Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”
Licenciatura en Educación Preescolar
HISTORIA EN PREESCOLAR SI, PERO ¿CÓMO?
Tipo de trabajo: Ensayo Alumna: Paola Rodríguez Rodríguez Asignatura: Educación histórica en el aula Maestra: Martina Alvarado Sánchez Fecha: 10 de abril de 2016
La historia siempre ha causado controversia en muchas dimensiones, pero sobre todo en el ámbito social y educativo. Con el paso del tiempo han surgido ideas y corrientes que tratan de explicar la historia desde diversos puntos de vista. Es verdad que lo ideal sería conocer tal cual cada una de estas corrientes, sin embargo, es necesario partir desde el principio. Por ello en este ensayo analítico y explicativo se intenta en un primer momento plasmar una definición clara y precisa del concepto de “HISTORIA”; ¿Qué es?, ¿Qué acepciones se han tenido y se tienen en la actualidad?, ¿Cuáles son las corrientes que han surgido?, etc. Lo anterior tiene la finalidad de abrir un preámbulo para adentrarnos en los puntos clave de este documento: ¿Cuál es la importancia de enseñar historia en preescolar? Y más que nada ¿cómo enseñar historia en el Jardín de niños?
Es verdad que dentro de nuestro idioma existen infinidad de sinónimos o mil acepciones para un solo concepto, pero aun cuando esto pasa en el español, la historia es algo universal, las interpretaciones acerca de lo que significa son diversas, pero es preciso al menos en este escrito definir concretamente qué es historia. Belinda Arteaga y Siddharta nos hacen énfasis en una clara referencia cuando dicen que la historia es una “disciplina en constantes cambios, abierta a debates y a la generación de nuevos conocimientos que aborda los complejos procesos humanos que han tenido lugar en el pasado pero cuyas huellas y registros impactan en el presente”. Considero lo anterior una definición clara que nos ayuda a voltear la hoja, a ampliar nuestro panorama, la historia no es la narración de hechos pasados, sino que va más allá.
Está claro que no existen verdades absolutas y esto es demasiado cierto cuando hablamos de esta disciplina que es la historia, ya que como lo dice Marc Bloch, la historia nos sirve para comprender el presente a base de los hechos pasados. “es la ciencia de los hombres en el tiempo.” Está sujeta a cambios e interpretaciones por ello han surgido con el paso del tiempo algunas corrientes historiográficas desde las cuales se ha pretendido explicar y hacer historia. Algunas de éstas nos las
explica Belinda Arteaga en su libro Los caminos de Clio, entre ellas están el positivismo, el marxismo o materialismo histórico y el historicismo, etc. En el primero, los historiadores positivistas buscan la verdad y la objetividad absoluta, su preocupación central es ¨sólo mostrar lo que realmente aconteció”, se sumergen en los documentos: actas, registros, etc. Que los lleven con precisión a la historia como hechos dejando de lado su interpretación acerca de ellos. El segundo es una ruptura revolucionaria contra el capitalismo, se centra en la contradicción y lucha de clases. El historiador marxista no trata de describir desde una actitud contemplativa lo que ocurre en el mundo, se trata de transformar por vía de la praxis y de resolver a favor de los desposeídos el nudo contradictorio del capitalismo. El tercero nace como reacción ante el positivismo para el historicismo, en el que el historiador es la clave de la construcción histórica y no los hechos. El historiador apela los hechos, los construye, decide sobre ellos en la medida que los selecciona, los ordena y sobre todo los interpreta. Como seres humanos, somos sociales por naturaleza y todo lo que acontece a nuestro alrededor repercute directamente en nuestra persona aun cuando estos hechos son parte del pasado, tanto repercuten en nuestro presente como lo hacen incluso en nuestro futuro. Conocer estas vertientes nos permite no tomar partida por una de ellas, sino que nos permiten profundizar nuestros conocimientos y tomar herramientas necesarias de cada una de ellas. Ya se hizo mención de algunas corrientes historiográficas que han surgido como una necesidad de explicar y hacer historia, pero ¿Cómo se explica o se hace historia en el ámbito educativo a nivel básico? Belinda Arteaga y Siddharta en Educación histórica, una propuesta para el desarrollo del pensamiento histórico en los estudiantes de la licenciatura en Educación Preescolar y Primaria, citan a (Osborne, 2006, p. 107) y nos mencionan tres formas que la educación histórica ha adoptado a través del tiempo, es la tercera de éstas la que se adecua a lo que actualmente se pretende ya que toma a la educación histórica como “el proceso por el cual los estudiantes llegan a
comprender la historia como una manera de investigar desde esta disciplina y por lo tanto aprenden a pensar históricamente” Teóricamente y para nivel básico (desde primaria y secundaria) enseñar historia se ve como una tarea fácil, sin embargo, es para mí un dilema el cómo enseñar historia en nivel preescolar, que aun cuando corresponde al nivel básico, no es lo mismo hacerlo en secundaria que en el Jardín de niños. Cuando iniciamos el estudio de la educación histórica en el aula, mi duda más grande fue si en realidad la historia se enseñaba, es decir, los docentes llegan, y por narrar un hecho relevante del pasado suelen decir que dieron una clase de historia. ¿Puede ser posible que después de tantas corrientes posteriores al positivismo, los docentes sigan dando este tipo de clases? Como docente en formación, creo que tenemos un gran compromiso, primeramente, de documentarnos e informarnos en fuentes confiables sobre los hechos, repito que no hay verdades absolutas, sin embargo, considero importante antes de enseñar historia, el hecho de contribuir de manera positiva a la formación de pensamientos críticos. Incitar a los alumnos a investigar, crear en ellos la incógnita para que formulen hipótesis, para que sientan la necesidad de saber más, de relacionar hechos pasados con su presente, con su vida cotidiana. Creo que enseñar historia en preescolar es una tarea compleja, sin embargo, importante, en el mismo programa nos piden propiciar que el alumno cree lazos de pertenencia con la comunidad, con sus costumbres, etc. y esto suele lograrse de manera más fácil si se tiene un conocimiento amplio y verídico de lo ocurrido, de su historia.