Budismo Tibetano IMAGINARIO SIMBÓLICO Universidad Dr. José Matías Delgado Escuela de diseño Rosemarie Vásquez Lievano de Ángel Semiótica Aplicada Diseño editorial: Patricia Argüello llustración: Patricia Argüello Papat Editores, S.A. de C.V., 2014 Primera edición, noviembre del 2014 Impreso en El Salvador Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o trasnmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, mágnetico, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial.
Creo que es Ăştil que existan las distintas religiones, ya que la mente siempre busca distintos caminos para inclinaciones diferentes. -Dalai Lama
INDICE A
Árbol Bodhi, 7
B
H
Huesos y esqueletos, 21
I
P
Padma, 37
R
Bandera de la victoria, 8
Infinito, 23
Ri, 39
C
J
S
Caracola, 11
Jarrón, 25
gSergyi Nya, 41
D
K
T
Dragón, 13
Khorlo, 27
Tilpu, 43
E
L
U
Estupa, 15
F
Lung-ta, 29
M
Ushnisha, 45
V
Fuego, 17
Mandala, 31
Vajra, 47
G
N
Y
Gang sengge, 19
Nirvana, 33
O
Om, 35
Yak, 49
A
El árbol Bodhi es el árbol de la Vida. En tibetano, el término de Bodhi se traduce por byang-chub. Byang significa “purificado de los dos oscurecimientos”, y chub, “perfecto, consumado”, en alusión a las cualidades despiertas. Según los textos budistas, Sakhiamuni Gautamá se sentó debajo de este árbol durante semanas. Como empezó una terrible tormenta, de debajo de las raíces del árbol surgió Muchilinda, el rey de los nagas (serpientes), se enroscó alrededor de Gautamá y lo cubrió con su caperuza. Gautamá finalmente alcanzó la iluminación espiritual y se convirtió en Buddha (el iluminado) y originó el budismo. Buddha, lleno de gratitud hacia el árbol, después de la iluminación, se quedó ante el árbol con los ojos abiertos sin parpadear durante
7
Árbol Bodhi Tibetano: “byang-Chub“
una semana. Bajo el árbol de Bodhi empezó la nueva vida de Buddha, alcanzó la paz, la iluminación, la sabiduría; se cuenta también que cuando el mundo se destruye al final del kalpa, el Bodhimanda es el último lugar en desaparecer, y al mismo tiempo es el primero en aparecer cuando el mundo vuelve a renacer. El mito dice que una flor de loto florecerá aquí, y que si un Buddha nace durante un nuevo kalpa, las flores de loto aparecerán en concordancia al número de buddhas que se alzarán. Este árbol se convirtió en un sitio de peregrinación incluso durante la vida de Buddha. En el sitio se plantó un vástago del árbol original (o de otro árbol de la misma especie: Ficus religiosa). A su lado se construyó un monasterio, que se llamó Bodhi-Manda Vijara.
B
Bandera de la victoria Tibetano: “nChog-gyi rGyal-mtsan“
La Bandera de la Victoria o Estandarte, fue adoptada por el Budismo hace siglos y representa uno de los Ocho Tesoros de Buddha. Significa la celebración de la victoria de Buddha al ser iluminado o despierto por el conocimiento supremo. Tiene por tanto un sentido estrictamente espiritual, absolutamente alejado de toda interpretación belicista, tanto en lo marcial como en lo militar; aspectos ambos que la propia doctrina budista tacha de actos impuros que no deben existir en manera alguna en la doctrina de aquel alma que aspira a la felicidad suprema. La palabra en sánscrito que representa la bandera de la victoria es Dhvaja, aunque en tibetano se expresa como nChog-gyi rGyal-mtsan, siendo en ambos casos la representación de la victo-
9
ria de la verdad que gana poco a poco terreno sobre los deseos malignos de la humanidad y sobre los lazos terrenales, que atan eventualmente al espíritu a la vida y le impide alcanzar el Nirvana mientras no se destruyan completamente estas ataduras. En tiempos antiguos el estandarte se representaba como una bandera, pero puede ser un error interpretarlo de esa forma. En realidad es un cilindro hecho de cobre batido. Está montado sobre un asta y protegido por una pequeña sombrilla blanca. Habitualmente también lleva unas cintas de seda de color blanco y amarillo. En el Tíbet, se coloca tradicionalmente en el tejado de los templos y monasterios, uno en cada una de las cuatro esquinas como símbolo de la victoria de Buddha sobre los cuatro maras o demonios según el budismo.
