lograr; tan complicado es hacerlo de manera práctica en el film como lograr que sea entendible para el público. No obstante, es un recurso ya implícito en muchas películas, que si bien puede convertirse en un éxito para algunas, para otras puede ser un rotundo fracaso. Introduciendo un poco la importancia de la estructura temporal en el cine, daré paso a ejemplificar con una película que originaliza la forma de relatar la historia: hablo de El año pasado en Marienbad, del director francés Alain Resnais (1922), uno de los pocos films que ejerce una forma cronológica indeterminable. Resnais conserva la belleza de la imagen, dejando de lado la dirección del tiempo creada por el monólogo, es decir, la historia no es llevada por los personajes sino por el conjunto que forma el “cuadro”, la posición de los personajes, el movimiento de la cámara, el escenario, el vestuario y los paisajes que al conjuntarse reflejan la trama que finalmente es onírica. Aun en lo surreal de la narración se distingue la trama principal: hay un hombre que conoce a una mujer en Marienbad, donde dice amarlo y que lo esperará
ahí un año. Después del año, el hombre regresa y ella asegura no recordar nada, él trata de incentivar sus recuerdos, sin embargo, en cierto momento aparece otro hombre, quien sostiene una extraña relación con la mujer y en ese momento da a entender que es él quien cuenta la historia. Finalmente, el segundo hombre mata a la dama en un momento irónico y surreal que no se sabe si sucede, pues, en otra secuencia, ella recuerda todo, pero pide más tiempo al primer hombre. Más tarde, ella se va con el primer hombre, mientras el segundo los observa. La narración del primero es la realidad de la historia. (Sí, la historia es así aunque se lea complicada). Lo atractivo del filme es que va más allá de lo lineal, rompe con la narración para dar paso a la imagen y continuar después con el relato. Tan complicado como
elaborar una conversación en multi-ambientes donde conver gen los hermosos paisajes llenos de una arquitectura barroca, estatuas, hermosos jardines geométricos, planos y tomas que agudizan los detalles de cada escenario. Resnais revela además una cualidad de la arquitectura, que es la de dar vida interior. El Año Pasado en Marienbad se exhibió por primera vez en el Festival de Cine de Venecia, en agosto de 1961. El guión es de Alain Robbe-Grillet. La película fue filmada en los interiores del castillo de Nymphenburg y los setos geométricos del jar dín corresponden a Schleissheim. A lo largo de los años se ha convertido en un referente cinematográfico, así que es imperdible para aquellos asiduos al cine y que gusten de historias fuera de lo común.
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Agenda de la locura Sr. TĂŞte
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Con tantas cosas por hacer y tan poco tiempo para hacerlo es recomendable organizar todo en una agenda, volverse monótono en sus actos, pero la verdad en una ciudad tan caótica como es la nuestra hay veces que no importa que seamos los seres más organizados del mundo, siempre habrá algo que nos cambie los planes; ya sea una manifestación, algún suicida o cualquier inverosimilitud que se nos pueda ocurrir. Y aún así, no cambiaríamos nuestra ciudad por cualquier otra, aunque nos digan que es mejor, porque en ésta hemos aprendido a sobrevivir. Ahora viene lo interesante, y es cómo un lugareño de la urbanización aprende a mediar con lo caótico; dicen que para ser un maestro del ZEN se necesita mucha meditación, estar en lugares pacíficos y demás parafernalia del new age post-moderno (sí, ahora cualquiera puede inventar categorías y me gusta hacerlo), la verdad todo eso no es necesario, simplemente sube al metro en hora pico un viernes de quincena y con puente oficial, si sales de ahí sin desquiciarte, algún intento suicida u homicida, felicidades haz superado cualquier prueba del budismo zen. Pero, a eso no vamos con estos caracteres, lo que nos interesa en ésta historia, es cómo una persona puede crecer en una macrópolis sin volverse loco y llevar una vida regular mientras todos los que lo rodean ya sufrieron algún brote de insanidad mental. Claro, todos decimos
