Pañol de la Historia # 37

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Fasc铆culo No. 37 ISSN 1900-3447

Direcci贸n de Acci贸n Integral Armada Nacional

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Presentación A los marinos de Colombia se dedica este trabajo de investigación sobre la historia naval, plasmado en crónicas que resumen las hazañas de aquellos que combatieron por todas las causas, navegando cargados de ilusiones y tiñendo el mar con su sangre. Los PAÑOLES DE LA HISTORIA, son un homenaje al pasado que como el mar, es infinito e inescrutable, pretendiendo rememorar la historia, convirtiendo la pluma en espada, los argumentos en un cañón y la verdad en un acorazado. Agradezco al señor Almirante Guillermo Barrera Hurtado, Comandante de la Armada Nacional, la deferencia de mantener la edición de estos resúmenes. Este trabajo desea llevar el mensaje de la historia a aquellos hombres de mar y de guerra, que fueron arrullados por las olas y embriagados con su encanto. JORGE SERPA ERAZO Vicepresidente del Consejo de Historia Naval de Colombia.

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P La campaña de Bolívar en el Bajo Magdalena Por Capitán de Navío Ricardo García Bernal

Introducción

A pesar de haber participado activamente en la rebelión de 1812 contra la corona española, que dio origen a la Primera República, y posiblemente ante la intervención de don Francisco Iturbe,el Capitán General Monteverde les concedió pasaporte de salida al joven Simón Bolívar y a sus amigos, los hermanos Carabaños, y a Manuel Cortés Campomanes. Ante la insistencia de Iturbe, Bolívar aprovechó esta oportunidad de salvar su vida, rápidamente puso la custodia de sus bienes en manos de don Domingo Arcanio, y se aprestó para salir de Venezuela. 1 Así las cosas, el 12 de enero de 1812 se embarcó en el velero “Jesús María y José” con rumbo a Curazao, en compañía de sus citados amigos Carabaño y Cortés. Al arribar al mencionado puerto se enteró de que no solamente le había sido confiscado su equipaje, sino que también lo habían sido sus bienes en Venezuela, agregando así la pobreza a la amargura de su destierro, por lo cual decidió pasar de Curazao a Cartagena de Indias, y desistir de su idea de regresar a Inglaterra, en donde poco antes había cumplido una misión diplomática, buscando el reconocimiento de Venezuela como nuevo estado. Cartagena de Indias, a donde llegaron los tres refugiados venezolanos a mediados de noviembre de 1812, atravesaba una difícil situación política tras haber declarado su independencia un año atrás. Ejercía el poder como presidente de la Junta de Gobierno, don Manuel Rodríguez Torices, quien enfrentaba graves problemas, pues la suspensión del comercio exterior, como consecuencia del bloqueo de las fuerzas españolas, y de la acción de los corsarios, había agravado la pobreza de la ciudad, y aumentado el desempleo; se presentaban serios desacuerdos entre los diferentes sectores de la población, y el gobierno se había visto obligado a emitir papel moneda. Si la situación política y económica era difícil, las cosas eran aún peores en el ámbito militar; la cercanía con la ciudad de Santa Marta, abiertamente realista y que constantemente amenazaba su libertad, le imponía una pesada carga económica al tener que confiar para su defensa en aventureros extranjeros. Uno de los más prominentes entre ellos era un antiguo pirata francés que había operado en el Caribe, llamado Pierre Labatut, y quien había llegado a América con su amigo don Francisco de Miranda. A falta de mandos militares criollos experimentados, Labatutno ocultaba su ambición tratando de dominar a las fuerzas militares, y a las autoridades civiles de la ciudad. (1) Indalecio Liévano Aguirre. Op. CitPag. 93

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Enterado Rodríguez Torices de la llegada de los tres refugiados venezolanos, de quienes tenía noticia sobre su experiencia militar, ya que habían militado no solamente en las fuerzas realistas en España, sino también en Venezuela, y sobre su voluntad expresada de unirse a la resistencia patriota, los acogió amistosamente, dispuso su incorporación a las fuerzas de la ciudad, y les reconoció grados militares, correspondiéndole al joven Simón Bolívar el grado de “Coronel Vivo”. Habiendo ordenado perentoriamente don Manuel Rodríguez Torices a Labatut incorporar a los venezolanos, encontró en ellos un obstáculo para sus ambiciones, especialmente en el Coronel Bolívar, contra quien Francisco de Miranda le había inculcado su hostilidad. Así las cosas, Labatut decidió colocar a los Carabaños y a Cortés Campomanes en posiciones en donde pudieran alcanzar éxitos rápidamente. De esta manera, Cortés Campomanes fue destinado a una columna cuya misión sería la de “pacificar” las sabanas de Bolívar, y a los hermanos Carabaños a una unidad que debería rescatar a Zapote (actualmente Cispatá)2 A diferencia de sus amigos, el joven Coronel Bolívar fue asignado como Comandante de una pequeña guarnición en un pueblito a orillas del Magdalena, 2 leguas 3 aguas arriba de Calamar. Con este nombramiento, Labatut pensó que tendría aislado a Bolívar en ese apartado pueblo, en donde tenía la orden de permanecer esperando sus órdenes mientras que él se dirigía a atacar a Santa Marta. No estaba en el carácter impulsivo de Bolívar, el permanecer allí inactivo. Llegado a Barrancas en la segunda semana de diciembre de 1821, bien pronto sometió los 70 hombres que componían su columna, y reclutó a otros más, sometiendo a todos a un intenso entrenamiento, hasta formar una fuerza de 200 hombres disciplinados y dispuestos a entrar en acción, aunque inicialmente no estaban muy bien armados.

