Especial San Valentín 2014

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ARTE Representaciones en obras de arte sobre mitología y leyendas amorosas…… 7

CIENCIA La verdad del amor según la ciencia………………………………………… 12

CINE Especial San Valentín cinéfilo, 25 recomendaciones románticas…………… 14 Lo que el viento se llevó…………………………………………………….. 25 La matanza del día de San Valentín…………………………………………. 33 HOGAR, BELLEZA Y SALUD Cómo estar guapa para San Valentín………………………………………… 36 Una boda en la nieve…………………………………………………………. 40

LITERATURA Regala libros, la mejor muestra de amor…………………………………….. 41 Nicolas Barreau, el escritor de las parisinas actuales………………………... 49 Las escritoras románticas que más enamoran……………………………….. 52 Kelly Dreams, el erotismo en España tiene un nombre……………………… 58

MÚSICA Enamórate con música……………………………………………………….. 65 Elvira Sastre, su poesía y la música conjugan de maravilla…………………. 67

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ORIENTAL Rincón Otaku: Top 5 de manga y anime romántico………………………. 70

RECETAS DE COCINA Un riquísimo San Valentín, recetas que despiertan pasiones……………... 75

VIAJES Barcelona: cinco lugares románticos imprescindibles…………………….. 78

LOS MEJORES RELATOS ROMÁNTICOS Relatos seleccionados en la convocatoria de San Valentín Para Laura, José Antonio Reyero Chamizo……………………………….. 83 Solo por hoy, Jessica Castro López……………………………………….. 86 Sangre virgen, Rosa Gloria González……………………………………... 87 Y pasan los años…, Alicia Giménez Serrano……………………………... 88 Coherencia, Ángeles Castro Rodríguez…………………………………… 89

SAN VALENTÍN EN TERROR Y FANTASÍA A primera vista, M.D. Rubio de Medina…………………………………. 91 Tenaz, Núria C. Botey……………………………………………………. 92 Sólo un mordisquito, Chloe Santana……………………………………… 93 El ángel del amor, Raquel Campos……………………………………….. 94 Amor y eternidad, Rubén Serrano………………………………………… 97 Painkiller, Pablo Fidel Moncayo………………………………………….. 101 La Reina del Voodoo, Pilar Trujillo……………………………………… 103 Todo corazón, Tony Jiménez…………………………………………….. 106 El regalo de San Valentín, Luisa Fernanda Barón……………………….. 109 Cualquier cosa por ella, Jose Antonio García Santos…………………….. 112 El regalo, Miriam Alonso………………………………………………… 114 San Valentín, Lidia Siquier………………………………………………. 117 El regreso, Laura Morales………………………………………………... 120 Corazón enamorado, Ignacio J. Borraz…………………………………... 124 Mira que te gusta jugar conmigo, Iris T. Hernández……………………... 127 El plato está en la mesa, Moi Gascón…………………………………….. 130 3


Dirección Beatriz Ibán Diezhandino Webmaster Julián Ibán Pérez Redactores Mariona Rivas Vives (Oriental y Literatura Zona Barcelona), María José Díaz-Maroto (Cine), Lourdes Caiminagua (Música), Beatriz Ibán Diezhandino (Ciencia, Literatura, Viajes), Elia Berné (Arte), Lydia Alfaro (Terror y Fantasía, Deportes), María Jesús Diezhandino (Parapsicología, Recetas de cocina, Hogar y Belleza), Aitziber López (Actualidad). Fotografía Elisabet de Loreto, Aurora Franquet, Elia Berné, Lou Caimi,

Beatriz Ibán Diezhandino, Juan Pablo Pérez-Padial, Carlos González Santos. Colaboradores habituales Alberto Ibán Diezhandino, Fernando López Guisado, José Luis Morante, Jero Romero, Juan Pablo Pérez-Padial, Covadonga del Toro, Jennifer Mosquera, Antonio Garrido, Esmeralda Cuevas, Mariana Esciam, Jerónimo Fernández Duarte, José Antonio García Santos. Contacto Pandora Magazine Apartado de correos 4015 León, 24010 (España) Teléfono: 676706126 info@pandora-magazine.com ISSN: 2254-2663

Coordinación Especial San Valentín 2014 Lydia Alfaro

Colaboradores del Especial San Valentín 2014 Juan Pablo Pérez-Padial, Fernando Morote, Elisabet de Loreto, Paqui Guzmán, Tony Jiménez, Rubén Serrano, Laura Morales, Iris T. Hernández, Moi Gascón, Chloe Santana, Lidia Siquier, Luisa Fernanda Barón Cuello, Jose Antonio García Santos, Nuria C. Botey, Raquel Campos, Pilar Trujillo, Miriam Alonso, Ignacio J. Borraz, Pablo Fidel, Studio Chou Chou. 4


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EDITORIAL

Un San Valentín muy especial

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l amor… El llamado “motor del mundo”. Por desgracia, el mundo se mueve (o mejor dicho, quienes lo poblamos y nos llamamos humanos) por otros sentimientos menos altruistas y nobles que El Amor, pero es cierto que, en el fondo, hasta el más malvado de los humanos, siente amor, aunque sea por sí mismo. El Amor está ahí, dentro de nosotros, en el aire. Funciona como un mecanismo que nos posibilita sentir euforia, alegría, completa felicidad… Y actúa como canal de estas otras (y muchas más) emociones en todas sus variantes: amor romántico, amor fraternal, amor paterno-filial, etc. El Amor es algo que necesitamos sentir y que todo ser vivo (todo, recalco, los humanos no somos los dueños exclusivos de los sentimientos) contiene. Desde este número Especial de San Valentín de Pandora Magazine, hemos querido hacer un homenaje a este gran sentimiento y, desde cada una de las secciones habituales de nuestra revista, enseñaros las diferentes caras que tiene El Amor: curiosidades, información variada, entrevistas a caras conocidas, relatos de los lectores y de autores del panorama nacional, recomendaciones de cine, moda y mucho más. Hemos trabajado con mucho cariño e ilusión para ofreceros una revista especial muy interesante, entretenida y visualmente atractiva. Tras casi dos años de andadura (pronto celebraremos nuestro aniversario), damos un paso más en este 2014, con una publicación independiente de nuestra web, en este primer especial del año… Sí, del año. Porque este es el primero de muchos especiales de diferentes temáticas, que iremos anunciando a lo largo del año. Así que, sentaos, coged una taza de té, café o lo que os plazca y leed. Esperamos que lo disfrutéis y que celebréis el sentimiento de El Amor cada día del año, no sólo en San Valentín. ¡Feliz lectura!

LYDIA ALFARO

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ARTE

Representaciones en obras de arte sobre mitologías y leyendas amorosas

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n el apartado artístico hemos planteado un viaje a través de los siglos. Basándonos en algunas obras de grandes maestros os llevaremos por épocas y estilos varios para ver cómo se ha reflejado el AMOR en el arte. En la Antigüedad, la principal fuente de historias para crear piezas solía ser los mitos y las leyendas. Y ¿qué hay más fructífero que la mitología grecoromana? Pues bien, tanto en su época como en siglos posteriores, se ha recurrido a ella para plasmar los momentos más apasionados, comprometidos, complicados y extraños de sus protagonistas y sus intrincadas historias amorosas. Hasta las historias de aquellos menos afortunados en su amor no correspondido. Nuestra primera piezaes Eros y Psique del artista neoclásico Antonio Canova. En ella se ve el momento anterior al beso que se dan esta famosa pareja de amantes, pero ¿cuál es su historia? y ¿por qué nos representó el autor este momento en concreto?

(Cupido) a la tierra para que hiciera que Psique se enamorase del hombre más horrible y ruin. Pero lo que ocurrió fue que Eros, al verla, quedó prendado de ella, por lo que decidió arrojar su flecha al mar y llevarse con él a Psique a su palacio para desposarla. Una vez la tuvo consigo, Eros, para evitar la ira de su madre, se aparecía ante su esposa solamente en el refugio de la noche para que ella no conociera su identidad. Así fueron pasando los días, entre noches de amor y días solitarios, hasta que Psique decidió sincerarse y contarle a su enigmático esposo que echaba de menos a su familia. Por eso Eros permitió que se viera con sus hermanas, no sin antes advertirla de que querrían acabar con su dicha. Efectivamente, éstas, al ver la opulencia en la que habitaba, le preguntaron quién era su marido, dónde se encontraba, cómo había conseguido tales posesiones, etc. Psique finalmente cedió a sus preguntas y les confesó que en verdad no conocía el rostro de su esposo, tan solo su voz y la dulzura de sus besos. Con lo que acabaron por convencerla para que durante la noche encendiera una vela y descubriera quién se escondía tras las sombras. Tal fue así que Psique, inquieta tras

Según el libro de Las metamorfosis, Psique era la hija pequeña de los reyes de Anatolia, poseedora de una belleza sin igual por la cual sus dos hermanas mayores la envidiaban. Tal era su hermosura que la mismísima diosa Afrodita (Venus) sentía celos, por lo que decidió mandar a su hijo Eros

tantas preguntas, encendió una lámpara de aceite en medio de la noche y la

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acercó al rostro de su esposo. Fue tal su sorpresa la descubrir al dios Eros a su lado que una gota de aceite hirviendo se derramó y cayó en su hombro despertándolo. Eros al percatarse de lo que sucedía entró en cólera, pues por ella había sido capaz de desafiar a su madre Afrodita, así que la abandonó. Psique, desolada y llena de tristeza, imploró a la diosa que le devolviera el amor de Eros. Pero ésta, vengativa, le pidió a cambio que realizara cuatro tareas para ella casi imposibles de ejercer por cualquier mortal. Pero Psique, movida por su amor, las fue superando hasta quedarle únicamente una, la más peligrosa. Debía descender al Inframundo para pedirle a Perséfone (esposa de Hades) un poco de belleza y llevarla consigo en una caja para entregársela a Afrodita. Psique en su insistencia logró la gesta pero cuando volvía del Inframundo con la caja en sus manos la tentó pensar que quizás un poco de belleza la ayudaría a recuperar el amor de Eros. Por ello se decidió a abrir la caja y en ese momento cayó bajo los efectos de un “sueño estigio” ideado por Afrodita. Eros, su amado, que lo había visto todo, bajó del Olimpo en su ayuda, la recogió en sus brazos y con un beso la despertó del sueño. Bajo su imploración accedieron a hacer inmortal a Psique por lo que los dos amantes pudieron finalmente vivir en paz.

Bien en la escultura realizada por Antonio Canovase muestra el instante en el cual Eros salva a su amada. El prototipo de escultura realizada por el artista se aleja de los cánones del Neoclasicismo pues, aunque la temática es mitológica, no entra dentro de la línea de pensamiento moralizante de la época, sino que es más poética. Fue un encargo privado del que existen dos piezas que destacan por la complejidad compositiva, pues crea la obra a partir de la forma de aspa remarcando el centro con una composición circular que le sirve para destacar el beso. Se aprecia la torsión en la figura femenina, que yace tumbada con los brazos extendidos en posición nada cómoda. Las figuras están bien acabadas y permiten la observación de la obra desde cualquier punto de vista, aunque hay uno dominante y principal, pues es el único desde el que se aprecia bien el beso. En la época neoclásica había el problema de tener demasiados modelos a los que seguir o de quién influenciarse, por lo que la figura del escultor quedaba muy limitada en cuanto a creatividad. La solución aportada por Canova y que vemos en la obra fue, partiendo de los predecesores barrocos, depurar el lenguaje para extraer los ideales neoclásicos que dominaban en el siglo XVIII, aunque los encargos privados solían ser siempre piezas de temática mitológica al gusto de la aristocracia reinante como esta.

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que por lo tanto vemos a Venus persuadiendo a Medea.

Eros y Psique, 1787-93

Otra obra de temática amorosa que os proponemos se distancia en este caso de las leyendas y mitologías varias, pero a nuestro parecer no podíamos olvidarla en un día tan especial como este. Se trata de la obra manierista Amor sacro y Amor profano de Tiziano, realizada en el siglo XVI. Este cuadro nos presenta dos figuras femeninas contrapuestas y a cupido entre medio de ellas. A lo largo de la historia ha habido varias interpretaciones de la pieza. Algunos piensan que siguiendo la filosofía de pensamiento predominante en la época de su creación, el artista plasmó a la VenusVulgaris y a la VenusCoelestis, o lo que es lo mismo el amor humano y el amor divino. Por otra parte hay historiadores que apuntan a que el autor, influenciado por la obra de Francesco Colona “Sueño de Polifilo”, presentó a Venus y a Polia, la protagonista del relato. Hay algunos que apuntan a influencias antiguas como “La Argonautica” de Valerio Flaco y

Pero dentro de la confusión que existe en torno a la interpretación de la obra, lo que está claro es el hecho de que vemos a Venus y a su hijo Cupido intentando llevar el amor a la mujer misteriosa de la imagen. Es por eso que si vemos la historia que hay detrás de su creación comprenderemos el porqué de esa idea. La obra fue encargada para celebrar el matrimonio entre NiccolòAurelio y Laura Bagarotto; se cree que fue el propio marido quien le dio el encargo al artista. Pero ¿quiénes eran ellos? Pues bien,Niccolò era un oficial veneciano con un alto cargo que no formaba parte de un linaje noble. Después de servir como secretario de los procuradores de San Marcos fue ascendido a Secretario del Consejo de los Diez en 1509. Se casaron en 1514 y años más tarde él fue nombrado Gran Canciller de Venecia. Viendo pues que este fue un matrimonio concertado entre familias y no por amor, se extrae la idea de que Niccolò, al encargar el cuadro y ofrecérselo luego a su mujer como regalo de bodas, quizás quería de una forma sutil y elegante persuadirla a que se entregara plenamente a su matrimonio, sin miedos y a que lo amara; por lo que estaríamos frente a un retrato de Laura Bagarotto siendo llamada al amor por la mismísima diosa Venus. Una explicación mucho más en línea con estas fechas y que seguro satisface a los soñadores más románticos. Porque ¿a quién no le gustaría un regalo así?

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Amor sacro y amor profano, 1514

Finalmente acabaremos como empezamos, hablando de una escultura cuya inspiración fueron los textos de Las metamorfosis, aunque en esta ocasión no se trata de una historia con final feliz, ni de una pareja que se profesa amor eterno. Acabaremos hablando de otro tipo de amor que, aunque en estas fechas no quede muy romántico, también tenemos que tratar. Y es que ¿quién no ha sentido nunca un amor no correspondido? Muchos seguramente sí, y en épocas señaladas del año como es San Valentín nos sentimos peor que otros días. Pues bien, esta obra va por todos vosotros/as, y no es otra que la famosa Apolo y Dafne de Bernini. Este artista fue la gran figura del siglo XVII en cuanto a lo que escultura se refiere, pues el poco tiempo que residió en París sirvió para que su persona y su trabajo fueran también allí reconocidos y loados. Inició su aprendizaje de manos de su padre que también era escultor y se dedicaba principalmente a la restauración de piezas antiguas. Aun así, su principal influencia será la figura de Miguel Ángel a quien admiró por la potencia de sus figuras. Siempre que Bernini trabajaba buscaba conseguir la integración de las tres artes, lo que se conoce como “il bel composto”.

Incluyó la renovación de ciertos elementos tradicionales, así como el trabajar con tres o cuatro fragmentos de mármol para crear una anatomía abierta en expansión que nos muestre el clímax de una acción concreta. La pieza de Apolo y Dafne corresponde a una de las obras realizadas en su juventud. Se basa en el texto de la Metamorfosis de Ovidio y nos enseña, como no podía ser de otra manera, el momento culmen de la narración: cuando Apolo está a punto de atrapar a la ninfa y ella, para escaparse, se transforma en laurel. Su historia es la siguiente: Apolo, un gran dios con un ego aún mayor, llegó al Olimpo un día después de dar caza a la Pitón que habitaba en el monte Parnaso. Cruzándose en su camino apareció Eros y éste, al verlo con su arco y sus flechas, se burló de él, pues jamás había cazado nada. Eros, ofendido por la burla, procedió a lanzarle una flecha de oro para incitarle al amor de la más bella de las ninfas, Dafne. Pero lo que ella hizo fue lanzarle una flecha de hierro que incitaba al odio más puro. De esta manera empezó Apolo una persecución sin fin hacia la ninfa, que sin recursos ya para huir del dios quedó atrapada entre sus brazos. Fue en ese momento cuando implorando la ayuda de su padre, éste la socorrió convirtiéndola en laurel. Apolo, al verse privado de su amor al que quería desposar, se decidió a consagrar el laurel a su deidad, prometiéndole que jamás envejecería y que sus hojas coronarían a los mayores héroes de la historia. Como ya hemos dicho, en la escultura el autor plasma el momento

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preciso de la transformación. En ella es destacable la inclinación de Dafne i el grito que muestra su rostro con las facciones de horror. Ambos van desnudos pero tienen las zonas púdicas finamente escondidas: él con una tela y ella mediante la corteza de la planta, es el toque sutil que da el artista a la desnudez. Cabe destacar la figura femenina, mucho más bien tratada y

acabada que la masculina, aun con un gran parecido al Apolo Belvedere. En general, la obra es un ejemplo de la capacidad del artista por tratar el mármol con las herramientas y conseguir buenísimos acabados.

ELIA BERNÉ

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CIENCIA

La verdad del amor según la ciencia El amor como reacción bioquímica

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uando alguien siente amor por otra persona, en lo que menos piensa es que sea una reacción química del cerebro. Bueno, puede que sí que haya gente que lo piense, pero no es muy romántico por su parte. La mayoría de las veces, los que somos de racionalizar todo, nos intentamos convencer a nosotros mismos de que en esa ocasión, nada tiene que ver la ciencia. Pero por supuesto, todas y cada una de las veces que lo pensamos, nos estamos autoconvenciendo de algo que no es cierto. Como ha dicho la misma Helen Fisher,

El amor es como una droga para nuestro cerebro profesora de Antropología e investigadora del comportamiento humano en la Universidad Rutgers, la ATV (área tegmental ventral) es clave. Es la zona del cerebro que se ilumina con más intensidad si metemos a alguien en una máquina de resonancia magnética y le mostramos fotografías de la persona amada por ejemplo. Esta zona tiene que ver con el sistema de recompensas del cerebro, por lo que la persona lo que pretende es conseguir la recompensa mayor: el ser amado. Y es que el amor es como una droga para nuestro cerebro. Cuando somos felices con esa persona, estamos como en una nube como suele decirse. Pero cuando ya no somos correspondidos, el síndrome de abstinencia es duro.

Puede que la dopamina y la serotonina también tengan algo que ver con todo esto. Estos dos neurotransmisores generan distintas sensaciones que tienen que ver con el amor. A la serotonina se le denomina “la hormona del placer” y la dopamina tiene que ver con la motivación, el deseo y el placer. Con elevados niveles de concentración de estos dos neurotransmisores, nuestro cerebro identificará un sentimiento de amor y placer hacia otra persona cuando en realidad las sustancias químicas están haciendo todo el trabajo. Incluso cuando vemos acercase a la persona amada y sentimos que el corazón se no acelera tiene una explicación que nada tiene que ver con el amor: la dopamina es la responsable de las taquicardias, ya que vemos que se acerca nuestro objeto mayor de motivación en esos momentos y es segregada en mayor cantidad, dando lugar a esos latidos más rápidos. Hace apenas unos años que se está estudiando el amor como una respuesta bioquímica, y parece ser que el enamoramiento aparece con la feniletilamina. Donald F. Klein y Michael R. Liebowitz, del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York (EEUU) plantearon en 1980 esta posibilidad, ya que parece que esta sustancia aparece en nuestro organismo

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incluso con una sola mirada, y en cuanto eso ocurre, empezamos a notar cierta excitación y enrojecimiento. Es la responsable de la sensación de amor romántico según Helen Fisher, como precedente de la dopamina. Baste decir que esta sustancia se encuentra en el chocolate, y ya sabemos que es lo que más nos apetece cuando hay algún sentimiento de desamor por el medio. Ingerir este alimento hace que nos sintamos mejor gracias a la feniletilamina. Pero la hormona más importante en lo relacionado con el amor puede que sea la oxitocina, llamada coloquialmente como “la molécula del amor”. Se la relaciona con el establecimiento de relaciones sociales o con la confianza. De hecho, se cree que es la responsable del deseo de establecimiento como pareja monogámica. Entre los que han investigado estos

Ingerir chocolate hace que nos sintamos mejor emocionalmente gracias a que contiene feniletilamina temas, siempre se nos oye decir la manida frase te quiero con todo mi hipotálamo en vez de la típica entre los poetas de te quiero con todo mi corazón. El motivo es sencillo. La hormona de la oxitocina es producida por el hipotálamo, lo cual nos lleva a concluir que el órgano por excelencia más importante en el amor no es ni mucho menos el corazón, el cual no afecta en absoluto a lo que sentimos, sino esa región del cerebro que tiene un

nombre tan poco romántico: hipotálamo. Un día como San Valentín no va a quedar muy romántico decirle una frase de ese tipo a nuestra pareja, pero no por saber qué es el amor en realidad va a quitar magia al asunto ni mucho menos. El cuerpo humano es un misterio, más aún el cerebro. Y es por eso mismo que sigue siendo magia y misterio todo lo relacionado con el amor. Aun teniendo

Los más radicales podrían decir la frase “te quiero con todo mi hipotálamo” reacciones bioquímicas, el ser humano forma parejas o las rompe por otros motivos distintos como por ejemplo los económicos o sociales. Pero también sabemos que incluso cuando todo va correctamente, una persona decide romper la relación, o contra todo pronóstico, encontramos parejas unidas durante toda su vida sin ningún motivo. Así pues, señoras y caballeros, el misterio está servido.

BEATRIZ IBAN DIEZHANDINO

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CINE

ESPECIAL SAN VALENTIN CINÉFILO 25 Recomendaciones románticas

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n este primer especial que sacamos fuera de las fronteras de nuestra web he decidido hacer como en Halloween, preguntar un poquito en la redacción sobre los gustos y hacer recomendaciones variopintas del género romántico y no tan romántico para esta semana tan especial. Habrá películas clásicas, más actuales y sobre todo habrá, en mayor o menor medida, amor, ya que será el hilo conductor de las 25 recomendaciones. También nos gustaría desligarnos de la típica “Titanic” o “Pretty Woman”, pero es la película que todo el mundo tiene en mente cuando dices San Valentín. Por lo tanto antes que nada unas películas románticas para ver son “Titanic” (1997) y “Pretty Woman” (1990), a partir de ahí comenzamos. (Antes de comenzar el artículo, he de decir que iré poniendo una pequeña descripción de la película con los actores principales y el director y posteriormente un cuadrito donde estará la sinopsis de la película.) Por ejemplo, empezaremos con Beatriz, nuestra directora nos hace unas recomendaciones de lo más clásicas en las que predomina su gusto por la actriz belga Audrey Hepburn, aunque veremos que no es la única que admira a dicha actriz. “Desayuno con diamantes” (1961) dirigida por Blake Edwards y adaptada libremente del libro de Truman Capote ‘Breakfast at Tiffany’s’. La película aparte de Audrey Hepburn está protagonizada por George Peppard e incluye a secundarios del lujo de Patricia Neal, Martin Balsam y Mickey Rooney. ¿Quién no recuerda la maravillosa canción ‘Moon River’ cantada por Holly?, pues aquí la encontrarás y además gracias a esta película soñarás con el amor verdadero. Sinopsis: Holly Golightly es una joven muchacha neoyorquina que abandonó su casa a temprana edad, que aparentemente lleva una vida fácil, feliz y alegre, pero en realidad tiene una personalidad difícil y algo extravagante, por ejemplo todas las mañanas desayuna frente a Tiffany’s. Un día se muda a su edificio un joven escritor llamado Paul, que espera que le llegue el éxito mientras es mantenido por una mujer madura. Tras su primer encuentro sus vidas y las nuestras darán un giro de 180 grados. Reseña completa:

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“Vacaciones en Roma” (1953) está dirigida por William Wyler y a pesar de que Audrey no era la primera opción sino Elizabeth Taylor, finalmente gracias a la insistencia del director tenemos esta joya para la posteridad protagonizada por una de las mejores actrices de todos los tiempos junto a Gregory Peck. Gracias a esta película, donde Hepburn hacía su primera interpretación protagonista, ganó el ‘Oscars’ a mejor actriz por su papel de la princesa Anna. La película tiene una nota de 8.1, para mí tiene un lugar muy especial en esas películas perfectas y disfrutables. Sinopsis: La princesa Anna se encuentra en Roma de visita oficial y cansada de sus obligaciones decide escaparse durante la noche y vivir la vida de un ser común y corriente, sin protocolos ni barreras sociales. En estos momentos conocerá a Joe Bradley que se ofrecerá a ser su guía turístico y entre monumentos ambos se enamorarán y vivirán un idilio.

“Casablanca” (1942) está basada en la obra teatral “Everybody comes to Rick’s” de Murray Burnett y Joan Alison, además es otro de esos clásicos imprescindibles que debes ver una vez en la vida. El filme está dirigido por Michael Curtiz y protagonizado por dos de los mejores actores de la época: Ingrid Bergman y Humphrey Bogart. No hay que olvidar que esta película es de las mejores valoradas en la meca del cine, cosa que lo corroboran los premios que obtuvo en la época… y hoy día aún se conoce, cosa que otras películas rodadas en las mismas fechas no tuvieron el mismo éxito. Como último apunte decir que tiene un 8.7 de nota en IMDb y un 10 en todos los corazones románticos y adoradores del buen cine clásico.

Sinopsis: Durante la 2ª Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gentes de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo. En esta ocasión, el objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blane, antiguo amante de su mujer Ilsa. Cuando Ilsa se ofrece a quedarse a cambio de un visado para sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo que rigió su vida en el pasado.

Desde la sección de música, Lou nos deja la recomendación de “El amor es lo que tiene” (2005), una comedia romántica protagonizada por Ashton Kutcher y Amanda Peet con ciertas semejanzas al film “Cuando Harry encontró a Sally” (1989) donde no hay mejor para romper una buena amistad que el amor.

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Sinopsis: Dos jóvenes se conocen durante un largo viaje en avión. Oliver, recién salido de la Universidad, tiene planes muy concretos para lograr el éxito en los negocios y en el amor. Emily en cambio, es un alma audaz, libre y espontánea, que se siente atraída por las situaciones más extremas. Representan dos formas incompatibles de ver y encarar la vida. Sin embargo, su encuentro les ha dejado huella, algo totalmente inexplicable los mantiene unidos. De hecho, vuelven a verse, año tras año, en distintas ciudades.

Desde la sección de oriental nos llega una recomendación de uno de los mejores guionistas románticos: Richard Curtis y esta vez también a los mandos de la película “Love Actually” (2003). Esta marabunta de historias cruzadas está protagonizada por multitud de actores, desde los veteranos Hugh Grant, Colin Firth o Liam Neeson hasta Keira Knightley, Chiwetel Ejiofor o Martin Freeman. La verdad es que para ser la opera prima del director no está nada mal, por algo es considerado uno de los guionistas mejor valorados de Europa. Esta película a través de sus historias nos harán replantearnos el amor y la vida, hasta tal punto que después de verla hasta podríamos ser capaces de ver el mundo con otros ojos, tal y como lo hacen los personajes de esta comedia dramática. Sinopsis: En Londres, poco antes de las Navidades, se entrelazan una serie de historias divertidas y conmovedoras. "Love, Actually" es una manera abreviada de decir “Love Actually Is All Around” y éste es precisamente el argumento de la película: mires a donde mires, encontrarás el amor. Todos los personajes, cada uno a su manera (un primer ministro, una vieja estrella del rock, una asistenta portuguesa que sólo habla su idioma), están relacionados con los aspectos más divertidos, tristes, ingenuos y estúpidos del amor.

En contrapartida con tanta historia de amor tenemos otra recomendación desde la sección de literatura: “Bridget Jones” (2001) y su secuela “Bridget Jones: Sobreviviré” (2004), ambas protagonizadas por Renée Zellweger, Colin Firth y Hugh Grant y con guión de Richard Curtis entre otros. Estas películas basadas en las novelas de Helen Fielding están consideradas un poco anti-románticas, pero mirándolo por el lado bueno, si estás soltero/a te puedes echar unas risas con esta caótica treintañera.

Sinopsis: Bridget Jones es una treintañera soltera y llena de complejos, cuya vida sentimental es un desastre. Tiene sólo dos ambiciones: adelgazar y encontrar el amor verdadero. El día de Año Nuevo toma dos decisiones: perder peso y escribir un diario. Pero muy pronto su vida amorosa se vuelve a complicar, pues se encuentra dividida entre dos hombres. Por un lado, Daniel Cleaver, su jefe, un tipo encantador y sexy, pero peligroso; por otro, Mark Darcy, un viejo amigo de la familia, que al principio le parece demasiado reservado y aburrido.

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“Dirty Dancing” (1987) es la apuesta romántica desde la sección de arte. Este film dirigido por Emile Ardolino –que también dirigió “Sister Act: Una monja de cuidado” (1992)– y protagonizado por el fallecido Patrick Swayze y Jennifer Grey es inolvidable para todo aquel que la ha visto y oído su canción ‘Time of my life’ creo que es difícil de olvidar… ese baile final entre Johnny y Baby... es una película con tantos momentos románticos que es imprescindible para todo aquel que le guste las películas escénicas y románticas. Todo un gran ejemplo. Sinopsis: Johnny Castle (Swayze) es un experto profesor de baile y un amante consumado. Por su parte, Baby Houseman (Grey) es una aburrida e inocente adolescente de 17 años. Un verano se conocen en el balneario donde él trabaja. Aunque pertenecen a clases sociales muy distintas, cuando la música suena y ellos bailan, las diferencias que los separan desaparecen.

Sin olvidarnos de Patrick Swayze seguimos con las dos recomendaciones desde terror y fantasía y que mejor fusión entre amor y fantasía que con la primera recomendación: “Ghost: más allá del amor” (1990). Demi Moore y Whoopi Goldberg terminan de formar el reparto principal. Esta película dirigida por Jerry Zucker es una de esas donde el amor cruza límites insospechados, ya que a pesar de la muerte el intentará con todas sus fuerzas salvar a la damisela en apuros, con un Sancho Panza con rastas. Para mí también es una de las películas románticas que más me gustan. Sinopsis: Una pareja de enamorados ve truncada su felicidad cuando él es asesinado por un ladrón. La necesidad de salvar la vida a la chica hace que él permanezca en la Tierra en forma de fantasma, e intente advertirla del peligro que corre. Su único medio de comunicación es una alocada vidente.

“El diario de Noa” (2004) es la otra recomendación desde esa sección. Esta película es más moderna y no es otra cosa que el amor elevado al máximo exponente con una derivada de truncamientos familiares y oposiciones varias que hacen que el resultado sea una suma de sentimientos entre el espectador y la propia pareja que protagoniza nuestra ecuación. El filme dirigido por Nick Cassavetes está basada en la novela de Nicholas Sparks y protagonizada por Ryan Gosling y Rachel McAdams.

Sinopsis: En una residencia de ancianos, un hombre lee a una mujer una historia de amor escrita en su viejo cuaderno de notas. Es la historia de Noah Calhoun (Gosling) y Allie Nelson (McAdams), dos jóvenes adolescentes de Carolina del Norte que, a pesar de vivir en dos ambientes sociales muy diferentes, se enamoraron profundamente y pasaron juntos un verano inolvidable, antes de ser separados, primero por sus padres, y más tarde por la guerra.

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Antes de dar mis recomendaciones tengo a dos personas más que han querido dar su opinión. Una es Juan Pablo, que para variar no sabe elegir una o dos y nos trae cuatro más el especial de “Lo que el viento se llevó” (1939) y mi madre, casi siempre presente en mis ‘Recomendaciones’ domingueras y aunque nuestro gusto es dispar siempre respeto sus recomendaciones cinéfilas ya que me acaban gustando. Empezamos por nuestro director de cine Juan Pablo, nos trae el clásico “Tú y yo” (1957) dirigida por Leo McCarey. Esta película está protagonizada por Cary Grant y Deborah Kerr y obtuvo cuatro nominaciones a los ‘Oscars’ y tiene una nota de más de 7.5 en webs como IMDb. Como apunte, esta película supuso la base para “Algo para recordar” que protagonizan Tom Hanks y Meg Ryan. Sinopsis: Un elegante playboy y una bella cantante de un club nocturno se conocen a bordo de un lujoso transatlántico y surge entre ellos un apasionado romance. Aunque ambos están comprometidos (ella es la amante de un magnate y él se va a casar con una rica heredera), establecen un pacto antes de abandonar el barco: encontrarse en el Empire State Building en un plazo de seis meses si siguen sintiendo lo mismo el uno por el otro.

“El paciente inglés” (1996) es la siguiente que nos recomienda, esta película británica dirigida por Anthony Minghella y está basada en la novela de Michael Ondaatje con el mismo título y ambientada durante la 2ª Guerra Mundial. La película está protagonizada por Ralph Fiennes, Kristin Scott Thomas, Juliette Binoche y Willem Dafoe entre otros y ganó 9 de las 12 estatuillas a las que estaban nominados en los ‘Oscars’, 6 premios ‘BAFTA’, el Oso de oro a la ‘mejor actriz de reparto’, 2 premios de cine europeo… entre otros galardones.

Sinopsis: Nos situamos a finales de la 2ª Guerra Mundial, un hombre herido (Ralph Fiennes) viaja en un convoy sanitario por una carretera de Italia, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana (Juliette Binoche), una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida.

La tercera recomendación sería “Tal como éramos” (1973) dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Robert Redford y Barbra Streisand. Esta película está basada en la novela de Arthur Laurents. En el filme seguimos durante 3 décadas el amor Katie y Hubbell y a pesar de ser una película maravillosa, lo que más recordaremos de esta película es su banda sonora, ya que fue galardonada por la Academía.

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Sinopsis: Hubbell Gardiner y Katie Morowsy son dos universitarios con caracteres muy diferentes. Hubbell es un atleta universitario famoso, un gran conquistador y un amante de la buena vida. Katie tiene una decidida vocación política y es consecuente con sus ideas. Ambos se enamoran y se casan, pero su vida conyugal tropieza con muchas dificultades.

Por último, nos ha recomendado una película de corte musical pero romántica, como es “Moulin Rouge” (2003), esta película ambientada en 1900 ganó 2 ‘Oscars’ de las 8 nominaciones a las que aspiraba. Está dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Nicole Kidman y Ewan McGregor es otro gran ejemplo de película romántica, además sólo hay que echarle un ojo al palmarés de premios para ver que además es una gran película. Está basada en gran parte en la ópera de Giuseppe Verdi “La Traviata”, así como en la novela “La dama de las camelias” del escritor francés Alejandro Dumas hijo. Tampoco hay que olvidar el gran número de canciones que versionaron y formaron parte de la banda sonora y que aún hoy se escuchan, como es ‘Smells Like Teen Spirit’ de Nirvana o ‘Like a Virgin’ de Madonna. Sinopsis: Ambientada en el París bohemio de 1900. Satine, la estrella más rutilante del Moulin Rouge, encandila a toda la ciudad con sus bailes llenos de sensualidad y su enorme belleza. Atrapada entre el amor de dos hombres, un joven escritor y un duque, lucha por hacer realidad su sueño de convertirse en actriz. Pero, en un mundo en el que todo vale, excepto enamorarse, nada es fácil.

Por parte de mi señora madre, también tenemos cuatro recomendaciones y como es amante del cine clásico sus recomendaciones son de hace más de 50 años. Su favorita es “Esplendor en la hierba” (1961) pues empezaremos con esa. Protagonizada por Natalie Wood y Warren Beatty y dirigida por Elia Kazan, este drama romántico hace un retrato bastante cercano a la depresión que se vivió con la Gran depresión y el Crack del 29. Además si nos fijamos bien, su argumento ha servido para muchas películas de hoy en día, como por ejemplo “El diario de Noa”. Dos enamorados de diferentes estratos sociales hacen todo lo posible para que su amor triunfe antes las adversidades. Además de lo bonita que es ganó un ‘Oscar’ al mejor guión original, vamos que es una película de amor en toda regla que hay que ver al menos una vez en la vida. Como curiosidad añadida, el título de la película procede de un poema de William Wordsworth.

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Sinopsis: En una localidad rural de Kansas, dos jóvenes que pertenecen a ambientes sociales muy distintos se aman y deciden no separarse jamás; pero la desaprobación de sus familias y ciertos intereses ajenos a sus sentimientos acabarán decidiendo su suerte.

Aquí tenemos de nuevo a Audrey Hepburn en “Sabrina” (1954), esta vez acompañada del galán Humphrey Bogart y dirigida por el cineasta Billy Wilder. Con estas tres premisas ya sabemos que nos vamos a encontrar una pequeña joya romántica que será un lujo de ver y admirar estéticamente. Esta película también ha sido múltiplemente nominada y galardonada, entre otros con el ‘Oscar’ al mejor vestuario. Sinopsis: La joven Sabrina, hija del chofer británico de los poderosos Larrabee, está enamorada del hijo menor de la familia, que coquetea con ella por puro entretenimiento. Tras su estancia en París vuelve convertida en una mujer elegante y seductora que trastornará a los dos hermanos Larrabee.

Seguimos con Audrey Hepburn y “Guerra y paz” (1956), esta película la co– protagoniza junto a Henry Fonda y Mel Ferrer, dirigida por King Vidor está basada en la novela homónima de León Tolstoi. A pesar de sus 208 minutos, una película en que en medio del drama que supone una guerra el amor puede florecer, donde además de los excelentes actores quedarás seducido con la maravillosa fotografía del inigualable de Jack Cardiff.

