Este libro enseña a dibujar en perspectiva de una manera muy fácil y eficaz. Se utiliza un método basado en esquemas elementales, al alcance incluso del aficionado más inexperto, que permiten representar objetos diversos sin apenas esfuerzo. Después de una primera sección donde presentamos los materiales, enseguida aprendemos a representar objetos a partir de formas muy sencillas y con la sola ayuda de un lápiz y un papel. El siguiente paso es el sombreado, y nos atrevemos a plasmar la luz y la sombra sobre los objetos para realzar su volumen. Con estas primeras enseñanzas podremos abordar casi cualquier tema empleando progresivamente una amplia variedad de técnicas distintas: lápiz, lápices de colores, carboncillo, sanguina, pasteles y cretas, tinta, aguadas, etc. Se trata, en suma, de una obra dirigida a todos aquellos que quieran aprender los principios de la perspectiva para dibujar y deseen profundizar en las técnicas más atractivas del dibujo artístico.
Técnicas Básicas de Dibujo
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Dibujo de
Perspectiva
Dibujo de Perspectiva
Perspectiva
Técnicas Básicas de Dibujo
Dibujo de
ENDER R P A A R A P S E SPECTIVA OS ÚTIL R S E R P U A C L E R R JA Y U S A DIB PRINCIPIO ISBN 978-84-342-1037-0
Los
m
edios, 4 • El lápiz, 6 • El carbón, 8 • La sanguina, 10 • Cretas y pasteles, 12 • La tinta, 14 • El papel, 16
s
um
La
t
écnica, 18
• El esquema, 20 • La perspectiva frontal, 22 • La visión frontal, 24 • El círculo, el cilindro, 26 • La esfera, 28 • La visión oblicua, 30 • La perspectiva en la práctica, 32 • Tomar medidas, 34 • La perspectiva en lo cotidiano, 36 • Un muro en perspectiva, 38
• Una calzada en perspectiva, 40 • Un entorno urbano, 42 • Adaptando el esquema general, 44 • Cúpulas, 46 • Enriqueciendo una visión frontal, 48 • Analizar la forma, 50 • Los distintos planos, 52 • Una perspectiva oblicua, 54 • Perspectiva en un interior, 56 • Las líneas de fuga, 58 • Una perspectiva aérea, 60 • Un paisaje abierto, 62 • Figura y perspectiva, 64 • Perspectiva del arco, 66
Los
ariot
emas, 68
• Una hamaca en perspectiva, 70 • Un primer término con visión frontal, 72 • Un toldo en perspectiva, 74 • Bodegón con perspectiva oblicua, 78 • Realzando una perspectiva oblicua, 80 • Un buzón en perspectiva, 82 • Un esquema con líneas de fuga, 84 • Una vista aérea, 86 • Paisaje con varios planos, 88 • La perspectiva en un dibujo plano, 92 • Rectas y curvas en una perspectiva oblicua, 94 • Paisaje con reflejo en perspectiva, 96 • Perspectiva en un interior, 98 • Maceta con escorzo, 100
• Una perspectiva urbana, 102 • Cabinas en perspectiva oblicua, 104 • Baldosas en perspectiva, 108 • Un interior con vista oblicua, 110 • Tramas, sombra y perspectiva, 112 • Un primer término con vista oblicua, 116 • Casetas en perspectiva con encuadre, 118 • Puente con un punto de fuga, 122 • Un chalet en perspectiva, 124
Los
4
m L
edios
os materiales del dibujante son pocos y de sencillo manejo. En las siguientes páginas presentamos al lector los medios utilizados a lo largo de este libro: lápiz de grafito, lápices de colores, carbón, sanguina, cretas, pasteles y tintas. También incluimos las características de las diferentes técnicas y el tipo de papel más adecuado a cada una de ellas que permita trabajar el dibujo sin complicaciones innecesarias. Nuestra sugerencia, para empezar a dibujar temas que contengan algún elemento con perspectiva, es disponer de papel para abocetar para realizar todas las pruebas previas que convengan antes de proceder a dibujar sobre el papel definitivo.
