Mi obra hasta hoy

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Mi obra hasta hoy

DEDICATORIAS A mi Estrella maĂąanera.

A mi amiga Yolanda.

A todos/as los/las que me han ayudado y animado en esta vida.

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A la memoria de mi amigo Daniel, y a su santa esposa, ĂŠsta viva, afortunadamente.

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HISTORIAS INCLUÍDAS. — — — — — —

EL TIEMPO. TRIÁNGULOS AMMIGOS. NO SABEMOS NADA. LA TURBULENCIA. LO QUE PASÓ. ESTÁTICOS.

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EL TIEMPO.

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índice CAP. 1 CAP. 2 CAP. 3 CAP. 4 CAP. 5 CAP. 6 CAP. 7 CAP. 8 CAP. 9 CAP. 10 CAP. 11 CAP. 12 CAP. 13 CAP. 14 CAP. 15 CAP. 16 CAP. 17 CAP. 18

UN ENCUENTRO FORTUITO. ROBOTIJO. SUERO. PRUEBA. BROMA. POLO. QUIMUS. OTRA VEZ ROBOTIJO. LA INEFABLE VERDAD. ¡HASTA LA VISTA, QUIMUS! TOLEDO. EL GRECO. JUICIO. UN PLAN. ALBA. PRIMER ASALTO. LEÓN. “ARDE TROYA”.

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1 CAPÍTULO UNO. UN ENCUENTRO FORTUITO.

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El año en el cual se desarrolla esta historia es el 3002. Nuestro hombre vivía feliz practicando su arte, arte que se hacía difícil de entender. El era un hombre bastante raro en sus costumbres, vivía en la ciudad que le vio nacer, pintando sus cuadros (que no todo el mundo entendía, por lo menos yo no), cuando su perro le miró con ojos lastimeros, diríase que le estaba suplicando un gran paseo. Pues bien, el co-protagonista de esta historia (luego veremos que hay más), cogió los artilugios que impedirían al perro escapar de su dueño, y se encaminó a la especie de escaleras mecánicas que había en todas las calles con pendiente, tal era la suya, en dirección al poco campo que quedaba. Cuando llegó al final de la calle, nuestro co-protagonista (diremos que se llama Esteban) se vio obligado a pasar enfrente de la oficina meteorológica (pues en aquellos tiempos no se concebía una ciudad, por pequeña que fuese, sin su oficina meteorológica) en la que se hacía todas las noches un consenso, entre las cinco personas más ancianas del lugar, y mediante ese consenso, se podía elegir el tiempo del día siguiente. 13


Carlos Plaza Bueno, Esteban y su perro fueron dejando la urbe poco a poco, aunque las casas volantes pululaban por todo el terreno despejado y hacían prácticamente imposible el estar solo completamente, cuando en una hondonada del terreno, vio a su amigo Carlos “el inventor”, trabajando en su nuevo invento, con la casa de éste al lado. Como la amistad que unía a ambos dos era completamente sincera, Esteban decidió acercarse para comprobar si podía ayudar a Carlos en algo. Diremos que los inventos del tal Carlos no estaban funcionando lo bien que podía esperarse, como también diremos que la amistad que unía a éstos dos venía ya de muchos años, pues un día coincidieron en una partida de escape* y se hicieron amigos, siguiendo esa fructífera amistad con el paso del TIEMPO. A Carlos se le veía completamente ensimismado, así que Esteban gritó: ⎯¡Hola, amigo Carlos! Carlos, al oír tan estentóreo grito se tragó el zmilea* que masticaba, pues se sobresaltó hasta el punto de que la sangre de los pies parecía haberse congelado. ⎯¡Coño, Esteban, me has asustado! ⎯Perdona, chico, no era mi intención. ⎯Perdonado, amigo mío. Mira, si esperas aquí cuestión de cinco minutos, verás acabado mi último invento. Serás el primero que lo veas acabado, así que te cedo ese honor. ⎯¡Fantástico, chico, fantástico! Pero espera, hacía mucho TIEMPO que yo no venía por aquí, ¿para que son esos cimientos? ⎯Voy a vallar todo esto. ⎯¿Ya no te fías de la gente de esta ciudad? ⎯Verás, de un TIEMPO a esta parte me están sucediendo cosas con la gente, que no entiendo por más empeño que ponga en hacerlo, ¡si yo lo que quiero es trabajar en paz y llevarme bien con todo el mundo! * Escape: Gran juego, muy popular en esa época. El juego consiste en empujar unas pelotitas con un gran palo curvo, todas ellas a la vez, tratando de introducirlas, a toda carrera, en un pequeño hoyo. * Zmílea: Especie de chicle del año 3002.