C
Tibetano: “Dung-dkar gyas-hkhyil“
La Caracola, es considerada como el símbolo que proclama a los cuatro vientos la gloria de los santos o de la santidad recibida cuando un hombre iluminado alcanza o vuelve a la verdad, es decir, culmina su camino como Bodhisattva, en tibetano Chang-chub Sempa. Se aprovecha su capacidad sonora para difundir la alegría y el regocijo obtenido cuando un alma se vuelve noble o Arya por medio de una completa separación del Maya, o todas las cosas contenidas en el universo material. Se puede encontrar otra similitud filosófica o religiosa de la caracola al poder ser usada como tuba que anuncia y propicia, como en el simbolismo cristiano medieval lo hicieron las trompetas de Jericó, la victoria del conocimiento de la virtud absoluta, que no es otra cosa sino la derrota de los deseos mundanos e impuros que son el principal obstáculo que impiden avanzar en el
11
Caracola
camino de la perfección que alcanza el Nirvana, una vez que la rueda de reencarnaciones ha llegado a su final. Se debe mencionar por último que cuando a un nuevo Dalai se le entroniza como tal, se le entrega una caracola blanca, ya que según las creencias del pueblo tibetano, el poder temporal o político reside en ella, y es el más grande de los lamas quien debe poseerlo. La Caracola se identifica en sánscrito con la palabra Sankha, que tiene asimismo su interpretación tibetana en el término Dung-dKar gYas-hKhyil, y que tiene su propio significado en la iconografía lamaísta como símbolo de los Ashryas o eruditos Vajratar y Ekatara, se puede identificar también con el yoghi Jambhala que en muchas de las thangkas o representaciones artísticas del Tibet suele aparecer montado en una caracola de mar.
D
Druk ('brug)
El Dragón es símbolo de energía positiva. Está dotado del poder de crear y de moverse a través de varios diferentes tipos de elementos de la naturaleza. Su campo de poder se extiende a fin de nutrir y potenciar las cosechas, árboles y plantas. En otras palabras, en verano, por ejemplo, él se manifiesta en forma de truenos, con la lluvia, proporcionando que las cosas puedan nacer, crecer y florecer. De esta forma, el dragón simboliza energía. Ante la ausencia de la energía, los seres y las cosas no existirían, la gente no sobreviviría. Por tanto, el dragón es el todo y a partir de él, todo se manifiesta. El Dragón simboliza a los grandes y sabios emperadores, así como a los poderosos e imperturbables maestros espirituales. Representa la sabiduría que ve la realidad lúdica de todas las cosas y el poder y la confianza presentes naturalmente en esta realización. La mente del
13
“Dragon“
dragón es vasta, poderosa y hábil debido a que reconoce la naturaleza vacía, aunque mágicamente aparente, de todas las cosas. Sin proyectar ni cristalizar una existencia inherente o real en las cosas y personas, el dragón danza y juega en medio a la interdependencia de todas las manifestaciones. A esta visión se le llama en sánscrito de prajna paramita, que literalmente significa “el excelente conocer trascendental”, un discernimiento preciso, profundo y amplio, de donde surge la natural presencia, poder y confianza del dragón. En el Budismo Tibetano, entre los cinco elementos: espacio, aire, fuego, agua y tierra, el dragón representa al elemento espacio. Por tanto, del mismo modo que el espacio no puede ser concebido o investigado como un objeto, la mente del dragón es insondable. Su naturaleza está más allá de los límites del espacio geográfico, tiempo, nombre y forma.
E
La Estupa, o chorten en tibetano, es una imagen arquitectónica del cuerpo de un Buddha sentado en un trono en estado de meditación. La base es el trono, sus piernas cruzadas ocupan los primeros cuatro escalones, su cuerpo es la estructura alargada y sus ojos están al nivel cuadrado en la base de la espiral sobre la que se extiende su corona. Sin embargo, la relación de la estupa con el cuerpo se refiere en primera instancia al cuerpo, palabra y mente del Buddha. Por otra parte en el Tíbet los diferentes pisos se identifican respectivamente con el cuadrado, con el círculo, con el triángulo, con la copa y con la gota llameante, que corresponden, de abajo a arriba, a los cinco elementos: Tierra, Agua. Fuego, Aire y Éter. Así como a los cinco principales chakra de la realización tántrica. Los parasoles, escalonados a lo largo el eje que supera la semiesfera, representan una jerarquía
15
Estupa
Tibetano: “chorten“ celeste, supra humana. De acuerdo con las enseñanzas budistas, hay ocho tipos diferentes de estupas tibetanas. Cada una de ellas representa un evento importante en la vida del Buddha Sakyamuni. La estupa de la Iluminación simboliza la iluminación del Buddha, la naturaleza de una mente totalmente despierta. Al igual que el resto, debe ser construida de acuerdo con instrucciones precisas, diseño y proporciones exactas. La estructura externa tiene un significado profundo en muchos niveles y sus contenedores internos, llamados cuartos del tesoro, están llenos de objetos con un alto valor simbólico. Las estupas tibetanas están generalmente coronadas con la figura de una media luna, el sol y la joya. Una de las interpretaciones que se le ha dado, es que estos tres elementos corresponden a los tres canales energéticos que recorren el cuerpo del hombre.