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que nuestro punto de locura no existe o estamos al límite; ¡Mentira! todos ya fuimos afectados, ya sufrimos la locura y saben qué es lo irónico de la situación, nos encanta; así es, nos fascina porque podemos ser animales cada vez que queremos, no debemos preocuparnos por los demás, primero voy yo, después yo y por último yo. Recuerdo lo maravilloso que es ver cómo todos van con los ojos inyectados de todos los desórdenes patológicos y demenciales con que el ser humano vive; ¡Bienvenida sea a nuestras vidas!, ya que sin ella seríamos unos autómatas del convencionalismo. Todo lo anterior fueron 341 palabras que después de leerlas no dicen nada para mí, pero no quiero deshacerme de ella, no quiero borrarlas porque sería como ir al cagadero y jalar la cuerda para que se lo lleve una corriente de seis litros de agua no tratada que ni siquiera sería capaz de limpiar los exabruptos cometidos por las líneas anteriores. Sólo fue una interpretación de lo maravilloso que es viajar en el metro y las consecuencias que de ahí salen; momento, no está la historia del metro. Uno entra al metro con la esperanza de llegar a tiempo a su casa después de un arduo día y topo con la gran sorpresa, que antes de pasar los torniquetes debo cruzar un detector de metales y la mochila, portafolio o lo que sea que lleve debe ser inspeccionado por una máquina de rayos x, ahí son 10 minutos perdidos; ya estoy en el andén
unas seis filas de personas esperando, ya transcurrieron otros quince minutos y por fin llegan los vagones pero entre el gentío no puedo llegar a la puerta, ya saben que a la gente no le gusta esperar a que salgan para subir; son animales tratando de entrar al corral. Espero los siguientes vagones y ya estoy al frente de las líneas de gente; llega, y los que salen empujan como si estuvieran escapando de algún tirador en el andén y los que están detrás de mí cómo si allí dentro se encontrará la ambrosía. Por fin dentro, ahora debo sufrir entre empujones vendedores de pastillas que la empresa manda para el beneficio del consumidor, discografías completas en formato mp3 calado y garantizado, documentales, plumas, juguetes didácticos o cualquier cosa que se pueda uno imaginar es perfectamente vendible en el metro por la módica cantidad de diez pesos. Que gran sorpresa me llevo en tan sólo una estación y ya siento el hedor humano que se respira y transpira porque a algún supervisor o el mismo operador decidió no poner el aire acondicionado, ¿Por qué? porque gasta demasiada energía y estamos en tiempo de ahorrar todo lo posible. Ya estoy atorado, sé que mi estación está a cuarenta minutos promedio, entonces tengo tiempo para leer así que saco el libro, pero la persona que tengo al frente se molesta y con una mirada despectiva y con toque iracundo blasfema algo que no oigo ni le pongo atención; llevo
50 minutos y todavía faltan dos estaciones, sudo y apenas puedo respirar, la persona que blasfemó ante mi ya se bajo o fue arrastrada por el río (espero que la segunda). He llegado a la estación, quiero salir prontamente para respirar pero hay unos oficiales que están indicando que afuera se encuentra una marcha en proceso de algún sindicato o frente popular o cualquiera de ésas cosas que paralizan la ciudad, fácil, medio día. Ahora a esperar o salir; tratar de cruzar las calles entre manifestantes, granaperros y cualquier otra especie andante de las marchas. Logró caminar un poco sobre la avenida y me da la impresión de que todo esto ya lo he vivido y trato de recordar el momento justo que pase por todo esto; descubro que fue hace sólo unos días, sólo que aquella vez andaban más salvajes los marchistas, traían hasta machetes y algunos andaban desnudos; nunca me ha interesado saber por qué hacen todo esto, sólo que si lo quieren hacer por qué deben joder a los que viven en la ciudad, que lo hagan dentro de las instalaciones públicas o en lugares donde no paren la movilización de la ciudad que de por sí ya es caótica ahora con ellos se vuelve peor y si recordamos lo que hizo el político aquél que perdió las elecciones, eso sí era un caos total, las calles cerradas, gente viviendo allí por seguir a una persona que para la mayoría era un pelele y además nos viene a joder con su discurso de que lo que está haciendo es por el bien
del país. Bueno, ya fue suficiente de recuerdos metriles y vayamos a que si uno puede sobrevivir a todo esto, por qué no puede ser capaz de conquistar el mundo, a qué le tememos; alguna vez platicando con algunos personajes de la universidad entre tanto y tanto se llegó a la plática de cómo podemos ser tan moralistas, y eso se lo debemos a los gustos cinéfilos, nos gusta ver que todo debe tener sus consecuencia;, fuimos educados con el aire de que el bien debe ser puro y siempre gana, pero no es así, todo va y viene, sino que gracia tendría vivir, necesitamos de la locura para salir y ver todo con normalidad: ahora sí, bienvenida locura, adiós moralidad.
