JUNIO 2020
Bogotá D.C. · ISSN: 2390-0830 · Año 5 · Ejemplar No.65 · revista@cristovision.org
"TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA..." (Mt. 16, 13:20)
EL MUNDO SE APOYA EN LA FE DE FRANCISCO odo lo que hemos vivido desencadenó en la humanidad una gran decepción frente a los ídolos, estrellas y vedets del mundo. Y era de esperarse, pues estos no pueden ofrecer nada más que emociones pasajeras. Torrente de decepción que encontró un cause de ánimo y esperanza en las Eucaristías, palabras y acciones del que da testimonio supremo de Jesucristo: el Santo Padre. No hay duda, fuimos y somos testigos de la fe del Vicario de Cristo. Esta revista en la fiesta de los Santos apóstoles Pedro y Pablo hace un reconocimiento de la fe en Jesús que evidenció el Papa Francisco.
Padre: Ramón Zambrano Echeverri padreramon@cristovision.org @Padreramonzam Canal: Padre Ramón Zambrano 317 647 9531
María Madre del gran comunicador Venimos con profunda fe y humildad los cristianos del nuevo milenio para poner en tus manos al Canal Cristovisión. Infúndenos sabiduría para usar las nuevas tecnologías al servicio del evangelio que salva y da la auténtica felicidad. Tú, que contemplaste a tu hijo y adoraste cada una de sus palabras y acciones, enséñanos a ver el mundo con los ojos de Jesús. Bendice a todas las personas que colaboran con las obras de comunicación católica a través de la radio, la televisión, la internet y la prensa para que, con valor y perseverancia, no desfallezcan en el llamado que Dios les ha hecho de sembrar la semilla del Reino en el corazón del hombre de hoy. Ayúdanos Madre y Reina de Colombia a acercarnos, a escuchar y a dar esperanza a nuestros hermanos; así construiremos la paz y la reconciliación en nuestro país. Amén.
EDITORIAL
¿Habíamos olvidado que enfermamos y morimos?
Mons. Julio Solórzano Director revista@cristovision.org
a pandemia de Covid19 nos ha hecho experimentar la durísima realidad de la peste. La creíamos patrimonio de la humanidad del pasado. De hecho, la habíamos olvidado. Nosotros tenemos ciencia, tecnología, comunicaciones y estilos de vida cada vez más seguros y saludables. La noticia de nuestra vulnerabilidad y fragilidad nos tomó por sorpresa. ¿Habíamos olvidado que enfermamos y morimos? Hay historiadores que sostienen que el crecimiento exponencial del cristianismo a lo largo de su historia tiene un factor determinante: la peste. Y no por ella misma sino porque su aparición hacía que los sanos huyeran o se encerraran. Abandonaban a los enfermos a su suerte miserable. Este escenario cambió por que surgieron seres humanos que no huían ni se encerraban, aterrados ante el dolor y la muerte. Eran personas que no tenían miedo a la muerte. Dieron en llamarlos: cristianos. Creían que su Señor Jesucristo en el colmo del amor se había entregado hasta el dolor y la muerte para salvarnos a todos. Así que siguiendo el camino del Evangelio, miles de los discípulos de Jesús entregaron su vida en el servicio misericordioso a sus hermanos. A ellos los animaba la fe en la Muerte y Resurrección de Jesucristo. Esta
fe los hacia caminar con la esperanza puesta en la vida eterna prometida por Jesús y los abrazaba en el fuego de su amor. Una legión de santos recibió la corona de la gloria al morir como Cristo, por sus hermanos. Esta fue la verdadera y más eficaz predicación de la fe cristiana. Hoy aislarnos para no ser contagiados y así no contagiar a los demás es cumplir a cabalidad el mandamiento del amor. De muchas otras maneras, empezando por la oración y la caridad, podemos anunciar el evangelio de Jesucristo. Al celebrar la fiesta del Corazón de Jesús recordemos que en su misericordia confiamos y que estamos seguros de que su corazón es nuestro hogar y nuestro refugio. Tenemos también en nuestro mes la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. El uno confirma en la fe a sus hermanos y el otro anuncia el Evangelio a las naciones. Unámonos en la plegaria por el Papa Francisco. Que el Buen Pastor le dé la gracia de seguir anunciando el Evangelio y acompañando en la Misericordia a toda la humanidad en este momento de sufrimientos e incertidumbres.
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“Para los cristianos, las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que las de la buena noticia, partiendo de la «Buena Nueva» por excelencia: el «Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios»” (Mc 1,1). Director: Monseñor Julio Solórzano Editores: Javier Hernando Aguillón Juan A. García R.
CONSEJO SUPERIOR • Conferencia Episcopal Colombiana • Arquidiócesis de Bogotá
Gerente: Rolfi Rozo Villamizar Director de Comunicaciones: Carlos Andrés Blanco
• Diócesis de Fontibón • Diócesis de Engativá
Director CRM: Julián David Molina J.
• Diócesis de Soacha • Diócesis de Zipaquirá • Diócesis de Facatativá • Obispado Castrense • Orden de los Dominicos, Provincia de San Luis Bertrán de Colombia • Instituto Misionero Hijas de San Pablo • Orden Agustinos Recoletos • Sociedad Salesiana Inspectoría de Bogotá • Corporación Minuto de Dios
Diseño: Freang Restrepo N. Carolina Zambrano P. Agradecemos la colaboración en las reflexiones de los evangelios: Padre Gonzalo Gómez, Sacerdote Eudista Padre Andrés Giovanny Macana Daza. A los servicios informativos de: Catholic.net, Vatican.va J U NI O 2020
• Universidad Santo Tomás Bucaramanga
Bogotá D.C. · ISSN: 2390-0830 · Año 5 · Ejemplar No.65 · revista@cristovision.org
"TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA..."
• Universidad Agustiniana
(Mt. 16, 13:20)
• Comunidad Franciscana Provincia de la Santa Fe • Acción Cultural Popular, ACPO • Padre Ramón Zambrano Echeverri
Portada: El Papa Francisco besa los pies del Crucifijo de la gran peste, durante la bendición Urbi et Orbi el 27 marzo 2020.
Director General Fundación Cristovisión
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Impresión: Panamericana Formas e Impresos S.A. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación sin la expresa autorización del Canal Cristovisión. La Revista Cristovisión es una publicación mensual del Canal Cristovisión. Distribución: Cristovisión Copyright © 2019.
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“recen por mi” Francisco
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¿Es posible mantener la calma ante la pandemia?? 7 tweets del papa francisco sobre la confesión Conoce más del papa y su misión Catequesis del Papa Juan Pablo II un pontificado de records Primera comunión: ¿sacramento o fiesta? ¿ Sabes qué son los ciclos litúrgicos ? Examen para saber si vives estas virtudes Óbolo de San Pedro Lecturas Santa Misa Junio Santa María Virgen, Madre de la Iglesia Santos Marcelino y Pedro, mártires. San Carlos Lwanga y Compañeros, mártires San Bonifacio, obispo y mártir San Norberto, obispo La Santísima Trinidad El Santo Rosario San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia San Bernabé, apóstol San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia El Cuerpo y La Sangre Santísimos de Cristo – Corpus Christi Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote Sagrado Corazón de Jesús El Inmaculado Corazón de Santa María Virgen San Paulino De Nola, obispo Santos Juan Fisher, obispo y Tomas Moro, mártires Nacimiento de San Juan Bautista San Josemaría Escrivá de Balaguer, presbítero San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia Santos Pedro y Pablo, apóstoles Los Santos Protomártires de la Iglesia de Roma Coronilla de la Divina Misericordia Preguntas y respuestas sobre nuestra fe Oracional
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¿ES POSIBLE MANTENER LA CALMA ANTE LA PANDEMIA?? • TERESA DE JESÚS TIENE LA CLAVE • www.primeroscristianos.com
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ada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa… Sólo Dios basta. Situaciones como las que enfrenta hoy el mundo ante la pandemia del Covid-19 pueden generar muchos sentimientos de angustia y de miedo con diversas preguntas: ¿qué pasará con mis seres queridos?, ¿qué hago si caen enfermos o si yo me enfermo?, ¿Podré perder mi trabajo?, etc Ante ello, ¿Cómo mantener la calma, tener paz?… Santa Teresa de Jesús, la mística, doctora de la Iglesia y reformadora del Carmelo tiene la clave; y la tiene en su famoso poema “NADA TE TURBE”, que incluso han convertido en canción y ha sido interpretado en muy variadas melodías. El poema de la carmelita: “Es un salmo sapiencial, hay que leerlo dejándole flecharnos el alma con el dardo de cada verso, cargado de resonancias, que desde cada sentencia nos devuelve a las sendas de la propia vida, sendas a veces tortuosas, a veces encrespadas o espinadas (…) Es un salmo íntimo, nos introduce en el alma de la autora, que se va diciendo a sí misma: ‘Teresa, que nada te turbe (…)'”. Asimismo, en el poema permanecen tres absolutos que son: “nada, nada, nada; todo, todo, ¡sólo Dios!”, es decir, sólo Dios colma y calma todo. Tres veces nada, nada, nada. Dos veces el todo, todo: ‘todo se pasa / todo lo alcanza’, y una vez sola, pero cerrando el poema en el verso final: ‘¡sólo Dios!’ y punto. O ‘sólo Dios’ y basta. A continuación el poema de Santa Teresa de Ávila … para leer y meditar con pausa: Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda,
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La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta. Volveral al índice índice Volver
Eleva el pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes, Nada te turbe. A Jesucristo sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, Nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, Todo se pasa. Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas, Dios no se muda. Ámala cual merece Bondad inmensa; pero no hay amor fino Sin la paciencia. Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera Todo lo alcanza. Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores Quien a Dios tiene. Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios su tesoro, Nada le falta. Id, pues, bienes del mundo; id, dichas vanas, aunque todo lo pierda, Sólo Dios basta. Volver al al índice Volver índice
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7 T WE E T S DE L • P A P A FRAN C I SCO
SOBRE LA CONFESIÓN Papa Francisco
@Pontifex_es
No hay pecado que Dios no pueda perdonar. Basta que pidamos perdón. Señor, concédenos la gracia de reconocernos pecadores. Todos somos pecadores, llamados a la conversión del corazón. En la cruz de Jesús se puede ver toda la fuerza del mal, pero tambien toda la omnipotencia de la misericordia de Dios. Jesús comprende nuestras debilidades, nuestros pecados, y si nos dejamos perdonar Él nos perdona. No podemos confiar sólo en nuestras fuerzas, sino en Jesús y su misericordia. El señor siempre nos perdona y nos acompaña. Es cuestión nuestra dejarnos perdonar y acompañar.
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• E SPE C IA L PA PA •
C O N O C E
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M Á S
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PAPA Y SU MISIÓN
esde el Vaticano el Papa gobierna a la Iglesia universal. Allí van los obispos y peregrinos del mundo entero, unos para reunirse con el Papa, otros tan solo para tener la dicha de poder rezar con él en señal de comunión y amor. La misión del Papa es la confiada a Pedro, según los Evangelios: Jesucristo le dio las “llaves del Reino de los Cielos”, con el poder de “atar y desatar” (cfr. Mt 16, 19), para “confirmar a los hermanos en la fe” (cfr. Lc 22, 32) y “apacentar su rebaño” (cfr. Jn 21, 15-17). O sea, es un servicio a la unidad de la Iglesia en la fe y en la comunión. Se resume en dos aspectos: enseñanza y gobierno. Los católicos profesamos obediencia al Papa, como legítimo sucesor de Pedro, y le consideramos el representante de nuestro Señor Jesucristo aquí en la tierra. Ante esta afirmación algunos hoy en día se preguntan: ¿De dónde viene la autoridad del Papa? ¿No es solo un hombre? ¿Infalible significa que el Papa no puede equivocarse? SI CRISTO ES CABEZA DE LA IGLESIA, ¿POR QUÉ DECIMOS QUE SAN PEDRO ES EL JEFE DE LA IGLESIA?
En varios lugares de la Escritura consta que Cristo nombró a San Pedro Jefe de la Iglesia: Cristo, al instituir a los Doce, "formó una especie de colegio o grupo estable y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él" (LG 19). (Catecismo de la Iglesia Católica, cc. 880) El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente de él, la piedra de su Iglesia. Le
entregó las llaves de ella (cf. Mt 16, 18-19); lo instituyó pastor de todo el rebaño (cf. Jn 21, 15-17). "Consta que también el colegio de los apóstoles, unido a su cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro" (LG 22). Este oficio pastoral de Pedro y de los demás Apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa por los obispos bajo el primado del Papa. (Catecismo de la Iglesia Católica, cc. 881).
El Papa se llama Vicario de Cristo porque hace sus veces en el gobierno de la Iglesia.
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¿POR QUÉ EL PAPA ES EL SUCESOR DE SAN PEDRO? El Papa es el legítimo sucesor de San Pedro, porque Cristo nombró a San Pedro jefe de su Iglesia. Pedro, por voluntad divina estableció su residencia en Roma. Y así, por disposición divina, quien le sucede como Obispo de Roma, le sucede también en el gobierno de la Iglesia. (Catecismo de la Iglesia Católica, cc. 882) ¿CUÁL ES LA MISIÓN DEL PAPA?
tiene, por institución divina, la potestad plena, suprema, inmediata y universal. (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, cc. 182) El Obispo de la Iglesia Romana, en quien permanece la función que el Señor encomendó singularmente a Pedro, primero entre los Apóstoles, y que había de transmitirle a sus sucesores, es Cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia Universal en la tierra; el cual, por tanto, tiene en virtud de su función, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente." (Código de derecho canónico, canon 331). ¿CUÁL ES LA MISIÓN PERMANENTE DE SAN PEDRO?
Las ciudades antiguas estaban rodeadas de murallas. Y entregar las llaves que daban acceso a las murallas equivalía a dar poder sobre la ciudad. La expresión dar las llaves equivale a darle el poder supremo sobre su Iglesia, a la que muchas veces llama 'reino de los cielos'. El Papa, Obispo de Roma y sucesor de san Pedro, es el perpetuo y visible principio y fundamento de la unidad de la Iglesia. Es el Vicario de Cristo, cabeza del colegio de los obispos y pastor de toda la Iglesia, sobre la que
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Hacer que la Iglesia no se identifique jamás con una sola nación, con una sola cultura o con un solo Estado. Que sea siempre la Iglesia de todos. Que reúna a la humanidad por encima de todas las fronteras y, en medio de las divisiones de este mundo, haga presente la paz de Dios, la fuerza reconciliadora de su amor. En medio de esta unidad externa, basada en las cosas materiales, tenemos gran necesidad de unidad interior, que proviene de la paz de Dios, unidad de todos los que, mediante Jesucristo, se han convertido en hermanos y hermanas. Esta es la misión permanente de san Pedro y también la tarea particular encomendada a la Iglesia de Roma. (Benedicto XVI, Homilía del 29 de junio de 2008)
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¿QUÉ SIGNIFICA QUE EL PAPA ES VICARIO DE CRISTO? El Papa se llama Vicario de Cristo porque hace sus veces en el gobierno de la Iglesia. Vicario (Catecismo de la Iglesia Católica, viene de las palabras latinas: vi- cc.890) ces agere, hacer las veces. Cabeza visible de la Iglesia, porque la que libera, Cristo ha dotado a los rige con la misma autoridad de pastores con el carisma de infaCristo, que es la Cabeza invisi- libilidad en materia de fe y de ble. (Catecismo de la Iglesia Ca- costumbres. El Romano Pontífice, cabeza del tólica, cc. 882) colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ¿POR QUÉ SE LE LLAMA ministerio cuando, como Pastor SUMO PONTÍFICE? y Maestro supremo de todos los Sumo Pontífice significa sumo fieles que confirma en la fe a sus sacerdote porque tiene en su hermanos, proclama por un acto poder todos los poderes espiri- definitivo la doctrina en cuestiotuales con que Cristo enrique- nes de fe y moral [...] (Catecismo ció a su Iglesia. El Sumo Pontí- de la Iglesia Católica, cc. 891) fice, obispo de Roma y sucesor ¿CUÁNDO SE EJERCE LA de san Pedro, "es el principio y INFALIBILIDAD DEL fundamento perpetuo y visible MAGISTERIO? de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los La infalibilidad del Magisterio se fieles"(Lumen Gentium 23) Esta Iglesia Católica es romana. ejerce cuando el Romano PontífiYo saboreo esta palabra: ¡roma- ce, en virtud de su autoridad de na! Me siento romano, porque Supremo Pastor de la Iglesia, o el romano quiere decir universal, colegio de los obispos en comucatólico; porque me lleva a que- nión con el Papa, sobre todo reurer tiernamente al Papa, il dol- nido en un Concilio Ecuménico, ce Cristo in terra como gustaba proclaman con acto definitivo repetir Santa Catalina de Siena. una doctrina referente a la fe o a la moral; y también cuando el (Amar a la Iglesia, 28) Papa y los obispos, en su Magis¿INFALIBLE SIGNIFICA QUE terio ordinario, concuerdan en proponer una doctrina como deEL PAPA NO PUEDE EQUIfinitiva. Todo fiel debe adherirse VOCARSE EN NADA? a tales enseñanzas con el obsePara velar para que el Pueblo de quio de la fe. (Compendio del Dios permanezca en la verdad Catecismo de la Iglesia Católica, cc. 185)
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Catequesis del Papa
Que Dios convierta a los Judas de hoy, mafiosos y usureros que explotan a los necesitados
ecemos por la gente que R en esta época de pandemia hace comercio con los necesitados. Se aprovechan de las necesidades de los demás y los venden: los mafiosos, los usureros y muchos otros. Que el Señor toque sus corazones y los convierta.
