Pañol de la Historia # 40

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Fasc铆culo No. 40

ISSN 1900-3447

Direcci贸n de Acci贸n Integral Armada Nacional


Presentación A los marinos de Colombia se dedica este trabajo de investigación sobre la historia naval, plasmado en crónicas que resumen las hazañas de aquellos que combatieron por todas las causas, navegando cargados de ilusiones y tiñendo el mar con su sangre. Los PAÑOLES DE LA HISTORIA, son un homenaje al pasado que como el mar, es infinito e inescrutable, pretendiendo rememorar la historia, convirtiendo la pluma en espada, los argumentos en un cañón y la verdad en un acorazado. Agradezco al señor Almirante Álvaro Echandía Durán, Comandante de la Armada Nacional, la deferencia de mantener la edición de estos resúmenes. Este trabajo desea llevar el mensaje de la historia a aquellos hombres de mar y de guerra, que fueron arrullados por las olas y embriagados con su encanto. JORGE SERPA ERAZO Vicepresidente del Consejo de Historia Naval de Colombia

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Breve recuento histórico y anecdótico de los primeros 70 años de la Armada Nacional

Por: Almirante Orlando Lemaitre Torres / 01-004 Aun cuando hemos leído mucho de la Armada, de calificados autores como los Señores Capitanes Enrique Román Bazurto, Julio César Reyes, Vicealmirante Eduardo Wills y otros que se me escapan en el momento, yo me he atenido a mis propios recuerdos, aún cuando verifiqué algunos datos de nombres y fechas, con los Almirantes Héctor Calderón, Rafael Grau, Guillermo Uribe y el Capitán Enrique Martín Salazar. También he seguido un orden cronológico, con énfasis en la relación de nuestras unidades mayores. Aquí presente veo mucho de los oficiales retirados que comandaron o integraron la dotación de varias de esas Unidades, a los que ruego de antemano disculparme de cualquier “lapsus” que pueda cometer.

I BUQUES DE LA ARMADA EN 1934 En el año de 1934, terminado el conflicto con el Perú, regresaron a Cartagena y Puerto Colombia los transportes Cúcuta, Boyacá y el Pasto, este en su condición de “alquilado”, fue devuelto. El Cúcuta fue enviado a los Estado Unidos para su adecuación como Buque de la Escuela Naval de Oficiales y Cadetes, como fue designada inicialmente. El Capitán de Navío Ralph Douglas Binney, quien llegó a Colombia por vía comercial pocos días después del núcleo de la misión naval, fue designado Comandante del Cúcuta, por lo cual viajó a Estados Unidos en donde se efectuó el relevo del cargo. Después de contratar un personal para completar las dotaciones de Oficiales y tripulantes regresó a Cartagena en donde se terminaron las obras de adecuación para los Cadetes, obras que se realizaron bajo la dirección del ingeniero alemán Reinaldo Pashket de grata recordación, quien desde entonces y por muchos años quedó incorporado a la Armada, como ingeniero constructor y diseñador naval.

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A mediados de 1935, quedaron completados los trabajos y así, los nuevos Cadetes seleccionados, 2 por cada Departamento, 5 por Bogotá, 1 por cada Intendencia y completando y sobrepasando, el cupo fijado, hasta 41, por 4 Grumetes seleccionados de la recién fundada Escuela de Grumetes, mas un Grumete designado a dedo, que no terminó los estudios, que habían sido dados de alta por Decreto promulgado en el mes de abril y que solo llegaron a Cartagena, los del interior, por ferrocarril desde Calamar, y que se presentan a bordo del MC Cúcuta el día 3 de julio de 1935, fecha acogida posteriormente, como el “Día de la Escuela” a falta de una disposición legal que la creara como tal. Es decir la Escuela Naval inició sus labores y sigue laborando, sin haber sido creada. A principios de 1937 se incorpora el 2º Contingente de Cadetes Navales; el 11 de noviembre de 1938 se graduaron como Guardiamarinas los primeros 25 Alféreces, que integraron la Primera Promoción de Oficiales Navales; en junio de 1939 se gradúan 9 Guardiamarinas más, del Primer Contingente que conformaron la Segunda Promoción de Oficiales. En enero de 1941 la Escuela es trasladada, después de 6 años a bordo del Cúcuta, a las instalaciones en tierra, en Boca Grande en donde hoy está la Infantería de Marina, y se incorpora el tercer contingente. La Escuela permanece en Boca Grande hasta el año de 1961, cuando es traslada a las aún inconclusas instalaciones de la Isla de Manzanillo. Hoy después de 44 años, sigue laborando en sus modernas instalaciones y confiamos en Dios que siga así por muchos y muchísimos años y por siempre jamás. Volviendo al Cúcuta, a partir de 1941 es dedicado a efectuar, como buque mercante, viajes esporádicos a Panamá, Nueva Orleáns y por último al trasporte de sal de Manaure a Cartagena y Buenaventura, contribuyendo esto a acelerar su deterioro, hasta el año de 1948, cuando el Gobierno Nacional le asignó el transporte de materiales, piedras, vehículos y elementos con destino para la construcción del aeropuerto internacional “General Alfredo Vásquez Cobo” en Leticia. A principios de ese año, el Cúcuta que había zarpado en pésimas condiciones de navegabilidad, tuvo que regresarse a la altura de Punta Canoas debido a las averías sufridas por haber tocado fondo en el bajo llamado “uñas de gato”, que le causó una vía de agua apagándole las calderas y dejándolo al garete y hubo que remolcarlo cuando ya estaba muy próximo al colapso muy cerca a los bajos de “Isla del Tesoro”. En mayo del 48 zarpó nuevamente, a pesar del concepto negativo de la Misión Naval Americana y sin certificación del LLOYD, debido a su precario estado de conservación. La orden del zarpe dado por el Comando de la Armada fue refrendada por el Presidente de la República. El 20 de julio arribó a Leticia, en donde con grandes dificultades e inconvenientes, efectuó el descargué del material. Allí sin combustible y prácticamente acabado, terminó sus días de servicio a la Armada. Años mas tarde fue vendido como chatarra, en el puerto de Leticia, lugar en donde estaba y como estaba. Ahora, en cuanto al Boyacá, a su regreso del sur, fue destinado como Escuela de Grumetes teniendo como base a Puerto Colombia, la cual fue fundada e inició labores a mediados del año de 1934 con 60 Grumetes. Su Comandante y Director fue el Capitán de Navío, alemán, Erich Richter. Muy pronto y por terminación de su contrato el Capitán Richter regresó a Alemania y la Escuela fue trasladada a bordo del Mosquera en el mismo Puerto. Poco después, a bordo del Mosquera, es trasladada a Cartagena, y en 1938 al edificio en Boca Grande, que después ocuparía la Escuela Naval, y mas tarde al antiguo edificio de la Infantería de Marina, en lo que hoy son las instalaciones del Museo Naval. La Escuela de Grumetes fue trasladada en el año de 1944 a Barranquilla, lo que dio motivo a la protesta de la ciudadanía de Cartagena por medio de las

