Antonio García ÍNSULAS EXTRAÑAS
Antonio García. Sabíamos de ellas, como algo ajeno a nosotros. Después se fueron perfilando en el horizonte. Ahora comprobamos que las “Ínsulas extrañas” son un atolón, un hundimiento, ceñidas de coral.
Antonio García
ÍNSULAS EXTRAÑAS
pasionporloslibros
© Antonio García © Imagen de portada: czekma13. 1ª edición, 2017
Edita:
ISBN: 978-84-16846-99-3
Impreso en España / Printed in Spain Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación ni de su contenido puede ser reproducida, almacenada o transmitida en modo alguno sin permiso previo y por escrito del autor.
PRÓLOGO
Todo prólogo a un libro debería ser, sin otro afán, una invitación a la lectura. Qué efímera línea de la memoria se desprenda nuestro conocimiento de la literatura, nada importa, frente al hilo conductor que la vida, en estos poemas de Antonio García, con sutil precisión, va devanando: esta son las dos razones por la que no voy a desplegar aquí (si pudiese hacerlo con suficiencia) todas las evocaciones literarias y referentes culturales que la madurez del poeta ha sabido verter. El ejercicio de leer requiere una combustión lenta, más cálida si el equilibrio armónico entre el lenguaje y la vida va cantando, al ritmo íntimo de la reflexión, recuerdos que el azar guardaba en el alma solitaria del poeta. Una muchacha se pasea en bicicleta y se despierta en él la pasión por el lenguaje, umbral en sombra de una nostalgia generosamente meditada, que se difumina, con esa elegancia macerada en el silencio, hasta dejar sobre el papel la música interior del espíritu. Verso libre capaz de evocar con serenidad emocionada la vasta respiración, plenamente asumida, del amor y la muerte. ~7~
Frente al mar de fondo de la condición humana, se abren de par en par ventanas a un sentido trascendente de la vida, a una conciencia de la historia. Bajo la nieve de Vilna yacen los restos astillados de un violín que aún conservan “la medida intacta de los sueños”. Manolo Marcos
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Las Ínsulas Extrañas están ceñidas con la mar, y allende de los mares, muy apartadas y ajenas a la comunicación de los hombres; y así en ellas se crían y nacen cosas muy diferentes de las de por acá, de muy extrañas maneras y virtudes nunca vistas de los hombres, que hacen gran novedad y admiración a quien las ve. San Juan de la Cruz
ÍNSULAS EXTRAÑAS
Recién llegados a bordo, nos lo advirtieron las fuimos intuyendo después borrosas, ajenas las imaginábamos la derrota nos fue acercando a la silueta de esas ínsulas extrañas al recordarlas, las nombrábamos y respondían al mismo nombre todas eran una orladas de coral la rompiente, el hundimiento.
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Nos lo advirtieron‌
AHORA QUISIERA…
Ahora quisiera hablaros del futuro mas no temáis, esta vez nada me asedia no escucharéis que estoy vencido ni el zureo del levante entre las palmas o el eco desconchado de una esquina uno pediría algo de fe y no fuera el viento aire en piedra que impasibles son y permanecen vengo solamente para hablaros del fulgor intacto del deseo.
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DESDE EL TREN
Una tarde amable de enero desde el tren a lo lejos, reposa un pueblo ¿quién dormitará a esta hora alrededor de un féretro velará la pena o echará el resto en un órdago desesperado? y no sabe si se queda con ellos o se suben en marcha y se van con el viajero la extraña sensación a su paso que no es silencio ni ausencia pues difunden el designio y los contornos tal vez el reverso de que nada ha sucedido. ~ 16 ~
EL POEMA QUE NUNCA HUBIERA ESCRITO
Me cansé de esperarte tú no llegabas y se fueron enquistando las emociones los indicios son ya irreversibles como puedes comprobar al verbalizar tu nombre qué no sé bien cómo llamarte morbosa timidez somatización neurovascular, burbuja de los sueños estrellándose en el malecón de la indolencia si entonces te hubiera hallado todo esto te habría dicho con palabras más bellas amorosas palabras que guardaba y te estaban esperando mas tú no llegaste o yo no te encontré y ahora, perdóname, hago lo que puedo.
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LA VIDA, A VECES
Frente a una ventana llueve tantea el viento una gaviota un poema mahler lentamente ensimismarse no pensar en nada todo eso la vida a veces.
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SERÁ LEY DE VIDA
Con la edad después de los viajes a los míos, a los tuyos compruebas que el balance (así se mide ya fríamente, el resultado en términos contables) es siempre el mismo nada es igual o lo parece ni tú ni yo y los viejos lazos familiares se han convertido en hábitos manías, lugares comunes adviertes, sin embargo que creen no haber cambiado y te lo dicen sin disimular aquella prudencia tuya que una vez fue virtud ahora es motivo de reproche qué más ~ 19 ~
sí, algún desplante y los consabidos: sabes quién se ha muerto mira que es raro fulanito no lo soporto o cuándo os vais y comprendes no sin tristeza que los años mejores (tienes tus dudas si de verdad lo fueron) volaron para siempre.
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PRETEXTO PARA ESCRIBIR UN POEMA
Acercarse a una de las numerosas oficinas locales, provinciales, autonómicas, estatales comunitarias, para notificar con tu presencia que todavía existes y justificar de paso tanta burocracia, funcionario profundo pablo milanés, en la radio del coche cantando eternamente a Yolanda una curva de la carretera, bajo una bionda un ramo de flores rojas y amarillas que recuerda el punto exacto de la muerte la mañana luminosa de febrero día de los enamorados, San Valentín un pretexto para escribir un poema si no estuviese tan quemado.
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LA PLAZA
A la plaza que ahora transitas le queda tan solo el nombre desaparecieron las vetustas casas sus grandes cristaleras emplomadas las fondas, estancos, ultramarinos viejos cafés de ponche caballero el dominó, los veladores y las moscas el Central, el reloj, cine Edesa donde madre nos traía de punta en blanco (sahariana, pantalón corto) a la sesión infantil de la tarde: piratas marisoles, blancanieves, el bueno dando cuenta de los indios y la chica, los aplausos plaza de garrapiñadas y domingos que lejana permaneces y perduras.
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LUNA RUMANA
Vengo de Zaragoza, con mi audi 100 por la N-330 de boques y baches a cien, ochenta, cincuenta y así controlando el jodido velocímetro me paro a tomar algo en Calamocha pueblo de treinta grados bajo cero la taberna se cae sobre cuatro mesas y una rumana que no entiende ni jota hasta que sale el dueño y me pone unos espárragos cojonudos de Perú envasados en España, cecina de toro un churrasco más grande que la pampa y tinto en rama de Cariñena, lo confieso estoy como dios, o mejor, en este sitio cutre de vez en cuando se acerca el tabernero y me pregunta qué tal, y le pregunto por el negocio cuando acaben la autovía Hace diez años me preocupé pero al ritmo que va me pilla la jubilación y cierro el quiosco y me largo a Peñíscola le pego duro a la frasca, sin contemplaciones me coloco al volante de mi auto y de la luna redonda, imponente, como el culo de la rumana ~ 23 ~