Sinopsis: En el año 1805 Napoleón amenaza con invadir Rusia. Pierre Bezukhov (Fonda) es un intelectual pacifista y ocioso, hijo natural de un noble. Cuando estalla la guerra, se mantiene al margen de la contienda y frecuenta la casa de sus amigos los Rostov, una acogedora familia aristocrática, en la que brilla por su encanto y generosidad Natasha (Hepburn).

Para acabar, pero no menos importante tenemos “De aquí a la eternidad” (1953) con Burt Lancaster, Deborah Kerr, Montgomery Clift, Frank Sinatra y Donna Reed entre

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otros basada en la novela homónima de James Jones. Esta maravillosa película dirigida por Fred Zinnemann ganó nada más y nada menos que 8 ‘Oscars’ incluido a la mejor película, director, actor de reparto, actriz de reparto… y nominada a otros 5, un total de 13 candidaturas de la Academia.

Sinopsis: En la 2ª Guerra Mundial el soldado Prewitt (Clift), que acaba de llegar a la base militar de Pearl Harbor, es un antiguo boxeador que se ha retirado definitivamente del ring. El capitán Holmes (Ober), conocedor de sus habilidades como púgil, intenta que se una al equipo del ejército, pero Prewitt rechaza la propuesta. A partir de ese momento se ve sometido a toda clase de castigos y humillaciones tanto por parte de sus superiores como de sus compañeros. Sólo cuenta con la amistad y el apoyo del soldado Angelo Maggio (Sinatra). Mientras tanto, el sargento Milton Warden (Lancaster) y Karen (Kerr), la mujer de Holmes, viven una historia de amor adúltera. Pero la vida de todos cambiará con el ataque japonés a Pearl Harbor.

Por último quedan mis recomendaciones. Yo tengo de todo, románticas de método como “Los puentes de Madison”, de boquilla como “Prácticamente magia”, relacionadas con el amor, aunque no es su principal motivo como “Las ventajas de ser un marginado” y otras más de acción y amor como “Amor a quemarropa”. Vamos que tengo de todo. La primera que os quiero recomendar sería “Prácticamente Magia” (1998), una de esas películas de la infancia que he visto más de una vez. Protagonizada por dos actrices muy famosas en la época: Nicole Kidman y Sandra Bullock, acompañadas de fantasía, brujería y drama hacen de esta película un film romántico y muy sencillo de ver, porque aunque estás viendo una película de temática fantástica el amor es el principal motivo de muchas cosas de las que pasan en la película, por el amor nace esta historia. Sinopsis: Como consecuencia de la maldición lanzada por uno de sus antepasados, todas las mujeres de la familia a la que pertenecen las hermanas Sally y Gilliam han sufrido a lo largo de la historia la muerte trágica de los hombres de quienes se han enamorado. Las chicas viven con sus tías, que son brujas, pero Sally, más rebelde que Gilliam, está dispuesta a alejarse de ellas para vivir con el amor de su vida.

La siguiente que os traigo es “Amor a quemarropa” (1993), dirigida por el fallecido Tony Scott y guión del famosísimo director y actor Quentin Tarantino. Esta road movie toca más de un género, como la comedia o el thriller aunque realmente el hecho de toda la película es el amor, por lo tanto es una película no pastelera para ver junto a tu pareja y así disfrutáis los dos, uno por el toque de acción y comedia y otro por el amor de la pareja que forman Christian Slater y Patricia Arquette. Además en la película aparece también Gary Oldman, Dennis Hooper, Christopher Walken, James Gandolfini, Val Kilmer y Brad Pitt, el amor platónico por naturaleza.

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Sinopsis: El joven y solitario Clarence (Slater) celebra su cumpleaños como de costumbre, viendo películas de kung-fu en un destartalado cine de Detroit. De repente, Alabama (Arquette), una rubia explosiva, entra en la sala derramando sus palomitas sobre él, incidente que irá seguido de una desbocada noche de pasión. Ella, en realidad, es una prostituta pagada por el jefe de Clarence como regalo de cumpleaños. A pesar de ello, se enamoran y se casan. Clarence entonces intenta alejarla de la prostitución, pero tendrá que enfrentarse con su chulo (Oldman) cuando va a recoger las pertenencias de su mujer. Una de las maletas contiene una considerable cantidad de cocaína que utilizarán para realizar todos sus sueños.

La tercera recomendación es “Una cuestión de tiempo” (2013), la última película que ha dirigido Richard Curtis. Esta está protagonizada por Domhnall Gleeson y Rachel McAdams, que lo borda ya que una gran mayoría de las películas que ha protagonizado son del género romántico —“El diario de Noa” (2004), “El juego del matrimonio” (2007), “Más allá del tiempo” (2009) o “Todos los días de mi vida” (2012)—. Aunque es una película romántica también abarca otros temas como la familia, una muy buena opción para ver con palomitas, sofá y manta.

Sinopsis: Tim Lake (Domhnall Gleeson) es un joven de 21 años que descubre que puede viajar en el tiempo. Su padre (Bill Nighy) le cuenta que todos los hombres de la familia han tenido desde siempre ese don, el de regresar en el tiempo a un momento determinado, una y otra vez, hasta conseguir hacer "lo correcto". Así pues, Tim decide volver al pasado a intentar conquistar a Mary (Rachel McAdams), la chica de sus sueños. Crítica de la película en el código bidi.

“Las ventajas de ser un marginado” (2012) dirigida y escrita por Stephen Chbosky que a su vez está basada en su libro, vamos un yo me lo guiso y yo me lo como en toda regla. Esta película de temática adolescente está protagonizada por el trío Logan Lerman, Emma Watson y Ezra Miller, donde a parte del romanticismo y enamoramiento de un adolescente por una chica un poco mayor que él, tenemos una película dramática, con un mensaje más allá del simple amor.

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Sinopsis: Charlie (Logan Lerman), un joven tímido y marginado, escribe una serie de cartas a una persona sin identificar en las que aborda asuntos como la amistad, los conflictos familiares, las primeras citas, el sexo o las drogas. El protagonista tendrá que afrontar dificultades, al tiempo que lucha por encontrar un grupo de personas con las que pueda encajar y sentirse a gusto. Reseña completa en el bidi.

Como olvidar la 8 veces nominada a los ‘Oscars’ en 2012: “El lado bueno de las cosas”. Esta comedia dramática–romántica protagonizada por Jennifer Lawrence —por cuyo trabajo ganó el año pasado el ‘Oscar’ a mejor actriz— y Bradley Cooper, a los cuales les acompañan Robert De Niro entre otros, está dirigido por David O. Russell y basado en el libro de Matthew Quick, con música de magnífico Danny Elfman es una película muy disfrutable y con momentos muy buenos. Sinopsis: Tras pasar ocho meses en un centro de salud mental por agredir al amante de su mujer, Pat (Bradley Cooper) regresa a casa de sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver). Aunque está decidido a hacer todo lo posible para recuperar a su ex-mujer, la situación cambia cuando conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica con problemas y mala reputación. A pesar de la mutua desconfianza inicial, pronto surge entre ellos un estrecho vínculo que les ayudará a encontrar el lado bueno de las cosas.

Aunque en un principio no me acordé de ella porque ya la reseñé en profundidad en la revista, terminando el artículo me saltó a la mente la película indie “Like Crazy” (2011), protagonizada por Anton Yelchin y Felicity Jones. Esta película es de las recomendaciones más puramente románticas que os puedo hacer, el amor es la película. Sinopsis: Anna, es una joven británica que está estudiando en Los Ángeles gracias a un visado de estudiante. Allí se enamorará de Jacob. Todo cambiará cuando acaben los estudios y se rescinda el visado, tras una mala decisión de ignorar la fecha de caducidad del visado se verá abocada a no volver a poder pisar los EE.UU. por un tiempo. Esta situación hará vivir a la pareja una extraña relación. Reseña completa en el bidi.

Finalmente mi última recomendación es la clásica “Los puentes de Madison” (1995) basada en la novela de Robert James Waller. Dirigida y co–protagonizada por Clint Eastwood, mezcla el drama y el romanticismo muy delicadamente, sin olvidar la magnífica e inolvidable interpretación de Meryl Streep, una de las grandes del cine actual.

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Sinopsis: La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos.

La recomendación número 25 es que visiten la sección de ‘Recomendación de la Semana’, allí podrán encontrar títulos románticos como “Up in the air” (2009), “Sonrisas y lágrimas” (1965), “Eduardo Manostijeras” (1990), “AzulOscuroCasiNegro” (2006) o “Lejos de la tierra quemada” (2008) entre muchas otras. De otros géneros podemos encontras películas de culto como “Drive” (2011), “El profesional” (1994), “Match Point” (2005), “Erin Brockovich” (2000) o “El gran Lebowski” (1998). No dejen de echarnos un vistazo, les gustará. Bueno tras estas 25 recomendaciones sólo queda elegir una película, buscar una mantita, sentarte en un sofá con un café calentito y la persona adecuada y disfrutar de estos días tan románticos. Más recomendaciones:

MARÍA JOSÉ DÍAZ-MAROTO GARCÍA

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“Lo que el viento se llevó” Cine, amor, drama y romanticismo en estado puro, pero ¿es la ideal?

C

uando en Pandora Magazine me han propuesto que hable de películas románticas por San Valentín he tenido claro cuál debía comentar. Es indudable que hay grandísimas películas ideales para San Valentín para mí. Mi lista se compondría por “La fiera de mi niña” (1938), “Rebeca” (1940), “Casablanca” (1942), “El hombre tranquilo” (1952), “Tu y yo” (1957), “Doctor Zhivago” (1965), “Funny girl” (1968), “Love Story” (1970) , “Tal como éramos” (1972), “Robin y Marian” (1976), “El paciente inglés” (1996) , “Notting Hill” (1999) y “Moulin Rouge” (2001) principalmente, aunque algunas de ellas serían discutidas.

Si hablamos de cine romántico para mí, la que está arriba con diferencia es “Lo que el viento se llevó” Y se me olvidarán unas cuantas, seguro que sí, pero no le voy a dar muchas vueltas, porque si hablamos de cine romántico para mí, la que está arriba con diferencia es “Lo que el viento se llevó” que, como se decía antiguamente es la historia de “una puta y un ladrón”. Con

CINE

un sobrenombre así, ¿es la película ideal para hablar en San Valentín?, pues “francamente, querida, eso no me importa”. SINOPSIS Scarlett O'Hara —Escarlata en los diferentes doblajes que ha tenido en España— (Vivien Leigh) es una joven que vive en un mundo caballeresco del sur de Estados Unidos. Aunque ella está rodeada de hombres que le desean, vive enamorada de Ashley Wilkes (Leslie Howard). En la fiesta que la familia Wilkes da en su finca, la vida de Escarlata cambiará para siempre porque por un lado su amado Ashley se promete con Melanie —Melita— Hamilton (Olivia de Havilland), por otro conoce al buscavidas Rhett Butler (Clark Gable) y se anuncia el estallido de la Guerra de Secesión, por lo que los estados sudistas declaran la guerra a los del norte. Despechada, se casa con el hermano de Melania, en el que será su primer matrimonio. Escarlata será testigo del paso del orgullo sureño a la derrota del mismo mediante una cruenta guerra que hará que ella pase de ser una joven altiva acompañada de sus esclavas negras Mammy y Prissy a tener que recoger con sus manos algodón para tener algo que comer, pero en su vida va cruzándose Rhett Butler quien está enamorado de una mujer que tras su fachada de señorita demuestra tener los ovarios bien puestos y que le importa un bledo lo que opinen de ella con tal de sobrevivir. Siempre que me pongo a hablar de una película clásica, como es el caso de 25


“Sonrisas y lágrimas” me pongo a que lo que dura la película en contarlo. Si escribir como un loco, ya que son muchas alguien tiene curiosidad, hay una TVlas cosas que quiero comentar. Con “Lo Movie de 1980 protagonizada por Tony que el viento se llevó” lo llevo crudo. Yo Curtis como el productor titulada “The no sé la edad que tendría la primera vez Scarlett O'Hara War” dirigida por John que la vi pero supongo que tendría unos 6 Erman basada en la novela “Moviola” años. En aquella época o veías TVE1 o escrita por Garson Kanin en la que se TVE2 —me acabo de detalla con complejidad sentir un fósil— y todo el proceso desde estaba claro que un día que se compraron los que pusieron la película derechos de la novela no había muchas hasta que se escogió a opciones de cambio. Lo Vivien Leigh como la que pasó es que no me protagonista. No la he aburrí ni me fui a jugar. buscado por internet, Me quedé tonto pero seguro que se viéndola; las cuatro puede encontrar. horas con publicidad Lo que ya no cuenta es incluida que dura la que hubo hasta 5 película me quedé directores asignados, sin pegado a la tele. Esta contar con lo que sería la primera de una rodaron los directores muy larga lista de de la segunda unidad. visionados, así que De estos directores Sam podría escribir un libro Wood es el que fue entero, pero ¡ojo!, yo anunciado como el no sería el primero, ya director de la película Cartel original que la película más originalmente, pero mítica de la historia del pronto sería cine ha dado mucho de qué hablar. reemplazado por George Cukor. Este era El proceso de preproducción de la uno de los directores que mejor ha sabido adaptación de la novela de Margaret representar a la mujer en el cine y tiene Mitchel ya de por sí fue conflictivo. El una buena cantidad de obras maestras a productor David O. Selznick supo sacar sus espaldas como “My fair Lady” provecho al dinero que gastó en la novela (1964), “Historias de Filadelfia” (1940) creando un espectáculo para elegir a la o “Ha nacido una estrella” (1954). protagonista, aunque al final eligió a la Selznick vio los primeros planos y estaba que le salió de los mismísimos, quemó los en éxtasis, pero Clark Gable, la estrella antiguos decorados de películas como indiscutible de la Metro, coproductora de “King Kong” (1933) para recrear el la película, exigió el despido de Cukor incendio de Atlanta antes siquiera de porque decía que le ignoraba en favor de tener los actores protagonistas y cabreó a las actrices. En realidad se dice que media industria para sacar adelante su exigió el despido del director porque epopeya, pero viendo el resultado final, Cukor, homosexual reconocido y mereció la pena. mariquita mala y chismosa, sabía que Sobre los avatares de la producción no me Gable había alcanzado su condición de voy a meter, porque tardaría lo mismo estrella trabajando como chapero en sus 26


comienzos. Al final Gable ganó y se contrató a Victor Fleming quien en 1939, el año en que se estrenó “Lo que el viento se llevó”, también dirigió la no menos mítica “El mago de Oz”. LA PELÍCULA David O. Selznick compró una novela que todo el mundo pensaba que sería un fracaso para hacer una película sobre la Guerra de Secesión que rivalizara con “El nacimiento de una nación” (1915) y se encontró que la publicación fue un éxito sin precedentes, así que aprovechó el tirón de la novela y se puso a buscar pasta para hacer una película a una escala descomunal.

Costó 3.85 millones de dólares y Vivien Leigh ganó unos 200.000 dólares actuales por su papel.

La película costó 3,85 millones de dólares de los años 30. Hoy día, 75 años después su presupuesto sería de unos 32 millones de dólares, lo mismo que cualquier película de televisión estadounidense, pero también es cierto que los grandes productores lo controlaban todo de una manera férrea y no había una industria altamente rentable donde los bancos ponen líneas de crédito casi infinitas a las grandes productoras. Decir que Vivien Leigh ganó en total por la película 25,000 dólares, unos 200,000 dólares de hoy. Vamos, lo mismo que ahora, en que Angelina Jolie gana 20 millones por película. También hay que ver que una película española de hoy cuesta de media unos 3 millones de Euros, un poco triste pensar en ello. Pero vuelvo a la película y lo enorme que era la escala en el momento en que se rodó. En la escena en que cientos de

heridos de guerra están tirados en medio de la calle de Atlanta mientras Escarlata anda entre ellos, hubo más heridos en pantalla que los que realmente cayeron en la batalla. Ahora, eso sí, aquello quedó de escándalo. También tenía truco, que todo hay que decirlo, ya que había gran cantidad de maniquíes esparcidos para hacer bulto. A mí me da igual saberlo, el efecto está plenamente conseguido, pero tanto en esta toma como en la increíble cantidad de planos trucados que pueblan toda la película. Con la calidad del BluRay hoy día se pueden ver claramente muchos de estos, como cuando se llegan a la finca de la familia Wilkes, Los 12 robles, que se deja ver claramente que tanto el edificio como los jardines que le rodean están pintados sobre un cristal. Trucos de la vieja escuela, pero a mí me emocionan, de lo exquisitamente hechos que están. Los decorados estaban hechos en unos estudios de sonido descomunales y así se ven esa gran cantidad de lujosísimos escenarios con unas escaleras que ya quisieran para sí en el palacio real. Todo ello con terciopelo, sedas y lujos sin límite. Claro, el público se quedó que se le caía la baba al ver todo aquel pastizal en pantalla. Pero “Lo que el viento se llevó” no es sólo lujo, también hay un director que se mueve con soltura, unos interpretes inmejorables y un maravilloso guión. Vamos a ello.

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De lo poco que quedó en el montaje final de lo dirigido por George Cukor está la escena del nacimiento del hijo de Melita. Hay que reconocer que esta es de las que con mayor delicadeza está hecha. Hay un gran cuidado en la dirección con detalles de gran preciosismo. Pero eso es por la parte de Cukor del que, como dije antes, poco rastro queda. De Victor Fleming hay mucho que destacar. Supo dar un ritmo al film que no tenía el cine dramático de la época. Cogió el toro por los cuernos y no hizo un drama teatral con una cámara delante de los actores como era propio de la época. Tomó el ritmo del cine de aventuras haciendo que un film río como es este resulte entretenido de principio a fin. Aunque los actores siguen siendo lo primordial a la hora de planificar, la cámara es dinámica así como la edición. Por otro lado la utilización del Technicolor es soberbia, no hay otra forma de describir el trabajo Ernest Haller como director de fotografía, pero es que sienta como un guante al trabajo de Fleming. El rojo imperante en la iluminación, vestidos y decorados llega a su máxima expresión cuando la sombra de Escarlata recortada en el rojo atardecer de Tara, el hogar de la familia O'Hara, dice aquellas míticas palabras:

“A Dios pongo por testigo... que nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos, aunque tenga que robar o asesinar... A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que estafar, ser ladrona o asesinar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!”.

A continuación en el código bidi os dejo el fragmento de la película donde Vivan Leigh interpreta el texto que hemos citado antes. No tiene pérdida ya que es en versión original y podemos ver la enfatización e interpretación que le da la actriz.

Sí, esta escena es la que marca el intermedio de la película, pero está perfectamente situado, con una escena muy similar al final de la presentación de personajes y al terminar la película y es que todo está perfectamente estudiado en “Lo que el viento se llevó”, ya que hay una sabia combinación de drama, guerra, comedia en su momento justo y romanticismo.

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como la bandera confederada. Por otro lado está el ladrón, Rhett, que al fin y al cabo, por muy bravucón que parezca, es un calzonazos que se pasa toda la película

La verdad es que no me gusta comparar las películas con sus libros y obras originales, porque se debería criticar y valorar por separado, pero no sé si la novela de Mitchel lleva el guión al exponente que lo hace la película, es simplemente excepcional, ya que todos los personajes están perfectamente definidos, todos evolucionan y tienen su punto relevante. Escarlata es el ejemplo de la persona que sabe coger las riendas de su vida y llegarla donde quiera, de hecho es el sueño americano hecho carne, es más es la propia identificación del sur, que empieza siendo una chica altiva y egoísta, entra en guerra pero aún cree que saldrá dignamente, cae en la miseria más absoluta y posteriormente resurge. Y es que Escarlata es el símbolo del sur tanto

Si no hubiera malos, sería un cacho del almíbar de difícil digestión… pero tenemos a Rhett y Escarlata, de moral dudosa pero deseada por todos.

Escarlata y Mammy detrás de la chica. Luego están Ashley y Melita. Ashley en un hombre inteligente, pero totalmente melifluo, con menos personalidad que una presentadora del telecupón, que es incapaz de decirle en 4 horas de película a Escarlata que no la ama. Eso sí, tiene a Melita, a quien sí ama que, a pesar de su mala salud y su cara de mosquita muerta, es más lista que el hambre y sabe a quién tiene que arrimarse, pero eso no quita para que sea la buena más buena. Lo bueno del film es lo que se puede decir de las películas Disney, si no hay un buen malvado sus largos serían un cacho de almíbar empalagoso de difícil digestión. Pues tanto Escarlata como Rhett son dos personas interesadas, egoístas, marrulleras y un punto hipócritas. Estos personajes con una moral un tanto distraída siempre nos parecen interesantes porqué no está bien que nosotros lo seamos, aunque lo deseamos. Es por eso que nos interesan. Si los protagonistas hubieran sido Ashley

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y Melita ya te digo yo que la película no la hubiera visto ni el Tato. También importantes son las dos esclavas Mammy y Prissy, que dan por un lado el tono cómico y por otro son detonantes de la historia. Hattie McDaniel, la actriz que dio vida a Mammy, hizo tan excepcional trabajo que no sólo fue la primera actriz de color en ser nominada (y ganadora) del Oscar, sino que además su interpretación aún sigue siendo de las más memorables de la historia del séptimo arte.

LOS ACTORES ¿Qué decir?, pues que tanto Clark Gable como Leslie Howard eran demasiado casi cuarenta y el segundo con casi cincuenta no daban la talla, ni por el forro, de lo que se suponen que eran sus personajes. Gable, todavía podía pasar, pero Howard tenía que aparentar tener treinta años menos de los que tenía al principio de la película. Es como si hoy día intentaran hacernos creer que Tom Cruise tiene 16. Se nota que no tiene la edad que requiere el papel, pero la inteligente interpretación del Howard nos hace olvidar pronto la edad. Bueno, la inteligente interpretación de Howard y el hecho de que la británica Vivien Leigh esté increíble.

La Actriz llena de matices su composición y adopta la actitud de niñata hostiable al principio, la vemos perder la inocencia y luego ganar la dignidad paso a paso, para finalmente desmoronarse. Sí,

hay que decir que en algún momento está sobreactuada, es cierto, pero la increíble paleta de emociones que pinta la redimen. Clark Gable fue seleccionado por esa sonrisa socarrona que indica que tiene que ser un cabroncete de cuidado, justo lo que requería el personaje de Rhett Butler, aunque luego fuera un calzonazos.

Y para terminar con el cuarteto protagonista, hablaré de la actriz que aún sigue viva, Olivia De Havilland, quien con los 22 años que tenía le pasaba lo contrario que a su esposo en la ficción, si al principio daba la edad al final no sería comprensible que sea una madre que ha pasado por multitud de penurias a lo largo de los años sin su gran interpretación. Además, sabe poner cara de mosquita muerta cuando es de sobra sabido el carácter de la actriz, que no se hablaba con su hermana Joan Fontaine y se ponían a caldo la una a la otra. De hecho Fontaine murió el pasado mes de Diciembre y en todos estos años no se ha dirigido la palabra. Además, si la vemos en las películas que hizo con Errol Flynn para la Warner, precisamente su papel no era el de la sin-sangre Melita, sino el de la tía que los tiene tan bien puestos como el héroe. Y sólo he dicho a los principales y a Mammy, pero hay una pléyade de excelentes intérpretes que pueblan cada fotograma de la película.

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Decía antes que predominan los rojos y es por algo, ya que hasta en el guión lo hacen, puesto que el pivote central es Tara y su tierra roja, indicando en todo momento cuál es el destino de Escarlata, no en vano, también una variedad del color rojo. Y es que la frase mítica de “Mañana será otro día” la dice pensando en esa tierra roja de su hogar y, como hemos visto en todo el metraje, cada vez que vuelva a Tara, encontrará la salida. ¿Y por qué esa frase, que ha quedado marcada a fuego en la historia del cine?. Pues se dice tras todo el mega-drama que ocurre en su última media hora en que Escarlata vuelve a perderlo todo. Yo recuerdo que tras un huevo de horas viendo la película, cuando era niño, me quedé totalmente “chof” al ver que ella se quedaba sin nada. No se resolvía su futuro. Puede ser que la idea original de Mitchel fuera continuar su historia. Sinceramente, no lo sé, pero tal y como quedó, ahora sí que puedo decirlo, es la perfección del guión, ya que Escarlata pasa de pensar en “Ashley, ¡oh!, Ashley”, a “Ashley... podremos plantar más algodón” a “Realmente nunca le quise” ¡Evoluciona! Y, como la vida misma, no se resuelve, siempre hay cabos por atar, pero tras toooodo lo que ha pasado, sabemos que superará toda la mierda en la que se haya para volver a ser la hija de puta que puede llegar a ser cuando se lo propone.

¿ES UNA PELÍCULA ROMÁNTICA? Vale, y ahora volvemos a preguntar, y esta película con guerra, muertes, mujeres ambiciosas que se casan para medrar socialmente, ¿puede ser el epítome del romanticismo para mí? Pues sí. Sí porque tenemos el gran drama de una mujer atrapada entre el amor de dos hombres, que la aman por su fuerza, por su personalidad, por su belleza y porque sería capaz de seducir a una momia. Eso sí de forma diferente. Tenemos dos amores, el no correspondido de Escarlata a Ashley y el no correspondido de Rhett a Escarlata. En ambos lados del triángulo además hay momentos difusos ya que Ashley, aunque ama a Melita, siente atracción por Escarlata y se deja llevar por ella. Por otro lado se siente atraída por el canallesco Rhett. Ahora, lo más interesante del todo es que, como la vida misma, todo se gira para descubrir que Ashley queda libre y ahora que él queda

Seguramente, uno de las cosas por las que triunfó “Lo que el viento se llevó” es por la evolución real de los personajes, sin olvidar el guión y el proyecto en sí. libre, ella se da cuenta que quiere a quien ha estado toda su vida tras ella, Rhett, pero él ahora ya no puede ni verla. Cosas de la vida. Los amores vienen y van y se luchan. Este sí que es romanticismo de verdad, no las tonterías que nos tienen acostumbrados las comedias románticas modernas en la que los protagonistas se mosquean porque a alguien se le ha roto una uña o algo parecido y surge un supuesto drama. Paparruchas que no ocurren en la vida real.

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¿Podríamos considerarla una película romántica? Sí, es una mujer atrapada entre dos hombres, amores no correspondidos, triángulos amorosos y atracción. Todo esto es una razón de que 75 años después sea un mito.

¿LE DAMOS NOTA? Efectivamente hoy esos elementos arcaizantes pueden disuadir a muchos, pero en aquella época, como digo, hubo muchos avances en la película en sí. Voy a comparar salvando las distancias; “Lo que el viento se llevó” sería como “Terminator 2”, “Parque Jurásico” o “Avatar”, películas que supusieron saltos e hitos en la historia del cine, no sólo en su perfección técnica, sino en su evolución en cuanto a la dirección, la exquisitez de su fotografía, su cuidadísimo guión sus estupendas interpretaciones y además, tiene acción, humor y amor, pero amor del bueno, del real, del que te ayuda a seguir adelante cuanto todo se ha venido abajo. ¿Qué más se le puede pedir a una película? Pues que la disfrutes, que no es poco.

Es por esto que “Lo que el viento se llevó” a día de hoy, 75 años después, representa el amor con más verismo e intensidad que muchas mamarrachadas que se estrenan ahora. ¿Es imperfecta? A ver, hay que tener en cuenta los mencionados tres cuartos de siglo que nos separan de su rodaje. Los rótulos que acompañan a la película son como las elegías épicas que soltaba el trovador que iba de pueblo en pueblo, engolado y exagerado, así como cierta teatralidad en las interpretaciones.

Sé que tengo que poner una nota, pero a estas alturas es de imaginar que el 10 es la nota de la película que aún sigue siendo la que más espectadores la han visto en la historia del cine... que no es poco. JUAN PABLO PÉREZ-PADIAL

MÁS INFORMACIÓN: “The Scarlett O'Hara War” dirigida por John Erman “Lo que el viento se llevó” escrito por Margaret Mitchel

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CINE

“La matanza del día de San Valentín” Un regalo teñido de rojo por el día de los enamorados

Mi sentido de lo romántico es algo turbio, lo acepto. Pero, después del ramo de flores y la caja de bombones, no encuentro mejor manera de celebrar el día de los enamorados que viendo este clásico de Roger Corman acerca de uno de los eventos más sangrientos en la historia de los Estados Unidos. Y probablemente del mundo… El marco de fondo es la ciudad de Chicago durante los años de la prohibición. Al “Caracortada” Capone y George “El Piojo” Moran libran una guerra despiadada por el control del contrabando de licor. Capone dirige el lado sur al mando de su organización integrada por italianos, mayoritariamente sicilianos; Moran, líder de la zona norte, comanda un ejército de irlandeses y alemanes.

En este trabajo de 1967 Corman revela en su estilo la influencia recibida de Kubrick: desarrolla la trama mostrando en forma alternada los planes y movimientos de ambas bandas en su afán por eliminar la mutua competencia, introduce el mismo narrador invisible que el director de “The killing” utilizó en 1956 y recrea con destreza la marcada rivalidad entre inmigrantes del bajo mundo. La intrigante voz fuera de cámaras informa, según los personajes van entrando en escena, sobre sus antecedentes criminales y registra luego, a medida que el momento de la masacre se acerca, los detalles domésticos de cómo empiezan “el último día de su vida”, creando una atmósfera de suspenso cargada de tensión. Continuos flashbacks ilustran los motivos de ciertas acciones que respaldan el discurso de los protagonistas. La matanza en el garaje de George Moran es una clara

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reminiscencia, aunque mucho más extensa y explícita, del momento cumbre en “The killing” cuando todos los hampones se matan unos a otros en un tiroteo salvaje. El exquisito humor negro de Corman – desplegado con anterioridad en “Un cubo de sangre” (1959) y “La pequeña tienda de los horrores” (1960)– expone aquí la desfachatez, sangre fría e impunidad con que los gangsters asesinaban a sus víctimas con una sonrisa en los labios a plena luz del día en una céntrica calle, en un concurrido restaurante o en una inofensiva florería. La masacre ocurrida el 14 de Febrero de 1929 dejó a 7 miembros de la banda de Moran envueltos en un baño de sangre a manos de sicarios, disfrazados de policías, contratados por los hombres de Capone. La imagen en primer plano del doble cañón humeante en una de las escopetas empleadas para acribillar a sus indefensos rivales, alineados contra la pared, es una perfecta y espeluznante obra de arte. Y la pelea –con el sonido desconectado– entre Pete Gusenberg y su novia corista rodando por los muebles de su departamento es una magnífica pieza de sensualidad. Claro que las piernas rubias de la deliciosa Jean Hale ayudan mucho a lograrlo y, de hecho, el instante en que George Segal le estampa el sándwich de jamón en la cara remite inmediatamente a la escena de otro clásico, “El enemigo público” de 1931, en que Jimmy Cagney hace lo mismo con un pocillo de frutas en el rostro de la no tan bonita Mae Clarke. Una incertidumbre que surge de ver “La matanza…” una y otra vez es el resultado que se habría conseguido de haberla filmado en blanco y negro en lugar de a todo color. Lo que sí queda muy claro es la habilidad del equipo de producción para seleccionar a los

actores secundarios, cuyas facciones naturales conceden a sus caracteres un semblante cruel y desalmado, ideal para el éxito de la película.

Entre las curiosidades ofrecidas sobresale la brevísima aparición – prácticamente clandestina– de un joven Jack Nicholson, a quien se logra reconocer entre los tipos de Capone mientras alistan las armas de la masacre, cargándolas con pastillas de ajo para envenenar a cualquier posible sobreviviente. También figura en el reparto, con un papel menor como mecánico de la banda de Moran, Bruce Dern quien hoy, a sus 77 años, está nominado al Oscar como mejor actor en la película “Nebraska”. Dicho sea de paso, el personaje de Dern estuvo reservado inicialmente para el propio Nicholson, quien declinó.

Al Capone, habiendo sido caracterizado desde los años 30’s por Paul Muni y Edward G. Robinson, durante los 50’s por Rod Steiger y en los 70’s por Ben Gazzara, incluso en los 80’s por Robert De Niro, encuentra en esta versión el 34


talento de Jason Robards quien le imprime un toque fabuloso de cinismo y aun de comicidad homicida. Ralph Meeker, quien tuvo su momento de fama a mitad de los 50’s representando a detectives privados, boxeadores y veteranos de guerra, entre otros héroes, siendo el más relevante aquel valiente soldado en “Senderos de Gloria” de Kubrick en 1957, destaca en esta cinta como un vengativo George Moran. George Segal, por su parte, ya había aparecido en “Barco de los locos” dirigida por Stanley Kramer en 1965 y trabajado con Elizabeth Taylor y Richard Burton en “¿Quién teme a Virginia Wolf?” en 1966, por lo que en el tiempo de “La matanza…” su carrera estaba en pleno ascenso y tomó el papel del pistolero más importante de Moran, Pete Gusenberg. Dos viejos conocidos de Corman integran además el elenco, aunque esta vez de manera bastante discreta. Dick Miller, el falso escultor de “Un cubo de sangre” es aquí también uno de los falsos policías que asesinan a los secuaces de Moran, y Barboura Morris, la musa “beat” en la misma cinta de 1959, es apenas una extra representando a un ama de casa que al principio de la película escucha la ráfaga de ametralladoras y descubre horrorizada los cuerpos ensangrentados en el garaje.

Otros rostros familiares son los de Kurt Kreuger (idéntico a David Bowie, trabajó en otras producciones al lado de estrellas como Robert Mitchum, Humphrey Bogart y Lucille Ball), Frank Silvera (recordado por ser el papá de Manolito en “El gran Chaparral”), Richard Bakalyan y Harold Stone (ambos identificados con personajes del hampa en otras series de televisión como ‘Los intocables’). No niego que puede ser una celebración poco convencional y muy ruidosa por el día de San Valentín, pero sé positivamente que aporta un tipo de placer inesperado. E incomparable. FERNANDO MOROTE

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BELLEZA

Cómo estar guapa para San Valentín Consejos para lucir como nunca

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an Valentín ya está a la vuelta de la esquina. Es un día especial para muchos de nosotros. Celebrarlo en la intimidad con nuestra pareja de siempre o con una persona que ha entrado hace poco en nuestra vida, ir a una fiesta multitudinaria si eres soltero para

Incluso al ir a una reunión de empresa, si te ves en el último momento bien vestida, con aire elegante, entras con otro entusiasmo distinto que

La clave para que algo salga bien, es estar seguros de nosotros mismos. probar suerte esa noche… hay muchas maneras de vivir este día de forma mágica, cada uno a su manera. Pero estamos de acuerdo con que todos antes de salir de casa nos miramos en el espejo y pegamos un último repaso. ¿Estamos guapos? ¿Le gustaré con este

Audrey Hepburn

vestido? ¿Me habré pasado con la colonia? La clave para que algo salga bien, es estar seguros de nosotros mismos. Y aunque suene superficial, el físico también ayuda.

Renée Zellweger

Si eres de los que piensan que el físico no tiene importancia y que la imagen que proyectamos a los demás no influye en nada, prueba a ir a la negociación de un contrato importante en chándal y recién levantado. si te dieras cuenta en el último momento de que tienes el dobladillo descosido y se te ha corrido el rímel. Y si eres de los que piensan que el físico no tiene importancia y que la imagen que proyectamos a los demás no influye en nada, prueba a ir a la negociación de un contrato importante en chándal y recién levantado. Pero aunque hay que saber arreglarse para cada ocasión, nos vamos a centrar en las citas románticas de San Valentín. Vamos a daros unos breves consejos para comenzar, y luego os dejamos con la entrevista de una especialista en moda, María León, Directora de Comunicación de Pedro del Hierro y autora de El Blog de María León (http://www.elblogdemarialeon.com)

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Breves consejos para ir arregladas para la cita perfecta Os aconsejaría ir cómodas, no sacrifiquemos nuestra forma de andar por lucir un tacón alto o por presumir de una talla menos. No es nada elegante ir tan ajustadas que no os podáis ni sentar ni respirar, lo correcto es adaptar la ropa y los zapatos a nuestro cuerpo y no el cuerpo a la prenda. Id con la autoestima alta; la ropa sienta bien si nos aceptamos con nuestras limitaciones y nos creemos bellas, la belleza se irradia de dentro para afuera. Si eres positiva, te verán atractiva. No hay mejor gala que tu propia personalidad, tu sonrisa, tus destellos en la mirada y tu corazón latiendo por él/ella. Id con tranquilidad, sabiendo que si tú te gustas y te quieres, gustarás y te querrán. Para ir seductoras, lo mejor es potenciar la parte de vuestro cuerpo que creáis más bonita. Pero siempre recordad que lo realmente seductor es insinuar, no enseñar. Lo sensual se consigue a través de nuestros movimientos, de nuestra forma de andar, de gesticular, de sonreír, y sobre todo a través de la mirada. Los ojos son muy importantes, una mirada dulce, limpia y expresiva, es cautivadora. Es aconsejable que ese día lleves algo que tu pareja no te haya visto antes, es una señal que le envías de lo importante que es ese día para ti.

¿Qué color es conveniente llevar? El color rojo es llamativo, explosivo, envía señales de seguridad y no necesitarás llevar muchos complementos ya que por sí solo esa tonalidad destaca. Los colores rosas denotan feminidad. Los colores verdes y azules son agradables, suaves y denotan siempre emociones positivas. Los colores beige, marrón y gris no resultan muy atractivos para llamar la atención, mejor evitarlos para estas ocasiones. Pero indudablemente el color que otorga misterio y con el que siempre vamos elegantes y discretas es el color negro.

