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“La experiencia minera de San Juan es un caso de éxito”
Riqueza geológica, políticas de estado y articulación público-privado han consolidado a San Juan como destino de inversiones. El abordaje a cargo de Mario Hernández, Presidente de la CMSJ.
Cómo definiría el atractivo de San Juan para la comunidad inversora que se dará cita en PDAC?
A lo largo de los años, la provincia de San Juan ha mostrado políticas de estado sólidas que han permitido la llegada de capitales y el consecuente desarrollo de la actividad minera; en ese entorno, algunos proyectos han podido recorrer toda su cadena de valor, desde tareas exploratorias iniciales hasta la entrada en producción, previo paso por otras instancias como factibilidad y construcción.
En este sentido, la riqueza geológica de San Juan es ampliamente conocida, con un subsuelo rico en metales preciosos, sumado al cobre con lo que significa para la transición energética. En un futuro no muy lejano, la provincia de San Juan se puede presentar como un potencial polo cuprífero, con muy buenas expectativas desde lo económico y lo social. En materia de metales preciosos, el proyecto Hualilán muestra un avance sostenido y constante. Asimismo, me permito un espacio especial para los minerales industriales como el caso de la cal, donde la provincia es el principal productor -con trascendencia nacional e incluso internacional-, sumado a otros productos como cuarzo, mica y feldespato. Particularmente con la cal sanjuanina, cuya calidad es ampliamente reconocida, tiene un uso amplio para el tratamiento del agua, el desarrollo de los procesos asociados al cobre y al litio, entre múltiples aplicaciones.
La combinación entre políticas de estado y riqueza geológica, han situado a San Juan como la principal jurisdicción latinoamericana para la radicación de inversiones mineras, ello sobre la publicación de la última encuesta anual por el Fraser Institute, que representa uno de los termómetros por excelencia para mostrar cuán atractivo –o no- puede ser un país, o provincia.
Atento a su comentario respecto al cobre, ¿cuál es el estado de situación de San Juan respecto al metal rojo?
Si queremos alcanzar un planeta más limpio, sostenible y sustentable para las generaciones presentes y futuras, es preciso cumplimentar con las metas que llevan a una menor incidencia de los combustibles fósiles, permitiendo que la electromovilidad gane un espacio cada vez mayor: un ejemplo por excelencia es el caso de un vehículo eléctrico, el cual requiere de 20 kilogramos de cobre.
Las repúblicas de Chile y Perú, que comparten la misma cordillera que Argentina, representan cerca de un 40% de la oferta cuprífera mundial, y en ese sentido se presenta una oportunidad excepcional para nuestro país, y para San Juan en particular. Y sobre ello refiero a que la provincia cuenta con cuatro pórfidos de cobre, algunos de ellos con mayor grado de desarrollo como el inicio de la construcción de Josemaría, y otros en etapas avanzadas como los casos de Pachón, Azules, y Altar en el departamento Calingasta, y Filo del Sol en el departamento Iglesia, este último en las cercanías de Josemaría. Todos los emprendimientos nombrados gozan de un avance significativo a través de los diferentes anuncios que realizan los respectivos operadores, los que se traducen en una importante demanda de Capital Humano, proveedores de bienes y servicios, e impacto fiscal que explican un crecimiento económico y social.
Los principales analistas coinciden en que habrá un déficit de cobre medido en varios millones de toneladas de aquí a menos de una década: el ritmo de consumo crece rápidamente, y la oferta no puede seguir el ritmo de la demanda. Para acortar ese faltante, no es suficiente con expansiones de centros en producción existentes, sino que se requiere de nuevos proyectos, y San Juan se presenta con un portfolio por demás atractivo.
¿Se puede hablar de un antes y un después de San Juan de la mano de la actividad minera?
Por supuesto. La provincia de San Juan ha cambiado a lo largo de estos últimos 25 años con motivo de la actividad minera. Y ello se ve cotidianamente, con el impulso del día a día de cada uno de los habitantes de la provincia: trabajadores ligados directa e indirectamente con la minería, y también aquellos que no tienen relacionamiento con la industria. Ello es consecuencia del efecto cascada generado por el efecto económico de la minería; por lo tanto, es inevitable que el impacto le ha llegado a todos.
Además, quisiera informar sobre un capítulo aparte, y no menor, que es la contribución fiscal de la industria minera de la provincia de San Juan, que tributa el 55% como concepto de impuestos totales sobre las ventas de oro, con un 85% de esta cifra en impuestos nacionales incluyendo exportaciones, y el restante 15% destinado a provincia y municipios en forma conjunta. El 35% de las ventas de oro representan costo total, y el restante 10% corresponde la rentabilidad con la cual se tienen que financiar sucesivas campañas exploratorias para extender la vida útil de la mina. Considero que estas cifras muestran a las claras que la minería aporta a la economía nacional, provincial y municipal.
Volvamos al cobre, ¿cuáles son las perspectivas y proyecciones de San Juan respecto a este metal?
En la Cámara Minera de San Juan contamos con un grupo de trabajo denominado La Mesa del Cobre, donde hemos realizado una proyección del impacto económico y social en la provincia a lo largo de 40 años, asumiendo que cuatro proyectos cupríferos podrían iniciar su construcción y producción en el transcurso de una década.
Algunas de las conclusiones incluyen:
La exportación de US$3.000 millones anuales a partir de 2030
Generación de una dinámica económica de más de US$30.000 millones en diversos agregados de valor en bienes y servicios durante 4 décadas
Posibilidad de que San Juan pueda incorporar desde la década 2023-2033 alrededor de 20.000 puestos de trabajo directos y cerca de 80.000 puestos indirectos permanentes por construcción de minas, sin contar obras e infraestructura necesarias (caminos, energía, etc.)
San Juan podría generar una dinámica productiva de sustentabilidad para seguir desarrollando el sector agrícola, ganadero, turístico, TIC, energético renovable, industrial.
Los próximos proyectos, particularmente asociados al cobre, servirán para consolidar aún más la minería en la provincia.
¿Cómo se prepara San Juan en cuanto a RR.HH. y proveedores para este escenario?
San Juan posee una experiencia positiva con la construcción y puesta en marcha de Veladero, Gualcamayo y Casposo. Esa trayectoria aplica no solo a los RR.HH., sino también a los proveedores de bienes y servicios. Hablamos de una provincia madura en términos mineros: existen trabajadores con experiencia en seguridad, cuidado del medioambiente, manejo de equipos, y operatividad de proyectos. Además, es bueno nombrar el esfuerzo llevado a cabo por el Gremio de la Construcción para capacitar personas para una instancia que requerirá de miles de personas.
Y, en el caso de los proveedores, se ha creado una masa crítica de relevancia, con casos exitosos no solo en San Juan, sino que también se han trasladado a otras provincias, e incluso a nivel internacional.
¿La experiencia minera de San Juan es exportable?
Considero que la experiencia minera de San Juan es un caso de éxito, el cual se ha mantenido a lo largo de los años. Aquí se conjugan geología, RR.HH., una sólida red de proveedores, políticas de estado, participación de organizaciones gremiales, articulación entre públicos y privados donde participan los miembros de la Mesa de la Productividad (Unión Industrial de San Juan, Cámara de la Construcción, Cámara de Exportadores y Cámara Minera de San Juan), entre otros actores. Sin duda alguna que siempre existe espacio para mejora, y se debe trabajar para generar una aún mejor calidad de vida para todos los sanjuaninos.