F
El color rojo corresponde en el mundo fenoménico al elemento fuego, en el orden corporal está relacionado con el calor vital; vinculando el poder del fuego en su acción de disolver, se simboliza con su color la purificación de la ignorancia por medio de la Sabiduría: purificación de los oscurecimientos que genera la visión dualista por el fuego de la Sabiduría Compasiva. En el orden corporal el color rojo está relacionado con el calor vital, es decir, con el plano físico del cuerpo; desvanecer, purificar la dualidad cuerpo-mente, sujeto-objeto es la representación de Tara Roja. El Buda Amithaba, o el Buda de la luz Ilimitada, se asienta sobre un loto por encima de su cabeza. Por otra parte el fuego tiene distintos significados en muchos elementos del budismo tibetano. Por ejemplo, los mudras, nos permiten canalizar adecuadamente la energía a través de nuestro cuerpo para conse-
17
Fuego Tibetano: “me“ guir elevación espiritual, sanación física y sanación emocional. En las manos, al igual que en los pies, están reflejados todos nuestros puntos corporales y por ello las diferentes posiciones ayudan a desbloquear aquellos que estén inarmónicos, así: Dedo Pulgar, representa al elemento fuego y su cometido energético es equilibrar las energías del cuerpo, nutriendo cuando debe alimentarse y destruyendo cuando debe eliminarse. Otro ejemplo del fuego como símbolo en el budismo es el Garudá, es un pájaro mítico, considerado un semidiós en el hinduismo. Se le conoce como un águila gigante y antropomórfica: cuerpo humano de color dorado, rostro blanco, pico de águila y grandes alas rojas. Los nacidos del huevo, es decir: Garuda, el rey mítico de las aves, proceden de la matriz del aire. Los nacidos del útero, Gajendra, “Señor de los Elefantes”, provienen de la matriz del fuego.
G
Gang Sengge
El León, o León Nevado, tiene un significado opuesto al que se le suele dar en la cultura occidental, en el cual suele verse emparentado, en términos generales, con fuerza y poder, sea del tipo que sea. Para los tibetanos tiene un sentido diferente. Es fácil encontrar thangkas o mandalas, llamadas Kyilkor en tibetano, dedicadas a la diosa Tara, en las que se la representa como un león, o incluso al propio Buddha, el Despierto, proclamando en sus discursos la verdad de la vida, los cuales, son conocidos en la educación budista como el Rugido del León, pues la palabra del propio Iluminado es la más clara, beatífica y virtuosa que pueda existir. Este felino es denominado Simha en sánscrito si bien es más conocido en Tíbet por la palabra Sengge, o como Gangs Sengge que significa León Nevado. El león de Buddha ganó una mayor importancia simbólica cuando
19
“Leon“ apareció en el sueño de Milarepa, un famoso Bodhisattva (maestro espiritual y potencial Buddha). Milarepa vio en la melena del león un símbolo del embellecimiento de las enseñanzas esotéricas, y sus cuatro garras como una representación de las cuatro direcciones. Sus ojos mirando hacia arriba parecían expresar una renuncia a las preocupaciones mundanas, mientras que el rugido del león libre en las montañas, era un símbolo de un reino de absoluta libertad alcanzable a través de la práctica de la doctrina de Buddha. En el Tíbet, el león de las nieves es la insignia del Dalai Lama, este animal sagrado se representa de color blanco con una melena color turquesa. Se dice que su rugido es tan poderoso que podría hacer caer a siete dragones del cielo. Fue utlizado como emblema nacional del Tíbet, en sus billetes, monedas, en su correo postal y en su bandera.
H
Huesos y esqueletos
Los Citipati se describen siempre en forma de diada, puesto que la muerte siempre atañe a la polaridad y al dualismo. Tienen un papel muy importante en las danzas rituales tibetanas. Se representan bajo la forma de dos esqueletos bailarines, uno masculino y el otro femenino. Se les denomina comúnmente “Señores protectores del cementerio”, y se llamaban a sí mismos Chakrasamvara (él) y Vajrayoguini (ella). Según la leyenda, los dos Citipati fueron monjes ascetas que, en sus meditaciones, no se dieron cuenta de que unos bandidos los habían decapitado. Ellos se volvieron espíritus vengativos. Cada año, una vez en verano y otra en invierno, los monjes tibetanos usan máscaras y realizan la danza ritual de los Citipati en el cementerio de su monasterio para simbolizar el ciclo de la vida y la muerte. La presencia de esqueletos se halla frecuentemente en ceremonias búdi-
21
cas, ya sean mongoles, chinas, tibetanas o indias. Los Citipatis, protectores de los cementerios, son esqueletos. Dos de ellos forman parte del sequito habitual de Yama, dios de los Infiernos y de la Muerte en la mitología búdica. La pareja suele ser representada bailando sobre unos restos mortales. En la furiosa agitación de monstruos y divinidades, los muertos son los que patalean con mayor violencia. Otra acción teatral muestra a los demonios de la Muerte vestidos también con trajes en que aparecen algunos huesos dibujados en blanco y negro que tratan, como en las representaciones medievales, de apoderarse de un hombre. Se trata de cuatro esqueletos portadores del linga, símbolo del ego y del apego a la realidad. Culmina con un juicio donde un bailarín acompaña el alma ante el juez que decide el destino del difunto.”, etc. provienen de la matriz del fuego.