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llamadas “Jornadas de Abril” durante la cual las damás mas distinguidas de la ciudad y la ciudadanía en general, se declararon en huelga y permanecían durante largas horas del día en protesta permanente en la Plaza de la Proclamación, con fogosas intervenciones de líderes cívicos y políticos como A. Romero Aguirre. Braulio Henao B y Eduardo Lemaitre Román, hasta cuando el Ministro de Hacienda, Carlos Sanz de Santamaría en representación del Presidente Alberto Lleras Camargo y después de varias conversaciones finalmente, en un discurso en la Plaza de la Aduana, los “caramelió” con promesas y bonitas palabras para que terminaran su protesta logrando el apaciguamiento y que poco a poco volviera la tranquilidad a la ciudad. Y así, después de más de 10 días de protestas y en los que hasta sacaron en procesión a San Pedro Claver, finalmente la Escuela de Grumetes fue trasladada a Barranquilla. El “Boyacá” fue traído a Cartagena y permaneció fondeado y deteriorándose hasta cuando finalmente el buque fue vendido por la suma de US $ 50.000.00, ésta operación fue atacada violentamente en el Congreso de la República causando con ello la caída y relevo del Ministro de Guerra. A los Oficiales nos pareció una muy buena operación. Con los anteriores, también arribaron entre otros buques, el “General Mosquera”, Buque Insignia del General Alfredo Vásquez Cobo, designado por el Presidente Dr. Enrique Olaya Herrera, Comandante en Jefe de la Expedición Punitiva, que habría de rescatar el Puerto de Leticia de las fuerzas asaltantes peruanas. Al regreso de esta unidad a Cartagena fue utilizada inicialmente como alojamiento de la Escuela de Grumetes, pero su deterioro, por falta de mantenimiento, fue notorio y hubo que desalojarlo y así encontró su final. Los restos yacen a la vista de propios y extraños, frente a Castillo Grande. Su lujosa dotación de muebles y vajilla fueron de gran valor. La gran mesa de comedor de Oficiales y sus veinte sillas, fueron trasladadas al comedor de la Escuela Naval, hasta su traslado a las instalaciones de Manzanillo. Otros dos buques, adquiridos durante el Conflicto, el “Bogotá” y el “Córdoba”, antiguos transportes de pasajeros y barreminas respectivamente quedaron inactivos y posteriormente fondeados frente a la isla de Manzanillo. Allí se hundió el “Bogotá” y el “Córdoba” sirvió de blanco y fue hundido en un ejercicio de tiro desde el Destroyer “MC Antioquia” por nosotros los Cadetes de la primera promoción, durante el cual se perdieron varios disparos por error en cálculo de la distancia, ya que esta era muy difícil obtenerla debido a que se tomaba por medio del telémetro estereoscópico de la unidad, y para operar este instrumento se requería poseer una vista especial; este ejercicio fue filmado para una película de la Escuela Naval, por los hermanos Acevedo – pioneros de esta industria en Colombia –Estas 3 últimas unidades mencionadas – “Mosquera”, “Bogotá” y “Córdoba”, utilizaban el carbón o leña como combustible para sus calderas. También regresó del Amazonas, el Cañonero “Mariscal Sucre”, adquirido en los Estados Unidos y que había sido un yate para uso en aguas interiores y para el cual se consideró como un acto heroico, teniendo en cuenta sus características, su travesía desde los Estados Unidos hasta el Amazonas. Su regreso a Cartagena fue encomendado al Capitán Colombiano Carlos Fallón, quien arribó a Cartagena arbolando unas velas adaptadas que le funcionaron

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adecuadamente. En el año 1941 fue asignado a la Escuela Naval para instrucción y entrenamiento. Yo fui inicialmente designado como su Comandante, además de mis funciones como Oficial de planta y profesor de navegación de la Escuela. Efectuamos frecuentes salidas al mar, Golfo de Morrosquillo, Isla Fuerte y Barranquilla. Por último debo mencionar al Buque-Tanque “Cabimas” que acompañó como tal la expedición hasta el río Amazonas. Esta Unidad prestó sus valiosos servicios hasta los años 50, cuando ya prácticamente no podía navegar. La entrada por Bocas de Cenizas, en invierno, era casi imposible pués no podía subir contra la corriente. Su último viaje de Coveñas a Cartagena, duró 5 días debido a los apagones y mal estado en general. Fue un buque “noble”.

II DESTROYERS “MC CALDAS” Y “MC ANTIOQUIA” Antes de terminar el conflicto con el Perú, en los primeros meses de 1934 arribaron a Cartagena los recién adquiridos nuevos destroyer el “MC Caldas” y “MC Antioquia”, traídos por la Misión Naval Inglesa, unos 250 hombres entre Oficiales y tripulantes contratados para los efectos. Como Jefe de la Misión y Comandante del grupo venía el Contralmirante Basil O. Bellsalter, quien izó su insignia en el “MC Antioquia”. La misión fue específicamente contratada por tres años para tripular las dos unidades y preparar y adiestrar al personal colombiano, de Oficiales, Clases y Marinería, que en ese entonces prácticamente no existía. A pocos días de su arribo a Cartagena, las Unidades debidamente aprovisionadas, zarparon rumbo al Pacífico, listas para enfrentar a las fuerzas de mar peruanas, pero sucedió que una vez cruzado el canal de Panamá y haber entrado al Pacífico, les llegó la información que la paz se había firmado, por medio del llamado “Protocolo de Río de Janeiro de Amistad y Cooperación entre los dos países”. Los buques después de efectuar su visita oficial a Buenaventura y Tumaco, regresaron a Cartagena. Con el inicio de la segunda guerra en 1939 los pocos Oficiales y tripulantes ingleses que aún permanecían en Colombia tuvieron que regresar a prestar sus servicios a su patria. Fue así como quedaron tripulados los Destroyer por Oficiales y tripulantes Colombianos. Los primeros Comandantes Colombianos fueron el Capitán de Corbeta Carlos Fallón del “MC Caldas” y el Teniente de Navío Maximino Rodríguez del “MC Antioquia”. Estas Unidades fueron los pilares fundamentales de nuestra institución. Desde nuestra graduación, tuvimos la ocasión de prestar nuestros servicios abordo y seguir recibiendo la educación y la instrucción naval de la oficialidad inglesa, que supieron inculcarnos los principios morales y profesionales de nuestra carrera en lo social, la etiqueta era el fuerte de ellos. Ejemplo: en puerto, para el almuerzo todos los Oficiales debían estar en la Cámara antes del Comandante quien llegaba pocos minutos antes de las 12m. En las horas de la tarde, solo en los días de deporte se permitía permanecer en la toldilla en bermudas hasta las 18:00 horas, después de las 18:00 los que permanecían abordo debían estar en uniforme blanco completo (marinera abierta, camisa y corbata) y el Oficial de Guardia en mess-jacket. Si se quería ordenar un aperitivo, había que esperar al Comandante, quien era el que lo ofrecía y pagaba. Al Comandante no se le podía brindar o corresponder. (Esto hasta cuando se dieron cuenta que habían unos “avivatos” abordo que eran asiduos asistentes).La actividad de los destructores trascurrió normalmente y no recuerdo de ninguna clase de ejercicio que hubiesen efectuado conjuntamente En el año de 1940 siendo Presidente de la República el doctor Eduardo Santos y de visita en Santa Marta, estando presentes, fondeados en la bahía, el “MC Cúcuta” y los dos destructores, se dispuso del traslado del Señor Presidente su Señora y la Comitiva a Riohacha, a bordo del Cúcuta, al mando del Capitán de Fragata Froilán Valenzuela y para ser escoltado por el “MC Caldas” al mando del Capitán de Corbeta Carlos Fallón y el “MC Antioquia” por Capitán Ralph Binney. El zarpe se efectuó en horas de la noche y así fue que una vez fuera de la bahía y tomado