Francisco comentó el Evangelio de Mateo 26, 14-25, aún hoy - dice el Papa - hay Judas, gente que traiciona, incluso a sus seres queridos, vendiéndolos, por sus propios intereses. También hoy hay gente que quiere servir a Dios y al dinero, explotadores ocultos, aparentemente impecables, pero que
comercian con la gente: venden al projimo. Judas dejó unos discípulos, discípulos del diablo. Judas era apegado al dinero: quien ama demasiado el dinero, traiciona. Pero es traicionado por el diablo, que es un mal pagador y deja en la desesperación. Y termina ahorcándose. El Papa piensa en los muchos Judas institucionalizados que hoy en día explotan a las personas y también en los pequeños Judas que hay dentro de nosotros: cada uno de nosotros tiene la posibilidad de traicionar, por amor al dinero o a los bienes.
El Papa: que el silencio de este tiempo nos enseñe a escuchar
l Santo Padre pidió para que, E en este tiempo de pandemia y caracterizado por un nuevo si-
lencio, podamos crecer en nuestra capacidad de escucha. El Pontífice habló de la armonía que reinaba en la primera comunidad cristiana: el Espíritu Santo es capaz de hacer maravillas si somos dóciles y si le dejamos vencer tres tenta-
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ciones que dividen a las comunidades: el dinero, la vanidad y las habladurías. Pablo, en la Primera Carta a los Corintios, en el capítulo 11, se queja: “He oído que hay divisiones entre ustedes”: empiezan las divisiones internas en las comunidades. Este “ideal” debe ser alcanzado, pero
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no es fácil: hay muchas cosas que dividen a una comunidad, ya sea una parroquia cristiana o una comunidad diocesana o presbiteral o de religiosos o religiosas... muchas cosas entran para dividir a la comunidad. Viendo las cosas que han dividido a las primeras comunidades cristianas, yo encuentro tres: primero, el dinero. Cuando el apóstol Santiago dice esto, que no tiene ningún favoritismo personal, da un ejemplo porque “si en su iglesia, en su asamblea, entra un hombre con un anillo de oro, lo ponen inmediatamente adelante, y el pobre queda al margen”. El dinero. El mismo Pablo dice lo mismo: “Los ricos traen comida y comen, ellos, y los pobres, de pie”, los dejamos allí como para decirles: “Arréglate como puedas”. El dinero divide, el amor al dinero divide la comunidad, divide la Iglesia. Muchas veces, en la historia de la Iglesia, donde hay desviaciones doctrinales - no siempre, sin embargo, muchas veces - hay dinero detrás: dinero del poder, tanto el poder político como el dinero en efectivo, pero es dinero. El dinero divide a la comunidad. Por esta razón, la pobreza es la madre de la comunidad, la pobreza es el muro que protege a la comunidad. El dinero divide, el interés propio. Incluso en las familias: ¿cuántas familias terminaron divididas por una herencia? ¿Cuántas familias? Y ya no se hablaban... Cuántas familias... Una herencia... Se dividen: el dinero divide. Otra cosa que divide a una comunidad es la vanidad, ese deseo
de sentirse mejor que los demás. “Gracias, Señor, porque no soy como los demás”, la oración del fariseo. Vanidad, sentirme que... Y también vanidad en mostrarse, vanidad en los hábitos, en el vestir: cuántas veces – no siempre pero sí cuántas veces – la celebración de un sacramento es un ejemplo de vanidad, quién va con la mejor ropa, quién hace eso y lo otro... Vanidad... la mayor fiesta... La vanidad entra ahí también. Y la vanidad divide. Porque la vanidad te lleva a ser un pavo real y donde hay un pavo real, hay división, siempre. Una tercera cosa que divide a una comunidad son las habladurías: no es la primera vez que lo digo, pero es la realidad. Y es la realidad. Esa cosa que el diablo pone en nosotros, como una necesidad de hablar de los demás. “Qué buena persona es esa...” - “Sí, sí, pero, pero...”: inmediatamente el “pero”: es una piedra para descalificar al otro e inmediatamente algo que oigo decir y así disminuyo un poco al otro.
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• JUAN PABLO II • UN PONTIFICADO
DE RECORDS Durante su pontificado, el Papa Juan Pablo II:
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Viajó un total de 1.247,613 kilómetros, ó 3,24 veces la distancia de la Tierra a la Luna, en viajes papales dentro y fuera de Italia Realizó 104 viajes fuera de Italia Visitó 129 países y territorios diferentes Realizó 146 viajes en Italia Realizó 301 visitas a parroquias en Roma Pasó 822 días, más de dos años y tres meses, fuera del Vaticano Leyó más de 20 mil discursos Leyó casi 100 mil páginas de discursos Celebró más de mil 160 audiencias generales en el Vaticano a las que asistieron más de 17,64 millones de personas. Emitió más de 100 documentos importantes, incluyendo 14 encíclicas, 45 cartas apostólicas y 14 exhortaciones apostólicas. Beatificó a mil 338 personas, más que todos sus predecesores en los últimos cuatro siglos juntos. Canonizó a 482 personas, más que todos sus predecesores en los últimos cuatro siglos juntos Creó 231 cardenales, de los que 183 siguen vivos y 119 tienen menos de 80 años y pueden participar en el cónclave que elegirá a un nuevo Papa. De estos 119, 116 han sido nombrados por Juan Pablo II y sólo tres por Pablo VI, cuyo pontificado fue de 1963 a 1978 reunido con más de mil 590 jefes de Estado o de Gobierno. La mayor multitud reunida en una misa papal fue unos cuatro millones de personas en Manila en 1995. El menor número de personas que acudieron a una misa papal fue de unas 200 durante un viaje a los países nórdicos en 1989.
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PRIMER A C OMUNIÓN: ¿SACRAMENTO O FIESTA?
Por LaFamilia.info
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s frecuente encontrarnos con casos en que la Primera Comunión se celebra como una ocasión social y no como una celebración espiritual. Y gran parte del problema surge en casa. Por un lado se les enseña el verdadero significado de la celebración; mientras la familia prepara una opulenta fiesta dejando a un lado el sentido religioso y espiritual, lo que hace que los niños asocien la Primera Comunión con un cumpleaños o evento social. Como padres tenemos una gran responsabilidad en la educación de la fe de nuestros hijos y la Primera Comunión en uno de los momentos más significativos en este proceso. Debemos ser coherentes y saber orientar a nuestros pequeños para evitar que las cosas superfluas opaquen la grandeza de este sacramento. Así lo apunta el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández: "Es bueno encontrarse, compartir esa alegría entre toda la familia", pero "la mejor manera de ayudar a estos niños es entrar en la verdad de lo que celebramos". LA FIESTA Y LOS REGALOS El Obispo también anima a los padres a "evitar atiborrar a los niños con regalos" porque "el mejor regalo, el único insustituible es Jesús y ninguna otra cosa debiera distraer en este día la
atención de los niños". Sabemos que cualquier niño se deslumbra ante un regalo y por eso el momento de su Primera Comunión le puede ser tan atractivo; lo cual es apenas lógico, son aún pequeños, están comenzando un camino de crecimiento espiritual y su escala de valores se encuentra en construcción. Pero los adultos son los responsables de reorientar sus deseos y pensamientos, enfocándose en el sentido único de la celebración. Por tanto, podemos darles obsequios sin despilfarrar. Lo mismo sucede con la fiesta, la cual debe ser un encuentro familiar y sencillo, que se prepara de manera especial para celebrar que nuestro hijo recibirá a Jesús en su alma y corazón, así debemos explicárselo y darle a entender que todo lo demás es accesorio. LA PRIMERA COMUNIÓN NO DEBER SER LA ÚLTIMA Como su nombre lo dice, “Primera” Comunión quiere decir que la tarea continúa. De nada sirve que toda la familia gire alrededor de la celebración meses antes y después de la esperada fecha, todo siga como si nada hubiera pasado. Ahora, tanto los padres como los hijos, deben adquirir compromisos, como acudir a la misa dominical y participar en los diferentes ritos religiosos. En este punto el ejemplo de los mayores es determinante.
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¿ S A B E S
Q U É
S O N
L O S
CICLOS LITÚRGICOS?
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a Iglesia ha dividido las lecturas bíblicas en tres ciclos: A, B, y C. Es decir si una persona participa atentamente en la misa dominical durante tres años habrá escuchado prácticamente toda la Sagrada Escritura. También escuchará un poco más completamente toda la Biblia en un espacio de dos años si participa en la misa diaria todos los días laborables. Durante estos días feriales, las civil 2019, automáticamente se lecturas se dividen en dos gru- regresa al ciclo A, que es el de pos que se van alternando se- este 2020. gún sea el año: Año par o año Recordemos que cada ciclo impar. En cuanto al evangelio empieza con el inicio de cada dominical el orden de los ciclos año litúrgico, es decir con el priA, B, C, coincide con los tres mer domingo de Adviento. primeros evangelios del Nuevo Surge entonces la pregunta Testamento, los EVANGELIOS ¿Cuándo se lee el Evangelio de SINÓPTICOS; es decir durante San Juan? El Evangelio de San el ciclo A se leerá cada domingo Juan se lee durante el tiempo de el evangelio según san Mateo, Pascua especialmente y esto dudurante el ciclo B se leerá cada rante los tres ciclos. domingo el evangelio según san Cuando una persona no puede Marcos y durante el ciclo C se participar en la misa durante leerá cada domingo el evangelio la semana puede, por lo mesegún san Lucas. nos, leer las lecturas bíblicas de Y cuando acaba el ciclo C, en el las celebraciones eucarísticas que estábamos durante el año diarias de los tiempos fuertes:
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Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua; y las lecturas bíblicas de las celebraciones eucarísticas entre semana del tiempo ordinario. ¿Por qué a éste tiempo del año litúrgico se le dice ordinario? Porque “ordinario” hace referencia lo que ordinariamente solía hacer o enseñar Jesucristo. Esta distribución litúrgica de la palabra de Dios tanto para los días domingos como para los días feriales es igual para toda la Iglesia en cualquier rincón del mundo.
Del mismo modo, la suma de los dígitos de 2021 es 5, o es decir, 3 + 2. Entonces se aplica el ciclo B. Y 2022 se convierte en el ciclo C nuevamente porque la suma de sus dígitos es 6, que es un múltiplo de 3. Y así sucesivamente. Es como si el ciclo comenzara en el primer año de conteo cristiano: el año 1 habría sido el ciclo A; año 2, ciclo B; año 3, ciclo C; y los años 6, 9, 12, 15 … otra vez el ciclo C.
¿Cómo saber si el ciclo litúrgico actual es A, B o C?
Cada ciclo comienza con su año litúrgico, es decir, desde la primera semana de Adviento. Esto significa que, litúrgicamente, el ciclo 2020 comenzó ya en 2019, el primer domingo de Adviento, que fue el 1 de diciembre de 2019. No tenemos que esperar hasta el 1 de enero de 2020 para entrar en el ciclo A, ya que el punto de partida no se basa en el año calendario civil, sino, por supuesto, en el calendario litúrgico de la iglesia.
La referencia es el ciclo C, que se aplica a años cuya suma de dígitos es divisible por 3. 2019, por ejemplo: 2 + 0 + 1 + 9 = 12. Dado que 12 es divisible por 3, este es un año del ciclo C. Ya los dígitos del año 2020 suman 4, (2+0+2+0=4). Y sabemos que el año anterior fue ciclo C, Por lo tanto, inicia nuevamente el A el ciclo A.
� PERO ATENCIÓN:
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EXAMEN PARA SABER SI
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VIVES ESTAS VIRTUDES
esde la revista Cristovisión te proponemos este test sobre algunas virtudes, para que examines si las estás viviendo o no. Te animamos a que pongas en práctica todos los puntos positivos que indican como vivir cada virtud. Tomado del Libro “Trabajar Bien, Vivir Mejor” de Regino Navarro Ribera. Ediciones San Pablo. CUIDADO DE LOS DETALLES
Usted SÍ vive este valor cuando… • Entrega los trabajos bien hechos, no a medias. • Da importancia tanto al fondo como a la forma. • Busca la perfección en todo lo que hace.
Usted NO vive este Valor cuando… • Le da pereza repetir algo. • Cree que una pequeña imperfección nadie lo notará. • Trabaja pensando que los detalles sólo se tienen en cuenta al final.
AMABILIDAD Usted SÍ vive este valor cuando… • Muestra interés por las cosas de los demás. • Tiene una sonrisa a flor de labios. • Su saludo irradia calor humano. • Está siempre dispuesto a ayudar.
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Usted NO vive este Valor cuando… • Su saludo es protocolario y frío. • Evita acercarse a los demás. • No le interesan los problemas y dificultades de los demás. • Mantiene una actitud hosca o de mal genio.
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ALEGRÍA Usted SÍ vive este valor cuando… • Disfruta de lo que hace y de lo que tiene. • Sonríe a menudo. • Rechaza los sentimientos negativos. • No pone mala cara ante las dificultades. DECENCIA Usted SÍ vive este valor cuando… • Cumple las promesas. • Habla y actúa con elegancia. • Cuida la presentación personal. • Es deferente con la mujer y las personas más dignas. • Conoce y vive la etiqueta y el protocolo.
Usted NO vive este Valor cuando… • Se siente feliz sólo si las cosas salen bien. • Pone mala cara. • Busca siempre afuera la diversión y la felicidad. • Su pensamiento es negativo. Usted NO vive este Valor cuando… • Utiliza mentiras para quedar bien ante los demás. • Descuida las buenas maneras. • Hace bromas o chistes impropios. • Su forma de vestir es provocativa o chocante. • Irrespeta a los mayores.
HUMILDAD Usted SÍ vive este valor cuando… Es transparente y natural. Trata a las personas por igual. Hace el bien sin mirar a quien. Piensa que siempre hay algo nuevo para aprender.
• • • •
AUTOESTIMA
Usted NO vive este Valor cuando… • Habla con frecuencia del dinero y bienes que posee. • Cree que es superior a los demás. • Juzga a sus compañeros de trabajo. • Se jacta de sus éxitos.
• Da gracias a Dios por todos los
Usted NO cuando…
• Se
• Su mente es un laboratorio de
Usted SÍ vive este valor cuando…
dones que le ha dado. siente único, original, irrepetible. • No se castiga a si mismo, sino que busca superar los errores y ser mejor cada día. • Se siente amado por Dios y por otras personas.
vive
este
Valor
ideas negativas.
• Se autocalifica con palabras denigrantes.
• El temor al fracaso no lo deja actuar. • Siente que los demás no lo valoran.
• Conserva sentimientos de culpa.
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El Espíritu Santo nos transforma en Iglesia-seno de misericordia, es decir, en una ¨madre de corazón abierto¨ para todos. ¡Cuánto me gustaría que la gente nos reconociera por este ¨más¨de misericordia, por este ¨más¨de humanidad y de ternura, de los que hay tanta necesidad! Francisco obolodesanpedro.va
La colecta del Óbolo de San Pedro, aplazada al 4 de octubre 2020 La pandemia obliga a retrasar la colecta hasta el otoño, en coincidencia con la fiesta de San Francisco de Asís l Óbolo de San Pedro es una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, como expresión de apoyo a la solicitud del Sucesor de Pedro por las múltiples necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad en favor de los más necesitados. El valor eclesial de este gesto resulta evidente si tenemos en cuenta que las iniciativas caritativas son connaturales a la Iglesia. La Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de amor. Por tanto, es muy importante que
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la actividad caritativa de la Iglesia mantenga todo su esplendor y no se diluya en una organización asistencial genérica, convirtiéndose simplemente en una de sus variantes” […]. “El programa del cristiano – el programa del buen Samaritano, el programa de Jesús – es un « corazón que ve ». Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia”. (Deus caritas est n. 29). Las crecientes necesidades del apostolado, las exigencias de las comunidades eclesiales, especialmente en tierras de misión, y las peticiones de ayuda que llegan de poblaciones, personas y familias que se encuentran en condiciones precarias, hace que pongamos más atención en esta jornada, muchos esperan de la Sede Apostó-
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lica un apoyo que, a menudo, no logran encontrar en otra parte. Desde esta perspectiva, el Óbolo constituye una verdadera participación en la acción evangelizadora, especialmente si se consideran el sentido y la importancia de compartir concretamente la solicitud de la Iglesia universal. Una práctica muy antigua que llega hasta hoy Con el cristianismo nace la práctica de ayudar materialmente a quienes tienen la misión de anunciar el Evangelio, para que puedan entregarse enteramente a su ministerio, atendiendo también a los menesterosos (cf. Hch 4,34; 11,29). Los anglosajones, tras su conversión, a finales del siglo VIII, se sintieron tan unidos al Obispo de Roma que decidieron enviar de manera estable una contribución anual al Santo Padre. Así nació el “Denarius Sancti Petri” (Limosna a San Pedro), que pronto se difundió por los países europeos. Ésta, como otras costumbres semejantes, ha pasado por muchas y diversas vicisitudes a lo largo de los siglos, hasta que fue regulada de manera orgánica por el Papa Pío IX en la Encíclica “Saepe Venerabilis” (5 de agosto de 1871).
