REFRANES ------------------compilados por FRANCISCO BENGOCHEA @@@@
FRANCISCO BENGOCHEA 2003
¡San Jorge, mata a la araña! ¿Adónde iremos que más valgamos? ¿Cómo te hiciste calvo? pelo a pelo pelando. ¿De qué alardeas? de lo que escaseas. ¿Dónde se arrima el niño? donde ve cariño. ¿Dónde va Vicente? donde va la gente. ¿Me guardas un secreto, amigo? mejor me lo guardas si no te lo digo. ¿Para qué quieres más bienes, si no te aprovechan los que tienes? ¿Parientes y han reñido? ¿por cuánto ha sido? ¿Quieres que te siga el can? dale pan. ¿Quieres ser ridículo? alábate a ti mismo. ¿Riquezas y honores? tonterías, no hay mayor bien que la alegría. ¿Soltero y renegado? ¿qué harías de casado? A balas de plata y bombas de oro rindió la plaza el moro. A boda ni bautizado, no vayas sin ser llamado. A borrica arrodillada no le dobles la carga. A braga rota, compañón sano. A bribón, bribón y medio. A buen adquiridor, buen expendedor. A buen capellán, mejor sacristán. A buen hambre no hay pan duro. A buen servicio, mal galardón. A buen sueño no hay cama dura. A buenas obras pagan buenas palabras. A caballo comedor, cabestro corto. A cada cabeza, su seso. A cada día, su afán. A cada gorrín le llega su san Martín. A cada pajarillo le gusta su nidillo. A cada uno le place aquello con lo que nace. A cama corta, encoger las piernas. A camino largo, paso corto. A canas honradas no hay puertas cerradas.
A carne de lobo, diente de perro. A casa de tu tía, mas no cada día. A casa vieja, puertas nuevas. A celada de bellacos, más vale por los pies que por las manos. A chica boca, chica sopa. A chica cama, si quieres remedio échate en medio. A chico caudal, mala ganancia. A concejo malo, campana de palo. A confesión de parte, relegación de prueba. A cualquier cosa llaman rosa. A cualquier dolencia es remedio la paciencia. A cualquier dolor, paciencia es lo mejor. A dádivas no hay acero que resista. A días claros, oscuros nublados. A dineros pagados, brazos cansados. A Dios nadie se la hace que no la pague. A Dios servir y honrar, es reinar. A donde el corazón se inclina, el pie camina. A donde te quieren mucho, no entres a menudo. A espalda vuelta no hay respuesta. A falta de caldo, buena es la carne. A falta de faisán, buenos son rábanos con pan. A fuerza de fortuna, no puede ciencia ni arte alguna. A fuerza de varón, espada de gorrión. A fuerza de villano, hierro en mano. A gloria huele el dinero, aunque se saque del estercolero. A gran prisa, gran vagar. A gran río, gran puente. A gran seca, gran mojada. A gran subida, gran caída. A grandes males, grandes remedios. A ira de Dios no hay cosa fuerte. A la corta o a la larga, el galgo a la liebre alcanza. A la larga, lo más dulce amarga. A la mala hilandera, la rueca le hace dentera.
A la muerte no hay remedio, sino extender la pierna. A la mula, con halago; al caballo, con el palo. A la ocasión la pintan calva. A la primera, perdón; a la segunda, con el bastón. A la prueba, buen amor. A la vejez, se acorta el dormir y se alarga el gruñir. A las barbas con dineros, honra hacen los caballeros. A lisonjeros dichos no prestes oídos. A lo dado no le mires el pelo. A lo hecho no hay remedio, y a lo por hacer, consejo. A lo más oscuro, amanece Dios. A lo pasado no hay consejo. A lo que Dios manda, oreja de liebre. A lo que Dios quiere no hay que resistirse. A lo que no puede ser, la espalda has de volver. A lo que puedes solo, no busques a otro. A los años mil, torna el agua a su cubil. A los galgos del rey no se les escapa la liebre. A los mayores no vayas con rencores. A los niños, de pequeños, que no hay castigo después para ellos. A mal Cristo, mucha sangre. A mal decir no hay casa fuerte. A mal encuentro, darle la mano y mudar asiento. A mal gobierno, muchas leyes. A mal hecho, ruego y pecho. A mal paso, pasar el último. A mal tiempo, buena cara. A mala costumbre, quebrarle la pierna. A mala suerte, envidar fuerte. A más amor, más pudor. A más doctores, más dolores. A más oro, menos reposo. A médico, confesor y letrado, no le hayas engañado. A menos bulto, más claridad. A menos carga, vida más larga.
A menudo, bajo hábito vil se esconde hombre gentil. A mis años llegarás, o la vida te costará. A moro muerto, gran lanzada. A mucha cortesía, mayor cuidado. A mucho hablar, poco obrar. A muchos vi alabarse de lo que deberían avergonzarse. A nadie has de decir cuánto tienes, dónde lo tienes ni adónde piensas ir. A nadie le parece poco lo que da, ni mucho lo que tiene. A noche oscura, linterna clara. A nuevas enfermedades, nuevos remedios. A nuevos hechos, nuevos consejos. A padre guardador, hijo gastador. A palabras locas, razones pocas. A palabras necias, oídos sordos. A pan de quince días, hambre de tres semanas. A pan duro, diente agudo. A perro flaco todo son pulgas. A perro malo, correa corta. A poca barba, poca vergüenza. A poco dinero, poca salud. A poco pan, tomar primero. A puerta cerrada, el diablo se vuelve. A quien bebe, hablar no se debe. A quien bien cree, Dios le provee. A quien con Dios está, Dios no le abandonará. A quien con su suerte se conforma, Dios le honra. A quien da y perdona, le nace una corona. A quien dan en qué escoger, le dan en qué entender. A quien dan no escoge. A quien de mucho mal es ducho, poco bien se le hace mucho. A quien dices el secreto, das tu libertad. A quien Dios más ha dado, a más es obligado. A quien Dios quiere bien, el viento le junta la leña. A quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. A quien en su casa era un diablo, cuando se ausenta tiénenlo por un santo.
A quien espera, su bien le llega. A quien guarda su casa, su casa le guarda. A quien has de rogar, no has de enojar. A quien hiere con la boca, curar con ella le toca. A quien la cosa no quiere, nunca le falta un achaque. A quien más resiste, con más fuerza el amor embiste. A quien mucho quiere saber, poco y al revés. A quien no es de tu agrado, con disimulo dale de lado. A quien no habla no le oye Dios. A quien no lleva capa por Navidad, no hay que preguntarle cómo está. A quien no te agradezca lo que has hecho, no sacrifiques tu provecho. A quien paga por adelantado, mal le atiende su criado. A quien quiero no me quiere, y a quien me quiere no quiero. A quien ríe del mal de su vecino, el suyo le viene de camino. A quien sabe guardar una peseta, nunca le falta un duro. A quien se muda, Dios le ayuda. A quien tanto ve, con un ojo le basta. A quien te quiere matar, madruga y mátalo. A quien teme al Dios del cielo, nada le asusta debajo de ello. A quien tiene buenas ganas, poco apetito le basta. A quien tiene cama y duerme en el suelo, no hay que tenerle duelo. A quien tiene hijos y ovejas, nunca le faltarán quejas. A quien todo lo tiene, algo le ha de faltar: quien le diga la verdad. A quien un bien hace, otro le nace. A quien vive pobre por morir rico, hay que tenerle por borrico. A rey muerto, rey puesto. A río revuelto, ganancia de pescadores. A secreto agravio, secreta venganza. A su tiempo maduran las brevas. A toda ley, la verdad, aunque amargue. A todos llega su san Fernando. A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo. A un diestro, un presto. A un traidor, dos alevosos. A uno que mucho sabía, de andar con tontos se le pegó la tontería.
A veces logra una flor lo que un diamante no. A veces, donde cazar pensamos, cazados quedamos. Abad y ballestero, mal para los moros. Aborrecer después de haber querido, mil veces ha sucedido. Abrazos y besos no hacen chiquillos, pero tocan a vísperas. Acabándose la plata, el amor se desbarata. Achaques al jueves, para no ayunar el viernes. Aclarádselo vos, compadre, que tenéis la boca a mano. Acogí al ratón en mi agujero, y volvióseme heredero. Acometa quien quiera, el fuerte espera. Aconsejar es fácil. Acuéstate sin cena y amanecerás sin deuda. Administrador que administra, y enfermo que enjuaga, algo tragan. Administradorcillos, comer en plata y morir en grillos. Afecto niega razón. Afortunadamente, todos los coches eran de tercera. Agravio consentido, otro venido. Agua pasada no mueve molino. Agua vertida, no toda cogida. Ahonda y sacarás agua. Ahora que tengo ovejas y borregos, todos me dicen en buena hora estés. Ahora que tengo potro, pongo la vista en otro. Ahorrar y más ahorrar, que contigo vive quien lo ha de derrochar. Al agradecido, más de lo pedido. Al amigo lo prueba el peligro. Al amigo que en apuro está, no mañana, sino ya. Al amigo y al caballo, ni apretarlo ni apurarlo. Al amigo y al pariente, un real más de lo corriente. Al amigo, con su vicio. Al amo que honra, el criado le sirve. Al bien se llega quien bien se aconseja. Al bobo, múdale el juego. Al buen amor nunca le falta qué dar. Al buen consolador no le duele la cabeza, ni al buen negociador las piernas. Al buen día ábrele la puerta, que para el malo te apareja.
Al bueno por amor, y al malo por temor. Al buey por el asta, y al hombre por la palabra. Al buey que trilla nunca le pongas bozal. Al buey viejo, múdale el pajar y darte ha el pellejo. Al cabo de cien años, los reyes son villanos. Al cabo de un año, tiene el mozo las mañas de su amo. Al campo malo le viene su año. Al charlar, amigos; al contratar, ni conocidos. Al dar la cuenta me lo diréis. Al delicado, poco mal y bien atado. Al enemigo que huye, puente de plata. Al fin se canta la gloria. Al freír será el reír, y al pagar será el llorar. Al gallo que canta, le aprietan la garganta. Al gato, aunque sea ladrón, no le eches de tu mesón. Al gusto dañado, lo dulce le es amargo. Al heredar, con un ojo reír y con otro llorar. Al hijo del herrero, de balde le machacan el hierro. Al hijo del rico no le toques el vestido. Al hombre bueno no le busques abolengo. Al hombre de más saber, una mujer sola le echa a perder. Al hombre harto las cerezas le amargan. Al hombre osado, la fortuna le da la mano. Al hombre rudo no le hables agudo. Al ingrato, con la punta del zapato. Al loco y al aire, darles calle. Al mal camino, darse prisa. Al mejor cazador se le va la liebre. Al miserable y al pobre, todo les cuesta el doble. Al muerto dicen ¿queréis? Al partir las tierrecillas vienen las mil rencillas. Al peligro, con tiento; al remedio, con tiempo. Al pobre le faltan muchas cosas; al avaro, todas. Al pobre, el sol se le come. Al postrero muerde el perro.
Al que bien le sabe el pan, por demás salsa le dan. Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan. Al que es de vida, el agua le es medicina. Al que están ahorcando no le tires de los pies. Al que hace un yerro, y pudiendo no hace más, por bueno le tendrás. Al que mal hace, nunca le falta achaque. Al que mal vive, el miedo le sigue. Al que no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas. Al que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe bien. Al que toma y no da, el diablo se lo llevará. Al que va a la bodega, por vez se le cuenta, beba o no beba. Al que yerra, perdónale una vez, mas no después. Al rico no debas, y al pobre no prometas. Al rico, más riqueza, y al pobre, más pobreza. Al ruin, dale un palmo y se tomará cuatro. Al salvo, Dios le salva. Al son que llora la vieja, canta el cura en la iglesia. Al terco dale dos higas, pero no le contradigas. Al toma, todo el mundo asoma; al daca, todo el mundo escapa. Al villano, dale el pie y se tomará la mano. Alcalde de aldea, el que lo desee, ése lo sea. Alcalde, ni de balde. Alcanza quien no cansa. Alegría y pobreza, y no pesares y riqueza. Algo bueno trae la adversidad consigo: que sabes si te queda algún amigo. Algo se da por algo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Algo valen cabezadas oportunamente dadas. Alguacil descuidado, ladrones cada mercado. Allá van leyes, do quieren reyes. Allá vayas prestado, donde vuelvas mejorado. Allégate a los buenos y serás uno de ellos. Alquimia muy probada es la lengua refrenada. Ama a quien no te ama, y responde a quien no te llama. Amando las cosas, de ajenas se hacen propias.
Amante no osado, es dado de lado. Amar es servir, ser amado es tener el mando. Amar sin padecer, no puede ser. Amar, horas perdidas si no son correspondidas. Amigo beneficiado, enemigo declarado. Amigo cierto, el probado en el hecho. Amigo de médicos, poca salud. Amigo de muchos, amigo de ninguno. Amigo de Santo Tomás, siempre tomas y nunca das. Amigo del buen tiempo, se muda con el viento. Amigo del vino, enemigo de sí mismo. Amigo en duda, el que te aconseja y pudiendo no te ayuda. Amigo leal y franco, mirlo blanco. Amigo mientras te lo digo, que una hora después otra cosa es. Amigo no de mí, sino de lo mío, lléveselo el río. Amigo que no presta, y cuchillo que no corta, aunque se pierdan no importa. Amigo traidorcillo, más hiere que un cuchillo. Amigo y caudal, más fáciles de ganar que de conservar. Amigos buenos, uno entre ciento, y, por mejor decir, uno entre mil. Amigos hasta morir, pero de prestarte mi burra nada que decir. Amigos y relojes de sol, sin nubes sí, con nubes no. Amistad de boca, larga parola y cerrada bolsa. Amistad por interés, hoy es y mañana no es. Amistad que se rompe no era de bronce. Amistad, la que quieras, pero la cebada a veinte la fanega. Amistades que del vino se hacen, después de dormir la mona se deshacen. Amistades que son ciertas, siempre las puertas abiertas. Amistades y mulas, fallecen a las duras. Amontona el avariento, y no sabe para quién. Amor comedido, en poco es tenido. Amor comprado, dalo por vendido. Amor con amor se paga. Amor de asno, coz y bocado. Amor de estudiante, amor inconstante. Amor de monja, fuego de estopas.
Amor de niña, agua en cestilla. Amor de puta y vino de frasco, a la noche gustosos y a la mañana dan asco. Amor engendra temor. Amor fuerte dura hasta la muerte. Amor grande vence mil dificultades. Amor irresoluto, mucha flor y poco fruto. Amor loco, si ella es mucho y tú eres poco. Amor loco, yo por vos y vos por otro. Amor no admite división. Amor no mira linaje, ni fe, ni pleito ni homenaje. Amor no osado, poco estimado. Amor nunca está en su ser: o ha de menguar, o ha de crecer. Amor perfecto: sabio, solo, solícito y secreto. Amor primero, nunca olvidado pero no postrero. Amor que conoce olvido, no fue amor, sino sarpullido. Amor que no es atrevido no logra sino olvido. Amor todo lo perdona. Amor trompetero: cuantas veo, tantas quiero. Amor y buen consejo no caben en un pellejo. Amor y señoría no quieren compañía. Amor, dinero y tos, descubren a su poseedor. Amor, gran igualador. Amor, viento y ventura, poco duran. Amores nuevos olvidan viejos. Amorosos juramentos se los lleva el viento. Andado lo más, ándese lo menos. Andaos a decir verdades e iréis a los hospitales. Ande o no ande, caballo grande. Ande yo caliente, y ríase la gente. Ante la duda, la lengua muda. Ante una negativa no tomes postura negativa. Antes de mil años, otros mandarán en la tierra. Antes doblar que quebrar. Antes encontrarás burro con cuernos que amigo perfecto. Antes que digan, digas.