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posición los barcos, llegó la orden de virar hacia el norte, azotados por fortísimo viento y navegando a diez nudos. El Cúcuta seguido por el Antioquia hicieron el viraje, pero el Caldas no pudo, o mejor, no se atrevió a hacerlo, resolviendo de por si, virar a babor y poner la popa al viento. Esto le costó a su Comandante el traslado y prácticamente su carrera. El personalmente no había sido apreciado por los oficiales ingleses. Ya iniciada la guerra, desde antes de Pearl Harbor y el Caribe y la Costa Oriental norte americana infestada de los implacables submarinos alemanes, los dos Destroyers fueron enviados a reparaciones en Norforlk, Virginia., comandados por los TN Rubén Piedrahita el Antioquia, y Antonio Tanco el Caldas. Viajaron independientemente a pesar de estar viendo día a día los buques incendiados averiados o hundidos, a todo lo largo del recorrido, especialmente a la altura del cabo Hatteras, ya que el Teniente Tanco no quiso reconocerle su antigüedad al Teniente Piedrahita (no supe nunca si hubo sanción, pero sí que el teniente Piedrahita era y fue mas antiguo) posteriormente se relevaron en dos ocasiones como Directores de Marina (Comandantes de la Armada.) Ya en 1942 con los EEUU en guerra y Colombia también, después del hundimiento de las Goletas Sanandresanas, Resolute y Roamar, se le asignó a los destructores, la escolta en el atlántico, de nuestro único petrolero, el Cabimas, que venia y continuó efectuando el trasporte de combustible a Buenaventura, a unos seis nudos de velocidad, por lo que esta misión resultaba pesada, costosa y tediosa, y en éstas condiciones se desarrolló el episodio del Caldas, cuando un Submarino alemán fue hundido a la altura del Golfo del Darién en el año de 1944.A partir de 1954 los destructores fueron sometidos a reparaciones y modernización, inicialmente por el Departamento Técnico de la Base Naval a cargo del CF Ricardo Azuero y posteriormente en Mobile Alabama, en donde permanecieron siete meses. A su regreso de Mobile, en 1955, el Caldas estando a unas 30 millas de Cartagena, fue golpeado y barrida su cubierta por una enorme ola que lo hizo escorar, dicen, que hasta más de 45 grados, volviendo milagrosamente a estabilizarse. Perdieron la vida arrastrados por la ola, el Teniente de Fragata Jaime Martínez Diago, tres SubOficiales y cuatro Marineros, de éstos, finalmente uno apareció en las playas de Mulatos. El marinero Luis Alejandro Velasco, después de 10 días de haber caído al mar y afortunadamente encontrar y asirse a una balsa volteada y en la que se mantuvo todos esos días sin agua ni alimentos. Lo recogieron completamente extenuado en las playas de Mulatos y prontamente fue trasladado al Hospital Naval. Gabriel García Márquez logró entrevistarlo, a pesar de las restricciones tomadas, y publicar algunas crónicas en el Espectador y mas tarde dio origen al libro “Relatos de un Náufrago”. La Armada rechazó indignada algunas afirmaciones degradantes expresadas por el escritor, desde que empezó sus relatos en El Espectador. Al año siguiente del percance, en 1956 los dos Destructores viajaron a Norfolk a participar en unos ejercicios combinados. En el viaje de ida el Antioquia tuvo serios problemas técnicos por lo que a su arribo a aquella Base fue sometido, junto con el Caldas, a una minuciosa inspección. Antes de conocer el resultado de ella, salieron los buques a participar en los ejercicios conjuntos, pero debido al coletazo del huracán FROCI, que tuvieron que afrontar, nuevamente el Antioquia tuvo serias dificultades de gobierno y de estabilidad y en consecuencia se vio obligado a maniobrar por más de 24 horas, antes de arribar a la Base. Fue esto un verdadero caso de emergencia y zozobra, que gracias a la experiencia y pericia de su Comandante, el Capitán Jaime Parra Ramírez se logró superar. Una vez en puerto fue conocido el concepto dado por la comisión inspectora que decía: “Estos buques han sido modificados en su estructura transversalmente y con la falla del casco y de las cuadernas, se hallan en grave peligro de perder la popa, en caso de encontrar oleaje muy severo” Sin embargo, afortunadamente y a pesar que se dio más que “mar fuerte” no sucedió lo pronosticado. Fue la última operación de las dos unidades, nuestros flamantes destructores “MC Caldas” y “MC Antioquia”, que finalmente fueron después de 24 años retirados del servicio en 1961.

III FRAGATAS “ARC ALMIRANTE PADILLA” La Fragata Almirante Padilla fue recibida y acondicionada en el puerto de New Orleáns (Base Naval, Algiers) en donde se efectuó el afirmado del pabellón y después de dos meses de entrenamiento en Norlfolk, arribó a Cartagena el 17 julio de 1947 y la unidad fue asignada como Buque Escuela para entrenamiento de Cadetes y Grumetes. Su primer Comandante fue el Capitán de Corbeta Juan A Pizarro García Esta unidad fue construida en 1944 y dotada de modernos equipos antisubmarinos, y así con sus equipos de sonar, radar, ecosonda, loran, su CIC y dotación y énfasis en el control de averías e incendio, con rieles lanza cargas y artillería, con 3 cañones de 3.50, 2 a proa y uno a popa, y 5 de 20 mm 2 ametralladoras antiaéreas de 40 mm. a sus

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costados, vino a renovar nuestros escasos conocimientos sobre el empleo que los nuevos instrumentos de navegación y la táctica naval. Fuimos los oficiales, los primeros en conocer y entrenarnos en operar esos equipos; en conocer lo que era un libro de organización, la rosa de maniobra, la estanqueidad y clasificación de sus puertas y escotillas. Nuestros Destroyers, ya obsoletos con apenas 10 años de diferencia con la nueva unidad, pero ésta con una extraordinaria tecnología desarrollada apresuradamente durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, específicamente en este tipo de unidades diseñadas para la guerra antisubmarina, ante el acoso y perjuicios ocasionados en los convoyes aliados. La Padilla como Buque Escuela, efectuó su primer crucero internacional con la Escuela Naval ese mismo año, de 1947, por el Caribe visitando los puertos de Curazao, La Guaira, Kingstown, La Habana y San Juan de Puerto Rico. Su Comandante y jefe de embarque fue el Capitán Juan A Pizarro. En septiembre de 1948 inició su segundo crucero de entrenamiento para asistir en Sevilla, España, a la celebración del séptimo centenario de la Marina de Castilla. Como jefe de embarque viajó el director de la Escuela Naval, Capitán de Corbeta Jorge Pardo y de Comandante de la unidad el Capitán de Corbeta Hernando Berón Victoria. Su tercer crucero internacional con la Escuela fue a Montevideo para asistir al Sesquicentenario del nacimiento de JOSÉ ARTIGAS, precursor de la independencia de Uruguay, en septiembre de 1950, con visitas a su regreso a Buenos Aires y Rio de Janeiro. Como jefe de embarque fue nombrado CFCG Demetrio Salamanca Jefe del Estado Mayor con rango de jefe de misión y embajador extraordinario ante el gobierno Uruguayo. De director de la Escuela viajó el CCCG Luis M Riveira, y yo, con el grado de TNCG, era el Comandante de la Unidad, ambos, el Director y el Comandante con calidad diplomática. Ese mismo año de 1950 viajó la fragata al Japón, destinada a prestar sus servicios bajo bandera de las Naciones Unidas a participar en la Guerra de Corea, integrando la Fuerza de Tarea operando en el área. La Padilla comandada por el Capitán de Corbeta Julio C Reyes C. operó desde mayo de 1951 hasta el mes de enero de 1952, y tuvo destacadísima actuación, que le valió elogiosos conceptos y merecidas menciones de honor.

“ARC CAPITÁN TONO” La Fragata Capitán Tono, fue adquirida en Yokosuka, Japón y entró a remplazar a la Padilla. La tripulación de La Tono había viajado desde Cartagena al Japón en un buque transporte americano y su primer Comandante fue el CCCG Hernando Berón V., habiendo participado en las operaciones de guerra desde febrero de 1952 a enero de 1953. La Tono regresó de Cartagena al Japón y cumplió su segundo periodo de operaciones de febrero de 1952 a enero de 1953 y su Comandante fue el Capitán de Corbeta Jorge Taua Suárez.