Considerando la situación actual de emergencia sanitaria, el Santo Padre ha establecido que, en este año 2020, la colecta para el Óbolo de San Pedro, que tradicionalmente se lleva a cabo en proximidad de la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo -el 29 de junio-, se traslade en todo el mundo al domingo XXVII del tiempo ordinario, el 4 de octubre, día dedicado a San Francisco de Asís. Los donativos de los fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales ; ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).
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Lecturas Santa Misa
Junio 22
SANTA MARÍA VIRGEN, Madre de la Iglesia Volver al índice
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu.
O bien:
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes. Y con tu espíritu. Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Señor ten piedad
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
GLORIA
Oración colecta
Amén. LITURGIA DE LA PALABRA PRIMERA LECTURA Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Segunda lectura Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. ALELUYA O CANTO EVANGELIO El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Lectura del santo Evangelio según san N. Gloria a ti, Señor.
Acabado el Evangelio: Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO
Gloria a Dios en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te da-
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre,
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Ordinario de la Misa
Ritos iniciales
Antífona de entrada
El misal que ofrecemos es una guía para recitar todas las oraciones de la Misa, desde los Ritos Introductorios hasta la Bendición final. mos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
todos se inclinan, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. • LITURGIA EUCARÍSTICA • Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor. Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y suyo, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Oración sobre las ofrendas Amén.
Plegaria eucarística
El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.
• Prefacio •
En verdad es justo y necesario, es nuestro
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deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. En cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, Él extendió sus brazos en la Cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los Ángeles y los Santos, proclamamos tu gloria, diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Este es el Sacramento de nuestra fe.
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Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación y te damos gracias, porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa N., con nuestro Obispo N., y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron con la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo San José, los Apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar sus alabanzas Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
RITO DE COMUNIÓN Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, viva-
mos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Señor Jesucristo, que dijiste a tus Apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos”. Amén. La paz del Señor esté siempre con ustedes. Y con tu espíritu. (DENSE FRATERNALMENTE LA PAZ.)
• CORDERO DE DIOS • Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
A n t í f on a C o m u ni ón Oración después de la Comunión Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. Amén. Pueden ir en paz. Demos gracias a Dios.
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Lunes · Blanco
Junio
1
SANTA MARÍA VIRGEN, Madre de la Iglesia
El Papa Pablo VI, declaró que María Santísima es Madre de la Iglesia. María es Madre de la Iglesia porque, al ser Madre de Cristo, es también madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia, que forman con Cristo un solo Cuerpo Místico. La Iglesia tributa a la Virgen un culto singular que empezó pronto y que durará siempre, según las palabras proféticas de María: “Me llamarán bienaventurada todas las generaciones”. Si queremos saber lo que significa María como Madre de la Iglesia, abrimos los Hechos de los Apóstoles y vemos cómo Lucas, que al principio de su Evangelio ha centrado los dos primeros capítulos en la Maternidad divina de María, ahora nos la presenta como la Madre de la Iglesia naciente. Esto es lo que nos pasa con la figura de María en el Evangelio: empezamos por Marcos, y vemos cómo los
creyentes somos la madre, hermanos y hermanas de Jesús. Viene Lucas, y nos presenta a María como la gran creyente, de modo que Isabel, llena del Espíritu Santo, la colma con la alabanza suprema: ¡Dichosa tú, que has creído! María, nos dice ahora Juan, lleva su fe hasta la noche oscurísima del Calvario --durante la que no ve nada, pero sigue creyendo con fe firmísima--, y es entonces cuando le declara Jesús la maternidad espiritual sobre todos los creyentes: - Ahí tienes a tu hijo. Mateo mira la fe como la estrella de los Magos, a los que guía hasta dar con Jesús, al que encuentran en los brazos de María, su Madre, la cual se lo ofrece para que lo adoren y le den el beso más tierno. De este modo, Mateo nos presenta a María como la gran dadora de Jesús a los hombres.
Primera lectura. Libro de los Hechos de los apóstoles 1,12-14 Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás,
Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes, y Judas el de Santiago. Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 86 R/. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las
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puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. R./
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9ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Se dirá de Sión: “Uno por uno, todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado”. R. /
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: “Éste ha nacido allí”. Y cantarán mientras danzan: “Todas mis fuentes están en ti”. R./
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo
se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
El Papa Francisco ha pedido a la Iglesia que después de la Solemnidad de Pentecostés se celebre la memoria obligatoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia. Precisamente, esta memoria adquiere un sentido profundo si se ve como una continuidad de la fiesta de Pentecostés, en tanto que la Santísima Virgen María estuvo presente en aquella escena que nos narra el libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando el Espíritu Santo se posa sobre cada uno de los discípulos. María aquí nos da un gran ejemplo de maternidad, en la medida en que cuida a la naciente comunidad cristiana y ora con ella. Ahora bien, el Evangelio que meditamos en esta memoria de la Santísima Virgen nos refiere a la escena de la Crucifixión de Jesús, quien en sus siete palabras reserva una para su Santísima Madre y el discípulo amado: “Mujer, he ahí a tu hijo”, “Hijo, he ahí a tu madre”. Con esta palabra, Jesús nos ofrece a todos nosotros como creyentes el mayor regalo de nuestra vida de fe: su Santísima Madre y, con ella, su poderosa intercesión. Con esta palabra, Jesús convierte a su Santísima Madre en Madre de la Iglesia y por ello nosotros estamos invitados a acudir a ella como Madre e intercesora. Y tú, ¿te acercas con devoción y cariño a la Santísima Virgen?
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MEMORIA OBLIGATORIA
Lectura del Santo evangelio según, San Juan 19:2534 R/. Gloria a ti, Señor
Martes · Verde o Rojo
Junio
2 SANTOS MARCELINO Y PEDRO, Mártires.
Martirologio Romano: San Marcelino, presbítero, y san Pedro, exorcista, mártires, acerca de los cuales el papa san Dámaso cuenta que, durante la persecución bajo Diocleciano, condenados a muerte y conducidos al lugar del suplicio, fueron obligados a cavar su propia tumba y después degollados y enterrados ocultamente, para que no quedase rastro suyo, pero más tarde, una piadosa mujer llamada Lucila trasladó sus santos restos a Roma, en la vía Labicana, dándoles digna sepultura en el cementerio «ad Duas Lauros» († c. 304).
Primera lectura. Segunda carta del apóstol san Pedro 3,12-15a.17-18 Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.
Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación. Así, pues, queridos hermanos, vosotros estáis prevenidos; estad en guardia para que no os arrastre el error de esos hombres sin principios, y perdáis pie. Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 89 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación Antes que naciesen los montes / o fuera engendrado el orbe de la tierra, / desde siempre y por siempre tú eres Dios. R/.
Aunque uno viva setenta años, / y el más robusto hasta ochenta, / la mayor parte son fatiga inútil, / porque pasan aprisa y vuelan. R/.
Tú reduces el hombre a polvo, / diciendo: «Retornad, hijos de Adán.» / Mil años en tu presencia / son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R/.
Por la mañana sácianos de tu misericordia, / y toda nuestra vida será alegría y júbilo. / Que tus siervos vean tu acción, / y sus hijos tu gloria. R/.
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9ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, San Marcos 12,13-17 R/. Gloria a ti, Señor Se lo trajeron. Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?» Le contestaron: «Del César.» Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios.» Se quedaron admirados.
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti,,Señor Jesús
Reflexión del Evangelio Dice el refrán: “El que mucho habla, mucho yerra”. En otras palabras, cuando se habla de cualquier tema sin un pleno conocimiento, se corre el riesgo de caer en la imprudencia y en las contradicciones. Por eso, cuando Jesús dice “den al César lo que es del César”, nos invita a diferenciar los tiempos, los lugares y las personas, es decir, a ser prudente con aquello que decimos y hacemos. El seguidor de Jesús debe distinguir cuándo es el tiempo propicio para hablar y para actuar. No se trata de saber si se habla de política o no, sino de ser capaz de dar testimonio con el propio ejemplo de aquello que se debe hacer. Por lo general, se confunde el mensaje de Jesús con rebeldía y desobediencia civil. En cambio, lo que Jesús nos muestra es que Dios debe ser el faro que oriente nuestra vida. Asimismo, quien cree en Dios debe actuar bajo los principios de la caridad, el servicio y la misericordia, tal como lo hizo Jesús. En este sentido, el cristiano se rige por las normas que faciliten la convivencia, procurando siempre el bien de los demás y actuando en favor de todos, siempre con una actitud espiritual de buscar y realizar la Voluntad de Dios. En resumen, esta actitud espiritual consiste en buscar y hallar a Dios presente en todas las personas y en toda la creación, de tal modo que podamos relacionarnos con misericordia frente a todo lo que nos rodea: Y tú, ¿cómo te relacionas con los demás y con la creación?
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Feria o Memoria libre
En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?» Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.»
Miércoles · Rojo
Junio
3 SAN CARLOS LWANGA Y COMPAÑEROS, mártires
Martirologio Romano: Memoria de los santos Carlos Lwanga y doce compañeros, todos ellos de edades comprendidas entre los catorce y los treinta años, que perteneciendo a la corte de jóvenes nobles o al cuerpo de guardia del rey Mwanga, de Uganda, y siendo neófitos o seguidores de la fe católica, por no ceder a los deseos impuros del monarca murieron en la colina Namugongo, degollados o quemados vivos († 1886). Canonizados el 8 de octubre de 1964 por el S.S. Pablo VI.
Primera lectura. Segunda carta del san Pablo a Timoteo 1,1-3.6-12 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.
Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio. De este Evangelio me han nombrado heraldo, apóstol y maestro, y ésta es la razón de mi penosa situación presente; pero no me siento derrotado, pues sé de quién me he fiado y estoy firmemente persuadido de que tiene poder para asegurar hasta el último día el encargo que me dio. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 122 R/. A ti, Señor, levanto mis ojos A ti levanto mis ojos, / a ti que habitas en el cielo. / Como están los ojos de los esclavos / fijos en las manos de sus señores. R/.
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Como están los ojos de la esclava / fijos en las manos de su señora, / así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, / esperando su misericordia. R/.
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9ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano.” Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les respondió: «Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
El Evangelio de hoy nos muestra la controversia que generaron los saduceos ante Jesús por el tema de la Resurrección de los muertos. Para ello, le presentaron el caso de los siete hermanos que mueren sucesivamente sin dejar descendencia; finalmente muere la mujer que estuvo casada con los siete. A lo cual éstos preguntan por de cuál de ellos es la mujer. Dicha situación nos ofrece dos elementos: primero, la mentalidad del ser humano y, segundo, el sentido profundo de la Resurrección. En primer lugar, los saduceos, quienes no creían en la resurrección, se aferran a sus razonamientos y concepciones, un tanto cerradas, para comprender la acción misericordiosa de Dios, que ha llegado a su máxima expresión con la Resurrección de Jesús. En segundo lugar, gracias a la Resurrección de Jesús, nosotros también podemos participar de la vida eterna, es decir, también podemos gozar en la presencia de Dios, pero esto no se dará según las estructuras humanas, que siempre buscan establecer jerarquías, niveles o clases. Por eso, Jesús le dice a los saduceos: “ni los hombres, ni las mujeres se casarán: serán como ángeles de Dios”. Por tanto, la enseñanza que nos deja el Evangelio es aprender a dejarnos guiar por Dios. Con frecuencia, en nuestra relación con Dios acostumbramos a colocar nuestras ideas y prejuicios antes de escuchar al Señor, que nos habla desde nuestro interior, tal como le sucedió a los saduceos. En últimas, pidamos al Señor nos ayude a no ser sordos a su Palabra, sino atentos y diligentes a su Voluntad: ¿Mediante qué actitudes demuestro que pongo en práctica lo que me dice la Palabra de Dios?
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MEMORIA OBLIGATORIA
Lectura del Santo evangelio según, San Marcos 12,18-27 R/. Gloria a ti, Señor
Jueves · Verde
Junio
4
Primera lectura. Segunda carta de san Pablo a Timoteo 2,8-15
Haz memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Este ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor. Pero la Palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: «Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos,
también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.» Sígueles recordando todo esto, avisándoles seriamente en nombre de Dios que no disputen sobre palabras: no sirve para nada y es catastrófico para los oyentes. Esfuérzate por presentarte ante Dios y merecer su aprobación como un obrero irreprensible que predica la verdad sin desviaciones. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 24 R/. Señor, enséñame tus caminos Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas, / haz que camine con lealtad; / enséñame porque tú eres mi Dios y Salvador. R/. El Señor es bueno y recto / y enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con
rectitud, / enseña su camino a los humildes. R/. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad / para los que guardan su alianza y sus mandatos. / El Señor se confía con los fieles / y les da a conocer su alianza. R/.
Lectura del Santo evangelio según, SanMarcos 12,28b-34 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.” El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que éstos.» El escriba replicó: «Muy bien,
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Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
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9ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio
Reflexión del Evangelio
Con frecuencia solemos escuchar a nuestros mayores que cuando van hacia la Iglesia dicen “Primero lo primero”. Con esta frase, se esconde una sabiduría profunda, con la cual nuestros mayores nos invitan a darle el valor que corresponde a cada cosa que hacemos en la vida. En otras palabras, es necesario que aprendamos a priorizar en la vida. Por ello, nos damos cuenta que todo en la vida es cuestión de prioridades. Esta enseñanza la encontramos hoy en el diálogo entre Jesús y el Maestro de la Ley sobre el mandamiento más importante, pues vemos que Jesús nos llama a poner a Dios en el primer lugar de nuestra vida y, en el segundo, a los demás. Estas prioridades se demuestran en la vida diaria, con nuestras actitudes y acciones.
En este sentido, saber cuáles son nuestras prioridades en la vida es importante, sobre todo en la sociedad actual, la cual nos conduce a un ritmo de vida acelerado, en donde sólo importa lo urgente, lo presente, es decir, vivir el momento inmediato sin saber realmente para dónde se va. Por lo anterior, pregúntate: ¿Cuáles son mis prioridades en la vida?
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Feria
De eso se tratan las prioridades, en que busquemos tener tiempo para encontrarnos con Dios en la oración y en la eucaristía y, junto con ello, nos importe el bien de los demás por encima de nuestros intereses egoístas. Por eso, cobra importancia lo que dicen nuestros mayores, cuando insisten en dedicarle nuestro tiempo a lo que es realmente importante: Dios y los demás.
Viernes · Rojo
Junio
5 SAN BONIFACIO, Obispo y Mártir Nació en Inglaterra hacia el año 673. Tras tres años predicando por tierra germánica, fue llamado a Roma por el Papa, que lo nombró, obispo. Fundó y restauro varias Iglesias (templos), en el año 754 mientras evangelizaba fue asesinado por paganos.
Primera lectura. segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3,10-17 Tú seguiste paso a paso mi doctrina y mi conducta, mis planes, fe y paciencia, mi amor fraterno y mi aguante en las persecuciones y sufrimientos, como aquellos que me ocurrieron en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones padecí! Pero de todas me libró el Señor. Por otra parte, todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo Jesús será perseguido. En cambio, esos perversos embaucadores irán de mal en peor, extraviando a los demás y extraviándose ellos mismos. Pero tú permanece en lo que has aprendido
y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 118 R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor / Muchos son los enemigos que me persiguen, / pero yo no me aparto de tus preceptos. R/. El compendio de tu palabra es la verdad, / y tus justos juicios son eternos. R/.
Mucha paz tienen los que aman tus leyes, / y nada los hace tropezar. R/. Aguardo tu salvación, Señor, / y cumplo tus mandatos. R/. Guardo tus decretos, / y tú tienes presentes mis caminos. R/.
Los nobles me perseguían sin motivo, / pero mi corazón respetaba tus palabras. R/.
