Confesiones de una libreta

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Confesiones de una libreta Juan Miguel Cerdรกn Morales


© Juan Miguel Cerdán Morales

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pasionporloslibros Diseño y Maquetación Ausiàs ISBN: 978-84-938501-8-0 Depósito Legal: V-4550-2010


Este mundo necesita más alcayatas Me senté a escribir y mi profesor me dijo – haz poesía – más – ¿qué es la poesía? – pregunté yo y la respuesta que obtuve fue un par de azotes. Al minuto comencé a escribir... – No, eso no es poesía – – Pues yo creo que sí – repliqué al maestro volviendo este a repetir la misma actuación. – ¿Qué tiene de poético una alcayata? – – Pues mucho –, pensé yo: Una alcayata es más que un objeto de una sola función, es un símbolo de tolerancia, pues sujeta al cuadro para no dejarlo caer y besa íntimamente a la pared. Es un nexo de unión de dos realidades totalmente distintas, de dos mundos enfrentados a la fuerza y que deben de convivir juntos; y cada alcayata hace que esta unión no solo sea posible, sino hermosa también, que el cuadro esté sustentado con la ayuda de la pared, y que esta, a su vez, se enriquezca y caracterice gracias al cuadro. Y aquí quedo la conversación, en este pensamiento que no conté al profesor por miedo a una más que posible represalia. De esto hace ya mucho tiempo y sigo sin comprender qué es la poesía, mas una cosa si que sé: En este mundo en el que hoy vivimos hacen falta más alcayatas.

Confesiones de una libreta 3


30 de Agosto de 1983 empieza mi historia, echo la vista atrás y trato de hacer memoria. Una infancia feliz, una niñez perturbada, una adolescencia común, una madurez iniciada. Un trabajo de por vida, una vida hipotecada, muchas relaciones sin salida y siempre el mismo refugio; mi cama. Aquí es donde siempre escribo, donde cada noche siempre pienso, la almohada es mi fiel confidente, testigo además de todos mis sueños. Es la única que realmente sabe todo, pues mi libreta solo sabe lo que le digo, y no siempre le cuento todo lo que me pasa, hay cosas que desconozco yo mismo. Pues hay muchas preguntas que no me hago, además muchas veces me gana el subconsciente, cada noche tengo mil sueños raros y mi consciencia recordarlos no quiere. Casi 26 años tengo ya y es la primera vez que me doy cuenta de que nadie sabe realmente como soy, solo la almohada es mi compañera. Algún día le preguntaré que qué es lo que me pasa pero será dentro de otros 25 años y lo haré, como no, en mi refugio, mi cama.

4 Confesiones de una libreta


A tres minutos de la locura, el primero para mirarte, el segundo para quererte y el tercero para olvidarte. ¿Y el resto del tiempo? Pues añorando tu presencia, llorando un mar de lágrimas, haciendo mi corazón de piedra. Tratando de no recordarte, ni por ti sentir más daño, no echar la vista atrás y olvidarme del pasado. Pues en eso te convertirás en tan solo tres minutos, la locura llegará a mí nublando cualquier futuro. El primer minuto te descubriré, en el segundo llegaré a amarte, en el tercero te habrás ido.… no seré tan importante. Me abandonaste a mi suerte, presa fácil de la locura, pues en tres minutos tuve el mundo a mis pies y tan rápido como vino se esfuma. Mi corazón se hará de piedra, si es que aún no lo es, solo espero que cuando vuelvas no se rompa como si fuese papel.

Confesiones de una libreta 5


Buenos días mamá, ¿Qué tal dormiste? Quiero verte feliz, no te pongas triste. Sé que son momentos duros, pero no te has de rendir, todos estamos contigo, de esta vas a salir. Eres una persona muy fuerte, que por nosotros has luchado, ahora has de luchar por ti, todos estaremos a tu lado. Deseo volver a ver en tus ojos, aquel brillo tan especial, ese que cuando nos brindas, hace que empiece a soñar.… que de nuevo soy pequeña, y me acurrucas en tu regazo, poco a poco me hago grande, sin separarme de tus brazos. No deseo despertar mama, y ver que me hago mayor, deseo ser siempre tu niña chiquita, no quisiera separarme de vos. Pero no te preocupes mamita, pues todo saldrá bien, dentro de poco de esto nos reiremos, y me seguirás viendo crecer. A Toñi

6 Confesiones de una libreta


Brilla la oscuridad, resplandece la ausencia, grita el silencio, el sueño despierta. La tierra no gira, el tiempo no transcurre, la herida no sangra, el dolor no me cubre. La vida duerme, la muerte no llega, atrapada en el caos mi alma te espera. Todo lo conocido dejó su lugar, el día se hizo noche, la noche se hizo esperar. Mi alma te anhela cuando tu recuerdo ya se fue, era feliz sin tu presencia pero tu ausencia volvió a aparecer. Y ya no sé lo que siento, ni qué ocupa tu lugar pues la nada se me hace inmensa y no logro que me consiga llenar.