I
El nudo infinito o interminable, es un diagrama o dibujo geométrico que se puede encontrar en otros mucho países además del Tíbet, que procesan culto a otras religiones no puramente budistas, sino hinduistas, chamanistas o en el propio budismo Zen japonés, y es el símbolo, en prácticamente la mayoría de ellos, del interminable ciclo de muertes y renacimientos o samsara por el que toda alma debe irremisiblemente pasar para alcanzar la iluminación o el Nirvana. Tiene como característica principal que puede ser dibujado en su integridad sobre un papel sin necesidad de levantar el lápiz en ningún momento lo cual da la idea de que desde cualquier punto del mismo que tomemos como inicio, siempre llegaremos al final reencontrándonos de nuevo con el principio o punto inicial de salida, es decir es realmente un circuito o
23
Infinito “dpal be’u“ recorrido interminable puesto que no tiene un principio ni final, lo cual cuadra perfectamente con su simbología que no es otra que ser principio y fin del ciclo de vidas y muertes, tanto en personas como en animales o plantas, por el que toda alma envuelta en el recorrido de la verdad y de la pureza debe pasar para alcanzar la virtud y la armonía con la naturaleza. Esta forma casi geométrica, se ve representada en sanscrito por la palabra shrivatsa, que tiene su traducción al tibetano en dPal-gyi Behu, puede ser considerada similar o casi idéntica al símbolo hindú conocido como Chaleo tan utilizado en la escuela budista Siam, el cual tiene el poder de prevenir la entrada de espíritus malignos dentro del cadáver que espera a ser enterrado, haciendo la función de malla que separa al difunto de los espectros perniciosos que intentan ocupar su cuerpo muerto.
J
El Jarrón, Jarrón del Agua Santa o Vaso Lustral, representa simplemente el néctar de la inmortalidad del hombre en el mundo, independiente, ente del tipo de cuerpo en el que se reencarne su alma. Asimismo expresa el concepto o posibilidad de que en su interior se guarda hasta quedar repleto, el alimento de los dioses que como en la mitología griega recibe el nombre de Ambrosia. También puede ser interpretado como la fuente que mejor puede preservar el Dharma o enseñanza de Buddha, en tibetano Chös o Chhö, que es precisamente el bien más importante de todo cuanto nos legó el iluminado, y que interpretado en modo filosófico puede y debe ser asimilado como el alimento o ambrosia que necesita el alma para alcanzar la sabiduría. Es decir, la doctrina de Sang-Gyé es la comida del espíritu, y el mejor sitio donde puede ser con-
25
Jarrón
“Gter-chenpo bumpa“ servada y preservada del mal es precisamente en el Vaso Sagrado. Pero también puede ser interpretado en sentido inverso, es decir, se le considera como el receptor de todos los deseos humanos, tanto los beneficiosos como los mundanos, y como el origen de toda bondad, y de toda maldad: son por tanto cadenas que mantienen el género humano unido inevitablemente a la vida, y a sus caminos de imperfección. El antiguo sonido hindú que describe al Jarrón es Kalasha, pero en tibetano es nombrado como gTer-Chen-Pohi Bump-pa. Su simbolismo es por tanto el de almacén de sentimientos, ideas y conocimientos, y su interpretación en modo positivo o negativo dependerá de la conciencia que se nos haya transmitido de o que contiene en su interior, lo cual dependerá por tanto de la rama budista que interprete su significado.
