Papis Edición Nro. 38 / Agosto de 2009
Adolescencia: una etapa de cambios, prevención y cuidados Tuvimos el honor de entrevistar al Dr. José María Méndez Ribas, quien entre otros cargos es Director docente de Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas, para que nos informe sobre esta etapa crucial de la vida .
Para los más chicos... Adivinanzas y trabalenguas En esta edición: » ¡Doctor, el nene no come! » Papá, dejame respirar – Parte 2 » El estrés - Señal de alarma » Roseola infantil, Exantema súbito o Sexta enfermedad . » Mitos y realidades sobre la lactancia materna » Información sobre el virus de influenza A (H1N1) swl » Las drogas: ¿En la búsqueda de la felicidad?
» Staff Coordinación y Producción General: Lic. Gloria Grosman
Asesores Nacionales Prof. Dr. Arnoldo Grosman Médico Pediatra Prof. Dr. Eduardo Urman Médico Pediatra Dra. Mirta Gryngarten Ginecóloga y Endocrinóloga Infanto Juvenil
Asesores Internacionales Dra. Ana Katz - ISRAEL Médica Pediatra Anestesióloga Prof. Dr. Manuel Katz - ISRAEL Médico Pediatra Dra. Amapolla Adell Gras - Mexico Medica Pedíatra Dr. Horacio Reyes Vásquez - Mexico Médico Pediatra - Especialista en Lactancia Lic. Leila Chait - España Psicóloga - Especialista en drogodependencias
» Editorial
Gracias por permitirnos entrar a sus casas, estar cerca de ustedes, brindándoles toda la información posible para su salud y la de sus hijos. Inauguramos nuestro Correo de lectores y estamos sumamente agradecidos por las palabras, el aliento, las felicitaciones , las sugerencias. Todo esto nos nutre y acerca a ustedes a través de nuestra querida Revista Papis. No dejen de escribirnos, todos sus comentarios e ideas como siempre a: info@papis.com.ar Una vez más quiero agradecerles a todos los profesionales nacionales y extranjeros que participan en la edición. Deseo especialmente saludar a todos los niños en su día, que, en definitiva, es todos los días del año. Y recordarles que cada uno de nosotros, desde su lugar puede hacer algo por ellos. Ellos, son nuestro futuro. Lograr entre todos que tengan salud y cuando lo necesiten, tengan lugares de asistencia, que no les falte un plato de comida y un vaso de leche, que tengan una vivienda digna, adultos que los amen, cuiden y sostengan y que cada vez más chicos estén en la escuela y reciban una educación de calidad. Quisiera por último, dejarles "de un grande": Dalai Lama, una pregunta y sus respuestas. Le preguntaron: ¿Qué le sorprende más de la humanidad? “los hombres” Porque pierden la salud para ganar dinero y después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca y mueren como si nunca hubieran vivido. ¡¡Cuiden su salud, vivan cada día y cada momento de sus vidas!! Un cálido abrazo. Los espero en nuestra próxima edición y no dejen de escribirnos!
Lic. Gloria Grosman
Sumate a la prevención: Seguridad Vial en bicicleta Como conductores de bicicleta, debemos tomar recaudos, aquí van algunos consejos: * En la medida de lo posible, optaremos por la bicisenda, si es que existe, antes que por la calle. * Si circulamos en bicicleta por la calle, la primera obligación es circular por la derecha, cerca del cordón de la vereda, y adelantarnos por la izquierda.
Notipapis
* Si vamos en bicicleta con otras personas, no circulemos por la calle en grupo, sino en fila india, uno detrás del otro. * No debemos cruzarnos entre autos. Seguiremos en nuestro carril con paciencia. * Respetaremos los semáforos para automóviles, y le cederemos siempre el paso al peatón. * Debemos usar casco y demás elementos de protección. La bicicleta no protege nuestro cuerpo, por eso estamos más expuestos a los golpes. * Al entrar en un camino, miremos a izquierda y derecha para cerciorarnos de que no venga ningún automóvil. * Iremos siempre en el sentido del tránsito, respetando todas las señales que tengamos de frente. * Si tenemos que cruzar una avenida muy transitada, tratemos de hacerlo a pie, respetando el semáforo y mirando a ambos lados al cruzar. * No llevemos a nadie en la bicicleta y nunca vayamos con alguien sobre el manubrio. Nos va a costar mucho más mantener el equilibrio y vamos a estar expuestos a cualquier accidente. * Si es de noche, llevaremos una luz o elemento fluorescente para que los demás puedan vernos. Es obligatorio que la bicicleta tenga una luz blanca en el frente y otra roja en la parte de atrás. * Mantengamos una distancia prudente del vehículo que va delante nuestro, así nos da tiempo a frenar si éste frena primero. * No nos agarremos de ningún otro automóvil para andar más rápido. Si frena de repente, vamos a estar en grave peligro. * Nunca soltemos las dos manos del manubrio. Sólo podemos soltar una mano siempre que mantengamos el equilibrio y para hacer alguna seña a fin de que los demás conductores sepan qué movimiento vamos a hacer. * Si vamos a cambiar de carril o a doblar, debemos hacer señas con el brazo para que los demás lo sepan y tomen las precauciones necesarias. Los peatones, ciclistas y motociclistas, son las víctimas más vulnerables Fuente: Educación Vial Roberto M. Acosta Publicado por Concientizar Para Prevenir concientizarparaprevenir@gmail.com
» Entrevista
Adolescencia: una etapa de cambios, prevención y cuidados Tuvimos el honor de entrevistar al Dr. José María Méndez Ribas, quien entre otros cargos es Director docente del Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas, para que nos informe sobre esta etapa crucial de la vida Dr. Méndez Ribas, la salud y la prevención en la adolescencia, son fundamentales. ¿Usted cree que los adolescentes se cuidan? ¿Cómo crear conciencia de los peligros del consumo de drogas, del H.I.V. y otras enfermedades? La prevención es importante en todas las etapas de la vida. Es la base de la salud sustentable. Pero en la adolescencia adquiere más jerarquía porque es una etapa de formación donde se adquieren los hábitos que perdurarán durante el resto de la vida. A esta edad, más que por las palabras, se aprende por identificación con los mayores referentes, más que “decir es hacer.” Una adolescencia “enferma” corresponde a una “sanidad enferma”. Es la etapa en que se consolidan las actitudes frente al buen comer, buen beber, cuidando del cuerpo, disfrutar de la actividad física y deportiva, y posicionamiento frente al consumo de alcohol, cigarrillo y otras drogas mayores. Es decir se aprende a valorar la vida y el cuidado de si mismo. ¿Observa el adolescente esto en su propia familia, si la tiene? Esto es la clave. ¿Qué causas considera Ud. Dr. Méndez Ribas acerca del alarmante crecimiento de violencia en la juventud? Básicamente fallas graves en el sistema educativo con alto porcentaje aún de adolescentes no escolarizados, con programas desactualizados y docentes no capacitados. Sobre esta mala base se montan los otros problemas: familias desestructuradas que no pueden contener y una política económica global que crió en ellos desde hace varias décadas un gran “mercado” para todo tipo de consumo y “ya”. ¿Qué consejos Dr., les daría usted a los padres de hijos adolescentes para ayudarlos en la
