Autobiografia qué elegir

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Benemérita escuela normal “Manuel Ávila Camacho” Licenciatura en educación preescolar

Autobiografía Alumna: Paola Rodríguez Rodríguez Asignatura: El sujeto y su formación profesional como docente Maestra: Aneli Galván Cabral


¿Qué elegir? Si, es una pregunta difícil. Decidir cómo nos vestiremos tal día, tener que elegir solamente 1 de 2 pares de zapatos cuando ambos nos gustan por igual o cuando no sabemos a qué lugar ir a pasear un fin de semana, en cualquier aspecto el hecho de tomar decisiones se torna algo complicado y por lo general cualquier decisión tomada trae consigo algún tipo de responsabilidad, de igual manera sucede cuando se ha llegado el momento de elegir qué carrera estudiar, ésta es una decisión difícil en la que influyen diversos factores que no son únicamente los que se presentan días, meses o incluso pocos años antes de tener que tomar tal decisión, sino factores que son determinantes desde edades tempranas, Jiménez Lozano nos da a conocer que “algunos expresan la elección provocada por el gusto y el deseo de trabajar con niños, otros aluden a episodios significativos de su infancia… Para otros mas, el contexto familiar fue determinante, mientras que para otros el humanismo que caracteriza la profesión”.1 Mi objetivo principal es dar a conocer los motivos por los que elegí ser maestra y para ello es necesario relatar una breve autobiografía. Mi nombre es Paola Rodríguez Rodríguez y tengo 18 años, nací el 10 de Abril de 1996 en la ciudad de Zacatecas, actualmente vivo en dicha ciudad con mi padre Ramiro Rodríguez Ramírez de 61 años de edad, originario de Villanueva Zacatecas el cual ejerce la profesión de la abogacía; mi madre María Mercedes Rodríguez Rodríguez de 59 años y originaria del mismo municipio se ha dedicado siempre al hogar. Mi hermano mayor se llama Ramiro quien concluyo sus estudios hasta nivel medio superior; mis hermanas son Erika de 24 años quien estudio en la facultad de agronomía de la UAZ y que actualmente ejerce de manera satisfactoria su profesión y Fátima Cecilia de 15 años, ella se encuentra cursando el primer semestre del nivel medio superior. Mi escolaridad comenzó cuando entré a 2 grado del Jardín de niños “Luz María Serradell” no asistí al primer grado porque a mi mamá le parecía que aun estaba muy pequeña, sinceramente son muy pocos los recuerdos que tengo sobre lo que fue mi educación preescolar, sin embargo todos son agradables. Estuve los 6 años de primaria en una misma institución “General Enrique Estrada” y tuve maestros muy buenos (otros no tanto) pero de igual manera tuve un muy buen aprovechamiento escolar. La secundaria fue una etapa de rebeldía y no obtuve el mismo nivel

de beneficios que en la primaria, sin embargo

reconozco que el personal docente era altamente competente. Cuando entré a la Preparatoria no sabía que ya era necesario saber la carrera que quería estudiar, no sabía que había bachillerato general o las opciones de bachillerato de las prepas de la UAZ, así que entré a la prepa IV. Mi sorpresa fue cuando nos dieron los primeros cursos de orientación vocacional al segundo mes de clases, la orientadora me dio a entender que si 1 María de la Luz Jiménez Lozano, Aprendices de maestros, México, Pomares, 2007, p. 32


quería entrar a la Normal era mejor cambiarme al COBAEZ, lo cual no sucedió porque mis papás decían que era únicamente un capricho mío desde entonces las dudas y el temor siempre estuvieron presentes, quería ser maestra de preescolar de eso estaba completamente segura de lo que nunca estuve segura era de los caminos que debía tomar para cumplir dicha meta. A pesar de las dificultades y dudas que se me presentaron, actualmente estudio en la “Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho” el primer semestre de la Licenciatura en Educación Preescolar. En mi gusto por la docencia no influyeron de ninguna manera el contexto familiar ni escolar más bien siempre lo he adjudicado a los recuerdos de mi infancia, jugar a “la escuelita” era mi juego preferido y yo era siempre la maestra, me gustaba sobre todos calificar los trabajos. Sinceramente en un principio no lo llegué a considerar una vocación tomando en cuenta a Tenti que decía que “la vocación no es materia de elección racional. Es al igual que el concepto teológico, un llamado”2 porque aunque de pequeña era algo que me gustaba demasiado ya cuando estaba próxima a elegir mi carrera sentía que no tenia del todo desarrolladas aptitudes que yo consideraba necesarias para ejercer en este ámbito. Como era una idea un tanto negativa decidí dejarla a un lado, borrarla. Ahora, en el tiempo que llevo como alumna normalista he aprendido bastante, me he estado formando cada día de manera satisfactoria para mí y me identifico con otra idea de Tenti “existen dos tipos de vocaciones: una natural (la autentica y deseable) y otra “artificial” resultado de un esfuerzo analítico y de una disciplina particular.” 3 Puedo argumentar que tengo vocación un tanto natural ya que era algo que deseaba desde que era una niña pero sobre todo que voy construyendo y enriqueciendo una vocación artificial que he ido adquiriendo poco a poco gracias a mi estancia en la BENMAC.

2 Emilio Tenti, El arte del buen maestro, México, Pax México, 1999, p. 182 3 Ibid., p. 183


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