Confesiones de una libreta 7


Cabizbajo Hoy mientras paseaba me he dado cuenta de que siempre camino cabizbajo y me he preguntado: ¿por qué? Entonces me detuve y empecé a analizarme: Siempre miro el suelo, veo en todo momento donde están mis pies y que es lo que piso, controlando cada uno de los pasos que doy. Después he alzado la vista y he mirado hacia el horizonte y casi me mareo, al principio me ha invadido una ola de optimismo, he logrado ver mas allá de lo que normalmente veo, mis ojos han alcanzado paisajes que tardaría horas en recorrer mirando al suelo, si es que alguna vez me atreviese ir a ellos. Pero después un escalofrío recorrió mi cuerpo, esa visión tan periférica me aterraba, demasiado campo de visión, demasiadas cosas que se escapaban a mi control, muchos caminos, laderas, incluso un bosque...puff. ¿Cómo iba a ser capaz de caminar ahora? Siempre he ido pasito a pasito controlando mi recorrido, no viendo mas allá de unos escasos metros como para ahora alcanzar a ver hasta donde se perdiese mi vista... Dos maneras de ver el mundo, una a corta distancia, otra a larga distancia...entonces dejé mi reflexión, retomé mi andadura y volví a agachar la cabeza...

8 Confesiones de una libreta


Al acostarme siempre estoy triste y nunca consigo dormir, entonces cojo mi libreta y empiezo a acordarme de ti. Solo así encuentro calma, solo así me consigo desahogar, solo así cierro los ojos y consigo dormir en paz. Algunas palabras te he de mandar, alguna cosa te he de escribir, ya sea malo o bueno, ya sea principio o fin. Eres como una adicción que no consigo superar, eres un rayo de sol que se fue de mi vida sin más. No te molestes en buscarlo, ya no volverá.

Confesiones de una libreta 9


¿Cómo expresar lo que siento si en mi interior no siento nada? Tan solo hay un vacío en mí, es como si se hubiese escapado mi alma. No estoy ni triste ni contento, no quiero llorar ni tampoco reír, no añoro algo que ya tuve, ni deseo ya nada de ti. Tan solo estoy indiferente, no sé lo que llevo por dentro, porque a veces creo sentir algo pero no me termina saliendo. Deseo gritar, correr, volar, huir, escapar, esconderme, ser valiente y afrontar mis miedos, no sentirme solo rodeado de gente. No sabría explicar lo que me ocurre, no soy capaz de contar mis sentimientos pues son tantas cosas lo que en mi habitan que tan solo hablan los remordimientos. Es el vacío que quema mi pecho de las palabras que no pronuncié, es la nada que brota de mi alma la que hace que solo exista usted.

10 Confesiones de una libreta


Amor y muerte no volver más a verte, no volver a tenerte, ¿merece la pena vivir? No lo sé, pienso que no, dicen que sí. Amor y muerte no volver más a tenerte, ¿cómo pude perderte? Ahora voy a escribir poesía, no, una fantasía, nuestro amor vuelve a existir. Amor y muerte volver ya a tenerte, no volver a perderte, volver a existir, amarte, volver a besarte, jurarte amor hasta morir.

Confesiones de una libreta 11


Diez minutos de vida Diez minutos de vida, eso es lo que me han dado, diez minuticos de tiempo para pasarlos a tu lado. Nueve minutos ya, pues el tiempo no espera, nueve minutos para encontrarte y poder morir a tu vera. Ocho minutos y nada, no soy capaz de encontrarte, siete minutos, seis.… cinco en unos instantes. Cuatro minutos y tres, y en la puerta de tu casa, tu madre me dijo al abrir que allí no te encontrabas. Dos minutos tan solo y sigo sin saber de ti, parece que el destino quiere un final feliz. Último minuto y no conseguí mi propósito, ya no podré preguntarte porque me dejaste solo. Diez segundos para el final, soy un hombre de palabra, delante del espejo pienso que debíamos de compartir esta bala.… Pum. 12 Confesiones de una libreta