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Mi obra hasta hoy ⎯¿Hay alguien en especial que te moleste? ⎯Yo no lo llamaría molestia, simplemente la tienen tomada conmigo. ⎯¿Me lo cuentas? ⎯Si te esperas cinco minutos, verás acabado mi invento, y en mi casa, más relajados, te contaré. Pasaron los cinco minutos, quince, media hora... hasta que Carlos dijo: ⎯¡Y helo aquí! Esteban paseaba en círculos alrededor del extraño aparato, intentando averiguar cual era su cometido, y finalmente, cuando estuvo cerca de Carlos, dijo: ⎯Muy bonito, pero que me aspen si sé para lo que sirve. ⎯Cuando estemos en mi casa, tomaremos ese refresco que tanto te gusta y te daré detalles. ⎯Sí, ¿por qué no?... pero oye... supongo que el perro podrá entrar. ⎯Y... ¿cuando he dejado yo fuera al animal? ⎯Lo sé, solo empleaba la cortesía contigo... ⎯Vamos dentro. ⎯Sí. Esteban llamó a su perro, que se hallaba entretenido con unas perras que andaban por allí, y los tres entraron en la preciosa casa de Carlos. Tomaron sus refrescos tranquilamente (el perro agua clara), hablando de esto y de aquello (y de lo de más allá), y cuando terminaron Esteban apremió a Carlos (pues la curiosidad le corroía) que es lo que le tenía que decir. ⎯Verás, Esteban, resulta que en esta población residen dos hermanos (nada recomendables) que en cuanto me ven se meten conmigo, y yo no hago nada para cabrearles, así que he pensado que mis inventos estarán más protegidos detrás de una valla. ⎯¿Tienen nombre esos hermanos? ⎯Por supuesto que tienen nombre, pero si te lo digo, quiero estar seguro de que no les dices nada. ⎯Puedes estar tranquilo en ese aspecto; los problemas de cada uno son de cada uno. Yo jamás me metería en medio, otra cosa sería si se me pidiese ayuda. 15


Carlos Plaza Pues mira, como te veo tan juicioso, te diré que se trata de Vito y su hermano. Tiene gracia, he estado investigando el nombre de Vito y resulta que hace una porrada de años existió una película (no como las que tenemos ahora) de la mafia italiana y allí había un Vito, como él, nada recomendable. Hicieron una pausa, cuando Carlos fue a buscar refrescos, y éste dijo a Esteban: ⎯Esteban, ¿te gustaría probar cerveza? ⎯Cerveza... ¿y qué diablos es eso? ⎯Es una bebida que bebían nuestros ancestros hecha a base de cebada. ⎯¡Joder! ¿y que es cebada? ⎯Claro, como dejamos las tareas agrícolas a los robots, apenas sabemos nada de estos temas... la cebada es un cereal, y la cerveza, además de estar hecha del fermento de esta, lleva algo de alcohol. Pero... ¿has probado el alcohol? ⎯Una vez, y no sé que me pasó, pero no pude dejar de reír. ⎯¿Cuanto bebiste? ⎯Bastante. ⎯Entonces tranquilo, la cerveza es de baja graduación y apenas te enterarás. ⎯Pues vamos a ello. Carlos trajo un par de cervezas frías (el tiempo era caluroso) que bebieron muy a gusto, haciéndoles cosquillas las burbujas de gas carbónico. A medida que pasaba el TIEMPO, un plan se iba fraguando en la maravillosa mente de Carlos, que más adelante se verá. ⎯¿Y que hay de tu invento? ⎯Pues que ya está terminado y listo para usarse. ⎯¿Y de qué se trata? ⎯Te pondré en antecedentes: ¿sabes que nuestros más eminentes científicos dicen que los viajes en el TIEMPO no son posibles? Pues bien, mis modestas aportaciones a la ciencia dicen que sí, que son posibles, incluso plausibles, y con el TIEMPO lo demostraré. El invento que tengo fuera se trata de una MÁQUINA DEL TIEMPO. Que te conste que eres el primero (después de mí) en saberlo. 16