prevención de la salud de sus hijos? Creo que la respuesta a esta pregunta está explicada en las dos anteriores. Enseñar con el ejemplo y las actitudes dentro de un diálogo franco y abierto. Acompañarlos en su crecimiento. Para ello las familias también necesitan el apoyo de políticas oficiales coherentes que trabajen en red (educación, salud y trabajo) sino la tarea se les hace muy difícil y se suele bajar los brazos como una actitud de impotencia ante tantas dificultades y no tener donde apoyarse. Los problemas sociales aparentan ser muchos y lo son pero las soluciones no serán mágicas ni vendrán, por lo que vemos a diario, de “arriba” hacia abajo. Cada uno de nosotros, que en su conjunto constituimos nuestra sociedad, debe “marcar su cancha” y ver hasta donde puede “jugar el partido” dentro de sus posibilidades. Si cada uno de nosotros cumplimos el rol que nos toca más un plus, habrá esperanza. “Argentinos a las cosas” dijo Ortega y Gasset ya hace muchos años. ¡Es hora de hacerlo! ¿Existen médicos que se ocupen específicamente de los adolescentes? No hace mucho más de 20 años que a escala internacional y en nuestro país se está desarrollando una atención médica especializada para las jóvenes entre 12 y 19 años. Esto surgió como una verdadera necesidad ya que existía en la medicina un vacío para dar respuestas idóneas a este importante grupo etéreo. Los pediatras, en general, dejan de atender a sus pacientes a los 12 años y los clínicos y ginecólogos no están entrenados para abordar la problemática específica de los adolescentes. Por otra parte, los padres y la familia en general están sufriendo la crisis socioeconómica actual sumada a los rápidos cambios en los valores culturales que repercuten directamente en la estabilidad del matrimonio. En este contexto irrumpe “la crisis normal de los adolescentes”, a veces coincidiendo con el climaterio de la madre. Esto complica aún más los casos y lleva al deterioro de la ya precaria comunicación intrafamiliar. A su vez, uno de los hechos biológicos determinantes en la adolescencia es el de adquirir la capacidad de reproducción con el crecimiento “explosivo” del cuerpo en general y de los órganos genitales en particular por el incremento notable de las hormonas ováricas y testiculares. Estos cambios, sumados a la evolución psíquica de la etapa, producen una profunda transformación en la relación padre/madrehijo/hija para la cual no están “preparados”. Nadie nos enseña a ejercer la “profesión” de ser padre o hijo. Llegado este punto, el profesional idóneo (psiquiatra, psicólogo, clínico, pediatra, ginecólogo) surge como una valiosísima ayuda para la prevención y para la atención de diferentes situaciones conflictivas médicas o psicológicas específicas de la edad. Al hablar de profesional idóneo me refiero a aquel que se ha capacitado en su especialidad de base y en la atención de los adolescentes. En este sentido, la Sociedad de Pediatría a través de cu Comité de Adolescencia desde hace muchos años (1978) capacita a los pediatras con vocación (que no son todos) para ocuparse además de los niños, de los jóvenes. De la misma manera, la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto-juvenil a través de cursos anuales directos o a distancia y de los 15 Congresos ya realizados, ha capacitado a numerosos ginecólogos que felizmente ya integran los listados médicos de las Obras Sociales o Seguros bajo el rubro Adolescencia. Además, en la mayoría de los Hospitales de la Capital Federal existen consultorios especializados para adolescentes donde clínicos y ginecólogos interactúan en la atención de los jóvenes, varones o mujeres. En los de mayor complejidad (Hospital de Clínicas) se agrega el equipo de salud mental y trabajadores sociales, realizando una atención multi e interdisciplinaria. Ante todos estos cambios y conflictos de la adolescencia, las madres nos preguntan: ¿Cuándo debo llevar a mi hija al ginecólogo infanto- juvenil? Alrededor de los 11 años, ya que aproximadamente a esa edad comienzan las modificaciones del esquema corporal relacionadas con el inicio de la pubertad. Las mismas se acompañan de cambios psicológicos y sociales propios de esta etapa, lo que lleva a la púber a crear vínculos diferentes con su
familia, amigos, docentes y médicos. Los especialistas en ginecología de la niña y de la adolescente (infanto-juvenil) tenemos en cuenta todos los aspectos antes mencionados para la atención integral de la paciente y por ello el manejo de la consulta difiere de la de la adulta. Además, estamos en comunicación permanente con profesionales de otras disciplinas, como por ejemplo, pediatras o clínicos especializados en adolescencia, psiquiatras, psicopedagogos, psicólogos, nutricionistas, endocrinólogos, entre otros. Por lo tanto, nuestra función consiste, además de en el diagnóstico y tratamiento de patologías ginecológicas, en: •Acompañar a la paciente en su crecimiento y desarrollo (controlando el peso, la talla y cómo se van desarrollando los caracteres sexuales secundarios: mamas, vello pubiano y axilar, primera menstruación, etcétera). •Educar, o sea, informar acerca de la higiene menstrual (utilización de tampones, por ejemplo) y despejar dudas acerca de la normalidad o no de modificaciones corporales (que suelen crear gran preocupación) •Hacer prevención: para evitar conductas de riesgo, como por ejemplo, lo relativo a los hábitos alimentarios, dietas y sus consecuencias. •Detectar situaciones o conductas de riesgo para poder encarar los problemas desde el inicio y, si fuera necesario, con la ayuda de profesionales de otras áreas: trastornos de la conducta alimentaria (anorexia-bulimia), consumo de alcohol, drogas y tabaquismo. •Generar o dejar un espacio abierto propio para la púber o adolescente en el cual se sienta cómoda, contenida y que le permita recurrir ante cualquier inquietud o preocupación en el futuro (anticoncepción, prevención de enfermedades de transmisión sexual, SIDA, etc.) Es probable que pensar en llevar a su hija por primera vez al ginecólogo le genere temor, pero si lo supera y piensa todo lo anteriormente explicado, se dará cuenta que, al contrario, se sentirá más tranquila (y también su hija) con el respaldo de un profesional especializado. Este mismo esquema es válido para los varones, más renuentes a consultar porque por ser hombres, suponen “saber todo”. El clínico pediatra entrenado sabrá escucharlo y ayudará a los padres en su desarrollo. Hoy día no es infrecuente ver “luchar” a una madre separada con su hijo varón adolescente. Ella, desde su lugar de mujer no puede orientarlo adecuadamente, especialmente en lo referente a la sexualidad que empieza. De esta manera se completa el trípode ideal de contención para el desarrollo normal biopsicosocial de los jóvenes, el cual es la familia, la escuela y el equipo de salud Les envío como aporte y para ampliar estos conceptos diferentes artículos publicados en el diario La Nación escritos por prestigiosos especialistas que complementan muy bien todos estos conceptos: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=783732 Artículo: Adulto en deuda con los jóvenes. Mariano Narodowski http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1043037 Artículo: La importancia de la mesa familiar http://www.corrientesonline.com/notix/noticia2007.php?i=09535 Artículo: Se lanza el primer Programa Nacional de Prevención ¡Gracias Dr. José María Méndez Ribas! * Profesor Consulto de Ginecología de la Universidad de Buenos Aires * Director docente del Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas. * Miembro de la C.D. de la Federación Internacional de Ginecología Infanto-juvenil. * Director de la Certificación Internacional
¡Doctor, el nene no come! Entre los padres, el motivo de consulta más frecuente tal vez sea la falta de apetito de sus hijos. Si bien este problema puede deberse a cuestiones de salud, muchas veces se trata de usar la imaginación para atraer a los más chicos hacia nuevos platos