“ARC ALMIRANTE BRION” Ya para terminar su primer periodo, la Capitán Tono, el Gobierno Nacional adquirió, también en Yokosuka, de la flota de reserva de la marina americana, una nueva Fragata que fue bautizada como “Almirante Brion”, cuyo Comandante fue el CCCG Carlos Prieto Silva y sirvió durante el periodo comprendido entre junio de 1953 y abril de 1954, la que a su vez fue remplazada por la “Capitán Tono” para cumplir su segundo periodo. Esta a su vez fue remplazada por la “Padilla” que cumplió su segundo periodo de operaciones de enero a diciembre de 1955, siendo comandada por el CC Darío Forero González. Las Fragatas tuvieron destacadísima actuación como integrantes de las unidades navales en Corea y para nosotros, la Armada significó entrar de lleno a la operación de nuestras unidades, dentro de las nuevas normas introducidas por la nueva tecnología y el desarrollo de las operaciones propias de la guerra en el mar, en el teatro de operaciones.

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Los entrenamientos recibidos por el personal de las tripulaciones y el inmediato ejercicio de ellas, fueron la base fundamental en la capacitación de nuestros hombres para su posterior desempeño en las futuras modernas unidades de la Armada. Hasta principios de los años 70 a excepción de La Padilla, cuyo insuceso en junio de 1964, puso fin a su fructífera y honrosa vida, cuyas cubiertas pisaron muchas generaciones de nuestros hombres de mar en entrenamiento y operaciones, fue nuestro buque insignia por excelencia y su perdida fue llorada por la Armada y toda Colombia.

IV DESTROYERS “ARC 20 DE JULIO” Y “ARC 7 DE AGOSTO” Al iniciarse la década de los 50 gobernaban, en el Perú, al General Odría, y en Venezuela al General Pérez Jiménez. En Colombia el doctor Laureano Gómez Puede decirse que más que un acercamiento amistoso entre esos dos países, existía en realidad una alianza estratégica, con un intenso intercambio entre sus FFMM. Cuando en agosto de 1952 se afrontó el caso de “Los Monjes”, Colombia solo contaba con dos Fragatas; la Padilla y la Tono, ésta aún en las aguas de Corea y solo regresaría en 1953. Para el año 1952 el Capitán de Navío Rubén Piedrahita, siendo Director General de Marina (Comandante de la Armada) presentó ante el Estado Mayor Conjunto, siendo su jefe el General Gustavo Rojas Pinilla, un estudio en que mostraba las capacidades de las tres Armadas (Colombia, Venezuela y Perú), y en realidad el Estado Mayor acogió el estudio y sirvió para establecer la situación de las otras fuerzas. Ya en 1954 en el Gobierno del Teniente General Rojas Pinilla, estando de Comandante de la Armada, el Capitán de Fragata Jaime Erazo Annexy, este insistió en la idea de adquirir en el exterior nuevas unidades de Guerra, con el fin de por lo menos equilibrar el Poder Naval de la Nación, con sus vecinos. El proyecto fue aceptado por el gobierno y se procedió a la licitación que comprendió a los EEUU y varios países de Europa, para finalmente seleccionar a Suecia para la construcción de dos Destructores de la clase Halland. La clase Halland contaba con dos torres dobles Bofors de 120 mm, para tiro antiaéreo y de superficie, de 45 disparos por minuto. Los dos Destroyers denominados inicialmente “13 de Junio” y “7 de Agosto” estarían dotados de 3 piezas dobles de 120 mm y además 4 torres de 40 mm; equipos de control de tiro y radar de procedencia holandesa; 4 tubos lanza torpedo y un lanza misil a proa. Sus otras características fueron: desplazamiento 3.300 toneladas; velocidad 35 nudos (en las pruebas realizadas entre la boya del Golfo de Morrosquillo y la Isla del Rosario; el tacómetro del puente marcó 34.3 nudos. (Yo tomé la foto del recuerdo) Su dotación de personal era de 20 oficiales y 225 tripulantes. Operaban normalmente con unos 15 oficiales y 140 tripulantes. De acuerdo con los programas preestablecidos el personal viajó a Suecia, Holanda e Italia, a medida que se adelantaban los trabajos.

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Pero el 10 de mayo de 1957 cayó el Presidente Rojas, quien fue reemplazado por la Junta Militar de Gobierno (los quíntuples). El General Gabriel Paris como Presidente y los Generales, Deogracias Fonseca, Rafael Navas Pardo y Luis E. Ordóñez Quintero, del Ejército y el Contralmirante Rubén Piedrahita Arango, de la Armada Nacional, quienes terminaron el cuatrenio, y fueron elegidos Presidentes Constitucionales por medio de un plebiscito (que se realizaba por primera vez en Colombia). A la Junta Militar, la sucedió el 7 de agosto de 1958, el presidente Alberto Lleras Camargo. Hay que hacer un recuento de la situación que tocó afrontar por el cambio de Gobierno, porque prácticamente las obras iniciadas por el General Rojas Pinilla, fueron suspendidas. Las FFMM fueron las más perjudicadas. Entre esas obras paralizadas, para la Armada hubo 2 muy importantes: las de la Escuela Naval de Manzanillo y las de los destroyers Suecos. Ya casi para terminarlos, retardaron y suspendieron algunos de ellos tanto en el “7 de agosto” como en el “20 de julio” (ex “13 de junio”, que debía ser entregado de primero), como fueron las pruebas de máquinas y de la artillería. El embajador en Suecia era el Contralmirante Julio C. Ayala y la Armada siendo su Comandante otra vez, el Contralmirante Juan A. Pizarro, resolvió enviar (1957) al Capitán de Navío Hernando Berón, como interventor o intermediario, para tratar con los astilleros Suecos, y lograr alguna solución para la entrega de los buques, y su re-financiación. Sin embargo, fue necesario que viajaran en 1958 a Gotemburgo, el Ministro de Hacienda y Delegado de la Federación de Cafeteros, Doctor Jaramillo Arbeláez y el Embajador Ayala para previo compromiso de los Cafeteros y del Gobierno Nacional, accedieron a entregar los buques. Finalmente el “20 de Julio”, construido por los astilleros Kokums de Malmoe, fue entregado y el afirmado del Pabellón se efectuó el día 20 de julio de 1958, en el puerto de Malmoe, estando presentes el Ministro de Hacienda, el Embajador Ayala y el Capitán Berón. Su Comandante fue el Capitán de Navío Jorge H. Berrío, quien había permanecido en aquel país, algo más de 4 años como Jefe del Programa de Entrenamiento “Firpo” para Oficiales y Suboficiales. El Capitán Berrío tuvo la oportunidad de navegar y hacer pruebas de artillería y ejercicios de zafarrancho, etc. en el Báltico durante un mes aproximadamente, para después zarpar, tomando la ruta de las Azores, finalmente arribó a Cartagena a finales del mes de septiembre de 1958. Yo había sido enviado como Comandante del 7 de Agosto, junto con el 2º Comandante Francisco Romero, ambos con el grado de Capitán de Fragata y habíamos llegado a Gotemburgo a finales del mes de junio (pude asistir el mismo día de mi llegada a ver jugar por el tercer puesto por la copa del Mundial entre Francia –los vencedores- y Alemania). Por estar demorado el Siete, fuimos autorizados, el 2º y yo, a embarcarnos en el 20 de julio, mientras estuvo en entrenamiento y después permanecimos abordo, hasta el puerto de El Ferrol del Caudillo, en España, con escala en El Havre –Francia-. Al regreso de España, tuvimos que esperar en Gotemburgo hasta el 7 de diciembre del 58, fecha en la cual se realizó la ceremonia del afirmado del Pabellón, con asistencia del Embajador, Contralmirante Ayala y del Capitán Berón. Se hicieron 2 salidas a pruebas, en la primera regresamos remolcados, por falla en el sistema eléctrico, hicimos una segunda prueba con buenos resultados. El 15 de diciembre, para iniciar abordo las novenas del Niño Dios, se elaboró una magnífica y grande estrella que fue izada en el mástil la que, como todo el buque, fue profusamente iluminada. Fue motivo de admiración ya que en aquellas latitudes no se acostumbra. El 25 de diciembre zarpamos hacia Cartagena, con escala en El Havre, y el Ferrol, en donde recibimos combustible, lo mismo que había hecho el 20, pues en España nos habían recibido, en depósito, el combustible enviado desde Colombia en el Buque-Tanque Sancho Jimeno y que en Suecia no nos lo recibieron en depósito y hubo que permanecer el Buque casi 6 meses en el puerto sin dejar traspasar nada al 7, hasta después de recibido éste. Hicimos escala en Funchal, Isla Madeira- y en Isla de Cabo Verde, ambas portuguesas.