Pensamiento de Bolívar: El manifiesto de Cartagena. Desde antes de su llegada a Cartagena, en Curazao durante su obligada permanencia, Bolívar había venido pensando en la manera de liberar a su patria, Venezuela, y a la Nueva Granada del yugo de los realistas; plasmó sus planteamientos estratégicos en un documento conocido como “el Manifiesto de Cartagena”, que muy posiblemente fue conocido en su momento por el presidente Rodríguez Torices, y fue una de las razones para haberlo admitido en las precarias fuerzas de que se disponía para la defensa de Cartagena. 4

“El Manifiesto”, publicado en Cartagena el 15 de diciembre de 1812 , dirigido a los ciudadanos de la Nueva Granada, se inicia así, con un tono quejumbroso: “… Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas escapado prodigiosamente de en medio de las ruinas físicas y políticas que siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi patria he venido a seguir aquí los estandartes de la independencia (2) Camilo Riaño. Op. Cit. Tomo XXIV, Pag. 197 (3) Una legua = 5,512 kilómetros (4) Jorge Mier Hoffman. Op. Cit. Pag. 1

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P que tan gloriosamente tremolan en estos Estados. … La Nueva Granada ha visto sucumbir a Venezuela, por consiguiente, debe evitar los escollos que han destrozado a aquella. A este efecto presento como una medida indispensable para la seguridad de la Nueva Granada la reconquista de Caracas … “ 5 Presenta en seguida, entre otros, los siguientes planteamientos de fondo: • No es posible crear una nación con el simple auxilio de un ideal utópico. Toda acción debe nacer de hechos reales: 6 • La patria debe defenderse por un ejército bien disciplinado, equipado y armado, amén de las instituciones democráticas y republicanas. • El sistema de gobierno idóneo para una república es el federal, pero en la actualidad Venezuela no está preparado para éste, por lo que sería contraproducente.

Bolívar en 1812

• El gobierno debe ser paternal y benigno con sus súbditos, pero su justicia debe ser inexorable para castigar a los que atenten contra él.

• Nuestra momentánea derrota (en Venezuela) se deriva de las elecciones y los partidos, fuente de luchas intestinas. • La población de Coro, caída en poder de los realistas, permitió, como cabeza de puente acabar con la independencia venezolana. En consecuencia, si ahora Caracas es realista, será cabeza de puente para un golpe mortal contra la independencia de la Nueva Granada. El Manifiesto, finaliza exhortando a los granadinos: “ … No defraudéis nuestra confianza, no os mostreis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. No se puede perder más tiempo: hay que vengar a los muertos, devolver la vida a los moribundos, levantar la vida a los oprimidos y dar a todos la libertad.”7 Se infieren entonces del Manifiesto dos ideas estratégicas centrales:8 La adopción de una organización centralista para aunar esfuerzos de todo orden contra el enemigo, idea que promulgaba don Antonio Nariño en el interior de la Nueva Granada. La libertad de Venezuela para la defensa de la Nueva Granada, para lo cual aconsejaba que las provincias granadinas levantaran quince o veinte mil hombres para libertarla de sus opresores. Estos conceptos del joven y hasta ahora desconocido coronel venezolano causaron sensación en la Nueva Granada, pero no produjeron allí los resultados que Bolívar esperaba, porque “ … las provincias se hallaban aferradas al sistema de gobierno federativo, y las exaltadas pasiones que las dividían no dejaban que se viera la luz de la verdad, aún cuando brillara a sus ojos.”9 Definida así una acción estratégica, lo procedente era ejecutar una acción contra los realistas en el bajo Magdalena, que tenían aislada la ciudad de Cartagena de las provincias del interior, continuar hacia Venezuela por los valles de Cúcuta, obtener recursos de la Unión Americana y de Cundinamarca, para liberar a su patria, y restablecer un gobierno republicano en Caracas. (5) Indalecio Liévano Aguirre. Op. Cit. Pag. 98. (6) Pastor Petit. Op. Cit. Pags. 48 y 49 (7) Pastor Petit. Op. CitPag. 49 (8) Camilo Riaño. Op. Cit. Pag. 216 (9) Citado por Camilo Riaño en Op. Cit. Pag, 217.