Antes que te cases, mira bien lo que haces. Antes son mis dientes que mis parientes. Antes te devoro y después te lloro. Aprendiz de mucho, maestro de nada. Aquel es pobre, el que por pobre se tiene. Aquel es rico, que está a bien con Dios. Aquel es tu amigo, que te quita de ruidos. Aquel no es poderoso, el que no ha poder en sí. Aquel sabe del bien, que sabe del mal. Aquel sabe, que salvarse sabe. Aquel va más sano, que anda por lo llano. Aquí perdí una aguja, aquí la hallaré. Aramos, dijo la mosca al buey. Araña ¿quién te arañó? otra araña como yo. Árboles y amores, mientras tengan raíces tendrán frutos y flores. Arco que mucho brega, o él o la cuerda. Arco siempre armado, o flojo o quebrado. Armas y dineros son vanos si no están en buenas manos. Arrojar la cara importa, que el espejo no hay por qué. Asaz es el mal de no querer sanar. Asno cojo, corre con el aguijón. Asno con oro, alcánzalo todo. Atender y entender, para aprender. Aún no asamos, y ya pringamos. Aún no ensillamos, y ya cabalgamos. Aún no es vino y ya es vinagre. Aún no ha salido del cascarón, y ya tiene presunción. Aunque el decidor sea necio, el escuchador sea cuerdo. Aunque la garza vuela muy alta, el halcón la mata. Aunque la lima muerde, alguna vez se le quiebra el diente. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Aunque malicia oscurezca verdad, no la puede apagar. Aunque muda el pelo la raposa, su natural no despoja. Aunque vista de lana no soy borrego. Ayer entró rogando y hoy entra mandando.
Ayúdate bien y ayudarte ha Dios. Ayúdate y te ayudaré. Ayunen los santos, que no tienen tripa. Azote de madre, ni rompe huesos ni saca sangre. Azote y mordedura, mientras duele cura. Bajando se sube al cielo. Bajo el color está el engaño. Bajo vaina de oro, cuchillo de plomo. Barba remojada, medio afeitada. Barriga llena no cree en hambre ajena. Barriga llena, a Dios alaba. Basta lo que es suficiente. Bellacos hay en casa, madre, y no somos yo ni mi padre. Belleza por natura, hasta la muerte dura. Bellezas hay muy estimadas, que por dentro no valen nada. Bendito sea el mal que con dormir se quita. Benditos mis bienes que remedian mis males. Bien ama quien nunca olvida. Bien barre la escoba nueva, pero pronto se hace vieja. Bien canta Marta cuando está harta. Bien demanda quien bien sirve. Bien hace quien se casa, y mejor quien no se casa. Bien me puede el rey matar, mas no forzar. Bien ora quien bien obra. Bien predica fray ejemplo, sin alborotar el templo. Bien sabe lo que dice el que pan pide. Bien se está el pie en la pierna. Bien se está San Pedro en Roma. Bien se puede creer, pues jura y no revienta. Bien se sabe atrever quien no tiene nada que perder. Bien te quiero, bien te quiero, mas no te doy mi dinero. Bien vengas, mal, si vienes solo. Bienaventurado el cuerpo que por su ánima trabaja. Bienes de fortuna, mudables como la luna. Bienes de mi padre tapan mi joroba.
Bienes y males, pasados son iguales. Boca amarga no escupe miel. Boca besada, mujer entregada. Boca con boca, pronto se desboca. Boca dulce, y bolsa abierta, abren todas las puertas. Boca que dice no, dirá sí. Bofetón amagado, nunca bien dado. Borrón y cuenta nueva, la cuenta pasada aprueba. Botas y gabán encubren mucho mal. Buen corazón quebranta mala ventura. Buena cautela iguala buen consejo. Buena ciencia, dar con prudencia. Buena crianza no pierde punto. Buena es la tardanza cuando el camino asegura. Buena fama, hurto encubre. Buena respuesta, mucho vale y poco cuesta. Buena vida, arrugas quita. Buena vida, padre y madre olvida. Buenas palabras no hacen buen caldo. Buenas y malas artes, en todas partes. Bueno es aconsejar, pero mejor es remediar. Bueno es el rigor, pero la compasión es mejor. Bueno es tener amigos, hasta en el infierno. Bueno está lo bueno. Bueno sería estar casado, si no tuviese cuidado. Buenos y tontos se confunden al pronto. Buey viejo, surco derecho. Burla con daño no cumple el año. Burlaos del asno, os dará en la cara con el rabo. Busca la vida, que la muerte ella se viene. Buscando lo mejor, se desaprovecha lo bueno. Caballo ajeno, ni come ni se cansa. Caballo que alcanza, pasar querrá. Caballo que vuela no quiere espuela. Caballo viejo no muda de andadura.
Cabeza calva, peinada desde el alba. Cabeza fría, pies calientes y culo corriente, dan larga vida a la gente. Cabeza loca no quiere toca. Cabra que tira al monte, no hay cabrero que la guarde. Cada cardenal aspira al papado. Cada cosa en su lugar, ahorra tiempo en el buscar. Cada cosa que me he encontrado, Dios me la ha dado. Cada cosa que ves, tiene su derecho y su revés. Cada cosa tiene dos asas: una fría y otra que abrasa. Cada cual en su corral. Cada cual es como Dios le ha hecho, y un poquito peor que él se ha vuelto. Cada cual tiene por grande su mal. Cada cual tiene su modo de matar las pulgas. Cada día gallina, amarga la cocina. Cada día un día más, y todo se queda atrás. Cada día una necedad el discreto, y cada minuto el necio. Cada gorrión tiene su corazón. Cada gusto cuesta un susto. Cada loco con su tema, y cada lobo por su senda. Cada mochuelo a su olivo. Cada ollero alaba su puchero. Cada ollero su olla alaba, y más si está quebrada. Cada pájaro canta su canción. Cada ruin piensa que es bueno para sí. Cada sendero tiene su atolladero. Cada uno alaba sus agujetas. Cada uno alega en derecho de su dedo. Cada uno cuenta la feria según le va en ella. Cada uno en su casa, y Dios en la de todos. Cada uno habla como quien es. Cada uno lleva un loco en la manga. Cada uno quiere llevar el agua a su molino, y dejar en seco el del vecino. Cada uno sabe dónde le aprieta el zapato. Cae en la cueva el que a otro lleva a ella. Caga el rey y caga el Papa, de cagar nadie se escapa.
Caja que tuvo alcanfor, quédale el olor. Caldo de gallina y precaución, a discreción. Caldo de raposa, que parece frío y quema. Callar y callemos, que todos por qué callar tenemos. Cállate y callemos, que sendas nos tenemos. Calle el que dio y hable el que tomó. Calvo vendrá que calvo vengará. Calzado de uno, no lo des a ninguno. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Caminante cansado, subirá en un asno si no encuentra caballo. Camino andado, quita cuidado. Camino de Roma, ni mula coja ni bolsa floja. Camino viejo, y sendero nuevo. Camisa que mucho se lava, y cuerpo que mucho se cura, poco duran. Can con rabia, a su dueño muerde. Can que mucho lame, saca sangre. Can viejo no ladra en vano. Canas son vejez, y no saber. Canta la rana, y no tiene pelo ni lana. Cantó al alba la perdiz, más le valiera dormir. Capa negra y cofradía, no puede ser cada día. Capitán vencido, ni loado ni bien recibido. Cara a cara, vergüenza se cata. Cara de beato, y uñas de gato. Caracoles en cestos resultan indigestos. Cárceles y caminos hacen amigos. Carga que con gusto se lleva, no pesa. Cargado de hierro, cargado de miedo. Cargos llevan cargas. Caridad buena, la que empieza por mi casa y no por la ajena. Caridad con trompeta, no peta. Caridad y amor, sin tambor. Carne a carne, amor se hace. Casa cerrada, casa arruinada. Casa con pan tierno, casa sin gobierno.
Casa de muchos, casa de sucios. Casa hecha, bolsa deshecha. Casa hospedada, comida y denostada. Casa mal guardada, pronto robada. Casa vieja, todo va tras una teja. Casado descontento, siempre vive con tormento. Casado te veas, molino. Casado, y arrepentido. Casamiento y hadas malas, pronto son llegadas. Casamiento y mortaja, del cielo bajan. Casar casar, que bien, que mal. Casar y compadrar, cada uno con su igual. Casar, casar, bueno es de decir y malo de llevar. Casarás y amansarás. Casarse es bueno, pero es mejor quedarse soltero. Cásate por interés, y me lo dirás después. Cásate: gozarás los tres meses primeros y después desearás la vida de soltero. Casto y mozo, una cruz en el pozo. Caudal inagotable, el cariño de una madre. Celos negados, celos confirmados. César, o nada. Chanzas, cuantas quieras, pero que no lleguen a las alforjas. Charco pasado, santo olvidado. Charlando y andando, sin sentir se va caminando. Chilla, pero trilla. Chimenea nueva, pronto humea. Cien años de guerra, y no un día de batalla. Cien en campo y uno en cabo. Ciento que hagas y una que yerres, todas las pierdes. Cierra la puerta y alaba a tu vecino. Ciertas son las trazas después de las desgracias. Codicia mala, en mancilla para. Coja es la pena, mas, aunque tarda, llega. Cojo con miedo, corre ligero. Comer arena, antes que hacer vileza.
Comer hasta enfermar, ayunar hasta sanar. Comer, a gusto; hablar y vestir, al uso. Como hoy a tu suegra ves, verás con el tiempo a tu mujer. Como me crecieron los honores, me crecieron los dolores. Como no cuesta nada, sartenada. Como no soy río, atrás me vuelvo. Como poco me cuesta, poco me duele. Como se vive se muere. Como te curas, duras. Como tienes el hato, así te trato. Compañero de casa, campana de nublados. Compañía buena la de dos: Dios y yo. Compañía de dos, compañía de Dios. Compra con el rumor y vende con la noticia. Compra lo que no has menester y venderás lo que no podrás excusar. Comprar en feria y vender en casa, segura ganancia. Común conviene que sea, quien comunidad desea. Con agua y con aire no convides a nadie. Con azúcar y miel todo sabe bien. Con buena escoba bien se barre. Con capa de letrado, anda mucho burro disfrazado. Con diez nobles abuelos no se pone el puchero. Con el amigo incierto, un ojo cerrado y el otro abierto. Con el amigo, hasta la puerta del infierno, pero no hasta dentro. Con el falso no tomes amistad, porque te hará maldad. Con el hombre siempre callado, mucho cuidado. Con el malo, el remedio es que pongas tierra en medio. Con el mentiroso, hasta la puerta. Con el tiempo viene la razón. Con gente de poca crianza, veras y no chanzas. Con hermosura sola no se pone la olla. Con hombre vano, ni en invierno ni en verano. Con la ayuda del vecino mató mi padre un cochino. Con la mujer y el dinero, no te burles, compañero. Con las glorias se olvidan las memorias.
Con otro ea, llegaremos a la aldea. Con paciencia, el cielo se gana. Con pequeña brasa suele quemarse la casa. Con poca comida se pasa mejor la vida. Con pretexto de amistad muchos hacen falsedad. Con quien no tiene más Dios que su plato, poco trato. Con quien te pone mal corazón, no tengas conversación. Con quien tengas trato, no hagas contrato. Con sólo rocíos no crecen los ríos. Con tanto decir amén, la misa no sale bien. Con un gusanillo se pesca un barbillo. Con un lobo no se mata a otro. Conciencia ancha, la bolsa ensancha. Concierto claro, amigo caro. Confianza sin tasa empobrecerá tu casa. Confidencia quita reverencia. Consejo de bellacos, razonamiento de trapos. Consejo es de sabios, perdonar injurias y olvidar agravios. Consejo sin remedio es cuerpo sin alma. Consejos ciertos, los que a los vivos dan los muertos. Consejos sin ejemplo, letras sin aval. Consejos vendo, y para mí no tengo. Contigo va tu enemigo. Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar. Contra la fuerza, fuerzas valgan, ya que razones no pueden nada. Conyugales desazones, arréglanlas los colchones. Corazón apasionado no quiere ser aconsejado. Corazón cobarde no conquista damas ni ciudades. Corazón codicioso no tiene reposo. Corazón dolorido no cree en alivio. Corazón herido, a pregonero se mete. Corazón llagado, no lo curan médicos ni boticarios. Corazón que no tiene placer, aléjate de él. Corazones arrepentidos quiere Dios. Cordero extraño no metas en tu rebaño.
Cortesía de boca, gana mucho a poca costa. Cortesía y bien hablar, cien puertas abrirán. Cosa cumplida, sólo en la otra vida. Costumbres de mal maestro, sacan hijo siniestro. Costumbres derogan leyes. Crecerá el membrillo, y mudará el pelillo. Cree el ladrón que todos son de su condición. Cree lo que tientes y veas, y lo que no, no lo creas. Creer con ligereza, gran torpeza. Criados, enemigos pagados. Criaste y no castigaste, no criaste. Cual das, tal vas. Cual el dueño, tal es el perro. Cual el gesto, tal el hecho. Cual es el cuervo, tal es el huevo. Cual es el rey, tal la grey. Cual más, cual menos, todos a abusar tendemos. Cual palabra me dicen, tal corazón me hacen. Cual pregunta harás, tal respuesta hallarás. Cual tenéis la cara, tal tengáis la pascua. Cualquier cosa: jamón y huevos. Cuando corre la ventura, las aguas son truchas. Cuando de cara te dé el viento, anda con tiento. Cuando Dios amanece, para todos amanece. Cuando Dios dio púas al erizo, bien supo lo que hizo. Cuando Dios no quiere, los santos no pueden. Cuando el abad está contento, lo está todo el convento. Cuando el amigo pide, no hay mañana. Cuando el bien pasa, mételo en casa. Cuando el cantor duda, tose y se demuda. Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas. Cuando el diablo reza, engañarte quiere. Cuando el diablo viejo se ve, se mete a hombre de bien. Cuando el dinero habla, todos callan. Cuando el gato no está, los ratones bailan.
