De repente un cuento

Page 1

DE REPENTE, UN CUENTO

Teodoro Marfil



Don Jaime era un señor maduro. No mal parecido y con cierto aire que se hacía respetar. Acababa de desayunar. Se sintió satisfecho y naturalmente preparado para ir a la taquilla del Teatro a sacar una o dos entradas para la representación del sábado. La obra era fuerte, la Compañía de prestigio y su vacilación enorme, porque dudaba a quien invitar para que le acompañara. Como gesto natural, se miró en el espejo del baño, se dijo algo a través de su propia imagen, incluso con un gesto de complicidad que obviamente el espejo no entendió. Seguidamente con el pulverizador, se dio un repaso de colonia natural. Miró el

·3·


reloj, se fijó en la hora y se tranquilizó, porque le daba tiempo de ir andando al Teatro y estar allí minutos antes de las diez que era cuando abrían.

r DORO: Se lo pones complicado Autor, porque cuando él llegue habrá una cola enorme. TEO: Desde luego ¡qué impertinente eres! Menos mal que estoy acostumbrado. DORO: Pero… dime si no tengo razón. TEO: De acuerdo, tienes razón, pero no todo va a ser darle facilidades a mis personajes. Esto no es una película americana, que todos los protagonistas aparcan cómodamente en cualquier calle de la ciudad. Además Doro, yo pienso que no habrá mucha gente dado que se trata de una Ópera.

·4·


DORO: Pues a mí me encanta la Ópera. ¿Qué título? TEO: Madame Butterfly.

r

Caminaba con parsimonia, esa tranquilidad serena que permite saborear la luz del sol y los reflejos de las ventanas. De pronto se acordó que algo se le había olvidado, dio media vuelta y comenzó andar. ¡Sorpresa!, no era la misma calle, ni recordaba aquellas casas correspondientes a una aldea más que a la ciudad. Lleno de curiosidad continuó; observó al fondo bullicio de gente y a punto estaba en acercarse, cuando un joven de aquella aldea chocó con Don Jaime. –¿Dónde vas mozo? –A cumplir misión encomendada.

·5·


–¿Quién eres pues? –Soy el sastrecillo, que acabo de matar a siete de un golpe. –¿A siete? ¿En verdad no me engañas? porque efectivamente fueron siete, pero moscas gañán. –Moscas, sí, pero muertas quedaron de un golpe. –¿No te das cuentas que con esa afirmación, sin aclarar, puedes a la gente engañar? –Yo no miento señor. ¿Por qué el que de esto se entera, no pregunta? –Tienes razón mozalbete, pero me conozco tu historia. Te dejo que sigas tu viaje a cumplir esa misión importante –Igualmente le deseo buen caminar. Hasta otra ocasión. De esta manera, Don Jaime se llenó de alegría, tras charlar brevemente con ese

·6·


personaje, famoso por un mal entendido, y cumplidor en su cometido. Al fondo y a la izquierda del parque vio un rincón florido, al que se acercó con curiosidad y precaución. Sobre unos arbustos perfectamente recortados, estaba tendida una hermosa mujer. Don Jaime, para sus adentros se preguntaba…

r

DORO: Desde luego autor, tienes unas cosas de bombero retirado, ¿a quién le iba a preguntar si estaba solo? TEO: ¡Vale! Es una forma de expresarse. Tampoco hay que ser tan quisquilloso Doro. DORO: Conforme, pero entonces ya no sería yo.

r ·7·


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.