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Llegamos a Cartagena y fue mi primer atraque del buque, el 19 de enero de 1959 y fuimos recibidos por el Presidente Lleras Camargo, quien recorrió el buque y al firmar el Libro de Visitantes, escribió estas palabras: “He visitado el 7 de Agosto y quiero dejar el testimonio de la gratitud del pueblo y del Gobierno con la Fuerza Naval que tiene la misión de volver el espíritu y los ojos de los colombianos, hacia un mar olvidado por siglos”. La 1ª dotación de Oficiales, además de su Comandante y del Segundo, ya mencionados, fue integrada por aquellos que ya se encontraban en Suecia e Inglaterra, haciendo cursos o entrenamiento: Ingeniero Jefe, CC Manuel García Bernal, quién alcanzó el grado de Capitán de Navío; Jefe del Departamento de Armamento, CC Eduardo Meléndez Ramírez Q.E.P.D. quién fue Vicealmirante, Jefe de Operaciones, el CC Alberto Ramírez Posse Q.E.P.D., quién alcanzó el grado de Contralmirante; El Teniente de Navío Rafael Pizarro Barreto; el Teniente ingeniero Alfonso Calderón quién se retiró de CC para navegar con la Flota Mercante por bastantes años; El Teniente Enrique Román Bazurto, se retiró de Capitán de Navío, y fue Profesor de la Escuela Naval, Historiador, miembro de la Academia de Historia de Cartagena con muchos libros escritos como “Proas en tres mares”; “Vicisitudes de la Escuela Naval Colombiana”, entre otros; Teniente Hernando Camacho Landínez quien se retiró del servicio con el grado de Contralmirante; y los Tenientes de Corbeta ingenieros Ignacio Solís V, Cesar López y Miguel Silva, quienes llegaron de la Escuela en Inglaterra. Estas Unidades, fueron consideradas como de la más alta tecnología en su tipo y de mayor capacidad de fuego. Sin embargo ellas adolecieron de fallas en detalles y especificaciones. Fue así como en el mismo año de su llegada en 1959, hubo que llevar las 2 unidades a dique en San Juan-P.R. para efectuarles, un carenaje y el cambio de zines, ya que la corrosión estaba acabando con el casco y los ejes. Estos trabajos se efectuaron por cuenta de los astilleros pues, estaban en garantía. En el año de 1964 pocos meses después de recibir el comando de la Armada, los buques fueron enviados a Baltimore a reparaciones mayores, ahí si que fue “contra viento y marea”, ya que el ministro de Guerra, puso toda clase de obstáculos, para la partida presupuestal adicional que se requería. Lo último fue cuando no quiso aprobar la dotación reducida que le fue presentada y que ya habíamos promulgado en Cartagena, con el visto bueno del Comandante General, Los buques debían zarpar un lunes a la 09:00 horas, pero el viernes en la tarde el General Rebéiz, llamó para devolverme la nómina. Pero sin la aprobación del Ministro. Al explicarle que ya los barcos estaban listos, me autorizó para hablar directamente con el Ministro, a quién hablé y me contesto dándome una cita en el despacho, para el lunes a las 8 de la mañana. Cuando el ministro no había llegado a las 8, llamé a Cartagena para autorizar el zarpe a la hora prevista, y que sólo el Comandante de la Armada podía dar una contra-orden. A las 9 y 30 me recibió el Ministro, para decirme que debía cambiar un número de suboficiales por grumetes, que salían más baratos y podían hacer el mismo oficio. Finalmente cuando ya yo estaba que me rajaba, me aprobó la nómina. Así era él.... Después de las 11 de la mañana, se ordenó proseguir la navegación a la velocidad adecuada.... En esta ocasión se le cambiaron los 4 generadores Paxman, pues como desde el principio se vio, eran insuficientes. Diez años más tarde hubo que volver a mandarlos a los EEUU a costosísimas reparaciones mayores, siendo Comandante de la Armada el Almirante Alfonso Díaz Osorio. Sin embargo, de poco sirvió este gran esfuerzo económico, pues los buques no estaban construidos para operar y aguantar este clima y la salinidad del Caribe. Los buques fueron retirados del servicio, poco después de 1980. Tuvieron un triste final sin completar los 25 años de servicio. DESTROYER “ARC ANTIOQUIA” II DD 01En enero de 1961 fue recibido por la Armada el nuevo “ARC Antioquia”, transferido por el gobierno de los EEUU, esta unidad de la clase Fletcher, construida en 1943 se distinguieron por sus capacidades operativas, maniobrabilidad y velocidad. Su participación en las Unitas fue altamente eficiente y siempre elogiadas por los Comandantes de las Fuerzas de Tareas. Fue desactivado en el año de 1974.

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De su primera dotación recuerdo a su Comandante, Capitán de Fragata Eduardo Wills O. quien fuera después Vicealmirante y Segundo Comandante de la Armada. Como Segundo Comandante fue el Capitan de Corbeta Guidberto Barona quien alcanzó el grado de Almirante y Comandante de la Armada. La silueta del Antioquia identifica la especialidad de superficie en los Oficiales y Suboficiales de la Armada; inicialmente también fue utilizada en los pisa corbatas y mancornas que se usaban con el uniforme negro.