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“Uno a veces está solo, pero a veces está más solo” Yair Guzmán Ledesma
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¡Vamos, cabrón! ¡Penétrame! O qué, ¿ya no puedes? Intenta tomarme por sorpresa y violarme, ¿qué no deseas mi cuerpo? Soy tuya, presta atención a lo que intento decirte: Oblígame a tener sexo, Saca a la bestia perversa que está dentro de ti, ¿No puedes hacerlo? ¿O a qué le temes? Es porque no me amas, ¿verdad? ¿Sabes qué? Ya no me importa, haz lo que quieras, lárgate, llévate tus cosas asquerosas. No quiero una sola prenda de tu estúpido ser. Tiraré cada uno de tus besos al infierno y como no crees en el infierno jamás los recuperarás. -¡Maldita sea, cabrón, puta madre, dime algo! ¡Puto! ¿Ya te cansaron las vaginas y las nalgas, o¿ simplemente eres impotente? ¡Estoy cansada de tus putas y tus borracheras! Me largo, cabrón, para nunca volver, te quedas triste y sucio, como siempre has sido; estarás orgulloso de ser un pendejo, mírate al espejo y dime si no te produce algo el verte. Eres escoria, me escuchas pendejo, me das pena, por eso no salgo contigo, lo único que eres es una bolsa de pensamientos llenos de locura que nadie puede llegar a entender. No te entiendo, tú eres de otra especie, eres indiferente a la vida, eso te debería dar una satisfacción enorme. No puedes convivir con personas, a veces sueño que te pegas un tiro en la cabeza. ¿Acaso te gustaría verme follar con otros hombres? ¡Es eso verdad! Enfermo, es lo que buscas, quieres verme ser penetrada por otras personas que no tienen tu condición ni tu locura. Por favor, discúlpame, no quería decir todo esto, sólo necesito atención, por eso soy caprichosa. Voltéame a ver. ¡Parpadea, cabrón! ¡Tócame los pechos! ¿Es que acaso yo estoy muerta? ¡Dejarás de reclamar por todo lo que soy! -¡Te he matado, ahora que no me puedes escuchar serás más feliz! i’m the freedom man i’m a freedom man
R.S.O.
Deformación Diana Edith Salinas Torres
“En el diseño de los elementos de un sistema, calcular y comparar los esfuerzos, no es suficiente. La eficiencia de un sistema depende también de las deformaciones de sus elementos.” Deformación es una palabra que posee una connotación negativa. Es una alteración, distorsión, desfiguración e incluso una anomalía, no sólo física, sino también mental y moral. Por lo tanto, la deformación puede permear todos los ámbitos en los que se desarrolla el ser humano.
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En el aspecto físico, las deformaciones pueden ser producto de enfermedades, accidentes, o ser ocasionadas de forma intencional. No voy a discutir que los padecimientos y accidentes pueden ser mal vistos o mal interpretados. Sin embargo, muchas de las prácticas que modifican el cuerpo humano por estética, jerarquía, rituales o con fines de inclusión, han sido clasificadas como salvajismos y aberraciones por culturas eurocentristas que tienen parámetros muy estrictos de lo que consideran belleza y proporción.
