Emociones de Cera Emociones de Cera
Andr贸meda
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Emociones de Cera Andr贸meda
Emociones de Cera
Maldito futuro No me gusta pensar el futuro Siento miedo, siento inseguridad. Siento que todos habrán avanzado Y yo, mientras tanto, Me habré quedado aquí estancado En las mismas dudas infinitas En las mismas caídas malditas Que se plantean día tras día En el indefinido marco de la vida. Siento que no llegará la vez En la que pueda abrir mi ser al mundo En la que pueda vivir sin miedo De lo que quizás llegue a surgir. De lo que quizás pase, del daño que pueda obtener De que supere con creces El miedo a vivir. Y sí, siento pavor Vivo asustado de lo que vaya a ocurrir De a quién perderé En quién me convertiré
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Andrómeda
En cómo veré la vida seguir. Y algo que no quiero ver –Por lo que no quiero volver a pasar– Es en cómo me deprimiré Al consciente hacerme de que Imposible es El flujo del tiempo parar. Maldito futuro Malditas ideas Maldita mente que me hace pensar. Maldita gente que me obliga a seguir Maldita sociedad en la que tengo que sufrir Maldita vida Que tengo que vivir.
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Emociones de Cera
¿Qué podría hacer yo, una simple entidad? ¿Acaso podría hacer algo arrojándome al vasto mar? Quizás lograse sentir algo en este apagado corazón, Quizás este vacío pulmón consiguiese funcionar. ¿Qué podrías hacer tú, una ajena mentalidad? ¿Acaso podrías conseguir arrojarme al inmenso mar? Quizás lograses ayudar a este pequeño gorrión, Quizás estas alas rotas consiguieran una vez más volar.
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Andrómeda
Era como un marco que guardaba un paisaje en su interior; Imperturbable, impenetrable; Era el pilar acorazado Que se encargaba de proteger La frágil pieza de arte. Pequeños trazos se escapaban de la obra Dando lugar a una realidad distorsionada Que inundaba la estancia, Tragándose tu cuerpo e inundando tu mente Hacia lo más hondo del pequeño trozo de tela Que contenía los detalles de Lo que una vez llegó a ser Algo más Que lo evidente.
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Emociones de Cera
Él era un artista, Ella su mejor obra Volver desde los resquebrajados escombros A lo que una vez se llegó a ser No es tarea fácil Y, mucho menos, Cuando tienes todas las de perder. Pues no. Él no permitió que los percances y las contradicciones Lo echaran atrás. Armó a sus ojos de valor Para que se atrevieran a mirar por un futuro A intentar vislumbrar de la nada La imagen de lo que ella una vez Llegaría a haber sido para, así, Poder recoger cada pieza empolvada del granito torturado Y dejar surcar en la rosa de los cuatro brazos A su imaginación. De la aparente «nada» se consiguió transformar Las dunas de su piel irregular
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