Cuando el hierro está encendido, entonces ha de ser batido. Cuando el río suena, agua lleva. Cuando el vil enriquece, no conoce hermano ni pariente. Cuando estamos buenos, damos consejos a los enfermos. Cuando fueres a casa ajena, llama desde fuera. Cuando fueres por camino, no digas mal de tu enemigo. Cuando la cabeza anda al revés ¿cómo andarán los pies? Cuando la ventura pase por tu puerta, hállela abierta. Cuando la vergüenza es menos, tanto menos duelen los yerros. Cuando le doy, ándame alegre; cuando no, el rostro me tuerce. Cuando los curas van a peces ¿qué harán los feligreses? Cuando los labios callan, los ojos hablan. Cuando los labios no pueden, los ojos se entienden. Cuando menos se la espera, salta la liebre. Cuando no hay lomo, de todo como. Cuando no lo dan los campos, no lo dan los santos. Cuando nos aman, señoras nos llaman; cuando nos tienen, ya no nos quieren. Cuando pasan rábanos, comprarlos. Cuando te dieren el anillo, pon el dedillo. Cuando te dieren el buen dado, échale la mano. Cuando uno no quiere, dos no barajan. Cuando vayas convidado, no comas más de lo acostumbrado. Cuando vieres la cuerda, recuerda. Cuando yunque, sufre; cuando mazo, tunde. Cuanta más grandeza, más llaneza. Cuantas cabezas, tantos pareceres. Cuanto más amigos, más claros. Cuanto más crece esta riqueza mundana, más crece su gana. Cuanto más poseo, más deseo. Cuanto más se piensa, menos se acierta. Cuanto más tu saber alabes, menos sabes. Cuanto más uno se ensalza, tanto más Dios le abaja. Cuanto mayor es la fortuna, tanto es menos segura. Cuanto mayor es la subida, tanto mayor es la descendida. Cuantos más somos, menos valemos.
Cuchillo de melonero, todo lo cala, malo y bueno. Cuenta por bienes los males que no tienes. Cuenta y razón sustentan amistad y unión. Cuentas claras, amigos viejos. Cuentas son las que se llevan, que no palabras que se quiebran. Cuerpo derecho, mucho mal pasa. Cuerpo descansado, dinero vale. Cuerpo en cama, si no duerme descansa. Cuerpo harto, a Dios alaba. Cuesta arriba o cuesta abajo, tira siempre por el atajo. Cuestas arriba quiero mi mulo, que cuestas abajo yo me las subo. Cuida dónde vas y no olvides de dónde vienes. Cuida más tu conciencia que tu inteligencia. Cuidados ajenos matan al hombre bueno. Culo de mal asiento, no acaba cosa ninguna y emprende ciento. Culpa no tiene quien hace lo que debe. Cumpla yo y tiren ellos. Cumple con todos y fía de muy pocos. Cumple tu deber, y no habrás de temer. Cumplimiento: cumplo y miento. Da y ten, y harás bien. Dádiva ruineja, a su dueño asemeja. Dádivas quebrantan peñas. Dale rosas a un burro y te pagará con un rebuzno. Dame el médico que sana, y no el que parla. Dando gracias por agravios, negocian los hombres sabios. Dando y dando, la gotera va horadando. Dar limosna no mengua la bolsa. Daría yo un ojo porque a mi enemigo le sacasen otro. De airado a loco va muy poco. De alcalde a verdugo, ved cómo subo. De ambos ha sido el acertar: tú al pedir y yo al no dar. De barbero a barbero no pasa dinero. De buena casa, buena brasa. De carcelero a encarcelado, más de una vez ha pasado.
De casta le viene al galgo ser rabilargo. De cuero ajeno, correas largas. De desagradecidos está lleno el infierno. De diestro a diestro, el más presto. De enamorado a loco va muy poco. De enero a enero, el dinero es del banquero. De esos caldos, denle hartos. De esto que nada cuesta, llenemos la cesta. De fuera vendrá quien bueno me hará. De fuera vendrá quien de tu casa te echará. De haber dicho sí, muchas veces me arrepentí. De hombre que nunca ríe, nadie se fíe. De hombres es errar, de bestias perseverar. De hora a hora, Dios mejora. De ira de señor y de alboroto de pueblo me libre Dios. De la abundancia del corazón habla la boca. De la abundancia viene la vagancia. De la mala te guardes, de la buena no fíes. De la mano a la boca se pierde la sopa. De la mujer que mucho llora no fíes gran cosa. De la mujer, mucho bueno has de esperar y mucho mal has de temer. De la necesidad nace el consejo. De la panza sale la danza. De la risa al duelo, un pelo. De las disputas, poco fruto y menos fruta. De lo ajeno, lo que quisiere su dueño. De lo pintado a lo vivo hay cien leguas de camino. De lo que ganes no te ufanes; de lo que pierdes, ni te acuerdes. De lo que harto abunda, nadie gusta. De los buenos días se hacen los malos años. De los escarmentados nacen los arteros. De los hombres es errar, y de los burros rebuznar. De los míos déjame decir, pero no me hagas oír. De los tuyos hablarás y no querrás que te hablen. De mala mano, ni piñoncitos mondados.
De mala masa, un bollo basta. De menos nos hizo Dios. De mí amo soy; ni me presto, ni me vendo, ni me doy. De mostrador adentro, ni amistad ni parentesco. De muy alto, grandes caídas se dan. De nada no se hace nada. De necios y porfiados tengo hechos mis sobrados. De noche, a la vela, la burra parece doncella. De pequeña centella se levanta gran fuego. De pequeña pelea nace gran rencor. De pequeños principios resultan grandes fines. De pico, mata el arriero al borrico. De qué sirven los bienes si salud no tienes. De quien se ausenta, nadie echa cuenta. De reír viene a llorar, y de llorar a reír. De rico a pobre pasé, y sin amigos me quedé. De rico a soberbio no hay un palmo entero. De ruin cepa, ruin sarmiento. De ruin montecillo, bueno es un gazapillo. De sabiduría y bondad, la mitad de la mitad. De sabios es mudar de opinión. De sabios es temer; de locos, acometer. De su propio talento ninguno hay descontento. De tal mano, tal dado. De tal principio, tal fin. De todo un poco y de nada mucho, es regla de hombre ducho. De tus hijos sólo esperes lo que con tus padres hicieres. De un cuento nacen ciento. De un solo golpe no se derriba un roble. De unas bodas nacen otras. De usar a abusar hay el canto de un real. Debajo del buen sayo está el hombre malo. Debajo del dulce cebo está el anzuelo. Debilidad es el llanto, y la ira otro tanto. Decir y hacer comen a mi mesa.
Decir y hacer no es para todos. Dedo encogido no rebaña plato. Deja la fuente por el arroyo, pensarás traer agua y traerás lodo. Dejé lo bueno buscando lo mejor, y di en lo peor. Dejemos padres y abuelos, por nosotros seamos buenos. Del agua bendita, poquita. Del agua mansa me libre Dios, que de la brava me guardaré yo. Del agua vertida, la que pueda ser recogida. Del amigo usar, pero no abusar. Del amor al odio sólo hay un paso. Del árbol caído todos hacen leña. Del atrevimiento viene el arrepentimiento. Del buen trato nace el ingrato. Del deber al pagar hay mucho que andar. Del hecho nace el derecho. Del mal que el hombre se teme, de ése se muere. Del mal, el menos. Del malo el vituperio, honra es del bueno. Del mayor amigo suele venir la mayor lanzada. Del mirar nace el amar, y del no ver el olvidar. Del monte sale quien el monte quema. Del pobre la bolsa, con poco dinero rebosa. Del viejo, el consejo. Delante hago acato y por detrás al rey mato. Demasiada cera quema la iglesia. Derramador de harina, allegador de ceniza. Descubríme a él como amigo, y armóseme como testigo. Desde chiquito, se ha de criar al árbol derechito. Desde los tiempos de Adán, unos calientan el horno y otros comen el pan. Desdichas y caminos hacen amigos. Desnuditos nacimos, y todo nos parece poco para vestirnos. Desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo, ni gano. Después de verme robado, compré un candado. Detrás de la cruz anda el diablo. Detrás viene quien las endereza.
Deuda real se cobra tarde y mal. Deuda vieja no comerás de ella. Di tu razón y no señales autor. Día de mucho, víspera de nada. Días y ollas componen cosas. Dicho de uno, dicho de ninguno. Dichoso el varón que escarmienta en cabeza ajena y en la suya no. Dijo el asno al mulo: arre allá, orejudo. Dijo el perro al hueso: si tú estás duro, yo tengo tiempo. Dime con quién irás y decirte hé lo que harás. Dime qué aborreces y te diré de qué careces. Dinero en mano, todo es llano. Dinero y más dinero no hacen más sabio al majadero. Dinero, amor y cuidado, no pueden estar disimulados. Dineros de avaro, dos veces van al mercado. Dios castiga sin palo ni piedra. Dios consiente, mas no siempre. Dios da el frío conforme la ropa. Dios da y quita según su sabiduría infinita. Dios delante, el mar es llano. Dios me dé contienda con quien me entienda. Dios no se queja, mas lo suyo no lo deja. Dios nos libre y guarde de lo que no sabemos librar ni guardar. Dios queriendo, sin nubes puede estar lloviendo. Dios tiene una caña, y al que no pesca hoy, lo pesca mañana. Dios y el mundo no pueden andar juntos. Dios y tu dinero son tus amigos verdaderos. Dios, que da la llaga, da la medicina. Díselo tú una vez, que el diablo se lo dirá diez. Disfruta bien de lo que tienes, y no ansíes más bienes. Doblada la maldad que es so celo de amistad. Doctores indoctos nunca hubo pocos. Dolor contado, dolor aliviado. Dolor de mujer muerta, dura hasta la puerta. Doncella sin amor, rosa sin olor.
Donde acaba el novio empieza el marido. Donde caben tres, caben cuatro. Donde comen dos, comen tres. Donde el oro habla, la lengua calla. Donde entra beber, sale saber. Donde fuego hubo, cenizas quedan. Donde fueres, haz lo que vieres. Donde fuerza no hay, derecho se pierde. Donde fuiste paje, no seas escudero. Donde has de vivir, no hagas daño. Donde hay buen seso, hay otro mejor. Donde hay bueno, hay mejor; donde hay malo, hay peor. Donde hay gana, hay maña. Donde hay mucha risa, hay poco juicio. Donde hay querer, todo se hace bien. Donde hay saca y nunca pon, pronto se acaba el bolsón. Donde hay verdadera amistad, dos cuerpos y una voluntad. Donde hay voluntad, mejor es entrar que llamar. Donde haya camino real, no te vayas por el matorral. Donde las dan, las toman. Donde media razón, no vale autoridad. Donde no hago falta, estorbo. Donde no hay cabellos, mal es de peinar. Donde no hay harina, todo es mohína. Donde no me llaman, para nada me querrán. Donde otro mete el pico, mete tú el hocico. Donde todos son locos, locura es ser cuerdo. Donde un favor se hace, un ingrato nace. Donde una puerta se cierra, otra se abre. Donde va más hondo el río, hace menos ruido. Dormiréis sobre ello y tomaréis acuerdo. Dos andares tiene el dinero: viene despacio y se va ligero. Dos porque empiece y diez porque acabe. Dos potros a un can, bien le morderán. Dos que duermen en el mismo colchón, se vuelven de la misma opinión.
Dos que se aman, con el corazón se hablan. Dos tocas en un hogar, mal se pueden concertar. Duelos ajenos matan a los hombres. Duelos me hicieron negra, que yo blanca me era. Duelos y celos, de sabios hacen necios. Dueña que de alto hila, de alto se remira. Duérmete y callemos, que sendas nos tenemos. Dulce es la entrada, mas amarga es la estada. Échate a enfermar, y verás quién te quiere bien y quién te quiere mal. El abad, de lo que canta yanta. El adivino de Marchena: puesto el sol, el asno a la sombra queda. El agraviado, con palabras dulces ha de ser calmado. El agujero llama al ladrón. El alma triste, en los gustos llora. El amigo ausente, como si fuera presente. El amigo es otro yo. El amigo imprudente, con una piedra te mata el mosquito en la frente. El amigo y el diente, sufrirlos hasta la muerte. El amigo, probado; el melón, calado. El amor nunca hizo cobardes. El amor sólo admite amor por paga. El amor y la fe, en las obras se ven. El amor y la guadaña, quieren fuerza y quieren maña. El amor y los celos, hermanos gemelos. El amor, de asnos hace sabios y de sabios asnos. El ánsar de Cantimpalo, que salió al lobo al camino. El aprender es amargura, pero el fruto es dulzura. El avariento, ni pobre ni rico está contento. El avaro, de su oro no es dueño, sino esclavo. El ballestero malo, a los suyos tira. El bien acuchillado, del herido se compadece. El bien no es conocido hasta que es perdido. El bien, buscarlo; el mal, esperarlo. El buen calamar, en todos los mares sabe nadar. El buen callar es oro, y el mucho hablar lodo.
El buen cirujano corta por lo sano. El buen cirujano, corto en palabras y duro de mano. El buen consejo no tiene precio. El buen ladrón, primero mira la salida que la entrada. El buen pagador es señor de lo ajeno. El buen pastor esquila las ovejas, no las despelleja. El buen saber es callar, hasta ser tiempo de hablar. El buen vino no necesita pregonero. El buey bravo, en tierra ajena se hace manso. El buey que me acornó, en buen lugar me echó. El caldo, en caliente; la injuria, en frío. El callar y el hablar no caben en un lugar. El campo fértil, no descansado se vuelve estéril. El carbón que ha sido brasa, con poca lumbre se enciende. El casamiento y el caldo, en caliente. El caudal de la labranza, siempre rico en esperanza. El celoso, de suyo es cornudo. El cerdo ruin revuelve la pocilga. El cerdo y el avariento sólo dan un día bueno. El codicioso por lo ajeno, pierde lo suyo del seno. El codicioso y el tramposo, pronto se conciertan. El conejo, por maña, doñea a la vaca. El consejo es como el sello, que imprime en la cera y no en la piedra. El consejo no es bien recibido donde no es pedido. El convite del cordobés: vuesa merced ya habrá comido y no querrá comer. El convite del tacaño: una vez cada cien años. El corazón alegre, de salud es fuente. El corazón y los ojos nunca son viejos. El dar y el tener, seso han menester. El deber y no pagar es tan antiguo como el mear. El desagradecido hace al mezquino. El desdén con el desdén. El deseo hace hermoso lo feo. El deseo vence al miedo. El desorejado, al primer hurto es ahorcado.
El día del placer, víspera es del pensar. El día que me casé, buena cadena me eché. El día que no escobé vino quien no pensé. El día que te casas, o te curas o te matas. El dicho yo lo apruebo, el propósito no lo entiendo. El dinero del juego, muchos lo tienen, pero pocos lo retienen. El dinero del tonto se escurre pronto. El dinero hace al hombre entero. El dinero nunca sea tu señor, sino tu siervo. El dinero y el amor traen los hombres al derredor. El dinero y la fama, de quien los gana. El dormir no quiere prisa. El duro adversario entibia las iras y sañas. El enamorado y el pez, frescos han de ser. El encubridor hace al ladrón. El envidioso no medra, ni quien de él vive cerca. El escarmentado busca el puente y deja el vado. El esfuerzo en la desesperación crece al corazón. El espejo y la buena amistad dicen siempre la verdad. El gozo del que hereda, el gozo le revienta. El gozo, comunicándolo crece. El gusto de la alabanza a todos alcanza. El hacer bien nunca se pierde. El hambre echa al lobo del monte. El hambre es tan maestra que hasta a los animales enseña. El hermano, para el día malo. El hijo de la cabra, cabrito ha de ser. El hijo de la gata, ratones mata. El hijo del doctor Galeno: al que no estaba malo lo ponía bueno. El hombre a los treinta, o vive o se revienta. El hombre bueno no sube a lecho ajeno. El hombre discreto, alaba en público y amonesta en secreto. El hombre es bicho malo, menos obedece a la razón que al palo. El hombre propone y Dios dispone. El horno, cuando se inflama, si no respira revienta.