¿Qué ropa es la más adecuada? Falda o vestido corto dan señales de demasiada seguridad. Es aconsejable llevar tacón alto. No combines nunca ropa corta con escotes pronunciados. Los pantalones de corte recto o con pinzas, son prendas que denotan seriedad. Los pantalones vaqueros son una de las prendas que causan mayor atractivo, dan un mensaje de cercanía, el color azul del vaquero indica emociones positivas. Los encajes y las transparencias son prendas atractivas, ya que dejan intuir pero no muestran. Otorgan misterio. Los complementos deberán ser elegidos para la parte del cuerpo que se desea destacar: el cuello, la cara, las piernas, las manos… pero no todas a la vez. Pero como antes indicamos, la ropa que se lleve nos debe aportar seguridad y formar parte del estilo habitual de vestir de la persona, debe ir en consonancia con su personalidad o con su forma de ser.

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Como os decíamos al principio, hemos querido hablar con María León, autora de Vestir con Estilo, un nuevo libro de LID Editorial. En este libro nos habla de cómo vestir para cada ocasión. En total, nos explica cincuenta situaciones cotidianas como ir al trabajo, estar en casa (sí, en casa también podemos vestir con estilo), quedar con los amigos… y por supuesto el tema que nos atañe, cómo vestir para una cita. Al principio del libro se nos explica que hay que vestirse de acuerdo a la personalidad, hay que huir del fenómeno fashion victim, qué es lo que

un buen fondo de armario debería incluir o cómo sacarte el máximo partido según sea tu anatomía. Vamos cogiendo trucos de aquí y de allá a lo largo de toda esta primera parte, todos ellos de gran utilidad. Ya en una segunda parte, nos da la receta para estos 50 looks de los que os hablábamos. Intercalando fotografías de ella misma con diferentes atuendos para cada ocasión, tenemos una explicación de cada look, y cosas a evitar y otras que deberíamos intentar hacer o tener para ese tipo de ocasiones. Un libro que sin duda nos servirá para todo tipo de eventos, ya sean formales o informales, que podamos tener a lo largo de nuestra vida. Hemos hablado con su autora, que ha contestado a nuestras preguntas. Desde aquí queremos agradecerla su tiempo y amabilidad con Pandora Magazine. María León

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Pandora Magazine: Usted dice que la elegancia es una cuestión de actitud, ¿se puede decir que una persona optimista es más proclive a ser elegante? María León: Una persona optimista es más proclive a tener seguridad en ella misma y, por tanto, a poder sacarse siempre el mejor partido. La cuestión de ser elegante radicaría más bien en la esencia de esa persona. En lo que transmite y desprende, que es el resultado de un pack: de sus experiencias de vida, de su cultura, de cómo viste, de cómo se mueve, de su actitud, de su saber estar... PM: Para usted, ¿a quién puede considerar icono de elegancia? ¿Por qué? ML: Considero elegante a una persona culta, que sabe estar en cualquier situación, que tiene una actitud que atrapa y cuya forma de vestir marca la diferencia. Los iconos clásicos para mí son una referencia. Audrey Hepburn, por ejemplo, me parece el máximo de la elegancia. Su charm era inimitable. PM: En los tiempos que estamos de crisis, ¿cree que es difícil para algunas mujeres con pocos medios económicos “sacar partido a su belleza” y ser elegantes? ML: Yo creo que siempre se puede conseguir todo. Sólo hace falta dedicar un poco más de tiempo a buscar herramientas a buenas precios. PM: ¿Qué debería tener una mujer siempre como fondo de armario? ML: Unos vaqueros, un blazer, un trench, un vestidito negro, una camisa blanca, unos tacones negros y unas bailarinas. PM: ¿Qué le aconsejaría a una mujer que no se ve bella? ML: Que crea en ella e intente potenciar sus cosas buenas porque todas las tenemos.

Esperamos que después de este artículo tengáis unos breves conceptos que poder aplicar a vuestra vida diaria para lucir con elegancia en todo momento. Y vosotras, ¿ya sabéis lo que vais a poneros en San Valentín? MARIA JESÚS DIEZHANDINO

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MODA

Una boda en la nieve Una experiencia para recordar

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na mañana caminando por tu ciudad, reclama tu atención un anuncio publicitario que insistente te pregunta: "¿Con qué experiencia te gustaría recordar el año 2013?". ¿Qué responderías?. Laura Barreyra y Ferrán Rosello, dos jóvenes mallorquines lo tuvieron claro: casarse en la estación de esquí de Panticosa. Y así lo hicieron.

El pasado sábado día 1 de febrero tuvo lugar el primer enlace matrimonial celebrado en la estación de esquí del grupo Aramon. La boda fue organizada por la marca comercial “Ron Brugal”, que a través de la iniciativa “Brugal Amigos Reunidos”, pretendía ofrecer la posibilidad de vivir una experiencia que convirtiera el año 2013 en inolvidable. Los preparativos para el enlace se dilataron en el tiempo, impidiendo su celebración antes de finales del año 2013, por lo que el evento se trasladó a comienzos del año 2014. Ron Brugal realizó un estudio entre mil jóvenes, de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, comprobando que para el 54%

de ellos, el año 2013 pasaría desapercibido, siendo considerado como un año más. Para evitarlo idearon esta iniciativa. Félix Elortegui, Manager de Ron Brugal en España afirmó: "El actual contexto económico convirtió el 2013 en un año que pasó desapercibido para muchos jóvenes, y quienes lo recuerden, lo harán por las experiencias que hayan vivido. Desde Ron Brugal hemos querido ofrecer esa experiencia por la que esta pareja recuerde, si no el 2013, un 2014 que comienza de una forma muy especial para ellos: dándose el "sí quiero" de la manera que siempre soñaron." Un altar de hielo presidido por una escultura de los novios contrayentes, una banda de música y un manto de flores sobre la nieve envolvió a la pareja durante el "sí quiero". La novia que siguiendo la tradición lució un vestido blanco, llegó a la capilla en un trineo empujado por perros. Laura Barreyra, manifestó: “Yo siempre he querido vivir algo grande con mi pareja en una montaña nevada, y por esta experiencia es por la que me gustaría recordar este año. Por ser el año en que me casé en la nieve.”

BEGOÑA RODRÍGUEZ

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LITERATURA

Regala libros, la mejor muestra de amor Libros para regalar a tu pareja o para leer y disfrutar ese día

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lega San Valentín y queremos sorprender a nuestra pareja con un regalo que le demuestre lo mucho que nos importa. Está ya muy visto eso de regalar colonias, joyas o bombones y flores. Sin embargo, un buen libro puede ser el regalo perfecto. También hemos querido hacer esta recopilación de libros para recomendar lecturas a todo aquel que quiera vivir el amor de otra forma. No hay nada mejor para leer estos días que un buen libro, por eso hemos querido recoger en este artículo algunos de los que consideramos que os harán pasar un rato más que agradable. Los libros han sido elegidos tanto por su calidad como por su cuidada edición, para que haga las delicias de todo lector. Tenemos escritores de todo tipo e historias clásicas o actuales. Aunque el

amor ya se sabe que no tiene fecha de caducidad, la magia es completamente atemporal. Tanto si te gustan los clásicos como si eres de los que les gustan los escritores más actuales, en esta recopilación encontrarás la lectura perfecta. Avisamos a los lectores empedernidos: no podréis leeros uno solo y vuestra lista de “lecturas pendientes” aumentará considerablemente. ¡No te pierdas en próximos días en nuestra web sus reseñas! Si quieres leer las reseñas de estos libros y otras muchas, puedes ir al enlace a través del código QR que te facilitamos más abajo y te llevará directamente a nuestro apartado de reseñas en nuestra web. BEATRIZ IBÁN DIEZHANDINO

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Contemporáneos Una tienda en París, de Maxim Huerta, MR (2012) Tenemos tanto en Booket como en Martínez Roca este precioso libro, lleno de sentimientos y lugares hermosos en el París de los años veinte. De la mano de las dos protagonistas, Teresa y Alice, vemos la vida de las grandes fiestas, de los cafés parisinos, todo con un calor y una iluminación propia de las novelas más exitosas del panorama.

El amor imperfecto, de Sara Rattaro, Duomo Ed. (2014) El mes pasado Duomo publicaba este libro que tanto nos ha gustado, y no podíamos dejar pasar la oportunidad para recomendarlo. Es una historia de las que te envuelven, una lectura maravillosa de San Valentín. Aquí tenemos todo tipo de amor: el valiente, el cobarde, el que puede perdurar de por vida, el cambiante… Todo a través de los propios sentimientos de los cuatro integrantes de una familia. Una lectura intensa e inolvidable.

Las sombras de Longbourn, de Jo Baker, Lumen (2013) Las novelas sobre una historia como Orgullo y Prejuicio siempre son peligrosas por la dificultad de amoldarse al estilo de una gran escritora como Jane Austen, pero Jo Baker nos presenta una novela ambientada en la casa de los Bennet, en donde los criados ven las cosas desde un punto de vista distinto. Y por supuesto, en esa casa sucedían más cosas de las que Jane Austen nos contó…

Querido Diego, te abraza Quiela, de Elena Poniatowska, Impedimenta (2014) Nuestra querida Impedimenta nos presenta este mismo mes a la Premio Cervantes 2013 Elena Poniatowska, con la que vemos en una recreación epistolar la relación ya inexistente entre Angelina Beloff y su compañero Diego Rivera, que se fue a México después de que el hijo que tenían en común falleciera. Ya os hemos hablado de esta obra en nuestra web, y queríamos recomendárosla en este especial, ya que como habréis leído en nuestra reseña, es una historia sobrecogedora de dolor y ausencias, del amor incondicional y la esperanza que no se pierde ni aun cuando ya no quedan motivos para mantenerla. Magistral en todos los aspectos.

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El tango de la guardia vieja, de Arturo Pérez-Reverte, Punto de Lectura (2014) Aunque también lo podemos encontrar en Alfaguara, nos viene fenomenal esta edición en bolsillo, tanto porque nos lo podemos llevar en el bolso y disfrutarlo en cualquier sitio como por su precio anti-crisis. Tenemos una historia al más puro estilo Pérez-Reverte. Un amor fascinante a lo largo de cuatro décadas. Intrigas y aventura a lo largo y ancho del globo. Elegancia en todas sus páginas, traiciones, reencuentros y una descripción magistral de esos convulsos años, tan convulsos como el propio amor que describe con tanta precisión. Una prosa melodiosa en la que Max y Mechu bailarán al son de un amor incierto y nostálgico.

El juego del amor, de Elizabeth Taylor, Ático de Libros (2013) Ático de Libros edita a otra de las mejores novelistas inglesas del siglo XX. En una mezcla de Persuasión y Cumbres Borrascosas como diría Elizabeth Bowen, tenemos la historia de Vesey y Harriet, dos enamorados que se separan en un momento de su vida para encontrarse años después, con sus vidas hechas por separado. Pero a veces el amor sigue ahí, latente, esperando a que volvamos a darnos cuenta.

Billie, de Anna Gavalda, Seix Barral (2014) Maravillosa novedad que ya es todo un éxito. Una preciosa historia de amor y amistad. Billie y Franck, con vidas completamente distintas que se separan cuando Franck se muda a París a estudiar derecho. Pero sus vidas vuelven a unirse al cabo de unos años, puede que para siempre. Esperamos tener la reseña de este libro y de “Los hemisferios” en la misma editorial, muy pronto.

El doctor Johnson y la señorita Thrale, de Beryl Bainbridge, Ático de Libros (2013) Tenemos una novela con una prosa espectacular de una de las mejores escritoras inglesas. En este libro nos habla de los últimos años del Doctor Johnson, una de las figuras más importantes de Inglaterra, que entre 1770 y 1780 compiló el primer Diccionario de la lengua inglesa. Su pasión oculta era la señora Thrale, mujer de un viejo amigo. Amor y amistad en una novela que nos enamorará. 43


Cómo conquistar a un lord, de Megan Mulry, Plaza&Janés (2014) Ésta es la segunda parte de una serie de novelas de Megan Mulry titulada “Amantes Reales” que están causando sensación. Esperamos poder reseñaros en la web también la primera parte muy pronto, porque realmente merecen la pena. Son frescas y divertidas, destilando amor por los cuatro costados. En esta historia, Sarah, empresaria en el mundo de la moda, y Devon, un lord mujeriego hasta el tuétano, pasan unos días se pasión sin compromiso, pero las cosas nunca suceden como uno planea…

Melocotón loco, de Megan Maxwell, Esencia (2014) En este especial ya hemos hablado de Megan, pero os queríamos recomendar su último libro, con preciosa portada y gran historia, divertida y muy apropiada para San Valentín. Vamos a adorar a Ana y Nekane, propietarias de un estudio de fotografía. Nos derretiremos con Rodrigo, bombero de profesión. Megan tiene un don especial para crear historias románticas, entretenidas, con personajes que hacen que desees vivir sus historias en primera persona. Engancha, como todo libro de Megan.

Chocolat, de Joanne Harris, Duomo Ed. (2013) Exacto, es el libro en el que se basaron para la película protagonizada por Juliette Binoche y Johnny Depp. Y como siempre se dice, el libro es siempre mejor. Una novela de amor dulce y sensual, con una historia situada en un pueblecito francés, en donde una madre soltera enamorará a todo el pueblo con su tienda de chocolates. A cada persona le corresponde un tipo de chocolate concreto, y puede que también nos corresponda sentir el amor verdadero por lo menos una vez en la vida. Y Vianne puede que pronto lo compruebe, aunque ya no lo espere.

Mañana lo dejo, de Gilles Legardinier, Punto de Lectura (2014) También en Punto de Lectura acaba de salir hace pocos días este divertido libro que ya estaba haciendo las delicias de los lectores en Francia. Hay humor, amor, locuras, pequeños y grandes cambios en la vida de la protagonista, Julie, una treintañera a la que le tiene más intrigada de lo normal cierto vecino llamado Ricardo. Una descripción completa de lo que en realidad es la vida, un cúmulo de pequeñas locuras que nos arrastran a otras, y en donde el amor y la amistad son pilares fundamentales.

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Poesía Amor de muchos días, Antología poética, VVAA, Lumen (2014) Lumen nos trae una novedad preciosa, llena de versos de amor de grandes poetas del siglo XX. Los autores reflexionan a través de su poesía lo duradero del amor en las cosas cotidianas de la vida. Versos totalmente atemporales, como es la poesía misma. Autores como T.S.Eliot, W.H.Auden, William Carlos Williams, Jorge Guillen, Pere Gimferrer, Jaime Gil de Biedman, Carlos Barral, Luis Izquierdo, Claudio Rodríguez o José Ángel Valente para una edición especial de San Valentín que ya está haciendo las delicias de los lectores.

Materia del amor, de Ángel Guinda, Lastura (2013) Ya os habíamos hablado de este libro en nuestra web, y no podíamos dejar de recomendarlo en este especial, por supuesto que nuestra Lastura tenía que estar en este artículo. Una lectura maravillosa del amor puro e incondicional que surgen de todos los versos de este poemario. Una definición bella y perfecta de lo que es el amor.

Ninguna parte, de José Luis Morante, Isla de Siltolá (2013) Hace poco que os hablamos de este libro, entrevistando más tarde a su autor, que ya se ha convertido en uno de nuestros colaboradores. Y es que en estas fechas siempre queda un momento para la reflexión, para la introspección, echamos la vista atrás en nuestra vida, recordando momentos vividos al lado de personas importantes. No hay mejores poemas que los de José Luis Morante para ese cometido.

La letra perdida, de Fernando López Guisado, Vitrubio (2012) Siguiendo con poesía y con colaboradores, no queremos dejar pasar la ocasión de leer poesía profundista y de calidad. Una poesía para despertar de nuestro letargo vivencial, de nuestra pereza adquirida y despertar al mundo con su lectura. Nos recuerda esa esperanza que, no del todo pero casi, está perdida.

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Clásicos Cómo ser una buena esposa y Cómo ser un buen marido, Alianza Editorial (2014) Acaban de reeditarse dos joyas de los años treinta, que a primera vista nos recuerdan a las enseñanzas que daban en la mítica serie de televisión Embrujada. Algunas de las cosas que se cuenta en estas dos preciosas ediciones en tela y de bolsillo nos chocarán, otras nos harán reír, y otras nos sorprenderán por lo acertadas que son. Con ilustraciones de la época, nos van dejando perlas como instar a arreglarse a tiempo para no hacer esperar, cómo debe combinar la ropa un hombre, incluso deja caer que a los hombres es mejor darles la razón para que crean que la tienen, con lo cual la mujer acabará siendo superior e imponiéndose a él. Son dos libros con los que te reirás y te sorprenderás a partes iguales. Menos mal que las cosas han cambiado desde entonces…

Dos húsares, de Lev Tolstói, Hermida Ed. (2014) El día 18 de este mes sale a la venta este magnífico libro, con traducción de Olga Korovenko. Con protagonista al conde de Turbín, con pasiones como las mujeres, la bebida y los duelos, y más adelante a su propio hijo, veinte años después, que tiene que vivir a la sombra del padre ya muerto. Los dos, oficiales de húsares. La personalidad del padre, fuerte e impetuosa, eclipsa años después a la del hijo. Vemos un trazado de personalidades sin igual en esta novela, anterior a Guerra y Paz.

Washington Square, de Henry James, Sexto Piso Ed. (2014) Una nueva obra maestra, con ilustraciones de Jonny Ruzzo, que esta editorial acaba de sacar a la venta hace pocos días este mismo mes. Tenemos de fondo a la sociedad neoyorkina del siglo XIX, y James con elegancia y sutileza nos muestra a Morris, un joven sin escrúpulos que va detrás de la fortuna de Catherine. Esta relación no es bien vista por el padre de ella, Austin Sloper, quien se opone con rotundidad. Magnífica y brillante novela, muchos la consideran como la mejor de toda su obra y no es para menos. Un regalo perfecto.

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El amor imposible, de Barbey d’Aurevilly, Funambulista (2013) Sutil y llena de encanto, la editorial Funambulista editaba el año pasado esta gran obra de Barbey que tiene carácter autobiográfico. A través de sus páginas conocemos el ardiente amor de Bérangère y Raimbaud, que transcurre entre los salones parisinos más concurridos de su época, con un fiel retrato de la sociedad del siglo XIX. Una aproximación psicológica de los enamorados, una sociedad de apariencias y buenas maneras hacia el exterior, pero apasionada en la privacidad.

Cuentos de amor, de Emilia Pardo Bazán, Hermida Ed. (2012) Nos apasionan las elecciones para editar de Hermida Editores. Siempre eligen la elegancia y la calidad. Y en esta ocasión no iba a ser menos. Tenemos 43 relatos de amor con un fondo de tensión política española de finales del siglo XIX. Sátira, romance, con un toque de inocencia y esperanza. Distintos tipos de amor pero todos los relatos contados con una gran sensibilidad en su prosa.

Evelina, de Frances Burney, en Editorial d’Época (2013) Esta editorial es una de las más recomendadas en cualquier época del año. Hemos hablado en Pandora Magazine en más de una ocasión de sus cuidadas ediciones. En esta ocasión tenemos una edición ilustrada por Hugh Thomson, en la que nos cuentan de forma epistolar la entrada en sociedad de una joven, Evelina, que en un viaje a Londres se enamora de lord Orville, aunque la aparición de su abuela, madame Duval, y por el libertino sir Clement Willoughby puede que lo trunque todo.

Cartas a Felice, de Franz Kafka, de Nórdica Ed. (2013) A finales del año pasado teníamos esta novedad en una de las editoriales favoritas de los lectores más exigentes. En la Praga de Kafka entre 1912 y 1917 tenemos estas más de quinientas cartas dirigidas a la que fue su prometida en dos ocasiones pero con la que terminó rompiendo: Felice. ¿Era más importante para él su amor por Felice o por el oficio de escritor?

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Ciencia Corrígeme si me equivoco, de Giorgio Nardone, Herder (2012) A todos nos preocupa tener una buena comunicación en la pareja, algo que no siempre es posible pero que a través de este libro se nos hará más sencillo. Su autor nos va enseñando tácticas efectivas a la hora de dialogar, para que las diferencias se puedan convertir en puntos de convergencia entre los dos. Tenemos ejemplos claros con diálogos para que sea más fácil llevarlo a la práctica.

Relaciones, vivencias y psicopatologías, de Talarn, Sáinz y Rigat, Herder (2013) Este libro es un completo ensayo de cómo nuestras propias emociones tienen un efecto directo en la relación con los demás. Sobre todo se enfoca al ámbito familiar en todo el amplio sentido de la palabra. Hay que tener en cuenta nuestros vínculos personales para comprender mejor el sufrimiento de los seres humanos. Ya que no se puede evitar el sufrimiento humano, no está de más saber afrontarlo.

Psicopatología de la vida amorosa, de Muriana y Verbitz, Herder (2011) El amor no es lo que nosotros creemos. Hemos crecido pensando que todos los mitos sobre él son ciertos, pero nada más lejos de la realidad. A través de ejemplos prácticos, se nos van desmontando estas creencias que son tan dañinas para nosotros. De ahora en adelante, ni siquiera las rupturas las veremos como solíamos hacer. Hay que conocer el amor realmente para vivirlo.

Amor, el porvenir de una emoción, de Stascha Rohmer, Herder (2012) ¿El amor es tan primordial para el ser humano? ¿Se puede vivir sin amor? En este libro se da respuesta a este tipo de preguntas a las que era tan aficionado Erich Fromm. Porque puede que la auténtica felicidad radique en la libertad, más bien el amor a esa libertad intrínseca en toda persona. Un ensayo imprescindible.

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LITERATURA

Nicolas Barreau, el escritor de las historias parisinas actuales Cuatro novelas para soñar en el día más romántico del año

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ucho se ha especulado sobre Nicolas Barreau desde que comenzaron a editarse sus libros en Alemania y más tarde en Italia y España. No le gusta salir en los medios de comunicación, por lo que su identidad es todo un misterio. Y ya se sabe que al género humano, le encantan los misterios, sobre todo si tiene que ver con la literatura. Solamente hay una única fotografía que podamos relacionar con el autor, aquella en el Puente Alexandre III con la Torre Eiffel de

Por una parte, nos gustaría resolver el misterio, pero por otra parte, nos gusta ese enigma en un escritor fondo. Nuestros sentimientos por supuesto son encontrados. Por una parte nos gustaría resolver el misterio, poder conocerle y que nos contara algo más sobre él (¡desde aquí dejamos nuestras puertas abiertas por si nos estás leyendo, Monsieur Barreau!) pero por otra parte nos gusta ese enigma en un escritor, más aún en el género de novela romántica. Lo poco que se sabe de él es que es parisino (¡cómo no!), nació en 1980, su

madre es alemana y su padre francés. Estudió lenguas románicas y literatura en la Sorbona. Otro detalle que nos encanta a los enamorados de París es que trabajó durante un tiempo en una librería de la Rive Gauche hasta que comenzó a dedicarse por completo a escribir. ¿Demasiado perfecto? Puede; pero por soñar, que no quede. Hace prácticamente dos años que en España se están editando sus libros. Primero fue en una pequeña editorial alemana, para más tarde darse a conocer al resto del mundo. A nuestro país llegó la primera edición de La sonrisa de las mujeres con la Editorial Espasa en Enero de 2012. Desde el primer momento, nos enamoró su prosa. Y desde entonces, tanto Espasa como Booket para el formato de bolsillo, han ido publicando los distintos títulos que Barreau tenía. En total ya son cuatro, de los que hablaremos a continuación.

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El primer título con el que nos enamoramos de Barreau fue La sonrisa de las mujeres. Podemos encontrarlo tanto en la Editorial Espasa como en Booket. Se ha convertido en todo un éxito, y ya se ha confirmado que se va a llevar incluso al cine. La historia como hemos dicho, sucede en París. Su protagonista, Aurélie, regenta el restaurante típicamente parisino “Le Temps des Cerises” en la calle Princesse. Un día por casualidad se refugia en una librería, y el destino hace que descubra un libro en concreto, “La sonrisa de las mujeres”. Cuando comienza a leerla se da cuenta de que en el libro se menciona su restaurante, incluso aparece ella misma. A partir de entonces intenta contactar con el autor del libro, lo cual le resulta bastante complicado en parte por culpa del editor de la novela, André. En este libro se incluyen al final unas recetas de cocina: el menú d’amour de Aurélie completo y el Curry d’Agneau, perfectos para preparar en una cita muy especial.

El segundo libro ya se sabe que, o bien consagra a un autor, o lo hunde. Y en este caso, definió a Nicolas Barreau como escritor de romántica actual. Lleva por título Me encontrarás en el fin del mundo, también en Espasa y Booket. La trama por supuesto transcurre en París, y tiene como protagonista a Jean-Luc Champollion, propietario de una galería de arte. Un día recibe una carta de amor anónima, lo cual le intriga y es así como comienza un intercambio de e-mails entre la desconocida y él, intentando averiguar quién es ella. Un juego que nunca se sabe cómo va a acabar.

Después de este segundo éxito indiscutible, Barreau ya se había afianzado en el mundo editorial de nuestro país, y nos encontramos con una nueva novela, Atardecer en París, de la que solo tenemos por ahora la edición en Espasa. En esta ocasión, tenemos otra deliciosa historia de amor con París como escenario. Alain Bonnard es el dueño del Cinéma Paradis, un cine de barrio al que invariablemente asiste a la sesión de noche todos los miércoles una chica con un abrigo rojo que se sienta en la fila diecisiete y que parece esconder un secreto. Y gracias a esas sesiones de cine romántico, Les amours au Paradise, Bonnard se enamorará de esa joven misteriosa.

Su último libro ha salido en Noviembre del año pasado en Espasa, y se titula La mujer de mi vida. Relata algo con lo que todos soñamos: encontrar al amor de nuestra vida en cualquier parte y de la forma menos esperada. El libro empieza y acaba en un café, qué mejor forma de vivir el amor que en los cafés parisinos, llenos de esperanzas y miradas que a veces se encuentran. Y eso es lo que le pasó a Antoine, cuando una mañana en el mítico Café de Flore vio sentada en una mesa del piso de arriba a la mujer de su vida, Isabelle. Pero no todo iba a ser tan fácil como aquel encuentro casual.

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No podíamos dejar pasar la oportunidad de recomendaros todos ellos para estos días, ya que todo en ellos incita a soñar. La ambientación parisina, sus personajes con los que conectamos

Barreau tiene un don para relatar lo mágico del amor. desde la primera página, las historias de casualidades, secretos, juegos y sobre todo, mucho romanticismo y amor. Tenemos en estos cuatro libros una prosa ágil y viva, llena de fuerza, esa extraña fuerza que te atrapa y no te suelta hasta que concluyes el libro. Incluso las portadas acompañan: con ese toque parisino en todas ellas, y esas

mujeres de rojo en enclaves románticos de la ciudad. Barreau tiene un don para relatar lo mágico del amor. Nos involucra sin darnos cuenta en su historia, ésas que nos gustaría vivir. Historias que recordamos cuando estamos paseando por las calles de París, e inconscientemente vamos rogando que algo así nos suceda también. Son libros para soñar despiertos, para creer de nuevo en el amor y en el romanticismo. Para liberarse y hacer alguna locura por esa persona que nos importa. Y para no perder la esperanza. Porque el amor puro y verdadero existe, aunque algunos todavía no lo hayamos encontrado.

BEATRIZ IBÁN DIEZHANDINO

Bibliografía Barreau, N. (2012). La sonrisa de las mujeres. Barcelona: Espasa. Barreau, N. (2013). La sonrisa de las mujeres. Barcelona: Booket. Barreau, N. (2012). Me encontrarás en el fin del mundo. Barcelona: Espasa. Barreau, N. (2014). Me encontrarás en el fin del mundo. Barcelona: Booket. Barreau, N. (2013). Atardecer en París. Barcelona: Espasa. Barreau, N. (2013). La mujer de mi vida. Barcelona: Espasa.

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LITERATURA

Las escritoras de romántica que más enamoran Cinco autoras de la Editorial Versátil a las que leer en San Valentín

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l género de novela romántica está en auge desde hace unos años. Antes de eso ya había editoriales que incluso eran enteramente de este género, pero el boom literario surgió hace relativamente poco. Y empezaron a surgir escritoras de una gran calidad. En Pandora Magazine desde el principio hemos apostado por este género, y solemos hablaros de vez en cuando y entrevistar a alguna de las autoras de este artículo. Pero San Valentín es una fecha especial, y queríamos traeros a cinco de las mejores escritoras que ahora mismo tiene el panorama literario de romántica en España.

Os hablamos de Regina Román, Olga Salar, Olivia Ardey, Mar Carrión y Megan Maxwell. Por supuesto, estas cinco escritoras no pasan desapercibidas, y al mencionároslas os habrán venido a la cabeza muchos de sus libros, que habréis leído sin ninguna duda. Todo libro que publican, se convierte en un éxito de ventas. Porque la calidad es recompensada, sin ninguna duda. Las cinco autoras tienen una prosa viva y actual, con personajes principales y secundarios que incitan a dejarse llevar y no cerrar sus libros hasta haberlos acabado. Es una de las mejores formas que podemos recomendar para tener volver a creer en el amor o confirmar lo que ya sabíamos: el amor está en todas partes.

¡No os perdáis nuestro concurso Especial San Valentín 2014! Cuéntanos cuál de las historias de Olga Salar, Megan Maxwell, Mar Carrión y Olivia Ardey que os contamos a continuación os gustaría vivir en persona y por qué. Sin ningún otro requisito, aunque os aconsejamos que nos sigáis para estar informados de todas nuestras novedades. Vuestras respuestas podéis enviárnoslas a info@pandora-magazine.com y entre las más originales sortearemos un pack de libros con los siguientes títulos: Regálame París, ¡Ni lo sueñes!, Después de la lluvia y Jimena no deshoja margaritas. Tenéis de plazo hasta el 28 de Febrero. ¡Mucha suerte!

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Megan Maxwell Nació una fría tarde de febrero en Nüremberg (Alemania). Es hija de una española y un americano. Antes de cumplir su primer año de edad, su madre, una toledana muy guapa, hizo las maletas y juntas regresaron a España. Durante años trabajó como secretaria en una asesoría jurídica. Allí escuchó los problemas de muchas personas, hasta que un día decidió hacer algo con su propia vida. El destino le dio una oportunidad y se lanzó a la piscina dispuesta a conseguir su sueño: publicar sus novelas.

¿Qué significa para ti el amor? “Para mí el amor es una de las cosas más bonitas, inquietantes e increíbles que hay en el mundo. Es un sentimiento de apego hacia otra persona que te hace sonreír las veinticuatro horas del día y sentirte completamente feliz (sin duda alguna, hablo de un amor correspondido)” ¿Cómo te gustaría celebrar San Valentín? “Sin duda alguna con mi amor. Da igual que sea un hotelazo o en casita con los niños. Lo bonito es sentir que sigo siendo la mujer más especial en su vida.”

Como Megan siempre dice: “Para mí, escribir es soñar”. Por ello escribe, sueña, inventa y crea historias sobre mujeres de rompe y rasga. Mujeres dispuestas a dejar su pequeña huella en el mundo y demostrar que eso de que somos el sexo débil está obsoleto y anticuado. Fuente: Editorial Versátil

¿Algún motivo en concreto para que la gente lea literatura romántica? “Uno no. MUCHOS. Entre ellos puedo decir, para que sonrían. Para que disfruten. Para que viven en sus propias carnes una increíble historia de amor. Para que crean en las fantasías, en los sueños, en el morbo, en el poder de una sonrisa o una mirada. Podría continuar con más motivos pero con estos que he dicho creo que hay bastantes.”

¡Ni lo sueñes! Salió publicado en Septiembre de 2013 y desde antes de que saliera a la venta, sus fans ya estaban deseando poder comprarlo al leerse el primer capítulo promocional. Está claro que tiene todos los ingredientes para hacer de este libro un superventas. Rubén Ramos, futbolista famoso que solo se fija en mujeres “perfectas”, se lesiona y tiene que ponerse en manos de Daniela, una de las mejores fisioterapeutas que hay, una luchadora de nacimiento que afronta todo con una sonrisa. Por supuesto, son dos personas que chocan continuamente. Ninguno de los dos estaba buscando lo que puede encontrar en la otra persona, pero las cosas nunca salen como deberían. Una historia contada de tal forma que conectas al instante. Divertida y tierna.

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Mar Carrión Nació en Albacete en 1974, ciudad en la que reside. Desde muy pequeña fantaseaba con la idea de ser escritora y con solo 13 años comenzó a escribir sus primeras novelas. En 2008 publicó la primera de varias, Bajo el cielo de Montana, con la que ganó el III certamen de novela romántica de la editorial Terciopelo. Ese mismo año ganó el I certamen de novela corta de la editorial Harlequín En 2012 se hizo dos premios Dama: a la mejor novela nacional y a la mejor autora nacional. ¿Qué significa para ti el amor? “Para mí, el amor es el sentimiento que mueve el mundo. Está presente en la vida de todas las personas, y está retratado en la mayoría de las películas, en la música, en los libros… El amor es una necesidad básica que todo el mundo necesita cubrir.” ¿Algún motivo en concreto para que la gente lea literatura romántica? “¡Se me ocurren muchos motivos! Pero si tengo que centrarme en uno, diría que la novela romántica es un método maravilloso de evasión. La novela romántica te hace soñar, te hace sentir cientos de emociones, y también te hace descubrir muchas cosas sobre ti mismo. Yo aconsejaría a todo el mundo que pusiera una novela romántica en su vida. En cuanto

Fuente: Editorial Versátil

¿Cómo te gustaría celebrar San Valentín? “Yo no soy de grandes celebraciones. Pienso que el amor ha de demostrarse con el día a día y no solo en una fecha concreta aunque, de todos modos, siempre me gusta hacer algo especial como salir a cenar a algún restaurante bonito y acogedor.”

Teníamos a la venta Después de la lluvia en Noviembre de 2013, y las críticas extremadamente positivas no dejaron de llegar desde entonces. Su personaje femenino, Amy Dawson, una escritora de novela romántica con la que empatizamos desde el primer momento por su dulzura y sensibilidad. Y Zack Parker es ese protagonista masculino del que nos enamoramos en cuanto nos lo presentan, e imaginamos en nuestra mente desde ese momento que somos nosotras las que tenemos que ir descubriendo su personalidad a través de ese halo de misterio. Deseamos quedarnos atrapadas en una tormenta de nieve para tener la oportunidad de que nuestra vida tome ese mismo giro inesperado. Una prosa que te mantiene en vilo durante toda la lectura, casualidades y giros que harán que no dejes su lectura hasta saber si Zack dejará entrar a Amy en su frío corazón.

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Olga Salar Nació un veintidós de enero en Valencia. Quizás fue por eso de nacer en puro invierno, que adora el frío y no soporta el calor. Desde bien pequeñita le apasiona la literatura, tanto es así, que al llegar a la universidad se enroló en la carrera en la que había más lecturas obligatorias, y terminó licenciándose en filología hispánica con mención en filología catalana. En diciembre de 2009 creó el blog literario Luna Lunera (Diario de una Lunática), conocida en la red como Olga Lunera.

¿Qué significa para ti el amor? “Para mí el amor es el privilegio de no sentirse solo nunca, de compartir y disfrutar de una felicidad que no depende exclusivamente de ti, sino también de todos aquellos que forman parte de tu vida. Aunque esencialmente el amor es encontrar la parte que te falta o que te completa en las personas a las que quieres.”

Es autora de la bilogía juvenil Lazos Inmortales y de la novela romántica Un amor inesperado. En abril del 2013, publicó con Versatil Íntimos Enemigos con el que cosecho muy buenas críticas. Fuente: Editorial Versátil

¿Cómo te gustaría celebrar San Valentín? “Una tarde de mantita y lectura compartida, una cena romántica con velitas y buena música de fondo, y lo de después… ¡¡¡Os lo imagináis!!!”

¿Algún motivo en concreto para que la gente lea literatura romántica? “Porque aporta felicidad, algo de lo que parece que andamos escasos últimamente, y que es el ingrediente principal para disfrutar de la vida. Y es que la literatura romántica no sólo hace reír, y soñar, también nos ofrece esperanza, ilusión… Porque desde el primer instante sabemos que, suceda lo que suceda, habrá un final feliz.” Su último libro, Jimena no deshoja margaritas, está en el mercado desde Enero de 2014. Una historia para las que se creen libres del amor, como Jimena, que prefiere a su chelo antes que la compañía de cualquier hombre. Pero cada vez que Lucas y ella se encuentran, algo sucede que no pueden controlar. La cabezonería de los dos hace que la tensión aumente exponencialmente. De hecho, los

primeros momentos de Lucas y Jimena, nos recuerdan a los mismísimos Lizzie y Mr Darcy. Un relato ameno y fresco, tal y como nos tiene acostumbrados Olga. Pasaremos las páginas creyendo que en la siguiente será en donde se resuelva la tensión sexual que se respira. Música y amor, una combinación maravillosa que hace de ésta una gran historia.

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Regina Roman Malagueña de nacimiento, mediadora familiar por convicción, actriz por pasión y escritora por vocación. Regina ejerció durante muchos años como abogada, pero colgó la toga y ahora se dedica a la mediación familiar, profesión que compagina con la de escritora y actriz. Ya desde bien pequeñaja empezó a narrar las peripecias de las mujeres que la rodeaban, buscando el amor o escapando de él. Da charlas y conferencias sobre el maltrato psicológico, la envidia, el poder terapéutico de la risa, la capacidad para ser feliz…

¿Cómo te gustaría celebrar San Valentín? “Mejor os voy a contar cómo VOY a celebrarlo. ¡¡Me caso!! ¿No os parece una inolvidable forma de celebrar el amor de por vida? En cada aniversario, de aquí a que seamos viejitos, nos miraremos a los ojos sonriendo y recordaremos que es un año más, que seguimos enamorados.” ¿Algún motivo en concreto para que la gente lea literatura romántica?