Los padres no deben preocuparse si un niño que no come está sano y alegre, corre, juega, crece y se desarrolla según los controles pediátricos. No necesariamente hay síntomas de enfermedad acompañante. Las circunstancias laborales y sociales de la vida actual hacen difícil, en muchas familias, la tarea de crear hábitos, horarios y ambientes propicios para el ritual de la comida. Esto incide negativamente en los desórdenes alimenticios. La edad más frecuente de aparición es entre los 2 y los 5 años, etapa en la que la tasa normal de crecimiento es baja (aumentan 1 ó 2 kilos anuales). Los papás deben saber que la necesidad de alimentos y el apetito es menor en este tiempo, denominado “inapetencia fisiológica”. A esa edad los niños comienzan a descubrir el mundo que los rodea y su interés por explorarlo es mucho mayor que el que ponen en la comida. También captan que para los padres el momento de la comida es muy especial y está dedicado exclusivamente a ellos, por lo que harán “un manejo” si perciben ansiedad o angustia en los mayores. Muchos “enanos” se devoran todo en el jardín o en la casa de un amigo pero en casa nada. La mejor postura es mantenerse totalmente indiferentes y ajenos a su comida mientras el niño se alimenta. Es esencial NUNCA FORZARLOS A COMER y evitar enfrentamientos para no crear sentimientos de rechazo a la comida. El apetito es un deseo placentero y puede transformarse en una sensación desagradable si se le exige al niño que coma. Trataremos de darles algunos consejos muy simples, además de desmitificar ciertos temores que traen a la consulta: • Hacer comidas divertidas, con colores y formas, haciéndolos participar en la preparación y en el tendido de la mesa, como si fuese un juego. • Añadir nuevos sabores y texturas. Los gustos de los niños pueden ir cambiando; lo que hoy rechazan,
les agrada mañana. • No ofrecer platos alternativos durante la comida. Si no quiere comer, no hay que dramatizar ni castigar. • Servir porciones pequeñas para que vuelva a pedir. Debe comer despacio, sin apuro. • No “picotear” entre las comidas y evitar comida “chatarra” para no crear malos hábitos alimentarios. Establecer un intervalo de 4 ó 5 horas entre las comidas es suficiente para que experimente hambre. • Crear un clima calmo mientras se come, no prender la televisión o la radio y evitar discusiones. • En lo posible, establecer horarios para las comidas y adecuarlos para que esté todo el grupo familiar junto durante ellas. Nadie puede levantarse de la mesa antes de terminar. • Evitar que esté cansado o tenga sueño antes de la comida. Organice sus horarios teniendo en cuenta sus hábitos de sueño y sus tareas diarias. • No obligarlo a que coma de la manera que nosotros queremos sino dejarlo que lo haga como a él o a ella le resulte más fácil (con cuchara, tenedor o la mano). Es recomendable que no utilice juguetes, lea libros o alguna otra situación que lo disperse del acto de comer. • Evitar el “chantaje” material o afectivo: “si comés te regalo el muñeco que te gusta”, “si no comés mamá se pone triste”. Premiar o castigar al niño por el hecho de alimentarse es un factor más de desmotivación por la comida. • No utilizar vitaminas ni jarabes para despertar el hambre por cuenta propia. Su exceso puede ser perjudicial y además no son nutritivos ni estimulan el apetito. • Es fundamental el compromiso de todos los miembros de la familia (padres, tíos y sobre todo abuelos) para resolver este problema y evitar los dobles mensajes, que pueden ser utilizados por ellos para manipular a su gusto a toda la familia. En conclusión, la falta de apetito en un niño sano, que crece bien y sin otros síntomas, no debe preocupar. Los chicos son muy inteligentes y los papás deben confiar en el instinto propio que tienen para comer lo justo y necesario. Ningún ser humano en presencia de comida se deja desnutrir o “morir de hambre”.
CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA Dr. Jorge Augusto García Echalecu
Parte 2
Papá, dejame respirar Segunda y última parte del artículo escrito por el periodista canadiense Carl Honoré. En la primera parte, publicada en Papis 37, el autor explicaba los males de la “híper paternidad”. A continuación, la feliz aparición de una tendencia a reducir las exigencias y a tomar las cosas con más calma. La buena noticia es que el cambio ya ha comenzado. Por toda Europa, Asia y América, la gente busca maneras de dar marcha atrás, de dar a los niños mayor libertad para explorar el mundo a su propio ritmo, de permitirles ser niños nuevamente. Muchas escuelas están poniendo freno a la obsesión con los exámenes y reducen la carga de trabajo académico. Para sorpresa de todos, descubren que los alumnos aprenden mejor cuando tienen más tiempo para relajarse, reflexionar y hacerse cargo de su propio aprendizaje. No hace mucho, una escuela privada escocesa, el colegio Cargilfield (http://www.cargilfield.com/), prohibió los deberes para los alumnos de entre 3 y 13 años. En un año, las notas de los exámenes de matemáticas y de ciencias subieron casi un 20%. La medida les da además a los chicos más tiempo para distenderse y jugar. “Tiene mucho que ver con que los niños disfruten cuando son pequeños y no conviertan su día en una larga y única tarea”, dice John Elder, el director del establecimiento. “Estamos aquí para disfrutar, y nunca volveremos a tener la oportunidad de revivir nuestra infancia”. Este año, Toronto se ha convertido en la primera ciudad de América del Norte en suprimir por completo los deberes para los niños de cualquier edad. En sintonía con esta tendencia, en ciudades de todo el mundo se fijan ahora días especiales en los que todos los deberes y actividades extracurriculares se suspenden. Para muchas familias, ir una sola tarde a karate o a hockey sin tener que salir corriendo es un alivio tan grande que recortan su agenda durante el resto del año. Algunas universidades de élite están enviando un mensaje similar. El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) modificó recientemente la solicitud de ingreso, poniendo menos énfasis en el número de actividades extracurriculares en las que puede inscribirse el aspirante para hacer más hincapié en aquello que realmente le despierta su pasión. Incluso la poderosa Universidad de Harvard recomienda a los ingresantes revisar su lista de actividades antes de entrar. Publicada en la página web de la universidad (http://www.eecs.harvard.edu/~lewis/SlowDown2004.pdf), una carta abierta del ex decano Harry Lewis advierte a los estudiantes que sacarán más de la universidad, y ciertamente de la vida, si hacen menos cosas y se concentran en aquellas que realmente los apasionan: “Tendrán más posibilidades de sostener el intenso esfuerzo necesario para realizar un trabajo de nivel en una determinada área si se permiten cierto tiempo libre, cierta recreación, cierto tiempo para estar solos, en lugar de llenar su agenda con tantas actividades que no tengan tiempo de pensar por qué están haciendo lo que están haciendo”. Lewis también apunta a la idea de que todo lo que hacen los jóvenes debe tener una retribución apreciable o contribuir a forjar el currículum perfecto. “Equilibrarán mejor su vida si participan en algunas actividades por pura diversión, y no para alcanzar un rol de liderazgo que (ustedes esperan) les pueda servir como credencial distintiva para un empleo de posgrado. Las relaciones que construyan con sus amigos y compañeros de habitación en su tiempo libre quizá tengan una mayor influencia en su vida futura que el contenido de algunos de los cursos a los que están asistiendo”. El título de la carta suena como un desafío directo a la cultura de la programación excesiva: “Bajen el ritmo: Sacar más de Harvard haciendo menos”.