K
La Rueda de la vida, es un objeto que aparece muy frecuentemente en las monedas tibetanas, en muchas thangkhas, en algunas piezas argénteas de cinco shös o Shokangs y en algunos raros Srangs. Realizado normalmente en madera y seda, con aspecto más o menos cuidado, generalmente se cuelga en el centro del techo del salón principal del monasterio. La Rueda es el símbolo auspicioso más popular y la primera representación budista de la que se tiene conocimiento. Parecido a una bandera enrollada, representa la victoria del cuerpo, mente y palabra de cada uno de nosotros en el momento en el cual utilizamos la practica del Dharma, demuestra al poder y el triunfo del conocimiento sobre la ignorancia y el miedo, alcanzar la felicidad como fin. La terminología para designar el emblema es Chakra o Dharmachakra.Si bien para los tibetanos les es familiar
27
Khorlo
“Rueda de la vida“ como gSergyi hKhoe-lo. Su simbología o significado principal es el de representar en el camino de la perfección que el propio Buddha puso en marcha con la transmisión de sus conocimientos tras la Iluminación, y que toda alma debe seguir hasta llegar a alcanzar por las sendas del conocimiento y de la purificación, es decir, el Noble Sendero Óctuple del que habla la Cuarta Noble Verdad, que conducen al finalizar a la interminable sucesión de vidas y muertes continúas seguidas por el espíritu hasta lograr su ascetismo moral y alcanzar el Nirvana. En las celebraciones de entronización de cada nuevo Dalai, se le entrega una rueda de este tipo, pues su significado entre los tibetanos es el de residir en ella el poder espiritual. La Rueda es el símbolo auspicioso más popular y la primera representación budista de la que se tiene conocimiento.
L
El caballo del viento o aliento, designa en la cultura tibetana el principio de armonización de los cuatro grandes elementos (tierra, fuego, aire, agua) en el seno del individuo. Rlung, que significa habitualmente “aire” o “aliento” en tibetano, a menudo se ortografía en los textos astrológicos y en las fuentes antiguas como klung, lo que le aproxima al termino klong, “espacio”. De lo que se trataría, pues es el quinto elemento, el espacio (nam-mkha, en tibetano), soporte de los cuatro. El caballo es el animal que simboliza el movimiento, la energía motriz. Este símbolo se asemeja al corcel de los cakravartin de la mitología India, “caballo excelso del color del cuello de un pavo real y que puede dar la vuelta a los cuatro continentes en un instante”. Traspuesto al interior del cuerpo humano, el caballo representa los alientos internos que sirven de montura al espíritu. El caballo del aliento designa si la armonía de los elemen-
29
Lung-ta “Caballo de viento“ tos internos el individuo, pero también el equilibrio que resulta de ellos y el esfuerzo de la vitalidad, del poder personal y de la salud del cuerpo. Según las tradiciones prebúdicas del Bön, una buena condición energética interna permite al individuo pasar felizmente y fácilmente las circunstancias adversas exteriores. El caballo del viento viene pues a simbolizar la “suerte” del individuo. Su debilitamiento que hace que esta sea sensible a los accidentes, a la mala suerte, a sortilegios, procesos y ataques de todo género. Los yoguis tibetanos invocan igualmente al caballo para animar la energía de los lugares y sobre todo armonizarla y los alientos internos de los practicantes, con el fin de que no encuentren ningún obstáculo en su practica espiritual. Secretamente, simboliza para el yogui el dominio de los alientos internos y su disolución en el canal central.
M
El Mandala es literalmente “un círculo”, aunque su dibujo sea complejo y esté a menudo contenido en un recinto cuadrado. En la tradición tibetana, el Mandala es el guía imaginario y provisional de la meditación. Manifiesta en sus combinaciones variadas de círculos y cuadrados el universo espiritual y material, así como la dinámica de las relaciones que los unen, en el triple plano cósmico, antropológico y divino. En el ritual funciona como soporte de la divinidad de la que es el símbolo cósmico. Proyección visible de un mundo divino en cuyo centro está entronizada la divinidad elegida, no puede entrañar ningún error de interpretación. En el modelo reproducido, cinco grandes círculos concéntricos envuelven un loto de ocho pétalos, en el corazón del cual se dibuja un edificio de varios cuadrados encajados, abiertos en cada lado por cuatro puertas, cara a los cuatro puntos cardinales; en el interior, doce fi-
31
Mandala guras de Buddha de meditación rodean otro cuadrado, en el cual se inscribe un círculo; de nuevo, en el corazón de este círculo, un loto de ocho pétalos, en cuyo centro se sienta la divinidad. En los, intervalos se disciernen los símbolos de los rayos, del fuego, de las nubes; alrededor de los grandes círculos se destacan sobre un fondo de nubes y llamas las divinidades y animales tutelares o temibles. El Mandala, por la magia de sus símbolos, es a la vez la imagen y el motor de la ascensión espiritual, que procede por una interiorización más y más activada de la vida y una concentración progresiva de lo múltiple sobre lo uno: el yo reintegrado en el todo, el todo reintegrado en el yo. Las formas redondas del Mandala simbolizan, en general, la integridad natural, mientras que la forma cuadrangular representa la toma de conciencia de semejante integridad.