El hoy está aquí, el mañana ¿quién lo verá? El huésped y la pesca, a los tres días apestan. El infierno está lleno de buenos deseos. El labrador, siempre llorando: o por duro, o por blando. El lobo viejo caza a la espera. El loco, por la pena es cuerdo. El maestro Ciruela, que no sabe leer y pone escuela. El mal camino, andarlo pronto. El mal cobrador hace mal pagador. El mal crece con callar. El mal de amor no lo cura el doctor. El mal entra a brazadas y sale a pulgaradas. El mal obrero, de lejos ve al caballero. El mal pelo no se desecha luego. El mal que en bien acabó, era un bien que se disfrazó. El mal que no tiene remedio, olvidarlo es el medio. El mal sale poco a poco y entra como un loco. El mal sea para quien lo desea. El malo será bueno cuando la rana tenga pelo. El malo, ni con el pan ni con el palo. El malo, para mal hacer, achaques no ha menester. El mandar no quiere par. El manjar continuo produce hastío. El martillo de plata rompe las puertas de hierro. El más avisado se ahoga en el vado. El más hermoso tiene un gargajo en el hombro. El médico que bien cura, muerto el doliente le deja sin calentura. El médico y el cura, para lo ajeno personas mudas. El mejor amigo, un duro. El mejor escribano echa un borrón. El melón y el casamiento han de ser de acertamiento. El melón y la mujer, difíciles de conocer. El menosprecio mata. El mensajero no merece pena de malo o bueno. El mentir no tiene impuestos, por eso lo usan todos.
El mentir pide memoria. El mentir y el compadrar, ambos andan a la par. El molinero, velando gana, que no estándose en la cama. El mozo perezoso, por no dar un paso da ocho. El mucho bien puede hacer mal. El mucho hablar es malo, y el mucho callar no es provechoso. El mucho regalo hace al hijo malo. El mundo da muchas vueltas. El mundo es a modo de escala: unos suben y otros bajan. El mundo es para los osados, no para los tímidos y callados. El mundo es redondo y rueda: así lo hemos de dejar. El mundo tiene eso: poca carne y mucho hueso. El necio hace al fin lo que el discreto al principio. El necio, ni para fraile es bueno. El oro es lo que lloro, que la plata mi marido la gana. El oro hace soberbios, y la soberbia necios. El pajar viejo, cuando se enciende, malo es de apagar. El pan de los bobos se gasta primero que el de los otros. El pariente, como Dios te lo diere; el amigo, como tú le escogieres. El pecador arrepentido, casi como si no lo hubiera sido. El perdón sobra donde el yerro falta. El perro de buena raza, hasta la muerte caza. El perro y el niño, donde vean cariño. El poeta nace, el orador se hace. El pollo, pío pío, y el niño, mío mío. El primer vaso de vino abre al segundo el camino. El prudente todo lo ha de mirar, antes de las armas tomar. El que a mi casa no va, de la suya me echa. El que anda sin malicia ni rencor, anda sin temor. El que ayer desdeñaba a todos, hoy se come los codos. El que bruto entra, bruto se ausenta. El que cuenta sus males, menos males los hace. El que da porque le den, engañado debe ser. El que de aire se preña ¿qué hará sino parir viento? El que desea aprender, muy cerca está de saber.
El que en fuego busca, o se quema o se chamusca. El que en sí confía, yerra cada día. El que es bueno, para sí es bueno. El que escarba, a veces lo que no quería halla. El que esperar puede, alcanza cuanto quiere. El que está en muchos cabos, está en ninguno. El que ha de ser bachiller, menester ha de aprender. El que hace lo que no debe, sucédele lo que no cree. El que hace lo que puede no está obligado a más. El que la ley establece, guardarla debe. El que la sigue, la consigue. El que malas mañas ha, tarde o nunca las perderá. El que más habla es el que más tiene por qué callar. El que nada sabe, de nada duda. El que no ama, jugando te desama. El que no cae no se levanta. El que no duda no sabe cosa alguna. El que no entra a nadar, no se ahoga en el mar. El que no llora, no mama. El que no quiera pasar trabajo en este mundo, no nazca en él. El que no quiera polvo, que no vaya a la era. El que no sabe, es como el que no ve. El que no va a la guerra no muere en ella. El que pesca un pez, pescador es. El que primero llega, ése la calza. El que puede y no quiere, cuando quiera no podrá. El que quiera azul celeste, que le cueste. El que quiera honra, que la gane. El que quiere a la col, quiere a las hojas de alrededor. El que regala, bien vende, si el que recibe lo entiende. El que ríe el último, ríe mejor. El que se burla, tal vez se confiesa. El que se casa, por todo pasa. El que sigue la caza, ése la mata. El que solo come su gallo, solo ensilla su caballo.
El que tal ha padecido, se compadece del herido. El que tiene capa, escapa. El que tiene hambre, con pan sueña. El que tiene padrinos se bautiza. El que tira por la calle de después, llega a la plaza de nunca. El que toma la zorra y la desuella, ha de saber más que ella. El que tonto va a la guerra, tonto vuelve de ella. El que tuvo, retuvo y guardó para la vejez. El rey entra como puede y reina como quiere. El romano vence sentado. El rosario al cuello, y el diablo en el cuerpo. El ruin buey, holgando se descuerna. El ruin, cuanto más le ruegan más se ensancha. El saber es señor y ayudador. El salir de la posada es la mayor jornada. El secreto de tu amigo guardarás, y el tuyo no le dirás. El servidor prudente manda en casa del pudiente. El seso sorben, las mujeres a los hombres. El tesoro y el pecado nunca están bien enterrados. El tiempo aclara las cosas, y el tiempo las oscurece. El tiempo es el gran ungüento. El tiempo todo lo cura y todo lo muda. El trabajar es virtud, y el no trabajar salud. El tramposo, presto engaña al codicioso. El viejo que cura, cien años dura. El viento que corre, muda la veleta, mas no la torre. El villano rico no tiene parientes ni amigos. El villano y el olivo, a palos dan el fruto. El vino, al desnudo le es abrigo. El vivir templadamente hace rica a mucha gente. Empieza con sana voluntad y Dios te ayudará. En amores, cuando quieras entrarás, pero salir cuando quieras no podrás. En año bueno, el grano es heno; en año malo, la paja es grano. En arca abierta, el justo peca. En arca de avariento, el diablo yace dentro.
En burlas ni en veras, con tu señor no partas peras. En cada casita hay su crucecita. En cada tierra, su uso, y en cada casa, su costumbre. En camino largo, por fuerza ha de haber barrancos. En casa bien regida, no hay pobreza conocida. En casa de gaitero todos son danzantes. En casa de muchos amos nunca faltan goteras. En casa de mujer rica, ella manda y ella grita. En casa del ahorcado no hay que mentar la soga. En casa del oficial, asoma el hambre, mas no osa entrar. En casa llena, presto se guisa la cena. En chica casa, gran hombre cabe. En cojera de perro, y en lágrimas de mujer, no hay que creer. En comunidad, no luzcas tu habilidad. En dinero y santidad, la mitad de la mitad. En el clavo una, y ciento en la herradura. En el decir, discreto; en el hacer, secreto. En el medio está la virtud. En el mundo entero, no hay quien no tenga un pero. En este mundo cansado, ni hay bien cumplido ni mal acabado. En este mundo mezquino, cuando no hay para pan hay para vino. En guerra, caza y amores, por un placer mil dolores. En invierno, el mejor amigo es la capa. En la boca del discreto, lo público es secreto. En la confianza está el peligro. En la mayor necesidad, Dios te acudirá. En la mucha necesidad dice el amigo la verdad. En la necesidad se conoce la amistad. En la tierra de los tuertos, cierra un ojo. En largo camino, la paja pesa. En largos caminos se conocen los amigos. En lo que a otro toca, punto en boca. En los males se conocen los amigos leales. En los nidos de antaño, no hay pájaros hogaño. En los pleitos, diligencia, la bolsa abierta y paciencia.
En los tiempos que andan, los hijos mandan. En ojo ajeno escarmienta el hombre cuerdo. En pleito claro no es menester letrado. En porfías bravas, desquícianse las palabras. En presencia del mayor, cesa el poder del menor. En tiempo de higos hay amigos. En todos los pucheros cuecen habas, y en el mío, a calderadas. En tomar y en dar, es fácil errar. En tristezas y en amor, loquear es lo mejor. En tus apuros y afanes, pide consejo a los refranes. En vender y en comprar, no hay amistad. Enemigos del placer, sospechar y temer. Enfermos indigentes no tienen parientes. Enriquece a doce hombres y, en seis años, dos serán ricos y diez pobres. Ensalada y visita, poquita. Enseñar es volver a aprender. Entrad allí de donde podáis salir. Entre amigos verdaderos no se miran los dineros. Entre amigos y soldados, cumplimientos son excusados. Entre bomberos, no pisemos la manguera. Entre ciento que te saludan, ¿habrá uno que te prestase ayuda? Entre dos amigos, un notario y dos testigos. Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero. Entre el sí y el no de una mujer, no cabe la punta de un alfiler. Entre hermano y hermano, tres testigos y un escribano. Entre hermanos no metas tus manos. Entre las espinas está la azucena. Entre ruin ganado, poco hay que escoger. Entre salud y dinero, salud quiero. Entre santa y santo, pared de cal y canto. Entre sastres no se pagan hechuras. Entre todos la mataron y ella sola se murió. Era novio y no vio, y a ciegas se casó. Errando se aprende a herrar. Es de justa razón engañar al engañador.
Es más cierto médico el experimentado que el letrado. Es más fácil recetar que curar. Escarbó el gallo, y halló el cuchillo para matallo. Escarmentar en cabeza ajena, doctrina buena. Escribe antes que des, y recibe antes que escribas. Escrita la carta, el mensajero no falta. Escucha mucho, calla más, y no errarás. Escucha por el agujero, oirás de tu mal y del ajeno. Escupí al cielo, cayóme en la cara. Ése es de la boda, que duerme con la novia. Ése es de llorar, que tuvo bien y vino a mal. Ése es rey, el que no ve rey. Ése no morirá de cornada de burro. Eso queremos los de a caballo, que salga el toro. Eso quiere la mona, piñoncitos mondados. Espada hay para matar, mas no hay corazón para desenvainar. Espantóse la muerta de la degollada. Está en ventura el ganar, y en cordura el guardar. Estando el hombre ocioso, se metió a chismoso. Estómago con hambre no escucha a nadie. Explicación no pedida, malicia arguye. Extremo es creer a todos, y yerro no creer a ninguno. Falta confesada, medio enmendada. Faltriquera abierta, el dinero vuela. Favor logrado, favor olvidado. Favores harás, y te arrepentirás. Fe sin obras, comida de agua sola. Fea con gracia, mejor que guapa. Fealdad no es castidad. Feliz es la muerte que, antes que la llamen, viene. Fía poco y en muy pocos. Fía sobre buena prenda, para no tener contienda. Fiar a un amigo, cobrar a un enemigo. Flores contentan, pero no alimentan. Flujo y reflujo, en el mar y en todo el mundo.
Fortuna y aceituna, a veces mucha y a veces ninguna. Fortuna y ocasión favorecen al osado corazón. Fraile que pide pan, toma carne si se la dan. Fraile que pide para Dios, pide para dos. Fray modesto nunca llegó a prior. Frío y amor no guardan dónde entran. Fruta prohibida, más apetecida. Frutos y amores, los primeros los mejores. Fuera de Dios, todo engaños son. Fuime a palacio, fui bestia y vine asno. Galán atrevido, de las damas preferido. Galgo que va detrás de dos liebres, sin ninguna vuelve. Gallina en casa rica, siempre pica. Gallito de muladar, a todos quiere picar. Gana, mas no de hilar. Ganancia inocente no la verás fácilmente. Gato maullador nunca es buen cazador. Gente refranera, gente embustera. Gloria vana, florece y no grana. Gota a gota, la mar se agota. Goza de tu poco mientras busca más el loco. Gozarse en el mal ajeno no es de hombre bueno. Gracia pedida, velas encendidas; gracia lograda, ni velas ni nada. Gracias y buen trato valen mucho y cuestan barato. Gran calma, señal de agua. Gran ganancia sin robancia, ni aquí ni en Francia. Gran maestra es la pobreza, pero empuja a hacer vileza. Gran parte de la salud es desearla. Gran placer, no escotar y comer. Gran riqueza es no desear riqueza. Grande o pequeño, cada uno carga con su leño. Guarda qué comer y no qué hacer. Guárdate de hombre que no hable y de perro que no ladre. Guárdate del agua mansa, que la recia ella misma se aparta. Guárdenos Dios de piedra y dardo, y de hombre denodado.
Habiendo por medio belleza, raro es el hombre que no tropieza. Hablar de la virtud es poco, hacer la obra es todo. Hablen obras, y no palabras alabadoras. Habló el buey y dijo mu. Hacedme alcalde hogaño, y yo os haré otro año. Haceos de miel y os devorarán las moscas. Hacer bien a la gente ruin, tiene buen principio y mal fin. Hacer bien nunca se pierde. Hacer, y callar. Hacienda de común, hacienda de ningún. Haga el hombre lo que debe y venga lo que viniere. Hagamos esta cama: hágase, haga, y nadie comenzaba. Hambre y frío entregan al hombre a su enemigo. Haragán y gorrón, parecen dos cosas y una son. Harto es necio y loco, quien vacía su cuerpo por llenar otro. Harto sabe quien a tiempo sabe callar. Harto ve quien disimula. Hasta el fin nadie es dichoso. Hasta lavar los cestos, todo es vendimia. Hasta los gatos quieren zapatos. Hasta morir, todo es vida. Hasta para ser pordiosero se necesita dinero. Hasta que no seas padre, no sabrás ser hijo. Hay gustos que merecen palos. Hay hombres tales que son traidores y parecen leales. Hay más burros que pesebres. Haya buena cuenta, y blanca no parezca. Haya cebo en el palomar, que palomas no faltarán. Hayamos paz y viviremos asaz. Haz bien y échalo al mar; si los peces lo ignoran, Dios lo sabrá. Haz bien y guárdate. Haz bien y no mires a quién. Haz bien, y tendrás envidiosos; haz más, y los confundirás. Haz buena harina y no toques la bocina. Haz lo que bien te digo y no lo que mal hago.
Haz mal, espera otro tal. Haz primero lo necesario, y después lo voluntario. Haz vivo lo que quieras haber hecho cuando mueras. Hazte oveja y te comerán los lobos. Hecho malo, al corazón y al cuerpo hace daño. Hermosura sin talento, gallardía de jumento. Héroes si vencedores; si vencidos, traidores. Hidalgo como un gavilán, mas no hay pan. Hierba mala pronto crece, y antes de tiempo envejece. Hijo fuiste, padre serás; cual hiciste, tal habrás. Hijo sin rienda, madeja sin cuerda. Hijos criados, duelos doblados. Hijos no tenemos y nombres les ponemos. Hijos y mujer añaden menester. Holgar hoy, mañana fiesta, buena vida es ésta. Hombre al que muchos temen, a muchos ha de temer. Hombre ambicioso, hombre temeroso. Hombre apercibido, anda seguro el camino. Hombre apercibido, medio combatido. Hombre atrevido, dura como vaso de vidrio. Hombre avariento, por uno pierde ciento. Hombre casado, pájaro enjaulado. Hombre celoso no tiene reposo. Hombre honrado, antes muerto que injuriado. Hombre mancebo, perdiendo gana seso. Hombre mendigo, nunca buen testigo. Hombre mujeriego, acaba consigo y con su dinero. Hombre porfiado, necio consumado. Hombre prevenido vale por dos. Hombre que apetece soledad, o tiene mucho de Dios, o de bestia brutal. Hombre sin pecado, en balde buscado. Honores cambian costumbres. Honra al bueno porque te honre, y al malo porque no te deshonre. Honra y vidrio no tienen más que un golpecito. Hoy casado, mañana cansado.