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9ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, San Marcos 12,35-37 R/. Gloria a ti, Señor de tus enemigos estrado de tus pies.” Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?» La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
En las normas de urbanidad que se aprenden en casa, las mamás les insisten a sus hijos que aprendan a responder a sus mayores. Por ejemplo, las madres enseñan a decir “Señor” o “Señora”, según sea el caso. Del mismo modo, en el Evangelio de hoy se diferencia la relación entre el rey David y Dios, quien se dirige a Él como su Señor, mientras que Jesús se dirige a Dios como Padre. Ciertamente, la relación entre David y Dios es diferente a la que existe entre Jesús y su Padre, pues cada uno sabe qué lugar ocupa en la relación con Dios. Por una parte, David es el siervo del Señor, mientras que por otra, Jesús es el Hijo del Padre, de tal manera que las relaciones se establecen de forma diferente. Cada uno nos muestra un camino para dialogar con Dios, como Señor y Padre. Lamentablemente, le hemos restado importancia a lo sagrado. En nuestro trato a los demás, no hacemos diferencia e incluso no respetamos a las otras personas. En un sentido parecido, la vida espiritual y el encuentro con Dios en la oración y en la eucaristía han pasado a un segundo plano. Por ello, nos secamos interiormente y no reconocemos a Jesús como Hijo de Dios, tal como ocurrió con algunos judíos de los tiempos de Jesús. Cuando alguien reconoce a Jesús como el Hijo de Dios, sus actitudes para con los demás son de solidaridad, servicio y fraternidad, porque dicha persona se deja guiar por las actitudes de Jesús, quien como Hijo de Dios no hizo alarde de su condición divina, sino que siempre fue humilde y dispuesto a servir a los demás. Y tú, ¿de qué manera te relacionas con Jesús?
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MEMORIA OBLIGATORIA · Día Penitencial
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, dice: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y haré
Sábado · Verde o Blanco
Junio
6 SAN NORBERTO, Obispo Nació en el año 1080, de noble familia alemana, tuvo que elegir entre la vida militar y la eclesiástica, optando por esta última, aunque no por vocación. Una experiencia divina provocó su verdadera conversión. Fue un misionero itinerante fiel a la regla monástica de la pobreza. Murió en el año 1134.
Primera lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4,1-8 Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir. Porque vendrá un tiempo en que la gente no soportará la doctrina sana, sino que, para halagarse el oído, se rodearán de maestros a la medida de sus deseos y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas. Tú estate siempre alerta;
soporta lo adverso, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio. Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 70 R/. Mi boca contará tu salvación, Señor Llena estaba mi boca de tu alabanza / y de tu gloria, todo el día. / No me rechaces ahora en la vejez, / me van faltando las fuerzas, no me abandones. R/.
Contaré tus proezas, Señor mío, / narraré tu victoria, tuya entera. / Dios mío, me instruiste desde mi juventud, / y hasta hoy relato tus maravillas. R/.
Yo, en cambio, seguiré esperando, / redoblaré tus alabanzas; / mi boca contará tu auxilio, / y todo el día tu salvación. R/.
Y yo te daré gracias, Dios mío, / con el arpa, por tu lealtad; / tocaré para ti la cítara, Santo de Israel. R/.
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9ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a
la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio Existe el dicho “predica, pero no aplica”, el cual hace referencia a las personas que son incoherentes entre lo que dicen y lo que hacen. Algo similar les sucedió a los escribas que fueron cuestionados por el Señor Jesús en el Evangelio del día de hoy, pues sus palabras no iban por la misma vía que sus acciones. Una situación parecida también nos puede ocurrir a nosotros en nuestra vida cotidiana, pues hablamos de igualdad, justicia, solidaridad y honestidad, pero nuestras acciones pueden ser muy diferentes a lo que predicamos. En estos casos, es preferible guardar mucha prudencia y, de manera callada, trabajar en función del bienestar de los demás, así como lo hizo la viuda pobre en el Evangelio de hoy, quien dio todo lo que tenía como ofrenda, en silencio, sin hacer alardes. Por ello, es necesario seguir los ejemplos del Señor Jesús y de la Santísima Virgen, quienes sirvieron incansablemente a los demás, sin muchas palabras, en silencio, con sabiduría y dando testimonio con sus propios ejemplos de la acción de Dios Padre que vivían interiormente, en vez de seguir la incoherencia de los escribas. En este orden de ideas, vale la pena que diariamente revisemos cuáles fueron nuestras palabras, actitudes y acciones, de tal modo que podamos descubrir se hemos crecido en coherencia de vida: ¿Lo que dices lo llevas a la práctica? ¿Tus palabras ayudan a crecer a los demás?
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Feria o Memoria libre o Bienaventurada María Virgen
Lectura del Santo evangelio según, San Marcos 12,38-44 R/. Gloria a ti, Señor
Domingo · Blanco
Junio
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DÍA DEL CAMPESINO
LA SANTÍSIMA TRINIDAD La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a la celebración del día de la Santísima Trinidad. Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela. La Trinidad” es el término empleado para designar la doctrina central de la religión cristiana: la verdad de que en la unidad de la Divinidad, hay Tres Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, que son verdaderamente distintas una de la otra. Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios. Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: 234 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la “jerarquía de las verdades de fe” (DCG 43). “Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con ellos” (DCG 47).
Antífona de Entrada
Bendito sea Dios Padre y el Hijo unigénito de Dios y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros.
Oración Colecta
Dios, Padre, que, al enviar al mundo la Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación, revelaste a los hombres tu admirable misterio, concédenos, al profesar la fe verdadera, reconocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar la Unidad en su poder y grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo.
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10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio Primera lectura. Libro del Éxodo 34,4b-6.8-9 Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, Dn 3,52-56, R/. A ti gloria y alabanza por los siglos Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, / bendito tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines / sondeas los abismos. R/.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.
Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.
Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.
Segunda lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13,11-13 Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia
del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Lectura del Santo evangelio según, San Juan 3,16-18 R/. Gloria a ti, Señor Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
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V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
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SOLEMNIDAD · Se reza el Te Deum.
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él, proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.»
Domingo Antífona de Comunión Gal 4, 6 Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “Abba, Padre”
Reflexión del Evangelio
Celebramos hoy como Iglesia la fiesta de la Santísima Trinidad. Sin embargo, la invitación del Señor no está dirigida a que nosotros entendamos de manera racional qué es la Santísima Trinidad, sino que reconozcamos cómo actúa Dios, que es Uno y Trino, en nuestras vidas. En consecuencia, quien se toma en serio la tarea de descubrir a Dios presente en su vida y se pone a degustar cada experiencia vivida, descubrirá tres “sabores” que son propios de Dios: un primer “sabor” corresponde a las maravillas de la creación, esto es, sentir un gusto por la vida y un agradecimiento por tanto bien recibido: familia, vivienda, alimentación, trabajo, estudios, amigos, etc.; esta es la acción del Padre, que no cesa de regalarnos vida en abundancia. Un segundo “sabor” lo encontramos en la Palabra de Dios. Cuando meditamos la Sagrada Escritura, ya sea en la oración o en la Eucaristía, descubrimos que la Palabra se “hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1, 14). Y gracias al nacimiento, la vida, la muerte y Resurrección de Jesús, nosotros hemos recibido la Salvación, la Vida Nueva prometida por Dios; esta es la acción del Hijo. Por último, el tercer “sabor” responde a ese deseo por servir a los demás y construir comunidad cristiana en nuestra familia, en el trabajo, en el barrio, en todo lugar en donde nos encontremos. No es quedarnos con los brazos cruzados, es salir a servir sin condiciones; esta es la acción del Espíritu Santo. En resumen, estos tres “sabores” le ofrecen sentido a nuestra vida, pues son tres maneras de amar en un solo Dios.
Oración: Acordaos
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre,
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Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No deseches mis humildes súplicas, oh Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén
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Misterios del
Rosario Lunes a Domingo de 5:00 a 6:00 p.m. Por el Canal Cristovisión
Misterios Gozosos Lunes y Sábado
1. La Encarnación del Hijo de Dios. 2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel. 3. El Nacimiento del Hijo de Dios. 4. La Purificación de la Virgen Santísima. 5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
Misterios Dolorosos
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto. 2. La Flagelación del Señor. 3. La Coronación de espinas. 4. Jesús con la cruz a cuestas. 5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
Misterios Gloriosos
1. La Resurrección del Señor. 2. La Ascensión del Señor. 3. La Venida del Espíritu Santo. 4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos. 5. La Coronación de la Santísima Virgen.
Martes y Viernes
Miércoles y Domingo
Misterios Luminosos Jueves
1. El Bautismo de Jesús en el Jordán. 2. La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná. 3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. 4. La Transfiguración. 5. La institución de la Eucaristía.
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Lunes · Verde
Junio
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Primera lectura. Libro de los Reyes 17,1-6
En aquellos días, Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: «¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando.» Luego el Señor le dirigió la palabra: «Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe del
torrente y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida.» Elías hizo lo que le mandó el Señor, y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 120 R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra Levanto mis ojos a los montes: / ¿de dónde me vendrá el auxilio? / El auxilio me viene del Señor, / que hizo el cielo y la tierra. R/. No permitirá que resbale tu pie, / tu guardián no duerme; / no duerme ni reposa / el guardián de Israel. R/.
El Señor te guarda a su sombra, / está a tu derecha; / de día el sol no te hará daño, / ni la luna de noche. R/. El Señor te guarda de todo mal, / él guarda tu alma; / el Señor guarda tus entradas y salidas, / ahora y por siempre. R/.
Lectura del Santo evangelio según, SanMateo 5,1-12 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón,
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porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
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10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio
Reflexión del Evangelio
A través de las Bienaventuranzas, el Evangelio de hoy nos muestra las virtudes que deben tener los seguidores de Jesús, puesto que todos nosotros, como creyentes, también estamos llamados a la santidad. Ser santo no consiste en buscar reconocimientos y alabanzas, al contrario, el santo es aquella persona humilde que permite en su vida que Dios se manifieste a los demás.
En resumen, de la misma manera como Jesús nos dio ejemplo con su vida de santidad, por medio de sus acciones y palabras cargadas de amor y bondad hacia los demás, especialmente a aquellas personas necesitadas, nosotros estamos llamados a poner en práctica el testimonio del Señor con nuestro prójimo, así como lo hicieron tantas personas a lo largo de la historia, quienes prefirieron dejar a un lado su comodidad y sus intereses particulares con el fin de transparentar el rostro bondadoso de Dios a las otras personas.
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Feria
Por lo mismo, el santo es la persona que no se aferra a nada y que es libre ante las personas, las cosas, los cargos y los lugares; en ese sentido, Jesús nos enseña que debemos ser pobres. De igual modo, también somos invitados por el Señor a ser misericordiosos y a tener hambre y sed de justicia, es decir, que seamos capaces de compadecernos ante los sufrimientos de los demás.
Martes · Verde o Blanco
Junio
9 SAN EFRÉN, diácono y Doctor de la Iglesia
Nació en el año 306 en la antigua Mesopotamia, fue el transmisor genuino de la doctrina cristiana antigua, utilizando la poesía para divulgar la verdad cristiana, Era también poeta de la Virgen, a quien dedicó 20 himnos. Murió en el año 373.
Primera lectura. Libro de los Reyes 17,7-16 En aquellos días, se secó el torrente donde se había escondido Elías, porque no había llovido en la región. Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías: «Anda, vete a Sarepta de Fenicia a vivir allí; yo mandaré a una viuda que te dé la comida.» Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.» Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.» Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la
alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.» Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra.”» Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 4 R/. Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío; / tú que en el aprieto me diste anchura, / ten piedad de mí y escucha mi oración. / Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, / amaréis la falsedad y buscaréis el
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engaño? R/. Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, / y el Señor me escuchará cuando lo invoque. / Temblad y no pequéis, / reflexionad en el silencio de vuestro lecho. R/.
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10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, / si la luz de tu rostro ha huido de
nosotros?» / Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría / que si abundara en trigo y en vino. R/.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 5,13-16 R/. Gloria a ti, Señor
lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
La invitación que el Señor nos ofrece hoy en su Palabra es ser sal de la tierra y luz del mundo. Quizás esta expresión la hemos escuchado con frecuencia, sobre todo en las jornadas vocacionales y misioneras, pero puede ser que nos hayamos acostumbrado tanto a estas palabras que no comprendamos a profundidad su significado. Ser sal de la tierra implica dar un sentido a lo que se hace y se vive. Ser luz del mundo corresponde a la tarea de guiar a otros. No obstante, no se puede dar sentido y no se puede guiar a los demás si antes no se tiene una experiencia de Dios que nos ilumine y nos oriente en la vida, pues sólo Dios es la sal y la luz de nuestra existencia, de modo que quien se deja llevar por el Señor, llega a ser también sal y luz para otras personas. Sin embargo, la experiencia de Dios no se reduce a un conocimiento intelectual o académico, sino que transforma a toda la persona desde el corazón. De este modo, para poder ser sal de la tierra y luz del mundo primero debemos vivir una experiencia interior, en la cual nos dejemos iluminar por el Señor. En este sentido, se cuenta que hubo un diálogo entre un maestro y su discípulo. El discípulo preguntó: “¿Cuál es la diferencia entre el conocimiento y la iluminación?”. El maestro respondió: “Cuando posees el conocimiento, empleas una antorcha para mostrar el camino. Cuando posees la iluminación, te conviertes tú mismo en antorcha”. Por esto mismo, no basta con un conocimiento desde la razón. Encontrarse con Dios es una experiencia del corazón, con el fin de que sea Dios quien nos dé sentido a nuestra vida. Quien vive una experiencia interior de Dios la transmite en la relación con los demás, y eso se nota en las actitudes cotidianas en la familia, en el trabajo, en el estudio, en el barrio.
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Feria o Memoria Libre
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una
Miércoles · Verde
Junio
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Primera lectura. Libro de los Reyes 18,20-39
En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo. Elías se acercó a la gente y dijo: «¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal.» La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les dijo: «He quedado yo solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos: vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero.» Toda la gente asintió: «¡Buena idea!» Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el fuego.» Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía: «¡Baal, respóndenos!» Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras brincaban alrededor del altar que habían hecho. Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos: «¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado, o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!» Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el
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cuerpo. Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta. Entonces Elías dijo a la gente: «¡Acercaos!» Se acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido: cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho: «Te llamarás Israel»; con las piedras levantó un altar en honor del Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo: «Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña.» Luego dijo: «¡Otra vez!» Y lo hicieron otra vez. Añadió: «¡Otra vez!» Y lo repitieron por tercera vez. El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua. Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: «¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará el corazón.» Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando: «¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!»
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V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio Salmo Responsorial, 15 R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti Protégeme, Dios mío, / que me refugio en ti; / yo digo al Señor: / «Tú eres mi bien.» R/. Multiplican las estatuas de dioses extraños; / no derramaré sus libaciones con mis manos, / ni tomaré sus nombres en mis labios. R/.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte está en tu mano. / Tengo siempre presente al Señor, / con él a mi derecha no vacilaré. R/. Me enseñarás el sendero de la vida, / me saciarás de gozo en tu presencia, / de alegría perpetua a tu derecha. R/.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 5,17-19 R/. Gloria a ti, Señor
uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
En el Evangelio de hoy, Jesús expone su postura frente a la Ley, en la cual busca darle un nuevo significado, más allá de las prácticas religiosas de su época, puesto que los judíos habían convertido el cumplimiento de la Ley en el seguimiento mecánico de un conjunto de normas, olvidando el sentido último de éstas: buscar y hallar la voluntad de Dios para la vida del ser humano. En estos casos, Jesús habla con una autoridad que está por encima de la legislación. Con sus enseñanzas, Jesús orienta los mandamientos a su raíz y a su principal objetivo, este es, el servicio a la vida, a la justicia, al amor, a la verdad. No se trata de una oposición a la Ley que busque reemplazarla por una nueva ley, sino que la transforma y la lleva hacia una radicalidad, rompiendo todos los moldes y criterios que han dado origen a cualquier legislación humana. Por tanto, no se trata simplemente de cumplir con unos mandatos, sino de reconocer la voz de Dios en la vida diaria y tener la capacidad de ponerla en práctica por medio de nuestras palabras, gestos y acciones. En este orden de ideas, en el centro de esta parte del sermón del monte está el respeto sagrado a la persona y la denuncia contra todo aquello que, aún disimulado con alguna sutileza legal, atente contra la dignidad del hombre y de la mujer. En otras palabras, se trata de cuidar al otro, esto es, respetarlo y amarlo por ser una persona y un hijo de Dios. De lo anterior surge un llamado del Señor a través de su Palabra para que nos respetemos los unos a los otros, mediante actos concretos de cuidado hacia los demás y hacia el entorno, más allá de un legalismo o cumplimiento mecánico de normas. Con tus palabras y acciones, ¿buscas cuidar a tus hermanos?