Ama las historias románticas con finales felices. Y eso es lo que encontrarás en sus novelas: píldoras de felicidad que te ayudarán a enfrentar cualquier problema con una sonrisa. Fuente: Editorial Versátil

¿Qué significa para ti el amor? “Si te digo que es el motor del mundo caeré en un tópico demasiado conocido. Así que te diré que sin ese ingrediente, yo no sería yo, que amo con total y absoluta intensidad, a mi familia, a los animalitos que comparten mi vida, mi trabajo, a mis lectoras, al buen humor, a los colores que nos regala el cielo y por supuesto, al hombre de mi vida”

“No consigo imaginar casi ningún libro, pertenezca al género que pertenezca y salvo policíaco puro o bélico, que no contenga una historia de amor que nos emocione y que nos ponga de punta los pelillos. En mayor o menor medida, toda la literatura que nos emociona y enamora, es o tiene algo de romántica. Los lectores deberíamos olvidar las etiquetas y dejarnos llevar por ese "algo" arrollador que nos hace sentir la historia cuando nos zambullimos en ella.”

Santa Valentina tiene un plan es el nuevo libro de Regina Roman, acaba de publicarse este mismo mes, y es muy apropiado para estas fechas. Si el libro de Olga Salar nos recordaba a Orgullo y Prejuicio, por seguir con Jane Austen podemos decir que éste se da un aire a Emma. A Adela no es que le vaya muy bien en el amor. Eso unido a sus inseguridades, hace que se centre en emparejar a sus amigos y descuide su propia vida amorosa. Hasta que el amor entra en su vida a través de un violinista. Un libro que, aparte de hacernos pasar un rato divertidísimo, nos hace reflexionar. Muchas personas creen que solo hay un solo amor verdadero en nuestras vidas. Pero puede que eso no se sepa hasta que aparezca un segundo gran amor. 56


¿Qué significa para ti el amor? “Es lo mejor de la vida. Y llena tanto darlo como recibirlo. Nos mantiene vivos y nos hace felices, ¡hasta nos pone más guapos! Porque a una persona enamorada se le refleja en la cara.” ¿Cómo te gustaría celebrar San Valentín? “Con mi marido y en París, que es una ciudad que nos fascina a los dos. Pero este año lo celebraremos de una manera más sencillita y en casa, lo importante es estar juntos.” Ya os habíamos hablado de esta preciosa y mágica novela en nuestra web, y no nos cansamos de recomendarla. Yolanda y Patrick, sus protagonistas, ya se han convertido en una de las parejas con las que todas soñamos. Lo que parecía que iba a ser un viaje pésimo a París para Yolanda, gracias a su guapo casero Patrick acaba siendo más de lo que ni ella misma podía imaginar. Vamos conociendo su historia a través de las calles y recovecos más

Olivia Ardey Nació en Alemania, pero al poco tiempo su familia se trasladó a Valencia, donde reside con su marido y sus dos hijos. Ha crecido, vive y trabaja entre libros. Adora viajar, pasear por las calles de cualquier ciudad y veranear rodeada de rascacielos. Además de cuentos y relatos publicados en diversas antologías, es autora de las novelas Dama de Tréboles y Delicias y secretos en Manhattan, con las que ha consolidado un merecido hueco en el género romántico gracias a su sólida prosa y sus inéditas tramas. Fuente: Editorial Versátil

¿Algún motivo en concreto para que la gente lea literatura romántica? “Yo creo que hoy día nos hace tanta falta algo que nos transmita positividad y nos alegre la vida, que no hay nada mejor que una novela romántica y divertida, que nos emocione, nos regale un final feliz y nos deje una sonrisa inmensa.” entrañables y románticos de París, por donde muchas de sus lectoras al pasar después de leerlo, no pueden evitar recordar su historia. Tenemos personajes que bien podrían ser nosotros mismos, algo que hace más cercana su prosa. Un entorno perfecto para soñar despiertos, unos personajes divertidos y entrañables y unos diálogos ágiles e inteligentes son algunos de los ingredientes por los que esta novela lleva desde Octubre de 2013 cosechando adeptos sin descanso. BEATRIZ IBÁN DIEZHANDINO

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LITERATURA

Kelly Dreams, el erotismo en España tiene un nombre. Entrevistamos a esta autora independiente que está siendo un fenómeno de ventas en Amazon España.

K

elly Dreams llama la atención porque ha sido capaz de sacar adelante una carrera literaria independiente, como otros tantos escritores hoy en día en distintos géneros; que poco a poco, con aciertos y errores—como cualquiera que se juega sus cartas y arriesga— ha conseguido hacerse un hueco en el mundo editorial, ganando lectoras por toda España hasta tener un extenso público que demanda sus historias con el entusiasmo del fenómeno “fan”. Ya son varias sagas las que Kelly tiene en el mercado, que escribe con tres seudónimos para diferenciar los géneros que toca: romance paranormal, fantasía y romance contemporáneo, todo con toques de erotismo explícito, siempre sin sobrepasar la línea del lenguaje vulgar pero tocando las fibra sensible de las féminas. No hemos querido dejar pasar la oportunidad de hablar con ella para que nos cuente como fueron sus inicios, cómo se hizo a sí misma como autora y qué proyectos tiene en mente… Un ejemplo, sin duda, a seguir. Porque todo no acaba cuando una editorial te dice el

temido “no”, sino que un largo camino puede dar comienzo cuando tienes ganas, ilusión y empeño en el trabajo bien hecho.

¿Cuándo decidiste que dedicarte a escribir de profesional?

querías manera

Cuando comprobé que lo que hacía era lo suficiente bueno como para que la gente lo leyese y dijese “me gusta y quiero más” (risas). A decir verdad, al contrario que mucha gente que “sueña” con ver sus historias publicadas y tiene esa meta en la mente, yo empecé a escribir un poco por afición y después también como terapia. El escribir se convirtió en algo así como una vía de escape para varias situaciones especialmente duras que tuve que atravesar, fue mi ancla, una manera de mantenerme a flote y seguir adelante. Nunca me planteé el escribir de forma profesional, el hacer de ello mi profesión hasta que una amiga me sugirió enviar uno de los manuscritos que tenía terminados a las editoriales. La respuesta negativa de esa editorial, que al mismo tiempo valoraba la novela

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de manera positiva fue lo que me impulsó a probar con la auto publicación. Sin duda el factor definitivo fue la aceptación del público lector, que en ocasiones sin conocerme de nada, apoyaron mi obra y me permitieron seguir adelante con algo de lo que disfruto y se ha convertido en mi trabajo. Eres una autora muy prolífica, tanto, que te mueves en diferentes subgéneros dentro del romanticismo con tres seudónimos diferentes. ¿Con cuál de ellos sientes que estás más cómoda? Kelly Dreams es sin duda la verdadera loca que hay detrás de cada uno de mis otros seudónimos. Es a partir de ella que nacieron Nisha y Mía y a quien los lectores conocen mejor. Si bien creé ambos seudónimos para distanciarme un poco de los distintos géneros, hoy por hoy escribe casi de todo y se atreve con lo que le echen jajaja. Háblanos de la primera novela que publicaste. ¿Qué supuso para ti? La primera novela que auto publiqué fue La Redentora de Almas (2010). De hecho, fue mi primer contacto con la que entonces era la única editorial online que se conocía y de sede argentina, “Editora Digital”. Con ellos digamos que toqué ligeramente el mundo de la publicación con terceros, pero no acabó de llenarme por completo ya que había cosas que no me satisfacían y decidí seguir investigando para finalmente dedicarme por completo a la auto publicación directa, que es lo que hago actualmente.

Algo que admiro mucho de ti es que te has hecho a ti misma como autora independiente, sin ayuda ni directriz editorial… Creas tus propias portadas, eres tu propia editora y sacas un trabajo tras otro con un acabado profesional, ofreciendo calidad visual y literaria. ¿Crees que, existiendo Amazon hoy en día, los autores ya no necesitan una editorial para respaldar su trabajo? Pregunta peligrosa jajaja. A ver, yo he tenido la fortuna de tocar a lo largo de los últimos cuatro años varios palos del mundo editorial en casi todas sus vertientes que me han enseñado todo lo que sé. No he estado exenta de tropiezos, he tenido momentos de estos de tirar la toalla, me han llovido críticas y palos de todos lados, pero como siempre digo, hasta de lo malo se aprende y yo soy lo bastante “puñetera” para aprender de ello y seguir levantándome y luchando. En mi caso, cuento con la gran ventaja de que se me da bien el diseño y los trabajos creativos (soy Piscis, algo tenía que tener de bueno un signo tímido), soy autodidacta e intento avanzar y mejorar con cada nuevo paso. También tengo muy buena gente a mi lado que no duda en echarme una mano con

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lecturas, correcciones o dándome una visión real de la obra una vez terminada y antes de que salga al mercado, cosa que agradezco infinitamente.

Sin duda, la existencia de Amazon es un gran avance frente a como estaban las cosas para la auto publicación hace tres o cuatro años, pero no por ello hay que olvidar que ya sea una obra auto publicada o una editada por una editorial, para que tenga éxito hay que trabajarla en todos los sentidos, en cada uno de los campos y eso no mucha gente lo hace, ni por una vía ni por la otra. Y lo que es innegable, es que por muy bueno que sea tu trabajo, no es lo mismo que te llames “Fulanita de Tal” y tengas un verdadero bestseller entre manos y lo estés vendiendo en Amazon sin más apoyo que lo que tú misma puedas hacer, a que cuentes con el respaldo de un sello editorial más o menos conocido, de una buena distribución en tienda, grandes almacenes y distintas librerías en los que el lector tradicional puede palpar el producto final y decidir si quiere comprarlo o no. Hablemos de Kelly Dreams y de su obra… En “Tiempos de Druidas” (Éride Ediciones), ha sido un trabajo editado de manera tradicional. ¿Cómo surgió este proyecto? En Tiempos de Druidas nació a raíz de una historia corta que había escrito alrededor del 2002-2003 y que quedara escondida en una de las muchas carpetas del ordenador.

Decidí recuperarla y darle una vuelta de tuerca en uno de mis momentos “cambio de género” (que vienen siendo cuando estoy hasta el moño de paranormal o lo que sea que me haya ocupado los últimos meses) y como quería hacer algo en plan serio, pues me metí de lleno en un proceso de investigación que resultó en una mesa llena de mapas, nombres de reyes y reinas desaparecidos de la faz de la tierra y un momento en la historia que marcaba el antes y después del Reino de Alba, Escocia. Con todo eso y la base original que tenía del relato corto, reescribí el libro hasta terminar el manuscrito. Y nada, luego lo típico, buscar editoriales que pudieran ajustarse al género y probar suerte. Para este libro recibí dos propuestas de coedición y finalmente cayó en manos de Éride, quienes decidieron publicarlo. Sin duda encontrarme con Éride y el proceso de una corrección editorial fue como darme con un muro de ladrillos en las narices, ya que era algo totalmente nuevo para mí que venía de la auto publicación. Durante el tiempo que llevó preparar el libro, el manuscrito sufrió una nueva reescritura, aumentó el número de capítulos que tenía originalmente hasta tener el resultado final que encontráis actualmente. Fue un proceso enriquecedor, en el que aprendí muchísimo y vi errores que cometía y

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que he intentado subsanar en mis siguientes publicaciones. Druidas, Guardianes Universales, Relikviers, Club Shalderia… Un amplio abanico de sagas paranormales, además de novelas independientes. La serie más novedosa se titula “Entre sábanas”, de corte erótico… Háblanos de tu evolución y tu experiencia realizando estos trabajos y de la última serie en ver la luz.

Yo es que saco de todo, como en botica jajajaja. La verdad es que escribo en base a lo que leo y por ende me gusta, principalmente el romance paranormal, de ahí que mis primeros trabajos sean de esa temática. Pero no le hago ascos a nada y me gusta probar nuevas cosas y ver si puedo realizar algo nuevo… es como un desafío que me impongo a mí misma. La primera serie en la que me volqué y que en realidad se convirtió en serie por error fue la de los Guardianes Universales. Encadenada a mi destino estaba destinada a ser un libro único, de hecho llevaba escritas 240 páginas (estaba terminando el libro) cuando borré el archivo original por error, no tenía copia y no pude recuperarlo. Así que, tras una semanita de cabreo

monumental, me armé de valor y volví a empezar a escribirlo desde el principio y pasé a terminar el libro con más de 400 páginas y como el primero de una serie. Esta saga fue para mí el “Gran Desafío” y con el paso del tiempo ha sido la que me ha consagrado como lo que soy, así que… no hay mal que por bien no venga. A partir de ahí, las historias simplemente surgen, los personajes aparecen y sientes la necesidad de escribir esto o aquello y así fue precisamente como llegué a Entre Sábanas. Esta serie nació a raíz de un visionado de las fotos que había hecho el verano anterior en Escocia y en la Isla de Skye, estaba viendo las que pertenecían a la isla y al Castillo de Dunvegan y la verdad es que surgió como un chiste. ¿Qué pasaría si en el único pub del pueblo, se unieran dos escoces a los que no les sienta bien el whisky? Pues todo un cúmulo de despropósitos a la enésima potencia. Fue empezar a escribir y morirme de la risa mientras lo hacía, especialmente porque iba recordando de memoria los “escenarios” dónde tienes sus encuentros los protagonistas y se me saltaban las lágrimas. Tenía claro que quería hacer algo distinto, algo contemporáneo, con mucho erotismo y toques divertidos y estos dos se emborracharon y me dieron lo que quería. Actualmente acabo de terminar el tercer libro que pone punto y final a esta nueva serie. Una saga que te está reportando muchas alegrías por el enorme éxito y reconocimiento entre tus seguidores (y cada vez más nuevos adeptos), es la serie de la Agencia Demonía, la cual escribes bajo tu otro seudónimo:

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Nisha Scail. Pronto tendremos el quinto volumen de la saga “Ódiame hasta que me ames”…

¡Oh, sí! Lo que está ocurriendo con la Agencia Demonía es una auténtica locura, todavía estoy intentando asimilar el éxito que está cosechando ya que es una serie que vio la luz por primera vez en el 2011 y que se ha convertido de la noche en la mañana en un boom en todos los sentidos. De hecho, Nisha Scail nació simplemente para dar vida a los protagonistas de Envuelto para Llevar, el primero de los libros y como un experimento, ya que antes de eso, a excepción de pequeñísimos relatos no había escrito erótica en mi vida. Si bien es un género que siempre me ha gustado, le tenía y tengo mucho respeto, por lo que meterme con él era algo para mí impensable. Pero de nuevo, la historia surgió como un juego, como una alocada idea de una chica quemando un sofá a plena luz del día delante de la casa en la que vive porque el novio le puso los cuernos con otro tío y ya lo demás… vino solo. De hecho, durante mucho tiempo solo estuvieron disponibles los dos primeros libros, no fue hasta el año pasado que salió el tercero y posteriormente la historia de navidad que la serie continuó.

El quinto volumen de la serie, Ódiame hasta que me ames, podría decirse que pertenece y al mismo tiempo no pertenece a la serie, ya que los protagonistas son dos personajes secundarios del tercer libro que han ido creciendo hasta el punto de que tuve un montón de peticiones de lectoras pidiendo y suplicando que Radin y Ankara tenían que tener su propio libro. Y como además, Radin es uno de mis personajes favoritos (sí, lo sé, es un cabronazo, pero prometo que hay un motivo para ello) pues ahí estamos él, Ankara y yo intentando darle forma a su historia. Lo que puedo adelantaros es que este va a ser un libro complejo, que tendrá una parte muy importante y muy dura con el pasado de ambos, un presente lleno de situaciones alocadas y encuentros calientes y un desenlace en el que todo cobra sentido. La saga “Club Souless” me resulta curiosa por su originalidad. Eso de hacer tratos con ángeles de la muerte con intenciones perversas y no en el sentido sangriento… ¿Cómo surgió la idea de escribir esta serie?

El Club Souless de nuevo fue otro experimento, mi humilde incursión en el mundo del BDSM visto desde el 62


punto de vista de un lector y sumergido en el contexto de un mundo paranormal. Y el resultado ha tenido bastante buena acogida por el momento. La idea original del primer libro surgió a raíz de uno de esos mini relatos eróticos que mencionaba antes, una de mis primeras incursiones. Tenía la idea, el ángel de la muerte y una chica con mucho que ganar y nada que perder, así que… por qué no hacer además que el ángel de la Muerte tuviese también algo que ganar con ese trato… de ahí salió el Club Souless. Y para el segundo libro quería hacer algo distinto, rizar un poco el rizo, y cuando una buena amiga me dijo “ah, pues yo quiero a los Jinetes, pero a los cuatro, ¿eh? Todos para mí”, pues le dije. Vale. Y así surgió la segunda entrega. Mia Campbell, tu tercer seudónimo. ¿Quién es Mia y qué nos ofrece? Háblanos de sus proyectos.

mi rescate y por el momento, no hay prevista nueva publicación por su parte. Hay algo por ahí medio escrito… pero todavía no está lo suficiente maduro para continuar. Ante todo, escribas fantasía, paranormal o contemporáneo, eres una autora que lleva el erotismo por bandera, un muy buen referente del panorama nacional. ¿Qué es para ti el universo erótico? Gracias por la parte que me toca (risas). Para mí, a la hora de escribir, es importante dotar de realismo –en la medida de lo posible–, la historia que estoy contando. Escribo romance adulto, por lo que me parece absurdo no hacer uso de unas pinceladas de erotismo puro que doten a los personajes con mayor atractivo y muestren así mismo la profundidad de sus emociones. El universo erótico en la literatura es un recurso muy rico, si sabe utilizarse y se hace bien, puede convertir una historia sencilla, delicada en algo mucho más fuerte y sin que llegue a resultar ofensivo al lector. Y, por último, ¿cuál es para ti el San Valentín perfecto? ¿Opinas que es una simple fecha comercial más o que todavía, los románticos, le pueden sacar jugo?

Mía llegó al mundo a finales de 2013 para ayudarme a catalogar ciertos relatos que no sabía muy bien dónde colocarlos, ya que no eran realmente romance paranormal, pero tampoco se ajustaban a los otros géneros, por el contrario, entraban más bien en el género fantástico. Así que, ella salió en

El San Valentín perfecto es aquel que te demuestran en la privacidad, el que te dedica cada día, en cada pequeño detalle y no solo en un día señalado una vez al año. Sin duda hoy en día es una fecha puramente comercial, un día señalado en el calendario para recordar algo que debería estar y está cada día en las vidas de los seres humanos.

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Con todo, ¿a quién no le hacen los ojos chiribitas cuando nos regalan una rosa por San Valentín? ;)

Gracias a vosotras por tan cálida acogida, ha sido un verdadero placer responder a la entrevista y pasar este ratito en tan buena compañía.

Muchísimas gracias por participar en nuestro número especial de San Valentín. Desde Pandora Magazine te deseamos mucha suerte en tus próximos proyectos y que sigas tan inagotable como hasta ahora. LYDIA ALFARO

Bibliografía -Dreams, K. (2010). La redentora de almas. Amazon España. -Dreams, K. (2013). En Tiempos de Druidas. Éride Ediciones. -Dreams, K. (2014). En la cama equivocada (Serie Entre Sábanas). Amazon España. -Scail, N. (2012). Envuelto para llevar (Serie Agencia Demonía I). Amazon España. -Scail, N. (2013). Seducida por el Apocalipsis (Serie Club Soulness). Amazon España. -Campbell, M. (2012). La maldición de Gaia. Amazon España.

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MÚSICA

Enamórate con música ¿Quién no ha escuchado alguna vez una canción de amor?

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asta quienes se proclaman corazones libres y los que huyen del romanticismo, han caído atrapados por la seducción de una balada. No nos confundamos y pensemos que una balada ha de ser algo lento o triste. Si bien surgió al final de la Edad Media en Europa (siglo XIV) como una forma de expresar el canto cortesano, ha ido evolucionando y la podemos encontrar dentro de estilos de música como el Rock N' Roll y en el Metal. Como prueba de ello, canciones como “November Rain” de Guns N´Roses, una banda estadounidense de hard rock, o “Send Me An Angel”, de la banda alemana Scorpions. Cualquiera puede encontrar su propio estilo para enamorar con una canción. Por ejemplo, confesar que estás enamorado con reggaetón a través del joven cantante Joseph Cruz, cuyo disco se puede adquirir en Youtube.

Utilizamos la música para disfrutar de nuestros propios sentimientos. Nos hace llorar, y nos roba una sonrisa cuando descubrimos que la voz del cantante está describiendo lo que sentimos. Para los parcos en palabras es una gran forma de expresarse, porque basta poner el disco y mirar a los ojos de la otra persona para ésta entienda. Se podría escribir toda una historia de amor sólo con los títulos de algunas canciones:

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“Galilea” (Sergio Dalma)

Cada uno de nosotros tenemos una canción inolvidable. Unas veces es una canción de reproche, como “Aprendiz”

“Me estoy enamorando” (Alejandro Fernández)

de Malú, otras porque nos hicieron llorar con una película, “My heart will

“Déjame ser tu hombre” (Juan Pardo)

go on” de Celine Dion en “Titanic”, o

“Dormir contigo” (Luis Miguel)

momento o en el pasado, como “Morir

“You´re the first, the last, my everything” (Barry White)

“Si no te hubieras ido” de Tamara. No

“Ciega, sordomuda” (Shakira)

Shakira, la rítmica de Chayanne, la

“Si nos dejan” (Tamara)

Anthony… La música conmueve a todos

que describen lo que sentimos en ese al lado de mi amor” de Demis Roussos o importa que escojamos la voz grave y ronca de Barry White, la voz exótica de extremadamente sugerente de Marc los corazones. Reír, llorar, bailar… lo importante es sentir. Es lo único que no

“Se nos rompió el amor” (Rocío Jurado)

se puede comercializar, lo único que nadie nos puede quitar y lo único que tenemos desde que nacemos hasta que

“Ausencia” (Rosa)

morimos.

PAQUI GUZMÁN

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MÚSICA

Elvira Sastre Su poesía y la música conjugan de maravilla

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ntrevistamos a Elvira Sastre, la joven poetiza que ha revolucionado las redes sociales en España y fuera de ella, sus seguidores se cuentan por miles, fieles a la lectura de Elvira, que cada día desnuda su alma en tweets. Su poesía se ha convertido en imprescindible, no solo entre los amantes de la poesía, también en el circuito de cantautores en el que se mueve como pez en el agua. Es una poetisa muy joven. ¿Cuántos años? 21, creo. A los 20 dejé de contar. Y sin embargo, ya se ha abierto un camino en el mundo literario, y además dentro de la poesía, un género menos comercial que la narrativa. ¿Recuerda cuándo escribió el primer verso, a qué edad y por qué? Sí, más o menos tenía 12 o 13 años. Me enamoré profundamente y de una manera maravillosamente platónica, y hasta que me declaré ensayé en los folios. Era una manera de desahogarme: lo que no le podía decir me ataba por dentro y sentía la necesidad de deshacerme de esos nudos. ¿Cómo surgieron los poemas? ¿Qué los motivó? El amor, qué si no…

primeros

¿En qué momento y por qué decidió dejar de escribir sólo para sí, y compartir los sentimientos? Lo cierto es que no recuerdo bien ese paso de la intimidad a la red. Sí que recuerdo escribirlo en un cuaderno y guardarlo era lo mismo que pensarlo y no verbalizarlo, así que el silencio seguía presente. Quise gritarlo al mundo y por eso lo hice público. Es parte del proceso de liberarme de mí misma: dejarme en otros sitios. La poesía parece muy vinculada al amor. ¿Hasta qué punto interviene a la hora de escribir en su caso? ¿Son experiencias reales las que generan esos versos, o son más bien fruto de la imaginación? Desde luego, ya sea para contarle al resto lo que tú tienes y ellos no pueden ver o bien para superar un desamor y llorarlo todo. En mi caso es algo fundamental por ambos casos. El amor es eso que se planta delante de ti y te

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dice: jamás podrás describirme. Y en eso andamos todos los que escribimos: en llevarle la contraria -aunque ojalá nunca lo consigamos-. Respecto a la realidad y la imaginación, a mí me gusta escribir verdades fundadas en la experiencia o en impresiones, aunque sean nimias, aunque no sean mías. Me explico, para mí es verdad escribir que ha llegado la primavera un día de invierno tras ver una flor congelándose en el campo. ¿Cómo definiría su poesía? ¿Qué le proporciona? No lo sé, no me gusta definir porque significa limitar, y a mí me gustan las cosas libres que toman forma por sí mismas. No le haría eso a la poesía. Me proporciona un abrazo cálido, lágrimas. Me priva de la soledad porque cuando escribo “soledad” ya me siento acompañada. ¿Se sienta a escribir o los versos van surgiendo en cualquier momento y lugar? Van surgiendo, no me gusta forzar, lo rechazo totalmente. Como dije, escribo por necesidad, así que cuando esa necesidad me azota la devuelvo al papel. Si no, convivo con ella en silencio.

A muchos otros jóvenes, y otros no tan jóvenes, seguramente les encantaría seguir sus pasos y publicar sus escritos. ¿Usted cómo lo consiguió? ¿Qué dificultades encontró? Lo cierto, y hablando sinceramente, es que yo nunca busqué publicar. Sí es cierto que era un sueño secundario que habitaba en mi inconsciente al que no le hacía mucho caso; pero nunca me obsesionó ni lo busqué. No me resultaba

imprescindible a la hora de seguir escribiendo. Lo que sí es verdad es que cuando me lo propuso la editorial Lapsus Calami me quedé sin palabras: era como abrir una puerta enorme a mis poemas, un logro. Me dio un poco de vértigo, quizá porque no sabía si iba a ser capaz de afrontarlo. Pero lo agarré con fuerza y me dejé llevar. Podemos descubrir cómo escribe en su blog, en Twitter, y adquiriendo su libro “Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo” a través de internet. ¿Pero qué nos puede contar Elvira Sastre de sí misma? ¿Cómo se describiría? Como dije antes, no me gusta definirme porque significa limitarme, y como no me conozco demasiado bien no me siento capaz de atarme a mí misma. Sí te puedo decir que a veces me pesa demasiado la cabeza y siento que tengo alma de anciana, y otras veces solo hay sol en mi pecho. ¿Qué poetas suelen ocupar su tiempo de lectura y/o le inspiran a la hora de escribir? Benjamín Prado, Karmelo C. Iribarren, Luis García Montero, Ernesto Pérez Vallejo, Pepe Viyuela, Isabel García Mellado, Luis Alberto de Cuenca, Patricia Rojo. Últimamente me muevo entre ellos. ¿Se ha planteado o ha llegado a practicar otros géneros literarios? Hasta el momento, no. Me gusta mucho el aforismo como derivado del poema. Se la puede ver en YouTube acompañando a cantantes como Adriana Moragues y ha participado en conciertos recitando sus poemas.

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¿Cómo surgió ese vínculo entre poesía y música? Surgió en Madrid, en los bares, en los conciertos. Siempre me ha gustado muchísimo la música, en especial la de cantautor porque le da una importancia máxima a la letra. Luego viene lo de conocer a muchos de los cantautores que habitan Madrid, poder alimentarte de su alma y sentirte acompañada, porque hay más gente que observa la vida como tú. Y todo lo demás nace solo. ¿Tiene previsto participar en algún concierto próximamente? El sábado 8 de febrero Adriana Moragues y yo presentamos un concierto recital en Sevilla, en La Estación, presentando mí libro, “Acualírica” (libro de ilustropoemas hecho con ella) y sus canciones. Estamos preparando la presentación en Madrid, también. Y el 27 de febrero en Contraclub, recital con Diego Ojeda. ¿Se ha cuestionado la opción de escribir canciones? Y si así fuera, ¿qué cantantes serían los más apropiados para poner voz a sus poemas o qué estilo musical?

es que a la inspiración, cuando aparece, le suele dar bastante igual tu tiempo libre. Estoy preparando bastantes cosas nuevas, pero soy muy cautelosa con lo que hago y solo me gusta abrir la mano cuando tengo algo en ella. Pronto contaré más cosas. ¿Nos podría recitar algunos versos que haya escrito y que guarde con especial cariño? Guardo con muy especial cariño estos, porque cierran una etapa tumultuosa (y también el libro). He sangrado, pero

Sí que lo he pensado en algún momento, animada por gente especializada o que trabaja en ello. La verdad es que me parece un reto muy bonito y estaría encantada de hacerlo en algún momento de mi vida. No cierro puertas a nada ni a nadie. ¿Cuáles son sus próximos planes? ¿Se encuentra en un momento creativo? ¿Está preparando un nuevo libro? De momento, terminar mis exámenes: estoy en el último año de carrera. Los estudios no me dejan tanto tiempo para la poesía como quisiera, pero la verdad

todas mis espinas han evolucionado a rosa.

Y ahora mi vida huele a flor.

PAQUI GUZMÁN

Fotografías cedidas por Elvira Sastre

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ORIENTAL

Rincón Otaku: nuestro Top5 de manga y anime romántico En esta pequeña lista os recomendamos cinco historias románticas de manga y otras cinco de anime para este San Valentín.

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ara este especial de San Valentín el Rincón Otaku se ha unido a la causa de aportar su granito de arena recomendando para este día tan especial algunas series de manga y anime que han sido –y siguen siendotodo un éxito y muy queridas por el público. Si bien estas historias son más que archiconocidas por casi todo el mundo nunca está de más recordarlas o tenerlas en cuenta para más adelante. Cada una de estas series tiene su particular historia de amor, su toque trágico y sus clásicos triángulos amorosos que hacen disfrutar, reír y emocionar a partes iguales. Así que preparaos para este pequeño resumen de recomendaciones. Tomad nota de nuestros Top5 de manga y de anime y escoged la historia que os resulte más apetitosa para pasar un San Valentín estupendo. ¡Empecemos!

huérfana, contacta únicamente por mensajes de texto. Para Teru, Daisy es alguien muy importante con el que puede confiar y apoyarse siempre que lo necesita. Pero entonces llega un día en el que Teru rompe por accidente una ventana y como castigo para reparar el daño deberá hacer algunos trabajitos para el joven y cascarrabias conserje Tasuku Kurosaki. Es a medida que va conociendo a Kurosaki cuando Teru se cuestiona si el conserje y Daisy tienen alguna conexión… Con su trama tan peculiar pero atrayente, este shōjo ha sido uno de los más vendidos en Japón. ¡Y con razón! Puesto que lo bueno de este manga es su historia original y divertida a partes iguales y que mezcla el romanticismo con la intriga. Y con lo de intriga no me refiero a la identidad de Daisy -que lo es pero es algo que se deduce en las primeras páginas. Un manga muy atrayente que engancha desde el primer capítulo.

Top5 shōjo manga Nuestra lista de recomendaciones manga comienza con un título muy especial: Dengeki Daisy, de la mangaka Kyosuke Motomi. Daisy es el nombre en clave de un misterioso personaje con el que Teru, una chica de instituto

Título: Dengeki Daisy Mangaka: Kyosuke Motomi Editorial: Ivrea Número de tomos: 16, serie completa en Japón (en España aún sigue su publicación con un total de 8 tomos hasta la fecha)

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En el segundo puesto del Top5 de manga os proponemos una lectura que ha fascinado a muchísimos lectores: Érase una vez nosotros, de Yuuki Obata. Nana Takahashi es una estudiante de instituto que, a diferencia de las chicas de su clase, no está enamorada de Yano Motoharu, un chico muy guapo y popular. Al principio Nana pasa de él, pero a medida que se va acercando a Yano empieza a sentir algo por este chico que tras su sonrisa oculta un pasado doloroso relacionado con su ex novia que murió en un trágico accidente. Para luchar por los sentimientos de Yano, que aún sufre por lo ocurrido en el pasado, Nana deberá superar muchos obstáculos, entre ellos los recuerdos. A diferencia de lo que pueda parecer en los primeros capítulos del manga, esta no es la típica historia de amoríos de instituto. Su trama es mucho más compleja, muy humana y dura, cuyos personajes van evolucionando a medida que la historia avanza. Una lectura MUY recomendable. Título: Érase una vez nosotros Mangaka: Yuuki Obata Editorial: Ivrea Número de tomos: 16, serie completa

La tercera recomendación que sigue lleva el título de Hoy comienza nuestro amor, de Kanan Minami. Tsubaki Hibino empieza el instituto no con muy buen pie precisamente: su compañero de pupitre, Kyouta Tsubaki –un chico guapo y popular que encima se llama como ella-, es un insolente y un antipático que pasa de todo y que encima le hace las mil y una. Pero ella,

como venganza, coge unas tijeras y le corta el pelo delante de toda la clase. Con esta humillación parece que Kyouta se va a enfadar como un loco pero no es así: inesperadamente él la besa y jura que la hará su mujer. Así empieza la historia de amor de los dos Tsubakis, una obra que, a pesar de lo que pueda parecer en los primeros tomos, no es el típico shōjo, al contrario. Es precisamente que cuanto más avanza la trama, más se va alejando de lo que podría ser el típico manga sensiblero de amoríos de instituto. Una obra excelente con unos personajes y un dibujo sobresalientes. Lo mejor de la autora hasta la fecha.

Título: Hoy comienza nuestro amor Mangaka: Kanan Minami Editorial: Ivrea Número de tomos: 15, serie completa El cuarto lugar lo ocupa ¡Enamorada!, un manga cortito de tres tomos de la exitosa autora Saki Aikawa. En este shōjo Yuna, la protagonista, deja de tener fe en el amor por culpa de una mala experiencia con su primer novio, Takumi, que la deja sin más. Pero en el instituto, un chico de su clase llamado Shiina está enamorado de ella y se le declara dos veces. Yuna comprende que

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no puede seguir huyendo del amor y los sentimientos para siempre y por ello decide empezar a salir con Shiina que parece un buen chico. Pero cuando por fin todo empieza a ir bien reaparece Takumi y Yuna, a pesar de salir con Shiina, es incapaz de dejar de pensar en su ex. ¿Podrá aclarar sus sentimientos y tomar una decisión? Quizás no sea un manga para recomendar a los escépticos del amor, pero esos lectores apasionados, soñadores y enamorados del amor no deben perderse por nada del mundo esta historia de segundas oportunidades.

tiempo. Y con este pretexto decide alejarse de ella… Un manga que mezcla romance y drama a partes iguales (pero sin llegar al extremo de la tragedia) que convirtió a esta historia en uno de los manga shōjo más vendidos en Japón durante su publicación.

Título: Secretos del corazón Mangaka: Kotomi Aoki Editorial: Ivrea Número de tomos: 12, serie completa Top5 shōjo anime Título: ¡Enamorada! Mangaka: Saki Aikawa Editorial: Ivrea Número de tomos: 3, serie completa Y en el quinto y último puesto tenemos Secretos del corazón. En las páginas de este manga conoceremos la historia de Takuma, un chico con problemas de corazón. Mayu, su amiga de la infancia e hija de su médico, es la chica de la que está profundamente enamorado y con la que hizo de niño la promesa de casarse con ella cuando ambos cumplieran veinte años. El problema es que Takuma no sabe si podrá mantener esa promesa hasta el final ya que su enfermedad no le permitirá vivir mucho

Y finalizamos nuestra lista de recomendaciones para San Valentín con estos cinco anime. El primero que encabeza la lista es Itazura na Kiss. ¿Quién no se ha dejado seducir alguna vez por esta pareja tan dispar? Kotoko es una chica algo atolondrada que está perdidamente enamorada de Irie, un chico guapo e inteligente pero muy frío y –aparentementesin sentimientos que rechaza a Kotoko cuando ésta le entrega una carta de amor. Pero la historia se complica cuando la casa de Kotoko se derrumba y un amigo de su padre los acoge en su casa… que es nada más ni nada menos que la casa de Irie. La convivencia se vuelve insoportable ya que Irie no deja de burlarse de la pobre

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Kotoko. Pero el roce hace el cariño y poco a poco surgen los sentimientos… Un anime divertido y tierno a partes iguales, con personajes tan entrañables que será inevitable cogerles cariño, sobre todo a Kotoko.

En el segundo lugar tenemos el divertido anime ToraDora!, basado en una serie de novelas ligeras, y que ya es todo un clásico de la animación y muy querido por los fans. Ryūji Takasu es un estudiante de secundaria normal y corriente que empieza su segundo año de instituto. Hasta aquí todo bien. El problema de Ryūji está en su mirada penetrante que recuerda a la de un temible pandillero, cosa que le provoca muchos problemas y malentendidos con sus compañeros, cuando él de chico malo no tiene absolutamente nada. Pero lo peor está por llegar cuando el primer día de clases tiene un encontronazo con Taiga Aisaka, una chica bajita y aparentemente normal pero cuyo carácter peleón y de malas pulgas la cataloga como la chica más peligrosa del instituto. Por increíble que parezca, este dúo tan peculiar acaban aceptándose mutuamente hasta tal punto de “trabajar en equipo” para conquistar cada uno al mejor amigo del otro: Ryūji está locamente enamorado de Minora, la mejor amiga de Taiga; mientras que Taiga desea declararse a Yûsaku, el mejor amigo de Ryûji. Por supuesto que

no faltarán los desmadres, los triángulos amorosos, cambios de pareja y las risas. En el tercer puesto de la lista se encuentra la divertidísima Lovely Complex –o LoveCom para los fans. Esta es la historia de Risa Koizomi y Atsushi Ōtani. Ella es una chica muy alta, él un chico bastante bajito y ambos están acomplejados por sus respectivas alturas que no les deja encontrar pareja. Cuando se conocen se pasan todo el día discutiendo y metiéndose cizaña a cada instante. Pero esos momentos de discusión se vuelven más bien la actuación de un dúo cómico que una simple pelea, así que las risas y los momentos graciosos están más que asegurados con estos dos que, a medida que se van conociendo se van tolerando más, hasta el punto de formar una alianza para intentar encontrar pareja. Pero, obviamente, al final Cupido llama a la puerta y Koizumi acaba enamorándose de su compañero de batallas. Es un anime fresco, divertido, hilarante, lleno de momentos graciosos, con triángulos amorosos, malentendidos y algunos momentos tristes. Pero si lo que se busca es una serie de temática amorosa para desternillarse de risa esta es una opción perfecta que, además, el manga también ha sido publicado en España por Planeta con el título Love Com con un total de 17 tomos. Y, cómo no, en esta lista no iba a faltar un título imprescindible de shōjo como lo es Kimi ni Todoke, anime basado en el manga de mismo nombre (en España publicado bajo el título Llegando a ti) de la mangaka Karuho Shiina. La historia amorosa que ocupa el cuarto puesto en la lista tiene como protagonista a Sawako Kuronuma, una chica muy tímida a la que le cuesta

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mucho abrirse y hablar con la gente. Sus compañeros de clase la apodan Sadako por su parecido con el personaje de la película Ringu (película original del remake estadounidense The Ring) y eso sin contar que por el instituto se rumorea que Sawako ve fantasmas, maldice a las personas y trae mala suerte acercarse a ella. La pobre intenta por todos los medios entablar amistad con sus compañeros y a ser amable, pero todo es inútil. Sin embargo, la cosa cambia cuando Shōta Kazehaya, un chico muy popular, empieza a hablar con ella, brindándole de este modo la oportunidad de aprender a abrirse a los demás, a hacer amigos y a confiar en la gente. Y así, lentamente, en ambos empiezan a florecer los sentimientos, a la vez que en el camino se cruzan varios obstáculos y hasta una tercera persona… Un anime muy bonito y tierno sobre la amistad y el amor que ha enamorado a cantidad de otakus.

en la vida de los Asahina las hormonas se disparan y todos los hermanos entran en conflicto entre ellos para conseguir el amor de su nueva hermana. ¿Por qué hermano se decidirá Ema? Disputas, risas, celos, romance, momentos de tensión… un anime harem muy entretenido y divertido que hará reír y pasarlo en grande con las disputas de estos hermanos.