Hoy figura, mañana sepultura. Huélgome un poco, mas hilo mi copo. Huerto y molino, lo que dan no lo digas al vecino. Huésped que venga, de su pan hagamos tortas. Huéspedes de repente, ni me los mientes. Huéspedes vinieron y señores se hicieron. Huí de la ceniza y caí en las brasas. Huir y correr no es todo uno. Humo y mala cara sacan a la gente de casa. Huyendo del perejil, le nació en la frente. Huyendo del polvo di en el lodo. Ida por ida, más vale a la taberna que a la botica. Ignorante graduado, asno albardado. Imita a la hormiga, si quieres vivir sin fatiga. Ir a la guerra ni casar, no se ha de aconsejar. Ir contra corriente no es de hombre prudente. Ira de enamorados, amores doblados. Ira de hermanos, ira de diablos. Jarabe de pico, a muchos hico ricos. Jornada de mar no se puede tasar. Jóvenes y viejos, todos necesitamos consejos. Juega con el macaco, pero no le tires de la cola. Juez limpio de manos no acepta regalos. Jurado ha el baño, de negro no hacer blanco. Justicia sin benignidad no es justicia, sino crueldad. Justicia, mas no en mi casa. Juventud con hambre quisiera yo, y vejez con hartura no. Juventud licenciosa, vejez penosa. Juventud, calor y brío; vejez, tembladera y frío. Juzgan los enamorados que los demás tienen los ojos vendados. Júzgate a ti antes de juzgarme a mí. La abundancia da arrogancia. La abundancia hace señores; la carestía, ladrones. La abundancia temporal hace a los apetitos desatinar. La admiración es hija de la ignorancia.
La amistad del lobo con el perro, la paga el cordero. La amistad no tiene edad. La araña nació para hilar, y el hombre para trabajar. La ausencia es al amor lo que el fuego al aire: apaga el pequeño y aviva el grande. La barba no hace al filósofo. La bolsa del miserable, viene el diablo y la abre. La bolsa y la puerta, a los amigos abierta. La bondad, quien la tiene la da. La buena fama suena; la mala, truena. La buena hilandera, con el rabo del asno hila su tela. La cabeza blanca, y el seso por venir. La cama, caliente; la escudilla, reciente. La cara más fea, la alegría la hermosea. La caridad bien entendida empieza por uno mismo. La carne en el techo, y el hambre en el pecho. La carrera del tonto se aprende pronto. La casa envinada nunca sale de empeñada. La cera que va delante es la que alumbra. La codicia abre la puerta, y todos los males entran. La codicia no tiene desgaste, ni hay cosa que le baste. La compañía de la alpargata, que en el camino se desata. La compañía del ahorcado: ir con él y dejarle colgado. La corriente silenciosa es la más peligrosa. La cosa menos hallada es la más preciada. La costumbre de la grey tiene más fuerza que la ley. La cruz en los pechos, y el diablo en los hechos. La cuaresma y la justicia, en los pobres se ejecuta. La cura va bien, pero el ojo lo pierdes. La de treinta sin novio, humor de demonio. La desgracia a la puerta vela, y a la primera ocasión se cuela. La dicha que tarda, con más gusto se aguarda. La diligencia es madre de la buena ventura. La envidia del amigo, peor es que el odio del enemigo. La envidia y las fiebres, matan al que las padece. La experiencia es la madre de la ciencia.
La fiesta, con lo que sobre. La flor de la hermosura, como la flor de mayo dura. La fortuna es una veleta, nunca está quieta. La gallina de mi vecina más huevos pone que la mía. La hacienda bien ganada, con afán se guarda. La herida del amor sólo la cura quien la causó. La hermosa abrasa con sólo mirarla. La ingratitud seca la fuente de la piedad. La injuria, mejor olvidarla que vengarla. La ira es en vano sin una fuerte mano. La juventud es un estado del alma. La juventud tiene la fuerza, y la senectud la prudencia. La larga costumbre amansa el dolor. La leche, al pie de la vaca. La leña, cuanto más seca más arde. La ley del embudo: para mí lo ancho y para ti lo agudo. La ley, como la telaraña: suelta al ratón y a la mosca atrapa. La limosna callada es la que a Dios agrada. La lisonja hace amigos, y la verdad enemigos. La luna, de enero; amor, el primero. La luz y el estandarte, por delante. La mala cama hace la noche larga. La mala noticia llega volando; la buena, cojeando. La mala paga, aunque sea en paja. La mala vida arrugas cría. La mano cuerda no hace todo lo que dice la lengua. La manzana del señor, podrida, mas no comida. La manzana podrida pierde a su compañía. La mejor almohada es la conciencia sana. La mejor hora para comer es cuando hay hambre, habiendo qué. La mentira tiene las piernas cortas. La mocedad holgada trae la vejez trabajada. La moza del abad, que no cuece y tiene pan. La mucha conciencia es locura, si el buen seso no lo cura. La mucha miel empalaga.
La muerte y el juego no respetan estamentos. La mujer artera, el marido por delantera. La mujer blanca encubre ciento y una falta. La mujer buena y leal es un tesoro real. La mujer de buen marido siempre parece soltera. La mujer halagada no tiene espada. La mujer loca, por la vista compra la toca. La mujer placera dice de todos y todos de ella. La mujer pulida, la casa sucia y la puerta barrida. La mujer que a dos dice que quiere, a ambos engaña. La mujer que te quiere no dirá lo que en ti viere. La mujer rabicaliente, escrito lo trae en la frente. La mujer y el vino sacan al hombre de tino. La mujer y la espada, por otros deseada. La mujer y la tela no se han de escoger a la candela. La mujer, no por casada asegurada. La murmuración pasa, y la hacienda se queda en casa. La necesidad de mi casa nadie la pasa. La necesidad hace a la vieja trotar y al gotoso saltar. La necesidad hace maestro. La necesidad no conoce ley. La obra alaba al maestro. La oveja harta, del rabo hace manta. La palabra honesta, mucho vale y poco cuesta. La peña es dura, pero más recia es la cuña. La pera dura, el tiempo la madura. La pereza nunca hizo cosa bien hecha. La perseverancia todo lo alcanza. La piedra berroqueña, al año anda lisa al pasamano. La pobreza es escalera, al bueno del cielo y al malo del infierno. La ponzoña, en lo más dulce se da. La presta dádiva, su efecto dobla. La puerta pesada, puesta en el quicio no pesa nada. La que tiene buen marido, en la cara lo lleva escrito. La razón no quiere fuerza, ni la fuerza razón.
La reina de las abejas no tiene aguijón. La respuesta mansa, la ira quebranta. La sangre se hereda, el vicio se pega. La sangre tira. La soledad y la pobreza, mal están juntas. La tierra en donde te vaya bien, por tu patria ten. La tristeza que más duele es la que tras placer viene. La vanagloria florece, mas no engrandece. La vejez empieza cuando los recuerdos pesan más que las esperanzas. La verdad adelgaza, pero no quiebra. La verdad es perseguida, pero al fin nunca vencida. Labrador astuto, no labra tierra que no da fruto. Ládreme el perro y no me muerda. Lágrimas quebrantan peñas. Lamiendo culos subió Miguel, y ahora se lo lamen a él. Largos sermones, más mueven culos que corazones. Las cartas y las mujeres se van con quien ellas quieren. Las cosas bien pensadas, bien acertadas. Las cosas con voces argüidas, son mal definidas. Las cosas hechas con enojo, salen al ojo. Las cosas nuevas placen, y las viejas satisfacen. Las firmes amistades se hacen en las mocedades. Las gracias pierde quien promete y se detiene. Las leyes callan cuando hablan las armas. Las manos en la rueca, y los ojos en la puerta. Las palabras, buenas son, si así fuese la intención. Las palabras como miel, las obras como la hiel. Las penas son peores de pensar que de pasar. Las verdades de Perogrullo, que a la mano cerrada llamaba puño. Las visitas placer dan, si no cuando vienen, cuando se van. Lengua sabia, a nadie agravia. Lengüilargo, manicorto. Libertad y soltura no son con oro compradas. Libro cerrado no saca letrado. Limpia tu moco, y no harás poco.
Lisonja en lengua, malicia en seno. Llagas viejas, tarde sanan. Llave en cinto, hace bueno a mí y a mi vecino. Llenando la barriga, la pena se mitiga. Llevando cada camino un grano, hace la hormiga granero para todo el año. Llora tus penas y deja las ajenas. Llorando, engañó la mujer al diablo. Lo bien hecho, bien parece. Lo ganado poco a poco, mucho a mucho lo tira el loco. Lo mal adquirido se va por donde ha venido. Lo más acordado, más olvidado. Lo mejor de los dados es no jugarlos. Lo mejor es enemigo de lo bueno. Lo mismo es a cuestas que al hombro. Lo olvidado, ni agradecido ni pagado. Lo poco agrada, lo mucho enfada. Lo poco espanta, lo mucho amansa. Lo que a deseo viene, en más se tiene. Lo que abunda no daña. Lo que acobarda temor, avaricia lo estimula. Lo que apetecemos, por santo lo tenemos. Lo que atrás viene, rabo parece. Lo que con ira se hace, displace. Lo que de día se piensa, a la noche se sueña. Lo que de noche se hace, a la mañana aparece. Lo que del agua es, al agua se vuelve. Lo que Dios atrasa, Él se lo alcanza. Lo que el niño oyó en el hogar, eso dice en el portal. Lo que en la mocedad no se aprende, en la vejez mal se entiende. Lo que en tu vida no hicieres, de tus herederos no lo esperes. Lo que es de Dios, a la mano se viene. Lo que escasea, se desea. Lo que fue duro de pasar, pasado es dulce de recordar. Lo que fue, es y será. Lo que la fuerza no puede, ingenio lo vence.
Lo que la loba hace, al lobo le place. Lo que los ojos no ven, el corazón no lo desea. Lo que médicos desean, por su casa lo vean. Lo que mucho se desea, no se cree aunque se vea. Lo que mucho vale, mucho cuesta. Lo que no acontece en un año, acontece en un rato. Lo que no es de mi cuenta, ni me enfría ni me calienta. Lo que no has de comer, déjalo cocer. Lo que no ocurre hoy, puede ocurrir mañana. Lo que no quieres que se sepa, no lo digas a nadie. Lo que no se empieza no se acaba. Lo que no se hace en un año, se hace en un rato. Lo que otro suda, a mí poco me dura. Lo que para ti no quieres, para otro no lo quieras. Lo que pienses comprar no lo has de alabar. Lo que poseo, no lo deseo; lo que no poseo, todo cuanto veo. Lo que quisieres hacer, antes piénsalo. Lo que saben tres, sábelo toda res. Lo que se aprende en la cuna siempre dura. Lo que se dice al hogar, se platica en el umbral. Lo que se gana con afanes, lo heredan los holgazanes. Lo que se usa no se excusa. Lo que sobra, harta. Lo que te compón, busca y pon. Lo que te cubre te descubre. Lo que te dijere el espejo no te lo dirá el consejo. Lo que te ha tocado por suerte, no lo tengas por fuerte. Lo que todos dicen, algo debe ser. Lo que tú puedes hacer, nunca por otro lo hagas. Lo que uno desecha, a otro aprovecha. Lo que uno desecha, otro lo ruega. Lo que ve el ojo, lo desea el corazón. Lo rogado siempre es caro. Lobo hambriento no tiene asiento. Loca es la oveja que al lobo se confiesa.
Los aconsejadores del mal, igual pena merecen que los hacedores. Los amigos son para las ocasiones. Los amores entran riendo y salen llorando. Los casamientos y las riñas, deprisa. Los celos, a veces, despiertan a quien duerme. Los duelos, con pan son menos. Los frailes en jubón, hombres son. Los grandes sufrimientos no tienen lágrimas ni lamentos. Los muertos abren los ojos de los que viven. Los pesares envenenan la sangre. Los trapos sucios se lavan en casa. Los truenos y el mar enseñan a rezar. Los yerros por amores, dignos son de perdonar. Madre, casarme quiero, que dormir sola me da miedo. Madre, quiero casar, que ya alcanzo el vasar. Mal ajeno, pone en consuelo de no verse en lo mismo. Mal canta y bien le suena. Mal cena quien espera de mano ajena. Mal da quien no ha. Mal de cada rato no lo sufre perro ni gato. Mal de rico, poco daño y mucho trapito. Mal hace el que nada hace. Mal hago, yo lo pago. Mal juzga el arte el que en él no tiene parte. Mal me quieren mis comadres, porque digo las verdades. Mal o bien, tu dinero ten. Mal por mal, el más chico tomarás. Mal se cura la llaga mientras el hierro está dentro. Mal se puede, en poco rato, desechar el pelo malo. Mal su bolsa defiende quien a fiado vende. Mala y engañosa ciencia es juzgar por las apariencias. Malas palabras tiran de otras más, y las manos van detrás. Maldición de puta vieja, por donde sale, allí entra. Malo es aquel que cree que los demás lo son. Malo es errar, y peor perseverar.
Malo es gastar en putas, pero peor en disputas. Mandar y mandar, y al cabo nada dar. Mano cerrada debería ser cortada. Mano puesta, si no es ayuda lo deja en duda. Manos besa el hombre que querría ver cortadas. Manos calientes y corazón frío, amor perdido. Manos callosas, manos honrosas. Manos duchas comen truchas. Manos que no dais ¿qué esperáis? Marido en el lecho, siquiera contrahecho. Marido muerto, siete en puerta. Más ablanda el dinero que palabras de caballero. Más atan papeles que cordeles. Más barato es comprar que rogar. Más cura la dieta que la lanceta. Más discurre un enamorado que cien abogados. Más enseñan los desengaños que los años. Más es el ruido que las nueces. Más fácil es alcanzar que merecer. Más fuerte era Sansón, y le venció el amor. Más hace el que quiere que el que puede. Más matan las recetas que las escopetas. Más medra el pillo que el hombre sencillo. Más moscas se cazaron con miel que con hiel. Más mueren los confiados que los recatados. Más puede Dios que el diablo. Más pueden tretas que letras. Más querría favor que derecho ni justicia. Más quiero asno que me lleve, que caballo que me derrueque. Más quiero de mi cedazo un pan apretado, que de mi vecina un pan prestado. Más quiero en mi casa pan que en la ajena faisán. Más quiero libertad pobre que prisión rica. Más quiero mis palos que no tus regalos. Más quiero roer haba seguro y en paz, que comer mil manjares sin solaz. Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
Más sabe quien mucho anda que quien mucho vive. Más son los amenazados que los acuchillados. Más tira coño que soga. Más tiran dos tetas que dos carretas. Más tiran nalgas en lecho que bueyes en barbecho. Más trabajo enmendar que volver a empezar. Más vale a quien Dios ayuda, que quien mucho madruga. Más vale a voces que a coces. Más vale amenaza de necio que abrazo de traidor. Más vale año tardío que vacío. Más vale aprender viejo que morir necio. Más vale arte que ventura. Más vale avenencia que buena sentencia. Más vale bien de lejos que mal de cerca. Más vale buen amigo que mal marido. Más vale buena amiga que mala casada. Más vale buena esperanza que ruin posesión. Más vale buena queja que mala paga. Más vale bueno por fuerza que malo de grado. Más vale caer en torrente que en boca de la gente. Más vale callar que con necios altercar. Más vale callar que mal hablar. Más vale color en cara que mancilla en corazón. Más vale dedo de juez que palmo de abogado. Más vale deuda vieja que culpa nueva. Más vale el hombre que el nombre. Más vale entenderse a coplas, que echar mano a las manoplas. Más vale envidiado que compadecido. Más vale errar que no ensayar. Más vale hasta el tobillo que hasta el colodrillo. Más vale humo de mi casa, que de ajena brasa. Más vale lamiendo que mordiendo. Más vale llegar a tiempo que rondar un año. Más vale lo cierto que lo dudoso. Más vale mal concierto que buen pleito.