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Feria
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte
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Jueves · Rojo
Junio
11 SAN BERNABÉ, apóstol
La historia de San Bernabé está escrita en el libro de Los Hechos de los apóstoles. Antes se llamaba José, pero los apóstoles le cambiaron su nombre por el de Bernabé, que significa “el esforzado”, “el que anima y entusiasma”. Era judío, de la tribu de Leví, pero nació en la isla de Chipre. Se hizo muy popular en la primitiva Iglesia porque vendió las fincas que tenía y luego llevó el dinero que obtuvo y se lo dio a los apóstoles para que lo repartieran a los pobres. Un mérito formidable de San Bernabé es el haber descubierto el gran valor que había en aquel recién convertido que se llamaba Saulo y que más tarde se llamaría San Pablo. Cuando después de su conversión Saulo llegó a Jerusalén, los cristianos sospechaban de él y se le alejaban, pero entonces Bernabé lo tomó de la mano y lo presentó a los apóstoles y se los recomendó. Y el será el que lo encaminará después a emprender sus primeras grandes labores apostólicas. La S. Biblia, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, hace de Bernabé unos elogios que es difícil encontrarlos respecto de otros personajes. Dice así: “Bernabé era un hombre bueno, lleno de fe y de Espíritu Santo” (Hechos 11, 24).
En aquellos días, muchos creyeron y se convirtieron. Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor. Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez
los discípulos recibieron el nombre de «cristianos». En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: «Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado». Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
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MEMORIA OBLIGATORIA
Primera lectura. Libro de los Hechos de los apóstoles 11, 21b-26; 13, 1-3
10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio Salmo Responsorial, 97 R. El Señor reveló su justicia a los ojos de las naciones. Canten al Señor un canto nuevo, / porque Él hizo maravillas: / su mano derecha y su santo brazo / le obtuvieron la victoria. R. El Señor manifestó su victoria, / reveló su justicia a los ojos de las naciones: / se acordó de su amor y su fidelidad / en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado / el triunfo de nuestro Dios. / Aclame al Señor toda la tierra, / prorrumpan en cantos jubilosos. R. Canten al Señor con el arpa / y al son de instrumentos musicales; / con clarines y sonidos de trompeta / aclamen al Señor, que es Rey. R.
Jesús envió a sus doce apóstoles, diciéndoles: Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 10, 7-13 R/. Gloria a ti, Señor
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
En el día de hoy celebramos la fiesta de San Bernabé, el apóstol compañero de San Pablo en varios de sus viajes misioneros. Él predicó el Evangelio en Antioquía, principalmente. También es conocido porque, lleno del Espíritu Santo, vendió el campo que poseía y le entregó el dinero a los apóstoles, lo cual se constituye en un ejemplo de desprendimiento y escucha de la voz de Dios. En la actualidad nos cuesta desapegarnos de personas, trabajos o bienes materiales, incluso buscamos alternativas para quedarnos con los apegos, justificando su importancia para nuestra vida, con un supuesto beneficio para otras personas que, en varias oportunidades, puede resultar un poco artificial y forzado. El Señor, por su parte, nos invita a soltarlo todo y seguirlo. Precisamente, este es el ejemplo de los apóstoles, quienes fueron capaces de dejarlo todo y seguir a Jesús, sobre todo cuando abrieron sus corazones a la acción del Señor Resucitado y se dejaron transformar por Él.
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Viernes · Verde
Junio
Primera lectura. Libro de los Reyes 19,9a.11-16
En aquellos días, cuando Elías llegó a Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!» Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada
de la cueva. Entonces oyó una voz que le decía: «¿Qué haces, aquí, Elías?» Respondió: «Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derruido tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo, y me buscan para matarme.» El Señor dijo: «Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco y, cuando llegues, unge rey de Siria a Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 26 R/. Tu rostro buscaré, Señor Escúchame, Señor, que te llamo; / ten piedad, respóndeme. / Oigo en mi corazón: / «Buscad mi rostro.» R/. Tu rostro buscaré, Señor, / no me escondas tu rostro. / No rechaces
con ira a tu siervo, / que tú eres mi auxilio; / no me deseches. R/. Espero gozar de la dicha del Señor / en el país de la vida. / Espera en el Señor, / sé valiente, ten ánimo, / espera en el Señor. R/.
Lectura del Santo evangelio según, Mateo 5,27-32 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero
con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque
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Feria · Día Penitencial
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10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: “El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.” Pues yo os digo: El que se divorcie
de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio No cometer adulterio. ¿Qué nos pide este mandamiento? La respuesta antigua era ésta: el hombre no puede dormir con la mujer de otro. Es lo que exigía la letra del mandamiento. Pero Jesús va más allá de la letra y dice: “Todo el que repudia a su mujer, excepto en caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio”. El objetivo del mandamiento es la fidelidad mutua entre el hombre y la mujer que asumirían vivir juntos como casados. Y esta fidelidad sólo será completa, si los dos saben mantener la fidelidad mutua hasta en el pensamiento y en el deseo y si saben llegar a una total trasparencia entre sí. Jesús se sirve de una palabra fuerte que usó también en otra ocasión, cuando habló de no escandalizar a los pequeños (Mt 18,9 e Mc 9,47). Dice: “Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna” Estas afirmaciones indican la radicalidad y la seriedad con la que Jesús insiste en la observancia de este mandamiento.
Lunes a Viernes 12:00 m., 6:30 p.m.
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Sábado · Blanco
Junio
13 SAN ANTONIO DE PADUA, presbítero y doctor de la Iglesia
Primera lectura. Libro de los Reyes 19,19-21 En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Elíseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto. Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?» Elíseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 15 R/. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; / yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» / El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte está en tu mano. R/. Bendeciré al Señor, que me aconseja, / hasta de noche me instruye internamente. / Tengo
siempre presente al Señor, / con él a mi derecha no vacilaré. R/. Por eso se me alegra el corazón, / se gozan mis entrañas, / y mi carne descansa serena. / Porque no me entregarás a la muerte, / ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
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MEMORIA OBLIGATORIA
Nació en Lisboa – Portugal a finales del siglo XII, fue a Marruecos a predicar el evangelio y, a su vuelta, una tormenta hizo, que su barco terminara en Sicilia. Allí conoció a San Francisco de Asís. Tras un tiempo como ermitaño, fijó su residencia en un convento cercano a Padua. Fue el primero que enseñó teología en su Orden. Murió en Padua en el año 1231. Sus Sermones son su gran obra literaria y teológica. Se los puede definir un tratado de doctrina sagrada en forma de colección de sermones, con el cual el Santo se propuso exponer toda la Escritura en su articulación de lecturas propuestas para la liturgia dominical y festiva de su tiempo.
10ª Semana del Tiempo Ordinario – 2ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 5,33-37 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus votos al Señor.” Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir “sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Benedicto XVI
El Espíritu Santo es la certeza de que Dios llevará a cumplimiento su plan de salvación, cuando conduzca “a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra”. San Juan Crisóstomo comenta sobre este punto: “Dios nos escogió por la fe y ha marcado en nosotros el sello de la herencia de la gloria futura”. Tenemos que aceptar que el camino de nuestra redención es también nuestro camino, porque Dios quiere criaturas libres, que digan libremente que sí; pero es sobre todo y primero, Su camino. Estamos en sus manos y ahora es nuestra libertad el ir en el camino abierto por Él. Vamos por este camino de la redención, junto con Cristo, y sentimos que la redención se realiza. La visión que nos presenta san Pablo en esta gran oración de bendición, nos ha llevado a contemplar la acción de las tres Personas de la Santísima Trinidad: el Padre que nos ha elegido antes de la fundación del mundo, ha pensado en nosotros y nos ha creado; el Hijo que nos ha redimido por su sangre, y la promesa del Espíritu Santo, prenda de nuestra redención y de la gloria futura.
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Domingo · Blanco
Junio
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EL CUERPO Y LA SANGRE SANTÍSIMOS DE CRISTO – CORPUS CHRISTI
La solemnidad del Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Se cuenta, que en el año 1264 un sacerdote procedente de la Bohemia, un tal Pedro de Praga, dudoso sobre el misterio de la transustanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Hostia santa y en el vino consagrado, acudió en peregrinación a Roma para invocar sobre la tumba del apóstol san Pedro el robustecimiento de su fe.
Al volver de la Ciudad Eterna, se detuvo en Bolsena y, mientras celebraba el santo Sacrificio de la Misa en la cripta de santa Cristina, la sagrada Hostia comenzó a destilar sangre hasta quedar el corporal completamente mojado. La noticia se regó, llegando hasta los oídos del Papa Urbano IV, impresionado por la majestuosidad del acontecimiento, ordenó que el sagrado lino fuese transportado a Orvieto y, comprobado el milagro, instituyó enseguida la celebración de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Jesús, antes de su Pasión y Muerte, al celebrar con los sus apóstoles la Pascua , les dijo: “Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta
que halle su cumplimiento en el Reino de Dios” [...] Y tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío”. De igual modo, después de cenar, tomó el cáliz, diciendo: “Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que va a ser derramada por vosotros”. Son varios los relatos evangélicos que recogen esta verdad central de nuestra fe: San Lucas 22,7-
20; San Mateo 26,17-29; San Marcos 14,12-25; 1 y San Pablo en la epístola a los Corintios 11,23-26). Cada vez que el sacerdote en la Santa Misa dice las palabras de la Consagración, se realiza el milagro de la Eucaristía; lo que antes era pan y vino ahora, bajo esa apariencia, está en Cuerpo y la Sangre de Cristo. Como enseña el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, “Jesucristo está presente en la Eucaristía de modo único e incomparable. Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su alma y su divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas del pan y del vino” (n. 282).
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Domingo Antífona de Entrada
Cf. Sal 26, 7.9 Escúchame, Señor, que te llamo. Tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.
Oración Colecta
Oh, Dios, fuerza de los que en ti esperan, escucha con bondad nuestras súplicas y, pues sin ti nada puede la fragilidad de nuestra naturaleza, concédenos siempre la ayuda de tu gracia, para que, al poner en práctica tus mandamientos, te agrademos con nuestros deseos y acciones. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura. Libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a Moisés habló al pueblo, diciendo: «Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no. Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive el hombre de pan, sino de todo cuanto sale de la boca de
Dios. No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 147 R/. Glorifica al Señor, Jerusalén. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. /R. Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía
su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz. /R. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. /R.
Segunda lectura. Primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 10, 16-17 Hermanos: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuer¬po de Cristo? El pan
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es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
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11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.» Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi
carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros pa¬dres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Antífona de Comunión Ps 26, 4 Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida.
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
Cuando tomamos y comemos ese Pan, somos asociados a la vida de Jesús, entramos en comunión con Él, nos comprometemos a realizar la comunión entre nosotros, a transformar nuestra vida en don, sobre todos a los más pobres. La fiesta de hoy evoca este mensaje solidario y nos impulsa a acoger la invitación íntima a la conversión y al servicio, al amor y al perdón. Nos estimula a convertirnos, con la vida, en imitadores de lo que celebramos en la liturgia. El Cristo, que nos nutre bajo las especies consagradas del pan y del vino, es el mismo que nos viene al encuentro en los acontecimientos cotidianos; está en el pobre que tiende la mano, está en el que sufre que implora ayuda, está en el hermano que pide nuestra disponibilidad y espera nuestra acogida. Está en el niño que no sabe nada de Jesús, de la Salvación, que no tiene fe. Está en cada ser humano, también en el más pequeño e indefenso. La Eucaristía, fuente de amor para la vida de la Iglesia, es escuela de caridad y de solidaridad. Quien se nutre del Pan de Cristo ya no puede quedar indiferente ante los que no tienen el pan cotidiano. Y hoy sabemos es un problema cada vez más grave.
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SOLEMNIDAD · Se reza el Te Deum.
Lectura del Santo evangelio según, San Juan 6, 51-58 R/. Gloria a ti, Señor
Lunes · Verde
Junio
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Primera lectura. Libro libro de los Reyes 21,1-16
Por aquel tiempo, Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de Samaria. Ajab le propuso: «Dame la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero.» Nabot respondió: «¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!» Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de: «No te cederé la heredad de mis padres.» Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento. Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo: «¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento?» Él contestó: «Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: “Véndeme la viña o, si prefieres, te la cambio por otra.” Y me dice: “No te doy mi viña.”» Entonces Jezabel dijo: «¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien. ¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!» Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las
cartas decían: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos canallas que declaren contra él: “Has maldecido a Dios y al rey.” Lo sacáis afuera y lo apedreáis hasta que muera.» Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que habían recibido. Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey.» Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. Entonces informaron a Jezabel: «Nabot ha muerto apedreado.» En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab: «Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto.» En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 5 R/. Atiende a mis gemidos, Señor Señor, escucha mis palabras, / atiende a mis gemidos, / haz caso de mis gritos de auxilio, / Rey mío y Dios mío. R/. Tú no eres un Dios que ame la maldad, / ni el malvado es tu
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huésped, / ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/. Detestas a los malhechores, / destruyes a los mentirosos; / al hombre sanguinario / y traicionero lo aborrece el Señor. R/.
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11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 5,38-42 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte
la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
Feria
También Jesús nos habla en el Evangelio de la santidad, y nos explica la nueva ley, la suya. Lo hace mediante algunas anti?tesis entre la justicia imperfecta de los escribas y los fariseos y la más alta justicia del Reino de Dios. La primera anti?tesis del pasaje de hoy se refiere a la venganza. “Han oído que se les dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo les digo: ...si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra”. No sólo no se ha devolver al otro el mal que nos ha hecho, sino que debemos de esforzarnos por hacer el bien con largueza. La segunda antítesis se refiere a los enemigos: «Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Yo, en cambio, os digo: “Amen a sus enemigos y recen por los que los persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacios de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo.
Lunes a Viernes 6:25 a 6:50 a.m.
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Martes · Verde
Junio
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Primera lectura. Libro libro de los Reyes 21,17-29
Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira, está en la vifía de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. Dile: “Así dice el Señor: ‘¿Has asesinado, y encima robas?’ Por eso, así dice el Señor: ‘En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre.» Ajab dijo a Elías: «¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?» Y Elías repuso: «¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. También ha hablado el Señor contra Jezabel: “Los perros la devorarán en el campo
de Yezrael.” A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.» Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Sefior reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas. En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno. El Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.»
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 50 R/. Misericordia, Señor: hemos pecado Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa; / lava del todo mi delito, / limpia mi pecado. R/. Pues yo reconozco mi culpa, / tengo siempre presente mi pecado: / contra ti, contra ti solo pequé, /
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cometí la maldad que aborreces. R/. Aparta de mi pecado tu vista, / borra en mí toda culpa. / Líbrame de la sangre, oh Dios, / Dios, Salvador mío, / y cantará mi lengua tu justicia. R/.
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11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, Mateo 5,43-48 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
En el evangelio de hoy llegamos a la cima de la Montaña de las Bienaventuranzas, donde Jesús proclamó la Ley del Reino de Dios, cuyo ideal se resume en esta frase lapidaria: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial” (Mt 5,48). ¡Jesús estaba corrigiendo la Ley de Dios! Cinco veces de seguido había afirmado: “¡Se os dijo, pero yo os digo!” (Mt 5,21.27,31.33.38). Es una señal de mucho valor de su parte corregir, públicamente, ante toda la gente reunida, el tesoro más sagrado de la gente, la raíz de su identidad, que era la Ley de Dios. Jesús quiere comunicar una nueva mirada para entender y practicar la Ley de Dios. La llave para poder tener esta nueva mirada es la afirmación: Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”. De aquí sacamos de la fuente, de donde brota la novedad del Reino. Esta fuente es Dios mismo, reconocido como Padre, que hace nacer el sol sobre malos y buenos. Jesús manda que imitemos a este Dios: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (5,48). Es imitando a este Dios que creamos una sociedad justa, radicalmente nueva.
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Feria
Reflexión del Evangelio
Miércoles · Verde
Junio
17
Primera lectura. Libro de los Reyes 2,1.6-14
Cuando el Señor iba a arrebatar a Elías al cielo en el torbellino, Elías y Elíseo se marcharon de Guilgal. Llegaron a Jericó, y Elías dijo a Elíseo: «Quédate aquí, porque el Señor me envía solo hasta el Jordán.» Eliseo respondió: «¡Vive Dios! Por tu vida, no te dejaré.» Y los dos siguieron caminando. También marcharon cincuenta hombres de la comunidad de profetas y se pararon frente a ellos, a cierta distancia. Los dos se detuvieron junto al Jordán; Elías cogió su manto, lo enrolló, golpeó el agua, y el agua se dividió por medio, y así pasaron ambos a pie enjuto. Mientras pasaban el río, dijo Elías a Elíseo: «Pídeme lo que quieras antes de que me aparten de tu lado.» Eliseo pidió: «Déjame en herencia dos tercios de tu espíritu.» Elías comentó: «¡No pides nada!
Si logras verme cuando me aparten de tu lado, lo tendrás; si no me ves, no lo tendrás.» Mientras ellos seguían conversando por el camino, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en el torbellino. Eliseo lo miraba y gritaba: «¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel! » Y ya no lo vio más. Entonces agarró su túnica y la rasgó en dos; luego recogió el manto que se le había caído a Elías, se volvió y se detuvo a la orilla del Jordán; y agarrando el manto de Elías, golpeó el agua diciendo: «¿Dónde está el Dios de Elías, dónde?» Golpeó el agua, el agua se dividió por medio, y Eliseo cruzó.