En este sentido, me parece rescatable señalar que los antropólogos evitan usar la tendencia peyorativa del concepto deformación y, en su lugar, ocupan el término modificación artificial del cuerpo para señalar todas las prácticas culturales de los pueblos antiguos y modernos. Para muchos pueblos mesoamericanos la modificación de sus cuerpos era una práctica común que podía ser temporal, como las perforaciones y tintes, o permanente, como las escarificaciones, expansiones, el limado dental y la modificación craneal. Actualmente, la ambigüedad cultural y social que existe entre los conceptos de deformación y belleza contribuye a la persistencia de tabúes que etiquetan y marginan a sectores que continúan denominándose como tribus urbanas. En la óptica que toma la estética grecorromana, este tipo de prácticas salvajes denotan ignorancia, fealdad y diferencia de lo correcto. En consecuencia, les era común el sacrificio de fetos que padecían alguna deformidad. Cabe señalar que Pericles fue rescatado por su madre de ser asesinado por su desproporcionada frente.
Por otro lado, la deformación o distorsión en la mente y sus procesos también se consideran padecimientos que los estudiosos del tema consideran se puede curar mediante terapia. Ésta induce al paciente a reconocer que su percepción de la realidad no es sana y que existen otras formas de afrontar la realidad y de procesar la información. Dentro de esta dialéctica entre terapeuta y paciente podríamos encontrar otra de las acepciones de la palabra que hoy nos ocupa: la tendencia a interpretar la realidad según nuestra profesión, es decir, usar únicamente los conceptos, teorías y reglas que aprendimos durante nuestra educación. Cabe la pregunta de si los individuos que se consideran enfermos realmente podrían tener acceso a otro tipo de percepción y, debido a los parámetros socialmente aceptados, estemos excluyendo algo. Por algo se dice que la genialidad se acerca a la locura. Porque (¿por qué?) grandes artistas como Frida Kahlo, Salvador Dalí y Vincent Van Gogh han creado obras tan universales…
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Por un juego estúpido, estoy en la cárcel…
Alfredo Navarro
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Una tarde me reuní con mi primo Antonio; que ese día tenía descanso en su trabajo y como yo estoy desempleado se nos hizo bueno para pasar la tarde y tomarnos unas chelas; estuvimos platicando de lo mal que nos ha tratado la vida, que ganamos muy poco, que ya no pudimos estudiar, que en ocasiones los primos nos creen unos perdedores, pero eso no es cierto; somos ‘chambeadores’, nos gusta divertirnos; además “solo se vive una vez en la vida; y pues hay que vivirla como venga”. Mi hermana Olga tenía en su refrigerador cervezas; pero se nos hizo fácil salir a la calle a “pesear” a los chavos que van pasando y así lo hicimos. Vimos un chavo y le dijimos que si no cooperaba para una chela, el chavo dijo que no traía y siguió caminando. Más adelante estaba una patrulla y se le acercó al chavo y le preguntó qué le dijimos…Llegaron y quisieron subirme a la patrulla, pero mi primo Antonio se les puso al brinco y les gritó que ¿Por qué me subían?; les valió mad…y también lo subieron a él; ya arriba nos dijeron -ya se los llevó la chingada; porque el robo de celular está penado, y de menos les echan unos cinco años. Cuando llegamos al ministerio público, ya nos acusaban de robo de celular y ya estaba declarando el chavo en contra de nosotros; que lo habíamos agredido y lo quisimos robar, pero nunca encontraron el celular y hasta los de nosotros se los robaron. Le hablé a mi hermana
Olga y llegó llorando, espantada y así pasamos toda la noche. Entre no saber qué estaba pasando y con el miedo de saber qué nos iba a pasar. Mi hermana Olga le habló al papá del primo Antonio que es abogado; pero como no se encontraba en la ciudad, mandó a dos de sus cuates; uno de ellos llegó todo borracho y no hacía nada, el otro se metió a hablar con el juez y dijo que no había problemas que saldríamos pronto. Mi hermana llorando sin saber qué hacer; también ya había llegado mi primo Roberto hermano de Antonio, le hablaron a mi tío Gilberto y les mando tres mil pesos y dos mil que traía Roberto, se los dieron a los abogados. Al tercer día los abogados empezaron a enredar las cosas; que no nos conocíamos, que no éramos nada y nosotros sin saber qué pasaba. Si supieran lo que se siente estar indefensos ante una bola de rateros que lucran con el dolor de las personas. Y lo que más me dolía era el llanto de mi hermana que no sabía qué hacer. Nos asignaron un abogado de oficio que vio nuestra situación; mi primo Roberto le dijo a mi hermana que ya no les diera nada a los abogados. ellos dijeron que era más fácil que nos consignaran y que después se pagara una fianza; porque si nos íbamos a un proceso, podríamos tardar meses o años en salir.