Y hasta aquí nuestra lista de recomendaciones de manga y anime para que paséis un agradable día de San Valentín disfrutando de estas estupendas series shōjo.

MARIONA RIVAS VIVES

Y en el quinto y último puesto está Brothers Conflict, anime que se estrenó el pasado mes de julio y que está basado en una serie de novelas ligeras escritas por Takeshi Mizuno e ilustradas por Ukyo. La historia gira entorno a Ema, una estudiante de instituto cuyo padre se vuelve a casar, y que por ello se muda a la casa de su nueva madre, que tiene nada más ni nada menos que ¡13 hijos de diferentes edades! Cuando Ema entra

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RECETAS DE COCINA

Un riquísimo San Valentín Recetas que despiertan pasiones

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stá claro que una cita perfecta engloba varios factores. Compañía adecuada, entorno evocador… pero tenemos que poner de nuestra parte en otros aspectos. Hablamos en este caso de enamorar a través del estómago. Y muchos de vosotros sabéis que esto es totalmente cierto, no miréis hacia otro lado. Depende de lo que comamos, nos sentimos mejor y la felicidad puede multiplicarse. Por lo que en cada ocasión hay que saber elegir un menú adecuado. Un buen vino, unas velas en la mesa, un mantel rojo… Y unos platos que nos hagan pasar una velada inolvidable. Tenemos muchos libros de recetas, alguno de ellos ya os los hemos estado recomendando desde nuestra web. Y en este caso os traemos dos recomendaciones perfectas para encontrar ideas para cada ocasión. En la colección Coolinary de LID Editorial hemos encontrado dos libros maravillosos, muy útiles y sencillos de consultar y llevar a la práctica, algo que no es lo habitual en libros de recetas. Os hablamos de La cocina de hoy en España, de María Jesús Gil de Antuñano y prólogo de Ferrán Adrià, y Recetas & Viñetas de Juan Pozuelo y

Alya Markova, con prólogo de Juan Echanove. En el primero de ellos técnicas, recetas y trucos para que el arte culinario sea divertido de llevar a la práctica. Dependiendo del alimento que queramos preparar, tenemos trucos, modos de cocinarlo o platos para poder cocinarlo. Todo con unas fotografías que incitan a ir corriendo a la cocina a preparar alguno de sus suculentos platos. El libro de Pozuelo y Markova es muy peculiar y explica de forma llamativa y sencilla cómo preparar sus platos. Dividido por estaciones, tenemos varios primeros y segundos platos, y tres postres en cada estación. La originalidad está en que en vez de las típicas imágenes de platos, tenemos viñetas para explicar el modo de preparación. Y para este día en concreto, hemos querido elegir un menú sacado de los dos. Esto solo es un pequeño ejemplo de lo que podéis encontrar en estos dos geniales libros. ¡Tomen nota y disfruten del banquete! MARIA JESÚS DIEZHANDINO

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Ingredientes

Ostras al champán (Para cuatro personas)*

Ostras, ½ botella de 1.- Envolverse la mano izquierda en un paño champán de cocina, sujetar la concha e introducir el 4 yemas cuchillo especial cerca del gozne raspar la 2 cucharadas de nata concha plana y girar la hoja del cuchillo para líquida separar las dos conchas. Sal 2.- Escurrir el jugo que contienen en un cacito Pimienta y separar los moluscos del todo. 3.- Lavar las conchas cóncavas, repartir el jugo entre las 12 e introducirlas con su jugo en el horno a 250 ºC. 4.- Cuando hierva el jugo poner una ostra en cada concha. 5.- Cocer el champán a fuego lento para reducirlo a sus ¾ partes. 6.- Batir las yemas con la nata y dos cucharadas de agua y añadir el champán templado, mover al baño María o en un cazo de fondo grueso hasta que espese. 7.- Repartir la salsa en las conchas, gratinar durante otro medio minuto y servir. Las ostras no necesitan nada para ser una delicia que no a todo el mundo gustan. Deben estar vivas y ver que se mueven al echarles unas gotas de zumo de limón.

Blanqueta de Rape (para 4 personas)*

Ingredientes

800 gramos de rape 1.- Lavar el rape, escurrirlo, secarlo y Aceite para freír y harina cortarlo en trozos regulares. para rebozar 2.- Sazonarlos con sal y pimienta, pasarlos ¼ kg.de cebollitas francesas por harina, sacudir el exceso y freírlos en ¼ de champiñones pequeños el aceite caliente, ir poniéndolos en una 1 vaso de vino blanco seco cazuela. 4 cucharadas de aceite 3.- Escaldar las cebollitas, pelarlas y 1 cucharada de azúcar ponerlas en un cazo cubiertas de agua 2 vasos de caldo de pescado con sal, pimienta y el azúcar hasta que (puede ser de hecho con empiecen a caramelizarse y añadirlas cabezas) al rape. 4 cucharadas de nata líquida 4.- Cortar la parte arenosa de los pies de 1 yema de huevo los champiñones lavarlos y saltearlos con 1 limón, sal, pimienta y las 4 cucharadas de aceite y añadirlos a la perejil. cazuela del rape. 5.- Calentar el caldo y añadirle el vino blanco, verterlo sobre el rape y cocer todo 10-15 minutos. 6.- Batir la yema con el zumo de limón y la nata líquida añadir a la cazuela del rape y mover sobre el fuego evitando que llegue a hervir. 7.- Comprobar el punto de sazón espolvorear de perejil picado y servir.

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Brochetas de encurtidos y ahumados**

Cortar los ahumados en diferentes tamaños y formar diferentes brochetas con las cebollitas y los pepinillos.

Preparar una salsa con la mahonesa, la cebolleta y el huevo cocido y otra con la nata semimontada y la mostaza semidulce.

Servir las brochetas y las salsas en dos cuencos aparte.

Ingredientes 100 gramos de palometa ahumada 100 gramos de trucha ahumada 100 gramos de bacalao ahumado 100 gramos de anchoa ahumada 1 huevo cocido Pepinillos en vinagre Mahonesa 1 cebolleta Cebollitas en vinagre Mostaza semidulce Nata

Crêpes de chocolate y naranja**

Ingredientes

250 gramos de leche 100 gramos de harina 2 huevos 50 gramos de mantequilla ½ tableta de chocolate Hacemos las obleas, muy finas, en una sartén sin leche antiadherente y las vamos sacando 75 gramos de mermelada a un plato. de naranja ¼ litro de zumo de Colocamos sobre cada oblea unos trozos de chocolate, unas pequeñas cantidades de mermelada y naranja 50 gramos de azúcar y cerramos las obleas en forma de pañuelo. licor Mezclamos la leche tibia con la harina, los huevos, la mantequilla fundida y removemos bien para evitar los grumos (si fuera necesario haremos uso de la batidora). Dejamos reposar esta pasta de crêpes.

En la sartén calentamos el zumo, el azúcar y el licor, y dejamos que reduzca durante un par de minutos. Colocamos dentro las obleas y las dejamos cocinar en la salsa un par de minutos más, controlando que la salsa se quede espesita. Servimos. *Recetas extraídas del libro Gil de Antuñano, M.J. (2013) La cocina de hoy en España. Madrid: LID Editorial **Recetas extraídas del libro Pozuelo, J. y Markova, A. (2013) Recetas & Viñetas. Madrid: LID Editorial

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VIAJES

Os proponemos cinco maravillosos lugares de Barcelona de lo más románticos, ideales para vuestra cita de San Valentín.

Barcelona es una ciudad grande y bonita plagada de lugares preciosos que ofrecen maravillosas vistas de sus monumentos, parques y jardines, y de un sinfín de rinconcitos ocultos esperando a ser descubiertos para poder ser gozados en buena compañía. Con motivo del Día de San Valentín, en este artículo proponemos un plan especial: pasear en pareja y disfrutar de las calles de la ciudad en todo su esplendor, ya sea por la mañana o por la noche. Quizás para muchos no sea un plan muy atractivo pero cabe decir que caminar al lado de ese alguien especial mientras ambos os maravilláis de las delicias que ofrece la ciudad ya se convierte en un plan de lo más romántico.

son para disfrutar en pareja en el día de los enamorados. ¿Os imagináis una cita perfecta con el Parque Güell, la Fuente Mágica, una placita medio escondida del Barrio Gótico o un precioso jardín neoclásico como decorado? Una bonita estampa, sin duda. La verdad es que el lugar influye mucho a la hora de florecer el romanticismo. Así que estad atentos y tomad nota de nuestras sugerencias románticas para que tengáis una cita inolvidable. ¡Feliz San Valentín!

Y como que Barcelona es una ciudad grande con mil sitios para visitar, en este artículo os proponemos cinco lugares románticos e imprescindibles de la Ciudad Condal que, si bien son los típicos para hacer turismo, también lo

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Jardín del Laberinto de Horta En el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona se esconde un lugar increíble para poder pasear y disfrutar del hermoso paisaje que ofrece: El Laberinto de Horta. Además de ser uno de los jardines más románticos de la ciudad, también es el parque más antiguo que se conserva en Barcelona. Situado en la antigua finca de la familia Desvalls, en él se halla un precioso jardín neoclásico del siglo XVIII con un estanque y otro jardín romántico del siglo XIX. Su originalidad se caracteriza por su laberinto formado por cipreses que, siguiendo el camino correcto, te conduce a la estatua de Eros, el dios griego del amor. El hecho de que este rincón verde se encuentre alejado del centro de Barcelona, se tenga que pagar un pequeño precio (poco más de 2€) y esté prohibida la entrada a animales de compañía y bicicletas y patines, lo convierte en un lugar agradable y con poca gente, ideal para gozar de un paseo romántico y tranquilo. Dirección: Passeig dels Castanyers, nº 1 | C/ dels Germans Desvalls, nº 41. Cómo llegar: Metro Mundet (Línea 3). Entrada: 2’23€ (entrada gratis miércoles, domingos y 24 de septiembre).

Parc de la Ciutadella Construido con motivo de la Exposición Universal que se celebró en Barcelona en 1888, el Parc de la Ciutadella es otro lugar idóneo para tener una perfecta cita romántica. Lo primero que llama la atención es la famosa Gran Cascada, una magnífica fuente ornamental donde se pueden apreciar varias esculturas y cuyo elemento central es el Nacimiento de Venus. Gracias a sus estanques de patos y su gran lago, el parque ofrece a las parejas una excusa perfecta para alquilar una barca y dar un romántico paseo por sus aguas. Y si hace buen tiempo, las zonas de césped invitan a los paseantes a tumbarse en la hierba para disfrutar del día. Al ser un parque de grandes dimensiones, La Ciutadella engloba además otros espacios culturales y de ocio como el Parlament de Catalunya, el Museo de Geología, el Museo de Zoología, el Invernadero y el Zoo de Barcelona. Dirección: Passeig de Picasso, nº 21. Cómo llegar: Metro: Arc de Triomf (Línea 1), Ciutadella/Vila Olímpica (Línea 4), Barceloneta (Línea 4) | Autobuses: 14, 17, 39, 45, 51, 59, 64, D20, H16. Entrada: Gratis.

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Fotografía extraída de bcn cat Fuente Mágica de Montjuïc Esta preciosa fuente es una “atracción” muy popular de la ciudad. A partir de las siete de la tarde, en Montjuïc, se puede apreciar un increíble espectáculo de agua que os hará poner la piel de gallina de la emoción: desde el Palau Nacional hasta la Plaza de España cascadas de agua, estanques y columnas luminosas a ambos lados dotan a la ciudad de una hermosa vista: la Fuente Mágica de Montjuïc. Combinando un maravilloso conjunto de agua, luz, colores y música se puede disfrutar de un precioso espectáculo digno de ver y sentir. Un consejo importante: si tú y tu pareja queréis asistir a las proyecciones musicales consultad antes los horarios, que varían en función de la época del año. Dirección: Plaza Carles Buïgas, nº 1 (Plaza de España). Cómo llegar: Metro: Plaça Espanya (Línea 1 y 3) | Autobuses: 9, 13, 27, 30, 37, 50, 55, 56, 57, 65, 79, 109, 157 y 165. Entrada: Gratis.

Barrio Gótico El Barrio Gótico de Barcelona es uno de lugares con más encanto de la ciudad y un laberinto perfecto para perderse. Sus calles, plazas y edificios tienen ese toque mágico que otorga la nostalgia del tiempo transcurrido. Si habéis leído los libros de Carlos Ruiz Zafón (sobre todo La sombra del viento) os transportaréis rápidamente a esa Barcelona mágica y misteriosa de las novelas. El tour mágico empieza en las calles que hay detrás de la impresionante catedral. Justo en el Museo Frederic Marès se encuentra un precioso patio interior con una pequeña fuente rodeados de árboles. Está un poco oculto pero la belleza del lugar merece la pena. Cuando uno se pierde por esas callejuelas siempre se va a parar a alguna que otra plaza medio escondida. Otro ejemplo es la Plaza de San Felipe Neri, una placita pequeña pero con mucho encanto con una fuente en su centro, un lugar tranquilo y nostálgico pero también romántico. Podéis pasear por lugares más concurridos como la calle Ferran, que va desde La Rambla hasta la Plaza San Jaime y que está plagada de cafeterías, bares, restaurantes y otros comercios para poder sentarse y tomar un refrigerio. También está la Plaza del Rey, la calle de la Llibreteria, el carrer del Call en el antiguo barrio judío… Como veis hay muchos lugares y rinconcitos románticos para pasear y respirar ese aire nostálgico que evoca este barrio. Cómo llegar: Metro: Liceu o Drassanes (Línea 3); Jaume I (Línea 4).

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Parque Güell Considerado una de las creaciones más importantes de Gaudí y Patrimonio de la Humanidad desde 1984, el Parque Güell es uno de los lugares más emblemáticos de Barcelona. Aunque sea un lugar típico y atestado de turistas, sus jardines bien cuidados rodeados de árboles y sus monumentos hechos con la famosa técnica del trencadís que recuerdan a la naturaleza lo hacen un espacio perfecto para que surja el romanticismo. Aunque siempre haya mucha gente, sus grandes dimensiones hacen que se pueda pasear a gusto sin sentirse agobiado por las multitudes de turistas –salvo en la zona de monumentos donde se encuentran las escaleras con el dragón que conducen a la sala de las columnas. Sin duda alguna, el ambiente que evoca este precioso parque rodeado de tanta naturaleza es un lugar idóneo para venir con la pareja. Dirección: C/ Olot, nº 5. Cómo llegar: Metro: Lesseps o Vallcarca (Línea 3) | Autobuses: 24, 32, H6. Entrada: Zona monumental 8€; Entrada gratis para fuera de la zona monumental.

MARIONA RIVAS VIVES

ELISABET DE LORETO (Fotografías)

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RELATOS DE SAN VALENTÍN

Los mejores relatos románticos Relatos seleccionados en la convocatoria de San Valentín

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n Pandora Magazine, siempre nos gusta que los lectores participéis activamente en nuestras publicaciones, por ello, una vez más, hemos organizado una convocatoria para que aportéis vuestros relatos románticos para celebrar San Valentín de la mejor manera, ¡con nosotros! Hemos hecho una selección de los mejores relatos que han llegado a nuestras puertas y os los ofrecemos a continuación. Queremos dar las gracias a todos los participantes, animar a quienes no han sido seleccionados a presentarse a futuras convocatorias y felicitar a quienes ya forman parte de este número especial de San Valentín 2014 con su historia.

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Cuatro años de eterna permanencia junto a ella, cuatro años sin dejar de

Para Laura Laura, temblorosa, volvió a mirar el reloj de su habitación. Cinco minutos, cinco interminables minutos habían transcurrido ya de las ocho de la tarde y Alfredo no había aparecido todavía. Era la primera vez que algo así ocurría y ella, muy intranquila, se sentía desfallecer, pues no dejaba de pensar en que algo le había sucedido. ¿Por qué se estaba retrasando si no lo había hecho jamás en los últimos cuatro años? Volvió a mirar el reloj para cerciorarse que su vista no la engañaba y que la potente medicación que estaba obligada a tomar no le había jugado una mala pasada. Siempre fiel a su cita y siempre leal a su compromiso, Alfredo, día tras día, había estado allí junto a ella, siempre atento y pendiente de sus más nimios e infantiles deseos. Con amor y perseverancia, dándole esperanzas y confianza en sí misma. Se sentía desnuda y desvalida sin él, necesitaba sus caricias, sus palabras de afecto y sobre todo su cariño, el gran amor que le prodigaba. Luchando contra el sueño que la anegaba durante todo el día, volvió a mirar el reloj: siete minutos. ¿Qué ha pasado, Dios mío? Notaba su ausencia como un ciego siente la falta de visión. Y le dolía, en lo más hondo le dañaba hasta límites insospechados. Por un momento pensó lo peor, que se había olvidado de ella o, lo que era más grave, que se hubiera cansado de esta insoportable situación. Pronto, invadida por la necesidad de creerlo así, dedujo que no, el cómo la trataba y cómo se desvivía por ella hacía imposible siquiera la mera idea. Pensaba en cuánto lo amaba y necesitaba y en cómo todo aquello empezó y se fue convirtiendo en lo que ahora sabía que era.

verla todos los días, cuatro años en dónde cada hora se hacía eterna cuándo él no estaba, si le faltaba, si le perdía… ¿Qué es el amor si no absoluta y total dependencia del ser amado? El no saber vivir sin él igual que no podríamos vivir sin corazón, cerebro o alma. Cuánto lo quería, cuánto lo ansiaba y cuánto lo necesitaba era algo que experimentaba como muy íntimo y doloroso al mismo tiempo. Arrebujándose en las sábanas volvió a echar un vistazo al reloj, el cual, torturándola, mostraba su paso inexorable; dos minutos más y él no venía. Miró la puerta con la ingenua esperanza de que se abriera solo por el hecho de desearlo y apareciera Alfredo para consolarla. Pero no fue así. La más abrumadora de las congojas se apoderó de ella y comenzó a llorar. Sin saber por qué y sabiéndolo fehacientemente. Esas lágrimas que no la dejaban ver, no la dejaban pensar, no la dejaban sentir, no la dejaban vivir. La fuerte medicación que le administraban iba haciendo su efecto y la fue sumiendo en un dulce aunque no deseado sopor; mientras ella luchaba contra el sueño, rememoró aquél fatídico y oscuro día en que le diagnosticaron el tumor, en las interminables operaciones, en todo el dolor sufrido, en todo lo que había perdido y en él, sobre todo en él. Ni una

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sola vez dejó de alentarla y de animarla, incluso en esos días horribles que ella sufría dolorosamente y donde lo mandaba de vuelta por donde hubiera venido. Cuánto había padecido Alfredo por su culpa y pese a ello, seguía a su lado sin flaquear ni desfallecer, aguantando todas sus quejas, reproches e incluso en los peores momentos, hirientes insultos. Poco a poco, la recalcitrante prescripción médica que le administraban por vena, terminó de hacer su efecto, apoderándose de su mente y convirtiendo el sopor en un sueño cada vez más abrumador y persistente. No quería dormirse sin verlo antes, sin hablar con él. No quería... no podía consentirlo. Alfredo jamás le fallaría, jamás perdonaría la oportunidad de pasar una hora con ella, su hora, nuestra hora, la misma de los últimos cuatro años. Diez minutos pasaban de la hora y su amor no llegaba, hoy que tanto le necesitaba, hoy que le habían comunicado lo que le deparaba el destino, hoy que su vida se había doblado. Y las lágrimas la ahogaban y la medicación la adormecía y nadie venía a salvarla y nadie acudía a consolarla. Por fin sucumbió al sueño, agitado, inquieto y profundo y se hundió en la más negra de las penumbras en dónde las más terribles criaturas de lo onírico la esperaban para torturarla y atormentarla. Poco tiempo había pasado cuando oyó que alguien la llamaba por su nombre en la habitación. Esa voz la estaba llamando, suave y dulcemente, y de esa misma manera despertó. Alfredo se encontraba a su lado, en su silla de siempre, con su sonrisa de siempre y su contagiosa alegría de siempre. Pero algo era diferente y le costó un rato averiguar que era: no la sujetaba tiernamente de la mano como siempre. —Hola amor. ¿Qué te ha pasado? —le preguntó adormecida—. No has llegado a la hora.

—Estoy aquí desde el principio, velando tu sueño y cuidando de ti como siempre, mi vida. Has tenido un sueño movido y estás intranquila, pero ahora estoy aquí, contigo, para siempre. Laura intentó darle la mano, pero él se lo impidió retirando la suya lo que la dejó algo perpleja. Alfredo le dijo: —No puedes tocarme, aún no estoy limpio, cariño. —Pensé que hoy no vendrías y me dolió tanto... Hoy me han dicho que… —Sssshhh. Descansa ahora. Siempre estaré aquí, siempre estaré a tu lado, jamás te abandonaré. No desesperes, ya sé lo que me vas a decir y está todo arreglado. Relájate y duerme, que yo velaré tu sueño. —Cariño, te quiero mucho, si no fuera por ello me hubiera dejado morir hace tiempo. No podría soportarlo sin ti, es tan duro y tan injusto…. —No pienses en ello ahora, supera tus miedos, pues pronto llegará el regalo que tanto tiempo llevamos esperando. Todo será distinto a partir de mañana. —¿Qué me has preparado, cariño? Sabes que no me puedo mover, no antes de que hagan el trasplante y el doctor diga lo contrario y además hoy…. —No te preocupes, todo está bien. Espera a mañana que será un nuevo día y todo se arreglará. Vivirás mucho aún y disfrutarás de mi regalo por mucho tiempo —la miró con suma dulzura, tanta que ella se sintió renacer—. Laura, te quiero, no lo olvides, confía en mí. La medicación no sabía de amores, comenzando a presionar de nuevo haciendo que ella notara como iba cayendo otra vez en un plácido letargo. Cerró los ojos y sabiéndolo a su lado, se dejó llevar con una sonrisa en los labios. Él la protegería, él le había prometido un nuevo día y le creyó. Y se durmió, plácidamente se sumergió en el más profundo de los sueños. Y esta vez, los horribles espectros que habitaban sus pesadillas se escondieron en lo más profundo de sus hediondos escondrijos,

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temerosos del brazo armado de su amado. —Laura, nunca te dejaré, siempre estaré a tu lado y siempre te esperaré —le dijo Alfredo entre sollozos—. Feliz San Valentín, mi vida. --------------Martina volvía a la sala de guardia después de realizar la tercera revisión de habitaciones. Todo en orden, nada turbaba el silencio de aquella noche. Al llegar vio a Ernesto y a Alicia, sus compañeros de guardia esa noche, sentados en el mismo sitio. Apuntó la ronda en el libro destinado al efecto, firmó y les informó: —Todo tranquilo. Casi todos están durmiendo o viendo la televisión. Nada fuera de lo normal y todos con sus medicaciones. —Oye —dijo Ernesto— la de la 215, ¿bien? ¿No te ha dicho nada? —Está durmiendo, ¿por qué? —No sé, hoy no ha venido su cuidador y suele quejarse cuando tarda. Además en la ronda de las ocho y media la oí hablando sola. —Pues está frita, nadie se ha quejado. ¿Cómo va la película, me he perdido algo interesante? —Nada que sea interesante. Una peli que ni fú ni fá —se levantó para servirse otro café—. Es lo que pasa con las películas que ponen todos los días de San Valentín: ñoñas y sin fuste. Una porquería lacrimosa y hollywoodiense. —Pues a nosotras nos gustan esas películas, insensible —respondió

Martina con un mohín en el rostro y lanzándole un manotazo cariñoso. —¡Claro! Tías teníais que ser… — contestó Ernesto irónicamente soltando una risilla. En el mismo momento que Martina se sentaba sonó el teléfono. Alicia saltó del sillón, se dirigió a la centralita y respondió. Tras un largo rato volvió a la sala con la misma cara que si hubiera visto un cadáver andante. —¿Qué te pasa? ¿A qué viene esa cara? —Era el doctor Hernández —le costaba hablar—, dice que preparemos a la paciente de la 215, Laura Grisales. Tenemos donante y viene para acá.

—¡¡Pero eso es estupendo!! Qué alegría se va a llevar… —Martina lo pensó mejor y le dijo—. Y entonces… ¿esa cara? —No deberíamos saberlo, pero el doctor Hernández me ha dado el nombre del donante. Dios sabrá cómo se habrá enterado —las lágrimas empezaron a aflorar en su rostro—. Es Alfredo, su cuidador. Se ha suicidado esta tarde a las siete y media. José A. Reyero Chamizo

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Solo por hoy Ya está. Estoy completamente decidido a decírselo. Hoy es el día. Hoy tengo que revelarle lo que siento por él. No pude haber elegido mejor día que este. Es 14 de febrero. Las parejas están comenzando a intercambiar presentes con sus seres queridos, y no pienso quedarme atrás. No otra vez. No como hace un año, que me acobardé y preferí callar mis sentimientos. Esta vez, hare lo necesario para que él me mire como siempre lo he soñado. Para que me estreche entre sus manos, con la misma intensidad que yo lo hare. Para que me permita fusionarme con su alma y ocultarme bajo su piel. Nadie podrá poner en duda mi devoción por él, y así comprenderá que yo soy a quien ha estado buscando durante toda su vida. Me tiemblan las piernas a cada paso que doy. Mis manos están cubiertas por una capa de sudor. Me cuesta trabajo, sostener con firmeza los obsequios que traje para él. Espero que le gusten los tenis que le compre. El otro día lo vi frente al aparador de una tienda deportiva, mirándolos fijamente. Así que se me ocurrió que podían ser un buen regalo de san Valentín, junto con los chocolates y la bufanda que le hice. ¡Por Dios! Ahí viene. Como siempre, se ve genial cuando llega a la escuela vistiendo esa clásica chamarra marrón. El solo contemplarlo a la distancia, hace que mi corazón inicie una marcha incontrolable. Mis manos apenas y pueden sostener las cosas. Acaba de llegar a su casillero. Me saluda con un movimiento de su mano y me hace una señal para acercarme a él. ¡Sí! Esta es mi oportunidad. Tengo que darle las cosas, antes de que toquen la campana para irnos a clases. No sé si pueda volver a cruzarme con él en todo el día, pero

prefiero ir directo al punto. A cada paso que doy, siento que una eternidad pasa frente a mí. Puedo hacerlo. Sé que puedo decírselo. Mi voz tiembla un poco mientras pronuncio el hola de todos los días. Él me sonríe y muestra esa peculiar, aunque para mi perfecta, dentadura. Sin detener sus movimientos, me pregunta cómo me fue el día anterior con mi cita. Si supiera que en realidad no hubo ninguna cita… Me limito a decirle que las cosas no resultaron como las esperaba. No quiero que se haga una idea errónea y que por eso me rechace. Él me dedica una breve mirada. En sus ojos puedo ver la tristeza que siente por mi persona, aunque a los pocos segundos, esta se desvanece para dar paso a una torcida y pícara sonrisa, que casi hace que me infarte en mi sitio. De entre sus ropas, saca una pequeña caja junto con un paquete de bombones cubiertos de chocolate. Me tiende los bombones, al mismo tiempo que me da una palmada de camaradería en la espalda. El solo sentir sus manos, hace que un hormigueo cruce mi espina dorsal a velocidad. No tarda en sacarme de mis ensoñaciones, diciendo que sus padres acaban de castigarlo y que le quitaron el dinero de esta semana. Con un guiño, me revela que guardó un poco para darme aunque fuera un detalle. Me conmueven sus palabras, pero me resisto a mostrar algún signo de debilidad frente a él. No quiero ponerlo incómodo con mis lágrimas. Para

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romper el silencio, le pregunto qué es lo que hay en la caja. Él solo alza una ceja y la abre, tendiéndomela para postrarme su contenido. Es una pulsera de cuero negro, con una placa plateada que tiene la forma del número catorce. Mi pecho se ve oprimido por el torrente de emociones que me embriagan. No obstante, el me da un codazo y me pregunta si me gusta el obsequio. Por supuesto que no dudo en decirle que me encanta, es precioso.

ampliando su sonrisa al mismo tiempo que me llama Casanova. La campana de la escuela suena con fuerza por todo el lugar. Él termina de tomar sus cosas para las clases y se va. Yo, por mi parte, no puedo hacer otra cosa más que imitarlo. Seguirlo cual perrito en busca de su amo, mientras me hago la firme promesa de que siempre estaré para él. Ayudándolo y consolándolo, hasta el día en el que por

De repente, de su boca sale una frase que me congela. Compró ese regalo para Mónica, y está listo para pedirle que sea su novia. Hoy. El frío que cubre mis extremidades me aturde por unos momentos. Mi respiración se vuelve superficial. Me pregunta por las cosas que llevo bajo el brazo. Sin pensarlo, le digo que son regalos que me han estado haciendo durante la mañana. Pasa una mano por mi espalda y me agita con fuerza,

fin vea a través de mi exterior. Jessica Castro López

Sangre virgen Mientras todavía sentía en su cuerpo los efectos de la adrenalina de los últimos minutos, la miró con una sonrisa de satisfacción. La joven yacía sobre el diván, con la tez blanca y las mejillas sin color, al tiempo que las últimas gotas de sangre llenaban la botella dorada de Murano para su colección. Se quitó el guante blanco, introdujo en su interior la felicitación de San Valentín y el anillo de compromiso, y lo anudó en el cuello de la botella.

Rosa Gloria González González

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Y pasan los años... La fina lluvia, que no cala pero despeja, cae lentamente sobre los tejados más cercanos. Y otra vez la lluvia. Esa lluvia que hace que piense en lo que no debo, en lo que dejo atrás cada vez que una gota choca contra la ventana. Pero es que hace ya tantos años que no te tengo que a veces olvido que algo así sigue existiendo en alguna parte del universo. Recorro con la mente aquella ciudad empedrada, que me acercó y alejó de ti en tan poco tiempo que a veces creo que ha podido ser parte de un alborotado sueño. Pero algo dentro de mí siempre me recuerda en forma de dolor que todo eso existió, y fue demasiado real. Que tú y yo un día fuimos algo. Algo que merecía la pena recordar. Algo que aún después de todo, sigue mereciendo la pena. Reconozco que cuando algo duele, hay que olvidar. Olvidar y volver a vivir. Pero si te tengo dentro de mí y no quiero sacarte, ¿cómo olvidar? ¿Cómo evitar querer beber si se tiene sed? Puede que si tengo sed durante el suficiente tiempo, me acostumbre y ya no extrañe el agua. Pero todavía recuerdo. Sí, es inevitable tratándose de ti. Seguirás durante mucho tiempo rondando en mi mente, lo sé. Y yo seguiré permitiéndote que lo hagas. Porque no hay cosa que más me guste que saberte a tus anchas en mi más estricta intimidad, allí donde a nadie más he dejado entrar. Y seguirás estando tan lejos de mí, que ya cada vez

recordaré menos tus facciones. Y cuanto menos recuerdo, más vivo te tengo. Habrá que avanzar, me repito a cada instante. Pero si solamente pudiera tenerte un momento más entre mis brazos.... volver a sentir que se me corta el aliento, y que toda la tranquilidad del mundo me invade por completo. Saber que estoy en el lugar correcto, sólo una vez más. Vuelve un instante a mí, sólo para demostrarme que hubo un día que fuiste verdad, que no he sido yo la que he inventado a un ser como tú. Ya empiezo a dudarlo... O no vuelvas, no, mejor no lo hagas. Comprobaría que no puede haber nadie como tú, que es estadísticamente imposible. Y ya no me quedaría ni la esperanza de volver a repetir lo que tuve contigo. Si por lo menos sintiera lo de antaño un segundo más... un solo segundo... Alicia Giménez Serrano

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Coherencia Te miro mientras te acercas y te noto tan lejos que mi alma se retuerce a cada aliento de vida que da. Tus sonrisas llenas de otros, vacías de mí, me demuestran lo distantes que pueden llegar a estar dos personas que toman café. Si ves que te miro y mis ojos están ausentes, puede que les encuentres en pasados llenos de momentos presentes, o en sombras que acercan un futuro sin ti. Puede que esté intentando recordar cuando me hacías reír a cada instante por el simple hecho de que te gustaba verme feliz. Seguramente esté recordando alguno de los momentos en que se hacía entre nosotros el silencio, ese silencio que tanto me gustaba ya que podía centrarme en cada pequeño detalle de ti, retratarte mentalmente para los momentos en los que no te tenía conmigo. Puede que ahora me pierda en divagaciones, en frases de ésas que siempre empiezan con un “¿y si…?” las cuales ya no tienen ningún sentido, pero aun así, siguen doliendo. Puede que me hables, me cuentes mil y un detalles de tu presente vida, y yo siga prefiriendo la pasada solo por el hecho de que compartías una parcela de la misma a mi lado. No me preguntes más “en qué estás pensando”, porque sabes de sobra dónde me encuentro siempre que lo preguntas, y es a una distancia de casi un año, o de

hace quince, de aquí. Porque recuerdo facciones, frases, instantes que quedaron grabados en algún lugar que ahora no recuerdo para poder borrarlos. Si solamente te pararas a pensar un segundo, verías exactamente lo que todo el mundo ve. Lo que seguramente tú también veas pero no quieras reconocer.

Pero es que por mucho tiempo que pase, las cosas seguirán igual que siempre. Seguiremos rallando la cordura, con los pies en el suelo y sopesando con lógica pros y contras de todo este sinsentido. Puede que lo mejor fuera probar algo que no hayamos probado antes, pero reconozco que esto es lo más coherente. Y ya se sabe que en estos temas, la coherencia y el raciocinio son armas fundamentales para ser feliz. Que así sea…

Ángeles Castro Rodríguez

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TERROR Y FANTASÍA

San Valentín en Terror y Fantasía Relatos terroríficamente románticos

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orque el amor también tiene su lado oscuro, loco y mágico, en TyF no hemos querido dejar pasar la oportunidad de mostrar todas sus caras. El amor está presente en todas y cada una de las vertientes literarias que existen. Aquí os mostraremos algunas de ellas, de la mano de unos cuantos autores (unos nuevos entre las páginas de Pandora Magazine y otros ya viejos conocidos) que han querido celebrar con nosotros el día de San Valentín a su particular modo. Espero que paséis un buen rato con ellos. LYDIA ALFARO

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A primera vista Fue el día de San Valentín. Al verla, un hormigueo me recorrió las vértebras. Lo de menos, el lugar donde la conocí: La mesa del forense.

M. D. Rubio de Medina

Tenaz A José Cadalso No pasó un solo día de aquella semana sin demostrar al mundo el amor que aún profesaba por ella. Acudía a visitarla con los albores de la mañana, antes del mediodía e incluso a la caída del atardecer, de suerte que quienes lo veían atravesar las recias puertas enrejadas a horas tan intempestivas no podían por menos que hacerse cruces ante tamaña osadía. Ajeno a la admiración que despertaba su conducta, en todos sus paseos llevaba siempre algún pequeño detallito para su amada: una flor recién cortada, una pulseritas de cuentas, algún prendido para el pelo o incluso un tierno muñequito de tela con dos botones por ojos. Al principio la gente se mostró condescendiente. Al fin y al cabo se trataba de un caballero recto y bien educado, culto como pocos hombres de armas suelen ser, que amaba de corazón a la joven actriz. Sin embargo, al cuarto día empezaron los murmullos. Simplemente, aquello estaba llegando demasiado lejos. —Ha perdido la cabeza —decían unos. —Acabará por hacer una barbaridad -aseguraban otros. Aún así, nadie podía llegar a imaginar que la guardia lo sorprendería en la noche cerrada y lluviosa del séptimo día, destrozando con pico y pala la sepultura de su amada para besar sus labios por última vez.