Buenas noches princesa, cautiva hoy de mi recuerdo, abandonada a la deriva en un inmenso sueño. Luce con tus mejores galas y ve acompañada del desamor a la fiesta que lleva tu nombre y que se realiza en mi honor. Procura no ser abatida por las flechas de la discordia, tampoco por las palabras que resuenan en tu memoria. No todos los cuentos pueden tener un final feliz, Cenicienta perdió su zapato, tú me perdiste a mi. La vida da muchas vueltas y el tiempo pone las cosas en su sitio, ya tendrás tiempo de arrepentirte por no haberme querido. Todo acabó mal porque tú quisiste que así fuera, hay gente que atravesó el umbral y tú te quedaste en la puerta. Apostaste por no apostar y yo no pude hacer nada, te rendiste sin apenas luchar, espero que no estés equivocada. Pues a mí no vas a volver.…

Confesiones de una libreta 13


Con mi lápiz puedo borrarte, hacer que dejes de existir, que no aparezcas en mis historias, y ya no saber más de ti. Puedo escribir cualquier cosa, que aquello que vi nunca pasó, que viviremos siempre juntos, que nunca nos dijimos adiós. Que seremos por siempre felices, que juntos formaremos una familia, que criaremos a nuestros hijos en la casa que tenemos en Almería. Puedo escribir mil y un finales y todos ellos hacerlos maravillosos, mas lo que nunca podré hacer con mi lápiz es borrar la imagen que vieron mis ojos.

14 Confesiones de una libreta


Cae la noche en tu regazo, la Luna brilla en tu pelo, las estrellas se derraman por tus mejillas como improvisado aguacero. Tus manos moldean el viento, tu respiración agita el mar, mientras tu cuerpo se aleja sabiendo que no volverás. Escapaste al fin de aquí, de la cárcel que fue esta ciudad y de nuevo ya en la tuya volviste otra vez a soñar. Sobre tu pecho se hizo el día, en tus ojos brillaba el Sol, en arco iris se convirtió tu sonrisa y en alegría tornó tu voz. El mar permaneció en calma, el viento dejó de soplar, de tus labios brotaron melodías, cantos llenos de libertad. Cuán equivocado estuve por intentarte retener, me alegro que al fin escapases y aunque lejos de mí, saber que estás bien.

Confesiones de una libreta 15


¡Corre, corre, corre! Vuela, atrás no mires, escapa de las sombras, aprovecha, se libre. Huye de este mundo, viaja buscando la luz y recuerda por el camino que mi guía eres tú. En ti deposito mi esperanza, solo tú puedes salvarme, devuélveme la vida o huye a ninguna parte. Es preciso que escapes, que no mires atrás, súbete pronto a la patera antes que el niño empiece a llorar.

16 Confesiones de una libreta


Cada dos palabras Cada dos palabras un mensaje oculto para poder decirte lo que nunca pudo. Un mensaje cifrado en una de sus cartas que solo aparecía cada dos palabras. Nunca tuvo el valor de decirte lo que quiso lo que cada dos palabras al final había escrito. Una declaración de amor cada dos palabras donde se podía leer lo que él pensaba: “Mónica, ¿Qué tal? Siempre feliz, así te recuerdo ¿sabes? He visto al querido Juan Antonio y dijo que no recordaba que te mudaste, se olvidó. Me preguntó porque a Madrid, no le respondí. Te fuiste y quiero decirte que si deseas volver no lo dudes, que te añoramos, te recordamos mucho. A mi amiga Mo.”. Ella también le quería pero el mensaje no descifró cada uno tomó su camino, un camino que no se cruzó.

Confesiones de una libreta 17


¿Cuántos besos quieres? Los que me pidas te daré uno, dos, tres, cuatro... ochenta, noventa o cien. Yo tan solo deseo los que tú quieras darme, me da igual la cantidad que sea eso no es lo importante. No quiero un millón de besos tan solo porque yo te los pida, preferiría que me dieses menos aunque fuese a escondidas. Pues nada tienes que demostrar diga la gente lo que diga, tan solo a mi has de complacer y hacer que me sienta querida. Por eso no importa el número, da igual ocho que ochenta, lo que realmente quiero es que me los des si así lo deseas. Entonces ya sé lo que haré, tan solo te daré un beso y será al despertar cada mañana para que sepas cuanto te quiero.