Mi obra hasta hoy ⎯¡Joderrrr, tío! ¡vaya honor! ¡eres un amigo! ¿y funciona? ⎯¡Pues esta vez sí! ⎯¿Como puedes estar seguro? ⎯Eché “cojones” al asunto y me arriesgué a probar el prototipo, y resulta que estuve en esta misma ciudad allá por el año 2010. ⎯¿Te estás quedando conmigo, tal vez? ⎯Sabes que cuando se trata de mis asuntos soy muy serio. ⎯Lo sé.⎯En realidad no las tenía todas consigo⎯ ¿y estaba todo muy cambiado? ⎯No te puedes hacer una idea, aún usaban petróleo, gas y electricidad. ⎯¿Y que son esas cosas? ⎯Son fuentes de energía. Pero si quieres información sobre el tema, no tienes más que hojear el libro Trátalo con cuidado, pues es bastante antiguo y las páginas se están desencuadernando. ⎯No me estarás hablando de un libro de papel... ⎯Sí, es uno de los pocos ejemplares que quedan. Cuando Esteban vio el inapreciable tesoro que Carlos le ofrecía, se humedecieron sus ojos, pues nunca había sostenido en sus manos algo así. Hojeó sus secretos escritos y se hizo una ligera idea de las formas de energía que reinaban en la antigüedad. Al cabo de unos tres cuartos de hora, el amigo Esteban ya sabía (más o menos) de lo que hablaba Carlos al mentar la electricidad, el petróleo o el gas. TIEMPO que Carlos aprovechó para poner en orden algunos de sus papeles, pues era terriblemente desordenado, y tenía verdaderos problemas para encontrar determinado papel en determinado momento. Al fin Esteban dijo: ⎯¿Viste alguno de mis ancestros cuando viajaste? ⎯La verdad es que no, no hubiese sabido quien eran, pero seguro que andaban por allá. ⎯Claro, como ibas a saberlo, yo mismo, si solo les viera, tampoco sabría de quien se trata... Y ahora, ¿que piensas hacer? ⎯Hacer más viajes, por supuesto, pero hay un ligero problema... ⎯¿No me has dicho que todo funciona perfectamente? ⎯Sí, pero no se trata de eso. ⎯¿Entonces de qué? 17


Carlos Plaza ⎯Verás, el prototipo o máquina de pruebas estaba diseñado para que una sola persona lo pudiese manejar, aunque muy dificultosamente, tuve que tenerlo todo muy claro, pero esta nueva máquina que he fabricado, al ser más grande y poder viajar más TIEMPO, está pensada para dos personas. ⎯¿Y donde está el problema, Carlos? ⎯El problema radica en que toda la gente que conozco no está mentalmente preparada para estos viajes, bueno, no toda la gente, hay uno que quizá funcionase. ⎯¿Y quien es? ⎯Ese eres TÚ. ⎯¿YOOOOOOOOOOOOOOOO? ⎯Como lo oyes, amigo. ⎯¿Estás bien seguro? ⎯Sí. ⎯¿Y que te hace pensar eso? ⎯Tu alma bohemia de artista. Creo que eres una persona (al igual que yo) que buscas muchas respuestas y (también al igual que yo) en este TIEMPO y lugar, no las encuentras. ⎯Mira, en eso tienes razón. ⎯Claro, hombre, te pasa como a mi, por eso nos refugiamos en el arte; tú de pintar y yo de inventar, esperando encontrar respuestas más allá de lo que llamamos “vida diaria”. ⎯Tenías que haber sido psicólogo en lugar de inventor. ⎯¡Me divierto más con lo que hago que con la simple psicología! Lo que hago es fundamental en mi vida, no sé si me comprendes.

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2 Mi obra hasta hoy

CAPÍTULO DOS. ROBOTIJO.