V DESTROYERS TRANSPORTE Y ESCOLTA DT “ARC ALMIRANTE PADILLA” Después de la lamentable y lamentada pérdida de la Fragata “Almirante Padilla” pensamos de inmediato buscar la manera de reemplazar esa unidad. En efecto, pocos días después tuve la oportunidad y obtuve directamente del Presidente Guillermo Valencia, su entusiasta autorización para gestionar la nueva. Fue así como, ocho meses más tarde, en el mes de octubre de 1965 se incorporó el nuevo Destructor-transporte el D.T. ”ARC Almirante Padilla”, la que se consideró una valiosa adquisición, dadas sus capacidades y características, ya que además de su capacidad en el transporte de tropas, contando con 4 Barcazas para desembarco, poseía equipos y velocidad para operar en la guerra antisubmarina. Para recibir ésta unidad fue nombrado de Comandante el Capitán de Corbeta Héctor Calderón Salazar; su 2º comandante fue el Teniente de Navío Manuel Avendaño, quién se desempeñaba entonces, como edecán del Presidente y quién prefirió éste ofrecido cargo, antes que un curso al término de su período como edecán, en agosto del año siguiente. Al igual que su Comandante, alcanzaron el grado de Almirante y fueron Comandantes de la Armada; Oficial de Operaciones fue el Teniente Germán Rodríguez Quiroga, quién ocupó más tarde, como Contralmirante, los puestos de Director de la Escuela Naval y Comandante de la Fuerza; el Teniente Alvaro Campos, quién fuera Comandante de Fuerza Naval del Atlántico y Comandante de la Fuerza Naval del Pacífico y 2º Comandante de la Armada con el grado de Almirante; el Teniente Sergio García fue Director de la Escuela Naval y Almirante, Comandante de la Armada; el Teniente Sergio Oliveros fue Contralmirante, Comandante de la Fuerza; y el Teniente Gilberto Roncancio, quién como Contralmirante, Director de la Escuela Naval y con el grado de Vicealmirante, Inspector General de la Armada. De su tripulación también para mencionar al Contramaestre, Jefe Técnico Crispiniano Henao, quién como grumete, nos recibió en el Cúcuta en 1935. Por mucho tiempo el Jefe más antiguo en el escalafón de Suboficiales. Años mas tarde ésta unidad fue protagonista del primer incidente, con la marina venezolana, en aguas territoriales, entre los días 26 de marzo y el 10 de abril de 1971, en el Golfo de Coquivacoa, siendo su Comandante el Capitán de Fragata Noel Ardila Pinilla. En ésta ocasión, el “hostigamiento” por parte de los venezolanos, con submarinos, unidades de superficie y aéreas, fue evidente y durante dos días de angustias y zozobra se mantuvo el buque en el área, en condición de zafarrancho de combate y con orden de disparar en caso de agresión. La Padilla permaneció 14 días fondeados en el lugar, mientras se tramitaba la reclamación diplomática que tuvo resultados positivos y la Padilla recibió orden de regresar a puerto, no sin antes haber recibido excusas de parte del Comandante de la Escuadra Venezolana. El ARC “Almirante Tono”, relevó a la Padilla. D.T “ARC ALMIRANTE TONO” Esta Unidad como la “Almirante Padilla”, fue adquirida en el año de 1967 y transferida del Gobierno norteamericano, y fue entregada en 1968 en la Base Naval en Boston, Mass. En donde le efectuaron todos los trabajos de acondicionamiento y alistamiento para su entrega y afirmado del Pabellón. Aun cuando era el reemplazo de la “Capitán Tono” ésta fue bautizada como la “Almirante Tono”, aduciendo el Contralmirante Oscar Herrera Rebolledo, de la equivalencia de grados, ya que el Capitán Tono había sido ascendido al grado de General de Marina, después de la batalla del Golfo de Maracaibo en donde participó como Jefe del Estado Mayor. Su primera dotación de Oficiales fue: Comandante el Capitán de Fragata Guillermo Uribe Peláez, quién fue Contralmirante Director de la Escuela Naval y Vicealmirante, 2º Comandante de la Armada; 2º Comandante, el Capitán de Corbeta Rafael Martínez Reyes, posteriormente Contralmirante y Director de la Escuela Naval; Ingeniero jefe el Capitán de Corbeta Guillermo Ruán, quién alcanzó el grado de Vicealmirante y el cargo de DIMAR; el teniente de fragata Juan Gaitán posteriormente Vicealmirante y el cargo de JOLA; y como Jefe Técnico, Maestro de Armas, el recordado suboficial, Carlos Eleuterio Palomino. Esta Unidad fue desactivada a finales de los años 70.

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D.T. “ARC CORDOBA” Adquirido también en 1968. Su primer Comandante fue el Capitán de Corbeta, Enrique Martín Salazar. Como 2º Comandante fue el Teniente de Navío Edgar Garay Rubio quién mas tarde, como contralmirante sería CFNA, y después 2º Comandante de la Armada y Almirante, Comandante de la Armada Nacional; de Ingeniero Jefe fue el C de C Santiago Hinestrosa; Jefe de Operaciones, el Teniente de Navío Jorge Garavito, Q E P D.; Jefe de Armamento, el Teniente de Navío Carlos del Castillo. Estando en aguas del Pacífico en 1969, como consecuencia de un terremoto en el Chocó, al Córdoba le tocó actuar en Bahía Solano, que fue afectada, prestando asistencia médica y ayudas y colaboración a los afectados de la población civil. Me contó el Capitán Martín que estando la unidad de visita en la Isla de Gorgona, la tripulación fue invitada a jugar un partido de fútbol con los presos, pero cuando llegaron a la cancha, ellos se negaron a jugar por que le habían metido, no un gol, sino un compañero al calabozo. Jugaron entonces con los guardas y ganaron, apoyados como era lógico por la barra de los presos. Menos mal que no jugaron contra ellos... Esta Unidad después de desactivada, fue trasladada a Bogotá y se encuentra en el Parque de Jaime Duque, como buquemuseo. D.T. “ARC BRION” También adquirida en la década de los sesenta, en calidad de “material sobrante” y prácticamente sin costo alguno. Fue reactivado y convertido en buque-hospital ya en Colombia, habiendo prestado benéficos servicios como tal a lo largo de nuestro litoral Caribe. Terminó su vida encallado en las Costas de la Goajira en 1972. D.T. “ARC SANTANDER” Este buque fue construido durante la II Guerra Mundial y posteriormente modernizado. Fue adquirido por el Gobierno Nacional en 1973. Estos 5 buques antes mencionados fueron construidos, al igual que las tres primeras Fragatas, durante la Guerra entre los años 1941 y 1944. Estos fueron desactivados a medida en que su sostenimiento, fue accesible al Presupuesto de la Armada y también teniendo en cuenta la construcción y arribo de las nuevas unidades de construcción alemana. D.E. “ARC BOYACÁ” Aun cuando fue adquirido en 1972, un año antes del “Santander”, dejé para mencionarlo de último, al Destroyer escolta “Boyacá”, porque su construcción data del año de 1956, ya en la post-guerra. Esta Unidad contaba con muy potentes equipos de Sonar. Le llamaban, según me dijo el Almirante Grau, y tiene por que saberlo, “Un casco con sonar”. Su dotación de Oficiales fue: Comandante, el Capitán de Fragata Rafael Grau Araujo, posteriormente CFNA, 2º Comandante de la Armada y Almirante, Comandante de la Armada.; 2º Comandante el C.C. Jaime

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Aranguren: Ingeniero Jefe el C de C Guillermo Ruán, ya mencionado como Vicealmirante; Jefe de operaciones fue el Teniente de Navío Edgar Romero Vásquez, posteriormente Contralmirante CFNA y después Almirante Comandante de la Armada. Esta Unidad, después de desactivada, fue trasladada a una represa cercana a Medellín con la idea de acondicionarla y ponerla a flote, como atracción turística. Hasta la fecha no lo han hecho.

