El Abeto blanco Abies alba
usamos para respirar o realizar la función fotosintética. Mis medidas más importantes Normalmente suelo tener entre 20-30 metros de altura, pero en circunstancias favorables incluso llego a los nada despreciables 50 metros. Si me encuentro en suelos profundos, la raíz principal puede legar a profundizar hasta 1,5 metros. Mis hojas suelen vivir entre 7 y 10 años, lo que hace que me encuentre muy frondoso. Soy una planta bastante longeva, es decir, que puedo vivir muchos años. Hasta que cumplo el siglo voy creciendo y madurando en altura y en forma. Después soy capaz de vivir 400 o más años si me dejan las personas y si las condiciones del ambiente me lo permiten
Quién soy Las montañas del norte encierran un especial interés por lo que tienen de fronterizas y de abruptas, y también porque en ellas nos encontramos plantas tan interesantes como yo. Cuando la gente habla de Navidad suele sacar mi nombre a relucir. Para ellos soy una especie de árbol mítico de las montañas y del frío, con mi familiar forma piramidal. Aunque me rodea ese halo de magia en realidad soy un árbol sencillo que procura sobrevivir en un ambiente muy singular. Cómo me reconoces A simple vista me puedes reconocer por tener una forma piramidal estrecha o cónica que con el paso de los años se va transformando al ir perdiendo las ramas bajas y dejando mi tronco desnudo. Mi porte suele ser muy regular y esbelto en la madurez, cuando me encuentro en la espesura correcta. El color de mi corteza es blanquecino tirando a grisáceo, y esa es la característica que me ha dado el apellido. Cuando ya estoy entradito en años y supero los 50-60, empieza a aparecerme un oscurecimiento del tronco que va de abajo arriba en el que se resquebraja mi delgada corteza en trozos que recuerdan las escamas de los peces. Mis hojas se llaman acículas porque tienen forma de aguja. Son rectas, lineales y tienen normalmente de 1,5 a 3 cm de largas y 1,5 a 2 mm de ancho, con dos líneas en su cara inferior, que en realidad son grupos de estomas que
Para qué sirvo Como planta resulto muy estratégica ya que allí donde vivo ayudo a mantener los suelos fértiles en fuertes pendientes. De esta forma mi trabajo silencioso es muy apreciado por parte de mis compañeros ya que contribuyo a mantener la casa en buen estado. Mi madera ahora no es lo más importante, pero sigo sirviendo para fabricar muebles, como chapa para recubrimientos decorativos, madera laminada, para la realización de instrumentos musicales y otros muchos usos.
Dónde me puedes encontrar Exclusivamente vivo en la región pirenaica, desde Navarra hasta Gerona y Barcelona. Algunos dice que no entienden cómo no estoy presente en los Picos de Europa, pero el caso es que si me quieres ver en estado natural tienes que acercarte a las montañas pirenaicas como las de Lérida, por el ejemplo en el valle de Arán. Necesito estar entre los 1200 y 1600 metros de altitud, aunque de forma especial llego hasta los 700m en Navarra y alcanzo los 2.000 en Huesca. Fuera de nuestras fronteras me podrás encontrar en gran parte de Europa como árbol propio de zonas Detalle templadas-frías, sobre de la hoja y de la piña