Familias de todo el mundo hacen caso del llamado. Para los Kessler, de Berlín, el punto de inflexión se produjo cuando sus hijos –Max, 7 años, y Maya, 9– empezaron a pelearse constantemente. La madre, Hanna, juzgó que el exceso de actividades extraescolares (violín, piano, fútbol, tenis, esgrima, voleibol, taekwondo, badminton y clases particulares de inglés) los estaba distanciando. “Cuando yo era chica tenía mucho tiempo libre para estar con mis hermanos”, nos dice. “Nos llevábamos bien, y seguimos llevándonos bien. Al ver los horarios de mis hijos, me di cuenta de que Max y Maya prácticamente no pasaban ningún tiempo juntos, porque uno o el otro siempre estaba yéndose deprisa a alguna actividad”. Hanna decidió reducir la agenda a tres actividades extraescolares por niño. Los chicos no echan de menos las clases que abandonaron, y la armonía entre los hermanos parece haberse instalado en la casa de los Kessler. “Ahora nos llevamos mejor”, dice Maya. “Nos divertimos mucho juntos”. Max pone los ojos en blanco, Maya le lanza una mirada feroz y, por un instante, parece que las viejas hostilidades podrían reanudarse. Pero entonces los dos se echan a reír. Hanna sonríe con una expresión radiante. “Jamás volvería a estar ocupada todo el tiempo”, dice. Para devolverles los deportes juveniles a los jóvenes, las ligas están tomando fuertes medidas contra los padres que gritan insultos desde el costado del campo, y ponen ahora el acento en que los chicos aprendan y disfruten el juego, y no en que ganen a toda costa. Un equipo de hockey sobre hielo de Toronto formado por niños de 10 años dejó de llevar estadísticas personales, controlando que todos los chicos, independientemente de su capacidad, jueguen la misma cantidad de tiempo. El resultado: los niños volvieron a enamorarse del hockey, mejoraron su nivel y ganaron casi veinte torneos en tres años. Hasta los padres fanáticos están aprendiendo a relajarse. Vicente Ramos, un abogado de Barcelona, solía controlar desde el costado de la cancha a su hijo Miguel, de 11 años, cada vez que éste jugaba al fútbol. La mayor parte del tiempo se la pasaba gritando: “¡Corre al área! ¡Pasa la pelota! ¡Marca a ese jugador! ¡Vuelve a tu posición!”. Después, mientras volvían a casa en el auto, analizaba el partido y le ponía a su hijo una nota, de uno a diez. Un día, Miguel, un niño fuerte, rápido y dotado de una excelente izquierda, le dijo que quería abandonar el fútbol. “Me quedé duro”, cuenta Ramos. “Hubo un montón de gritos, de discusión y llanto, y al final salió con que estaba harto de mí porque yo siempre le estaba encima”. Ramos decidió tomarse las cosas con más calma. Ahora, se limita a veces a llevar a su hijo al club y se va a un bar a tomar un café mientras lo espera. Cuando se queda a verlo, reduce al mínimo sus indicaciones. En el camino de vuelta, ya no califica la actuación de Miguel, y, con frecuencia, hablan de cosas ajenas al fútbol. Ramos se siente sorprendido y aliviado al comprobar que su humor de la semana ya no está teñido por la suerte de su hijo en la cancha. Y lo que es más importante, Miguel ha redescubierto su amor por el fútbol y siente que juega mejor. “Ahora sólo pienso en el juego y en lo que voy a hacer con la pelota, en vez de preocuparme por lo próximo que va a gritar mi papá”, dice. “Es un gran alivio”. Nuestra tendencia a envolver a los chicos entre algodones para protegerlos del más mínimo riesgo también está siendo reconsiderada. En un nuevo jardín de infantes de Escocia, los niños de tres años pasan el día en un bosque, negociando con el clima riguroso, los fogones y los hongos venenosos. Por supuesto, sufren algún que otro raspón o quemadura, pero van al jardín más contentos, más seguros y menos propensos a enfermedades y alergias que sus pares de los jardines de infantes tradicionales. O fíjense en el éxito mundial de El libro peligroso para niños, de Conn Iggulden, un manual lleno de ideas para que los chicos disfruten todo tipo de pasatiempos de alto riesgo, desde carreras de carritos hasta hacer hondas y catapultas. Todos estos cambios implican criar a los niños con un toque más liviano, permitiendo que las cosas sucedan en lugar de forzarlas. Pero hay mucho más por hacer. Necesitamos tener escuelas, deportes, publicidad, tecnología y planificación urbana mejor pensadas para los niños. Debemos rescatar la idea de que el simple juego, cuando se deja a los chicos hacer lo que tienen ganas sin metas ni objetivos, es una parte esencial de la salud infantil. Un buen punto de partida es reservar una o dos horas diarias para que se entretengan ellos mismos sin ayuda de la tecnología o de los adultos. Para lograr que algo de esto ocurra, los padres tienen que aprender a relajarse. Pero, ¿cómo saber si
estamos presionando demasiado a nuestros hijos? No siempre es fácil, pues el límite entre la paternidad comprometida y la híper paternidad puede ser muy delgado, si bien hay señales de advertencia indicadoras. Si uno le hace los deberes a su hijo o se queda ronco de gritar cuando va a verlo a una competencia deportiva, si espía su página de MySpace o no lo dejar correr tantos riesgos como los que uno corría a su edad, si lo ve dormido en el auto cuando lo lleva a su siguiente actividad extraescolar, o si le cita textualmente manuales para padres, puede que esté pasándose de la raya. El primer paso para relajarse es sacarse de encima el perfeccionismo. No hay ninguna receta mágica para ser padres. La ansiedad y la duda son parte natural de la crianza de los hijos, y no una señal para empezar a controlarlos más todavía. La infancia no es una carrera que sólo los niños alfa pueden ganar. Cada niño es diferente. Fíjese en las personas de su propio entorno social a las que más admira y que más le agradan: lo más probable es que hayan llegado a la adultez por caminos distintos. Muchas quizá maduraron tarde. Y la mayoría de ellas prosperó en la vida sin que las sobre controlaran desde su nacimiento. Sin embargo, un toque más liviano no siempre es la mejor política. En lo que atañe a proteger a nuestros hijos del consumismo, necesitamos actuar con mano más dura. Por eso es que en todo el mundo hay campañas de padres para impedir que las empresas pongan anuncios publicitarios en las escuelas. Hay también una fuerte reacción contra la tendencia a las fiestas de cumpleaños cada vez más costosas. Muchos padres ponen ahora un límite de gastos para los regalos y el cotillón, o directamente los eliminan. Otros acuerdan un límite de invitados. En otras palabras, los padres están reaprendiendo el arte perdido de decir NO. Hoy, muchos niños necesitan realmente escuchar más seguido la palabra no. Mientras invertimos tiempo, dinero y energía en ayudar a nuestros chicos a tener un currículum ganador, en materia de disciplina tendemos a vacilar un poco. Simplemente, parece más fácil decir que sí a otra hora más de Nintendo o a un cuarto desordenado. Pero los niños a veces necesitan disciplina y una mano firme. Los límites los hacen sentirse seguros y los equipan para la vida en un mundo construido en base a reglas y acuerdos. Lo fundamental es que, respecto de la crianza de los hijos, debemos aprender cuándo hacer menos y cuándo hacer más, cuándo emplear un toque suave y cuándo ser duros. Lamentablemente, los padres no podemos comprar ni alquilar esa sabiduría: eso viene de adentro. Nosotros conocemos a nuestros hijos mejor que nadie, lo que significa que la mejor manera de ser padre es confiar en nuestro instinto. Escribí "Bajo presión" para dar a los lectores la confianza que les permita bloquear la presión de los pares y los mensajes confusos, tanto de la industria del asesoramiento para padres como de los medios de comunicación, a fin de que puedan hallar el equilibrio que mejor convenga a su familia. ¿Y qué hay de mí? Bueno, voy mejorando en cuanto a hallar ese equilibro. Hace poco, mi hijo me anunció su intención de entrar en el club de dibujo que hay en la escuela. Me las arreglé para sonar complacido sin hacer un gesto de victoria ni decirle “Yo te lo dije”. Fue su decisión, y yo sabía que debe seguir siendo así. Sólo espero recordar esa lección cuando llegue el momento de organizar su primera exposición... Fuente: Revista Noticias Carl Honoré