18 Confesiones de una libreta


Despojado de mi alma hoy me encuentro, despojado de mi ira y de mi calma o de cualquier otro sentimiento, alejado de tu risa, de tus besos y de tu aliento, retirando cada imagen de tu ser, cada palabra de tu boca, cada caricia de tus dedos.… huyendo de todo recuerdo. Preso de la melancolía de tu voz, prisionero de las frases que nunca dijimos, de los silencios que llenaron nuestros encuentros, de las lágrimas furtivas que apagaron nuestros cuerpos, que incendiaron nuestros ojos y que ahogaron nuestros sueños. Anclado a un pasado ya lejano, sin vislumbrar futuro alguno, en un presente ciego, donde no soy capaz de ver más que mi propio ego, del que por más que lo intente soy prisionero, de mi vida, de mi suerte y de mi miedo, de tu partida y de tu regreso, de todo lo que quise y ya no quiero. Volví al parque aquel, en el que vimos a nuestros hijos crecer, en el que tantas tardes nos besamos, en el que tantas noches nuestros sueños nos contamos, donde por primera vez fuiste mía, donde tantas veces escuché tu sonrisa, donde la Luna me envuelve por última vez. Me despido ya de ti, y también de las estrellas, de la lluvia y la nieve, del Sol y los planetas, de la ciudad y de su gente, para regresar contigo de las manos de la muerte y abrazar de nuevo a mi hijo.… Confesiones de una libreta 19


Hola, bella ola, libre y fugaz eres y aunque un día te tuve tú ya no me quieres. Hola, bella flor, frágil y delicada y aunque hermosa tienes espinas que en el corazón se me clavan. Hola, mariposa, elegante y distinguida y aunque un día volaste conmigo ahora me arrancas la vida. Hola cariño, hola de corazón porque aunque ya no me quieras no te guardo rencor.

20 Confesiones de una libreta


Dime, ¿dónde vas? Sinceramente no lo sé. Entonces, ¿te marchas sin más? Puede, aunque algún día regresaré. ¿Cuándo será ese día? ¿y por qué regresarás? Cuando a esta vida logre un sentido dar. Eso te puede llevar meses, incluso años, es más, puede que nunca lo encuentres, ¿y no regresarás sin encontrarlo? Eso he dicho amigo mío, solo volveré cuando lo llegue a encontrar, no me daré por rendido, no me rendiré jamás. Cruzaré océanos, ya sean de arena o mar, preguntaré a ambos lados hasta mi objetivo alcanzar. Espero que tengas buena suerte mi amigo y compañero, espero pronto volver a verte, aunque no cuento con ello. Partió en busca de su destino y ya jamás regresó, aquí esperando quedó su amigo al que una carta mandó: “Logré encontrar el sentido a la vida y ese sentido es a mi tierra regresar, mas si ahora volviese a mi tierra querida no tendría ya nada por lo que soñar.” Por eso nunca volvió.… Confesiones de una libreta 21


Cubre el cielo bajo mis pies, danza la lluvia sobre mí, manto de dudas envuelve mi piel y el llanto empieza a surgir. Río caudaloso fue formado por lágrimas que de tu mejilla cayeron y un estanque de aguas cristalinas convirtieron mi vida en desierto. Fulgor de la aurora boreal en tus ojos vi aparecer, destellos de recuerdos lejanos que se depositaron en mi ser. Fue el adiós más dulce dado, la despedida que jamás podré olvidar, una puñalada en un corazón abandonado fue la muerte de quien no regresará.

22 Confesiones de una libreta


Donde el corazón nos lleve ¿A dónde piensas ir? Donde el corazón nos lleve, da lo mismo el lugar, lo importante es perderse. Escapar juntos de aquí y que nadie nos siga, dejar atrás la mala suerte y que no nos persiga. Merecemos ser felices y por ello vamos a luchar, en una tierra u otra la verdad, lo mismo da. Si ahora uno se rinde el amor será derrotado, mucho hemos puesto en esta relación como para al final, todo dejarlo. Tu de él escaparás, yo de ella me alejaré, aunque sean nuestros hermanos ambos lo han de entender. Tu con mi hermano no eres feliz, yo con tu hermana me siento vacío, nuestros caminos por ellos se cruzaron y ahora formaremos nuestro propio camino. Donde el corazón nos lleve, allí iremos a parar, renunciaremos a nuestras familias para una juntos formar.

Confesiones de una libreta 23


Dulce princesa del pacto de mi boca, se rompe el silencio, el viento resopla. Parte a navegar, no tuerce su rumbo, despliega sus velas, recorre el mundo. Conoce mil puertos, atraca en alta mar, descubre sirenas que no volverán. Vive historias que no teme contar salvo la de una sirena que le obligó a navegar. Para qué recordar el dolor.…

24 Confesiones de una libreta


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