VI BUQUES PETROLEROS Al iniciarse la década de los años 60, las FFMM y en particular la Armada, atravesaban una marcada crisis, que yo denominé como la época de las “Vacas Flacas” y que era una consecuencia del cambio de Gobierno o transición del llamado Gobierno de las FFMM del General Rojas Pinilla (las “Vacas Gordas”) al Gobierno civil o democrático que eligió como Presidente, al Dr. Alberto Lleras Camargo. El presupuesto que asignaba el congreso a las FFMM, alcanzaba a duras penas para el sostenimiento del material y sueldos del personal. Los destroyers suecos acababan de llegar al país y su mantenimiento se hacía muy difícil y peor para la adquisición de los costosos repuestos para sus equipos europeos, no contaban como las Fragatas y el Destroyer Antioquia, con el apoyo o soporte de los americanos. Así mismo la (afinación) de los unos y de los otros, es decir de las unidades de la Fuerza Naval, fue reducida de tal manera que obligó casi a su paralización, causando con ello, una gran molestia en el personal embarcado. Llegó al extremo de manifestarse brotes contra la disciplina de descontento, tanto de grupos de Suboficiales como de Oficiales. Me tocó sufrir esta situación primero como Director de la Escuela para cuyo traslado a Manzanillo solicité viendo el abandono total en que se encontraban las nuevas instalaciones construidas hasta el momento. El traslado fue autorizado, pero sin asignar un solo peso para ello. Hubo que trasladar los viejos muebles y enseres y completados, aprovechando mi condición de Comandante de la Guarnición, disponiendo algunos traslados, como fue la mitad de los elementos con que contaba el nuevo Coliseo de la Base; las lacas y otros elementos de los recién desactivados Caldas y Antioquia. El techo de la caseta de las balleneras, fue cortado y también trasladado. La casa de CFNA no se habitaba debido a su mal estado, y algunos de sus muebles fueron trasladados a la Dirección de la Escuela y creo que aún algunos, como los de cuero “repujado” y la “vitrina”, existen en el despacho del Director. Una vez instalada la Escuela, al año siguiente, fui trasladado al Comando de las Fuerza, encontrando la situación de los buques y del personal ya descrita. En diciembre de 1962 fui ascendido a Contralmirante, después de efectuar por 6 meses y todavía de CFNA, el curso de altos estudios y trasladado como JONA (2º Comandante). Desde ese momento me fijé como meta primordial, y así se lo manifesté al Comandante, solucionar el grave problema que afectaba al personal, tanto en lo operacional como en lo social, es decir, conseguir los medios para operar los buques y para el bienestar del personal que prácticamente estaba en cero. Para esa fecha, la Armada contaba con 2 buques tanques, el Blas de Lezo con capacidad de transportar 10000 barriles y el Sancho Jimeno de 30000. Estaban destinados al transporte de combustible a Buenaventura y al apoyo a la Fuerza Naval. El transporte se hacía más, como un apoyo a las compañías distribuidoras, que con sentido comercial. Sus producidos no se canalizaban hacia un destino determinado.

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Considerando que había encontrado el filón o la veta que necesitaba, encaucé esos producidos y se renovaron los contratos en mejores condiciones y con compromisos en el cumplimiento de los itinerarios y cantidades mínimas a transportar, no solo de fuel oil, sino también de refinados. Ya en 1965 se adquirieron el “Mamonal” para reemplazar el “Sancho Jimeno” y similar a este, adquirido también en los EEUU y poco después el “Coveñas” adquirido en Holanda. También fue adquirido el “Antonio de Arévalo”, que fue vendido años mas tarde en 1969, en Sásebo, Japón, cuando estaba destinado al transporte de trigo, debido al alto costo de reparación de los daños sufridos, como consecuencias de haber capeado durante 2 días, un ciclón, todavía cerca de las Filipinas desde donde se dirigía al Japón. Por último fueron recibidos en Cartagena, los dos buques tanques construidos por la Real Sociedad Española, en Cádiz, España, primero el “Barrancabermeja” el 4 de Agosto de 1966 por el Presidente Guillermo León Valencia, tres días antes de hacer entrega del cargo y el “Tumaco” posteriormente a finales del 1967. Ya con estos buques, la mayoría de ellos se dedicaron, convertidos en graneros, primero a importar trigo de los EEUU para el ICA y más tarde, transportarlo a Valparaíso, Chile, a pedido de ese Gobierno. Finalmente se hicieron viajes de los EEUU a Filipinas, Japón y China. Por razones fiscales el Comando de la Armada decidió poner fin a la flota petrolera a partir de 1967, para, en Diciembre de 1970 terminarla con la venta de los dos buques Españoles a un astillero Sueco. Saliéndome del tema central y para cerrar el Capitulo la Flota Petrolera, quiero mencionar los logros obtenidos entre los años de 1964 a 1967, en cuanto a proporcionar bienestar al personal que fue uno de los objetivos prefijados. En Cartagena, se urbanizó la parte norte de la Isla de Manzanillo, en donde no se había previsto la utilización de esos terrenos, y se construyeron inicialmente 70 a 80 casas para oficiales, trayendo de Alemania, en el Arévalo, las líneas telefónicas ya que la empresa de Cartagena se negó a instalárnoslas; en el barrio de Crespo se adquirieron los terrenos en donde fueron construidas 120 casas para suboficiales, y también el destinado al club de suboficiales que fue construidos más tarde. Además se construyeron dos jardines infantiles para hijos de suboficiales y dos puestos de salud, dando inicio a este servicio, en Crespo y Blas de Lezo. En Barranquilla se construyeron 12 casas para Suboficiales; en Bogotá, 10 casas para suboficiales, una casa para JONA (solo existían las tres viejas casas en la 45) y dos edificios para vivienda de Oficiales; En Leguízamo, Orocué, así como en los recién instalados puestos en San Andrés y Tumaco se hicieron mejoras y mantenimiento en las viviendas y alojamientos del personal. Considero importante dar a conocer, creo que a la mayoría de ustedes, la solución que se le dio a las instalaciones de la Infantería de Marina en Bogotá. Hasta el año de 1964 la Infantería de Marina, que sólo constaba de una escasa Compañía destinada exclusivamente a prestar el servicio de guardias, en las residencias de los pocos Oficiales Superiores de planta en Bogotá. Para ese año, con un pequeño aumento de Infantes, se entró a prestar con las otras Fuerzas, el servicio de las guardias en el Ministerio. El alojamiento de éste personal estaba ubicado en unas pequeñas e incómodas instalaciones en la Avenida El Dorado, de propiedad de los Salesianos, quienes nos las habían facilitado y que cada 6 meses llamaban a pedir que se las devolviéramos. Buscando posibles soluciones, ya que el Ministro nos había negado cualquier posibilidad de facilitarnos instalaciones, y por el contrario, nos dijo que regresáramos el personal a Cartagena, encontramos, por indicación de un cura salesiano, que esos terrenos en donde hoy están las instalaciones, estaban desocupados, y averiguando, se supo que pertenecían al Municipio de Bogotá. Encargué al entonces Teniente-Coronel Jorge Sánchez, después de hacer las averiguaciones del caso, buscar la forma de aproximarse a algún o algunos Concejales y a la Presidenta, María Eugenia Rojas, que tenía el 70% de los concejales. Después de unas idas y venidas y de mostrarles los alojamientos en que se encontraban y además algunos almuerzos y traguitos en El Tequendama, todo dentro del mayor sigilo, se logró que el Concejo Municipal aprobara la donación de los terrenos, dentro del sector llamado “Bosque Popular”, al Gobierno Nacional, Ministerio de Defensa con destino a los Cuarteles de la Infantería de Marina. Para la firma de la Escritura, por el Ministro, General Revéis y la Presidente del Concejo. María Eugenia Rojas, logramos que se efectuara en el despacho del Ministro y que del Concejo, además de la Presidenta, asistiera una pequeña comisión de Concejales y que el Ministro fijara la fecha y hora. Voy donde el Ministro, lo pongo en conocimiento del asunto, lo que no le gustó mucho por no haberlo informado antes, pero me dice que está bien, que al día siguiente a las 11:00 horas. Regreso a mi despacho se confirma con el Concejo y se hacen los arreglos del caso, para brindar una copa. Bueno, el General como que comentó con alguien, pués me llamó ya tarde, a

