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Microrrelatos

1er Premio Me revolví inquieta entre las sábanas de seda. Tu ausencia marcaba cada subida y bajada de mi pecho al respirar, en mis venas latía un fuego líquido que aullaba tu nombre allí donde el pulso se dejaba notar. resultados del concurso

Cada movimiento del segundero del reloj se clavaba en mi piel, creando un cerco violáceo en lo más profundo de mi ser, ¿dónde estás, amor? Mi cerebro trabajaba a mil por hora, repitiendo cada palabra que te había dicho, cada mirada que te había dirigido, intentando buscar respuesta a tu ausencia. Ahora tan sólo existías en mis recuerdos. Recordar la manera en que tu cálido aliento rozaba mi piel, esa forma en la enredabas tu mano en mi pelo y la pasión brutal con la que a mi maltrecho corazón. Todo lo que tengo son preguntas, sin respuestas. Todo lo que tengo es el recuerdo de tu piel sobre mi piel, nada más. Todo lo que poseo es la marca llameante de tus besos en el cuello, fuego sobre fuego. acero, y mi corazón se marchitará dentro de mi pecho, provocándome la lenta y dolorosa muerte de no haber visto el ardor de tus ojos por última vez. Lea Palermo

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Instrucciones para la reencarnación Primer paso: morir. En caso de que se desee una resurrección simbólica, basta con eliminar de uno mismo todos aquellos elementos que se consideren sobrantes. Para ello se necesita absoluta concentración. Comience a pensar en aquellos errores del pasado, los perdones olvidados y los remordimientos amargos. Seguidamente arroje dichos virus al agujero del olvido. Se desconoce el tiempo

2do Premio

note la ausencia de virus, quizás después de muchos años, debe realizar una introspección (preferiblemente de alta calidad), en busca de posibles amenazas con miras al futuro, como puedan ser nuevas equivocaciones o sentimientos negativos. Seguidamente deshágase de expresiones como “si retrocediera en el tiempo…”, “nunca más volveré a…” y “le odio”. Olvídese del olvido. Si ahora se siente vacío, absténgase del suicidio. Si piensa que usted no importa nada imagínese el valor que tendrán sus cenizas entre toda la porquería del mundo. Éste es el mejor momento para iniciar el segundo paso. La reencarnación no consiste en desear transformarse en Marlon Brando, así que los sueños los reservaremos para las 12 de la noche. La infancia es un buen recurso para levantar el ánimo, pero en caso de que eso quede muy lejos, es preferible llenar la mente de arco iris y cielos despejados. Tome nota de algunos valores que le aconsejamos aprehender: respeto, amabilidad, espontaneidad, frescura… Seguramente la sociedad en la que habite se ocupará de enseñarle a convivir civilizadamente, a perseguir una meta, a veces inalcanzable, o enamorarse de otra persona y a luchar por todo esto último. Si ha conseguido llegar a este punto, enhorabuena, ya es usted una persona nueva. No obstante, procure seguir el cursillo de mantenimiento adjunto a la vida: el gimnasio, los cosméticos y el dentista se venden por separado. Basado en las obras “Instrucciones...” de Julio Cortázar - Alberto Richart

La Vie en Rose Un acordeonista toca su instrumento desde su estratégica ubicación en el centro del paso subterráneo. ¡Anda, “La vie en rose”, cuánto tiempo! Pues hará lo menos veinte años...Aquel verano la ponían hasta en la sopa. ¡Qué bien lo pasé! ¿Qué habrá sido de aquel chico? ¿Cómo se llamaba? Tiene narices: nos pasamos veinte días sin salir prácticamente de la cama y no recuerdo su nombre. Pero sí que me acuerdo de él, ya lo creo. Estaba como un queso. Si lo viera, seguro que lo reconocía. Era de Zaragoza, me parece. Al volver a casa nadie entendía que no me hubiera tomado el sol. No iba a decirles a mis padres que solo salía a partir de las seis de la tarde...No toca mal. No sé por qué se habrá puesto aquí, que no pasa casi nadie. Ese tío que viene y yo. No está mal. Un poco fondón, un poco calvo, pero tiene un polvo... jovencita que era. Ya no he vuelto a pasar un verano como aquel. Era de aquí, creo. ¡Mira que si me la encuentro!...Qué chorrada, probablemente estará casada, gorda y con un montón de hijos. ¡Cómo me tomaban el pelo los amigos al volver a Zaragoza! “Macho, tú no te has acercado a la playa, estás blanco; y más chupao que la pipa de un indio. Cuenta, cuenta...” La tía ésa me mira. Pues no esta nada mal. Cuarentona, pero se conserva. Tiene un polvo. Alfredo Vizcaíno Martí - Alumno de La Nau Gran

Locura Salto a la siguiente raya blanca. El negro provoca en mí el desaliento. Golpeó con fuerza el charco que mojará mi calcetín. Miro a través pita y me hace luces naranjas. Lo comprendo, pero no deseo entenderlo. Corro, intentando que mi sombra no me pille. A veces jugamos y a mí siempre me toca ser la víctima, la presa de sangre deliciosamente fresca y roja, de tierna carne nacarada, de músculos tensos y rosados. Ese pensamiento sin luz me acongoja más y echo a correr, tirando el paraguas al barro marrón, sintiendo de golpe la lluvia contra mi rostro, el corazón contra mi pecho, el aliento despedirse en vaho blanco y helado. El caminar del resto de gente es como una mancha borrosa de color que se retuerce a mis lados, como la sombra que me persigue, que sombra parece que se ha marchado. Miro el suelo, ella suele estar ahí, sintiendo mi miedo. Pero yo no quiero encerrarme en la oscuridad y enciendo la luz. Me reverbero en los espejos de toda la sala y en todos ellos está la sombra, contra la pared, contra el techo, el suelo… en mi misma. Y me quedó quieta. En algún momento a de marcharse… ¿no? Arantxa Comes