Nuria C. Botey

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Sólo un mordisquito La bruja que había a mi lado y que para mi mortificación ocupaba todo el espejo del cuarto de baño, sin permitirme que yo pudiera contemplar lo bien que me quedaban las botas negras de cuero de Prada, observaba con excesiva atención mis afilados colmillos. Por fin se decidió a hablar. —¡Tus colmillos son increíbles, parecen reales! ¿De qué material están hechos?—me preguntó. Eché un vistazo a su peluca verde y al gorro de satén negro, ¡mortales! Si ellos supieran cómo eran las brujas en realidad… hermosas mujeres ataviadas con las mejores sedas. Me tomé más tiempo del preciso en contestar. Aquella estaba siendo una noche desastrosa de San Valentín. Hacía medio siglo que lo había dejado con Logan, mi sexy amante licántropo. Ahora me encontraba en una absurda fiesta de disfraces. ¿Por qué no podía olvidar a Logan? A pesar de mis múltiples amantes a lo largo de las décadas, él aparecía en mis sueños más húmedos. Su cuerpo de acero, sus músculos esculpidos reluciendo con el bronce y esos ojos ambarinos que centelleaban cuando me poseía con ferocidad y llegaba al orgasmo. ¡Maldición! Otra vez Logan. Contesté a aquella humana con mi habitual frialdad. —De dientes. Son de verdad—le dije, con total sinceridad. Ella se rió, como si acaso fuera una broma. Yo sentí la irresistible tentación de hincar mis afilados colmillos en su

tierna y pálida carne del cuello. Sólo un mordisquito, lo juro. Lo suficiente para demostrarle cuán hirientes y reales podían ser mis colmillos. Por suerte para la humana, mi sed de sangre había sido saciada hacía pocas horas. Me di la vuelta y emprendí el camino de regreso a la fiesta, buscando entre todos aquellos mortales disfrazados de seres inmortales a mi hermana. Las dos éramos seres patéticos. Inmortales acudiendo a absurdas fiestas de mortales. Inmortales que se disfrazaban de ellas mismas. Al menos mi hermana podía disfrutar retozando con su nuevo novio, mientras que yo, seguía pensando en el rudo Logan. No debí haberlo engañado, pero Logan me hizo prometer algo que yo sería incapaz de cumplir: dejar de beber la sangre de esos apetitosos mortales. ¿Cómo podía él pedir tal cosa? Ellos eran una tentación. Carne blanda en la que hincar el diente. “¡Sólo un mordisquito!”—rogaba a Logan. Él me respondía con una mirada de reproche, sin poder entender mi naturaleza vampírica. Yo siempre me mostré más tolerante con su especie. Jamás me enfadé cuando encontraba pelo de lobo en el sofá. — ¿Buscando algún mortal al que hincar el diente? Su voz me sobresaltó. Me di la vuelta lentamente, aunque la razón me decía que era imposible que fuera él. Juró marcharse para no volver. 92


Los ojos centelleantes de Logan me admiraban desde la altura que le confería su metro noventa de estatura. Yo no era pequeña, pero bajo aquel portento de músculos era imposible no sentirse como un renacuajo. —Logan… ¿Q-qué haces-s aquí?— logré balbucear. Logan sonrió, aunque su sonrisa se contrajo levemente al notar mis afilados colmillos, los cuales yo no ocultaba esta vez. —Te eché de menos—respondió con naturalidad. Mi orgullo me hizo erguirme y contestarle en tono desafiante. Él no podía volver ahora, como si nada hubiera pasado. Y sin embargo, ahora ansiaba besarlo y poseerlo. Mostrarle a todas las hembras del lugar que aquel hombre era MÍO. —Me abandonaste. Cincuenta años, ¡Cincuenta malditos años sin saber de ti!—le recriminé. Traté en vano de no sonar dolida. Pero yo lo estaba. Logan pasó su pulgar por uno de mis colmillos, luego recorrió mi cuello hasta detenerse en la base de mi garganta. Mi respiración se detuvo cuando él me sostuvo el cuello entre las manos y acercó su rostro al mío. Instintivamente cerré los ojos, receptiva al beso que auguraba. A esa promesa que flotaba siempre alrededor de Logan. Promesa de sexo duro y salvaje. Logan me habló al oído. Su voz era ronca y seductora. —Tú me engañaste. Rompiste tu promesa. He tratado en vano de olvidarte durante más de medio siglo. Te amo Victoria, a pesar de tu naturaleza malvada. No puedo estar separado de ti ni un minuto más. Cincuenta años son pocos en la vida de un inmortal. Yo te quiero siempre, para toda la eternidad.

Logan me empujó contra el muro de piedra que nos ocultaba de las miradas ajenas. Abrí mis ojos sorprendida y pude observar la expresión de su rostro, contraído por la angustia. La desesperación más absoluta. El sentimiento de carencia que yo había sentido durante todos estos años. La necesidad de su cuerpo sobre el mío y de sus besos calmando el ardor de la pasión que sentía. Logan gruñó, me cogió de la cintura y me apresó contra el muro. Sus labios se apoderaron salvajemente de los míos, y su lengua buceó por todos los lugares de mi alma. No sé cuánto tiempo pasamos allí besándonos. Sólo recuerdo que después, Logan me llevó a su casa. Allí me hizo el amor como yo había añorado en sueños. Fue salvaje y sincero. Fue todo lo que yo había necesitado durante estos cincuenta años. Me desperté al amanecer. Alterada, intenté levantarme para correr las cortinas. No pude moverme, Logan me abrazaba posesivamente entre sus brazos y roncaba plácidamente a mi lado. En su habitación flotaba la oscuridad más absoluta y me di cuenta de que él había corrido las cortinas. Logan gruñó y abrió un solo ojo. —¿En serio creías que me iba a olvidar de algo tan básico? No quise contestar. Se lo merecía por aquellos cincuenta jodidos años que me había hecho pasar. Logan me puso boca arriba en el colchón y se colocó encima de mí. Su piel caliente hizo arder mi fría y pálida piel. —Jamás permitiría que te pasara nada, Victoria, ¿Y sabes por qué? Porque no voy a volver a separarme de ti. Nunca. Chloe Santana

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El ángel del amor El castillo de San Valentín era un completo caos, se acercaba el día de los enamorados y todo el mundo tenía que estar pendiente de cómo marchaban las cosas en la tierra. El santo mandaba con mano dura, pero con una dosis de paciencia y generosidad que llegaban al alma de todos sus ángeles. Sentado en su trono dorado, miraba a los ojos a los dos ángeles que mandaría a la tierra a ayudar a los humanos en ese día tan célebre entre ellos. Su misión era clara: el amor no podía desaparecer entre la vorágine y la desidia de los humanos. Debían hacer que al menos una persona creyera en el amor. Anael, era el mejor de todos. Le llamaban, el ángel del amor, y siempre conseguía el propósito de inundar los corazones de los humanos de un amor tan fuerte y cálido que nunca podrían olvidarlo. Estaba preparado para su próxima misión. Le gustaba bajar a la tierra y dejar que las sensaciones le embargaran. Le gustaba el olor de la tierra después de la lluvia, le gustaba ver siempre que podía la magia que encerraba un amanecer, pero lo que no podía olvidar era el rostro de las personas que conseguían la felicidad. La misión esta vez era muy concreta, tenían que ayudar a que unas personas encontraran el amor verdadero. Era algo de lo más difícil, pero qué no podrían hacer ellos si eran los ángeles del amor. —El mundo está sumido en un eterno caos donde los sentimientos se han olvidado y las relaciones son frías y lejanas. El amor se está olvidando y todos sabemos que no puede ser. —Los humanos son débiles a la carne y olvidan los sentimientos —Galel era otro de los ángeles del amor, junto a Anael y Kron. Juntos y con sus poderes,

intentaban restaurar las leyes supremas del amor. —Pues debéis recordárselas. No pueden olvidarlas. El amor no puede desaparecer, sería un caos. Los humanos necesitan de esa fuerza vital que les empuja a veces a hacer locuras – San Valentín estaba muy enfadado. No entendía a los humanos. —Son débiles, en todo –Anael estaba seguro de que lo lograrían, pero sería difícil encontrar a personas que estuvieron al borde de tirar ese sentimiento por la borda. —No les subestimes Anael, la fuerza de su corazón cuando creen que hacen lo correcto es inimaginable. No sabéis cómo son capaces de amar esos humanos. Ya os conté algunas de las historias que tuve que vivir en mis propias carnes –los tres ángeles sintieron como un frío gélido entraba en sus cuerpos. Conocían cada una de esas historias y agradecían que hubieran santificado al hombre que ahora estaba frente a ellos. —De momento y en toda mi vida, no he conocido a ningún humano con esa fuerza de espíritu –San Valentín sonreía a su ángel del amor. Su primer enviado y su primer amigo allá en el cielo. Sabía muy bien qué le deparaba el futuro a aquel poderoso ángel y sonreía para sí mismo. Sabía que lo iba a perder, pero era algo que ya estaba escrito en los dictados de su corazón. —No quieras conocerlo. Créeme que esa fuerza destrozará tus creencias y tu mundo, tal como lo conoces –los tres ángeles creyeron que su gran jefe les estaba exagerando, tal era el miedo de que el amor desapareciera de la faz de la tierra. -------------

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El dichoso día había llegado, para su consternación. Odiaba ese día porque a ella nunca le habían regalado nada, ni nadie había demostrado nada por ella. Se vistió de forma mecánica y salió disparada hacia la galería de arte en la que trabajaba. Hoy era el gran día. Una esperada muestra de arte donde el tema iba ligado al esperado día de los enamorados. Llegó tarde porque tuvo que esperar al autobús, que llegaba con retraso. Al entrar en la galería, sintió en todos sus poros que ese día iba a ser muy largo y que tendría muchas emociones. Saludó a su compañera y jefa que la esperaba para empezar a montar la muestra que se inauguraría esa misma noche. —Naiara, tenemos mucha faena. Ahora mismo tenemos que terminar de poner los cuadros y las acuarelas. —Buenos días, jefa. Pongámonos a ello ahora mismo –la mujer miró a la joven. Era una profesional en su campo y estaba muy contenta de que trabajara con ella, pero no podía convencerla para que asistiera a esas muestras. —A ver cómo te convenzo para que vengas esta noche y… —Olvídalo, sabes que no me gusta. Me agrada trabajar en el anonimato y no moverme por ese mundillo –Olga asintió y empezaron así el trabajo. Ese año era el primero que Naiara iba a exponer algo suyo, estaba nerviosa y era otra de las razones por las que no quería acudir al evento. Le dejaba ese trabajo a Olga. Trabajaron las dos mano a mano hasta que llegó la hora de cerrar. Naiara pensó que era patética, se iba a encerrar en su casa en cuanto terminara. Ya tenía ganas de que terminara el día. Todo había quedado perfecto. Ahora su cuadro estaba colocado casi en la

entrada de la galería, se podía ver desde la entrada, así lo había querido Olga. Quería que fuera lo primero que la gente viera al entrar, estaba segura de que iba a gustar y mucho. Naiara salió tan deprisa que no vio al hombre que en ese momento iba a entrar. Se hubiera caído si no hubiera sido porque unos fuertes brazos la sostuvieron. Alzó la mirada para agradecer a la persona y se quedó petrificada al toparse con unos ojos azules como el cielo que la miraban embobados. Anael había visto a muchas humanas, pero ninguna tenía el aura que desprendía ésta. Era frágil, su cuerpo era pequeño, pero no había podido evitar sentir una ola de pura lujuria al sentir ese sedoso cuerpo contra el suyo. Había ido a parar a esa tienda porque le gustaba mirar los cuadros que exponían, pero se daba cuenta de que acababa de cerrar. —Perdone, no le he visto –Anael miró el rostro de la joven. Tenía forma de corazón, sus ojos eran dorados y sus labios eran carnosos y sonrosados. Era preciosa. —No se preocupe. — ¿Quería entrar? –el ángel asintió, no era capaz de hablar. La garganta se le había quedado seca y sentía cómo su corazón martilleaba sin control en su pecho—. Esta noche hay una exposición, por eso cerramos tan pronto. —Muchas gracias, trataré de venir. Me gusta mucho la pintura. Adiós. Anael no se giró para mirar la incertidumbre en el rostro de Naiara. El corazón de la joven galopaba sin control, algo que no le ocurría desde

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hacía mucho tiempo. La verdad es que el hombre era guapísimo. Parecía un ángel con ese cabello tan rubio y esos hechizadores ojos. La vuelta a la realidad golpeó a Naiara con fuerza. Ese hombre tendría pareja. ¿Cómo iba a estar solo un hombre así? Tuvo que correr para coger el autobús que la dejó en su fría y solitaria casa. Se puso cómoda y se sentó a leer, no supo cuándo se quedó dormida soñando con esa mirada azulada. Los tres ángeles se reunieron. El día terminaba casi, Galel y Kron habían cumplido su objetivo y podían volver al cielo. —Anael, te quedas solo. Ya hemos terminado. Yo he hecho que una pareja se reencuentre después de una pelea y Kron ha unido a unos amigos que no se decidían a dar el gran paso. ¿Qué tienes tú? –por primera vez en su vida, no tenía nada. Tan solo unos ojos dorados clamando algo que no lograba entender. —Nada, es raro, pero no he encontrado nada. Iros. Contactaré con el jefe para preguntarle –sus compañeros se evaporaron sin dejar rastro. Contactó mentalmente con San Valentín y se quedó sorprendido cuando le dijo que su misión no estaba terminada y que ya se había topado con ella. Anael no paraba de pensar. No entendía cuándo se había tropezado con el humano en problemas, hasta que cayó en la cuenta al recordar una mirada dorada. ¿Sería ella? ¿Cómo podría ayudarla? No podía echarla en brazos de alguien, cuando todo su ser clamaba por estar junto a ella. Era algo irracional, nunca le había sucedido algo parecido, pero sabía que era cierto al sentir cómo su corazón galopaba ante el recuerdo de esos ojos y esa sonrisa. Decidió ir a la galería, para verla, pero no estaba.

Cuando estaba perdido ante su recuerdo, se paró frente a un cuadro. Representaba una pareja enamorada, una unión de cuerpos y almas que le embargó los sentidos. Sintió una presencia tras él. Miró a la mujer. —Es un cuadro muy especial de Naiara, trabaja aquí – el pulso de Anael aumentó en segundos. — ¿Es una joven de ojos dorados? – Olga asintió. ¿Conocía ese perfecto hombre a su amiga?—. ¿Dónde está? —No le gusta asistir a las exposiciones, le ponen nerviosa. —Me quedo el cuadro, pero necesito algo más –Olga sonrió. Naiara estaba haciendo chocolate cuando sonó el timbre. Se extrañó, pues no esperaba a nadie. Abrió la mirilla y casi sufre un desmayo al ver que se trataba del ángel que había conocido esa misma tarde. Abrió la puerta para enfrentarse a esos ojos, a esa sonrisa que empezaba a asomar por ese rostro perfecto y se maldijo por estar en chándal y descalza. Anael supo al instante que la vio tan preciosa, que ellos estaban destinados a estar juntos. Que su misión era hacerla feliz y que sin darse cuenta, su jefe le había dado el permiso. —He comprado tu cuadro, pero me falta tu compañía y tu sonrisa –Naiara creyó morir al sentir esas palabras. ¿Podía una persona enamorarse de esa forma? Pues tenía claro que quería a ese hombre junto a ella durante toda su vida, ahora habían encontrado el sentido a su vacía vida. Le cedió el paso con una sonrisa. Suspiró, ese era su destino. El amor. —A mí me hace falta tu mirada. Raquel Campos

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Amor y eternidad Lo último que recuerdo de mi otra vida es que permanecía inmóvil, contemplando el paisaje nocturno desde mi ventana, mientras mis pensamientos estaban con ella. Recuerdo que cientos de imágenes desfilaban y se sucedían en mi mente, raudas como caballos desbocados… Y es que ella era una ola de luz en un mar de luces y, al mismo tiempo, una sombra en la oscuridad. Era un suspiro, una sonrisa perenne, una voz dirigida al viento. Su alma llenaba el universo... «Pero ¿y yo? —me preguntaba—. ¿Qué soy yo respecto a ella? Es posible que no sea más que un sueño, una alucinación. No existo... Me siento como un extraño en la noche, ¡en su noche!» En una total evasión de la realidad, me vi junto a ella en una solitaria playa, bajo la dulce caricia de un rosado amanecer. El sol derramaba su luz sobre las rubias arenas mientras se elevaba lentamente en la azul transparencia del cielo. Bajo los cálidos besos de ese veraniego sol, sus manos dibujaban corazones en el suelo con delicados y tímidos trazos. Imaginaba que la poseía... y había cerrado fuertemente la mano, clavándome las uñas en la palma, deseando retener su ser. Pero todo era inútil: escapaba de mí del mismo modo que el humo logra huir de una jaula. Mi corazón era una frágil estrella de cristal que se quebraba dolorosamente en millones de fragmentos cuando ella dirigía una sonrisa a otro que no era yo. Deseaba dejar mis huellas sobre su mundo, depositar un suave y fugaz beso en sus labios, acariciar el tenue rosa de su rostro y el oro de sus cabellos. Quería poder atreverme a llegar hasta

ella. Estaba muy cerca y, sin embargo, se halla a años-luz de distancia. Era como niebla desvaneciéndose entre mis dedos. Mi mirada se desviaba hacia otro lado en cuanto tropezaba con la mía. Mis esperanzas, convertidas en una nube de vapor, cruzaban al otro lado del abismo, donde yo no podía alcanzarlas. Pero en cada una de las diminutas gotitas que forman ese vapor seguía habiendo amor. En aquellos momentos, deseaba poder apartarla de mi mente, pero era imposible: su imagen estaba constantemente dentro de mis ojos y se movía detrás de mis párpados cerrados. Por las noches, acostado, mis pensamientos no dejaban de manar del inagotable manantial de la fantasía. Esos pensamientos estaban dedicados siempre a ella. En ocasiones, cerraba los ojos y apoyaba las palmas de las manos sobre ellos. Al instante, las tinieblas desaparecían y, como en una alucinación, me veía a mí mismo en un hermoso paraje, regalando al vacío mis palabras, que se fundían con el viento. Entonces, ella hacía su aparición, extendiéndose ante mí como un paisaje en una tarde de verano, después de la lluvia... Cuando imaginaba que estaba conmigo, el tiempo parecía transcurrir más lentamente de lo normal: los segundos se hacían eternos y las horas morían en el reloj. Ahora pienso que eso también era magia. Ella era mi vida… y habría de ser mi muerte y mi resurrección. No podía librarme de su imagen. La veía hasta en sueños... Incluso en ese último instante, mientras miraba por la ventana, me parecía percibir su calor. Su voz rozaba livianamente mis oídos. Sus ojos de azabache se encontraban con los míos y creía captar en el cristal

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el brillo de sus negras pupilas, misteriosas como pozos sin fondo. Y así, con increíble facilidad, mi imaginación nos condujo nuevamente a los dos hasta un misterioso y espeso bosque. En sus entrañas, bañadas por la luz de la pálida luna, se hallaban las ruinas de una antigua civilización aniquilada hacía varios millares de años. Nuestra conversación llenó todos los huecos del lugar y el destello de sus ojos (comparable a la deslumbrante luminosidad de esos azulados diamantes que ardían con cegadoras y frías llamas en el firmamento) parecían dar vida al paisaje. Mientras contemplaba el apagado verdor de las hojas, creí poder aspirar el penetrante aroma de las flores silvestres y la dulzura del aire. Mi mente, poblada de fantásticas e irreales imágenes, era un puño fuertemente cerrado que poseía y guardaba ese hermoso y sensual cuerpo de adolescente, lleno de vida, que tanto amaba… y aún amo. Pero entonces, la única forma de conquistar sus labios y alcanzar sus manos tendidas era con la imaginación. Por eso, deseaba poder hacer trizas la realidad, destruirla sin piedad, del mismo modo que el día asesina a la noche. —¿Por qué me habrá tocado vivir en un mundo en el que fantasía y realidad son cosas tan distintas... totalmente opuestas? —La pregunta quedó flotando entre las cuatro paredes de mi habitación, sin respuesta. En ese mismo instante, al otro lado del cristal de la ventana, el atardecer empezó a llamarme. —Iván —me parecía oírle susurrar—. Iván, acompáñame.

Y yo cerré los ojos para ir con él. Al abrirlos de nuevo, descubrí que las cuatro paredes de mi habitación habían desaparecido y el paisaje, infinito, se extendía ante mí, abriéndose como un mágico abanico de colores suaves y tonos pastel. La silueta del castillo se perfiló con gran claridad mientras el sol se ocultaba entre las áridas y lejanas montañas. En el horizonte, aún llameante, las nubes se fundían unas con otras y un nutrido grupo de cirros de aspecto fibroso, como de cabellos, había adoptado una coloración rojo-anaranjada al incidir sobre él los últimos rayos del flamígero disco solar. La luna llena —ese enorme ojo de cíclope que siempre lo observa todo— brillaba con tibia luz, y las distantes estrellas resplandecían con cálidos destellos en el cielo azul oscuro. La Osa Mayor colgaba literalmente sobre mí y Orión (el cazador convertido en constelación por la diosa Diana) refulgía con gran potencia. Dentro de mi mente podía escuchar con toda claridad su llamada... Esta vez no había lugar a dudas: me hallaba en el umbral de la Aventura Eterna. Una antigua calzada romana me condujo a lo que en otro tiempo fue una enorme y esbelta catedral gótica. Los siglos la habían barrido y ahora sólo quedaban unas ruinas sombrías y desoladas. Alcé la vista; una gran escultura me miraba con sus pétreos ojos grises desde la parte superior del alto portal. Su expresión era triste y parecía querer decirme algo, pero hacía un millar de milenios que sus palabras se habían perdido, desperdigadas por el aire, hacia el firmamento.

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En el interior de mi cabeza, sin sentido aparente, todas las sinfonías del universo comenzaron a sonar al mismo tiempo, mezclándose e inundándolo todo. En ese momento, percibí la presencia de una figura vestida de oscuro que se aproximaba hacia mí, fundiéndose con las sombras de la noche. Era una joven alta y esbelta que me sonreía maravillada. No parecía pertenecer a este mundo: sus labios mojados, como si los hubiera besado el rocío, brillaban dulcemente y sus ojos negros contemplaban detenidamente los míos. —Bienvenido a mi sueño —dijo al fin, tras largo rato de silencio. «¡¿Su sueño?!», exclamé interiormente, tratando de comprender aquello. En mi mente, la vi cruzar de un extremo al otro del universo. Pero esta ensoñación se vio rota enseguida por un suspiro y, a continuación, ella me susurró en tono dulce: —Sígueme por los caminos de la eternidad y convierte tus sueños en realidades fantásticas. Dicho esto, se volvió y, barriendo el suelo con su oscura falda, penetró en el interior del recinto sagrado. Yo dudé un instante y después la seguí. La inmensa nave gótica estaba a la intemperie. El techo se había derrumbado en el pasado y la fría luz lunar que entraba daba al lugar un aire espectral. Parecía un cadáver de roca gris. —Tienes razón —afirmó ella, como si hubiera leído mis pensamientos—. Antes, sus titánicas torres se adentraban desafiantes en el cielo, pero ahora no es más que una sombría mole pétrea llena de cicatrices, devorada por el tiempo.

Su voz rebotó varias veces en las paredes de la sala, hasta morir finalmente en el silencio. Las miradas de nuestros ojos se juntaron y sus suaves manos se apretaron a las mías. Hacía apenas unos segundos que la conocía y, sin embargo, ya la amaba... «¿O la conocía de antes? —interrogué mentalmente a mi memoria—. ¿Acaso no he estado soñando con ella hace un momento, en mi habitación?» Sin embargo, eso parecía ya muy lejano. Todo era confuso. Incliné la cabeza para rozar sus labios con los míos... Y, de pronto, éramos dos siluetas ingrávidas: flotábamos en el espacio, sin tocar el tiempo, sumergidos en un océano de aguas invisibles y dentro de un vacío eternamente vivo. Nos amamos… Pero el tiempo no había muerto, como yo esperaba; seguía allí y parecía pasar más aprisa de lo normal: había amanecido sin que llegáramos a darnos cuenta. A la luz de la hermosa mañana, las sombras de las grises ruinas resbalaron por las paredes y se escondieron en los rincones. El antiguo reloj de sol que medía el paso de los siglos comenzó a contar las horas... Salimos al exterior. Allí, junto a un gigantesco olmo viejo y podrido, cuyas hojas y ramas susurraban una suave melodía al pasar el viento entre ellas, la joven me preguntó fríamente: —¿Has comprendido todo lo que ha sucedido esta noche? Un manantial que fluía cerca de ella se extinguió repentinamente y el rumor viviente del bosque se precipitó por un abismo, muriendo en él. Todo quedó en silencio, esperando mi respuesta. —Sinceramente, no. Me resulta extraño estar vivo aquí y ahora, donde el pasado

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y el futuro existen en combinación con todas las posibilidades que jamás se vieron realizadas. Una repugnante criatura, oscura y gorda, se tumbó a los pies de ella. Parecía una gigantesca babosa sacada de alguna pesadilla de Stephen King o de H. P. Lovecraft; aunque, la verdad, no creo que ninguno de los dos hubiera sido capaz de imaginar algo como eso. —No sientas nostalgia —continuó ella—. Piensa que ahora eres como los dioses de las leyendas mitológicas. Has conseguido derribar las sólidas murallas del mundo y moverás las columnas del universo si lo deseas. —¿Son infinitas las posibilidades? — quise saber. —Aquí sí, pues ahora somos un producto de la imaginación de Dios y

estamos en un lugar privilegiado de su mente… Y, como ves, también es posible soñar dentro de un sueño. Por eso has podido amarme. Y, por primera vez, vi todo tan claro como la luz de la mañana: ella había resucitado de entre los muertos y podía volver a resucitar eternamente sin extinguirse. Suspiré y alcé la vista. El cielo, espeso y azul, parecía enorme. Un pequeño ejército de cúmulo-nimbos de un blanco intenso viajaba en dirección al sol mientras, en el horizonte, una nubecilla inmóvil se aburría en su soledad. Un pájaro multicolor voló hacia el mundo real, pero yo no podía seguirle: ya era demasiado tarde.

Rubén Serrano

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Painkiller Un ruido me despierta en la barra de un bar vacío y me permite regresar a una realidad que jamás creí posible. Es el día de San Valentín. Miro hacia una de las mesas cercanas a las ventanas y veo, gracias a la iluminación parcial de los neones que guían a los drogadictos e indeseables nocturnos, un charco de vómito seco rodeado de fotografías antiguas. A su lado, una pistola descansa con el cañón hacia abajo. «Menuda basura eres —pienso nada más verlo—. ¿Cómo demonios has podido dormirte en un momento así?» Tras incorporarme a ciegas, me tropiezo con una botella de bourbon Wild Turkey vacía, la culpable de que la cabeza me vaya a estallar de un momento a otro. —El alcohol no hace que sea más fácil, ¿verdad, estúpido? —digo en voz alta— Quién sabe, puede que no esté preparado. Antes de que el ladrido se convierta en un simple gruñido, siento que la parcial oscuridad del bar me asfixia, me agobia de tal manera que apenas puedo llegar a la mugrienta lámpara que dormita sobre el billar. La luz me da de lleno, como un famélico sol que me araña las corneas con garras afiladas y luminiscentes. De mala gana, la golpeo y ésta comienza a girar entre sus cadenas. En ese momento, decido que necesito un cigarro. Me agacho bajo la mesa y busco un paquete de Lucky Strike al que le quedan un par de colillas a medio fumar. Sé qué lo lancé justo ahí. Tras encontrarlo, me levanto con dificultad del suelo y vuelvo a recostarme en la barra, lo que hace que compare el esfuerzo de haberme levantado con el de escalar una de las grandes montañas

del Himalaya. Sin embargo, al intentar encender los restos del tabaco con una de las cerillas que siempre guardo en los paquetes, de esas que llevan su propia lámina para encender en un cartoncito con propaganda de locales de mala muerte, comprendo que no es el momento de un cigarro. Ella odiaba que fumara. Qué ironía. Yo pensaba que la vida en pareja solo alargaba el camino hacia la muerte, un camino incompleto. El individuo solitario puede dedicar su vida a lo que quiera, a hacer todo lo que se proponga. Sin embargo, si hay alguien a tu lado, el tiempo para hacer lo que uno quiere desaparece a unos ritmos alarmantes. Siempre decía que nunca nadie volvería a ser tan joven como lo es en este mismo instante, por lo que hay que agarrar bien esa juventud, pues es de uno mismo y de nadie más. «Eras un maldito egoísta» —pienso. El ángel lo cambió todo. Yo navegaba muy despacio por un oscuro río en un barco de papel, sabiendo que poco a poco mi peso nos hundiría en el agua, donde todo terminaría. Creía que era la mejor forma de vivir. Solo. Habría dedicado el tiempo a mis inquietudes exclusivamente. Ella apareció a mi lado con su barco, también de papel, pero reluciente, y me invitó a subir. Sabía que nuestro peso

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Antes de llegar a ella, giro la cabeza en ambas direcciones y comprendo que el local intenta imitar un mal chiste de bar familiar, con mobiliario colocado de forma artificiosa, antojándoseme un ornitorrinco, un puzle realizado a la fuerza y sin ningún cuidado.

combinado haría que el barco se hundiera mucho más rápido, era lo que yo más temía, pero a ella no le importó. Cortó mis esquemas. El tiempo egoísta de uno solo se convirtió en tiempo para los dos. La semana pasada murió en una colisión de tráfico. No, miento. Fue un asesinato. Un drogadicto con aspiraciones a gánster la atropelló mientras huía de la escena de un crimen. Murió en el acto. La policía no se molestó en encontrarle, aunque se me informó de que harían todo lo posible para ello. Malditos bastardos. Si quieres hacer algo bien, debes hacerlo tú. He dado todo nuestro dinero por un puñado de información. Y aquí estoy, en un tugurio de indeseados cerrado, tan oscuro como la propia noche que aguarda ahí fuera. Espero a que el asesino de mi mujer llame a la puerta con la intención de realizar una entrega de heroína. Vuelvo a estar solo, pero ya no puedo vivir así. Tengo que estar con ella, de una forma u otra. Lo he decidido. Me levanto y camino hacia la plancha de la cocina, donde Dios sabe qué bazofia prepararían. Las llaves del local reposan sobre una repisa y cogen polvo. Saben que su portador jamás volverá a empuñarlas. Está en el baño, con un disparo en la nuca.

Enciendo el gas y dejo que la estancia se llene mientras apuro las últimas gotas de bourbon que quedaban en la botella. Llega la hora. Saco del bolsillo una fotografía, donde dos enamorados se miran el uno al otro con toda la vida por delante. Verla me calma como un analgésico. La beso. —Ya voy, mi ángel. Espérame. En algún punto de la calle empieza a sonar una canción. No puede ser. Estoy convencido de que se trata de mi cerebro, pero, de igual modo, hace que rompa a llorar. Se trata de The Ship Song, de Nick Cave. Era su canción preferida. «Haz navegar tus barcos a mi alrededor. Y quema tus puentes. De cada momento que estemos juntos, surgirá una pequeña historia, cariño». Algo se materializa a través de los acordes de la canción. Parece un cuerpo de mujer. Sonríe. Me pide que vaya con ella. Una mano golpea la puerta. Es él. Le digo que adelante. El cigarro se aproxima a la comisura de mis labios, seguido de cerca por una cerilla a punto de ser encendida. Él abre la puerta y le miro con atención. Por un instante, parece comprender. Ya es la hora de mi último cigarrillo. La oscuridad volverá, pero nunca tan iluminada.

Pablo Fidel Moncayo

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La Reina del Voodoo Una feroz ráfaga de viento abrió de par en par la puerta de madera oscura y acarició sus cuerpos semidesnudos rozándose entre lentos y acompasados vaivenes. Un sombrero de copa forrado en raso morado y con dos plumas negras decoraba los tirabuzones morenos de su pelo que caían por la espalda. Su piel oscura contrastaba con el blanquecino mortuorio del muchacho que gozaba entre sus piernas. Tenía las enaguas blancas, y la falda de franjas color malva y crema, remangadas hasta la cintura, mostrando al amante toda su intimidad. Sentada sobre el altar principal. Rodeada de frascos de colores, pétalos secos, trozos de telas diversos, algún que otro hueso de animal pequeño, amuletos protectores y fotografías en blanco y negro. Las numerosas velas iluminaban su santuario haciendo aún más espectral el momento. El corsé morado, a juego con su tocado, le apretaba el estómago. Los pechos sobresalían por el borde de encaje gris y los diminutos botones parecían a punto de saltar de su ojal. Algo iba mal. Soltó la botella de ginebra y cogió las manos del hombre. Las pasó por su rostro y aspiró con su negra mirada fija en el cuello de él. Sus dedos ya olían a mujer. La mandíbula con barba platino de pocos días aún guardaba el aliento de ella. Los rizos bajo su ombligo desprendían cierto tufo a placer y el hedor de la mentira impregnaba su sudor. Él ya no era solo suyo. La había engañado. No podía creerlo. A tan pocos días para San Valentín y había perdido su amor. Con cada sacudida, a cada invasión del amante en su cuerpo la rabia aumentaba. Él, despreocupado y confiado, seguía en su tarea apretándole las piernas e introduciéndose con fuerza

en ella, cerrando los ojos por el gusto con la boca abierta respirando ajeado y con la cabeza inclinada hacia atrás. Ella apretó los dientes por la creciente ira y alcanzó la botellita de líquido transparente que había al lado de la ginebra, dio un largo sorbo y sonrió. Cuando notó el espeso y caliente culmen de su deleite en su bajo vientre, aprovechando la flojera, uno de los botoncitos de su corsé fue directo a su garganta y él, con los ojos fuera de las órbitas por la sorpresa, boqueaba intentando respirar y bajar el obstáculo de su tráquea. Entonces ella lo besó sellando su boca con su pegajosa saliva y su furia lo separó de su cuerpo sacándolo al exterior, jurando venganza. Dolida y muy cabreada comenzó a reunir los elementos pertinentes para confeccionar su castigo. Ese pobre desgraciado no sabía de quién había ido a burlarse. Recogió un poco de paja mojada en extraños mejunjes con olor a fruta, unas calaveras de ruiseñor que guardaba en frascos y diez minúsculos dientecillos de las crías de cocodrilo del Nilo que su abuela le había dejado en herencia. Los puso en un bol de alfarería casera con unas cruces grabadas y lo mezcló en una masa fragosa con esputos de ese mismo líquido cristalino que había tomado anteriormente. Buscó en las cajas de cartón del suelo un saco pequeño en el que guardó la masa tarareando una siniestra melodía. Con un alfiler de cabeza redonda y roja se pinchó repetidas veces el pecho izquierdo hasta conseguir que sangrara y empapó en la herida una hebra de hilo blanco volviéndolo negro. Quemó ese mismo hilo bajo la llama de una vela con el mismo color que el consumido y manipulable corazón del ex amante. Y cerró con él su maldición cosiéndole un rostro a su engendro y dándole por extremidades las ramas de un árbol maldito que solo crecía bajo los

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acantilados de una playa olvidada de la mano de Dios donde los bastardos, repudiados, enfermos y la escoria humana iba a buscar su fin derramando su sangre para regar las semillas que el mismísimo Diablo había plantado allí. Y esa noche comenzó su tortuosa venganza. Primero fue arrancando uno a uno, despacio y sin cuidado, hasta el último de los hilos que hacían las veces de cabello. Después pinchó un alfiler candente, rojo aún el metal por el calor de la llama de la vela, en la boca, para que supiera como quemaba en la garganta el dolor de su engaño y dejó al muñeco reposando en un cubo de agua helada para que pudiera sentir el mismo frío que había dejado en su corazón. A la noche siguiente volvió a su altar, cogió el muñeco y, tarareando la misma melodía satánica, astilló con sus propias uñas las ramas que correspondían a los brazos. Reía en silencio imaginando el inexplicable sufrimiento del joven cuando sintiera desgarrarse la piel de sus manos, de sus brazos… y sonreía más abiertamente. Volvió a coser a pinchazos los hilos del cabello que había arrancado la noche anterior y se carcajeó de puro gusto pensando en las punzadas de dolor que le estaría provocando. Pero al tercer día la furia fue peor. San Valentín sería mañana y ella ya no tenía el amor de nadie. Volvió a por el muñeco y con el mismo hilo blanco que utilizó para crearlo le cosió unas cruces en los ojos mientras giraba moviendo las caderas, bailando divertida por pensar en la actitud de su antiguo amante al caer en la oscuridad repentina por ese dolor cegador. Pero unos golpes en la puerta interrumpieron sus maldades. No era cliente suyo, aunque había en él un olor que le resultaba vagamente familiar. No se oían sollozos ni llantos, tampoco el tic nervioso de un dedo inquieto o un zapateo desesperado. Raro, muy raro, pues todos los clientes que solían llegar

a esas horas cruzaban las puertas en esas condiciones, las más deplorables. Aterrados unos, rabiosos otros, doloridos los que más. Patéticos todos. Abrió la puerta con el semblante serio, algo desconfiada, y ojeó al visitante. Apestaba a güisqui, y del caro.