V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 30 R/. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor Qué bondad tan grande, / Señor,reservas para tus fieles, / y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R/. En el asilo de tu presencia los escondes / de las conjuras humanas;
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/ los ocultas en tu tabernáculo, / frente a las lenguas pendencieras. R/. Amad al Señor, fieles suyos; / el Señor guarda a sus leales, / y a los soberbios les paga con creces. R/.
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11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 6,1-6.1618 R/. Gloria a ti, Señor plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas: El Señor no se cansa nunca de tener misericordia de nosotros, y quiere ofrecernos una vez más su perdón —todos tenemos necesidad de Él—, invitándonos a volver a Él con un corazón nuevo, purificado del mal, purificado por las lágrimas, para compartir su alegría. ¿Cómo acoger esta invitación? Nos lo sugiere san Pablo: “En nombre de Cristo os pedimos: ¡que os reconciliéis con Dios”. Este esfuerzo de conversión no es solamente una obra humana, es dejarse reconciliar. La reconciliación entre nosotros y Dios es posible gracias a la misericordia del Padre que, por amor a nosotros, no dudó en sacrificar a su Hijo unigénito. En efecto, Cristo, que era justo y sin pecado, fue hecho pecado por nosotros cuando cargó con nuestros pecados en la cruz, y así nos ha rescatado y justificando ante Dios. “En Él” podemos llegar a ser justos, en Él podemos cambiar, si acogemos la gracia de Dios y no dejamos pasar en vano este “tiempo favorable”. Por favor, detengámonos, detengámonos un poco y dejémonos reconciliar con Dios.
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Feria
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las
Santa Misa
Lunes a Jueves 8:30 a.m. Viernes a Domingo 7:00 a.m. Repetición Misa: Lunes a Viernes 12:30 p.m. y 7:00 p.m. Sábados y Domingos 12:00 m. y 7:00 p.m.
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Jueves · Blanco
Junio
18
JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Esta fiesta tiene sus orígenes en la celebración del sacerdocio de Cristo que en la misa latina se introdujo en algunos calendarios y que tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II fue renovada por la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote. San Juan Pablo II, en el documento “Ecclesia de Eucharistia” señala que “el Hijo de Dios se ha hecho hombre, para reconducir todo lo creado, en un supremo acto de alabanza, a Aquél que lo hizo de la nada”. “De este modo, Él, el sumo y eterno Sacerdote, entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima Trinidad”.
Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de Él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante Él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su Presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros
sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre Él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre Él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo
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Fiesta · Se reza el Te Deum
Primera lectura. Libro de Isaías 52, 13-53, 12
11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el
justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte; y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 40 R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número. /R. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio. /R. Entonces yo digo: «Aquí estoy como está escrito en mi libro para
hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. /R. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios; Señor, Tú lo sabes. /R. No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. /R.
Lectura del Santo evangelio según, San Lucas 22, 14-20 R/. Gloria a ti, Señor Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: «He deseado enormemente comer esta comida pascual con ustedes, antes de padecer, porque les digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios». Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo: «Tomen esto, repártanlo entre ustedes; porque les digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que
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venga el reino de Dios». Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes; hagan esto en memoria mía». Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
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Jueves
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
Palabra y pan en la mesa se vuelven una cosa, como en la última cena cuando todas las palabras de Jesús, todos las señales que había hecho se condensaron en el gesto de partir el pan y de ofrecer un cáliz, anticipación del sacrificio de la cruz, y en esas palabras: ‘Tomad y bebed este es mi cuerpo, tomad y bebed esta es mi sangre’. El gesto de Jesús realizado en la última cena es el agradecimiento extremo al Padre por su amor y misericordia. Agradecimiento en griego se dice eucaristía, y por eso el sacramento se llama eucaristía. Es el supremo agradecimiento al padre que nos amó tanto al punto de darnos a su Hijo por amor. Por esto el término eucaristía resume este gesto de Dios y del hombre juntos. Gesto de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre. Por lo tanto la celebración eucarística es algo más que un simple banquete, es el memorial de la pascua de Jesús, el misterio central de la salvación.
Nuestro Pan
Lunes a Sábado 9:00 a 9:30 a.m. y 1:00 a 1:30 p.m. Lunes a Domingo de 4:30 a 5:00 p.m.
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Viernes · Blanco
Junio
19
Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los sacerdotes.
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras: “Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio.” He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado. 2. Pondré paz en sus familias. 3. Les consolaré en sus penas. 4. Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte. 5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas. 6. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. 7. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia. 8. Las almas tibias se volverán fervorosas. 9. Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección. 10. Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos. 11. Las personas que propaguen esta
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devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de El. 12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo. Las condiciones para ganar esta gracia son tres: 1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción. 2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final. 3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
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11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio
En aquellos días, Moisés habló al pueblo, diciendo: «Tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios: él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad. Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás, pues sois el pueblo más pequeño, sino que, por puro amor vuestro, por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató
de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así sabrás que el Señor, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con los que lo aman y guardan sus preceptos, por mil generaciones. Pero paga en su persona a quien lo aborrece, acabando con él. No se hace esperar, paga a quien lo aborrece, en su persona. Pon por obra estos preceptos y los mandatos y decretos que te mando hoy.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 102 R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos. Bendice, alma mía, al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre. / Bendice, alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios. R/.
El Señor hace justicia / y defiende a todos los oprimidos; / enseñó sus caminos a Moisés / y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.
Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, / lento a la ira y rico en clemencia. / No nos trata como merecen nuestros pecados / ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Segunda lectura. Primera carta del apóstol san Juan 4,7-16 Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y
nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha
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SOLEMNIDAD · Se reza el Te Deum.
Primera lectura. Libro del Deuteronomio 7,6-11
11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos
tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 11,25-30 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio Meditación del Papa Francisco Cuántas veces, en cambio, constatamos que construir ignorando a Dios y su voluntad nos lleva a la desilusión, la tristeza y al sentimiento de derrota. La experiencia del pecado como rechazo a seguirle, como ofensa a su amistad, ensombrece nuestro corazón. Pero aunque a veces el camino cristiano no es fácil y el compromiso de fidelidad al amor del Señor encuentra obstáculos o registra caídas, Dios, en su misericordia, no nos abandona, sino que nos ofrece siempre la posibilidad de volver a Él, de reconciliarnos con Él, de experimentar la alegría de su amor que perdona y vuelve a acoger. Recurrid a menudo al Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación. Es el Sacramento de la alegría reencontrada. Pedid al Espíritu Santo la luz para saber reconocer vuestro pecado y la capacidad de pedir perdón a Dios acercándoos a este Sacramento con constancia, serenidad y confianza. El Señor os abrirá siempre sus brazos, os purificará y os llenará de su alegría: habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte»
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Sábado · Blanco
Junio
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EL INMACULADO CORAZÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN
La historia de la devoción del Inmaculado Corazón se inicia en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de San Juan Eudes. Más adelante, en diciembre del año 1925 la Virgen Santísima se le apareció a Lucía Martos, vidente de Fátima, y le prometió asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confesasen, recibieran la Sagrada Comunión, rezasen una tercera parte del Rosario, con la intención de darle reparación.
Primera lectura. Segundo libro de las Crónicas 24,17-25 Cuando murió Yehoyadá, las autoridades de Judá fueron a rendir homenaje al rey, y éste siguió sus consejos; olvidando el templo del Señor, Dios de sus padres, dieron culto a las estelas y a los ídolos. Este pecado desencadenó la cólera de Dios contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas para convertirlos, pero no hicieron caso de sus amonestaciones. Entonces el espíritu de Dios se apoderó de Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo: «Así dice Dios: ¿Por qué quebrantáis los preceptos del Señor? Vais a la ruina. Habéis abandonado al Señor, y él os abandona.» Pero conspiraron contra él y lo lapidaron en el atrio del templo por orden del rey. El rey Joás,
sin tener en cuenta los beneficios recibidos de Yehoyadá, mató a su hijo, que murió diciendo: «¡Que el Señor juzgue y sentencie!» Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. El ejército de Siria era reducido, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se vengaron de Joás. Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
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MEMORIA OBLIGATORIA
El Papa Pío XII, el 31 de Octubre de 1942, al clausurarse la solemne celebración en honor de las Apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.
11ª Semana del Tiempo Ordinario – 3ª del Salterio Salmo Responsorial, 88 R/. Le mantendré eternamente mi favor Sellé una alianza con mi elegido, / jurando a David, mi siervo: / «Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para todas las edades.» R/. «Le mantendré eternamente mi favor, / y mi alianza con él será estable; / le daré una posteridad perpetua / y un trono duradero como el cielo.» R/.
«Si sus hijos abandonan mi ley / y no siguen mis mandamientos, / si profanan mis preceptos / y no guardan mis mandatos.» R/. «Castigaré con la vara sus pecados / y a latigazos sus culpas; / pero no les retiraré mi favor / ni desmentiré mi fidelidad.» R/.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 6,24-34 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen
los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio Jesús contrapone la actitud de quien se afana por el dinero y las cosas de aquí abajo, con la de quien vive desprendido y confiado en la providencia de Dios. Aquellos al poner sus esperanzas e ilusiones en el mundo y sus cosas viven en el ansia y la intranquilidad. Esto
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Sábado es porque en último término los éxitos y satisfacciones, tan anhelados, vienen determinados por factores que no siempre pueden controlar. ¿Quién puede predecir el futuro siempre incierto? Hay bienes tan frágiles como la salud, tan inexplicables como el amor o la amistad sincera. Aspectos, éstos últimos, que son decisivos para la felicidad humana. Además la fugacidad de la vida limita las satisfacciones que estos bienes nos reportan... Desde este punto de vista ¡qué pobres parecen estas aspiraciones! En cambio, los otros, logran superar esa visión materialista para alcanzar, una dimensión espiritual. Seguir el consejo de Jesús no es fácil, pero reporta tranquilidad, paz y verdadera alegría interior. Saberse en las manos de un Padre bondadoso que nos invita a no preocuparnos de las cosas de este mundo, es una seguridad mejor fundada que las mejores predicciones de negocios.
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Domingo · Verde
Junio
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Día del Padre
Antífona de Entrada Cf. Sal 27, 8-9 El Señor es fuerza para su pueblo, apoyo y salvación para su Ungido. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad, sé su pastor por siempre.
Oración Colecta Concédenos tener siempre, Señor, respeto y amor a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de nuestro amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura. Libro de Jeremías 20,10-13 Dijo Jeremías: «Oía el cuchicheo de la gente: “Pavor en torno; delatadlo, vamos a delatarlo.” Mis amigos acechaban mi traspié.” A ver si se deja seducir, y lo abatiremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él.” Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con
sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 68 R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor Por ti he aguantado afrentas, / la vergüenza cubrió mi rostro. / Soy un extraño para mis hermanos, / un extranjero para los hijos de mi madre; / porque me devora el celo de tu templo, / y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/. Pero mi oración se dirige a ti, / Dios mío, el día de tu favor; / que me escuche tu gran bondad,
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/ que tu fidelidad me ayude. / Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; / por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/. Miradlo, los humildes, y alegraos, / buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. / Que el Señor escucha a sus pobres, / no desprecia a sus cautivos. / Alábenlo el cielo y la tierra, / las aguas y cuanto bulle en ellas. R/.
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12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio Segunda lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5,12-15 Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión
como la de Adán, que era figura del que había de venir, Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos?
Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Antífona de Comunión Jn 10, 11.15 Yo soy el Buen Pastor, yo doy mi vida por las ovejas, dice el Señor.
Reflexión del Evangelio
Nada oculto: en esta vida todo sale a luz, tampoco es que entramos en ese sistema de control o de sensor de verdad, pero es el mismo tiempo quien te lleva a la misma verdad, en esta vida los cristianos estamos llamados a poner luz, la clave de la vida es que tu y yo debemos iluminar y sacar a luz las cosas. Porque vivir en tinieblas y ambigüedades te endurece y no te deja en paz. Se claro con lo que haces y dices, se claro
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Se reza el Te Deum
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 10,26-33 R/. Gloria a ti, Señor
Domingo con tus intenciones. Recuerda que solo a Dios hay que temerle, la clave de tu vida es temer a Dios pero nosotros que somos creaturas la tenemos que pelear juntos, nadie es más que nadie y nadie tiene coronita, a todos no nos pasara que nos haremos cenizas, es por ello que a todos respeto pero tu corazón no debe temer porque está con Dios.
Tu Ayuda: Medios de donación. Contribuye para que más personas vean el mundo con los ojos de Jesús
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Lunes · Verde o Blanco o Rojo
Junio
22
SAN PAULINO DE NOLA, obispo
Nació en Francia en el año 355. Reconocido abogado en el Imperio Romano. A la muerte de su hijo, su mujer y él pasaron a vivir como hermanos, viviendo en oración y ayudando a los pobres. Fue Obispo de Nola durante 21 años. Murió en el año 431.
SANTOS JUAN FISHER, obispo y TOMAS MORO, mártires
Mártires, que, por haberse opuesto al rey Enrique VIII en la controversia sobre su matrimonio y sobre la primacía del Romano Pontífice, fueron encarcelados en la Torre de Londres, en Inglaterra. Juan Fisher nació en el año 1469, estudió teología en Inglaterra, llevo una vida llena de austeridad y entrega pastora. Escribió diversas obras contra los errores de su tiempo. Tomás Moro nació el año 1477, completó sus estudios en Oxford, se casó y tuvo un hijo y tres hijas. Ocupó el cargo de canciller del reino. Escribió varias obras sobre el arte de gobernar y en defensa de la religión. Juan y Tomas por oponerse al rey Enrique VIII en la cuestión de su pretendida anulación de matrimonio fueron decapitados en el año 1535.
En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que
introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos. El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: «Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas.» Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias
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Feria o Memoria libre
Primera lectura. Libro de los Reyes 17,5-8.13-15a.18
12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su
presencia. Sólo quedó la tribu de Judá. V. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 59 R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda Oh Dios, nos rechazaste / y rompiste nuestras filas; / estabas airado, / pero restáuranos. R/. Has sacudido y agrietado el país: / repara sus grietas, que se desmorona. / Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, / dándole a
beber un vino de vértigo. R/. Tú, oh Dios, nos has rechazado / y no sales ya con nuestras tropas. / Auxílianos contra el enemigo, / que la ayuda del hombre es inútil. / Con Dios haremos proezas, / él pisoteará a nuestros enemigos. R/.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 7,1-5 R/.
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el
tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
No se puede corregir a una persona sin amor y sin caridad. No se puede hacer una intervención quirúrgica sin anestesia: no se puede, porque el enfermo morirá de dolor. Y la caridad es como una anestesia que ayuda a recibir la cura y aceptar la corrección. Apartarlo, con mansedumbre, con amor y hablarle. En segundo lugar es necesario no decir algo que no es verdad. Cuántas veces en nuestras comunidades se dicen cosas una persona de la otra que no son verdaderas: son calumnias. O si son verdad, se arruina la fama de esa persona. Por eso los chismorreos hieren, los chismes son bofetadas al corazón de una persona. Ciertamente, cuando te dicen la verdad no es bonito escucharla, pero si se dice con caridad y con amor es más fácil aceptarla. Por tanto, se debe hablar de los defectos de los otros con caridad. Si no eres capaz de hacerlo con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, se comete una ofensa, una destrucción del corazón de la persona, se hace un chismorreo más, que hiere y te convierte en un ciego hipócrita, como dice Jesús. ‘Hipócrita; quita primero la viga de tu ojo…’ ¡Hipócrita! Reconoce que eres más pecador que el otro, pero que tú, como hermano debes ayudara corregir al otro.
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Martes · Verde
Junio
Primera lectura. Libro de los Reyes 19,9b-11.14-21.31-35a.36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: «Decid a Ezequias, rey de Judá: “Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria. Tú mismo has oído hablar cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar?”» Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró: «Señor, Dios de Israel, sentado sobre querubines; tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo. Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra, y los han destruido. Ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios.»
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén. Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes. ¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad –oráculo del Señor–. Yo escucharé a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo.» Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 47 R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre Grande es el Señor y muy digno de alabanza / en la ciudad de nuestro Dios. / Su monte santo, altura hermosa, / alegría de toda la tierra. R/. El monte Sión, vértice del cielo, / ciudad del gran rey. / Entre sus palacios, Dios / descuella como un
alcázar. R/. Oh Dios, meditamos tu misericordia / en medio de tu templo: / como tu renombre, oh Dios, / tu alabanza llega al confín de la tierra; / tu diestra está llena de justicia. R/.