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No era, evidentemente, una tarea fácil pero a ella se dedicó Bolívar en los últimos días del año de 1812; presentó esta iniciativa ante su superior inmediato, el coronel Labatut, quien la rechazó, y ratificó su orden de permanecer en Barranca, esperando sus órdenes. Ante ésta actitud de su jefe inmediato, el joven Bolívar llevó la idea ante el Presidente Rodríguez Torices, quien la apoyó, con el convencimiento de que el único que podría ejecutar este plan campaña sería el mismo Bolívar. En efecto la historia demostraría que “ … su ejecución brillan10 te, contra todos los cálculos, abrió al Libertador las puertas de la inmortalidad …” Un factor que se presentaría favorable para la ejecución de la campaña era la evacuación de Tenerife, hasta ahora una plaza fuerte de las fuerzas realistas, pues la acción de Cortés Campoman es sobre Zapote y Tolú, y la de Labatut sobre Sitionuevo, y Guáimaro y el Cerro de San Antonio, sembraron en éstas el temor, y los impulsaron a huir para defender la capital de la provincia.

Anita Lenoit: El lado humano de la campaña. Con la fuerza de combate que había formado, embarcada en un número no determinado de champanes y canoas, y autorizado por Rodríguez Torices, el 21 de diciembre de 1812 Bolívar zarpa de Barranca, siendo su primer objetivo Tenerife, río Arriba de su base, pero siendo claro que con la intención final era abrirse paso hacia Venezuela. Necesitando aprovisionarse, navegan aguas abajo hacia una población que aún existe como municipio del departamento de Magdalena: Salamina. Champán del río Magdalena, siglo XIX. Del Manual del Río Magdalena. CORMAGDALENA 2005

Llegado a ésta población, Bolívar se dirige a alguna taberna, en donde obtiene información sobre los movimientos del enemigo; finalmente la conversación deriva a temas triviales, y Bolívar es enterado de que en las afueras de pueblo, en una de sus mejores casas del pueblo, habita una hermosa joven, quien con nadie se trata y solo es vista en la población los días de misa, en un rincón apartado de la iglesia. Intrigado, Bolívar averigua también que el padre de la joven, llamada Anne (o Anita) es un ciudadano francés de apellido Lenoit, que comercia por toda la región, y quien por la fecha se encontraba en Santa Marta dedicado a sus negocios. Picado por la curiosidad, Bolívar emprende camino hacia la casa que le indicaron, en el jardín de la cual pronuncia algunas palabras en francés (que dominaba perfectamente), las cuales llamaron la atención de Anita, quien salió a ver de dónde provenían. Se inicia una conversación sobre el París que ambos conocían y añoraban y con ésta charla nace un idilio que continuó en una fiesta al día siguiente, en la que bailaron toda la noche, y que sería fugaz e intrascendente para el joven Coronel Bolívar (para la época tenía 28 años), pero eterno para Anita. (10) Camilo Riaño. Op. Cit. Pag. 217

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P Jorge Mier Hoffman11 en su artículo da una versión un poco diferente, en el sentido de que Simón Bolivar y Anita Lenoit se conocieron en una fiesta que el señor Lenoit ofreció, al día siguiente de la llegada al pueblo de la fuerza patriota, en honor de sus oficiales. Como se verá, por el desarrollo de los acontecimientos, esta versión parece ser más creíble. Lo cierto parece ser que esa noche los jóvenes “ … dejaron avanzar en largos silencios la tentación maravillosa de su proximidad, a la cual ella terminó por abandonarse temblorosa como dominada por una fuerza superior y nueva que la deslumbraba … “ . 12 Bolívar y Anita Lenoit

Como consecuencia de este encuentro que, al decir de Mier Hoffman, fue conocido por todo el pueblo, monsieur Lenoit, lleno de vergüenza, botó a Anita de su casa y la familia abandonó la población. Pero esto no lo supo Bolívar en este momento. Teniendo en claro su misión, Bolívar zarpa con destino a Tenerife, aguas arriba de Calamar. Estando en ruta, fondean en un poblado llamado El Piñón, en donde para su gran sorpresa encuentra que Anita lo estaba esperando. Aflora el corazón guerrero de Bolívar, y la conmina a que regrese a su casa, pero ella, por las razones expuestas, no tiene a dónde ir. Mier Hoffman transcribe un diálogo, cuyo origen atribuye a una obra de Cornelio Hispano, y que puede tener más de imaginación que de historia:13 - “ … mi corazón está muerto para afectos; solo palpita por la libertad; ¿ qué pretende al seguirme ?- Le increpa Bolíva - Morir con usted – le contesta la enamorada joven… “. Pero, evidentemente, Bolívar no se lo permitió, y terminado este interludio pasional, continúa su viaje aguas arriba en busca del primer objetivo de su campaña.