LOS MEDIOS
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Para dibujar, sólo necesitamos dos lápices de grafito: uno para abocetar y otro para crear las sombras y efectuar trazos más enérgicos e intensos. Sin embargo, es conveniente disponer de un amplio surtido de lápices de colores. También hay que disponer de un afilalápices, ya que es preciso sacar punta a los lápices a menudo. O bien podemos optar por dibujar con minas y portaminas.
E l lápiz Todos hemos empleado alguna vez el lápiz para trazar. Este instrumento de dibujo, tan común y con el que estamos familiarizados, consiste en una mina, de grafito o de color, embutida en una funda de madera. Con el lápiz de grafito podemos trazar y sombrear mientras que con los lápices de colores, además de trazar, coloreamos.
EL LÁPIZ DE GRAFITO
LOS LÁPICES DE COLORES
Este material proporciona un trazo de un tono gris oscuro que depende de la agudeza de la punta y la dureza de la mina. A mayor dureza más fino y claro es el trazo y, por lo general, los dibujantes suelen usar lápices blandos que permiten un trazo más intenso. Para conocer el grado de dureza de un lápiz de grafito basta con buscar el número y la letra que figuran en el extremo del mango. La H indica que se trata de una mina dura, la B que es una blanda y la HB una intermedia. Cuanto más alto es el número que acompaña la letra, más dura o blanda es la mina. El lápiz adecuado para iniciar un dibujo, siempre con trazos tenues, suele ser un 2HB, ya que permite borrar sin dejar rastro para corregir errores. Sobre el boceto se usa después un lápiz más blando, de trazo más intenso, para aplicar sombras: un 4B, por ejemplo.
Disponer de una amplia gama de lápices de colores sin duda facilita el trabajo de todo artista. La mina de estos lápices permite colorear directamente sin pensar en mezclas. Para conseguir distintos tonos se superponen los coloreados, pero su habitual mina dura impide que resulten intensos. Existe, no obstante, una modalidad de lápices de colores que se pueden diluir con agua y cuya mina es blanda. Este tipo de mina potencia la intensidad de los coloreados y facilita el trazo.
A
Los trazos finos corresponden a un lápiz de grafito de mina dura y a otro de mina blanda. El tercero es el resultado de usar una barra de grafito.
B
Se pueden crear gamas tonales con mucha facilidad. Un tono intenso se obtiene apretando más la mina sobre el papel o bien superponiendo trazos. A- Con el lápiz de grafito se crean distintos tonos que, ordenados, dan una gama tonal. B- Con un lápiz de color también se puede obtener una gama tonal.
LOS MEDIOS
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El carbón se aplica, por lo general, sobre papel blanco. Pero el resultado utilizando algunos papeles de color es muy atractivo porque presenta un contraste diferente.
E
l carbón
Éste es uno de los principales medios clásicos del dibujo artístico. Se comercializa como carboncillo en rama, como lápiz de carbón o bien en forma de barrita de carbón comprimido. Conviene conocer todas las características de estas variantes. El gran atractivo del carbón para el dibujo artístico reside en su facilidad para crear gamas tonales ricas, con difuminados y degradados. Todo ello permitirá dar al dibujo una sensación de volumen importante.
EL CARBONCILLO Aunque sea un instrumento frágil que se parte con facilidad, el carboncillo permite confeccionar una gama tonal muy amplia. El carbón se difumina al pasar un trapo de algodón por encima de los trazos hasta casi desvanecerlos, lo que permite corregir y modelar.
EL LÁPIZ DE CARBÓN La mina de este lápiz es bastante dura y algo grasa. Se trata de un magnífico instrumento de dibujo que permite trazar fino sin riesgo de quebrar la punta. Menos volátil que el carboncillo, deja un rastro que no se borra con facilidad.
El carboncillo permite crear gamas tonales con suma facilidad. Cada valor se puede fundir con la yema del dedo índice y conseguir una mancha homogénea de un tono más claro. También es posible sombrear con facilidad, ya que se dispone de muchos valores tonales, entre los directos y los fundidos.