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Feria
23
12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 7,6.12-14 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la
puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco,
¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es la puerta por la que debemos entrar? Y, ¿por qué Jesús habla de una puerta estrecha? La imagen de la puerta se repite varias veces en el Evangelio y se refiere a la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Esta puerta es Jesús mismo. Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre. Y la puerta, que es Jesús, nunca está cerrada, esta puerta nunca está cerrada, está abierta siempre y a todos, sin distinción, sin exclusiones, sin privilegios. Porque, sabéis, Jesús no excluye a nadie […] Jesús en el Evangelio nos dice que ser cristianos no es tener una “etiqueta”. Yo les pregunto: ustedes, ¿son cristianos de etiqueta o de verdad? Y cada uno responda dentro de sí. Nunca cristianos de etiqueta. Cristianos de verdad, de corazón. Ser cristianos es vivir y testimoniar la fe en la oración, en las obras de caridad, en la promoción de la justicia, en hacer el bien. Por la puerta estrecha que es Cristo debe pasar toda nuestra vida.
p.m.
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Miércoles · Blanco
Junio
24 NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA Es el enviado por Dios para preparar el camino al Salvador. Es el último profeta con la misión de anunciar la llegada inmediata del Salvador. Este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento. San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo (de hoy en seis meses - el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús). A mediados del siglo IV el sepulcro de San Juan Bautista era venerado cerca de Naplusa en Samaria. Fue profanado en tiempos del emperador juliano (361), pero San Jerónimo atestigua la persistencia del culto del Precursor en aquel lugar, siendo erigida allí mismo una basílica en el siglo VI.
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía
mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 138 R/. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras
mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R/.
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SOLEMNIDAD · Se reza el Te Deum
Primera lectura. Libro de Isaías 49,1-6
12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio Tú has creado mis entrañas, / me has tejido en el seno materno. / Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, / porque son admirables tus obras; / conocías hasta el fondo de mi alma. R/.
No desconocías mis huesos, / cuando, en lo oculto, me iba formando, / y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
Segunda lectura Libro de los Hechos de los apóstoles 13,22-26 En aquellos días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y,
cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Lectura del Santo evangelio según, San Lucas 1,57-66.80 R/. Gloria a ti, Señor A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.» Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan
es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
De la esterilidad, el Señor es capaz de recomenzar una nueva descendencia, una nueva vida. Cuando la humanidad se agota, no puede ir más, viene la gracia y viene el Hijo, y viene la Salvación. Y esa creación agotada deja lugar a la nueva creación…
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Miércoles Esta “segunda” creación es el mensaje de hoy. Nosotros esperamos a Aquel que es capaz recrear todas las cosas, de volver nuevas las cosas. Esperamos la novedad de Dios. Por otro lado, tanto la mujer de Manoa, madre de Sansón, como Isabel, tendrán hijos gracias a la acción del Espíritu del Señor. ¿Cuál es el mensaje de estas lecturas? Abrámonos al Espíritu de Dios. Nosotros solos no podemos. Es Él quien puede hacer las cosas.
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Jueves · Verde
Junio
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Primera lectura. Segundo libro de los Reyes 24,8-17
Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre. En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de
oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos –diez mil deportados–, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe. Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los ricos –siete mil deportados–, los herreros y cerrajeros –mil deportados–, todos aptos para la guerra. En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 78 R/. Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, / han profanado tu santo templo, / han reducido Jerusalén a ruinas. / Echaron los cadáveres de tus siervos / en pasto a las aves del cielo, / y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra. R/. Derramaron su sangre como agua / en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba. / Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, / la irrisión y la burla de los que nos rodean.
/ ¿Hasta cuándo, Señor? / ¿Vas a estar siempre enojado? / ¿Arderá como fuego tu cólera? R/. No recuerdes contra nosotros / las culpas de nuestros padres; / que tu compasión nos alcance pronto, / pues estamos agotados. R/. Socórrenos, Dios, salvador nuestro, / por el honor de tu nombre; / líbranos y perdona nuestros pecados / a causa de tu nombre. R/.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 7,21-29 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el
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reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos
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12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?” Yo entonces les declararé: ‘Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.” El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El
que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.» Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas. V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Cristo nos pide permanecer en su amor. Hay dos criterios que ayudan a distinguir el verdadero amor del que no lo es. El primer criterio es: el amor está más en los hechos que en las palabras, no es un amor de telenovela, una fantasía, historia que nos hacen latir el corazón pero nada más, está en los hechos concretos. Jesús avisaba a los suyos: «No los que dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que han hecho la voluntad de mi Padre, que cumplen mis mandamientos». El verdadero amor es concreto, está en las obras, es un amor constante. No es un sencillo entusiasmo. También, muchas veces es un amor doloroso: pensemos en el amor de Jesús llevando la cruz. El segundo criterio del amor es que al amor se comunica, no permanece aislado. El amor da de sí mismo y recibe, se da esa comunicación que existe entre el Padre y el Hijo, una comunicación que la hace el Espíritu Santo.
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Feria
Meditación del Papa Francisco
Viernes · Verde o Blanco
Junio
26
SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER, Presbítero
Nació en España, fue sacerdote y fundador de la prelatura del Opus Dei en 1928, institución de la Iglesia que enseña que todos los bautizados están llamados a seguir a Jesucristo, a vivir y a dar a conocer el Evangelio. La finalidad del Opus Dei es contribuir a esa misión evangelizadora de la Iglesia Católica, promoviendo entre fieles cristianos de toda condición una vida coherente con la fe en las circunstancias ordinarias de la existencia y especialmente a través de la santificación del trabajo. Josemaría Escrivá Murió en Roma en 1975.
Primera lectura. Segundo libro de los Reyes 25,1-12 El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor. La ciudad quedó sitiada hasta el año once del reinado de Sedecías, el día noveno del mes cuarto. El hambre apretó en la ciudad, y no había pan para la población. Se abrió brecha en la ciudad, y los soldados huyeron de noche por la puerta entre las dos murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y se marcharon por el camino de la estepa. El ejército caldeo persiguió al rey; lo alcanzaron en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban abandonándolo. Apresaron al rey y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, y lo procesó. A los hijos de Sedecías los hizo
ajusticiar ante su vista; a Sedecias lo cegó, le echó cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia. El día primero del quinto mes, que corresponde al año diecinueve del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia, funcionario del rey de Babilonia. Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios. El ejército caldeo, a las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén. Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivos al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la plebe. De la clase baja dejó algunos como viñadores y hortelanos. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 136 R/. Que se me pegue la lengua al paladar sí no me acuerdo de ti Junto a los canales de Babilonia / nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; / en los sauces de sus
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orillas / colgábamos nuestras cítaras. R/.
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12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio Allí los que nos deportaron / nos invitaban a cantar; / nuestros opresores, a divertirlos: / «Cantadnos un cantar de Sión.» R/. ¡Cómo cantar un cántico del Señor / en tierra extranjera! / Si me
olvido de ti, Jerusalén, / que se me paralice la mano derecha. R/. Que se me pegue la lengua al paladar / si no me acuerdo de ti, / si no pongo a Jerusalén / en la cumbre de mis alegrías. R/.
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
El episodio de la curación del leproso se desarrolla en tres breves etapas: la invocación del enfermo, la respuesta de Jesús, las consecuencias de la curación prodigiosa. El leproso le suplica a Jesús, ‘de rodillas’ y le dice: ‘Si quieres puedes purificarme’. A esta oración humilde y llena de confianza, Jesús responde con una actitud profunda de su ánimo: la compasión. La compasión es una palabra muy profunda que significa ‘sufrir con el otro’. El corazón de Cristo manifiesta la compasión paterna de Dios por aquel hombre, acercándose a él y tocándolo. Este particular es muy importante. Jesús ‘tiende la mano, lo toca... y en seguida la lepra desaparece y Él lo purifica”. La misericordia de Dios supera cada barrera y la mano de Jesús toca al leproso. Él no pone una distancia de seguridad y no actúa delegando, sino que se expone directamente al contagio por nuestro mal. Y así justamente nuestro mal se vuelve el lugar del contacto: Él, Jesús, toma de nosotros la humanidad enferma y nosotros de Él su humanidad sana y que cura. Esto sucede cada vez que recibimos con fe un sacramento: el Señor Jesús nos ‘toca’ y nos da su gracia. En este caso pensamos especialmente al sacramento de la Reconciliación, que nos cura de la lepra y del pecado.
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Feria o Memoria Libre · Día Penitencial
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 8,1-4 R/. Gloria a ti, Señor
Sábado · Verde o Blanco
Junio
27
SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA, obispo y doctor de La Iglesia
Nació en el año 370. Obispo y doctor de la Iglesia, trabajó con empeño para mantener íntegra la fe católica, y en el Concilio de Éfeso defendió los dogmas de la unidad de persona en Cristo y la divina maternidad de la Virgen María. Murió en el año 444.
Primera lectura. Libro de las Lamentaciones 2,2.10-14.18-19 El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob, con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá; derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes. Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos, se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal; las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza. Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura mis entrañas; se derrama por tierra mi hiel, por la ruina de la capital de mi pueblo; muchachos y niños de pecho desfallecen por las calles de la ciudad. Preguntaban a sus madres: «¿Dónde hay pan y vino?», mientras desfallecían, como los heridos, por las calles de la ciudad, mientras expiraban en brazos de sus madres. ¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén? ¿A
quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella? Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte? Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas; y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu suerte, sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras. Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión; derrama torrentes de lágrimas, de día y de noche; no te concedas reposo, no descansen tus ojos. Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia; derrama como agua tu corazón en presencia del Señor; levanta hacia él las manos por la vida de tus niños, desfallecidos de hambre en las encrucijadas. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 73 R/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres ¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados, / y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño? / Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo, / de la tribu que rescataste
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para posesión tuya, / del monte Sión donde pusiste tu morada. R/. Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio; / el enemigo ha arrasado del todo el santuario. / Rugían
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12ª Semana del Tiempo Ordinario – 4ª del Salterio
En la entrada superior / abatieron a hachazos el entramado; / después, con martillos y mazas, / destrozaron todas las esculturas. / Prendieron fuego a tu santuario, /
derribaron y profanaron la morada de tu nombre. R/. Piensa en tu alianza: que los rincones del país / están llenos de violencias. / Que el humilde no se marche defraudado, / que pobres y afligidos alaben tu nombre. R/.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 8,5-17 R/.
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.» Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo.» Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién soy yo para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace.» Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob
en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y al centurión le dijo: «Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.» Y en aquel momento se puso bueno el criado. Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.»
V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
Cuando somos nosotros solos los que encontramos al Señor, somos nosotros –digámoslo, entre comillas – los dueños de este encuentro; pero cuando nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra en nosotros, es Él el que vuelve a hacer todo de nuevo, porque esta es la venida, lo que significa cuando viene Cristo: volver a hacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino.
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Feria o Memoria Libre o Binaventurada María Virgen
los agresores en medio de tu asamblea, / levantaron sus propios estandartes. R/.
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Sábado Nosotros estamos en camino con fe, con la fe de este centurión, para encontrar al Señor y, sobre todo, ¡para dejar que Él nos encuentre! Pero se necesita un corazón abierto ¡para que Él me encuentre! Y me diga aquello que Él quiere decirme, ¡que no es siempre aquello que yo quiero que me diga! Él es Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una masa. ¡No, no! Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor así, abstracto: ¡es un amor concreto! De persona a persona.
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Domingo · Verde
Junio
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Antífona de Entrada Sal 46, 2 Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Oración Colecta Oh, Dios, que por la gracia de la adopción has querido hacernos hijos de la luz, concédenos que no nos veamos envueltos por las tinieblas del error, sino que nos mantengamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Un día pasaba Eliseo por Sunam, y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido: «Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.»
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. Dijo a su criado Guejazi: «¿Qué podríamos hacer por ella?» Guejazi comentó: «Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo.» Eliseo dijo: «Llámala.» La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: «El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo.» V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 88 R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: / camina, oh Señor, a
la luz de tu rostro; / tu nombre es su gozo cada día, / tu justicia es su orgullo. R/. Porque tú eres su honor y su fuerza, / y con tu favor realzas nuestro poder. / Porque el Señor es nuestro escudo, / y el Santo de Israel nuestro rey. R/.
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Se Reza el Te Deum.
Primera lectura. Segundo libro de los Reyes 4,8-11.14-16a
13ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio Segunda lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6,3-4.8-11 Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él;
pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 10,37-42 R/. Gloria a ti, Señor En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado;
el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Antífona de Comunión Cf. Ps 102,1 Bendice, alma mía al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Reflexión del Evangelio Meditación del Papa Benedicto XVI La pasión dolorosa del Señor Jesús suscita necesariamente piedad hasta en los corazones más duros, ya que es el culmen de la revelación del amor de Dios por cada uno de nosotros. Observa san Juan: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno
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Domingo de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna» (Jn 3,16). Cristo murió en la cruz por amor. A lo largo de los milenios, muchedumbres de hombres y mujeres han quedado seducidos por este misterio y le han seguido, haciendo al mismo tiempo de su vida un don a los hermanos, como Él y gracias a su ayuda. Son los santos y los mártires, muchos de los cuales nos son desconocidos. También en nuestro tiempo, cuántas personas, en el silencio de su existencia cotidiana, unen sus padecimientos a los del Crucificado y se convierten en apóstoles de una auténtica renovación espiritual y social. ¿Qué sería del hombre sin Cristo? San Agustín señala: «Una inacabable miseria se hubiera apoderado de ti, si no se hubiera llevado a cabo esta misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si Él no hubiera venido al encuentro de tu muerte. Te hubieras derrumbado, si Él no te hubiera ayudado. Hubieras perecido, si Él no hubiera venido» (Sermón, 185,1). Entonces, ¿por qué no acogerlo en nuestra vida?
Hora Santa 8:00 a 9:00 a.m.
6:00 a 7:00 a.m.
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Lunes · Rojo
Junio
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SAN PEDRO, APÓSTOL
San Pedro, primer Papa, llamado también príncipe de los apóstoles. Ocupa un lugar principal entre los Doce, siendo protagonista de muchos episodios en el Evangelio. Nació en el pueblo galileo de Betsaida. Junto con su hermano Andrés y los hijos de Zebedeo, se dedicaba al oficio de pescador. El nombre de Pedro era Simón. El Señor Jesús se lo cambia por Cefas, que quiere decir “piedra”. El Señor Jesús lo confirma como la “piedra” sobre la cual la Iglesia será edificada, le otorga las llaves del Reino de los Cielos y la potestad de “atar y desatar”. Debido a esto se le representa
le promete que no lo abandonará y lo seguirá hasta la muerte. El Señor le dice que antes de que cante el gallo, Pedro lo negará tres veces. El episodio de la negación de San Pedro es conmovedor. Nos lo presenta negando tres veces que conoce al Jesús por miedo a los judíos. Inmediatamente después canta el gallo y él recuerda las palabras que el Señor le había dicho. Por sus negaciones, es representado a veces en actitud de jurar o llorando. Por ello también los penitentes lo invocan como patrono. A San Pedro no se le suele representar con un cayado como a otros
popularmente con un par de llaves, que son su atributo característico. Por ello también es patrono de los porteros y fabricantes de llaves. Junto con Santiago y Juan, Pedro pertenecía al grupo de los más allegados a Jesús. Está presente en el milagro de la resurrección de la hija de Jairo, en el episodio de la transfiguración y en la oración en el monte de Getsemaní. Suele también ser representado junto a San Juan debido a los varios episodios en los cuales los dos aparecen asociados, especialmente la carrera al sepulcro vacío. El Evangelio nos lo presenta como un hombre de carácter impetuoso e impulsivo. No quiere que Cristo le lave los pies en la Ultima Cena y
santos obispos. En cambio, siempre lleva una cruz a modo de báculo pastoral. Incluso hasta hoy, el Papa no usa báculo como los otros obispos, sino una cruz a modo de cayado. San Pedro fue obispo de Antioquia y posteriormente obispo de Roma, donde estableció su sede y fue martirizado en tiempos del emperador Nerón. Fue condenado a ser crucificado, pero considerándose indigno de morir como el Señor pidió ser clavado cabeza abajo. Fue sepultado en lo que hoy es el Vaticano donde aun se encuentran su restos bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro. Esto ha sido comprobado en los encuentros arqueológicos y anunciado por Pío XII al concluir el año santo de 1950.
