MIRADAS Antonio García
Antonio García (Ponferrada, 1950). Cuando uno lleva un tiempo enredado en esto de la poesía, cae en la cuenta que hay en sus versos un ritmo, cierta cadencia, reminiscencia de aquella musicalidad inicial del verso medido. Releyendo mi poesía, he comprobado que hay una querencia por el verso octosílabo y más en concreto por la décima. Y dejándome llevar, sin desviarme de la llamada «línea clara», he ido construyendo este poemario. El español es tan rico en matices que términos parecidos no expresan lo mismo. Así ocurre, por ejemplo, con los verbos oír y escuchar o mirar y ver. En mi caso, he optado por la opción menos trascendente y sin embargo más sugerente de Miradas, para el título de este libro. Pues una instantánea furtiva, captada o robada, me sugiere mucho más que ese «ver» tan arrogante y pretencioso. Desde esa perspectiva, he ido desgranando unos versos dedicados a miradas olvidadas, recordadas, tácitas, explícitas e imaginadas. Sea por ellas, por la espontaneidad de cada una de las miradas que todavía no estaban contaminadas por esa visión trascendental y unificadora, este poemario. A. García.
MIRADAS Antonio GarcĂa
Valencia - mmxiii
© Antonio García 1ª edición, 2013
Edita: Pasionporloslibros ISBN: 978-84-15933-55-7
Impreso en España / Printed in Spain Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación ni de su contenido puede ser reproducida, almacenada o transmitida en modo alguno sin permiso previo y por escrito del autor.
A vosotros, que hacĂŠis posible que toda mi tristeza mineral se quede en los poemas.
ORTÓNIMOS
CIEGO EN LA LUZ
A Ros-Marta D.
Mira que le das vueltas. Mira que contemplas la luz del mediodía, la noche estrellada, la luna, neones, faros, farolas, crepúsculos, el lucero de alba. Mira que buscas en libros, canciones, oráculos, películas de culto y las otras, sábanas, palabras, silencios, omisiones, espejos, escaparates, —9—
¡la Biblia en verso!, Yavé, Buda, Alá, la Nada, el Azar, la reencarnación. Mira que te miro a los ojos y pareciera vislumbrar un amago de respuesta. Mira que te dices, déjalo, no pierdas más el tiempo. Y mira que no hay forma y continúas machacándote de cómo y por qué, sin ver nada claro lo que tanto listo dice ver. — 10 —
WANTEDS
A Daniel Montoly
Hay escritores, los lees, y despiertan emociones, ese estallido interior, los afectos que remontan el curso de las razones. Otros, con los mismos mimbres, llegan mucho más allá, urgen a tomar un boli, a escribir, así, sin más de manera inexplicable. De estos, los últimos, cuídate, son los desalmados wanteds.
— 11 —
ELLAS
A Emma Cabal
A veces, callado te quedas delante de una hoja en blanco, la pereza de escribir: «I would prefer not to»¹. Otras veces, embobado en excelsas reflexiones, como que la Sharapova le ha hecho firmar un contrato de castidad a su entrenador de tenis, o que la Beyoncé, en todos sus conciertos, siempre canta con váter sin estrenar, — 12 —
papel higiénico color rojo mate (se supone, también, sin usar) y pajitas de titanio para sorber su agua alcalina hervida exactamente a veintiún grados. Las ves, luego, moverse, deslizarse, glamurosas. Y te quedas intrigado deseando saber si llevan algo debajo o de qué color es. Librarte del sinvivir, de si ellas, las musas, son así, esquivas y caprichosas.
¹ «Preferiría no hacerlo». — 13 —
DE VITA
A Ape Rotoma
Extraña dicotomía pues no hay otra, ni más, es lo que ves y lo que no hay. El tornasol de la luz en la pupila del alba y la penumbra en la alcoba. El curso de las cosechas, estíos, frutos, vendimias, el relente de la noche. La fortuna disipada y la angustia insoportable de negar la claridad. — 14 —
Los miedos que imaginamos el que atenaza y nos lleva a la desesperación. La vida que dimos luz aquella que nos robaron la que mitiga el asombro. El misterio, la zozobra, lo que a menudo olvidamos: el milagro de vivir.
— 15 —