EL ESTRÉS SEÑAL DE ALARMA Las estadísticas que se reciben en los últimos tiempos informan que los trastornos, las enfermedades y las muertes, como consecuencia del Estrés, aumentaron de manera alarmante. Por un lado, la mayoría de las personas usan cotidianamente el término ESTRÉS, pero desconocen su real significado. Los médicos, por otro lado, si no encuentran el motivo de una dolencia, utilizan el Estrés como comodín y culpable de todos los infortunios. En general tienen razón, ya que la mayoría de las personas lo padecen, pero por otro lado no le recetan el tratamiento adecuado y lo minimizan, o le devuelven al paciente un “modifique su vida…”, o “baje un cambio…”, pero no le dicen cómo hacerlo. Una de las tantas definiciones del Estrés sería “el desajuste entre el hombre y el ambiente”, entendiendo como ambiente no sólo su entorno físico sino también la realidad percibida por cada uno. También otra definición sería” cuando frente a un estímulo no especificado un individuo pierde la capacidad de adaptación, y para que un suceso sea percibido como estresante, dependerá de la naturaleza del mismo, de los recursos de cada persona, de sus defensas, y de los mecanismos de afrontamiento.” Hace ya más de 30 años, en una oportunidad, acompañé a mi hermana -que actualmente vive en Roma- al teatro Colón para ver la ópera “Carmen”. Mi hermana era amante de la ópera y yo no estaba interesado en lo más mínimo, pero su insistencia (en realidad admiro su perseverancia) venció mi resistencia, de tal manera que soporté estoicamente todo el espectáculo tratando de poder ver el reloj en la oscuridad para saber cuánto faltaba, moviéndome en el asiento o contemplando a mi alrededor. De pronto al mirar al señor que estaba a mi lado, observé sorprendido que estaba llorando; siempre recuerdo esa escena porque me hizo comprender claramente cómo una misma situación puede ser angustiosa o tensionante para una persona y motivo de deleite y goce máximo para otra. Desde hace tiempo las investigaciones distinguen dos tipos de Estrés: el EUTRES, que es beneficioso, y positivo para el organismo (por ejemplo, un muchacho espera el encuentro con una chica que le gusta y tiene taquicardia) y el DISTRES que es perjudicial y negativo. Allí el individuo no tiene capacidad de adaptación, genera agotamiento y puede traer primero cambios funcionales y luego orgánicos. O sea que el Distrés puede generar enfermedades orgánicas como infarto, úlcera o psíquicas como Depresión o Ansiedad. En realidad, cuando mencionamos al Estrés estamos hablando del Distrés. El Estrés -es decir el estrés positivo- normalmente lo ignoramos y es importante tenerlo en cuenta. Como el Estrés puede traer en el individuo los trastornos mencionados, debe ser tratado correctamente por el Psiquiatra, que conoce la medicación específica que debe utilizar, y con psicoterapia dinámica, con objetivos
focalizados, o cognitivo conductual, que también da buenos resultados. El aspecto paradójico por otro lado, esta en el Manual de Enfermedades Mentales que utilizamos los Psiquiatras, en el cual solamente aparece como diagnostico la palabra Estrés, en el Trastorno de Estrés Postraumático(F43.1) , y en el Trastorno de Estrés Agudo(F43.0), que corresponden a situaciones limites, o muy traumáticas (guerra, accidentes, violaciones, etc.)a que ha sido expuesta una persona. El Diagnóstico que se refiere al Estrés que menciono en este articulo es el de Trastorno Adaptativo (F43), en el cual los síntomas aparecen en respuesta a un estresante identificable, pero que depende la reacción de las características de cada persona. En definitiva independientemente de la denominación, que se use, el Estrés debe ser tratado para evitar lesiones orgánicas. La medicación se indicaría para actuar rápidamente en la sintomatología, y la Psicoterapia para ayudar al paciente a modificar los tipos de hábitos y conductas, que lo llevan a vivir mal y probablemente poco. Cuando experimentalmente se ha sometido a ratas a un constante e impredecible estrés (por medio del hacinamiento, shocks eléctricos, cambios en las comidas, interrupción del sueño, etc.) se ha comprobado que los animales se vuelven tensos, irritables, incapaces de descansar, etc. (cualquier coincidencia con los argentinos de hoy es pura coincidencia). Si tomamos como ejemplo al “Homo Sapiens” en la prehistoria sabemos que aquel estaba sometido a muchos peligros, cazar para sobrevivir, abrigarse por las bajas temperaturas, buscar un refugio, evitar el ataque de animales peligrosos, etc. El hombre actual que, aparentemente, tiene una vida más confortable, debe estar en la pelea por posicionarse en la vida, debe soportar las presiones de la sociedad de consumo; nunca está tranquilo ya que (por ejemplo) el celular puede sonar en cualquier momento y lugar. Es decir que, comparando tipos de vida riesgosa, el hombre primitivo tuvo una vida bastante más tranquila y apacible que el actual. Si uno viaja en subte o en colectivo y se dedica a mirar las caras de las personas, se da cuenta rápidamente que la mayoría está preocupada o malhumorada. Estudios serios han comprobado que las personas que se enfrentan al estrés general en forma optimista no suelen experimentar trastornos somáticos; en cambio en los pesimistas, sucede todo lo contrario, es decir, aumenta la cantidad de patologías. Hoy también se sabe que el Estrés sería causa probable de una cantidad de enfermedades no explicadas para la medicina actual y que están en franco incremento: cistitis intersticial, fibromialgia, colon irritable, depresión atípica, dolor pelviano crónico, síndrome de fatiga crónica, etc. En conclusión, sugiero dos cosas: Primero, que la mejor droga antiestrés es el placer (considerando lo que es para cada uno placentero) o sea, busque siempre el placer, no se resigne. Tener cosas placenteras, es tener recreos (como en el colegio), y los recreos son importantes para poder seguir enfrentando las dificultades que nos presenta la vida. Recuerde que estar sano psíquicamente no significa no tener problemas, sino el poder enfrentarlos. Segundo, no desestime las señales de alarma del cuerpo o la mente. La mayoría de las personas con consecuencias físicas o psíquicas del estrés tuvieron antes alguna señal. Una vez me encontraba viajando en mi auto y de pronto sentí un ruido en el motor. Me tapé con algodones los oídos y dejé de sentirlo ya que estaba apurado. Luego se prendió una luz roja en el tablero, me puse anteojos muy oscuros y dejé de verla. Poco después el auto se detuvo y no funcionó más, me costó más dinero arreglarlo y estuvo más tiempo en reparación. Cuántas veces hacemos lo mismo con nuestra propia persona, negamos las señales de alarma, pero el costo puede significar la vida o lesiones permanentes. En ese momento ya es tarde, ya no son señales son consecuencias. O sea que quien no percibe las señales recibe inevitablemente las consecuencias. Y si percibe las señales pero no está seguro de qué hacer o cómo hacer para cambiar de vida no importa. Por lo menos comience a dudar del tipo de vida que lleva, comience a reflexionar, en la duda comienza el camino para el cambio. Como dijo Jorge Luis Borges “la duda es uno de los nombres de la inteligencia”. Dr. Saul Salischiker
