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Reducción de fractura

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BIBLIOGRAFÍA

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para facilitar la estabilidad. La distancia ideal es a 1 cm de la piel. La fijación esquelética

bilateral es igual, la diferencia radica en que los clavos emergen por el lado contrario del

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miembro. Los clavos pueden ser transfijados de forma paralela u oblicua entre ellos, (da

mayor superficie de contacto con el hueso y evita el desplazamiento del aparato). El

número de clavos por fragmento es 2-4. No colocar en la línea de incisión, en reducción

abierta, interfiere la cicatrización y promueve el drenaje.

Fijación esquelética para fracturas expuestas, contaminadas e infectadas, uniones

retardadas, lograr artrodesis, auxiliar para clavo intramedular y evitar inestabilidad

rotacional. En fracturas de húmero, radio, fémur, tibia, maxilar, mandíbula y pelvis.

Cuidados posquirúrgicos radiografías para evaluar la reducción, posición de clavos,

funcionalidad, cada 3 semanas. Ver inflamación de tejidos blandos alrededor de clavos.

Para disminuir la inflamación, empacar los clavos con gasa, como vendaje de compresión.

Cambiar semanalmente o en menos días si es necesario, en 10-12 días, las gasas colectan

la secreción. Costras alrededor de clavos, no retirarlas. En otros el exudado se limpia con

solución estéril 1 vez al día y se aplica timerosal, mantener el fijador. Si hay inflamación

excesiva e infección, comprobar viabilidad del clavo o retirarlo, si está en donde cause

molestia permanente igual. Permitir que camine durante su recuperación.

Clavo intramedular, cerclajes y hemicerclajes

Para reducir fracturas con clavos intramedulares, cerclajes y hemicerclajes, se requiere:

Instrumental de cirugía general pinzas de campo, hemostasis y Allis, mango de bisturí,

tijeras para sutura, de Metzembaum curvas y rectas, portagujas.

De ortopedia: elevador de periostio, pinzas para hueso, pasador y torcedor de alambre,

taladro manual de Jackobs, pinzas para cortar clavos y para manipular alambre

ortopédico, separadores de tejido blando. El uso del clavo de Steinmann intramedular

para fracturas en huesos largos, mayor ventaja en fracturas transversas y oblicuas cortas

del tercio medio. Puede ser aplicado con cerclajes, hemicerclajes y fijadores externos. Los clavos de Steinmann tienen una longitud de 12”y 16”, y diámetro de 5/64” hasta 3/16” o

más. Los alambres de Kirschner 3 tamaños: .035, .045 y .062 de pulgada, cuando se

requiere de bandas de tensión. La punta del clavo puede ser en forma de bisel o trocar, en

uno o en ambos extremos. Los más versátiles son con punta en los dos lados, pueden

cortarse por la mitad y ser usados ambos extremos. La migración del clavo intramedular la

mayor complicación, hay el clavo cordado en extremo distal, para mayor estabilidad. El

clavo de Steinmann indicado en huesos que presentan prominencias, fosas o

tuberosidades, por donde pueda ser introducido o salir, sin alterar la alineación de

fractura. De elección en húmero, que presenta el tubérculo mayor y crestas epicondilares;

en ulna que tiene el olécranon; en los metacarpos en la parte distal están los cóndilos; en

fémur en la fosa trocantérica, trocánter mayor y crestas condilares; en tibia, con la cresta

tibial, en metatarsos distalmente los cóndilos metatarsianos. El uso del clavo intramedular de Steinmann es contraindicado en fracturas de radio.

En fracturas conminutas, los clavos de Steinmann no están diseñados para mantener la

longitud del hueso, la mejor opción son placas ortopédicas o fijadores externos. La

fricción entre el clavo intramedular y endosteo va de acuerdo con: el diámetro del clavo a

mayor diámetro, mayor fricción. El aumentar la fricción clavo-hueso no es suficiente para

eliminar la rotación de fracturas. Contrario a lo que pudiera pensarse, el uso de un clavo

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