N
Estado que resulta de la cesación de las pasiones y sus causas, nirvana significa, en general, un estado de paz, la liberación del samsara, un estado no condicionado caracterizado por la ausencia de nacimiento, de devenir y de muerte, más allá del mundo. En tibetano, la palabra significa “más allá del sufrimiento”. No es una nada, Buddha nunca dio una definición precisa de este estado, que trasciende la nada y la eternidad, que es indecible e indescriptible. Sólo quien consigue vencer todos sus anhelos alcanza el nirvana, la iluminación total, y después de muerto no vuelve a renacer, sino que entra en el parinirvana, acabando de esta forma con cualquier sufrimiento terrenal. El nirvana se alcanza siguiendo el camino de la liberación, en una vida sencilla, dedicada a la meditación y completamente liberada del peso que suponen tanto los vicios como las virtudes. El
33
Nirvana nirvana es un estado eterno del ser. Es el estado en que la ley del karma y el ciclo de renacimiento llegan a su fin. Es el fin del sufrimiento, un estado donde no hay deseos y la conciencia individual llega a su fin. Gautama nunca dio una descripción exacta del budismo nirvana, pero su respuesta más cercana fue esta. “Hay, discípulos, una condición donde no hay ni tierra ni agua, ni aire ni luz, ni espacio sin límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas ni falta de ideas, ni este mundo ni aquel mundo. No hay ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni causa ni efecto, ni cambio, ni detenimiento”. El nirvana no puede ser descrito en palabras, pero si se entrena la mente, con la meditación de tranquilidad (Samatha) y la meditación analítica (Vipassana), se le puede experimentar. Es el “no-yo” cuando lo acepto, y el samsara es el “no-yo cuando no lo acepto.
O
Con su naturaleza triple, forma especial y sonido único el OM presenta una variedad de interpretaciones simbólicas. El símbolo OM consiste de tres curvas, de un semicírculo y un punto. La curva grande inferior primera simboliza el estado despierto, en este estado la consciencia gira hacia fuera a través de las puertas de los sentidos. Ya que esta es la primera curva, significa el más común estado (la mayoría) de la consciencia humana. La curva superior 2 indica el estado del sueño profundo (shushupti) o estado inconsciente. La curva del medio 3 (que yace entre medio del estado del sueño profundo y del estado despierto) significa el estado del sueño (swapna). En este estado la consciencia del individuo gira hacia dentro y el ser que sueña guarda una visión fascinante del mundo detrás de los párpados. Estos son los tres estados de la consciencia individual y según los místicos
35
Om Indios que creen que la entera realidad manifestada brota de esta consciencia, por lo tanto estas tres curvas del símbolo OM representan el fenómeno físico entero. El punto significa el cuarto estado de la conciencia que se conoce como turya en Sánscrito. En este estado la consciencia no mira ni hacia el exterior ni hacia el interior, ni siquiera hacia los dos a la vez. Esto comprende la finalización de una existencia relativa y diferenciada. Este estado sumamente calmado, pacífico y feliz es la meta suprema de todas las actividades espirituales. Este estado absoluto (no relativo) ilumina los tres otros. Finalmente, el semicírculo simboliza el maya (el estado irreal transitorio de la consciencia) y separa el punto de las tres otras curvas. Así que es el maya el estado transitorio de la consciencia que nos retiene de la realización de la felicidad. El semicírculo es abierto y su dibujo ideal es cuando no toca el punto.
P
La Flor de Loto, es un objeto especialmente familiar y habitual en el arte religioso budista en todos los países donde se practica esta religión, sea cual sea la variante ideología o religiosa a la que refiera. Se puede considerar como el principal símbolo budista por antonomasia y el mas cargado de simbolismo pues se le identifica con la perfección. El loto es el centro de uno de los principales mantras tibetanos: “Om Mani Pademe Hum”, cuya traducción más o menos literal seria “Oh, Joya (Buddha) que estás en el loto”. Su terminología en sanscrito es Padma, la cual es muy similar a la expresión tibetana que le define que es Pad-ma bZang-Po, y en el budismo lamaísta se le considera como la encarnación benéfica del propio Sang-Gyé solicitando ayuda y fuerza para combatir el mal, lo cual es sinónimo de promesa de salvación, así como el símbolo del origen di-
37
Padma “FLOR DE LOTO“ vino de todo elemento viviente, persona o animal, en la Rueda de la Vida. En las enseñanzas budistas, el loto representa la pureza de la mente y la iluminación. La inmaculada flor de loto, que crece desde sus raíces en el barro, se sienta sobre las aguas, libre de desprendimiento y de deseo. La flor ha hecho el viaje desde el barro, lo que significa el materialismo y la existencia mundana (samsara), a través de las aguas de la vida, rompiendo a la superficie, y la floreciendo en flor inmaculada, por lo tanto alcanzando la iluminación. A medida que los pétalos se abren para tomar los rayos del sol, la flor de loto revela su pureza y su mensaje al mundo. Se trata de una metáfora del viaje del alma. En la iconografía budista, el Buda se representa a menudo, ya sea sentado sobre un loto o en contemplación de uno. Una flor de loto cerrada denota el potencial para la iluminación, mientras que una flor abierta significa la iluminación total.