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preguntarme quién era el Presidente del Concejo y yo le contesté que María Eugenia. Me dijo que el no recibía en su despacho a María Eugenia, que era también la Jefe de la oposición al Gobierno y punto. Yo debí haberlo previsto, pués ya le había llamado la atención al Coronel Sánchez, pués me habían informado que lo habían visto con María Eugenia, en el carro oficial, plenamente identificado en esa época, con placas y por los colores. A esa hora ya no había nada que hacer y ya por la mañana tuvimos la suerte de saber que María Eugenia no podía asistir o de pronto lo vislumbró y que lo haría en su nombre, el vice-presidente del Concejo, Jaime Bogotá Marín. No se me olvida su nombre, pués fue mi salvación ya que yo no sabía cómo iba yo a decirle a María Eugenia. Además, el Sr. Bogotá como el resto del grupo, era todo un toma trago. La cosa no paró ahí, pues cuando fui a avisarle al Ministro que estábamos listos, me contestó que no recibía sino al Notario y al Presidente. Me tocó volver al Despacho y decirle al Coronel Sánchez que se quedara con ellos y que les destapara champaña y los atendiera. Al fin se firmó la Escritura, y al regresar encontré que la fiesta estaba armada... Se procedió inmediatamente a construir las Instalaciones con capacidad inicial para un Batallón, en donde hoy se encuentra ubicado el “Batallón de Infantería de Marina # 1, de apoyo de servicios para el combate”

VII BUQUE ESCUELA “ARC GLORIA” Todos los aquí presentes conocen la historia de la adquisición y vida del GLORIA. Saben que desde su arribo a Cartagena el 11 de noviembre de 1968, ha efectuado año tras año, su crucero de instrucción para los cadetes y guardias-marina que esperan ansiosos y expectantes que les llegue la fecha de su turno de embarque. La Armada guarda con gratitud el nombre de su Interventor y Primer Comandante, Vicealmirante Benjamín Alzate Reyes Q E P D, que supo cumplir con entusiasmo, profesionalismo y carácter, la misión que se le había encomendado. Todavía, siendo Comandante del Gloria, le correspondió, en el año de 1970, el crucero de la primera vuelta al mundo.

VIII FLOTILLA DE SUBMARINOS Terminada la década de los años 60, terminaron también mis servicios a la Armada y con ellos, llegan hasta allí mis recuerdos y mis vivencias. Ahora para terminar mi recuento, me atengo especialmente a los relatos que me han proporcionado algunos de lo protagonistas y algo en la bibliografía de la historia de la Armada. De todas maneras esto es el presente que la mayoría de ustedes están viviendo y conocen mejor que yo. Por eso he considerado que una mera relación de los hechos es suficiente para solo recordarles algunas, de las que ya hoy son efemérides de la Institución. A principios de los años 70, la Armada consciente de la necesidad de incorporar el Arma Submarina, al igual no solo, que nuestros vecinos de los 2 mares, sino que en todas las Marinas de Guerra del mundo entero, inicia planes de instrucción para el personal de la Armada que debía integrar sus tripulaciones. Inicialmente se enviaron oficiales a las escuelas del Brasil y España y más tarde a la del Perú. El plan se inicia con la construcción en Cartagena de 4 lanchas submarinas clase “Charriots”, llamadas Delfines y designadas como Alfa, Bravo, Delta y Eco de capacidad para dos “Comandos” cada una, y en seguida se continuó con el ensamblaje de 2 submarinos tácticos, el ARC Intrépido y el

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ARC Indomable, que fueron incorporados a la Armada en el año de 1973, en el mes de abril el primero, y en junio el segundo. La tripulación de estos submarinos estaba compuesta por el Comandante, un 2º Ingeniero y tres suboficiales. Además llevaban 4 Comandos-tripulantes y dos “Delfines” adheridos. Sus primeros Comandantes fueron: el Teniente de Navío Rafael Díaz Russi en el Intrépido, y el Teniente de Navío Pablo Martínez en el Indomable. El 6 de Noviembre de 1973 se efectuó la 1ª inmersión con personal colombiano, a bordo del Intrépido y esa es la fecha que se escogió como día de la Fuerza Submarina. IX PLAN TRIDENTE En el año de 1972 se inicia la construcción de 2 submarinos oceánicos en los astilleros en Kiel, Alemania Occidental, actuaron como interventores los Capitanes de Corbeta Carlos Barraza Ojeda y Jorge Cadena Mutis, contando para su tripulación con el personal previamente seleccionados con estudios de especialización en Alemania. El 19 de junio de 1974 fue bautizado el ARC Pijao, siendo su primer Comandante el Capitán de Fragata Carlos Ospina Cubillos y después, el 9 de diciembre lo fue ARC Tayrona, y su primer Comandante el Capitán de Fragata Edgar Garay Rubio, quien como mencioné antes, fue más tarde Comandante de la Fuerza Naval del Atlántico y Almirante Comandante de la Armada. Características: eslora 56 mts, velocidad sobre 20 nudos; 8 tubos lanzatorpedos; propulsión eléctrica y una dotación de 7 oficiales y 27 tripulantes. El mantenimiento oportuno de estas unidades, han sido garantía para el cumplimiento de sus operaciones y es así como en sus 40 años de servicio, siempre han obtenido los mejores resultados y las mejores calificaciones en sus operaciones tanto nacionales como internacionales, como en las Unitas y otras.

X FRAGATAS MISILERAS Finalizando los años 70, la Armada de Colombia se encontraba en relación con la de sus vecinos, en similares condiciones de inferioridad a las que se presentaban en el año 54, Gobierno del General Rojas Pinilla, ya que para esa fecha, nuestros destroyers Suecos, no solo se consideraron obsoletos, sino que su mal estado de conservación no garantizaban su empleo en operaciones navales. Fue así como en enero de 1980 el Gobierno del Dr. Julio César Turbay aprobó el plan Neptuno, para la adquisición de 4 Fragatas Misileras en el astillero Howald- Werke en Kiel, Alemania Occidental. El 31 de noviembre de 1983 se efectuó la ceremonia del afirmado del pabellón de la primera fragata, la ARC Almirante Padilla, # 51, tercera unidad con este nombre y a la ceremonia asistieron el Ministro de Defensa y el Comandante de la Armada Vicealmirante Tito García Mota, además de los funcionarios de la Embajada de Colombia. Su primer Comandante fue el Capitán de Navío Luis F. Díaz Correa; la segunda Fragata, la ARC Caldas, # 52, segunda con este nombre, fue incorporada a la Armada el 28 de enero de 1984 y su primer Comandante fue el Capitán de Navío Roberto Serrano Avila, más tarde, Almirante y Comandante de la Armada; el 10 de abril de 1984

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fue afirmado el pabellón nacional a bordo del ARC Antioquia, # 53, segundo también de este nombre y su primer Comandante fue el Capitán de Navío Hugo Bermúdez; y la ARC Independiente # 54,fue la cuarta y última fragata é incorporada el día 26 de junio de 1984. Su primer Comandante fue el Capitán de Navío Jorge Beltrán. Entre sus principales características son de mencionar su propulsión, que no son calderas sino motores diesel, MTU. Sus torres dobles automáticas de 40mm, además de un cañon de 76 mm OTOMELARA sus dos montajes cuádruples de mísiles SSM Exocet HH40y sus excelentes equipos electrónicos de radares, de control de armas, navegación y comunicaciones. Cada una lleva un helicóptero multipropósito. En sus 20 años de servicio, estas unidades han prestado servicios eminentísimos, en las operaciones internacionales, antisubmarinas y antiaéreas y además una de ellas, la ARC Caldas estuvo involucrada en el segundo incidente del Golfo de Coquivacoa, del 9 al 15 de agosto de 1987. Hasta aquí hago el recuento Histórico Anecdótico sobre las Unidades Mayores, que han integrado nuestra Armada, a lo largo de los últimos 70 años.

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