por qué tiemblan | Boris Vian

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Por qué tiemblan. Homenaje a Boris Vian. En este número: Rocío Torkar– Mauro Quesada - Agustín Mazzini – Adrián Contreras Ilustraciones: Pablo Gallo, Geffen Rafaeli Dirección: Jesus Borda – Noelia Palma- Pablo Romero

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PQTiemblan


Por quĂŠ tiemblan * Boris Vian



Boris Vian ♦ (1920-1959) Poeta, dramaturgo, novelista, músico de jazz, periodista y traductor francés. Entre sus obras más importantes se destacan: En la espuma de los días, Escupiré sobre vuestras tumbas, Todos los muertos tienen la misma piel.



TRES POEMAS I Afuera la realidad camina erguida, aquí dentro, él recorre un sendero circular que lo encorva y le frunce el ceño mientras yo me mareo con el lunar de su mejilla.

II Decime, qué va a pasar si en medio de la noche la casa se nos vuelve a incendiar. Aquella vez vos fuiste el primero en despertarte ante el ruido disimulado del fuego en gestación, fue tu grito el que impidió que me sentara somnolienta a intentar calzarme las zapatillas, y fue tu mano la que me tironeó del brazo hasta la terraza


Hoy me contás que se te rompió la computadora mientras trato de recordar

cuando fue la última vez que te vi. No es nada grave, papá, te digo sólo se te desconfiguraron los parlantes. Me gustaría que vinieras más seguido, pienso pero los perros de esta familia te ladran cada vez que nos visitás.

III Hay que aprovechar los momentos lluviosos pero no de pie sino sentada bajo el aguacero. Sacar una silla de plástico a la terraza,


sentir la lluvia en los hombros y en el cristal de los anteojos. Prender un f贸sforo y olvidarse del Juicio Final mientras las gotas esquivan la llama.

Roc铆o Torkar


Ilustraci贸n de Pablo Gallo


¿VAS A VENIR? me preguntó Cecilia por teléfono y al instante abandoné a mis amigos y un campari a medio tomar por la lejana y urgente esperanza de llevarla a ese hotel del que todos hablaban *****

conté los pocos billetes las monedas traté de recordar cuánto quedaba en la tarjeta de débito y al fin entramos en la habitación del hotel maximum sentimos el olor a desinfectante a jaboncito barato y a nosotros mismos invadidos por la inminencia de lo que estaba


a punto

de ocurrir *****

una hermosa humedad va uniendo el rompecabezas de nuestros cuerpos que se completa sĂşbita dulcemente en un temblor en un susurro que nos toca desde lejos

Mauro Quesada


DIÁLOGOS

(Estos fue escrito para ocupar el espacio vacío

que va entre la adultez y la adolescencia)

La esperanza de una vida salvaje y el cuarto donde miro fijamente un disco de los Stones girar/ un amplificador saturado que suena como el áspero aleteo de una mosca. El gran teatro a oscuras de esta vida viste los despojos de una ropa ajena —¿Tan mal actuaron los verbos

esperar, querer, dormir, para que el público se harte y ni siquiera abuchee como es debido? —Alguno, simplemente, se emborrachó bebiendo los océanos en donde naufragan los barquitos del ser. —Otros llevan antifaces de tiempo, aplausos mudos en la palma de las manos. —A cada golpe de verso tambalea el mundo. —Lo que retumba es poesía. Agustín Mazzini


Ilustraci贸n de Geffen Refaeli


HERIDAS Y MURALLAS

I Las abejas que me picaron el alma murieron envenenadas al vacío. Ahogadas en la sangre blanca que corre por las venas de los hombres de ningún lugar. Para ellos reservé esta casa vacía.

II Yo no fui quien puso el primer ladrillo de esta muralla. Tampoco quién intentó tirarla abajo. Yo no exploté como una bomba para llamar la atención del avión que cruza la palabra cielo. Yo solamente escribí las dimensiones de estas paredes


para hacerlas un poco más pequeñas y, a pesar de ello, quedé encerrado.

III Los estómagos que ya no tienen lugar para más heridas, son un tórax vacío en donde entra toda la tristeza de Dios.

Agustín Mazzini


CARTA ABIERTA A EUGENIA SUÁREZ

Eugenia/ mi vida se mece de un alambre que no es lo suficientemente fuerte para sostenernos a los dos/ ni siquiera aguanta que mi cabeza se enrede a lo que te falta amarme/ ni siquiera aguanta los bailes que pensé para tu cuerpo/ Eugenia/ tengo ansias de ser un poema en donde te muerdas los labios y luego atarme las muñecas con los mechones más rubios de tu pelo/ pero solo pude partirme en dos y preguntarme qué mitad te sería más apetecible: después llegó la tarde y me encontraron


olfateando el vacío para que duela un poco menos la caída/

Agustín Mazzini


PAPEL TAPIZ

Cuando el mundo caiga, caerán también los árboles Los largos puentes de metal marcharan a través de las espaldas de los soldados para llegar a las ciudades negras del trigo dorado, Las cúpulas de las iglesias serán de goma y los niños defecarán en los confesionarios, Los parques estarán plagados de pederastas y motociclistas. También habrá un lugar para poder escribir. Cuando todo se vaya a la mierda, estaré tras mi propia sombra, escuchando los cantos olvidados y quemando las páginas que nunca leeré, estaré en los supermercados acompañando a los niños cuyos padres les dejaron varias semanas en el pasillo de cereales y gritaban en agonía. Estaré por las cajas registradoras, comprando amor de oferta y gritos enlatados, comiendo las sobras de la realidad sobre el carrito de metal. Estaré también en las plataformas petrolíferas, ataré una hamaca entre los monolitos ardientes y cantaré entre dientes el himno del olvido, la gloria escurrirá y el mar será negro.


Cuando el mundo caiga, también caerán los televisores en una

lluvia que durará veinte años, el rocío matutino será orina de gato y la goma de mascar será goma de mascar. Cuando todo pase no quedará nada en mi ni en ti, en las escuelas los pasillos estarán nutridos de personas que ansían buscar y mi muerte será a las cuatro en punto.

Adrián Contreras


ES UNA TRISTEZA Es una tristeza, que los días duren poco Que los trenes sean de metal, y los pájaros canten al aire. Es una tristeza que los paisajes sean efímeros, que los locos no hablen de amor y que las venas debajo de la piel sean azules. Es una tristeza que la libertad sea presa de las palabras, los vasos sean víctimas de manos torpes y los borrachos canten fuera de tabernas, me hace sentir rabia, melancolía. Todos flotando en puntos suspensivos, envueltos en ensoñaciones. Es una tristeza que no seamos de carne y hueso, que estemos hechos de plomo con corazones de carbón y ojos de madera. Nos sostiene la necesidad de ser nada, de comer el tiempo, unir la piel con otra y decir mentiras piadosas. Toser, dormir en un cuarto de hotel, sentir que las manos tiemblan Convencerse de caminar del lado derecho, manejar del lado izquierdo y darle nombre a todo lo existente, todo eso me entristece.


La vida es como una muela en principio no pensamos en ella nos conformamos con masticar y despuĂŠs se estropea de repente hace daĂąo, y lo soportamos y la cuidamos y los desvelos, y para estar de verdad curados hay que arrancĂĄrsela, la vida. Boris Vian




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