R
Las Montañas Nevadas, llamadas en tibetano Ri, son utilizadas como imagen descriptiva en las monedas tibetanas siendo el emblema y materialización del territorio que conforma el país, y es precisamente por ellas por lo que el Tíbet es conocido como el Techo del Mundo. La nacionalidad del pueblo tibetano ha sido durante toda su historia una constante. Realmente, los tibetanos tienen una raza propia, con muchas similitudes etnológicas con sus países limítrofes, pero muestran rasgos físicos y psicológicos completamente definidos y diferentes del resto de sus vecinos. Todas estas culturas tienen algo en común, y es precisamente, lo abrupto de los espacios que conforman estos países centroasiáticos. Las montañas son para el budismo tibetano la casa de los dioses protectores del universo y de todo lo viviente, los cuales invisibles a los mortales, repro-
39
Ri “Montanas“ ducen un profundo y compasivo interés en todos aquellos humanos, que están todavía involucrados en la interminable rueda de reencarnaciones. Es bien conocida la gran cantidad de Chortens, o templos tibetanos, construidos en casi todos los picos de la cordillera, que si bien están dedicados a dioses o personas no es menos cierto que se ubican a mucha altura, determinando del mismo modo una intensa devoción al propio monte por la dificultad de su acceso hasta puntos tan elevados. Es decir, prácticamente en cada localidad del Tíbet hay una montaña sagrada. En los estandartes religiosos tibetanos es fácil encontrar menciones a esas montañas divinizadas que se muestran simbólicamente como guerreros montados a lomos de caballos o leones y con la bandera de la victoria en sus manos en señal de beatitud y de promesa de vida eterna.
S
El doble pez dorado o simplemente el pez dorado, es un símbolo que puede ser interpretado como elemento de salvación, felicidad o de abundancia, lo cual son las consecuencias y el resultado de la liberación que se experimenta cuando se toman las enseñanzas de Buddha en su corazón, representan los ojos de Buddha. Él utiliza sus sabios ojos para mirar compasiva y fijamente al absoluto, para que los seres sintientes se liberen de su sufrimientos y obtengan felicidad. Por consiguiente también simboliza la sabiduría. Además se le considera como la conciencia humana en el océano de la existencia mundana. Es bien conocido en el budismo el relato del pez en el estanque, el cual no tiene conocimiento de nada de lo que hay fuera del límite de las paredes, su propia prisión, en la que se encuetra
41
gSergyi Nya “Pez dorado“ tan apacible y fuera de peligro que no siente ninguna necesidad de alejarse de la misma, sin percatarse que es precisamente esa tranquilidad la que le está consumiendo, y llevando a desperdiciar el tiempo sin provecho alguno para la purificación de su espíritu, es decir, vive en la ignorancia de la vida verdadera teniendo un tipo de existencia totalmente absurda y sin sentido. Su terminología en sánscrito es Suvarna Matsya, gSergyi Nya en tibetano. Es precisamente un yoghi o santo tibetano llamado Tilopa, quien suele ser representado en thangkas sagrados, sujetando un pez dorado en su mano derecha, como signo del poder de salvación casi milagrosa que tenía este sabio para salvar a los hombres de la interminable encrucijada de muertes y renacimientos.
T
Opuesta al vajra (rayo), la campana significa el mundo fenoménico frente almundo adamantino, el mundo de las apariencias, simbolizado por la extinción rápida del sonido. Es también la Sabiduría asociada y opuesta, al Método, el elemento pasivó y femenino, mientras que el vajra es activo y masculino; lo que incluso setraduce por un simbolismo sexual y por el hecho de llevar los iniciados un anillo de oro que representa el vajra en la mano derecha, y un anillo de plata que representa la campana en la mano izquierda. La campanilla, por oposición al rayo, simboliza las virtudes femeninas. El asidero es habitualmente un rayo de ocho brazos amputado de una mitad. A menudo simboliza la salutación sánscrita a la Joya en el Loto, (orn, mani, padme, hum) a veces reducida (orn, ah,hum); o bien una fórmula
43
Tilpu “CAMPANA“ mágica. Está frecuentemente ornada por la rueda de la Vida (Dharma), por un círculo de pétalos de loto, de leones, de divinidades, etc. Sin duda simboliza la llamada divina al estudio de la Ley, la obediencia a la palabra divina, en todo caso una comunicación entre el cielo y la tierra. Por la posición de su badajo, evoca la posición de todo lo que está suspendido entre tierra y cielo, y que, por ese mismo hecho, establece una comunicacionesentrambos. Pero también posee el poder de entrar en relación con el mundosubterráneo. La campana ritual tibetana y su badajo, su asidero en forma de dorje (sánscrito vajra) simbolizan también, al igual que la forma homóloga del estupa, la bóveda celeste y el eje del mundo que la atraviesa por su cúspide.