Más vale mucho saber que mucho tener. Más vale no pecar que a menudo confesar. Más vale pan con amor que gallina con dolor. Más vale perder lo servido, que la vida por cobrarlo. Más vale poco bien allegado que mucho robado. Más vale poco y bueno, que mucho y malo. Más vale prevenir que ser prevenidos. Más vale saber que haber. Más vale solo que mal acompañado. Más vale tarde que nunca. Más vale un día del discreto que toda la vida del necio. Más vale un pan con Dios que dos sin Él. Más vale un pan con paz que manjares con rencilla. Más vale un toma que dos te daré. Más vale una aguijonada que dos arres. Más vale una vez colorado que ciento amarillo. Más valen muchos pocos que pocos muchos. Más ven cuatro ojos que dos. Mátenme cuerdos, y no me den vida necios. Matrimonio y señorío, no quieren furia ni brío. Mayor gloria se alcanza defendiendo que acusando. Medicina que todo lo cura es locura. Médico bien pagado no quiere ver a su enfermo enterrado. Médico ignorante y negligente, mata al sano y al doliente. Médico jumento, cura a todos con el mismo ungüento. Médico sin ciencia, médico sin conciencia. Médico, manceba y criados, enemigos pagados. Mejor curó la herida que no se dio, que la dada que bien curó. Mejor es hombre sin dinero que dinero sin hombre. Mejor es pan duro que ninguno. Mejor es ser corregido por sabios que alabado por necios. Mejor no comenzar lo que no se puede acabar. Menea la cola el can no por ti, sino por el pan. Mentir y comer pescado piden cuidado. Mercader que su trato no entienda, cierre la tienda.
Mete la mano en tu seno, y no dirás de hado ajeno. Mi abuelo cien años vivió, y el uso sin abuso nunca lo vio. Mi casamiento es cosa de cuento: cuanto más se trata, más se desbarata. Mi marido es tamborilero; Dios me lo dio y así me lo quiero. Mi padre se llama hogaza, y yo me muero de hambre. Miembro doliente, reposo quiere. Mientras el discreto piensa, el necio hace la ciencia. Mientras el lobo caga, la oveja se escapa. Mientras el sabio piensa, hace el necio su hacienda. Mientras en mi casa estoy, rey me soy. Mientras lo piensa el cuerdo, lo hace el necio. Mira tus culpas y penas, y no mires las ajenas. Mis hechos, mis pregoneros. Mocedad sin bien, hace la vejez más negra que la pez. Modesto en la prosperidad, cuerdo en la adversidad. Montón que sacan y no ponen, pronto lo descomponen. Mucha conversación acarrea menosprecio. Mucha salud no es virtud. Muchas manos en el plato, pronto tocan a rebato. Mucho ahorro, poca conciencia. Mucho desorden trae mucho orden. Mucho dormir, mal vestir. Mucho estirar, hace hender o quebrar. Mucho papel y tinta, y poca justicia. Mucho pueden faldas cruzando antesalas. Mucho sabe la zorra, pero más quien la toma. Mucho te quiero, perrito, pero pan, poquito. Mucho va de ayer a hoy. Muchos amenes llegan al cielo. Muchos componedores descomponen la novia. Muchos hijos de un vientre, y cada cual de su miente. Muchos pocos hacen un mucho. Muchos son los amigos, y pocos los escogidos. Muda el lobo los dientes, mas no las mientes. Muera Marta, y muera harta.
Muerte, ni buscarla ni temerla. Muerto el perro, se acabó la rabia. Mujer graciosa vale más que hermosa. Mujer que poco hila, siempre mala camisa. Mujer, por lo que valga, no por lo que traiga. Muy callado o muy hablador, no sé cuál es peor. Nace en la huerta lo que no siembra el hortelano. Nada es tan bueno como lo ajeno. Nada más vales que el valor de tus reales. Nada tiene el que nada le basta. Nadar, nadar, y a la orilla ahogar. Nadie diga “bien estoy” sin añadir “hoy por hoy”. Nadie diga “no pensé”. Nadie es buen juez en causa propia. Nadie es profeta en su tierra. Nadie está contento con su suerte. Nadie nace enseñado, si no es a llorar. Nadie sabe lo que tiene cuando tiene de comer. Nadie se alabe de lo que no sabe. Necedad es contender con quien no puede vencer. Necedad será perder lo que bien se puede haber. Necios y porfiados hacen ricos a los letrados. Negocio que no deja, se deja. Negocios largos, nunca bien acabados. Ni a todos dar, ni de todos tomar. Ni alabes ni vituperes, sino al que mucho conocieres. Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa. Ni bebas agua que no veas, ni firmes carta que no leas. Ni buscar la muerte es valentía, ni huirla cobardía. Ni calentura con frío, ni siempre en casa el marido. Ni carbón ni leña no lo compres cuando hiela. Ni de zarza buen bocado, ni de mezquino buen dado. Ni del mal faltó inventor, ni del bien contradictor. Ni domingo sin sol, ni mocita sin amor. Ni en agosto caminar, ni en diciembre navegar.
Ni en la mocedad virtud, ni en la vejez salud. Ni fea que espante, ni hermosa que mate. Ni hagas cohecho, ni pierdas derecho. Ni hidalga con villano, ni villana con hidalgo. Ni hombre sin vicio, ni comida sin desperdicio. Ni me tengo en nada ni me falta nada, y vivo vida descansada. Ni mesa sin pan, ni ejército sin capitán. Ni mujer de otro, ni coces de potro. Ni reprender ausentes, ni adular presentes. Ni te abatas por pobreza, ni te ensalces por riqueza. Ninguno oye su ronquido, pero sí el de su vecino. Ninguno que tenga nariz llame a otro mocoso. Niño mimado, niño ingrato. Niño regalado, todo el tiempo airado. Niños y gente loca, la verdad en la boca. Niños y mujeres dan más disgustos que placeres. No alabes hasta que acabes. No alabes lo que no sabes. No aprovecha lo comido, sino lo digerido. No busques por amigo al rico y al noble, sino al bueno, aunque sea pobre. No cabíamos al fuego, y entró nuestro abuelo. No compra barato quien no ruega un rato. No conserva quien no aumenta. No creas al que de la feria viene, sino al que a ella vuelve. No creas sino lo que veas, y de esto la mitad creas. No da paso seguro quien corre por el muro. No dar respuesta, negativa cierta. No dé Dios a nuestros amigos tanto bien que nos desconozcan. No dejes lo bueno por lo hermoso, ni lo cierto por lo dudoso. No dejes lo ganado por lo que has de ganar. No dice más la lengua que lo que siente el corazón. No diga la lengua lo que pague la cabeza. No digas mal del año hasta que haya pasado. No digas tu menester a quien no te puede socorrer. No duerme quien algo debe.
No eches la gata en tu cama, o no la cocees después de echada. No era nada lo del ojo, y lo llevaba en la mano. No es amistad la que siempre pide y nunca da. No es bien corregido el que no es arrepentido. No es buen médico el que deshaucia al enfermo. No es de ahora el mal que no mejora. No es hermoso lo hermoso, es hermoso lo que agrada. No es hombre bueno el que no alaba lo bueno. No es lo mismo decir “moros vienen” que verlos venir. No es lo mismo predicar que dar trigo. No es mal ajeno el mal de tu amigo. No es mal amigo el que avisa. No es mal ardid, entrar riñendo donde os han de reñir. No es más grande el que más abulta. No es más rico el que más tiene, sino el que menos codicia. No es menos saber guardar que ganar. No es mujer bonita lo que el hombre necesita. No es nada lo meado, y calaba seis colchones. No es nada, que matan a mi marido. No es nadilla, y dábale el agua a la rodilla. No es oro todo lo que reluce. No es tan fiero el león como lo pintan. No es todo cantar cuanto ruido suena. No es todo harina lo que blanquea. No está el hombre donde anda, sino donde ama. No estorbar es a veces ayudar. No fíes de perro que cojea, ni de mujer que lloriquea. No hace poco quien se defiende de otro. No hagas bien al malo, y no te dará mal pago. No hagas cosa honesta que provechosa no sea. No hay agua más peligrosa que la que duerme. No hay año sin desengaño. No hay atajo sin trabajo. No hay bien conocido hasta que es perdido. No hay calvo tan calvo que se le vean los sesos.
No hay carnaval sin cuaresma. No hay como cantar mal para cantar mucho. No hay como un pringoso para ver manchas en otro. No hay compañero como el dinero. No hay cosa más barata que la que se compra. No hay cosa más buena que estarse uno en su celda. No hay cosa nueva que de contar no sea. No hay cosa que canse más que el trabajo, si no es el holgar. No hay cosa que fin no tenga, a la corta o a la luenga. No hay cosa que tarde o temprano no se sepa. No hay daño que no tenga apaño. No hay día sin lección. No hay duelo sin consuelo. No hay enemigo pequeño. No hay estopas para tapar tantas bocas. No hay hacienda sin contienda. No hay hierro tan mohoso que no pueda dorarse. No hay hombre tan contento que, teniendo noventa y nueve, no quiera ciento. No hay libro tan malo que no tenga algo bueno. No hay mal tan grave que, si no se acaba, no se acabe. No hay mal tan lastimero como no tener dinero. No hay mal tan malo que no resulte algo bueno. No hay mala palabra si no es a mal tenida. No hay manjar que no empalague ni vicio que no enfade. No hay más cruda guerra que entre hermanos y parientes. No hay mayor afán que muchos hijos y poco pan. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. No hay mayor dificultad que la poca voluntad. No hay mayor mal que el descontento de cada cual. No hay mejor andar que en tu casa estar. No hay mejor espejo que el amigo viejo. No hay mejor pariente que el amigo presente. No hay mejor reloj y campana que comer cuando hay gana. No hay mujer sin pero, ni sin tacha caballero. No hay ni puede haber, quien a otro no haya menester.
No hay nublado que dure un año. No hay pan sin afán. No hay pecado sin pena, ni bien sin galardón. No hay peor burla que la verdadera. No hay peor cuña que la de la misma madera. No hay peor saber que no querer. No hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague. No hay regla sin excepción. No hay río que no tenga vado, ni plazo que no llegue al cabo. No hay suerte más dura que servir a un necio puesto en altura. No hay tal jornada como cada uno en su casa. No hay tal maestro como fray ejemplo. No hay tal ventura como la que dura. No hay terciopelo que no se arrastre por el suelo. No hay tonto para su provecho. No hay vasija que mida los gustos, ni balanza que los iguale. No hay vicio sin suplicio. No hiere Dios a dos manos, que a la mar hizo puertos y a los ríos vados. No hizo Dios a quien desamparase. No las hagas y no las temas. No llames virtud a lo que te hace perder la salud. No mata la carga, sino la sobrecarga. No me importa lo que dices, Martín, sino el retintín. No me llama Dios por este camino. No mira Dios al don, sino a la intención. No mires quién te lo dice, sino lo que te dice. No muchas cosas mal aprendidas, sino pocas y bien sabidas. No muestre dientes quien morder no puede. No nació quien no erró. No ofende quien quiere, sino quien puede. No pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió. No pidas lo que negaste, ni niegues lo que pediste. No puede todo ser, dormir y guardar las eras. No quiero casarme, más quiero ser libre que cautivarme. No quiero decir quién eres, porque tú te lo dirás.
No quiero, no quiero, pero échamelo en el sombrero. No repara el mundo en quién es majadero, sino en quién no tiene dinero. No riñe tu amo porque no es casado. No sabe gobernar el que a todos quiere contentar. No se acuerda el cura de cuando fue sacristán. No se acuerda la suegra que fue nuera. No se cazan liebres al son del tambor. No se ganó Zamora en una hora. No se ha de exprimir tanto la naranja que amargue el zumo. No se hizo la miel para la boca del asno. No se pierde lo que se dilata. No se puede hacer el carro sin pisar el barro. No se queje de engaño quien por la muestra compró el paño. No se quiebra por delgado, sino por gordo y mal hilado. No seas como el agua, que se ensucia por limpiar a otro. No seas de hiel ni de miel, de un suave agridulce has de ser. No sirven sermones al que tiene malas inclinaciones. No son hombres todos los que mean en la pared. No te ensañes del castigo que no te da tu enemigo. No te fíes ligero de quien se dice compañero. No te metas en contienda, y no te quebrarán la cabeza. No te metas en juzgar, si no quieres errar. No te quemes la boca por comer pronto la sopa. No temas mal incierto, ni confíes en bien cierto. No temas mancha que sale con el agua. No templa cordura lo que destempla ventura. No toda mudanza es mejoría. No toda pregunta merece respuesta. No todo lo grande es bueno, pero todo lo bueno es grande. No todos los que llevan espuela tienen caballo. No yerra tanto el que yerra como el que en errar se empeña. Nos por lo ajeno, y el diablo por lo nuestro. Nunca “tiempo hay” hizo cosa buena. Nunca es tarde para hacer bien, haz hoy lo que no hiciste ayer. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Nunca extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta. Nunca falta un roto para un descosido. Nunca he ido donde nada se me ha perdido. Nunca llueve a gusto de todos. Nunca mucho costó poco. Obra empezada ya es mediada. Obra hecha, maestro al pozo. Obrar bien, que Dios es Dios. Obras son amores, y no buenas razones. Ocasión desaprovechada, necedad probada. Ocasión que pasó, pájaro que voló. Ocasión y tentación, madre e hija son. Ocasión y vergüenza, tienen ida y no tienen vuelta. Odia el delito y compadece al delincuente. Odios de mortales no deben ser inmortales. Oficio que no mantiene, bobo es quien lo tiene. Oficio que no sustenta tu vida, dale despedida. Ofrecer y no dar es lo mismo que robar. Oír, ver y callar y, preguntado, decir la verdad. Ojos hay que de legaña se enamoran. Ojos que ven, no envejecen. Ojos risueños, corazón contento. Olivo y aceituno, todo es uno. Oración de perro no va al cielo. Oro es lo que oro vale. Otro cría las gallinas, y vos coméis los pollos. Otro gallo le cantara, si buen camino tomara. Oveja que bala, bocado que pierde. Ovejita de Dios, el diablo te trasquile. Oye los consejos de todo el mundo, y sigue el tuyo. Oye primero y habla después. Oyendo, viendo y callando, con todos en paz me ando. Paciencia es paz y ciencia. Paciencia, hermanos, y moriremos viejos. Paciencia, y barajar.