La toma de Tenerife Desde un pequeño poblado llamado “El Yucal”, a unos 2 kilómetros de Barranca, y sabiendo que la mayor parte de las fuerzas realistas se habían retirado, Bolívar estima que puede tomar la población, sobre la orilla derecha del río, que otrora fuera una plaza fuerte de los realistas, y que tenía además un importante arsenal En su momento, hubo allí reductos de tropas de diferentes unidades, algunas de éstas provenientes de Santa Marta, que se habían concentrado allí al declararse la independencia de la ciudad de Cartagena:14 Real cuerpo de Artillería Quinta Brigada de artillería de Marina Particulares al servicio de corso en guerra, y paisanos emigrados de Cartagena. (11) Jorge Mier Hoffman. Op. Cit. Pag.1 (12) Indalecio Liévano. Op.Cit. Pag. 101. (13) Mier Hoffman. Op. Cit. Pag. 7. Posiblemente, la obra de este poeta e historiador colombiano (1880- 1962) consultada por Hoffman es la “Historia secreta de Bolívar”

(14) Camilo Riaño. Op.Cit. Pag. 218.

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Batallón Albuera Regimiento fijo de Cartagena. Compañía fija de Cartagena. Regimiento de milicias de La Habana. Compañia de fieles a Fernando VII y compañias de leales de Tenerife.15 El 21 de diciembre de 1812, con un oficial emisario exige la rendición de la población, con ésta amenazante intimación: “A los oficiales de guerra, magistrados y el cabildo de la villa de Tenerife se les intima, por amor a la humanidad y deseo de salvarles la villa de las llamas, a la guarnición de ser pasada al filo de la espada, y a todos los habitantes de ser pillados y tratados como insurgentes, si a ésta intimación no me envían, en el término de 24 horas después de recibido este parlamento, los principales oficiales y magistrados a tratar conmigo del modo de entregar la villa a las armas del estado de Cartagena; pues de lo contrario, están prontas nuestras fuerzas a pasar a tomar ésta plaza, con todo el rigor de la guerra, y tendrá infaliblemente igual suerte que Sitionuevo, el Guáimaro, y el cerro de San Antonio. Yucal, diciembre 21 de 1812. Segundo año de nuestra independencia y libertad. Simón Bolívar, coronel comandante del departamento de Barranca. Este documento tuvo un efecto casi inmediato, pues en las primeras horas del día siguiente las autoridades del poblado dieron respuesta, confirmando que las fuerzas realistas se habían retirado de la población, y que “ … los pobladores desde luego estamos prontos a reconocer y obedecer en todo lo justo a las armas y fuerzas del estado de Cartagena, a cuyo gobierno se entregará la villa y sus habitantes …”.16 Como se puede observar del texto completo del documento, transcrito en el Anexo 1, éste está firmado por 21 lugareños, entre los cuales no se encuentra el alcalde de la villa, y Comandante de una compañía de “leales de Tenerife”, Capitán Ignacio José del Toro, además de que ninguno de los cuales tiene anotación de ser autoridad política o militar, lo que indica que en la villa no había autoridades civiles ni militares, lo cual evidentemente facilitó su rendición. Inmediatamente fue recibida esta comunicación, Bolívar entró a la población y lanzó una proclama en que“ …a nombre del gobierno de Cartagena, y siendo las miras de éste las más liberales y justas con los patriotas y las más severa con los traidores, se ofrece a éste inocente pueblo la más perfecta seguridad en sus personas y propiedades…”, a la par que implanta y da curso legal en la provincia al papel moneda emitido por el gobierno. El texto completo de éste decreto se transcribe como anexo 2. El día 24 de diciembre, Bolívar hizo reunir en la plaza del pueblo a los habitantes, comenzando por sus autoridades, les explicó el funcionamiento del estado de Cartagena, y las ventajas de pertenecer él. Termina su proclama tomando formalmente el siguiente juramento: “ ¿ reconocéis y juráis fidelidad y obediencia al soberano gobierno del estado de Cartagena? Los presentes juraron unánimemente, y para sellar este juramento con las formalidades de la fé católica, se levantó un acta y se firmó por los juramentados, ahora con indicación de su dignidad civil o eclesiástica cuando fuera procedente. El listado de los firmantes se puede consultar en el Anexo 3. (15) La compañías de leales patriotas de Tenerife eran 4, y estaban comandadas por el capitán Ignacio José del Toro, alcalde ordinario de la villa de Tenerife.

(16) Camilo Riaño. Op. Cit. Pag. 219.