El material para dibujar al carbón suele incluir un par de carboncillos de distinto grosor y una barra de carbón comprimido. Además de un trapo de algodón para difuminar y una goma para carboncillo que resulta muy útil para hacer desaparecer un trazo tenue por completo.
LA BARRA DE CARBÓN COMPRIMIDO Una barra de carbón prensado es mucho más resistente que el carboncillo, aunque no se pueda borrar y su negro, muy intenso, amplía la gama tonal en un sombreado.
Los trazos se han realizado con ramitas de distinto grosor.
LOS MEDIOS
L a sanguina Su color rojizo es muy característico tanto en su presentación en barrita como en lápiz. Aunque menos volátil que el carboncillo, la sanguina también permite crear una gama tonal rica y delicados degradados.
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Para realizar trazos finos sirve el lápiz sanguina y también la arista de una barra. Si deseamos obtener un trazo grueso, partimos la barrita y presionamos su flanco sobre el papel.
Si dibujamos con lápices deberemos disponer de sanguina, sepia, creta blanca y algún carbón.
EL SEPIA CARACTERÍSTICAS DE LA BARRA DE SANGUINA La barra de sanguina, de color rojizo, es fina, bastante resistente y permite trazar con las aristas. Para colorear una zona amplia del dibujo se traza con un flanco de la barra. La sanguina no se borra con facilidad y los primeros trazos se efectúan muy tenues para evitar errores.
CARACTERÍSTICAS DEL LÁPIZ SANGUINA Una mina de sanguina embutida en una funda de madera es más dura que la barra. Ambas se pueden combinar en un mismo dibujo. El lápiz, de manejo fácil, permite dibujar tramas finas con suma facilidad.
El sepia, en barra o en lápiz, es un color más oscuro que la sanguina. Algunos artistas realizan todo un dibujo en sepia, con su gama tonal y sus fundidos. En otros dibujos, sanguina y sepia se complementan con buenos contrastes y ampliando las gamas tonales con sus mezclas.
EL DIBUJO À TROIS CRAYONS La modalidad à trois crayons aúna en un mismo dibujo carboncillo, sanguina y creta blanca. El carboncillo y la sanguina se pueden mezclar y obtener a partir de ello ricas gamas tonales, ya que la sanguina se oscurece con el carbón. La creta blanca se emplea para realzar, dado que introduce contrastes de luz importantes.
A- Confeccionar un degradado es muy inmediato. Basta con presionar un poco sobre un trozo de barrita encima del papel e ir ejerciendo más presión progresivamente hasta obtener el tono más intenso. B- Un degradado mediante tramas es una colección de trazos que se van superponiendo hasta obtener tonos más oscuros. Son series de trazos que siguen direcciones distintas y se superponen.
A
B Con un trozo de barrita de sanguina es sumamente fácil confeccionar una gama tonal: basta con presionar cada vez con más intensidad para obtener tonos más intensos.
Este libro enseña a dibujar en perspectiva de una manera muy fácil y eficaz. Se utiliza un método basado en esquemas elementales, al alcance incluso del aficionado más inexperto, que permiten representar objetos diversos sin apenas esfuerzo. Después de una primera sección donde presentamos los materiales, enseguida aprendemos a representar objetos a partir de formas muy sencillas y con la sola ayuda de un lápiz y un papel. El siguiente paso es el sombreado, y nos atrevemos a plasmar la luz y la sombra sobre los objetos para realzar su volumen. Con estas primeras enseñanzas podremos abordar casi cualquier tema empleando progresivamente una amplia variedad de técnicas distintas: lápiz, lápices de colores, carboncillo, sanguina, pasteles y cretas, tinta, aguadas, etc. Se trata, en suma, de una obra dirigida a todos aquellos que quieran aprender los principios de la perspectiva para dibujar y deseen profundizar en las técnicas más atractivas del dibujo artístico.
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