Paga adelantada, paga viciada. Paga lo que debes y sabrás lo que tienes. Paga lo que debes, sanarás del mal que tienes. Pagar en tres pagas: tarde, mal y nunca. Pájaro durmiente, tarde le entra cebo en el vientre. Pájaro viejo no entra en jaula. Palabra de boca, piedra de honda. Palabras de lisonjero, son vanas y sin provecho. Palabras señaladas no quieren testigos. Palabras sin obras se venden barato. Palabras vanas, cascaras de avellanas. Palabras y plumas, el viento se las lleva. Palo amagado no hace daño. Pan ajeno, caro cuesta. Pan ajeno, hastío quita. Pan que sobre, carne que baste, y vino que falte. Panza llena y corazón contento, que todo lo demás es cuento. Para amenazar, basta con tener boca para hablar. Para aprender y tomar consejo, nunca se es viejo. Para aprender, lo principal es querer. Para cazar, andar y callar. Para el cobarde, o no hay suerte o le llega tarde. Para el mal que hoy acaba, no es remedio el de mañana. Para lo que no es de mi cuenta, lo mismo me da ocho que ochenta. Para los bobos se hizo la mala fortuna. Para los desgraciados se hizo la horca. Para los tontos, los libros son estorbos. Para no cobrar, más vale no fiar. Para próspera vida, arte, orden y medida. Para que en todas partes quepas, no hables lo que no sepas. Para ser amado, ama. Para su mal supo la hormiga volar. Para tener dineros, tenerlos. Para todo el mundo, buena conversación y lanza en puño. Para torear y para casarse, hay que arrimarse.
Para verdades, el tiempo, y para justicias, Dios. Pared en medio, amistad conserva. Parientes y señor, sin ellos es mejor. Pasan los días, y se sabe lo que no se sabía. Pasar de largo te conviene, en lo que no te va ni te viene. Paso a paso se llega lejos. Pedimos a Dios nos dé, pero no sabemos qué. Pedir sobrado, por salir con lo mediado. Peligro pasado, voto olvidado. Pena nueva, alivio es de la vieja. Peral que no tiene peras, pocas visitas espera. Perdido es quien tras perdido anda. Perdiz azorada, medio asada. Pereza es llave de pobreza. Pereza no es pobreza, pero por ahí se empieza. Pereza nunca levanta cabeza. Perrillo de muchas bodas, no come en ninguna por comer en todas. Perro callado, míralo con cuidado. Perro ladrador, poco mordedor. Peso y medida tienen en paz nuestra vida. Pez viejo no traga anzuelo. Picóme una araña, y atéme una sábana. Piedra y palabra no se recogen después de echadas. Pies enseñados a saltar, no saben quedos estar. Pies que andan, van donde el corazón manda. Placer bueno no cuesta dinero, placer malo siempre es caro. Pobreza no es vileza. Poca hiel hace amarga mucha miel. Poca lana, y en zarzas. Poca mala levadura corrompe toda la masa. Poca mi pretensión es: de esos dos que tenéis dadme tres. Pocas palabras cumplen al buen entendedor. Pocas veces acierta lo que el afecto concierta. Poco mal y bien quejado. Poco tienes y dichoso eres; si quieres más, no lo serás.
Poco veneno no mata. Pon cada día un grano y harás montón. Pon lo tuyo en concejo: unos dirán que es blanco y otros que es negro. Por arte empreñó el conejo a la vaca. Por carta de más o de menos se pierden los juegos. Por codicia del florín no te cases con ruin. Por culpa de la bestia mataron al obispo. Por decirse verdades se pierden las amistades. Por donde el hombre piensa atajar, suele más rodear. Por dondequiera que fueres, ten de tu parte a las mujeres. Por el alabado dejé el conocido, y vime arrepentido. Por el beso empieza eso. Por el cabo de la cuchara sube el gato a la olla. Por el canto se conoce el pájaro. Por el interés te quiero, Andrés. Por el interés, lo más feo hermoso es. Por el mucho reír se conoce al hombre necio. Por fuerza o de grado, hay que pasar por lo acostumbrado. Por grande, no dicen bueno. Por hacer bien, a veces viene mal. Por la caridad entró la peste. Por la confianza entra el engaño. Por la madre se besa al infante. Por la muestra se conoce el paño. Por las faldas se sube a las montañas. Por las obras, y no por el vestido, es el hombre conocido. Por lo pasado y lo presente, adivina lo que es prudente. Por lo que es loado el rico, es denostado el pobre. Por lo que uno tira, otro suspira. Por medios poco nobles buscan el mando los hombres. Por mejoría, mi casa dejaría. Por miedo de gorriones no se dejan de sembrar cañamones. Por mucho trigo nunca es mal año. Por poco mal decir se pierde gran amor. Por preguntar nada se pierde.
Por rico se puede tener el que con pobreza se aviene. Por ser leal padezco mal. Por tu corazón juzgarás el ajeno, en lo malo y en lo bueno. Por tu corazón llegarás al ajeno. Por un clavo se pierde la herradura. Por un gustazo, un trancazo. Por viejo que sea el barco, pasa una vez el vado. Porfía mata la caza. Porfiar, mas no apostar. Preso por mil, preso por mil quinientos. Presto es dicho lo que es bien dicho. Presumir y no valer es mascar sin comer. Primero es la camisa que el sayo. Primero es la obligación que la devoción. Principio quieren las cosas. Procura ser lo que quieres parecer. Prometer el oro y el moro, y al cabo nada todo. Prometer hasta meter y, una vez metido, nada de lo prometido. Prudencia, al que la tiene, muchos males previene. Puerco fiado, gruñe todo el año. Puerta abierta, al santo tienta. Puta me veas, y tú que lo seas. Quebrásteme la cabeza, y ahora me untas el casco. Quémese la casa y no salga humo. Queredme por lo que os quiero, y no me habléis de dinero. Queriendo la dama y el pretendiente, aunque no quiera la gente. Quien a hierro mata, a hierro muere. Quien a lo poco está ducho, no necesita mucho. Quien a mano ajena espera, mal yanta y peor cena. Quien a mi hijo desmoca, a mí besa en la boca. Quien a sí vence, a nadie teme. Quien a su prójimo engaña, a sí mismo se daña. Quien a tiempo huye, a tiempo acude. Quien a uno castiga, a ciento hostiga. Quien acecha por agujero, ve su duelo.
Quien aceite mensura, las manos se unta. Quien adelante no mira, atrás se queda. Quien al diablo quiere engañar, muy temprano se ha de levantar. Quien al malo defiende, al bueno ofende. Quien al pobre cierra la puerta, la del cielo no hallará abierta. Quien alaba al tonto la tontería, le hace más tonto todavía. Quien alquila su culo, no puede cagar cuando quiere. Quien ama el peligro, en él perece. Quien amaga y no da, miedo ha. Quien amenaza a su enemigo, no las tiene todas consigo. Quien amenaza, de su ira gasta. Quien ave quiere comer, primero le quita la pluma. Quien bien ama, bien desama. Quien bien aprende, aprende para siempre. Quien bien está, no se mueva. Quien bien me quiere, ése es mi pariente. Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can. Quien bien tiene y mal escoge, del mal que le venga no se enoje. Quien bien va, no tuerce. Quien boca ha, a Roma va. Quien burla al burlador, cien días gana de perdón. Quien busca, halla. Quien calla a lo que se pidió, dice que no. Quien calló, venció y lo que quiso vio. Quien castiga con ira, más se venga que castiga. Quien coma la carne, que roa el hueso. Quien compra el paraguas cuando llueve, en vez de seis le cuesta nueve. Quien con amor trabaja, al otro lleva ventaja. Quien con lobos anda, al año aúlla. Quien con locos se ha de entender, seso ha menester. Quien con muchos se casa, a todos enfada. Quien con necios se ha de entender, muy avisado ha de ser. Quien con niños se acuesta, mojado amanece. Quien con perros se echa, con pulgas se levanta. Quien da a los pobres, presta a Dios.
Quien da el consejo, da el tostón. Quien da, bien vende, si no es ruin el que prende. Quien de amigos carece, es porque no los merece. Quien de mozo no trota, de viejo galopa. Quien de otro se fía, llorará algún día. Quien de otros habla mal, a otros de ti lo hará. Quien de servilleta llega a mantel, ni Dios puede comer con él. Quien de tu mal no te advierte, mal te quiere. Quien deja camino por vereda, atrás se queda. Quien del alacrán está picado, la sombra le espanta. Quien del mundo sabe, a su puerta echa la llave. Quien desdeña la pera, comer quiere de ella. Quien desprecia, mercar quiere. Quien dice de mí, mírese a sí. Quien dice lo que quiere, escucha lo que no quiere. Quien dice lo suyo, mal callará lo ajeno. Quien dijo hermano, dijo herir con la mano. Quien el padre tiene alcalde, seguro va a juicio. Quien en lo llano tropieza ¿qué hará en la sierra? Quien en mesa ajena yanta, tarde se harta. Quien en ruin lugar hace viña, a cuestas saca la vendimia. Quien en un año quiere ser rico, al medio le ahorcan. Quien era soltero y es casado, de libre se ha hecho esclavo. Quien es ruin en su villa, también lo será en Sevilla. Quien escupe al cielo, en la cara le cae. Quien esté de ganancia, no baraje. Quien feo ama, hermoso le parece. Quien fía o promete, en deuda se mete. Quien guarda, halla. Quien guardar sabe, de la fortuna tiene la llave. Quien ha de dar, por los suyos ha de comenzar. Quien hace los mandados, que coma los bocados. Quien hace un cesto hace ciento. Quien haga fortuna, no se olvide de su cuna. Quien huye del trabajo, huye del descanso.
Quien injuria quiere vengar, su tiempo ha de esperar. Quien las cosas mucho apura, no tiene vida segura. Quien las espinas no siente, de aguijones no se cura. Quien lo ajeno toma, con su pan se lo coma. Quien lo poco despreció, a lo mucho no llegó. Quien los labios se muerde, más gana que pierde. Quien machaca, algo saca. Quien mal adquiere para bien gastar, no es de loar ni de envidiar. Quien mal casa, tarde enviuda. Quien mal dice, peor oye. Quien mal hace, aborrece la claridad. Quien mal piensa, mal tenga. Quien mala cama hace, en ella se yace. Quien malas uñas ha, tarde o nunca las perderá. Quien malos caminos anda, malos abrojos halla. Quien malos pasos anda, malos polvos levanta. Quien manda no ruega. Quien más adula hace más fortuna. Quien más mira, menos ve. Quien más sabe, más duda. Quien más tiene, más quiere. Quien mata a un león ausente, se espanta del ratón presente. Quien me trasquiló a mí, tijeras tiene para ti. Quien me visita me hace un favor; quien no me visita, dos. Quien menos procura, alcanza más bien. Quien menos trabaja, más se ufana. Quien menos vale, más presume. Quien mete el hocico en todo, a veces se llena de lodo. Quien muchas cosas emprende, pocas acaba. Quien mucho amenaza, el miedo tiene en casa. Quien mucho dice, mucho se desdice. Quien mucho duerme, poco aprende. Quien mucho ha de andar, mucho ha de probar. Quien mucho habla, mucho yerra. Quien mucho llora, su mal empeora.
Quien mucho los fines mira, no acomete grandes hechos. Quien mucho pide, nada alcanza. Quien mucho promete, poco da. Quien mucho se abaja, el culo enseña. Quien muy cortés se te viene, engañarte quiere. Quien nace en pajar, en pajar quiere acabar. Quien no abre los ojos, tiene que abrir el bolsillo. Quien no adoba gotera, deshace la casa entera. Quien no anuncia cada día, no vende su mercancía. Quien no asegura, no prende. Quien no aventura, no gana. Quien no buscó amigos en la alegría, en la desgracia no los pida. Quien no calla lo suyo, ¿cómo callará lo tuyo? Quien no castiga al murmurador, causa le da para ser peor. Quien no castigó culito, no castiga culazo. Quien no conoce abuela, no conoce cosa buena. Quien no da lo que vale, no toma lo que desea. Quien no entiende por razones, entienda por cojones. Quien no es bueno para sí ¿cómo lo ha de ser para otro? Quien no miente, no viene de buena gente. Quien no mira sus tachas, llama a las otras borrachas. Quien no monta a caballo, del caballo nunca se cae. Quien no oye consejo, no llega a viejo. Quien no parece, perece. Quien no puede ser vicioso, se pregona por virtuoso. Quien no sabe aguantar, no sabe alcanzar. Quien no sabe callar, no sabe hablar. Quien no sabe de mal, no sabe de bien. Quien no sabe ganar, no sabe guardar. Quien no sabe mañas, no come castañas. Quien no sabe pedir, no sabe vivir. Quien no sabe qué es guerra, vaya a ella. Quien no se alaba, de ruin se muere. Quien no se arriesga, no pasa la mar. Quien no se aventura, no ha ventura.
Quien no te conoce, ése te compre. Quien no tiene dinero, no puede andar placentero. Quien no tiene marido, consigo misma se acuesta. Quien no tuviere qué hacer, arme navío o tome mujer. Quien nueces quiere comer, las cáscaras ha de romper. Quien paga débito, gana crédito. Quien paga, descansa. Quien paga, manda. Quien pide con timidez, invita a negar. Quien pierde el primer punto, pierde mucho. Quien poco sabe, presto lo reza. Quien poco tiene y eso da, pronto se arrepentirá. Quien porfía, si no alcanza hoy alcanza otro día. Quien posee, no pleitee. Quien pregunta, no yerra. Quien presto se determina, despacio se arrepiente. Quien pueda ser suyo, no sea enajenado. Quien quiera bien vivir, de todo se ha de reír. Quien quiera medrar, la lengua ha de manejar. Quien quiera peces, que se moje el culo. Quien quiera saber si su casa es buena, viva un mes en la ajena. Quien quiera ser mucho tiempo viejo, comience presto. Quien quiera tener mozo fiel, que a sí mismo se sirva él. Quien quiera vivir en paz, que esté dispuesto a pelear. Quien quiere la hija, halague a la madre. Quien quiere la rosa, aunque le punce no se enoja. Quien quiere mal a los suyos, no querrá a ninguno. Quien quiere mula sin tacha, a pie se anda. Quien quita consejo, dé consejo. Quien quita la ocasión, quita el pecado. Quien recibe, a dar se obliga. Quien ríe ahora, mañana llora. Quien ríe demasiado, es tonto confirmado. Quien sabe ceder, sabe vencer. Quien se abate a poco, no perdonará lo mucho.