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P Algunos de los autores consultados difieren sobre si la toma de la ciudad, tal como la relata Riaño en la Historia Extensa de Colombia fue una acción incruenta, o si por el contrario, hubo combates. Jules Mancini dice sobre el particular: “ … el 23 de diciembre de 1812 envía Bolívar a uno de sus oficiales al comandante español para intimarle que se rinda. Apenas se recibe la respuesta negativa, cuando aparecen los champanes ante Tenerife. Saltan a tierra los republicanos, fusilan a los soldados sorprendidos, los supervivientes huyen en desorden, abandonando la plaza a un enemigo que creen superior en número. La toma de Tenerife, ciudad entonces próspera y rica, en donde se hallaba un pequeño arsenal muy bien provisto, permitió a Bolívar completar su armamento, se alistaron alguna reclutas … “17 Este mismo episodio es relatado por Lino de Iribarren:“ … (Bolívar) envió una intimación amenazadora a los realistas de Tenerife, villa fortificada a la derecha del río, y se dirigió contra ella, llevando su columna embarcada en champanes y canoas. Sorprendidos los españoles y amenazados por una expedición fluvial, que podía cortarlos de su base de Santa Marta, desembarcando más abajo, abandonaron el fuerte situado en un promontorio, el día 23 de diciembre sin intentar resistencia, y se retiraron al Valle de Upar … “18 Por su parte, Liévano Aguirre escribe: “ … Rechazada la propuesta de rendición, Bolívar hizo desembarcar sus tropas en diversos puntos y ordenó el ataque simultáneamente desde todos ellos con el fin de obligar a los sitiados a multiplicar sus defensas y debilitar sus puntos de resistencia. El combate fue muy reñido y sangriento, pero después de algunas horas de lucha los contingentes realistas, temerosos de quedar encerrados en la plaza, escaparon el interior, abandonando la artillería y las pequeñas embarcaciones de guerra amarradas en el puerto”.“19 Como quiera que haya sido la toma de Tenerife constituyó un verdadero acontecimiento en Cartagena de Indias, que tan necesitada estaba de alguna buena noticia en el campo militar; el 31 de diciembre se publicaba en la “Gaceta” de la ciudad:“ …sólo la fama adquirida por nuestras valerosas tropas ha bastado para rendir a Tenerife, la Inexpugnable, como la titulaban nuestros enemigos …”20 La misma publicación hace un resumen del informe rendido por el Cronel Bolívar el mismo 23 de diciembre de 1812, en el que relata las circunstancias de la toma, tal como se mostraron anteriormente, y menciona la actuación de los ciudadanos teniente Juan de Zúñiga, y subtenientes Joaquín Moso, Gregorio Torregrosa y Félix Caicedo, y el Cadete C.Guillín. Por último informa Bolívar que ha nombrado al ciudadano Manuel Trinidad Noriega como corregidor de toda la extensión del cabildo de Tenerife, y da cuenta de que“ … el enemigo, en número de más de 300 hombres de los regimientos de Albuera y Panamá se ha retirado hacia Santa Marta y ha dejado en nuestro poder seis piezas de artillería que bien pronto estarán en estado de servir … “. 21 Puesto que en el informe de Bolívar como comandante victorioso no da parte de muertos ni heridos en sus tropas ni en las del enemigo, se habrá de concluir, que en efecto, la toma de Tenerife fue una acción incruenta, lo cual desde luego no le resta ningún mérito a su audaz planeador y ejecutor, ni la importancia de haber sido ésta la acción inicial de la campaña.

(17) Indalecio Liévano. Op. Cit. Pag. 101. (18) Lino de Iribarren. Op. Cit. Pag. 244 (19) Jules Mancini. Op.Cit. Pag. 444. (20) Camilo Riaño. Op. Cit. Pag. 220. (21) Camilo Riaño. Op.Cit. Pg. 221.

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Continúan Las Operaciones: Plato, Zambrano y Mompós Asegurada la población de Tenerife y reforzadas sus tropas con más hombres, artillería y embarcaciones tomadas al enemigo, el día 24 de diciembre continúa Bolívar río arriba, dispersa las unidades realistas que aún quedaban en las poblaciones de Plato Y Sambrano (Zambrano), y entra sin ninguna resistencia a Mompós, que para entonces ya era una ciudad más importante que Tenerife, y con muchos más recursos. En dicha ciudad, el 27 de diciembre fue recibido cordialmente por el corregidor de la “ciudad valerosa”, don Vicente Celedonio Gutiérrez de Piñeres, quien al frente de una población que se mostró generosa, le suministró a la victoriosa columna, embarcaciones, armas y víveres, amén de numerosos voluntarios, entre quienes se destacaron Pedro Guillín, Juan de Dios Vigil, Pedro Manuel de Nájera, Matías del Villar y Policarpo Germán Ribón; llevaba como mayor general el cartagenero Juan Salvador Narváez.22 Reforzada así su columna, que ahora contaba con unos 500 hombres, y los mejores buques disponibles del lugar, el 29 de diciembre Bolívar zarpa de Mompós río arriba, y el 30 se apoderó de Guamal, que muy poco antes había sido abandonada por una pequeña unidad realista, capitaneada por el capitán Buenaventura de la Sierra. Bolívar está ahora dominando casi todo el bajo Magdalena y está listo para continuar su triunfante campaña, con vistas a la liberación de Venezuela.