Roseola infantil, Exantema súbito o Sexta enfermedad De la noche a la mañana nuestro pequeño se llena de manchitas. Está claro que estamos frente a una enfermedad eruptiva. Pero, ¿sabemos distinguir cuál es...? De pronto, su hijo amanece cubierto de manchitas cutáneas. Evidentemente, estás ante una de las típicas enfermedades eruptivas de la infancia. Sarampión, rubéola, varicela, escarlatina... En este caso vamos a tratar de la roséola, una eruptiva de la que se habla poco, casi desconocida, confundida con otras parecidas y, sin embargo, muy frecuente. Podemos incluso afirmar que es la enfermedad eruptiva más frecuente que pueden padecer los niños en los tres primeros años de vida y mas específicamente entre los seis y los 24 meses. También es conocida como exantema posfebril o la sexta enfermedad. Como la mayoría es viral, muy frecuente y también de curso muy benigno. Como todas las enfermedades eruptivas, se presenta preferentemente al final del invierno y, sobre todo, en primavera. Se cree que es causada por un virus, aunque nunca se ha llegado a aislar al supuesto virus responsable. Se contagia fácilmente de un niño a otro, o a través de los familiares del pequeño. Los síntomas. El niño se encuentra muy bien de salud y un día, después de que hayan pasado entre siete y diecisiete días después del contagio, empieza a presentar una fiebre alta. A pesar de la elevada temperatura, el pequeño no pierde el apetito, sino que come normalmente, continúa con ganas de jugar, y la verdad es que no tiene mal aspecto. En realidad, no parece que esté padeciendo una enfermedad, aunque en algunos momentos febriles se encuentre más inquieto, intranquilo o somnoliento. Cuando el médico lo examina, encuentra la garganta enrojecida y en los ganglios de la parte posterior de la cabeza puede observar una pequeña inflamación. Después de tres o cuatro días de fiebre, ésta baja bruscamente y aparece un exantema (manchas en la piel) en forma repentina. Por eso, a la roséola también se la conoce como exantema súbito o fiebre de los tres días. Estas manchitas son de color rosa pálido, de 1 a 5 mm., localizadas con más intensidad en el cuello y el tronco. Son manchas minúsculas, llamadas a veces la alfombrilla, que desaparecen a los dos o tres días. Estas manchas se parecen tanto a las de otras eruptivas infantiles, que muchas madres se confunden y creen que su pequeño tiene rubéola, sarampión o alguna de las otras más comunes. Sin embargo, la roséola tiene una característica distintiva que nos ayuda a diferenciarla: las manchas surgen cuando baja la fiebre, mientras que en el resto, de las eruptivas, éstas salen cuando la fiebre está en su apogeo. El tratamiento. Es nuestro pediatra quién nos dará las pautas. Al ser una enfermedad vírica, no tiene tratamiento. De cualquier modo, no debemos bajar la guardia y vigilar al niño atentamente por si aparecen otros síntomas, en cuyo caso volveremos a consultar a nuestro pediatra. Por lo general, bastará con tratar de aliviar a nuestro pequeño enfermito con antitérmicos para bajar la temperatura. Los antibióticos no serán necesarios, pues resultan ineficaces en las infecciones eruptivas. Si es importante mantener al niño alejado de otros niños de menos de tres años (durante una semana desde que brota el salpullido), para evitar que se contagien, ya que no existe ninguna vacuna. La fiebre de los tres días Este afección llamado roséola, ha recibido también el apodo de fiebre de los tres días, pues la fiebre sube de pronto y se mantiene exactamente durante tres días. Afortunadamente, tal como se ha comentado es una enfermedad benigna que no afecta seriamente el estado del niño y que le permite seguir jugando con normalidad. Ya hemos dicho, las pintas desaparecen a los dos días y respetan la cara. Fuente: Dr. Pedro barreda. http://www.pediatraldia.cl/mi-pediatra.blogspot.com
CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA Dres. Matamoros y Ringuelet
Mitos y realidades sobre la lactancia materna Alrededor de la lactancia materna proliferan los mitos, tanto en la población general como entre el mismo personal de la salud. El problema de esos mitos es que son falsos y llevan a adoptar conductas erróneas, como detener la lactancia. A continuación, una lista de los mitos más frecuentes y su refutación MITO La lactancia frecuente nos lleva a baja producción de leche. Es conveniente amamantar sólo 4 a 6 veces al día para mantener una buena producción.
REALIDAD La verdad es exactamente al revés: la producción de leche aumenta mientras más seguido se alimente al bebé. Una buena frecuencia es entre 8 y 12 veces al día durante las dos primeras semanas. MITO La madre que amamanta debe espaciar las tomas para dar tiempo a que sus pechos se vuelvan a llenar. REALIDAD El cuerpo de la madre durante la lactancia siempre está produciendo leche. Mientras más vacío esté el pecho, más rápido produce leche para reemplazarla. Si una madre espera a que sus pechos se llenen antes de amamantar, su cuerpo recibirá el mensaje de que se está generando demasiada leche y por consiguiente reducirá su producción total. MITO La madre debe beber leche para poder producir leche. REALIDAD La baja producción de leche se debe, en la mayoría de los casos, a no amamantar frecuentemente y/o a una mala posición. El estrés, la fatiga o la mala nutrición rara vez son causa de este problema porque el cuerpo de la madre tiene un mecanismo natural de supervivencia, desarrollado para proteger al bebé. MITO Si el bebé no aumenta de peso, puede deberse a la baja calidad de la leche materna. REALIDAD En la mayoría de los casos, el bajo peso está relacionado con que no se le permite tomar la suficiente leche al niño, o con problemas de salud del bebé o de la madre. MITO Los bebés obtienen toda la leche que necesitan entre los primeros 5 y 10 minutos. REALIDAD El recién nacido, que está aprendiendo, necesita más tiempo para comer, entre 15 y 30 minutos. Lo mejor es permitirle succionar hasta detectar signos de saciedad, como que se retire solo del pecho, y relaje sus piernas y brazos. MITO Siempre deben usarse ambos pechos en cada toma. REALIDAD Es más importante permitirle al bebé terminar con el primer pecho aunque no tome del segundo para que incorpore grasas que le ayudarán a ganar peso. La siguiente toma se empezará con el pecho que terminó. MITO Amamantar frecuentemente puede llevar a la depresión posparto. REALIDAD Se cree que la depresión es causada por la gran variación hormonal después del parto. Esto ocurre más comúnmente en mujeres con problemas en su entorno durante el embarazo o incluso antes del mismo. La
lactancia materna actúa como un mecanismo de protección contra la depresión. MITO Amamantar a libre demanda no profundiza el lazo madre-hijo e inclusive tiene un impacto negativo en la relación de pareja. REALIDAD Al contrario. Por un lado, si la madre y el hijo están en sincronía, el lazo que los une mejora. Por otro lado, los padres maduros comprenden que las necesidades de un recién nacido son intensas y luego disminuyen con el tiempo. De hecho, atender al bebé en equipo puede acercar a la pareja, al mismo tiempo que desarrollan sus habilidades como padres. MITO Si el niño amamanta frecuentemente, puede llegar a ser una persona obesa. REALIDAD Está demostrado que los niños amamantados controlan la cantidad de alimento que desean en cada toma. Alimentar con fórmula e introducir comidas sólidas a temprana edad proporciona mayores probabilidades de obesidad. MITO Amamantar acostada puede causar infección en el oído del bebé. REALIDAD Debido a que la leche materna tiene una combinación de anticuerpos, factores antiinflamatorios e inmunomoduladores, el bebé es menos propenso a desarrollar infecciones de cualquier tipo, sin importar la posición en la que se amamante. MITO No existe la confusión de pezón. REALIDAD No es igual la alimentación al seno materno y con mamadera. Un biberón exige menores habilidades orales, comparado con el pecho. Algunos bebés desarrollan una confusión cuando cambian constantemente entre ambos métodos, puesto que aplican técnicas de succión inapropiadas para el pecho. MITO No hay necesidad de despertar al bebé para amamantarlo. REALIDAD Los recién nacidos a veces no despiertan seguido y se les debe despertar por lo menos cada 3 horas, por el peligro de hipoglucemia (baja en sus niveles de azúcar, pérdida de peso mayor a lo normal). MITO Es importante que otros miembros de la familia alimenten al bebé para que se identifiquen y se forme un lazo con ellos también. REALIDAD Alimentar no es el único método por el cual la familia puede conseguir un acercamiento con el bebé. Pueden cargarlo, arrullarlo, bañarlo, jugar, etc. Todas estas actividades son igualmente importantes para su desarrollo y pueden servir como medio para formar apego. MITO Algunos bebés son alérgicos a la leche materna. REALIDAD La leche materna es la sustancia más natural que un bebé puede ingerir. Si un niño no se muestra a gusto con esta alimentación, probablemente se deba a alguna proteína externa absorbida por la leche, pero no a la leche en
sí. La solución es que la madre identifique el alimento y lo deje de consumir por un tiempo. MITO Amamantar más de 12 meses es inútil porque la calidad de la leche empieza a bajar después de los 6 meses.