Definitivamente no era su tipo de cliente. El hombre se tambaleaba un poco pero acertó a meter la mano en la cartera de cuero marrón que llevaba colgada del hombro y le entregó un paquete con sumo cuidado. Era una muñeca gastada. Una preciosa y raída muñeca que llevaba un corazón remendado en la mano, con largas tiras de carbón en el pelo y unos delicados botones de jade que ocupaban casi toda la cara. Una andrajosa tela del color del polvo cubría su cuerpo blando y tiznado. Parecía hecha a mano. Rellena de restos de tritón quizá. Del gremio sin duda. Una chapuza que había salido mal probablemente. —Esto no es mío. ¿A quién está buscando usted? —Eee uu gegalo. Eee aamael orazón eecosido. Las palabras salieron de su boca casi a tropezones, como mezcladas. Iba

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bastante bebido. Volvió a mirar la muñeca, olía a brujería, apestaba a amor. —¿Cómo dice? Pero el hombre ya se había marchado. “Qué extraño y qué daño hace el alcohol a algunos” pensó, seguro que lo habían estafado y había ido a ahogar sus penas. Soltó la muñeca sobre la mesa que había al lado de su altar y se fue ella también. Bastante enfurecida estaba ya como para seguir sumando extrañeces a la noche. San Valentín. El amor inundaba el aire y para ella era como si llevara mascarilla. Sentía débil su magia. Maldito traidor. Dejarla así días antes de esa noche tan esperada… Fue a su santuario, a buscarlo para darle su merecido de aquel día, pero cuando llegó ante el altar el aire de verdad se negó a entrar en su pecho: en el centro del saco pulgoso habían cosido un corazón que latía ruidosamente. Un grito ahogado la hizo comprender las verdaderas palabras del condenado borracho ¡“Un regalo, de la dama del corazón descosido”! Hijo de mala madre. ¿Cómo se había atrevido? Ahora comprendía. La dama del corazón descosido. Era una sucia bruja. ¿Cómo no lo había visto venir? Claro, ella no podía ser la única bruja ambiciosa de la ciudad. Y probablemente él sí que fuera el único albino de por allí. Un viejo ritual voodoo otorgaría, a la bruja que sacrificase el amor de un hombre negro con la piel color de la sal en la poderosa noche del catorce de febrero, noche del amor, la belleza y juventud perennes durante los años que durase su vida. Sirviéndose de estos sentimientos dedicados a ella para fortalecer sus rasgos, su piel y su cuerpo. Bebiendo la sangre

directamente del corazón del escogido, donde se encuentra todo su amor. Pero si ella no tenía su corazón después de todo el tiempo que le había llevado enamorarlo, después de todo el tiempo que había dedicado a mimarlo, tampoco esa bruja que acaso se había creído más que ella lo conseguiría. Encolerizada por la artimaña de la Dama corrió al corral y torció el cuello del macho cabrío más fuerte del rebaño. Lo despellejó sobre el altar, arrancando con coraje los jirones de piel, los tendones, los músculos ensangrentados. Cortando las venas que chorreaban el líquido humeante desde la mesa, por sus piernas, hasta sus pies, formando un charco en el suelo de madera. Olía a vida, a eternidad. Sacó su calavera de una pieza y la limpió volcando sobre ella el contenido de una de las botellas color púrpura de la estantería. Cogió el muñeco y le arrancó el corazón, volvió a ponerlo en la mano de la zorra de trapo y los restregó por la sangre del animal muerto. Bebió de un frasco pequeño cuyo contenido tenía un color verde muy sospechoso y escupió sobre ambos. Tarareaba de nuevo esa cancioncilla espeluznante a la vez que colocaba a los trapajos y sin previo aviso y de una estocada ensartó a cada uno en uno de los cuernos de la bestia. Ahora sus caminos serían tan intrincados como el recorrido de esos cuernos. Siempre estarían cerca el uno del otro pero jamás podrían volver a tocarse. Esa bruja nunca más podría tener un albino a su lado. Así aprendería quién era la más poderosa. Iba a enseñarle quién era la Reina del voodoo. Su risa esquizofrénica quebró el despertar del amanecer resonando por todas partes, advirtiendo a los enamorados sobre sus destinos. Pilar Trujillo

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Todo corazón El frío era tan intenso que era capaz de atravesar su piel y acariciarle directamente los huesos como si los estuviera al descubierto. Pese a que el abrigo negro que le cubría el cuerpo era bastante grueso, Jimmy Morrigan se vio obligado a frotarse los brazos antes de cruzar al otro lado de la calle, después de mirar a un lado y a otro para evitar ser atropellado. No es que esas altas horas de la noche hubiera mucha gente por la ciudad, pero toda precaución era poca. Distraído como estaba en sus pensamientos, a punto estuvo de tropezar con el borde de la acera. Recuperó el equilibrio casi al instante y, cuando ya no corría peligro de caer, suspiró con descaro, claramente aliviado por haber eludido un buen golpe. Sin embargo, no le hubiera importado tanto darse de bruces contra el suelo de no ser por lo que llevaba en las manos. En la derecha, un enorme ramo de flores con una docena exacta de rosas rojas; y en la izquierda, una elegante caja de bombones de las más caras, de un rojo brillante con luminosos adornos plateados que brillaban con la luz de las farolas de la calle. Ambos regalos tenían un destino: Elizabeth Jameson. La guapa Elizabeth Jameson. La simpática Elizabeth Jameson. La callada Elizabeth Jameson. La tímida Elizabeth Jameson. La misteriosa Elizabeth Jameson. La inaccesible Elizabeth Jameson. Hasta hacía un mes cuando, tras siete meses intentando que se fijase en él, al fin se había dignado a aceptar una cita. Sólo le dio tiempo de subir un par de los escalones que conducían a la puerta de la casa de dos pisos idéntica a todas las

demás del barrio, antes de que la puerta se abriera y por ella apareciera Elizabeth, que llevaba un espectacular vestido de noche de color negro que resaltaba su atractivo cuerpo. —¡Al fin llegas! —La chica corrió hasta Jimmy, le abrazó con fuerza y le besó los labios con fuerza. A continuación, descubrió las flores y los bombones—. ¿Esto es para mí? —A no ser que tengas ahí dentro a otra chica igual de guapa, sí —bromeó Jimmy. Elizabeth se limitó a sonreír ampliamente, coger los regalos y oler las flores. —Son preciosas. —Levantó la caja roja—. ¿Te apetece que sea el postre? —Por mí encantado. —¿No te apetecería algo más? — Elizabet se mordió el labio inferior con picardía. Jimmy notó como se le aceleraba el pulso y le ardían las mejillas—. ¡Vamos dentro! Hace frío, y hay que aprovechar la noche. El chico no se lo pensó dos veces. Entró en la casa, no sin antes cederle el paso a Elizabeth, que lo agradeció con un gracioso gesto de cabeza. Cerró la puerta tras Jimmy, y señalando hacia delante, le ofreció pasar al salón. La estancia era cálida y confortable, lo suficiente como para que Jimmy se quitase el abrigo, que la joven, rauda, cogió y trasladó a un perchero cercano. —¿Puedes esperar aquí un momento? —preguntó Elizabeth—. Tengo que ir a preparar un par de cosas. —Por supuesto.

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Antes de salir del salón, la chica le dio un suave beso en los labios. Jimmy se sintió más ligero que nunca. Agachó la vista para comprobar que no estaba volando, que sus pies permanecían en el suelo y no flotando a varios centímetros del mismo. Era todo tan bueno para ser verdad, que apenas si podía creerlo, pero estaba ocurriendo, Elizabeth Jameson no sólo no lo había invitado a su casa, sino que parecía tan enamorada como él mismo. No cabía duda de que iba a ser el mejor San Valentín de toda su vida. Mientras aguardaba el regreso de la joven, dio un paseo por el salón, muy similar a cualquier otro de cualquier otra vivienda. Le llamó la atención un mueble en el que se topó con numerosas fotografías de Elizabeth, unos años más joven, junto a un chico que, dado que la abrazaba de manera muy cariñosa, debía ser un antiguo novio. A Jimmy le extrañó no hallar fotos de la familia de la chica, pero no le pudo dar más importancia; antes de darse cuenta, Elizabeth ya había regresado. —¿Es tu novio? —quiso saber Jimmy señalando las instantáneas. —Lo era. Hace mucho tiempo. —La joven agarró el rostro de Jimmy para que le prestase toda su atención—. No suelo quedar con chicos desde hace mucho. Todos buscan lo mismo, y yo sólo quiero amar a alguien y ser correspondida. ¿Me amas de verdad, Jim? —Te amo, Elizabeth. Se besaron con pasión. El chico notó que se detenía el tiempo, pero antes de poder disfrutar de ello, Elizabeth se separó de él con una sonrisa en los labios.

—Llevo esperando oír eso un año entero. —Se dirigió hacia el otro lado del salón, que daba a uno de los pasillos de la casa—. ¿Me ayudas a subir una cosa del sótano? —Claro, pero no nos conocemos desde hace un año —afirmó el chico, claramente confundido. Siguió a Elizabeth, quien le abrió la puerta hacia los bajos de la casa, donde la oscuridad predominaba—. ¿Hay alguna luz por aquí? La joven se situó tras él, apretó el interruptor y, en cuanto las tinieblas desaparecieron, le dio un fuerte empujón. Jimmy Morrigan ni siquiera tuvo tiempo de gritar; cayó por los duros escalones de madera que le partieron y rompieron huesos hasta que llegó al suelo de cemento del sótano, del que no se pudo levantar. —Lo siento mucho, Jim, pero tengo que hacer esto, hoy es el día indicado — explicó Elizabeth mientras bajaba hasta él. Agarró un enorme cuchillo dentado de una mesa de trabajo cercana, y se aproximó al joven—. Llevo tres años probando suerte, pero ninguno de los anteriores me amaba de verdad. Sólo funciona con un corazón enamorado, y espero que me hayas dicho la verdad. Te quiero mucho, Jimmy. El chico, con la mandíbula rota por tres sitios, no pudo responder. Aunque lo hubiese logrado, no le hubiera dado tiempo, pues Elizabeth le clavó el cuchillo en el estómago y fue subiendo con fuerza hasta la garganta. No fue fácil, pero al final logró abrir lo suficiente el cuerpo de Jimmy como para alcanzar su caja torácica. Gracias a las herramientas necesarias, y haciendo caso omiso a la sangre que la carnicería que estaba realizando escupía sobre sus manos, la chica logró llegar

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hasta el corazón, no sin esfuerzo. Lo sacó con cuidado, y lo llevó a toda velocidad, hasta la habitación anexa del sótano, donde la esperaba en una camilla metálica, el cadáver descompuesto y gris del chico de las fotografías. Rápidamente metió el musculoso órgano en su lugar correspondiente, murmuró las antiguas palabras arcanas necesarias y esperó, al mismo tiempo que deseaba con todas sus fuerzas que Jimmy la hubiese amado tanto como había dicho. Al comprobar que el cuerpo putrefacto comenzaba a convulsionarse, lloró de alegría. —¿Calvin? —Elizabeth lo abrazó cuando el recién resucitado asintió con su cabeza—. ¡Calvin! Te he echado

tanto de menos. No sabes todo lo que he hecho por ti, Calvin. Llevo esperando tanto este momento… Antes de que el chico pudiera responder con su garganta seca y lo poco que tenía de lengua mientras se regeneraba, Elizabeth se agachó. Cuando volvió a incorporarse llevaba un bate de béisbol entre las manos, y miraba con los ojos inyectados en sangre a su antiguo amor. —Llevo esperando mucho tiempo para hacerte pagar que me engañaras. Calvin masculló un gemido. Elizabeth descargó su arma una, y otra, y otra vez contra su cráneo, hasta convertirlo en un trozo de carne irreconocible. —Feliz día de San Valentín, cariño. Tony Jiménez

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El regalo de San Valentín Existencias fantásticas que la razón niega. Creerlo, es un error admisible, pensó mientras se miraba en el espejo. Siempre han estado ahí, aunque sus vidas pasen inadvertidas. Posó los dedos sobre su imagen reflejada recordando cómo empezó todo. El culpable no era él, sino esa inmensa atracción que los libros ejercían sobre ella, e irremediablemente volvió a actuar aquella mañana cuando paseaba por la acera del parque. No hacía falta que mirara, simplemente si ella se detenía, sabía que cerca había alguna librería que hacía tiempo que no había pisado. Se paró y giró la derecha. Arrancada de su ensimismamiento, centró su mirada en el antiguo pero renovado escaparate que había al otro lado de la calle. Pensó en el viejo librero y sonrió recordando su dulce voz. Le caía bien, era ese tipo de personas tranquilas, adorables con las que se puede conversar de todo y que siempre guardas un buen recuerdo de ellas. El viejo Ramón no era como los ancianitos de la residencia donde trabajaba, era muy diferente, era como un viejo sabio. Laura aceleró el paso para no llegar tarde al trabajo. Pasó el trayecto pesando en el bueno de Ramón y en sus interminables charlas. Las añoraba. Mientras reflexionaba sobre ello, decidió que mañana iría a hacerle una visita. La densa niebla vistió el cielo del día siguiente. Todo presagiaba que iba a ser una jornada lúgubre. La atmosfera era fiel reflejo de lo que pronto le ocurriría a Laura. Salió de casa para visitar a su amigo Ramón, el viejo librero. El viento cada vez era más fuerte y revolvía su negra melena. Jugueteaba con los mechones y los lanzaba al aire como verdaderos

títeres. Se detuvo delante de la puerta de la librería y en un acto coqueto e impulsivo se recogió el pelo detrás de la nuca con una pinza nacarada marrón glasé. Agarró la manecilla de la puerta y un escalofrío recorrió su esbelta figura. Cerró los ojos como respuesta y una terrible imagen invadió su mente. Se sintió desfallecer. Las piernas se le doblaban y casi se cae al suelo de no ser por una voz varonil la devolvió a la realidad. Cuando los abrió, centró su mirada en el cuerpo del hombre que le hablaba. Era un adonis que la sujetaba por el brazo con fuerza y resultaba ideal para amar y perderse en él. Pensó que sí existiera la perfección, solo podría habitar esa divinidad. Sus palabras la hicieron reaccionar: −¿Estás bien? ¿Te ocurre algo? − le preguntó manteniendo el contacto físico aun con ella. −Sí... sí… −acertó a contestar algo turbada y olvidando la sensación que sintió segundos antes. Después de esa escueta conversación todo fue muy rápido. Laura se vio envuelta en un remolino que la llevo al punto en el que se encontraba ahora. Apenas podía recordar como accedió a cenar con él el día de San Valentín. Su error fue sonreírle embobada, mientras miraba aquel iris azul intenso pero a la vez, frío como el hielo, cuando la

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invitaba. En su mente repiqueteaba una frase que se repetía una y otra vez: «Qué triste es estar solo el día de los Enamorados». Se enamoró instantáneamente de aquel hombre joven que le había abierto la puerta, y que se llamaba Miguel. Era rubio de ojos azules, alto, fuerte pero sin ser demasiado corpulento y de mirada hipnotizante. Su rostro tenía las facciones perfectas, ni demasiado dulces ni demasiado varoniles, era una mezcla insuperable, tanto que podía quitarle el sentido a cualquier mujer.

Atravesaron la ciudad para ir a la casa de Miguel, un edificio grande y viejo a las afueras. Laura cogió la mano de Miguel cuando traspasaron el umbral de la casa. Su contacto frío la estremeció, quiso retirar la mano pero él se lo impidió cogiéndola en brazos para llevarla a su habitación. La dejó en el suelo y selló sus labios con un tierno beso, no quería que ella pensara, la necesitaba ya, y en ello puso todo su empeño. Comenzó a desnudarla mientras le susurraba palabras tiernas al oído y sus manos recorrían aquellas partes de su cuerpo que ya estaban desnudas. Laura suspiraba. Se dejaba hacer, estaba complacida. Cerró los ojos. Sintió cómo su boca se acercaba a la suya. Su respiración y su aliento erizaron la piel. El contacto de sus labios la hizo estremecer y se unieron con una pasión avasalladora, algo salvaje que ella jamás había conocido. Quería que él parara, que fuera más despacio, pero sus fuertes brazos le impidieron que se separara. Su lengua era dominante y en ocasiones, violenta.

Era un falso dios que hipnotizaba y embrujaba, pero todo era mentira o mejor dicho era una tapadera, hechizaba para conseguir sus propósitos. Tenía vagas imágenes de lo que sucedió en las siguientes horas. Lo que no podía olvidar era su estampa, se había tatuado en su retina. Quedaron esa noche en un restaurante donde disfrutaron de una velada romántica. Todo era perfecto, Laura continuaba en ese estado en el que se ve todo de rosa y como una autómata le volvió a contestar «Sí» a la pregunta: ¿quieres ser mi regalo de San Valentín? No dudo en responder, ni se cuestionó qué significaba, tan solo salieron del restaurante muy acaramelados para dirigirse al coche.

Sin darse cuenta, se vio tumbada en la cama desnuda. Abrió los ojos. Allí estaba él, perfecto y escultural; pero en su rostro se reflejaba una sonrisa que contenía una mueca perversa. −Vas a ser mi regalo de San Valentín. Te voy a hacer mía− le dijo con palabras enérgicas mientras se desnudaba. Su voz la hizo estremecer. Laura pensó que sería una inolvidable noche de sexo salvaje, pero la realidad iba a ser otra. Miguel se acercó con decisión y sin preámbulos se tumbó encima de ella. Posó primero su boca en los labios y luego la besó apasionadamente.

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Con suma habilidad introdujo su miembro dentro de ella. Laura suspiró. Observó extrañada en medio de la excitación cómo toda la habitación se llenaba de una neblina espesa. Los empujones de Miguel eran tan fuertes que no la dejaron pensar. Sintió un calor en sus entrañas fuera de lo normal, extasiada y en medio de esa vorágine de nuevas sensaciones, un frío intenso se adueñó de ella. Las manos de él apretaban con fuerza el plexo solar de Laura. Un dolor intenso la sacudió.

−Mírate en el espejo y lo sabrás- le respondió con aire de superioridad− Y luego te marchas, ahora ya no me sirves para nada. Miguel abandonó la habitación. Laura corrió al aseo a mirarse en el espejo. Un

—¿Ramón? —gritó horrorizada al comprobar que no era Miguel el que la poseía sino el viejo librero. La sonrisa socarrona y triunfal de él la hizo temblar. No era miedo sino incertidumbre lo que sentía. Cuando se incorporó el hombre al que ella llamaba Ramón, se convirtió en un ser joven y hermoso, volvió el Miguel que sutil y vilmente la había seducido el día anterior. Laura se sentía confusa y vacía. Se tocó el pecho, allí donde aquel le había presionado y notó la piel arrugada. Él al verla se echó a reír. —Ha sido delicioso, gracias por tu regalo. Me hace sentir mejor. —Pero… ¿¡Tú, quién eres!? ¿Qué me has hecho? —preguntó desconcertada y enfadada.

grito de horror retumbó en el pequeño habitáculo. Había cerrado los ojos, no quería mirarse, le espantaba la imagen que ella había visto reflejada. Con lágrimas corriendo por sus mejillas y armándose de valor, se contempló. Lloró amargamente al ver sus arrugas, su rostro y su cuerpo envejecido. Ese extraño y malvado ser le había robado la juventud, la alegría y la belleza. Posó sus dedos en la fría superficie y maldijo, aunque no sabía a qué o a quién. Luisa Fernanda Barón

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Cualquier cosa por ella Había aparecido tan guapo como siempre. La barba de tres días recién recortada y un falso peinado despeinado de esos que estaban tan de moda últimamente, con delicados bucles esparcidos sobre su frente. Su olor, XS, un perfume que ella había descubierto y que él no había dejado de ponerse ni un solo día, lo había envuelto siempre en un halo que despertaba todos y cada uno de los sentidos de su chica. Hueles a chico guapo, le había dicho ella montones de veces, esbozando una sonrisa y abrazándole con ternura. Las gafas de sol pendían del cuello de su camisa de manera desenfadada. Llevaba los dos últimos botones desabrochados y la americana abierta, tal vez un look un tanto fresco para estar a mediados de febrero. En parte, lo hacía por alejarse un tanto de su encorsetada indumentaria laboral, pero más aún lo hacía por ella. Sabía lo que su chica adoraba ese aspecto. Según le confesó años atrás, él iba vestido así cuando ella se fijó por primera vez en el que a la postre sería el chico de su vida. Había traído flores. Un enorme ramo de rosas rojas pulcramente envueltas en un delicado pedazo de papel pinocho. Un lazo de seda color carmesí y un puñado de minúsculas florecillas blancas, llamadas velo de novia, completaban aquel romántico presente. En cada fecha señalada, aparecía con un precioso ramo para su chica. Era todo un clásico, sí, pero a ella le gustaba. Mucha gente le había dicho que la mitad de los chicos regalaban flores a sus novias, sobre todo rosas rojas, y más aún en San Valentín. Incluso algún escéptico bastante poco romántico las había calificado de regalo de última hora. Sin embargo, sabía que él lo hacía por ella. Estaba convencida de que si le hubiera siquiera insinuado que le gustaban los cactus enormes de púas afiladas, él habría aparecido

cargando un gigantesco macetero de barro con un cactus del tamaño de una señal de tráfico. Haría cualquier cosa por ella. Sacó un pequeño cuadrado de papel del bolsillo interior de su chaqueta y lo desdobló varias veces. Lo hizo sin soltar las flores. Como siempre en aquellas ocasiones, tener algo entre las manos le ayudaba a serenarse. Estaba temblando. Se decía a sí mismo que debía ser por el frío. Vestir como a ella le gustaba en los momentos especiales era muy bonito pero, ciertamente, poco práctico en aquellas fechas. Aunque baja, la temperatura no era del todo desagradable, pero el viento conseguía que a uno se le helasen hasta los huesos. No obstante, sabía que en otra situación, el frío no le haría temblar de esa manera. Estaba nervioso. Parecía un adolescente a punto de pedir salir a una compañera de clase. Empezó a leer. Era un poema, apenas doce versos manuscritos esparcidos en aquella hoja de papel. Tardó casi dos minutos en acabar, pues se empeñó en recitarlo en lugar de leerlo como si se tratase de la lista de la compra. Las lágrimas se agolpaban en sus ojos pugnando por salir. Sin embargo, no se rindió, pues quería acabar el poema. Ella se lo merecía. Su chica, su mundo, su todo.

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Volvió a doblar el papel hasta que tuvo el mismo aspecto que cuando lo sacó de su americana. Lo besó varias veces, mojándolo con sus lágrimas ardientes. Después, lo colocó dentro del ramo, esperando que aquellas rosas acunaran unas palabras que tanto significaban para los dos. ―Te quiero ―susurró. Sabía que ella no podía contestarle, y que el viento que lo envolvía se llevaría aquellas palabras más allá del fin del mundo, a algún sitio donde ni siquiera los recuerdos puedan acceder. En su corazón, por el contrario, permanecerían grabadas a fuego toda la eternidad.

nacido un nudo de nervios que aún tardaría en irse, pero se serenó y se empeñó en sonreír. Sabía que ella no quería verlo triste. Abandonó el cementerio al cabo de unos minutos, después de prometerle que volvería. Al fin y al cabo, llevaba años haciéndolo. Cada fecha señalada, cada momento, cada día que significase algo para los dos.

Dejó las flores sobre la lápida, a la vez que sus dedos acariciaban las doradas letras que formaban el nombre de su amada. Lloró desconsoladamente sobre el mármol, preguntándose a sí mismo y a la nada por qué había tenido que partir. Cuando se hubo repuesto, sonrió y se enjugó las últimas lágrimas. Su corazón estaba encogido, partido en dos por la amargura de la ausencia de su ser más querido. A la altura de la garganta había

José Antonio García Santos

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El regalo —Ya me han llegado las flores de loto. —¡Al fin! La dependienta, como siempre, la miró con curiosidad. Por norma los clientes seguían sus consejos optando por flores típicas, rosas a lo sumo, pero aquella chica llevaba meses esperando ésas en concreto, negándose a aceptar cualquier otra sugerencia. Eran costosas y especiales porque el difunto así lo requería, le dijo en una ocasión. Encontró su tumba de noche, en vez de rodear el cementerio lo atravesó volviendo del trabajo. No había más luces que los cirios encendidos en sus respectivas lápidas, suficientes visto por quienes delinquían en la zona vieja o se juntaban para beber y fumar crack. Con el pulso acelerado escuchó pisadas cada vez más próximas. Echaba vistazos por encima del hombro pero, aunque nadie parecía seguirla, las oía tan cerca que empezó a correr aterrada. No tenía suficiente fuerza para alcanzar la salida del camposanto sin que le atraparan, estaba demasiado cansada, temblorosa; llorando de rabia tuvo que esconderse tras una tumba. Pegó los labios al mármol intentando acallar sus jadeos... Minutos después pudo distinguir una figura masculina que se detenía próxima. Se ovilló sobre la piedra en completo silencio hasta que le escuchó ir en dirección opuesta. Solo en ese momento respiró con alivio levantando un poco la cabeza, sacando los dedos doloridos de la hendidura donde se aferró. Entonces sus ojos toparon con otros color sepia. Un hombre le observaba desde su retrato. El cabello recogido en cola de caballo caía sobre el hombro, una nariz afilada coronaba su sonrisa humilde, calmada, nacida a

principios de mil ochocientos: se trataba de un tal William Palson. Los ojos del difunto le siguieron a través del cristal, mientras se levantaba. —Lo siento, William. Muchas gracias —susurró antes de reanudar el camino esta vez más sigilosa, intentando recorrer los trescientos metros que le separaban de casa acuclillada, para no llamar la atención de nadie. Por la mañana una noticia insólita despertó al vecindario. Gwen Melvin, que usaba la ruta del cementerio para regresar del trabajo, había desaparecido. La policía no tardó en hacerle preguntas que respondió un tanto sorprendida. En realidad, aunque la gente pensara que ella y la desaparecida eran amigas por ser jóvenes y vivir cerca, lo único que tenían en común era el último turno en la cafetería Acuario. La ciudad siguió el caso con interés, también se estremeció cuando, dos días después de su desaparición, el cadáver de Gwen fue encontrado cerca del cementerio con evidentes signos de violencia. Ella, nada más enterarse, tuvo la terrible certeza de que Gwen no debía haber muerto aquella noche, después recordó al sonriente William Palson y contrajo una eterna deuda con él por salvarle la vida. Aquella misma tarde visitó el cementerio intentando localizar la tumba en cuestión. La fotografía del retrato, contraria a la noche, parecía de

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alguien melancólico y gris. William llevaba muerto más de ciento cincuenta años según la inscripción; se lo llevó la peste dejando mujer e hijos que no le olvidaban. Lo único que podía hacer para devolverle el favor era limpiar su lápida, quitar el polvo acumulado en cada floritura, usar los dedos en las zonas más estrechas, hablar entre tanto, y sorprenderse al encontrar grabada en los laterales de su tumba, una pequeña y misteriosa flor de loto.

blanco, cruzó la calle y fue al cementerio. No llevó regalos, no encontró lotos; no llevó luz, sabía el camino de memoria. El viento agitaba su cabello sacudiéndolo con fuerza. Se inclinó para tocar la piedra que guardaba al hombre muerto del que se había enamorado y la encontró cálida. Deslizó los dedos por ella, después el pecho, rozó su cadera hasta quedar tendida sobre la tumba sin apartar los ojos del retrato en sepia… ¡Mano helada en el tobillo! Intentó levantarse mientras una sombra oscura le agarraba la otra pierna, acercándose con angustiosa calma. Gritó. Forcejeó. Gritó de nuevo, pero seguía avanzando. Se puso a dar patadas cuando… ¿Aquella nariz?… Los ojos, la boca, el cabello cayendo suelto sobre los hombros desnudos... William sonreía hecho carne, esperando que le reconociera de rodillas en el suelo.

Las visitas al cementerio se hicieron tan frecuentes como sus intentos por encontrar lotos en comercios locales. Los policías que, desde lo de Gwen, patrullaban la zona a menudo, empezaron a mirarla de forma extraña, pero cada vez le importaba menos: William era su terapeuta. A él podía contarle que su madre seguía deprimida, o que cada día en la cafetería era una pesadilla. Con él no había malentendidos, sentimientos de culpa ni verdades a medias, solo una sonrisa y comprensión. Cuando no tenía qué decir, simplemente llevaba un libro y pasaba el rato en paz con su silencioso amigo. La noche del ciento sesenta aniversario por el fallecimiento se puso un vestido

Se quedó sentada sobre la tumba, boquiabierta. Solo tuvo que pronunciar su nombre para que comenzara a besarla con devoción. Sus manos levantaron el vestido blanco sujetándola con fuerza, arrastrándola hacia sí. Ella se aferró a su cuello, él a su cintura buscando poseerla con urgencia. Los gemidos se hicieron viento cuando empujó todavía más fuerte, besándole el pecho al caer desnuda sobre la lápida que ardía a su espalda. La segunda vez sintió todavía más calor, pero ninguno se detuvo; William siguió amándola cuando el sueño se la llevó a la tercera. La mañana y ella se encontraron frías sobre el mármol, tenía el vestido alborotado. Se recompuso pensando en lo ocurrido mientras corría a casa, rezando para no topar con nadie de camino. ¿Qué había pasado? ¿Se quedó dormida? ¡¿Tuvo un sueño tórrido en el cementerio?! ¿Qué hizo para amanecer

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con el vestido roto y el cabello tan sumamente mal?, se preguntó durante días avergonzada por su comportamiento. Estaba claro que William no se levantó de la tumba para darle lo suyo, de modo que no, no podía, no iba a volver jamás, se moriría de vergüenza...

vacías? ¿Acaso él iba a ver la flor, a olerla? No, porque era un cadáver, y ella una idiota que en vez de encontrar alguien real para aquel catorce de febrero, rondaba un cementerio buscando fantasías.

Finalmente sí volvió, aunque procuró visitarle mucho menos desde entonces, una vez cada dos o tres meses. Cuando se acercaba con su ramo de flores frescas siempre recibía una mirada severa del retrato, reprochando sin duda todo lo que hizo sobre la piedra. Los encuentros entre ellos se volvieron breves e incómodos. La noche del ciento sesenta y un aniversario destrozó sus uñas a golpe de duda. En todo aquel tiempo y pese a la sequía de visitas, no pasó un instante sin pensar en lo ocurrido, suspirar y ansiar que fuera real. Además, había peleado con todas las floristas de la ciudad, y al fin tenía las malditas flores de loto, entonces… ¿qué debía hacer? ¿Acudía o no acudía? Se mordió los labios mirando desafiante el otro lado de la calle, donde una zona arbolada precedía al cementerio. Finalmente agarró las flores, se puso el pantalón vaquero maldiciendo, y salió decidida a llevar su dichoso regalo, más molesta consigo misma que otra cosa. Solo hizo la mitad del camino cuando, llena de rabia, lanzó el loto contra la pared de un panteón. ¿Qué más daba llegar con las manos

—Pensé que no vendrías —dos manos gélidas acariciaron sus hombros invitándola a volverse, a tener de frente un rostro con semblante serio, voz de otra época y nariz afilada que estrechaba el camino hacia su boca. —No te he traído nada —susurró dejándose empujar al mármol cálido, sentándose ante William que le separaba las piernas. —Tú eres el regalo. Miriam Alonso

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San Valentín 14 de febrero, 270 D.C. Roma El soldado entró en la estancia de palacio con paso decidido, ajeno a todas las miradas que recaían sobre su imponente presencia para dirigirse ante el Emperador Claudio II. Se arrodilló a sus pies apoyado sobre una rodilla, sin atreverse a alzar el rostro fijando la mirada sobre el suelo de mosaicos. El Emperador se levantó lentamente del trono soltando el aire despacio, sin tener prisa por descargar la ira que pronto iba a desatar en un estallido, y que todo Roma tardaría siglos en olvidar. ¡Él era Marco Aurelio Claudius Augustus! ―Tengo entendido…―hizo una breve pausa como si intentara calibrar como proseguir― que llevas desposado unos días. Decimus fue incapaz de hablar, ni moverse. El miedo empezó a traspasarle el alma, helándosele la sangre de sus venas cuando oyó la orden llena de rabia y odio. ― ¡Traedla!―ordenó a uno de los guardias. Las puertas se abrieron de par en par, para dar paso a una bella joven que intentaba debatirse y librarse de las garras de acero que sujetaban sus brazos. Tenía los ojos tapados con una venda y era incapaz de ver nada. Las lágrimas habían empapado el paño y apenas podía respirar, el terror le provocaba unos temblores que era incapaz de controlar.

Decimus se levantó de un salto, iba a matarlos a todos con sus propias manos si se atrevían a dañarla. ― ¡Soltadla!―rugió al ir hacia ella. Entonces cayó al suelo desorientado por el brutal golpe que sintió entre los omoplatos. Le levantaron del suelo bruscamente y le engrilletaron las muñecas y los tobillos con bastos aros de hierro. Se debatió con fiereza, pero lo único que consiguió fue que le asestaran otro golpe brutal y le dejaran a punto de perder el sentido. Tenía el tabique nasal roto, y la sangre brotaba en forma de reguero deslizándose sobre sus labios hasta descender y ensangrentar su cota de mallas. El emperador esta vez le agarró de los cabellos, y le alzó la cabeza para que le mirara. Tiraba tan fuerte que tuvo que apretar los dientes para no soltar un alarido. ―Te has atrevido a desafiar mi orden imperial, prohibí terminantemente que no te podías desposar mientras fueras uno de mis soldados, pero aun así lo hiciste ―le reprochó encolerizado― A pesar de que eres uno de mis mejores hombres serás decapitado―siseó rabioso soltándole con brusquedad. Claudia gritó con más fuerza cuando le desataron el trapo que ocultaba sus ojos, cayendo pesadamente a sus pies. Vio en el estado en que se encontraba su amado e intentó zafarse con todas sus fuerzas para poder consolarle. Lloró y chilló hasta tener la garganta en carne viva, suplicando clemencia a un emperador engendrado en odio y sed de venganza que no iba a demostrar clemencia ninguna. ― ¡Que el Dios Apolo os maldiga!― le deseó a gritos al emperador. Deseaba

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que todos los dioses más malvados se cebaran con él. ― ¡Haced callar a esa bruja!―ordenó― ¡Decapitadlos al anochecer! ―bramó rojo por la ira que le carcomía ante la osadía de esa joven―Cortadles las cabezas junto al artífice del casamiento, ese miserable sacerdote cristiano que ha osado desobedecerme. Decimus quedó horrorizado al escuchar la cruel sentencia. Valentín no merecía morir, ni ellos tampoco. ―¡Clemencia!―suplicó. Le dolía horrores el simple hecho de hablar. Uno de los guardias le pateó el estómago cortándole el aliento, cuando tan solo intentó acariciar la soga en color purpura del emperador para suplicarle piedad. La joven intentó zafarse soltando un alarido. ― ¡Yo os maldigo a todos, he invoco al Dios Hades, que os castigue hoy, ahora, y hasta la eternidad! ―deseó verlos a todos muertos― A cambio le entrego mi alma―se la ofreció al Dios con la esperanza de que eso fuera suficiente. Estaba dispuesta a todo si a cambio recibían el castigo que se merecían. La gente gimió asustada cuando oyeron nombrar al temido Dios del Inframundo, incluido el Emperador se estremeció al imaginar al despiadado Hades ejecutando su castigo. Un trueno retumbó en la sala, todos los presentes se encogieron muertos de miedo, a continuación la joven cayó al suelo sin vida. Los guardias se apartaron asustados. Decimus gritó el nombre de su amada reptando por el suelo con dificultad, por las cadenas hasta conseguir llegar a ella. Nadie se lo impidió aún sobrecogidos

por lo sucedido, la sujetó por los hombros intentándola alzar mientras sollozaba con el alma rota de dolor. ― ¡Maldigo este díaaaaa… a todooos!―bramó antes que una espada le cercenara el cuello. II Asterius sujetaba del brazo a su hija con suavidad, para que no se tropezara por el entresijo de pasillos estrechos que conducían a la oscura celda, el hedor era tan sofocante que Julia tuvo que taparse la nariz. ―Señor―susurró en cuanto llegó. No quería que le oyeran los otros carceleros―mi hija quiere veros. Valentín sintió como se le aceleraba el corazón pese a la debilidad que sentía, con dificultad se acercó a los barrotes de hierro y con ambas manos se sujetó a ellos. El carcelero abrió la celda y les dejó solos, el cristiano se lo agradeció aún sorprendido por tan generosa acción. Julia enfocó la mirada donde esperaba que estuviera el rostro del hombre al que había entregado su corazón. La caricia llegó tan suave como una leve brisa veraniega. Sus ojos tan claros y azules como las aguas del mar Jónico se anegaron de lágrimas. ―El Emperador ha ordenado vuestra ejecución― Valentín intentó sellar sus labios pero ella se lo impidió―Dejadme proseguir―suplicó―Claudia y Decimus han muerto. Le contó lo sucedido entre sollozos. Era tan intenso el dolor que sentía que la dejó exhausta. Perder a todos los que más amaba era horrible. Y al anochecer le iba a perder a él…

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―No me vais a perder―le susurró antes de sellar con un tímido beso una promesa de amor―Anidaré en el interior de vuestro corazón eternamente, y Dios os bendecirá para que vuestros bellos ojos tengan el don de ver. Ella le acarició el rostro con ambas manos emocionada. Hubiera entregado su vida a cambio para que Dios le otorgara la dádiva en esos momentos. Ambos se abrazaron sollozando hasta que la celda fue abierta para que saliera. Se separaron con una tristeza tan profunda que sintieron como el corazón se les resquebrajaba a la vez. Se despidieron en silencio, entre sollozos y suspiros entrecortados. Su amor era tan inmenso que perduraría hasta su último aliento. Valentín aulló roto de dolor cuando la vio partir. El anochecer llegó cuando el sol se despidió para alumbrar otro lugar del mundo. Había llegado la hora, por eso Asterius apesadumbrado le sacó de la celda para llevarle ante su verdugo y que lo ejecutara con su temible y bien afilada hacha.

arrodillarse. Su mirada buscó anhelante entre la multitud el rostro de Julia, y la vio…tan hermosa, tan increíblemente bella y triste. Sumiso ante su destino, inclinó el cuello con la resignación de un mártir. Su desgarrador grito fue lo que oyó antes de morir. 14 de febrero. Un año más tarde. Julia se acomodó bajo el almendro en flor para visitar la tumba de su amado. El arrugado papel que sostenía entre sus manos era un poema que le escribió horas antes de morir. El cielo se hará visible en tus ojos, entonces podrás ver. Podrás ver la melodía de mis sentimientos en la primavera, la suave brisa de mi aliento en verano, mis lágrimas verter en otoño, y el abrigo de mi eterno amor en invierno. Tuyo siempre, Valentín. La joven cerró los ojos con la certeza de que su historia algún día se convertiría en una leyenda inolvidable. Entonces se dejó abrigar con su eterno amor… Lidia Siquier

Cuando llegaron al anfiteatro se dirigieron al foso, le obligaron a

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El regreso La desaparición de Daryl me está volviendo completamente loco. Han pasado tres años desde aquella horrible noche y todos los días, cada minuto, cada segundo, me culpo por ello. Fui un egoísta y no supe ver que él se merecía algo más.