El Banco,Tamalameque y Fin de la Campaña En esta forma, Bolívar continúa río arriba; el 31 de diciembre, el comandante español Capmani, cuando supo que los patriotas se hallaban a unas 3 leguas de distancia, evacuó las tres compañías del Batallón Albuera, que comandaba, en total unos 400 hombres, y partió hacia Chiriguaná. Bolívar entonces, entró sin ninguna dificultad a la ciudad el 1º de enero de 1813. Enterado de la dirección que habían tomado los realistas, quienes se hallaban navegando lentamente por la ciénaga de Zapatosa, Bolívar se les adelantó avanzando a marchas forzadas por tierra, siguiendo la orilla occidental de la ciénaga, y deteniéndose en un punto del río Cesar cerca de Chiriguaná, por donde deberían pasar los españoles. Allí los esperaron, y los obligaron a aceptar el combate en condiciones desventajosas. (22) Lino de Iribarren. Op. Cit. Pag. 245

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P En pocas horas de combate, las embarcaciones realistas, atacadas desde las orillas se rindieron, y solamente pudieron escapar dos de ellas, que finalmente fueron también capturadas en un sitio llamado El Paso, a unos 40 kilómetros de Chiriguaná. Solamente se conoce de bajas en las fuerzas patriotas el momposino Encarnación Argumedo. Completada esta nueva e importante victoria, Bolívar emprende el camino de regreso hacia el río Magdalena, y toma a Tamalameque, en donde se hallaba como Comandante el oficial español Capdevila; quien fue el único en escapar. En el combate fueron heridos de gravedad los hermanos, también momposinos Rafaél y Bartolomé Prados.23 Para cumplir con su idea estratégica inicial continúa río arriba, llegando el 8 de enero de 1813 hasta el Puerto Real de Ocaña, en cercanías del actual municipio de Gamarra. Puerto Real había sido ocupado desde el día anterior por una partida de las fuerzas de Cundinamarca, comandada por el Capitán Félix Arellano. Desde Puerto Real, el 13 de enero, Bolívar informaría al Congreso de la Nueva Granada, los resultados de la campaña en el río:“ … Tengo la satisfacción de participar a ustedes que habiendo sido encargado por el gobierno del estado de Cartagena de pacificar los lugares que ocupaban los enemigos en el sur de la provincia de Santa Marta, desde la villa de Tenerife hasta la ciudad de Ocaña, he logrado poner en libertad la navegación del Magdalena, reconquistar toda la parte enemiga, derrotar completamente sus tropas, tomarles 100 prisioneros, muchos oficiales.200 fusiles; la mayor parte de su artillería montada, 5 buques de guerra, sus pertrechos y municiones de boca, y puesto en una vergonzosa fuga las reliquias de El Guamal, El Banco, Chiriguaná y Tamalameque. Bien pronto tomaré posesión de Ocaña. Todas estas operaciones se han ejecutado en término de quince días, lo que suplico a V.S. se sirva poner en conocimiento de SAS.24 En efecto, contrariando lo que preveían los realistas, que Bolívar continuaría río arriba hasta el interior del país, abandona el río Magdalena y se dirige a Ocaña, en donde le fue prodigada un recibimiento de héroe. Pensando, como se dijo, en continuar su campaña hacia Cúcuta y finalmente Venezuela, vuelve a Mompós a esperar allí la llegada de la autorización requerida, la cual había llegado unas horas antes, y el 2 de febrero regresa a Ocaña con más refuerzos y apoyo logístico para iniciar desde allí la operación siguiente a la victoriosa Campaña del Bajo Magdalena que acababa de culminar: sería la denominada “Campaña Admirable”.

Resultados de la Campaña. Los logros detallados por el futuro Libertador en el informe transcrito atrás no describen todo lo que se desprendió de la fulgurante campaña; en primer lugar debe reconocerse que ella fue posible gracias a las operaciones desarrolladas por los Cortés Campomanes sobre las sabanas, la acción de Labatut sobre Santa Marta, y la de Miguel Carabaño sobre Cispatá, que obligaron a las fuerzas realistas a dispersarse en diferentes sitios del río, y finalmente rendirse sin demasiada resistencia. Debe reconocerse igualmente que estas operaciones fueron coordinadas más por el azar que por una inexistente autoridad militar superior de los comandantes ejecutores. Es importante resaltar el hecho de que todos los movimientos debieron ser hechos en contra de la corriente del río, a lo largo de más de 300 kilómetros de riberas inhóspitas y malsanas que no permitieron los movimientos simultáneos de fuerzas de combate por tierra y agua. La propulsión de las embarcaciones, (en realidad champanes y canoas) llamadas pomposamente (23) Lino de Iribarren. Op.Cit. Pag. 245 (24) Camilo Riaño. Op. Cit. Pag. 222