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13ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio
SAN PABLO, APÓSTOL
Saulo, el futuro San Pablo, nació en Tarso de Cilicia, hacia el año 8 de la Era Cristiana. Pronto pasó Saulo a Jerusalén, su gran talento le afianzó rápidamente en los principios de la Ley antigua, que cita constantemente de memoria y con gran exactitud. «Yo perseguí de muerte —nos dice él mismo— a los seguidores de esta nueva doctrina, aprisionando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres». Pablo y sus compañeros se acercaban a Damasco, cuando de pronto una luz del cielo les envolvió en su resplandor. Pablo vio entonces a Je-
Nerón. Se le encierra entonces en una prisión terrible, en la que se le condenó a una absoluta inactividad e incomunicación. Debió padecer muchísimo al encontrarse paralizado. Fue decapitado en el año 67. Sobre la muerte de San Pablo, Dionisio, en la carta a que nos hemos referido anteriormente, escribió a Timoteo lo siguiente: “En aquella tristísima hora, oh mi querido hermano, dijo el verdugo a Pablo: “Prepara tu cuello”. Entonces el santo apóstol miró al cielo, hizo la señal de la cruz sobre su frente y sobre su pecho, y exclamó: “¡Oh Señor mío Jesucristo, en tus manos
sús. A su vista cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?», «Yo soy Jesús, a quien tú persigues». Se retiró por un tiempo, y antes de volver a Damasco, permaneció entregado a la oración y en trato íntimo con el Señor. Desde entonces su vida apostólica es una cadena de persecuciones, de grandes dificultades; pero, al mismo tiempo, de grandes triunfos para la causa cristiana. Predica en las plazas, en los anfiteatros, en las sinagogas, y mientras unos se hacen discípulos suyos, otros se amotinan, le maldicen y le apedrean. La persecución acrece su vigor, la contradicción exalta su fe en la victoria. Sufre cautiverio en Roma, a fines del año 66, en plena persecución de
encomiendo mi espíritu!”. Dicho esto, serenamente, con naturalidad, estiró su cuello y, al descargar el verdugo el hachazo con que le amputó la cabeza, recibió la corona del martirio; pero, en el mismo instante en que recibió el golpe mortal, el santísimo mártir desplegó un velo, recogió en él parte de la sangre que brotó de su herida, plegó de nuevo la tela, la anudó y se la entregó a Lemobia”. Aunque la tradición que señala que San Pedro y San Pablo compartieron la misma prisión no es segura, se sabe que ambos murieron mártires en Roma en la misma época, hacia el año 67. La Iglesia los ha venerado siempre juntos y les dedica una única solemnidad el 29 de junio.
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Lunes Primera lectura. Libro de los Hechos de los apóstoles 12, 1-11 En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del
Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: «Date prisa, levántate». Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias». Obedeció, y el ángel le dijo: «Échate el manto y sígueme». Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel. Pedro recapacitó y dijo: «Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos». V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Salmo Responsorial, 33 R/. El Señor me libró de todas mis ansias. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. /R.
Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y lo salva de sus angustias. /R.
Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su Nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. /R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gusten y vean qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él. /R.
Segunda lectura. Segunda carta del apóstol San Pablo a Timoteo 4, 6-8. 17-18 Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido
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la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. El
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13ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome
de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo
ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo». V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio Meditación del Papa Benedicto XVI Pedro responde: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Acto seguido, Jesús pronuncia la declaración solemne que define, de una vez por todas, el papel de Pedro en la Iglesia: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (...). A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de Pedro. Así queda descrito con imágenes muy plásticas lo que la reflexión sucesiva calificará con el término: “primado de jurisdicción”.
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SOLEMNIDAD · Se reza el Te Deum.
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 16, 13-19 R/. Gloria a ti, Señor
Martes · Verde o Rojo
Junio
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LOS SANTOS PROTOMÁRTIRES DE LA IGLESIA DE ROMA
Primeros Mártires Iglesia en Roma. Martirologio Romano: Santos Protomártires de la santa Iglesia Romana, que, acusados de haber incendiado la Urbe, por orden del emperador Nerón unos fueron asesinados después de crueles tormentos, otros, cubiertos con pieles de fieras, entregados a perros rabiosos, y los demás, tras clavarlos en cruces, quemados para que, al caer el día, alumbrasen la oscuridad. Eran todos discípulos de los Apóstoles y fueron las primicias del martirio que la iglesia de Roma presentó al Señor († c. 64).
Después de la fiesta de los dos apóstoles, el calendario Romano quiere celebrar la memoria de los numerosos mártires que no pudieron tener un lugar especial en la liturgia.
Primera lectura. Profecía de Amós 3,1-8;4,11-12 Escuchad esta palabra que dice el Señor, hijos de Israel, a todas las familias que saqué de Egipto: «A vosotros solos os escogí, entre todas las familias de la tierra; por eso os tomaré cuentas por vuestros pecados. ¿Caminan juntos dos que no se conocen? ¿Ruge el león en la espesura sin tener presa? ¿Alza su voz el cachorro en la guarida sin haber cazado? ¿Cae el pájaro por tierra si no hay una trampa? ¿Salta la trampa del suelo sin haber atrapado? ¿Suena la trompeta en la ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede una desgracia
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en la ciudad que no la mande el Señor? Que no hará cosa el Señor sin revelar su plan a sus siervos, los profetas. Ruge el león, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza? Os envié una catástrofe como la de Sodoma y Gomorra, y fuisteis como tizón salvado del incendio, pero no os convertisteis a mí – oráculo del Señor–. Por eso, así te voy a tratar, Israel, y, porque así te voy a tratar, prepárate a encararte con tu Dios.»
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V. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
13ª Semana del Tiempo Ordinario – 1ª del Salterio Salmo Responsorial, 5 R/. Señor, guíame con tu justicia Tú no eres un Dios que ame la maldad, / ni el malvado es tu huésped, / ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/. Detestas a los malhechores, / destruyes a los mentirosos; / al
hombre sanguinario y traicionero lo aborrece el Señor. R/. Pero yo, por tu gran bondad, / entraré en tu casa, / me postraré ante tu templo santo / con toda reverencia. R/.
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; Él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!» Él les dijo: «¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma. Ellos se preguntaban admirados: «¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!» V. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión del Evangelio
Meditación del Papa Francisco
La situación que se da sobre el barco es el miedo. Cuando hay una gran agitación en el mar, el barco se cubría por las olas. ‘¡Sálvanos, Señor, que estamos perdidos!’, dicen. ¡El miedo! Incluso aquella es una tentación del diablo: tener miedo de avanzar en el camino del Señor. Hay una tentación que dice que es mejor quedarse aquí, donde estoy seguro. Pero esto es el Egipto de la esclavitud. Tengo miedo de seguir adelante, tengo miedo de ir hacia donde me llevará el Señor. El temor, sin embargo, no es un buen consejero. Jesús muchas veces, ha dicho: ¡No tengan miedo! El miedo no nos ayuda. Cuando Jesús trae la calma al agitado mar, los discípulos en la barca se llenaron de temor. Siempre, ante el pecado, delante de la nostalgia, ante el temor, debemos volver al Señor. Mirar al Señor, contemplar al Señor. Esto nos da estupor por un nuevo encuentro con el Señor. ‘Señor, tengo esta tentación: quiero quedarme en esta situación de pecado; Señor, tengo la curiosidad de saber cómo son estas cosas; Señor, tengo miedo’. Y ellos vieron al Señor: ‘¡Sálvanos, Señor, estamos perdidos!’ Y llegó la sorpresa del nuevo encuentro con Jesús. No somos ingenuos ni cristianos tibios, somos valientes, valerosos.
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Feria o Memoria Libre
Lectura del Santo evangelio según, San Mateo 8,23-27 R/. Gloria a ti, Señor
CORONILLA DE LA DIVINA
P
MISERICORDIA
alabras de Jesús Misericordioso a Santa Faustina sobre la coronilla y como rezarla
El viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló a santa Faustina un poderoso medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo. Ella lo describió así:
En la noche, cuando estaba en mi celda, vi un Ángel que era el ejecutor de la justicia de Dios. Estaba vestido con una túnica brillante, su cara gloriosamente iluminada y una nube bajo sus pies. En sus manos tenía truenos y relámpagos. Cuando vi las señales de la
ira divina, con las cuales cierto país de la tierra sería castigado de una manera particular, imploraba al Ángel, pero noté enseguida que mis plegarias eran impotentes contra la ira de Dios... En el mismo momento vi a la “Santísima Trinidad”, que irradiaba Majestad y Santidad incomparables. Al mismo tiempo oí interiormente palabras, con las cuales empecé a implorar fervorosamente por la salvación del mundo. Y ¡Oh milagro! el Ángel era impotente contra esta oración y no podía ejecutar el justo castigo. Las palabras con las que imploraba la misericordia de Dios eran las siguientes:
“Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo por nuestros pecados y los pecados del mundo entero. Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. “Cada vez que entres en la capilla, inmediatamente recita la oración que te enseñé ayer”. “Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte”. “A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte”. “Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta coronilla”. “Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso”.
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Cómo Rezar la Coronilla 1
P ADRE NUE ST R O
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AVE MARÍA
3
CRE DO
4
GL ORIA
6
Decir después
Cuentas del rosario correspondientes al AVEMARÍA:
V. Por su dolorosa Pasión.
5
Decir después
R.
Cuentas del rosario correspondientes al
Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
PADRENUESTRO :
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y de los del mundo entero.
ORACIÓN FINAL Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Oh sangre y agua que brotaron del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros, En Ti Confío.
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• Especial año de la Misericordia •
Esta es la coronilla que Jesús le pidió a santa Faustina introducir a su comunidad y al mundo entero. En 1936, el Padre Miguel Sopocko hizo imprimir esta corona (en la Editorial Cebolski en Cracovia) en el reverso de la estampa con la imagen de la Divina Misericordia que Eugenio Kasimierwsko pintó.
nuestra fe. ÂżQuĂŠ le espera al hombre despuĂŠs de la muerte?
Como el hombre no puede retener su vida indefinidamente, como la vida se va, es vĂĄlido preguntarnos hacia dĂłnde nos dirigimos: Âżhacia el vacĂo?, Âżhacia la nada? Algunos filĂłsofos sostienen que el hombre es “una pasiĂłn inĂştilâ€? o “un ser para la muerteâ€?. ÂĄQuĂŠ poco sentido le dan estas posturas a la vida! En cambio, ÂżquĂŠ tal si decimos que el hombre es un ser para la eternidad? Una vida asĂ
Especial para la Revista CristovisiĂłn Pbro. Omar BenĂtez Lozano
sĂ vale la pena: vale la pena el esfuerzo por vivir correctamente, el esfuerzo por la virtud, etc. Si todo se acaba con la muerte, cuando no se tiene esa ansia de algo mĂĄs, de plenitud, de eternidad, ÂżcuĂĄl serĂa nuestra motivaciĂłn para vivir rectamente? Cuando se tiene la certeza de que despuĂŠs de la muerte hay plenitud, hay algo superior a esto que estamos viviendo, lo que nos planteamos es, entonces, ÂżquĂŠ debo hacer ahora para estar en condiciones de alcanzar esa plenitud? Hay que plantearse la cuestiĂłn de la salvaciĂłn, de un futuro pleno, de esperanza. De lo contrario, la vida serĂa como una corriente que nos conduce al abismo. Creer en la salvaciĂłn es creer que en alguna parte nuestra vida queda recogida.
ÂżCĂłmo superar el miedo a la muerte?
Es natural un cierto miedo, porque se trata de algo traumĂĄtico, de un trance
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doloroso, no solo cuando uno piensa en su propia muerte, sino en la de seres queridos. No nos ha de extraĂąar. TambiĂŠn a Cristo le costĂł: “Padre, si quieres, aparta de mĂ este cĂĄlizâ€?. Se refiere a su PasiĂłn y muerte, a su derramamiento de sangre, a esa ruptura que se va a dar en Él, porque en su Humanidad SantĂsima tambiĂŠn es cuerpo y alma. Pero luego aĂąade: “pero no se haga mi voluntad sino la tuyaâ€?. Él, que
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es nuestro modelo, nos enseña cómo enfrentar esta realidad dolorosa. Teniendo fe, lo natural debiera ser asumir la muerte con serenidad, como una parte real y normal de la propia vida, como una certeza que nos lleva a redoblar nuestro esfuerzo para sacarle el mayor partido a los años que nos toque vivir aquí. Hasta ahora, solo un verdadero sentido de la religión ha sido capaz de superar satisfactoriamente el temor a la muerte. Ese miedo solo puede quedar contrapesado por la esperanza de una nueva vida. Para el creyente, la muerte es como tomarse una medicina amarga, sabiendo que con ella recobrará la salud.
Podremos controlar nuestro miedo a la muerte cuando comprendamos que nuestra alma, nuestra verdadera esencia, jamás morirá. Cada minuto en esta vida es un paso a la eternidad, y si esa eternidad es el cielo, es un paso más hacia una bienaventuranza de dimensión tan extraordinaria que nadie sería capaz de describir. Cuando hay fe, en lugar de ver la muerte como un hoyo negro, fatal, donde toda vida humana se derriba y se hunde, como un final dramático de todo, la verían como el nacimiento a una nueva vida, como cuando la mariposa deja, con esfuerzo, la crisálida de la que sale: solo entonces puede volar. Así estamos llamados a volar los hijos de Dios.
¿Por qué conviene pensar en la muerte?
Pensar en la muerte sirve para pensar en la vida. Uno muere según como vive, y uno se plantea la vida según como quiere morir Es lo más real que tenemos, algo a lo que no podemos rehuir. Jugar al escondite con uno mismo, no es una actitud muy digna, y menos en asunto tan importante. Dice el Papa Francisco: “Hace tiempo que la muerte es una compañera cotidiana. —Pienso que el hilo que
queda en el carretel no es mucho. No voy a vivir otros setenta años, y empiezo a considerar que tengo que dejar todo. Pero lo tomo como algo normal. No estoy triste. A uno le dan ganas de ser justo con todos en todas las situaciones, de hacer al final —digamos— caligrafía inglesa. La muerte está todos los días en mi pensamiento”. La muerte pone a las personas en la verdadera realidad. Cuando el tiempo apremia y el hombre se familiariza con la idea de la muerte, empieza a preocuparse por cosas que antes no le importaban. Escribía san Josemaría Escrivá: “Siquiera una vez al día, ponte con el pensamiento en trance de muerte, para ver con esa luz los sucesos de cada jornada. Te aseguro que tendrás una buena experiencia de la paz que esa consideración produce” (Forja, n. 1038)
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Oracional Ofrecemos a nuestros lectores algunas oraciones tradicionales para diversas peticiones y momentos del día.
Oraciones de la mañana:
Ofrecimiento de obras.
Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado la vida. Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día. No permitas que Te ofenda y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar. Haz que crezca mi amor hacia Ti y hacia los demás.
Ofrecimiento de sí mismo Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis; a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que esto me basta.
A Santa María Acordaos. Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado la vida. Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día. No permitas que Te ofenda y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar. Haz que crezca mi amor hacia Ti y hacia los demás.
Bendita sea tu pureza.
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Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
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Oracional Angelus V. El ángel del Señor anunció a María, R. y concibió por obra del Espíritu Santo. Ave María... V. He aquí la esclava del Señor, R. hágase en mí según tu palabra. Ave María... V. Y el Verbo se hizo carne, R. y habitó entre nosotros. Ave María... V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Oración: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas; para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su pasión y cruz, seamos llevados a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Para antes de la Misa
Oración a la Santísima Virgen. Oh Madre de piedad y de misericordia, Santísima Virgen María, yo miserable e indigno pecador en ti confío con todo mi corazón y mi afecto; acudo a tu piedad para que, así como estuviste junto a tu dulcísimo Hijo, clavado en la cruz, también te dignes estar con clemencia junto a mí miserable pecador, y junto a todos los sacerdotes que aquí y en toda la santa Iglesia van a celebrar hoy, para que, ayudados con tu gracia, ofrezcamos una hostia digna y aceptable en la presencia de la suma y única Trinidad. Amén.
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Oracional Oración a San José. ¡Oh feliz varón, bienaventurado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al Dios, a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo! V. Ruega por nosotros, bienaventurado José. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Oración: Oh Dios, que nos concediste el sacerdocio real; te pedimos que, así como san José mereció tratar y llevar en sus brazos con cariño a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María, hagas que nosotros te sirvamos con corazón limpio y buenas obras, de modo que hoy recibamos dignamente el sacrosanto cuerpo y sangre de tu Hijo, y en la vida futura merezcamos alcanzar el premio eterno. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Para después de la Misa: A Jesús Crucificado.
Mírame, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado en tu presencia: te ruego, con el mayor fervor, imprimas juntamente en mi corazón los sentimientos de fe, esperanza, caridad, dolor de mis pecados y firmísimo propósito de jamás ofenderte; mientras que yo con gran amor y compasión voy considerando tus cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de ti, ¡oh Dios mío!, el santo profeta David: Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos.
Oración a San José. Custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María. Por estas dos queridísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.
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Oracional Invocaciones al Santísimo Redentor. Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén.
Oraciones de la noche: Acto de contrición y de acción de gracias Te doy gracias, Dios mío, por todos los beneficios que hoy me has concedido. Te pido perdón de todas las faltas que he cometido durante este día; me pesa de todo corazón haberte ofendido y me propongo firmemente nunca más pecar, ayudado de tu divina gracia.
Al Ángel de la Guarda. Angel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo, que me perdería.
A la Sagrada Familia. Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía. Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María, en vos descanse en paz el alma mía.
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