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Teníamos mucho miedo de caer ‘en la grande’, porque dicen que te ponen unas “chingas de perro bailarín”; además te ponen a chambear con los ‘jefes’ como si fueras su criado y en el peor de los casos hasta te pueden violar…teníamos mucho miedo… Cuando nos consignaron resultó que el papá del novio de mi prima Fabiola; era el jefe de custodios de la cárcel a la que llegamos, y nos recomendó para que no nos golpearan y no hiciéramos ‘faena’; hasta nos consiguieron unas cobijas y una televisión vieja; pero yo no olvidaba el llanto de mi hermana Olga, me ponía muy triste y decía -para que chingados salimos, si teníamos chelas en la casa…Después nos enteramos que los policías están coludidos con los mismos delincuentes y cómo siempre caen los mismos; pues: juegan a llevar primerizos, para que vean que si cumplen con la ley; pero resulta que a estas personas sin antecedentes penales les llaman “pagadores”; que son como la cuota que los policías-delincuentes tienen que llevar periódicamente a los reclusorios para justificar su “maldita chamba”; que les pagan con los impuestos que pagan los ciudadanos. Mi primo Antonio y yo nos cuidábamos y el tiempo se hacía eterno, como que no caminaba; los segundos se alargaban y las manecillas del reloj parecián que se detenían; nos la pasábamos nada más pensando, pensando y pensando que ya no íbamos
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a cometer tonterías cuando saliéramos de éste maldito lugar… Como a los cinco días el abogado de oficio le dijo a mi hermana que después del juicio; sabrían qué hacer para poder sacarnos, a veces no quería pensar en nada, para creer que era un sueño y cuando despertara estaría con mis primos en casa de los abuelos, en las fiestas que los tíos siempre organizan. Ahora sólo pensaba cuánto pedirían de fianza y cómo le iba a hacer mi hermana para conseguirlo… Los días de visita son los martes, jueves, sábados y domingos; pero los martes van todos los familiares de los presos de Tepito y aquello es un desmadre, cómo que ya se acostumbraron a visitar a sus parientes y eso parece fiesta; nosotros en cambio cada que vienen nuestros parientes se nos hace muy triste; nos ponemos a llorar porque de verdad esto no es de nosotros, nosotros no somos ni rateros, ni delincuentes. Aquí adentro todo tiene un precio; como dicen las películas, y es verdad; tiene precio el piso donde duermes, las cobijas, la televisión, el pase de lista, el cigarrito, el uniforme, el café; hasta el saludo de los jefes; todos nos peseamos y siempre hay que traer unos pesitos porque así te evitas que te pongan en la madre; con algunos pesitos te la puedes llevar tranquila, aunque hay muchos que ya hicieron la cárcel su casa, ellos se sienten más a gusto aquí porque están