Quien se arrebata, su pro no cata. Quien se asegura, dura. Quien se deja amenazar, se dejará abofetear. Quien se enfurece, si no es loco lo parece. Quien se enoja, dos trabajos toma. Quien se excusa, se acusa. Quien se tiñe la barba, sólo a sí engaña. Quien se viene a mesa puesta, no sabe lo que cuesta. Quien se viste de ruin paño, dos veces se viste al año. Quien siembra en el camino, cansa los bueyes y pierde el trigo. Quien siembra odio, recoge venganza. Quien siembra vientos, recoge tempestades. Quien siempre me miente, nunca me engaña. Quien sirve al diablo, tal será el pago como el amo. Quien sólo fía en su dinero, es un majadero. Quien su mal encubrió, de ello murió. Quien sube más de lo que podía, cae más de lo que creía. Quien suda, a su salud ayuda. Quien tarde se levanta, todo el día trota. Quien te adula, su bien y tu mal busca. Quien te engríe, de ti se ríe. Quien te hace fiestas que no te suele hacer, o te quiere engañar o te ha menester. Quien te pregunta, a calarte apunta. Quien teme a la muerte no goza la vida. Quien tiene arte, va a toda parte. Quien tiene boca, no diga a otro sopla. Quien tiene compañero, tiene amo. Quien tiene cuatro y gasta cinco, no necesita bolsillo. Quien tiene din, tiene don. Quien tiene el tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino. Quien tiene enemigos, no duerma. Quien tiene higueras, tiene amigos de los higos. Quien tiene mal trasero nunca está quedo. Quien tiene mujer, tiene lo que ha menester. Quien tiene un amigo tiene un tesoro.
Quien tiene vergüenza, ni come ni almuerza. Quien todo lo niega, todo lo confiesa. Quien todo lo ofrece, todo lo niega. Quien todo lo quiere, todo lo pierde. Quien toma, dar debe. Quien trabaja, come pan, y quien no, salmón y faisán. Quien tras otro cabalga, no ensilla cuando quiere. Quien tropieza y no cae, dos pasos adelanta. Quien tropieza, a aprender empieza. Quien un mal hábito adquiere, esclavo de él vive y muere. Quien usos nuevos pone, a muchas censuras se expone. Quien va despacio y con tiento, hace dos cosas a un tiempo. Quien va y vuelve hace buen viaje. Quien verdad no me cree, verdad no me dice. Quien vive de ilusiones, de desengaños muere. Quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda. Quita la causa y quitarás el pecado. Rabo por rabo, más vale propio que extraño. Rara es la mujer hermosa sin un ramito de loca. Rascar por delante y desollar por detrás, es de hijos de Satanás. Real ahorrado, real ganado. Refrán verdadero: quien más sirve, vale menos. Regalos, regalos ¿a cuántos hicisteis malos? Regla y compás, cuanto más, más. Reinos y dineros no quieren compañeros. Remedio para no empobrecer, comprar lo forzoso y no lo que no es menester. Remienda tu paño y pasarás tu año. Rencillas entre amantes, mayor amor que antes. Reniego de bacín de oro en que se ha de escupir sangre. Reniego de cuentas con deudos y deudas. Reniego del árbol que a palos ha de dar el fruto. Reniego del sano que habla como enfermo. Reniego del sermón que acaba en daca. Renovarse, o morir. Reprende las vidas ajenas con tu ejemplo, no con tu entendimiento.
Reprensión dura, más hiere que cura. Respetos guardan respetos. Responder al airado es echar leña al fuego. Retirarse a tiempo es de sabios. Rey de mi casa me soy, y donde no me llaman, no voy. Rico es quien nada debe y se pasa como puede. Rico verás al lisonjero, y pobre al hombre sincero. Riñen las comadres, y dícense las verdades. Riñen los amantes, y se quieren más que antes. Riqueza aparente, y sabiduría fingida, pronto se sabe que son mentira. Rogar a Dios por santos, mas no por tantos. Rompióse el cesto, y acabóse el parentesco. Ruego a secas, poco vale. Ruego de rey, mandato es. Ruego y derecho hacen el hecho. Ruin es el rico avariento, mas peor es el pobre soberbio. Ruin pájaro, ruin cantar. Ruin vendrá que bueno me hará. Rumboso arruinado, en soledad dejado. Saber lo que basta. Saber mucho y decir tonterías, se ve todos los días. Saberlo ganar y saberlo gastar, eso es disfrutar. Saca tu cruz a la calle, y verás otra más grande. Salga el sol por Antequera, y póngase por donde quiera. Salomón, que tanto sabía, de los niños aprendía. Salud no es conocida sino cuando es perdida. Salud y alegría, belleza crían; atavío y afeite, cuestan dinero y mienten. Sardina que lleva el gato, no vuelve al plato. Sarna con gusto no pica. Se es de donde se pace, y no de donde se nace. Se irá lo amado, y quedará lo descolorado. Sea yo merino, siquiera de un molino. Secreto bien guardado, el que a nadie se ha contado. Según sea su natural, da el consejo cada cual. Sembrar en la arena es perder la simiente.
Señor, por quien tú eres, no se acaben las mujeres. Ser buen mercader, más está en saber comprar que en saber vender. Ser rico y salvarse, cosa notable. Sermón, discurso y visita, media horita. Servidor lisonjero, a su señor engaña. Servil, ser vil. Si a lisonjeros prestas oído, ya estás perdido. Si a los suyos ayuda el diablo, es para su daño. Si al airado contradices, ponte la mano en las narices. Si ayer eras don Nadie, y hoy don Alguien eres ¿qué más quieres? Si bien me quieres, Juan, tus obras me lo dirán. Si bien me quieres, trátame como sueles. Si buena cuchillada me dio, buena pedrada di a su perro. Si cazares, no te alabes; si no cazares, no te enfades. Si comiste o no comiste, tú a la mesa estuviste. Si conoces que vas perdido, muda consejo y camino. Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro. Si de ésta escapo y no muero, nunca más bodas al cielo. Si de nada sirve el palo, malo. Si Dios de ésta me escapa, nunca me cubrirá tal capa. Si el avariento fuera sol, nadie tendría luz ni calor. Si el corazón fuera de acero, no lo venciera el dinero. Si el dinero a Dios prefieres, pobre eres. Si el mal no fuese sentido, el bien no sería conocido. Si el que no trabaja no comiera, barato el trigo estuviera. Si en conciencia me lo pones, ganado lo tengo. Si entre burros te ves, rebuzna alguna vez. Si es de oro la ganzúa, no hay cerradura segura. Si la locura fueran dolores, en cada casa se darían voces. Si la mar se casara, no sería tan brava. Si la olla de tu vecino quieres probar, la tuya no has de tapar. Si las quieres pasar felices, no analices. Si le quieres enemigo, presta dinero al amigo. Si lo que quieres parecer fueras, cuánto más valieras. Si malo es Pascual, nunca faltará quien le haga mal.
Si me lo has de dar, no me lo hagas desear. Si me quebré el pie, fue por mi bien. Si me quiere, con esta cara; si no, vaya. Si no canta el gallo, cantará la gallina. Si no decís la verdad, es vileza; si la decís, quebraros han la cabeza. Si no eres casto, sé cauto. Si no hago lo que veo, me meo. Si no hay ganancia, cerca está la pérdida. Si no hubiera aduladores, no habría malos señores. Si no puedes lo que quieres, quiere lo que puedes. Si no quieres desazones, no entres en congregaciones. Si no tienes dinero en la bolsa, ten miel en la boca. Si quieres bien casar, casa con tu igual. Si quieres buen criado, sírvete a ti mismo. Si quieres hablando no errar, primero pensar que hablar. Si quieres hacer buen trato, nunca compres lo barato. Si quieres que el cielo cante, la caridad por delante. Si quieres que te estimen, no te prodigues. Si quieres que tu enemigo vaya al infierno, dale a administrar bienes ajenos. Si quieres saber lo que vale un ducado, pídelo prestado. Si quieres saber quién eres, pregúntale a tu vecino. Si quieres saber quién es Gil, dale la vara de alguacil. Si quieres ser bien servido, sírvete a ti mismo. Si quieres vivir sano, hazte viejo temprano. Si quieres vivir sano, no te importe lo humano. Si te fuiste, hazte cuenta que moriste. Si trabajé para otros, y no para mí, necio fui. Si tras este que ando mato, tres me faltan para cuatro. Si tu mujer quiere que te tires del tejado, pídele a Dios que sea bajo. Si ves a un hombre cargado, no preguntes si es casado. Siembra obras buenas, y recogerás frutos de ellas. Siembra quien habla, y recoge quien calla. Siempre dicen mal los que bien no saben. Siempre halla el hombre lo que no busca. Siempre quiebra el hilo por lo más fino.
Siempre te quise bien y nunca te hice bien. Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. Siéntate en tu lugar y no te harán levantar. Siervo de otro se hace, quien dice su secreto a quien no lo sabe. Sin amar y sin yantar, nadie puede pasar. Sin bolsa llena, ni rubia ni morena. Sin buena lanza, no te metas en danza. Sin conocer, amor no puede haber. Sin espuela y sin freno ¿qué caballo hay bueno? Sin noticias, buenas noticias. Sin tacha ninguna, no hay mujer ni mula. Sin venilla de loco, el hombre vale poco. Sirve como siervo, o huye como ciervo. Sobre dinero no hay compañero. Sobre gustos no hay nada escrito. Sobre negro no hay tintura. Sobre padre no hay compadre. Socorro tardío, socorro baldío. Sueño sosegado no teme nublado. Súfrase quien penas tiene, que tiempo tras tiempo viene. Sufre lo poco, para no venir a sufrir lo mucho. Sufre por saber, y trabaja por tener. Tal amigo harás, que te dirá las tachas que has. Tal cabeza, tal sentencia. Tal hora, el corazón brama aunque la lengua calla. Talento y belleza todo en una pieza, gran rareza. Tan mala memoria tengo que, si te vi, no me acuerdo. Tan pobre muere el Papa como el que no tiene capa. Tanto como el que no tiene, desea el que tiene. Tanto decís, que creo que mentís. Tanto quiso el diablo a sus hijos, que les sacó los ojos. Tanto va el cántaro a la fuente, que allí deja el asa o la frente. Tanto vale el hombre cuanto vale su nombre. Tarea que agrada, pronto está acabada. Te casaron, te cazaron.
Temprano se recoge quien tarde se convierte. Ten a todos por amigos, y a uno por compañero. Ten limpia tu acera, y téngala tu vecino como quiera. Ten qué dar y te vendrán a buscar; ponte a pedir, y verás a la gente huir. Tener amor y tener seso ¿cómo puede ser eso? Tener la cosa y perderla, más duele que no tenerla. Tengamos paz, y guerra quien la quisiere. Tiempo desperdiciado, nunca recobrado. Tiempo pasado siempre es deseado. Tiempo pasado, jamás tornado. Tiempo pasado, siempre loado. Tiempo vendrá que el desnudo se vestirá. Tiempo vendrá que el triste se alegrará. Tiempos hay de acometer y tiempos de retirar. Tiene ventura el que la procura. Toda criatura torna a su natura. Todo el año holgaba, y las pascuas hilaba. Todo extremo es vicioso, sólo el medio es virtuoso. Todo lo aguanta el papel, hasta que se limpian con él. Todo talante tiene su semejante. Todos los cojos son amigos de saltar, por su falta disimular. Todos los días olla, amarga el caldo. Todos somos caballeros, pero mi capa no aparece. Todos somos liberales de lo ajeno. Todos son parientes del rico; del pobre, ni conocidos. Toma al tiempo como viene y a los hombres como son, y no tendrás desazón. Toma la corriente desde la fuente. Trabajar y no medrar, gran pesar. Trabajo y economía son la mejor lotería. Tras diez días de ayunque de herrero, duerme al son el perro. Tras poco caudal, mala ventura. Trata a todos con bondad, pero no con familiaridad. Tres cosas echan al hombre de casa fuera: el humo, la gotera y la mujer vocinglera. Tripa vacía, corazón sin alegría. Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía.
Tropezar y no caer, buen aviso es. Tu boca a todos, tu bolsa a muy pocos. Tu camisón no sepa tu intención. Tu joroba bien la oteo, la mía es la que no veo. Tu médico sea cristiano, y tu abogado pagano. Tú que no puedes, llévame a cuestas. Tú señor y yo administrador ¿a quién de los dos le irá mejor? Tu tiempo se irá y el mío vendrá. Un alma sola, ni canta ni llora. Un buen no salva la bolsa y tranquiliza el corazón. Un buen balance libra de un mal percance. Un buen morir honra un largo vivir. Un clavo saca otro clavo. Un cuchillo afila otro. Un desorden no lleva al hospital, mas dos lo harán. Un día cada año, ser loco no hace daño. Un día enseña a otro. Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Un hombre vale por ciento, y ciento no valen uno. Un huevo, y ése bien cacareado. Un loco hace ciento. Un ojo en la sartén, y otro a la gata. Un puerco enlodado enlodará todo el rebaño. Un solo acto no hace hábito. Una a una se cogen las aceitunas. Una aguja para la bolsa, y dos para la boca. Una buena acción, se olvida; una mala, nunca en la vida. Una buena capa todo lo tapa. Una en el año, y ésa en tu daño. Una golondrina no hace verano, ni una virtud al bienaventurado. Una gran fortuna es una gran servidumbre. Una mentira, de ciento tira. Una onza de tiento vale más que una libra de talento. Una vez salí y diez me arrepentí. Una vez se engaña al prudente, y dos al inocente.
Uno dice por la boca, otro tiene el corazón. Uno envidiando y otro adulando, fuéronse al infierno ambos. Uno levanta la caza y otro la mata. Uno que no gastas, dos que ahorras. Unos comen el agraz y otros tienen la dentera. Unos dicen lo que saben y otros saben lo que dicen. Usar la mano hace escribano. Uso hace maestro. Uso nuevo entierra al viejo. Va la palabra de boca en boca, como el pájaro de hoja en hoja. Vaca de muchos, bien ordeñada y mal alimentada. Valiente de boca, ligero de pies. Vana es la beldad, si con ella no hay bondad. Vase el bien al bien, y el mal al mal. Vecina, bocina. Ven acá, te ayudaré a levantar. Venga a nos el tu reino, y tu voluntad haremos. Venus duerme si Marte vela. Viejo que con moza se casa, de cornudo no escapa. Viejo soy y viejo serás: cual me ves, te verás. Viendo venir el canto, no hiere tanto. Viénete Dios a ver, y no lo sabes conocer. Villano terco y cazurro, nunca cae de su burro. Vinos y amores, los viejos son los mejores. Virtudes vencen señales. Visita cada día, a la semana hastía. Visita rara, convidado amable. Vista larga, lengua corta, y huir de lo que no te importa. Vive conmigo y busca quien te mantenga. Vivir bien es lo que importa, que la vida es corta. Vivirás buena vida si refrenas tu ira. Voluntad es vida. Vuela alto vanagloria, y cae al suelo hecha escoria. Ya que el agua no va al molino, vaya el molino al agua. Ya que la casa se quema, calentémonos en ella.
Ya se murió el emprestar, que lo mató el no pagar. Yegua parada, prado halla. Yerro es no creer, y culpa creerlo todo. Yo dueña y vos doncella ¿quién barrerá la casa? Yo duro y vos duro ¿quién llevará lo maduro? Yo me entiendo y bailo solo. Yo no duermo si tú velas, que los dos aprendimos en la misma escuela. Yo que no duermo, a todos doy mal sueño. Yo sé que me sé, y de esto callarme he. Yo voy a donde Papa ni emperador no puedan enviar a su embajador.