Nos informan de que hay un intruso en Asdrull. —¿Un intruso? ¿¡Se puede saber cómo ha conseguido entrar alguien sin mi permiso!? ¡Todas las puertas están cerradas a cal y canto! —grité furibundo mientras me levantaba con rapidez del trono. —N-no lo sé, mi señor…

Yo solo quería reinar, gobernar a su lado. Daryl sería mi consejero, mi amigo, mi «hermano»… Pero no, ya no sería nada de eso. El gran rey Baldhur ni siquiera derramó una lágrima cuando aquel soldado, al que había tratado y cuidado como a un hijo, cayó en combate. Así me encuentro yo, sumido en la más profunda oscuridad sin la luz que su mirada desprendía… Recordar su rostro infantil me estaba causando un gran tormento, un insoportable dolor en el corazón. Me había dado cuenta de que le quería. Lo amaba más que a mi propia vida. Hubiera hecho cualquier cosa por él con tal de que estuviese a mi lado… Pero ya era demasiado tarde. Aún recuerdo cómo murió entre mis brazos, sin ni siquiera poder despedirme de él. Odié al rey, mi padre, pues aun sabiendo lo que sentía por Daryl le obligó a luchar. Jamás se lo perdonaré. Asdrull sin él no es nada. Es un reino sin alegría, sin diversión… Este maldito trono en el que me encuentro está vacío sin él junto a mí. No quiero reinar así… Es demasiado triste tener tanta gente a tu lado y sentirte tan solo. Ahora me doy cuenta de cómo la presencia de una sola persona hace que tu vida esté tan completa. Daryl era quien me completaba. —Majestad. —Frandull interrumpió mis pensamientos—. Tenemos problemas.

—¡¡Encontradlo!! ¡Ahora! Mi comandante se marchó tras hacer una reverencia. ¿Quién sería tan estúpido de adentrarse en el reino, sabiendo que hay guardias por todas partes después de la batalla contra los enanos? Seguí a los soldados, observando por todas partes por si encontraba alguna pista de ese ignorante polizón. Perdí de vista a Frandull y choqué contra mi madre, que tenía cara de preocupación. —Erik, hijo mío. Corren rumores de que un extraño se ha adentrado en Asdrull. ¿Es cierto? —Sí, madre. No os preocupéis, lo localizaremos antes de que asomen las lunas. Hay soldados vigilando en cada rincón. Id en busca de mi hermana y escondeos donde no puedan encontraros. —Ten cuidado, Erik. Asdrull necesita un rey… —Marchaos, no temáis por mí. Madre regresó al palacio, la seguí y marché a mis aposentos; necesitaba quitarme las vestimentas reales que habían pertenecido a mi padre. Preparé mi armadura plateada, aquella que me hacía estar tan seguro de mí mismo. Mi

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espada, ahora envainada, descansaba sobre mi cómoda cama. Di un paso hacia ella para ponerme la camisa y después la coraza, pero tuve que pararme en seco, pues detrás de mí había alguien. Podía sentir su presencia. Intenté girarme, pero una afilada daga me amenazaba a tan solo unos milímetros de mi garganta. —No has cambiado —susurró cerca de mi oído aquel que estaba a mi espalda. Esa voz… la reconocería aunque hubiese perdido la memoria. Me giré lentamente, intentando descubrir si quien se encontraba frente a mí era él, pero la esperanza que hacía latir mi corazón con fuerza desapareció. Ante mí se hallaba el intruso que se había adentrado en el reino sin permiso. Alargué mi mano hacia atrás intentando coger mi espada, pero no conseguí alcanzarla. Golpeé con fuerza al intruso, que aguantó mi ataque como si nada. Al menos conseguí que se apartara de mí. En su mano, en lugar de una daga, el forastero sostenía la espada que había pertenecido a Daryl, aquella que yo mismo le regalé el día que se convirtió en general del ejército. —¡Ladrón! ¡Eso no te pertenece! — grité con todas mis fuerzas, amenazándolo con mi arma, que cogí con rapidez. —¿Estás seguro? —dijo entre risas el intruso. Echó para atrás la capucha de la oscura capa que llevaba. Mis ojos no podían creer lo que veían… —Daryl… —Dejé caer la espada, que formó un gran estrépito al precipitarse contra el suelo. Corrí hacia él—. ¡Estás vivo! —Intenté abrazarlo, pero él me lo impidió, intimidándome.

—Vengo a recuperar lo que es mío. — Noté un ápice de amenaza en sus palabras. —¿Tu puesto? ¡Es tuyo! Destituiré a Frandull —le dije sin saber muy bien qué venía a buscar. El filo de su espada se acercó peligrosamente a mi garganta y me hizo retroceder. Aquel no era Daryl. Había cambiado, a pesar de seguir tan hermoso como siempre. Incluso su mirada era diferente, ahora su azul era más intenso que antes. —Daryl, te he echado de menos. —No visitaste mi tumba —dijo él con tristeza. —Es cierto, pero nunca te olvidé. — Agaché la cabeza. Me sentía avergonzado. —¿Es verdad lo que dices? Asentí entre lágrimas, notando la fría pared tras mi espalda desnuda. Daryl paró a unos centímetros de mí. Soltó el arma, que cayó al suelo con un fuerte ruido. Se quitó la capa por completo; llevaba unos pantalones oscuros y una camisa de suave tela blanca. Su pelo lucía más largo de lo que recordaba. Estiré mi mano hacia su rostro, que acaricié con suavidad, pues no podía creer que fuera él en realidad. —No puedes ser real… Pereciste entre mis brazos —dije dando un paso hacia él. Pero él se apartó de mí. Me miró fijamente de arriba abajo mientras daba vueltas a mi alrededor, como si él pensara que yo era el fantasma que acababa de aparecer tras tantos años. Deseaba estrecharle entre mis brazos, sentir de cerca el olor de su piel.

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—No te imaginas cuántas veces he soñado con volver a tenerte a mi lado… —De nuevo, caminé hacia él, rozando su mejilla. —He regresado a buscar lo que me pertenece —respondió él con seriedad, sin apartarse de mis caricias. —Toma cuanto desees, pero solo te ruego una cosa: no te marches, por favor… —Te quiero, Erik —al fin pronunciaba las palabras que tanto tiempo había tardado en decir. —Daryl, yo también te quiero. —Creo que no me estás entendiendo bien… Te amo. Me di cuenta de que te amaba mientras luchaba por salvar el reino, por salvarte a ti… —Yo… Yo también te amo. No pude continuar: Daryl se acercó y me besó con avidez. Llevaba deseando que llegase este momento desde hacía tiempo. Mucho tiempo. Sus manos acariciaron mis brazos haciendo que mi piel se estremeciera. Sin evitarlo, lo abracé y estreché entre mis brazos con fuerza; no quería que volviese a desaparecer de mi vida. Recorrió con sus dedos mi pecho desnudo hasta llegar a mis caderas. Después, con destreza, deshizo el nudo de mis pantalones. Noté como mi entrepierna se estremecía, deseando cualquier contacto con la piel de mi «hermano». Un gemido salió de mis labios cuando sus manos tocaron aquello que jamás pensé que me tocaría ningún hombre. Las hizo subir y bajar a un ritmo frenético con el que creí morir de

placer, pero poco después paró bruscamente. Mis ojos, que habían estado cerrados, se abrieron con rapidez. Daryl sonreía con picardía. Estiré mis brazos y le quité la camisa, que en esos momentos me estorbaba, y después le besé. Nuestras lenguas juguetearon mientras me acariciaba el cabello. Mis manos bajaron por su espalda hasta su trasero, que me pareció de lo más perfecto. Entre besos apasionados y caricias, no supimos en qué momento habíamos terminado completamente desnudos y tumbados en mi cama. Me encontraba sobre Daryl, que me miraba suplicante, pero no podía… No sabía si estaría a la altura… Llevaba demasiado tiempo esperando este momento y no quería estropearlo… Al ver mi duda, sonrió y, con un ágil movimiento, se puso sobre mí. Cuando comprobé que su cabeza se encontraba tan cerca de mi miembro, me puse a temblar como una virgen en su primera noche con su esposo. Su lengua recorrió cada centímetro de mi cuerpo, haciéndome estremecer. Acarició mi vientre, mi pecho, mi cuello… Y nuevamente me besó. Notó el rubor de mi cara y con una gran sonrisa —ese gesto que derretiría hasta al más frío ser— se puso en pie y sopló las velas del dormitorio, privándonos de todo tipo de luz y creando un ambiente íntimo entre nosotros. —Daryl… —Shhh, no estropees este momento, Erik. Noté como Daryl se abría lentamente paso dentro de mí, mientras acariciaba mi miembro con sus manos.

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—¡Daryl! ¡Eres cruel! —gemí. Jamás había sentido tanto placer como el que él me ofrecía en esos momentos. Los suaves movimientos de sus caderas se convirtieron en rápidas embestidas, que arrancaron nuevos gemidos en mi garganta. Sentí como si mil descargas de electricidad penetraran en mi piel. Me besó de nuevo. Supe por su respiración que él sentía lo mismo que yo… Hasta que cayó extenuado sobre mi pecho. —Daryl… —Pero él no habló. Se apartó lentamente de mí y se tumbó a mi lado—. Júrame que jamás te volverás a ir. —Deseé escuchar su respuesta en ese mismo instante, pero él no contestó. Alargué mi brazo para buscar su cuerpo, pero no lo encontré. Había desaparecido… Abrí los ojos y me di cuenta de que todo había sido un sueño. Me maldije a mí mismo. Le quería, lo amaba más que a nada en este mundo… Me levanté de la cama, malhumorado. Habían traído el desayuno a mis aposentos y, por suerte, había una gran jarra de vino que me dispuse a beber de un trago.

—¿No piensas compartir tu desayuno? —preguntó una suave voz a mi espalda. Me volví. —¿Daryl? ¿Eres real? —Tan real como que te amo, Erik. Devolví la jarra a su sitio donde la había cogido, corrí hacia él y lo abracé y lo besé. —Creí que había sido un sueño… —le dije con toda sinceridad—. No te marches nunca. ¡Júramelo! —Te advertí que había regresado a por lo que me pertenecía. No pienso marcharme sin ti. Laura Morales Imagen: Studio Chou Chou

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Corazón enamorado El monovolumen frenó con suavidad en la explanada de gravilla. Julia dejó a media estrofa la voz aterciopelada de Ana Belén y dio un pequeño empujón a César en el hombro. –¡Vamos dormilón!, que ya hemos llegado a casa de tus padres. César se revolvió ocultando su pelo rizado entre los brazos y, con voz melosa, replicó: –Cinco minutitos más, porfa. Sacaron las maletas entre risas y se dirigieron a las amplias escaleras de la casa de campo. Julia asistía por segunda vez a la noche de San Valentín familiar que organizaban los Márquez y consideraba la reunión, en esa fecha, extraña pero encantadora. –¿Habrá llegado ya tu tía Ángeles? – preguntó Julia mientras subían. –Si mi memoria no me falla, su coche es ese Audi gris –le respondió César haciendo un gesto con la cabeza hacia uno de los tres coches aparcados. –¡Qué bien! Me cayó genial al año pasado pero apenas pudimos hablar, a ver si aprovecho ahora mientras preparamos la cena. La sombra de la casa les iba engullendo a cada paso que daban. Era una construcción robusta de piedra y madera de tres pisos, aunque acercándose del lado de la puerta principal parecía tener solo dos. El tercer piso, inferior, quedaba oculto desde ese lado más escarpado de la montaña pero aparecía a ras de suelo en el lado contrario; allí habían criado los abuelos de César a

conejos, gallinas y algunas cabras. Ahora, silenciosos, los corrales ya únicamente albergaban utensilios herrumbrosos y el recuerdo de otros tiempos. Un timbre moderno de color blanco destacaba en el lateral de la puerta recia pero César, como ya había hecho el año anterior, empleó la aldaba de hierro para dar tres golpes cavernosos que escucharon propagarse por el interior de la casa. Tras un par de minutos, el marido de Ángeles les abrió la puerta y se intercambiaron apretones de mano y besos. Según entraban en el salón, una anciana nervuda y enjuta les salió al paso mientras terminaba de secarse las manos en un delantal florido. –¡Hijo mío! –pronunció mientras alzaba los brazos hacia César. Tras el apretón se giró hacia Julia sonriendo –. ¿Cómo estas, preciosa? –Bien, señora. Feliz de estar aquí otro año más. –Pamplinas eso de señora, que somos casi familia, llámame Ana –Y agarrándola de los brazos añadió–: ¿Te has adelgazado, verdad? Tus brazos están más escuchimizados y, chiquilla, creo que has perdido tetas y todo. – Acompañó la última frase rozando con el pulgar calloso la blusa de Julia, que

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instintivamente, echó el pecho hacia atrás. –Mamá, Julia seguro que quiere ir a lavarse y cambiarse, que lleva varias horas conduciendo –intercedió César tomando a su madre de la mano–. Mientras tanto ¿me cuentas qué ricuras estás preparando para cenar? –Sí, sí, necesito una ducha rápida –se disculpó Julia. Al marcharse formó con sus labios la palabra “gracias” para que solo César, que le guiñó el ojo como respuesta, captara el mensaje. Cuando Julia salió de la ducha, la noche temprana de esas fechas invernales ya había cubierto el cielo. Se vistió en la penumbra del dormitorio de invitados que les había correspondido, apenas iluminado por un par de lámparas amarillentas que imitaban candiles antiguos. Por la ventana vio que habían llegado ya dos coches más. En el salón la mesa estaba prácticamente puesta y un alboroto risueño salía de la cocina amplia. Julia se quedó en el umbral temerosa de interrumpir. Ángeles, que portaba los cubiertos en una servilleta de tela, pasó por su lado diciéndole: –¿Me ayudas? –¿Quién falta? –preguntó Julia, mientras ponían los cubiertos, al reparar en que solo había preparados platos para diez comensales. –Qué observadora –contestó Ángeles alzando la vista de la mesa para mirarla–. Faltará mi hermano Luis, este año está desparejado el pobre. –Ya lo siento, el año pasado se le veía muy feliz con… ¿Yolanda, se llamaba? Qué pena que les surgiera un imprevisto y no pudieran quedarse a la yincana.

–Observadora y con buena memoria. Buena pieza estás hecha. Pues sí, se llamaba Yolanda y ya llevaban tres años juntos. Creía que esta vez vería casado a mi hermanito pero a veces ocurren estas tragedias. –¿Tragedias? sorprendida.

–inquirió

Julia,

–Bueno, ya me dirás, Asunción y yo las dos casadas y mis tres hermanos no hay manera que sienten la cabeza. A ver si tú le duras a César –añadió bajando la voz–. ¿Ya habéis pensado en casaros? –No, aún no. ¿Es pronto, no te parece? –Se ruborizó Julia. –Un poco sí. Mejor ver si superáis la crisis de los tres años –La miró seria. –Ay, no me digas eso. –Era broma, corazón, hacéis una pareja estupenda y a ti se te ve muy enamorada –concluyó Ángeles riendo y volviendo hacia la cocina. La cena fue estupendamente. A Julia seguía intimidándole el padre de César, un hombre alto y fuerte de espalda ancha y manos grandes que nunca hablaba. El año anterior, a refugio de las sábanas, había insistido hasta que César le había contado que su padre siempre había sido así: nunca hablaba si no tenía nada importante que decir, lo cual ocurría en muy contadas ocasiones. Sin embargo, fue el único silencioso de la velada. Los demás, tímidos al principio, excepto Ana y Ángeles que siempre hablaban por los codos, se fueron soltando con el vino y la noche terminó con anécdotas y chistes picantes entre trozos de pastel. –Silencio, ¡atended todos! – carraspeó Ángeles levantándose y golpeando su copa con una cucharilla–. Este año la explicación será breve. Julia y Marta,

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las dos repetís del año pasado y ya estáis familiarizadas con la yincana que hacemos la mañana siguiente de San Valentín. Ahora repartiré las cartas que indicarán vuestro papel en las actividades. ¡Guardadlas con mimo y protegedlas de los espíritus de la noche! Ángeles abrió una caja pequeña de caoba negra y extrajo una baraja gastada de naipes. Las mezcló con movimientos ágiles y se quedó con diez que pasó a repartir con expresión entre grave y divertida. Julia miró su carta y se la guardó en el bolsillo. Las reglas del juego decían que no podía desvelarse el misterio hasta el amanecer. –Cariño, anda, dime, ¿qué carta te ha tocado? –preguntó César mientras le acariciaba la espalda tendidos ya en la cama. –No sé si es buena o mala. – ¿Y eso? –respondió César deteniendo su mano a media caricia. –Es el diez de corazones. El año pasado le tocó a Yolanda y, como no pudo jugar al día siguiente, no sé qué papel debe otorgar en la yincana. A Julia le pareció que César daba un respingo y notó que se incorporaba.

César volviéndose a tumbar a su lado. Le pareció que la cama se quejaba con un crujido desproporcionado pero no llegó a sacar ninguna conclusión antes de que una mano, grande y fuerte, le pusiera un pañuelo en la nariz y se desmayara. Julia se despertó amordazada. Sus pies se balanceaban sobre el fondo de un barreño de madera podrida. Supuso que estaba colgada. Supuso que estaba en los corrales. Intentó gritar pero la venda amortiguó el sonido. Se encendió entonces una luz y vio a César, ante ella, blandiendo un cuchillo de carnicero. A su espalda sus hermanas Asunción y Ángeles, su madre Ana y Federico, el padre silencioso. –Lo siento, cariño –dijo César mirándola con frialdad–, pero es tradición centenaria de la familia Márquez desayunar después de San Valentín… – ¡Corazón enamorado! –gruñó Federico, rompiendo su mutismo, mientras César asestaba la primera puñalada.

Ignacio J. Borraz

– ¿Ocurre algo? –le preguntó girándose hacia él. –No, princesa, solo me olvidé de ir al baño. Ahora mismo vuelvo. Julia se tendió de nuevo mirando hacia la ventana y se acurrucó confiada cuando sintió el peso del cuerpo de

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Mira que te gusta jugar conmigo

Esa noche habíamos quedado las tres para salir y poder conocernos fuera del

Me levanté nerviosa, había perdido un

gabinete. Llevaba un mes trabajando

cliente

tendría

pero apenas sabían nada de mí, era muy

consecuencias, apenas llevaba un mes

reservada con mi vida privada, y ellas

trabajando en el gabinete, sabía que

estaban

sería mi fin en esta empresa sino

confianza, así que hasta que no acepté

conseguía que volviera a confiar en mí.

cenar con ellas, no pararon de insistir.

muy

importante

y

dispuestas

a

ganarse

mi

Pero era viernes, casi la hora de cenar, así que mejor volvería a llamarlo el

No sé ni cómo lo habían logrado pero

lunes, mi mente habría cargado las pilas

después de cenar me convencieron para

y seguramente estaría dispuesta a ceder

ir a tomar una copa, estaba en la barra

ante

pidiendo mientras ellas inspeccionaban

cualquier

petición,

por

muy

descabellada que me pareciera.

los chicos del lugar. Cuando me giré no las localizaba, así que avancé unos

Cogí del perchero mi bolso y mi

metros hasta que las divisé, estaban

americana azul marino, y salí hacia

junto a un grupo de chicos, bastante

recepción, estaban Silvia y Marta

guapos la verdad, sonreí y me acerqué.

esperándome. Sílvia era una joven

Rápidamente me presentaron a los

entusiasta por su trabajo, pero deseosa

chicos, cuando ya pensaba que habían

de encontrar un hombre al que agarrarse

acabado las presentaciones, observé que

de por vida, no era despampanante todo

venía

lo

desapercibida

despertaría las fantasías sexuales de

fácilmente, y sus rasgos fuertes no le

cualquiera. Antes de que pudiera decir

favorecían nada. En cambio Marta era

nada Silvia me dijo que se llamaba

una joven rubia de ojos azules muy

Gonzalo y a él le dijo que me llamaba

mona, a simple vista la típica mujer de

Cloe, no pude evitar sonreírle y le di

cristal que parece que se vaya a partir

dos tiernos besos en las mejillas

con solo mirarla, pero tenía un imán

mientras no separaba mi mirada de sus

para los hombres, aunque por desgracia

espectaculares ojos verdes.

contrario,

pasaba

hacia

un

hombre

que

no le duraban mucho.

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Escuché una canción que me trajo muy

sonreía sin saber dónde colocar las

buenos

manos.

recuerdos

y

me

separé mis

-Veo que te gusta retar, si quieres nos

movimientos eran lentos sopesando mi

vamos de aquí y seguimos aumentando

figura a través de la falda de tubo que

los niveles del juego.- su mirada

llevaba puesta, no dejaron indiferente a

lujuriosa saboreó hasta el último ápice

Gonzalo sus ojos brillaban de lujuria

de mi cuerpo.

rápidamente

para

bailar,

mientras no dejaban de recorrer mi sentirme

Emití una carcajada al oírle, y no lo

observada, activaba

mis sentidos

dudé, bebí de un sorbo lo que quedaba y

arácnidos,

que

caminé hasta mis compañeras para

cuerpo.

Me

encantaba

esperando

pudiera

avisarles de que marchaba. Al ver que

lanzarle mi telaraña y hacerlo mío.

Gonzalo venía tras de mí y agarraba con Ellas vieron nuestro cruce de miradas y

sigilo mi mano las dos sonrieron y me

sonrieron alegrándose porque al menos

desearon suerte al oído.

una de las tres iba a tener éxito con siguieron

Seguí sus pasos hasta salir del local, una

bailando e intentando que alguno de

vez fuera me coloqué la americana y

ellos acabara cediendo a sus encantos.

continuamos la marcha hasta escuchar

Mi copa estaba vacía, sin vacilar me

el pitido de un coche al abrirse y las

dirigí a la barra, cuando sentí que me

luces

seguía, sonreí, presagiando lo que

caballeroso abrió las puertas de éste y

ocurriría

me senté con un movimiento sexi. Él

alguno

de los

esa

hombres,

noche

y

continúe

caminando como si no lo hubiera visto.

mostraban

cuál

era.

Muy

sonrió y negando con la cabeza dio la vuelta al vehículo y lo arrancó.

Pedí un Martini. Cuando lo noté a mi mis

Se paró unos segundos mirando al

movimientos intentando adivinar mis

frente, hasta que me miró y agarró mi

intenciones, pero no me amilané, en

nuca sin previo aviso y besó mis labios,

cuánto el camarero me la dio jugueteé

notaba la desesperación por sentirme y

pasando mis labios por la copa hasta

mis labios siguieron su ritmo sin

que por fin di un trago, un lento y

importarnos que pudieran vernos. Se

apetecible trago, que sabía que iba a

separó de mí, metió la marcha para salir

excitarle, y así fue, suspiró mientras

disparados de aquel lugar.

lado,

estaba

observando

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rápidamente la ropa el uno al otro y me Sus facciones estaban tensas, quería

coloqué sobre él para poder comenzar

llegar lo antes posible y así fue, aparcó

mi

en un subterráneo de un edificio y sus

esponjosos labios pasando por su pecho

manos se acomodaron en mis muslos,

hasta llegar a su ombligo, su miembro

poco a poco las subió hasta llegar a mi

erecto esperaba impaciente y no quise

sexo, sus ojos brillaban y yo me

demorar más, lo necesitaba dentro de mí

humedecía

estaba

y así fue tras un ligero movimiento y sin

deseando acortar las distancias, así que

ningún tipo de impedimento se coló en

rápidamente abrí la puerta del vehículo

mi interior, provocando el mejor de los

esperando que él me siguiera.

placeres

por

segundos,

tortura

de

del

besos,

mundo.

desde

sus

Nuestros

movimientos rápidos y desesperados Se abrieron las puertas del ascensor y

aumentaban la pasión que sentíamos en

me lancé sobre él, mientras como pudo

ese instante, no podíamos para de

marcó el botón y se cerraron las puertas.

besarnos y de mover nuestras caderas al

Nuestros cuerpos se pegaron uno al otro

mismo ritmo, unos pequeños espasmos

como si estuvieran creados para estar

en mi interior anunciaban que iba a

juntos.

a

llegar al clímax, él sonrió al percatarse,

desabrochar los botones de su camisa

hasta que los dos nos dejamos llevar, y

para poder acariciar su pecho, lo tenía

caí sobre su cuerpo sin fuerza alguna.

Mis

manos

comenzaron

duro como una roca, y llevé mis manos labios

Permanecí unos minutos sobre su pecho

estaban frenéticos, nuestras lenguas se

mientras recobraba el aliento, hasta que

enroscaban deseando sentir el dulzor del

comencé a reír.

hasta

su

espalda.

Nuestros

momento. Hasta que sentí el pitido del ascensor, miré hacia el vestíbulo y

-Mira que te encanta jugar conmigo.-

sonreí. Sus manos me alzaron hasta que

me susurró al oído.

mis piernas se agarraron fuertemente a

-Me

sus caderas y me llevo en volandas

haciéndolo seis años y cada día me

hasta el interior del apartamento, siguió

gusta más, esa es la chispa de nuestro

caminado hasta que me dejó caer sobre

matrimonio.- le besé en los labios de

una mullida cama, noté el frío de la

forma dulce demostrándole el amor que

colcha contra restando al calor que

sentía por él.

desprendía mi cuerpo. Nos quitamos

Iris T. Hernández

encanta

jugar

contigo,

llevo

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El plato está en la mesa La puerta de entrada se abrió y una pequeña campanilla de un profundo color plateado comenzó a tararear su molesta y monótona melodía, como siempre que alguien le importunaba despertándole de su inerte descanso. Dos personas entraron al restaurante, era la hora de la cena y tenían un apetito voraz. No se habían llevado nada a la boca durante todo el día, y eso en unas personas tan glotonas como ellas, no podía ser. Tenían que comer cada poco rato, sí o sí. Un camarero ataviado con un traje pulcramente negro y una corbata azul oscura les observaba desde el otro lado del atril y les indicó en que mesa podían sentarse. Les indicó con el brazo extendido y señalando con un dedo que podían reposar sus nalgas sobre la mesa número 23. Las otras 22 estaban ocupadas o reservadas para más tarde. Llegaron a la mesa y el hombre retiró la silla hacia atrás para que la mujer se sentase, con un gran gesto cortés. Era un perfecto caballero. Luego dio la vuelta y se sentó en su silla. A su derecha, un enorme ventanal, con vistas a una calle peatonal en la que cientos de personas andaban lentamente, empujándose descaradamente y pasando de largo. El hombre cogió la mano de la mujer, la sacudió un poco, ya que tenía un poco de tierra y se la llevó a la boca. Acto seguido la besó con un cálido beso y la mujer le devolvió el gesto con una dulce sonrisa forzada. El camarero llegó un instante después con la carta, se la entregó y se alejó por donde había venido. La recorrieron varias veces con la mirada, buscando el mejor plato para cenar. Había muy buen género, tenían muy buena pinta la mayoría de los platos, pero tenían que decidirse por uno.

Cuando ya supieron en qué iba a consistir la cena, el hombre levantó los ojos buscando con la vista la mirada del camarero, que para su sorpresa, estaba mirándole también. Se acercó y los comensales le indicaron qué platos habían elegido. El camarero volvió a irse, pero en vez de quedarse detrás del atril tras el cual les había recibido cuando entraron, esta vez se fue hacia la derecha y entró por una puerta gris. Encima de la mesa donde la pareja esperaba a que le sirvieran la cena, un jarrón de cristal descansaba, con dos flores en su interior. Dos preciosas rosas negras abiertas en su máximo esplendor y que comenzaban a marchitarse. El camarero volvió a salir por la puerta y se acercó a nuestra pareja de enamorados. Les entregó dos trozos de tela enrollados, que estos abrieron lentamente. Luego se lo devolvieron al camarero y este se los anudó en sus respectivos cuellos. Primero al hombre y luego a la mujer. Una vez los baberos estuvieron puestos y colgando de los cuellos, volvió a irse hacia su atril. El enamorado sacó una de las rosas del pulcro jarrón, que goteó un par de veces sobre el mantel blanco de seda que tapaba la mesa. Aspiró la fragancia de la rosa y luego sopló en dirección a su amada que cerró los ojos y se preparó a recibir el aroma de las flores.

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Ese olor penetrante les traía muy buenos recuerdos. Recuerdos de su hogar, el lugar al que volverían después de cenar. La puerta de la cocina se abrió y el chef salió con dos enormes bandejas plateadas. El camarero de la entrada se acercó y se las arrebató de la mano y haciendo una especie de cabriola cómica se dio la vuelta y se dirigió a la pareja. La primera y la más grande la dejaron en el sitio del hombre, la otra un poco más pequeña, en el sitio de la mujer. El hombre sonrió al camarero y éste volvió a irse. El joven enamorado se relamió, la boca ya le comenzaba a salivar y agarró fuertemente los cubiertos. Miró a su compañera que estaba en idéntica posición y atacó el suculento plato.

sido retiradas las uñas. Los dos hambrientos comenzaron a cortar grandes trozos de carne y una vez estuvieron despedazados, se metieron en la boca trozo a trozo. En menos de diez minutos habían terminado con el jugoso manjar. Manchas de sangre inundaban sus bocas con escasos dientes. Trocitos de carne habían caído sobre la mesa y unos cuantos al suelo. Los huesos, pulcramente roídos y sin apenas carne ni nervio, descansaban sobre la bandeja ahora tornada de un color carmesí. La cena la habían acompañado con una gran jarra de líquido rojo oscuro que perfectamente podría haber pasado por un vino de excelente calidad, pero resultó ser otro tipo de líquido. La pareja descansaba espatarrada en sus respectivas sillas, mientras hacían gestos en la barriga como diciendo que estaban llenos. El hombre soltó un tremendo eructo, que si su piel hubiera podido tornarse rojiza, seguro se habría sonrojado, pero permaneció tan pálida como siempre.

El plato de la mujer consistía en un brazo de 9 kilos, de una mujer extremadamente gorda que había muerto por un infarto. El brazo, pálido y de un tono morado descansaba sobre una bandeja de plata. La mano abierta al final y llena de finísimas venas moradas que parecían carreteras secundarias sobre el espeso tapiz blanquecino. A la mano le habían arrancado las uñas, ya que no eran comestibles. El brazo, amputado a la altura del hombro. El plato del hombre constaba de una pierna, posiblemente de la misma mujer obesa, ya que era un buen trozo de carne, de 14 kilos. También le habían

La campanilla de plata de la puerta sonó nuevamente y un extraño silencio reinó en el restaurante. Todas las cabezas se giraron hacia la puerta, queriendo ver quien había entrado en tan peculiar sitio. Un enorme hombre de unos dos metros de altura, bastante obeso y con un elegante y caro traje negro y una corbata extremadamente rojo chillón entró en el restaurante. Seguido, entraron dos tipos, uniformados y con gafas de sol, lo más seguro eran sus guarda espaldas. El tipo que había entrado debía de ser un hombre muy importante y sobre todo poderoso, muy poderoso. El camarero hizo una reverencia y el gran hombre le tendió su abrigo, que el camarero recogió con el antebrazo mientras terminaba la reverencia. El tipo importante observó

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las mesas donde varios seres de menor categoría cenaban y le observaban atónitos, escrutándole, mirándole ensimismados, incapaces de comprender la suerte que tenían por presenciar a tan magno personaje. Comenzó a avanzar, seguido de sus dos “gorilas” y llegaron a una mesa vacía, dos detrás de la que nuestros enamorados cenaban. Uno de los súbditos retiró la silla como había hecho anteriormente nuestro enamorado y el gran tipo se sentó. Luego le acompañaron los dos enfrente de él compartiendo el lado de la mesa. El camarero se acercó a paso lento, como midiendo los tiempos y distancias para no llegar ni demasiado pronto, ni demasiado tarde y cuando lo consideró oportuno, le tendió la carta al gran jefe, acto seguido, les dio otras a sus ayudantes. Se quedó de pie observándole, jugueteando con sus delgaduchos y pálidos dedos, y tras unos minutos, el gran tipo le señaló en la carta lo que quería a lo que el camarero respondió abriendo enormemente sus oscuros ojos y sonriendo de lado a lado de la cara mostrando una hilera de dientes ennegrecidos y bastantes de ellos caídos. Los dos siervos le indicaron también lo que querían de cenar y el camarero se fue a toda prisa hacia la cocina. Un pedido como ese no podía demorarse mucho. Salió el camarero con tres baberos como los que había puesto a los enamorados y luego volvió a la cocina. Al poco salió con dos bandejas y se las sirvió a los ayudantes que ya se relamían los labios, pero esperaron a que el plato del jefe estuviera listo para comenzar a comer. Había que tener modales. Todo el restaurante miraba ensimismado al extraño trío que habían entrado hace unos minutos. A los tres o

cuatro minutos, la puerta gris se abrió y salió el chef que se acercó al tipo importante. El gran tipo, como si de un jefe de la mafia se tratase, le tendió la mano y el chef se la besó. Giró la cabeza y observó el plato que había preparado con tanto ahínco. Sobre una mesita de tres metros, de acero inoxidable con ruedas, venía la comida. La mesita se paró en seco justo enfrente del jefe y éste se relamió los labios, asintió al chef que esperaba con una media sonrisa la aprobación por parte de tan importante e ilustre personaje y tras comprobar que todo estaba al gusto del jefe, se dio media vuelta y se metió de nuevo en su cocina.

El tipo importante cogió los cubiertos e indicó con la cabeza a sus ayudantes que ya podían comer, tras lo cual se dirigieron con gran ansia a sus respectivos platos. Uno de ellos había pedido una cabeza humana. Ésta tenía el cráneo abierto, por el cual asomaba un pequeño y gris cerebro embadurnado en salsa roja. La boca abierta y los ojos vacíos. Con la lengua y los ojos habían hecho un espectacular cóctel que descansaba al lado de la bandeja. Comenzó a cortar trocitos de sesos y a engullirlos como si no hubiera comido nada en los últimos cinco días. Mientras el otro, admiraba y pensaba por donde comenzar el fantástico torso de mujer que le habían servido. Comenzó a cortar un gran pecho y a engullirlo, casi sin masticar. El jefe se levantó y agarró su comida, ya que esta era más difícil de transportar porque se trataba de un espécimen vivo. Era un chico de unos

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14 años, totalmente desnudo y aterrorizado que lloraba desconsoladamente. Temblaba de la cabeza a los pies mientras estaba sentado en la bandeja, amordazado de pies y manos con gruesas cuerdas negras. La boca había sido cosida y con los ojos tremendamente abiertos observaba cual iba a ser su destino. El tipo importante dejó los cubiertos sobre la mesa y abrió su pútrida boca sonriendo al joven que iba a ser devorado en breves momentos. No tenía ni un solo diente, pero de una cajita que llevaba en su cara y elegante chaqueta, sacó una dentadura postiza con una hilera de dientes puntiagudos de color plateado. Se la colocó y tras comprobar que se adecuaba a la perfección en sus encías, miró al desalentado joven, que seguía llorando. Acto seguido agachó la cabeza y le hincó el diente en su delicioso y joven muslo mientras todos los comensales del restaurante estallaban en un gran y estruendoso aplauso. En muy pocas ocasiones podrían admirar y disfrutar de un manjar tan preciado y caro, ya que un humano vivo costaba mucho y escaseaban en el mercado. Era un plato al que solo podían optar las clases altas. Nuestro enamorado se levantó, para sorpresa de todos, que desviaron las miradas durante unos instantes y vieron cómo se arrodillaba y de su sucia chaqueta, sacaba una caja negra de un palmo de largo. La mujer, se quedó mirándole con la boca abierta, inmóvil, tapándose el rostro con la mano. Parecía muerta de vergüenza. El hombre, le entregó la caja (ahora todas las miradas estaban desviadas hacia ellos, incluso la del “Magnate”) y la joven la abrió, lentamente, con un ¿pulso? que parecía un anciano al que el Parkinson ha robado todo equilibrio y vitalidad. La joven la abrió y de sus ojos comenzó a caer un líquido negro

viscoso, parecido a agua pútrida, como la que se puede obtener en una charca abandonada en mitad de la nada o del fondo de un pozo que lleva años sin movimiento. Levantó para que todos viesen lo que parecía un palito resplandeciente. Uno de los comensales, que estaba solo a dos mesas, se puso unas viejas gafas a las que le faltaba un cristal y comprobó qué era lo que llevaba la joven en la mano. Un dedo. Un dedo cercenado con un anillo. Aquel simpático joven se estaba declarando en mitad del restaurante. Que romántico. La joven fue al encuentro de su amante y le dio un fuerte abrazo seguido de un beso. Todos comenzaron a aplaudir. A un anciano que estaba al fondo, al dar la tercera palmada, se le escapó una mano y se tuvo que levantar a recogerla del suelo. Nuestra pareja de enamorados dejó la mesa, hicieron una reverencia al tipo importante que les miró mientras devoraba la pierna del joven y éste les devolvió la mirada asintiendo ligeramente. Luego fueron al atril del camarero, pagaron y salieron a la fría noche dejando tras de sí aplausos, gritos de júbilo y risas.

Avanzaron por un callejón lleno de pequeños roedores y cuerpos en avanzado estado de descomposición y una fría lluvia comenzó a caer, lentamente, pero en abundancia. Dejaron atrás el “Fresh Meat”, el mejor y más selecto restaurante para zombis de la ciudad. Moi Gascón

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