el lugar,31 dr. fourquet 31, 28012 madrid
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art low cost
ART LOW COST & CO-WORKING
entra y p贸nte comodo...
FOTOGRAFÏA DE MODA
Tradicionalmente se generalizó la opinión de que la moda era un fenómeno pasajero, frívolo, falto de cualquier clase de consistencia real o ideológica y se adoptó ante ella una postura ética que relegó su estudio e hizo que su forma de conocimiento fuera poco elaborada. Dicha actitud fue desapareciendo conforme la sociedad se hizo más laica hasta poder compararla con lo que Nietsche decía refiriéndose a la forma de vivir de los griegos: “... eran superficiales por de tan profundos “. En la exposición vamos a intentar aproximarnos a algo tan complejo, tan contradictorio, tan poco consensuado como es la definición de moda, entendida como un fenómeno social, como un testigo de la historia en su aspecto colectivo porque como decía Umberto Eco ”la sociedad habla. Habla diariamente en sus vestidos, en sus ropas, en sus trajes. Quien no sabe escucharla hablar, en esos síntomas de habla, la atraviesa a ciegas. No la conoce. No la modifica”. Pero la moda ofrece también un aspecto individual, existe toda una psicología del vestido que Leonardo intuyó cuando dijo que “...la moda era el granito de locura humana que la distinguía del simple uso del vestido” y que conduce a pensar que podría ser la expresión disfrazada del hombre incomunicado, por eso el siglo veinte ha hecho de ella algo muy necesario. En definitiva sobreviven en ella aspectos lúdicos de nuestra infancia, el juego carnavalesco de la transformación, pero como en el carnaval ¿qué es lo que se pretende exactamente? ¿escondernos en un disfraz o ser lo que realmente somos pero no nos atrevemos a demostrar?.
encontrarรกs brotes verdes...
el lugar
edward steichen
man ray
garry winogrand
la visita es totalmente libre e intencionadamente confusa.
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ABOUT FASHION
About Fashion trata de relatar la mujer y su etcétera. Sobre esa otra mujer sujeto. Una mujer como las de Vogue elegante y sofisticada, que sublimaba la inteligencia en la distancia. Una imagen de lo femenino a la que se le presuponía un discurso intelectual ya que podía sostener esa imagen soñada. Por eso afirmaba la gran editora de moda Diana Vreeland “Sin emoción, no hay belleza”. La belleza era esencial en su trabajo, como lo era el sueño y la fantasía que vendía esa belleza. Antes que ella, visionarios como Alexey Brodovitch, Edna Woolman o Alexander Liberman habían realizado una labor clave para la imagen de la mujer y para la fotografía desde sus despachos: los grandes fotógrafos habían trabajado para ellos, y lo habían hecho dando forma a la mujer desde las páginas de sus publicaciones. Ellos hicieron de la fotografía de moda el gran arte. No obstante la gran fotografía de moda no habla sólo de moda, ni de mujer, ni de una época: su representación de una realidad va mucho más allá y se convierte en testimonio de belleza y de rebeldía: de cambio. Define la evolución de los patrones de conducta y de deseo a través del tiempo. Son actitudes que pueden provocar el que cambien las formas. Esta tendencia arrancó en Estados Unidos, y fueron publicaciones como Harper´s Bazaar, Vanity Fair o Vogue sus precursoras. Los grandes fotógrafos podían experimentar, se les permitía arriesgar: creaban arte saliendo de la convencional pose elegante recreando el mundo poblado de mujeres fastuosas o personajes andróginos. En la mayoría de los casos, la indumentaria terminaba siendo lo de menos. Las imágenes de Blumenfeld o Louise Dahl-Wolfe, los juegos cromáticos y geométricos de F.C. Gundlach o Irving Penn hacían que las prendas formaran parte de un todo elegante, fuerte y rotundo.
Bajo el mando de estos visionarios, artistas como William Klein, o Garry Winogrand estaban retratando a las mujeres y a los ideales de mujer de su tiempo. La fotografía de moda y la práctica del retrato permitieron subsistir a estos fotógrafos, mientras ellos se crecían ante la figura del encargo. La moda y el cine siempre han ido de la mano, y en esta época dorada de Hollywood los fotógrafos retrataban a las estrellas para las mismas páginas. Lauren Bacall, Marlene Dietrich o Greta Garbo eran los modelos de mujer. Las obras de los fotógrafos dan testimonio de la imagen femenina, del deseo y de la industria de esos años. Alexey Brodovitch fue clave en este desarrollo. Editor de Harper´s Bazaar desde finales de los año cuarenta hasta los sesenta, buscaba el movimiento en su revista: desplazaba la imagen utilizando los sangrados al máximo, y aceptaba siluetas y gestos borrosos. Perseguía la expresión emocional de la fotografía, y el ritmo en la maquetación de las páginas. Incitaba al experimento. Fruto de esta incitación, Lillian Bassman desarrolló una imaginería gestual única donde lo que menos importaba era el vestido. Primaba la emoción: esa emoción sin la que según Vreeland, no existía la belleza. Entre el sentimiento y el refinamiento, ahí está el mundo descriptivo de la moda. Entendiendo el sentimiento como un proceso y estado mental vulnerable al estereotipo y susceptible de eternas maquinaciones, y el refinamiento como algo que encierra una embriagadora dulzura del buen gusto cercano en ocasiones a lo pretencioso. Estos fotógrafos buscaban modelos de imagen segura, inteligente, sofisticada. El mejor ejemplo de ellos es Lisa Fonssagrives, la mujer de Irving Penn, pero también su musa y modelo. Ella era el epítome de la dignidad femenina y la fuerza elegante.