PIEZA A PIEZA Hermes Cofete
PIEZA A PIEZA Hermes Cofete
I La mar invitaba a aventura. Íntima, emocionante, profunda. La travesía no podía quedar en singladura. Navegar juntos abrir la olas, sentir la espuma mirar al horizonte sin rumbo de dudas, hacia la taberna, hoy isla, en penumbra, donde nació nuestro amor. Latitud, tus ojos su dulzura; longitud, el empeño de hallar la gruta: guarda el poema de aquella noche.
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Está en el cofre donde la mar esconde espesura.
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II Anochece en el puerto, preparamos las velas, nuestra ilusión crece a la espera del viento que empuje la barca marinera. Nos llevará a la isla a la recóndita tierra. Allí está el mapa en forma de poema. Conoces el rumbo lectora de estrellas. Tienes el artilugio adivina las veredas de los mares sea cual sea. Es pequeño y complejo como tú; solo tú sabes la manera de hacerlo funcionar pieza a pieza.
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Recobrar el amor es nuestra meta, el puerto de destino, una historia tan bella.
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III Tumbados en cubierta, cogidos de la mano, la mirada desierta, fija en el infinito, de cada estrella. Te observo de reojo, ¿en qué piensas? Sigue el silencio del color de la ausencia. Estamos juntos, la misma marea, nos sacará de puerto, hacia otra tierra. Cierras los ojos, muy leve me besas, te apoyas en mi hombro y la noche se cierra. Estrecho tu cuerpo, acaricio tu melena, me imagino las mil maneras
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de la travesía, dura e incierta. La primera brisa, ya estás despierta; la primera sonrisa, mi primera promesa. El sol marca la partida, se hincan las velas.
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IV Me miras desde popa mientras tenso la vela, la llamada de tus ojos me convoca, me llena. ¿Estás seguro?, preguntas seria, con firmeza. Asiento y quiero decirte… sellas mis labios con un dedo y una mueca. En silencio, pasamos millas eternas. Quisiera pensar lo que tú piensas. Mientras, recuerdo aquel poema: «Había en tus manos un suspiro de aire le diste un beso
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