REALIDAD La composición de la leche materna cambia para adaptarse a las necesidades del bebé mientras crece. Por lo tanto, su ingesta continúa complementando y enriqueciendo las defensas. El sistema inmunológico humano madura hasta los 6 años de edad. MITO Si la madre se enoja o se asusta hay que suspender la lactancia. REALIDAD Estas emociones no afectan la calidad o la cantidad de leche. Sí es importante la tranquilidad de la madre para que el reflejo de bajada no se bloquee. MITO Cuando está amamantando, la madre no debe bañarse con agua fría. REALIDAD Este hábito no afecta la calidad ni la cantidad de leche producida. MITO Una mamá resfriada debe suspender la lactancia. REALIDAD Si la madre está resfriada, deberá tener cuidado de no contagiar a su hijo con el uso de un barbijo. No se justifica suspender la lactancia ya que la leche no sufre modificaciones y, en cambio, puede protegerlo contra infecciones. MITO Cuando la leche tiene un aspecto fuera de lo común, no sirve para alimentar al bebé. REALIDAD El color de la leche humana es diferente al de la leche de la vaca. Es conveniente recordar que al inicio de la tetada, el color es más claro que al final. La leche materna por definición siempre es óptima para los bebés. MITO La leche acumulada se echa a perder, por lo tanto no debe darse al niño. REALIDAD La leche materna no sufre alteraciones, siempre está en buenas condiciones. MITO Las madres que se acaloran no deben amamantar porque la leche le hace daño al bebé. REALIDAD El calor del sol o del fuego que reciben algunas madres no altera la leche. Puede continuar la lactancia, procurando ingerir líquidos para satisfacer la sed. CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA Dr. Horacio Reyes Clínica Pediátrica PIGUI – México
Información sobre el virus de influenza A (H1N1) swl El 11 de junio de 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó el nivel de alerta de pandemia de influenza a la fase 6, que se caracteriza por la propagación sostenida del virus de persona a persona en más de una región de la OMS. Al 25 de junio de 2009, 114 países han confirmado oficialmente 59.374 casos de infección humana por virus Influenza A (H1N1) con 263 fallecidos. ¿Qué se conoce de este nuevo virus? El nuevo virus infecta preferiblemente a los más jóvenes. En casi todas las zonas donde se registran brotes grandes y persistentes, la mayoría de los casos se han dado en personas de menos de 25 años. En algunos de esos países, alrededor del 2% de los casos han sido graves, a menudo progresando rápidamente hacia formas potencialmente mortales de neumonía. La mayoría de las infecciones graves y mortales se han dado en adultos de entre 30 y 50 años. Esto difiere significativamente de lo que se observa durante las epidemias de influenza estacional, cuando la mortalidad afecta mayoritariamente a las personas de edad. Muchos casos graves, pero no todos, se han dado en personas que ya sufrían alguna afección crónica. ¿Cómo se contagia este virus? Hasta el momento se conoce que el virus se transmite en forma similar al virus de la gripe habitual, a través de la tos y al estornudar. También cuando una persona toca una superficie contaminada con secreciones respiratorias y se lleva la mano a la boca o a la nariz. ¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad? Son similares a los de la gripe habitual: fiebre alta, dolores musculares, dolor de cabeza, tos seca y dolor de garganta. Algunas personas pueden presentar también náuseas, vómitos y diarrea. ¿Quiénes pueden infectarse con el nuevo virus de influenza? Se considera que Argentina tiene en estos momentos dos categorías de transmisión: el área Metropolitana, que incluye la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 19 distritos de la provincia de Buenos Aires donde la transmisión se considera extendida y el resto del país, es considerado área sin transmisión extensa. ¿Quiénes son casos sospechosos? En las áreas con transmisión extensa: Área metropolitana: (Ciudad de Buenos Aires, Conurbano Bonaerense incluida la ciudad de La Plata): * Toda persona que presente enfermedad respiratoria aguda febril (>38° C) en un espectro que va de enfermedad tipo influenza a neumonía. En las áreas sin transmisión extensa: * Toda persona que presente enfermedad respiratoria aguda febril (>38oC) en un espectro que va de enfermedad tipo influenza a neumonía y que presente síntomas dentro de los 7 días posteriores a la fecha de su salida de zonas afectadas con transmisión humano-humano sostenida (Canadá, Chile, Estados Unidos, México, y Área
Metropolitana de Buenos Aires), o presente síntomas en los próximos 7 días a haber tenido contacto estrecho con un caso sospechoso o confirmado de Influenza A H1N1. ¿Qué debe hacer una persona ante la sospecha de enfermedad? * La persona que presenta los síntomas antes descriptos, en particular si ha viajado a los lugares antes mencionados debe consultar precozmente. * No debe concurrir al colegio o al trabajo en esa situación. * También se recomienda mantener los ambientes limpios y ventilados, evitar tomar contacto con otras personas. * Evitar la automedicación y consultar con el médico lo antes posible. ¿Cómo se puede prevenir la infección? Las medidas más adecuadas son: • cubrir la boca y la nariz con un pañuelo descartable al toser o estornudar. • lavarse las manos con agua y jabón o con gel alcohólico en forma frecuente, en especial luego de toser o estornudar. • evitar tocarse la nariz, ojos o la boca luego de tocar otras superficies. • evitar contacto cercano con personas con síntomas de gripe. • se recomienda mantener los ambientes limpios y ventilados ¿Sirve la vacuna antigripal que aplicamos habitualmente contra este virus? No. No está demostrado que la vacuna de la gripe que se está utilizando actualmente tenga impacto en la gravedad o prevenga la infección contra este tipo de virus. ¿Existe una vacuna contra este nuevo virus? TODAVÍA NO. La Organización Mundial de la Salud y los productores de vacunas se encuentran desarrollando una vacuna que permita prevenir esta infección. ¿Existe tratamiento contra este virus? Existe tratamiento antiviral que es efectivo si es administrado dentro de los dos días del comienzo de los síntomas. Se dispone de dos antivirales: Oseltamivir (Tamiflu ®) y Zanamivir. El tratamiento con Oseltamivir (Tamiflu ®) queda restringido a las siguientes situaciones: En las áreas con transmisión extensa: * Todo paciente con Infección Respiratoria Aguda Grave (que requiera hospitalización) independientemente del tiempo de evolución de los síntomas. * Toda persona que sea calificada como caso sospechoso y pertenezca a alguno de los grupos de riesgo para la vacunación contra influenza estacional (según las Normas Nacionales de Vacunación), siempre dentro de las 48 horas de iniciados los síntomas. En las áreas sin transmisión extensa: * Todo caso sospechoso, según la definición, dentro de las 48 horas de iniciados los síntomas. En todos los casos se indicará aislamiento domiciliario por 7 días. ¿Dónde obtener información actualizada que sea confiable acerca de la Influenza A (H1N1)? * El Ministerio de Salud de la Nación en su página www.msal.gov.ar en la sección Alerta Epidemiológico ofrece informes acerca de la situación actual * También puede comunicarse al Ministerio de Salud de la Nación llamando al teléfono 0-800-222-1002 opción 5 CONSULTE SIEMPRE A SU MEDICO Dr. Ariel Melamud www.boletinpediatrico.blogspot.com