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“buques de guerra”, debió hacerse con fuerza humana pues los primeros vapores que trajo al río el alemán Juan Bernardo Elbers solamente aparecerían 11 años después. Los grandes triunfos, en alguna forma inesperados, para la ciudad de Cartagena constituyeron un respiro que le permitieron organizarse, y revivir su comercio, y en general su economía al ver desaparecida la amenaza de la realista ciudad de Santa Marta. Un punto negro a este respecto fue la actitud de Labatut con esta ciudad, a la que le no le dio el tratamiento de una ciudad hermana, sino de una ciudad ocupada, en la que llevó a cabo, o por lo menos permitió que se cometieran, desmanes y arbitrariedades; no era de esperar otra cosa pues en su origen, como quedó dicho atrás, era un pirata, más interesado en el pillaje que en la libertad de una nación.25 La Campaña del Bajo Magdalena, en 15 días estelares, fue el inicio de la carrera como Comandante militar y como estratega, del joven Coronel Simón Bolívar, quien con la subsiguiente Campaña Admirable para liberar a Caracas, demostraría sus grandes capacidades. Posiblemente sin saberlo, Rodríguez Torices, al recibirlo amistosamente en Cartagena, creer en él, e incorporarlo a las fuerzas de la ciudad, y apoyarlo posteriormente para la Campaña del Bajo Magdalena, le abriría el paso hacia la inmortalidad. La Campaña Admirable, de la cual la descrita anteriormente fue el preámbulo, en realidad se inicia con la toma de Cúcuta el 28 de febrero de 1813. La campaña se inicia con una fuerza de unos 600 hombres, contra un enemigo superior; tras una marcha de 1,200 kilómetros reconquistaría todo el occidente del territorio venezolano, y pondría fuera de combate 5 cuerpos de combate enemigos, además de la incautación de gran cantidad de material de campaña. Libre el occidente de Venezuela, e instaurado un gobierno revolucionario en este país, desaparecería la presión sobre el norte de la Nueva Granada, permitiendo posteriormente dar curso a las operaciones que finalmente liberarían a los dos países.26

Epílogo: de nuevo Anita Lenoit

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Habíamos dejado a Anita Lenoit en El Piñón, el 22 de diciembre de 1812 despidiéndose del joven Coronel Simón Bolívar quien al día siguiente en Tenerife emprendería el camino hacia su brillante futuro; justo es saber también qué le depararía el futuro a la hermosa francesita. Confirmando la validez del dicho de “pueblo chico, infierno grande”, el “chisme” sobre la conducta de los dos jóvenes en la noche de la referida fiesta se regó por todo el pueblo; monsieur Lenoit, como quedó dicho, no soportó esta vergüenza, y la arrojó de la casa paterna.

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(25) Camilo Riaño. Op.Cit. Pag. 224. (26) Editorial Planeta. Op. Cit. Pag. 133 (27) Mier Hoffman Jorge.


P Por lo anterior, cuando Bolívar no le permitió acompañarlo, ella no tenía a dónde ir y debió iniciar un triste peregrinaje por los pueblos de la ribera empleándose como doméstica, o como mesera en las tabernas, haciéndose conocer como la “Madamita”. Durante los siguientes 18 años, Anita le fue fiel al recuerdo de Bolívar y nunca se casó. De alguna manera se enteró a finales de 1830, de que su amado había viajado a Santa Marta, y con un gran esfuerzo hacia allí se encaminó, habiendo llegado alrededor de 18 de diciembre de dicho año, cuando el Libertador ya había fallecido. La bella “Madamita” permaneció cerca del féretro durante la velación del Libertador en la iglesia Catedral de Santa Marta, hasta el momento en que se iniciaron las honras fúnebres oficiales. Hay una leyenda que indica que durante varios años en la tumba de Bolívar en esa ciudad, diariamente aparecían flores frescas que llevaba una mujer desconocida, envuelta en un traje negro, y con su cara tapada, hasta que en cierto momento no precisado, no volvieron a aparecer las flores ni la extraña mujer. Dice también la misma leyenda que años después de la muerte del Libertador, Anita regresó a Tenerife, y que era posible verla, ya convertida en una anciana, relatando inocentemente su idilio, que en la realidad parece haber sido muy corto, pero que para ella fue eterno En el cementerio de Tenerife hay vestigios de una tumba, olvidada por los tiempos, pero que según la tradición local, correspondía a la de Anita Lenoit, tumba que en su momento fue identificada por el Consejo de Historia Naval de Colombia.

Pocos saben que en esa humilde tumba, hoy venida a menos, quedó enterrado para siempre el sueño de amor de la hermosa francesita.

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BIBLIOGRAFÍA 1. De Iribarren Lino. La Campaña admirable. Ministerio de Defensa de Venezuela. Caracas 1963. 2. Editorial Planeta. Historia de la Fuerzas Militares de Colombia. Tomo I. Ejército. Bogotá, 1993. 3. Liévano Aguirre Indalecio. Bolívar. 4. Mancini Jules. Bolívar. 5. Mier Hofmman Jorge. Anita Lenoit. Isla Margarita, Nueva Esparta. Artículo publicado en la Internet. 6. Pastor Petit. Bolívar.Instituto de artes Gráficas, Barcelona, 1963. 7. Riaño Camilo. En la Historia Militar,Tomo XXIV de la Historia Extensa de Colombia.