sus carnales, sus parientes, sus amigos; nosotros no, todos son desconocidos. Nuestros parientes están allá afuera trabajando y estudiando, que es lo que nosotros deberíamos estar haciendo. Parece que en quince días sabremos cuánto nos quedaremos en este lugar, yo espero que sea poco de verdad…porque ya no aguanto ver a mi hermana llorando los días de visita; espero que sea poco, para agradeceré a los que nos apoyaron, aunque no hayan venido a vernos. Parece que el tiempo no pasa, los días son largos…largos…; el miedo de la noche, en ocasiones no nos deja dormir…esperando una agresión de cualquier interno…o el robo de un rollo de papel, de un jabón o de un mísero cigarro, que para muchos es su único compañero dentro de la cárcel. Somos como un grupo de animales violentos y sucios, nuestra naturaleza animal nos permite cuidarnos, las palabras no se usan, sólo señas y códigos que pueden evitar golpes en todo tu cuerpo…muchos son golpeados hasta por deporte… los que nunca pagan comen lo que tiran los demás…agradezco a mis hermanas, a mis primas y primos sus visitas porque nos llevan alimentos, jabones, cigarros que en ocasiones sirven como salvoconducto para que no seas golpeado o molestado. Poco a poco tenemos menos miedo, porque sabemos que pronto saldremos; han venido a visitarnos la mayoría de los pri-
mos aunque de los tíos nadie, han de estar muy enojados con nosotros, pero espero que lo entiendan y cuando salgamos nos prometeremos ser mejores personas; trabajar, ahorrar y siempre andar a las “vivas” para que no nos vuelva a suceder porque en éste país sólo los jodidos estamos en la cárcel; porque los que no estudian ni trabajan es más fácil que los policías-delincuentes los usen como “pagadores” y vayan a parar a la cárcel sólo por un juego estúpido de creerse “bien cabrón”; cuando por ser pobres y sin estudios no tenemos las herramientas o conocimientos para defendernos, de quien debería cuidarnos… los policías-delincuentes. Por fin salimos un mes después… se hizo una reunión en la casa de los abuelos y los primos nos apoyaron, les dijimos que no queríamos estar platicando algo que nos duele y nos molesta, que les agradecíamos su ayuda; algunos tíos sólo nos veían, otros nos abrazaron sin decir nada, pero nosotros sabíamos que nos querían y nos apoyaban, su silencio significaba -aquí estamos, ésta es su casa, ésta es su familia… Comimos como hace tiempo no lo hacíamos; no tomamos, estuvimos atentos a las miradas, teníamos miedo mirar de frente. Los recuerdos de la cárcel, me dolían; por las noches soñaba que todavía no salía; a veces no quería ni cerrar los ojos, por miedo a pensar que estaba soñando, que no estaba con mi
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familia; un tío me dijo: -levanta la mirada no robaste, ni mataste; sólo cometiste una pendejada… Tú vales mucho, estás libre, tienes el derecho de disfrutar la vida y ser feliz; no te apendejes y cuídate much. Por la tarde empezó a llover y parecía que la lluvia era diferente, parecía que la lluvia era mi llanto o el de mis seres queridos, parecía que la lluvia quería lavar y limpiar mi alma, mi espíritu, mi cuerpo; mis primos y mis tíos se empezaron a retirar a sus casas, yo regrese con mi hermana Olga a casa de mi padre Javier…y tener que pensar, pensar mucho que iba a realizar los próximos días; además pensar sirve mucho y no cuesta nada Para todos mis primos J.C.N.
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EXPEDICIÓN AL SUR EXPEDICIÓN AL SUR EXPEDICIÓN AL SUR Ulises Granados.