Las drogas: ¿En la búsqueda de la felicidad? En el anterior artículo relacionábamos el concepto de felicidad con el consumo de drogas todo ello enmarcado en la sociedad actual, basada en los principios del mercado. La cosificación de la felicidad supondría por tanto la posibilidad de comprarla, quedando esta representada a través de diversos objetos, entre ellos las drogas. De la misma forma que ocurre con el bienestar y la felicidad, otros conceptos o valores abstractos como el de la salud, son identificados con mercancías en aras a su mejor venta, convirtiéndose en productos falsamente adquiribles. En este espacio tienen cabida los medicamentos como objetos de consumo al servicio de la salud. El consumo de medicamentos no tendría como único objeto aliviar o suprimir un malestar o sufrimiento, sino, en sentido metafórico (simbólico), acercaría al sujeto a la consecución del bienestar o de la felicidad. Se ha banalizado la adquisición y el consumo de fármacos. Es frecuente la automedicación suministrándose remedios o modificando las pautas recomendadas por el médico. Cada vez es más frecuente escuchar a jóvenes ó adultos que comentan estar tomando algún tipo de remedio que fue recomendado por un amigo o sugerido en algún medio de comunicación. La industria farmacéutica es otro de los beneficiarios de esta trivialización, informándonos a través de la publicidad de una gran cantidad de productos médicos de fácil acceso, que desde su simple nombre comercial nos invitará a consumirlos y tenerlos cómodamente en nuestros hogares, consumiéndolos a demanda, con la simple lectura atenta de su prospecto. Siguiendo esta línea el sujeto solo tiene que comportarse como un paciente y esperar los efectos. La responsabilidad del sujeto sobre su sufrimiento, tanto sobre el origen del mismo como sobre su superación queda diluida. En este caso, como en tantos otros en que se adquiere un objeto para suplir un malestar lleva aparejado la pérdida de la subjetividad. Si nos centramos en los padecimientos del ánimo: la tristeza, la apatía, el nerviosismo, etc. hayamos un conjunto de fármacos (psicofármacos) cuya acción elimina en el mejor de los casos el síntoma, es decir intenta hacer desaparecer la manifestación visible de lo que nos ocurre, pero no actúa sobre el origen de este, que permanece para resurgir tal vez con otra forma, indicando que algo va mal. La búsqueda de la consecución del bienestar así entendido, tiene cada vez un precio más alto, puesto que no dejamos de adquirir cosas pensando que son estas las que nos harán felices. Ante la insatisfacción producida por el no hallazgo nos encontramos cada vez más alejados de nosotros mismos, tal vez los únicos que en realidad podemos llegar a conocer y encontrar el camino propio hacia la felicidad. ¿Hasta dónde podemos llegar en la carrera por alcanzarla? ¿Es a cualquier precio? ¿Qué rol juega el deseo en todo esto que va dando pasos agigantados sin que podamos comprender bien cuál es el destino que procura elegir? Lo cierto es que el deterioro aparece y se va apropiando de la vida del sujeto, dejando sus propias marcas. ¿Cuál sería el límite al que se podría llegar sin cruzar la línea final? ¿Existirá? Lic. Leila Chait . Psicóloga Carmen Ibañez. Trabajadora Social
» Para los más chicos...
Adivinanzas Qué hace un perro con un taladro? Ta...Ladrando Tomás A. Diaz. 7 años. Argentina
Tengo 100 amigas. Todas sobre una tabla, si no las tocas, no te dicen nada El piano Eitel, 12 años. Chile
No toma té, ni toma café, es colorado, dime, ¿quién es? el tomate Javiera Fernando, 9 años. Chile
Trabalenguas La sapa le preguntó al sapo, porque no comes sopa sapo Y a la sapa, le dijo el sapo, porque no sepo, sapa. Natanael Alejandro Rivera, 10 años. Méjico. D.F. El fantasma está enfantasmado, ¿quién lo desenfantasmará? El desenfantasmador que lo desenfantasme, buen desenfantasmador será. Isaac Medina, 9 años. España. Cuando cuentes cuentos, cuenta cuantos cuentos cuentas, porque si no cuentas los cuentos que cuentas, nunca sabrás cuantos cuentos cuentas. Anita Herrera, 11 años, Colombia
CARTA DE LECTORES
Gloria, como siempre te felicito….muy interesantes los artículos y sobre todo el de la profesión de los hijos. También me parecen excelentes el de los “mitos de la muerte súbita” y el de “otro polvo blanco””, ya que desconocía el “nuevo” uso que se le está dando a la Ketamina. ¡Saludos! Dra. Ana Urrea Flores Otorrinolaringóloga Culiacán, Sinaloa. México
Estimada Gloria. Mi nombre es Rodrigo Matamoros, soy médico pediatra y tengo un blog orientado a padres que está en www.mipediatra.blogspot.com Gracias al Dr. Melamud he tomado contacto con la Revista y cada tanto hago un enlace desde mi blog o pongo material para los padres de mis pacientes que acceden al blog. Quería contarte que la Revista Papis es de suma utilidad para padres y también para pediatras y felicitarte por eso. Atte. Rodrigo Matamoros Argentina
Gloria quería agradecerte a ti la posibilidad que me has dado al entrevistarme, para tu revista Papis, en un tema tan importante como es el de los recién nacidos en Unidades de Terapia Intensiva, y la relación de los bebés con sus papis, estando internados. Una vez más gracias por la oportunidad de dialogar, sobre la maternidad y paternidad de los padres Un gran abrazo! Hilda Botero Bogotá – Colombia
Gloria, mil felicitaciones, por tu excelente Revista papis, espero en este año venidero, poder mandarte una colaboración mensual, para Papis. Dra. Amapola Adell, médica pediatra D.F. México
Está muy buena la revista hay en ella información muy interesante, te felicito por tu creatividad. Te mando un beso enorme Lic. Silvia Appel, psicóloga, especialista en oncología infantil Bs. As Argentina
Todavía no lo leí todo pero esta buenísima Gloria. Cada vez mejor. El artículo amor sano - amor enfermo, excelente. Adelante Gloria!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Betina Kraus- Argentina