U
Se le llama Ushnisha a la protuberancia cranea de un Buddha, la cual se enrosca en el sentido de las manecillas del reloj. Se dice que cuando se la ve de lejos, ésta aparenta no ser más grande que cuatro dedos colocados sobre la coronilla de la cabeza, más al examinarla de cerca, se torna imposible divisar su fin. Este es uno de los signos más difíciles de adquirir y es el resultado de haber siempre visualizado a sus maestros sobre la coronilla de su cabeza, así como haber visitado y ejecutado, prácticas espirituales en muchos templos y monasterios. Al colocar las manos, al inicio de una postración, en el gesto de la plegaria sobre la coronilla de nuestras cabezas, expresamos nuestro deseo de adquirir en el futuro, tan extraordinario signo. simboliza la sabiduría espiritual y un chakra superior plenamente de-
45
Ushnisha sarrollada. El resto de su pelo se compone de espiral en forma de rizos de pelo que simbolizan la iluminación. El Buddha tiene una circular urna o tercer ojo puesto prominente en la frente. El ojo de 3 es simbólico del Buddha, ser capaz de ver la verdadera naturaleza de la realidad. Sus ojos son abatidos en concentración tal vez mirando hacia adentro en la meditación. Su sonrisa es abundante y serena. En la literatura búdica se dice que los Buddha, algunos Bodhisattva y los soberanos universales están dotados de 32 signos de excelencia y de 80 características. Los más conocidos de estos signos, muy visibles en el arte, son: la protuberancia craneal (Ushnisha), el mechón de pelos plateados entre las cejas (Urna), la longitud del lóbulo de las orejas.
V
El vajra se puede representar con uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis o nueve radios en cada extremo; aunque lo más común es de cinco o nueve radios. En su centro, como eje central, está uno de los radios, los otros, curvados convergen y se unen al central. Los cuatro exteriores pueden estar abiertos o cerrados. En un primer momento el vajra es el símbolo que guarda la memoria de tiempos antiguos. Representa la primigenia fuerza del universo y adquiere y guarda el poder celeste. Llega desde el pasado primordial preservando hechos y significados remotos; tiene una procedencia mítica histórica y desciende del antiguo tridente de los dioses de muchas culturas: en la griega, Zeus porta el tridente, en la romana, Júpiter, es el símbolo del rayo. El vajra, representa el propósito de la práctica tántrica: la
47
Vajra mente iluminada, esto es la indestructible unión del método con la sabiduría. Éste es el símbolo de la mente iluminada del buddha la cual combina la compasión por todos los seres con el completo entendimiento de la realidad y la actividad de un buddha, que se caracteriza por las manifestaciones compasivas y la percepción directa del vacío. Desde el punto de vista lingüístico, vajra es un término sánscrito cuyo significado es ‘dureza, fuerza’, o en tibetano, dorje, significa ‘el señor de las piedras’ e implica indestructibilidad, dureza, brillantez y transparencia, cualidades del diamante el cual puede cortar. El vajra literalmente significa ‘diamante’, simboliza la indestructible naturaleza de la perfección de la sabiduría y de la compasión que caracteriza a los buddhas.
Y
El yak es un bóvido de gran tamaño y pelaje lanoso, nativo de las montañas de Asia Central y el Himalaya, vive en las altiplanicies esteparias y fríos desiertos del Tibet, Pamir y Karakórum, entre los 4000 y 6000 metros de altitud. El búfalo es más rústico, más pesado y más salvaje. La iconografía hindú lo hace montura y emblema de Yama, divinidad de la muerte, y así aparece igualmente en el Tibet. También los huesos tienen un valor simbólico muy fuerte: las de buey tIbetano, por ejemplo, son usadas con frecuencia para crear rosarios con un fuerte significado a la temporalidad de la vida, y haciendo que pueda resultar durante su breve curso más benévola y feliz. Tanto para ellos como para los nómadas, el yak es esencial en sus vidas. El estiér-
49
Yak “Buey“
col les proporciona el vital combustible para cocinar y calentar la casa en los largos y fríos inviernos; y de sus pieles obtienen las ropas de abrigo. La carne, la leche y el queso del yak forman parte esencial de la dieta nacional del Tíbet. Sobre sus calaberas se calan mantras y se les coloca sobre piedras con rezos escritos. Los animales en el Tíbet son vehiculos, mensajeros tanto como el Yak, asi como cabras y perros. En el Tíbet se ven con frecuencia algunos yaks y ovejas libres con adornos de hilos de seda de tres o cinco colores, algunos llevan en el cuello una tira de tela roja, estos son animales puestos en libertad. Se tratan de yaks que se ofrecen como sacrificio vivo a la deidad de la montaña y de la guerra, a los ancestros búdicos y budas. La gente ni los sacrifica ni los perjudica, mueren de causas naturales.