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Me reservo los datos que sugieran o indiquen la ubicación exacta del lugar donde ocurre este relato y los nombres de los involucrados en él. Así deben ser las cosas porque lo prometí. Ya contaré a quién llegada la hora. Sólo revelaré lo que conozco de ser necesario, y para ello debe pasar algún tiempo todavía, el tiempo para saber qué clase de animal tengo en mis manos, para saber que no he cometido un error demasiado grande. Durante años escuché rumores sobre la existencia de un animal extraño que habitaba las tierras al sur de mi país, aunque nadie podía describirlo con detalle debido a la similitud que guarda con nosotros, los hombres, según algunos testigos, a pesar de alguna diferencia evidente que nadie sabía explicar. Esta similitud, acorde a los testimonios que conozco, no va más allá de lo habitual, pues la mayoría de éstos terminan por asemejarse a los que se esparcieron sobre otras bestias antropomorfas durante los primeros años del siglo pasado alrededor del mundo: el cuerpo de primate erguido y sobrehumanamente grande, de espalda ancha y cabeza puntiaguda, la mirada distante de tan hundidos los ojos en el cráneo, el pelaje espeso cubriendo el cuerpo por completo, salvo manos, pies y rostro. Cosas que N…, mi esposa, y yo hemos aprendido a hacer a un lado para que obstaculizar lo menos posible nuestras investigaciones. El mayor problema para localizar al origen de estos rumores era
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que no sabíamos con exactitud lo que buscábamos ni teníamos idea de cómo dar con ello, no teníamos datos sobre sus hábitos, sobre su alimentación ni su conducta. Nadie se fija en estos detalles, sólo hablan de rugidos graves y olores pestilentes, de ataques y desapariciones de seres queridos. Pero al menos estos rumores nos habían dirigido en una dirección precisa y en cierta medida han dejado ver que no se trata del mismo primate extraviado de siempre. En su momento pude asegurar que al cabo de unos meses nos encontrábamos ya suficientemente cerca para lograr algo —aunque en realidad nos tomó varios años—, pues, cada vez con mayor frecuencia, la gente se acercaba para contarnos anécdotas sobre un animal fuera de lo común o para intimidarnos con supuestas maldiciones que rodeaban a la bestia. N... y yo hemos tenido que lidiar con esto desde que comenzamos la búsqueda. Siempre que contamos este tipo de historias ella dice que las maldiciones ya no nos hacen nada y reímos por horas. El primer año se fue rápido: comenzó durante una cena cualquiera en la que K… comentó a manera de burla la supuesta existencia de una criatura que podría pasar por un hombre, incluso perteneciendo a una especie completamente diferente, capaz no sólo de imitar el habla, sino de razonar plenamente. K… terminó por calificar la historia como nada más que un motivo de risa entre científicos. Al término de este primer año ya
había recorrido junto con N… los primeros lugares en los que K… había recogido las anécdotas sobre el supuesto reptil humanizado. Por encima de la apariencia, a N… y a mí nos interesó más la supuesta existencia de un animal nuevo y totalmente diferente de las que ya conocíamos, sobre todo porque habíamos pasado casi veinte años dedicados a clasificar fósiles, a revisar catálogos, a extraer fósiles en las mismas zonas, para la misma gente. Pero si el interés en este animal nos llevó hasta cierto punto fue en realidad porque las descripciones se hacían más atípicas conforme viajábamos al sur. Se trataba, según habíamos escuchado, de un tipo de reptil bípedo, antropomorfo en la medida de lo posible. No sé que procesos evolutivos habrán tenido que ocurrir para que esa cobertura escamosa pudiera simular una piel descuidada, pero la gente hablaba de eso y de una mirada amarillenta, de cavidades nasales alargadas, de sangre fría. Tenía cierto sentido que todas las referencias nos dirigieran hacia zonas templadas y húmedas. Puedo decir que el trayecto fue largo y que trascendimos los límites del país mientras continuábamos con la búsqueda y nos acercábamos a territorios más templados y secos. En el camino pasamos por varios poblados entre la zona selvática con tal de encontrar algún indicio, pero fue inútil. La selva puede devorarlo todo en poco tiempo y en los poblados han