Camí únic Obscur, tot està a fosques. No veus res, els teus ulls no poden ni tant sòls distingir siluetes. Ja no et veus ni a tu mateix. La teua ment imagina les coses, la realitat desapareix i es transforma en ombres i contorns imaginaris. Estàs sola, no hi ha ningú més, el fred penetra a través de la teua pell i una gran por inunda tot el teu ser. no saps que pot passar, cap on et pot portar. Prefereixes seguir les ombres, la por i l’angoixa son tant fortes que no pots més que girar el cap i mirar de nou l’obscuritat. Però un dia decideixes que ja està bé, no pots seguir en la foscor. T’omplis de valor, et rebel·les i comences a anar cap a la llum. La por és molt gran però ja no pots aguantar més. Ha arribat el moment de canviar, d’eixir de l’obscuritat per a no tornar mai més. Agafes el telèfon i marques el número de la policia. Denuncies d’una vegada per totes, el canalla que et maltracta. Eixe que deia que t’estimava... Apostes per la llum, els color, el calor. La teua vida comença una altra vegada, una nova oportunitat per fer i ser tot allò que havies imaginat. L’obscuritat ha acabat per sempre, mai més tornarà. Les teues forces són llum clara. Joan Andreu Quiles

Adivina, adivinanza Lo recuerdo bien, sucedió cuando apenas teníamos ocho años, estábamos en el centro del circo romano o en un bunker de no sé que guerra. Esperad creo que no fue tan épico. Puede ser (quizás lo más probable) que nos encontráramos en un salón de familia media decorado por el ojo sano de un mono heroinómano, licenciado eso sí, en ventadepañuelología, especializado en mentolados. Bueno el caso es que no recuerdo nada de esta historia pero juro ante Dios y todos mis cromos que así fue. Estaba allí nuestro padre el escritor, esto si es verdad, aunque no sabemos todavía si aquel hombre es nuestro padre pero escritor si era ya que estaba escribiendo. “Diosa griega del amor, ocho letras” oíamos de fondo mi hermano y yo mientras jugábamos a las adivinanzas para escapar del tedio. -“Jaaaa no lo sabeeeeeeeeeee, bueno te doy una pista es inmaterial, no se crea ni se destruye, viaja muy rápido, y surge de una fuente” (que cosas saben los niños) -“Ya sé, la luz” -“ Eeeee..., esto... no tonto, claro que no, esta cosa es inherente a la oscuridad ¿te rindes?” (que vocabulario teníamos de niños lástima que con la edad lo hemos ido perdiendo. Claro ahora no leemos a Teo va de bibliotecas. -“Me rindo”. -“Es...una luz apagada”. -“¿Y una luz apagada no sigue siendo una luz? Rosa Torres

Castillos Me despierto. Por la ventana entra el sol. Desayuno y bajo a la playa. El día es espléndido y me pongo a pasear por la orilla del mar. De pronto veo a unos críos construyéndose un castillo de arena. Me paro y pienso qué feliz que se es cuando construyes tu primer castillo. Sigo andando y observo a dos jóvenes tumbados en la arena, acariciándose y besándose. Qué felicidad, me digo. Cómo se disfruta construyendo el castillo de tu primer amor. Qué bien me está sentando el paseo. Al rato veo un matrimonio con dos hijos, los cuatro arrodillados en la arena, jugando, disfrutando, riendo, y realizando –como no –el correspondiente castillo .Hay que ver, en el transcurso de la vida, cuántos castillos construimos. Los hay de arena, de amor en el aire, de ilusiones. Pero qué feliz se es cuando los estás construyendo. Unos te salen bien, otros están en el aire,… Luego, el correr de los años te va situando en la tierra. Estoy acabando mi paseo. De regreso, contemplo una pareja más o menos de mi edad, sentados en sus sillas, cogidos de la mano, mirándose con esa mirada relajada y feliz que da la edad madura. Me quedo mirándolos disimuladamente, y mi cuerpo se estremece mientras pienso cuán feliz yo había sido mientras vivió mi esposa. Ahora me dirijo a comer, a la fonda que se encuentra en los bajos de mi último castillo. La regenta la sra. Gertrudis que te guisa unas comidas y cenas de rechupete. Después me retiraré a mis aposentos a esperar que al día siguiente el sol vuelva a entrar por mi ventana. Enrique Pérez de Tudela Perales - Alumno de la Nau Gran.

Jugant amb globus Ella és Nil , morena, jove, guapa i trista. Trista perquè les seues esperances han sigut arrossegades per un mar ferotge. Per això, continua en aquella platja de colors blaus apagats, quasi grisos, esperant a que arribe del no-rés una gavina amb un sac ple de felicitat i d’il·lusions renovades. Per a així començar una nova vida i gaudir-la amb tota la intensitat de l’univers. i desaparèixer entre tots els núvols que cobreixen el món. Però, per sort, gaudeix de moments que li aporten un xicotet i curt somriure, moments que li fan oblidar les seues penes encara que siga durant una mil·lèsima de segon. Eixos moments no els canviaria per res... A ella li agrada jugar amb globus. També de color blau, com la platja, com el cel, com el mar que li ha furtat la vida. Blau marí, blau cel, blau turquesa, cobalt, elèctric, anyil, de Prússia, indi, ceruli... Nil sempre corre per l’arena com si encara tinguera cinc anys porte el més alt possible mentre ella el té ben agafat amb un cordell de seda que es va trobar en una roca. sense que Nil es donara compte. Alba Mª Escrivà Cucarella

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