ANEXOS Anexo 1. Texto de la comunicación de las autoridades de Tenerife al coronel Simón Bolívar, en respuesta a la intimación de rendición. “Al oficio de V.S. del corriente que hemos recibido ahora que serán las ocho de la mañana contestamos y decimos: que en atención a que las fuerzas militares que hallaban en esta villa (considerándose insuficientes para poder resistir en términos de disputar la victoria y llevados del propio amor a la humanidad y que este inculpado vecindario no sufra la desolación de los demás que han padecido)se retiraron todos desde el día 20 próximo pasado, dejándonos verdaderamente libresy expeditos como debe ser el hombre para el uso de sus acciones; luego que a presencia de la mayor parte del pueblo se abrió y leyó la intimación que contiene su citado oficio, juntos de unánime conformidad y con acuerdo de ambos cabildos hemos deliberado hacer presente a V.S. que desde luego estamos prontos a reconocer y obedecer en todo lo justo a las armas y fuerzas del estado de Cartagena, a cuyo gobierno se entregará la villa y sus habitantes, sin que sea necesario procedimiento de invasión guerrera y siempre que en manera alguna se nos hostilice en lo más mínimo como V.S. lo propone; y sin que para ello deba proceder más movimientos ni demostración que la franqueza con que podrá V.S. marchar por éstas riberas cuando y como le convenga, bajo la garantía que firmemente le protestamos todos los que aquí firmamos. Dios guarde a V.S. muchos años. Tenerife, diciembre 22 de 1822. Firman:Francisco del Rosario del Campo, José Barne de Oyala, Mateo Bruno de Urquizo y Barros, Pedro Aniceto de León, Pablo Antonio Núñez, Camilo José del Toro, José Miguel Polo, Francisco Antonio Moz, Francisco Solano Ballestas, Tomás José Alfaro, Santiago de León Cecilio Dueñas, Francisco Altamar, Valerio Moscote, José Gregorio de Arce, Cristóbal Núñez, Blas de la Candelaria Gómez, José Ignacio de León, Manuel Muñoz, Sotelo Gallardo, Juan Nicolás Ballestas. Señor coronel comandante del departamento de Barranca.

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P Anexo 2. Texto de la proclama del coronel Simón Bolívar, al entrar a la población de Tenerife, el 23 de diciembre de 1812. “ … El ciudadano Simón Bolívar, coronel de ejército del estado independiente de Cartagena y comandante en jefe de las tropas de Tenerife, etc: a todos los vecinos de esta villa, estantes y pasajeros hago saber que habiendo felizmente tomado posesión de esta plaza, a nombre del gobierno de Cartagena, y siendo las miras de éste las más liberales y justas con los patriotas y las más severa con los traidores, se ofrece a éste inocente pueblo la más perfecta seguridad en sus personas y propiedades. Con ésta inviolable garantía podrán presentarse todos los que prófugos y errantes anden por los campos, temerosos de ser perseguidos, sin que se entienda que ésta protección pueda ser quebrantada por ninguna causa o pretexto. Como el gobierno de esta villa depende absolutamente del de la capital de Cartagena y debe nivelarse en todas sus partes por el de aquella provincia, ordeno y mando que, sin excepción de persona, todo el mundo está obligado a recibir el papel moneda garantizado por el Estado con fincas de más valor que el de la cantidad que corre. Y para que llegue a noticia de todos y ninguno alegue ignorancia, mando publicar por bando este decreto a estilo de guerra.” Tenerife, 23 de diciembre de 1812. Año 2º de la independencia. Simón Bolívar.

Anexo 3. Firmantes del acta de juramento de fidelidad al estado de Cartagena, el 24 de diciembre de 1812en Tenerife. Los señalados con un asterisco (*) fueron firmantes también del documento de rendición, según el Anexo 1. Mateo Bruno de Urquizo y Barros. (*)Cura Vicario. José Nicomedes de Fonseca Mesa. Cura Vicario de El Plato.28 José de Jesús Alemán. Cura de El Morro. José Miguel Polo. (*) Presbítero. Felipe Bartolomé de Oyala. Cura Vicario del partido de Magangué. Manuel María del Toro. Acólito. José María Portillo. Regidor. Sebastián José de Ospino. Alcalde pedáneo de El Plato. Sebastián Canuto de Fonseca y Mesa. Comisario de Barrio. Pablo Antonio Núñez. (*)Alcalde de cuartel. Joaquín Mariano de Peña, Tomás Bustos, Manuel Muñoz, Camilo José de Toro (*), Andrés José Jiménez, Francisco Altamar(*), Casimiro Antonio Araque, Francisco Solano Ballestas (*), Valerio Moscote, Enrique José de Olaya, Tomás José Alfaro (*), José Gregorio de Arce, Francisco Antonio Moscote (*), José Escolástico Martínez, Emeterio Jiménez, Eulalio Villafañe, Cristóbal Núñez(*), Manuel Ordóñez, Eugenio José de León. Pedro Aniceto de León(*), como procurador síndico “firmó por los que no sabían hacerlo”. 15


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