Julio de 2013
Luz y vida Parroquia de Santa Lucía, Campeche
Mensaje del Párroco: P. Joaquín López ¡Es un gusto poder seguir en comunicación por este humilde medio! ¡Les saludo con cariño y la esperanza de seguir creciendo en nuestra respuesta a Dios en este tiempo en que toda nuestra Iglesia ha querido profundizar y renovarse en la fe! En este tiempo que resta del “Año de la Fe”, vamos a proponer una formación especial los viernes de cada quince días a las 8 pm al terminar la Misa en el templo. En los avisos encontraras las fechas y las temáticas correspondientes. Hemos integrado un equipo que se está preparando concienzudamente. Sobre el punto de la fe, hay que notar que algunos confunden la fe natural con la fe cristiana. En una ocasión me topé con una revista de Selecciones, en ella había un largo artículo sobre la fe que la reducía a pura corazonada. En efecto, existe esa fe que se apoya en la vida y el mundo, en las cosas que son en esencia buenas, y por lo tanto se puede esperar de ellas algo positivo, pero esta fe no es la fe cristiana. De hecho, esa fe contrasta también con la experiencia del mal y de su enorme influencia en la vida de todos. Existe la fe en el sentido de la confianza humana natural, por la cual la humanidad avanza hacia su futuro apoyándose en las conquistas del pasado. Es por ejemplo el caso de la ciencia, o sea, los científicos se apoyan en las conquistas de otros sin someter todo lo logrado hasta hoy a experimentación, y de este modo avanza la ciencia. Pero también este tipo de fe se ve frenada cuando crece la desconfianza en una sociedad. La fe cristiana es un don, porque nace del encuentro con Dios que es la verdad de todo, pero dicho encuentro ocurre en la presencia humanada de su Hijo, es decir, de su presencia en nuestro mundo, en nuestro campo vital; de este modo la verdad se presenta con la oferta de un Destino compartido entre ese mismo Dios que ha venido a nosotros, y nosotros mismos, y que solo se alcanza siendo fieles a su proyecto transmitido. Dejemos que Dios cuente en nuestras vidas. ¡Un abrazo!