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Se quedaron cosa de dos minutos pensando en todo esto, y al final Esteban aseveró: ⎯Creo que sí, creo que iré contigo. Pero supongo que mi perro no podrá acompañarnos... ⎯Dices bien, la nave está pensada solo para tripulantes humanos, aunque eso no es del todo cierto... en mi viaje experimental me acompañó un “compañero” muy singular. ⎯Si dijiste que fuiste solo... Bueno, si que lo dije, perdona, se me olvidó que me acompañó un robot. ⎯Me imagino que ese robot es uno de los que vemos todos los días, ¿a que sí? (Debe de haberte costado un riñón). —Error, amigo mío, el robot al que me refiero lo inventé yo mismo y es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. ⎯¿Puedo verlo? ⎯Claro que sí, pero antes déjame decirte algo: para realizar viajes en el TIEMPO, al menos de mi forma y manera, se ha de tener el cuerpo en determinadas condiciones. 21


Carlos Plaza ⎯¿Te refieres a la forma física? Si es eso sabes que estoy “cachas” ⎯No me refería a eso, la forma física da igual (relativamente hablando), hombre, es mejor estar bien, yo me refería al interior del cuerpo. ⎯¿Y como controlamos eso? ⎯Mediante fármacos. Nos tendremos que inyectar una no despreciable cantidad de suero de mi “cosecha”, Y NO TE MENTIRÉ, duele, pica, escuece... pero carece de efectos secundarios, gracias a Dios. Cuando lo probé estaba asustado, pero es inofensivo, o sea, que solo sirve para viajar en el TIEMPO, y con esa nave de ahí fuera. ⎯Eso ya no me gusta tanto... ⎯Esteban, yo no te voy a obligar, pero estoy segurísimo que se lo pido a un científico cualquiera y acepta encantado, simplemente te he ofrecido este honor a ti primero por ser quien eres, MI AMIGO. ⎯Considero en lo que vale el honor que me haces, y SI, estoy dispuesto a viajar contigo. En cuanto a lo del suero, no te diré que he acogido la idea con entusiasmo, pero dado que tú ya lo has probado y me aseguras que no hay ningún efecto secundario, sea pues. Si te digo la verdad, yo siempre he soñado con un viaje en el TIEMPO. Escucha: ¿podré elegir un destino? ⎯Si te parece bien, cada uno de nosotros escogerá dos destinos para estar allí una semana, en total harán 4 semanas, ya que el efecto de la “ración” de suero que nos inyectaremos será de cinco semanas, así iremos sobrados de TIEMPO. Bueno, que adelanto acontecimientos, ahora Robotijo nos espera. ⎯¿Robotijo? ¿Y quien es ese? ⎯Robotijo es mi robot particular. ⎯¿Donde lo tienes? ⎯En el sótano de esta casa y bajo dos vueltas de llave. ⎯No me digas que utilizas una cerradura antigua con llaves y todo... ⎯Si, es una herencia que ha pasado de generación en generación en mi familia... y contra todo pronóstico funciona como el primer día. Yo no me fiaría de otro sistema, pues allá abajo guardo gran parte de mi vida. 22


Mi obra hasta hoy ⎯Nunca vi ninguna cerradura de esas (aunque he oído hablar de ellas), bajemos a ver a Robotijo, anda. Dejaron al perro de Esteban en una habitacioncita especial que Carlos había construido especial para mascotas. Bajaron por la especie de escalera mecánica que conducía al sótano de la casa, y una vez allí, Carlos accionó la llave para que la cerradura abriese la puerta y, una vez abierta esta, pasaron al sótano, donde Robotijo y demás artilugios preciosos que Carlos poseía dormían el “sueño de los justos”, pues no había nada en funcionamiento. Al abrir la puerta, vieron que esta dejaba un hueco oscuro. Entonces Esteban preguntó a Carlos: ⎯Como... ¿qué no tienes luz permanente en el sótano? ⎯Pues no, al accionar este antediluviano interruptor “se hace la luz”. Jajajajajaja. Esteban también rió: jajajajajajaja. Poco a poco las tinieblas dieron paso a la luz, una vez accionado el interruptor, y pudieron ver al robot, que estaba tendido en una mesa. Este se salía por completo de los cánones establecidos para un robot.

Se lo podía ver estático, sin vida, con muchos colores, eso sí, y con una forma totalmente anómala para lo que estaba al uso en un robot. 23


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