preferido guardar silencio, quizá por el miedo que provoca esa figura incomprensible. El único rastro que encontramos N… y yo fue una especie de colonia de mamíferos pequeños que había sido invadida por otro animal mucho más grande, que concordaba en algunos aspectos con las descripciones que nos habían dado. Pero la colonia llevaba abandonada más tiempo del que pudiéramos deducir a simple vista. Las huellas del invasor —de acuerdo con el rastro, se trataba de un solo espécimen— tenían una forma semejante a una extremidad humana, pero afilada hacia el talón, terminando en una punta más suave que el resto del pie. N… y yo logramos deducir que esa extensión podría deberse a la falta de otros órganos para equilibrarse gracias a otras marcas sobre las rocas y árboles del lugar, a casi dos metros de altura, y a la aparente pérdida de la cola, pues no hallamos indicio alguno de que tuviera este apéndice. De no ser así, en todo caso, esa extensión en el pie podría ser un residuo de eras pasadas, del cual la evolución de esta especie no había logrado deshacerse. No había nada más en aquel sitio; las huellas desaparecían en la espesura de la vegetación inmediatamente después de los límites de la colonia. Me llamó la atención que no hubiera restos de los animales que vivían allí, sino sólo algunos restos de huevos algo extraños, de un exterior rugoso y grisáceo, más similar al de algunos saurios y bastante más grandes que los de un lagarto común. Quizá los
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habitantes habían emigrado, quizá los devoró el invasor, incluso pudo haberlos raptado, pero nada indicaba esto último. El espécimen era mucho más grande de lo que esperábamos. Preferí no mencionarlo para no preocupar a N…, ninguno de los dos sabíamos qué esperar frente a tan pocas indicios. Además es probable que N… se diera cuenta al igual que yo. Nunca lo discutimos.
habitantes habían emigrado, quizá los devoró el invasor, incluso pudo haberlos raptado, pero nada indicaba esto último. El espécimen era mucho más grande de lo que esperábamos. Preferí no mencionarlo para no preocupar a N…, ninguno de los dos sabíamos qué esperar frente a tan pocas indicios. Además es probable que N… se diera cuenta al igual que yo. Nunca lo discutimos.
Había que buscar otros sitios de tierra blanda, con agua en abundancia si queríamos dar con él. De seguir los periodos reproductivos normales, no podría alejarse demasiado de un sitio como aquel y cabía la posibilidad de que hubiera más especímenes, dado el clima y la época del año. Pero no había dónde comenzar. No imaginaba dónde podría haber más animales como ése y el equipo que juntamos se limitaba a obedecer, guardando siempre la mayor distancia posible entre ellos y el animal que buscábamos. N… intentó animarme después de analizar todos los impedimentos que teníamos para dar con él, pero sentía vacías sus palabras, como si ni ella misma las creyera.
Había que buscar otros sitios de tierra blanda, con agua en abundancia si queríamos dar con él. De seguir los periodos reproductivos normales, no podría alejarse demasiado de un sitio como aquel y cabía la posibilidad de que hubiera más especímenes, dado el clima y la época del año. Pero no había dónde comenzar. No imaginaba dónde podría haber más animales como ése y el equipo que juntamos se limitaba a obedecer, guardando siempre la mayor distancia posible entre ellos y el animal que buscábamos. N… intentó animarme después de analizar todos los impedimentos que teníamos para dar con él, pero sentía vacías sus palabras, como si ni ella misma las creyera.
Si logramos dar con un rastro del animal, fue consecuencia de un descuido. Pensando en una manera de indicar el camino que debíamos seguir para localizarlo, decidimos colocar algunas trampas alrededor de aquel lugar, esperando que volviera a pasar por ahí, más que para capturarlo, para herirlo
Si logramos dar con un rastro del animal, fue consecuencia de un descuido. Pensando en una manera de indicar el camino que debíamos seguir para localizarlo, decidimos colocar algunas trampas alrededor de aquel lugar, esperando que volviera a pasar por ahí, más que para capturarlo, para herirlo
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