POEMAS DE MI VIDA José Torres
Autor
Dejándome llevar por las aguas, los vientos calmos, dando un giro de 180º a estribor, y dejando volar mis pensamientos de una forma más libre, sana y positiva, di un cambio a mi vida. Manteniendo la calma, el espíritu joven y alimentando el alma, que son sin duda la clave para disfrutar de un buen equilibrio en la vida. Esta pasa como un fogonazo ante nuestros ojos, en tan solo un instante y sin darnos cuenta pasamos de un fruto verde a un fruto caduco, sin apenas acordarnos de la gloriosa y bella madurez. Para mí, la más bonita y brillante, y por esa razón he intentado quedarme en ese fruto maduro el mayor tiempo posible. Desde hace unos años, he sentido la necesidad de escribir algún poema, aunque siempre terminaba en un cajón mezclándose con el resto de papeles y sin darle demasiada importancia. Fue un día queriendo hacer limpieza, que removiendo ese cajón encontré de nuevo esos versos, volví a leerlos y sentí las ganas de escribir de nuevo. Empezó como un juego, pero al dejárselos leer a algún amigo, me animaron a que lo siguiera haciendo, y de ahí que hoy yo sea el protagonista de este poemario. Si posees algo y lo escondes, no lo disfrutas; pero si lo compartes de alguna forma eres más feliz. La felicidad no se encuentra en un saco vacío, sino en uno lleno, aunque solo sea de ilusiones. Pido perdón por mi osadía en el lanzamiento de este libro, estando lejos de mi mente compararlo o compararme con nadie. Mi intención es mostrar mis sentimientos en estos poemas: unos dedicados a mi querida Galicia de la
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cual soy hijo, y escritos en gallego; otros relacionados con el mar del que soy un gran admirador; de la naturaleza, el paisaje, y ¡cómo no!… sobre el amor. Porque sin amor la vida no sería la misma, y es el reflejo de nuestro día a día. Muestro en todos ellos la sencillez y la facilidad de entendimiento, pero al mismo tiempo la pasión y la fuerza que transmito en cada uno. Solo deseo que estos poemas lleguen al corazón de mis lectores, porque me sentiré enormemente orgulloso y agradecido. José Torres
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1. LA LUNA Deseo de amar, ansiedad y celos, sentimientos puros que están cavando su tumba, y a los cuales se está resistiendo con todas sus fuerzas y con toda su vida. Mas en el fondo de su alma sabe, que esta batalla está perdida, cuán de ti pobre vasallo de princesas y reina, de hadas y doncellas. Mas la luna está muy alta, mas la luna está muy llena. Errante por senderos y caminos, escritor de historias, poeta y creador de ilusiones, luchador empedernido de la vida que no conoce emociones. Baila con las estrellas, quiere besar la luna. Mas la luna está muy alta, mas la luna está muy llena. Trovador de sueños, caballero afable y sonriente,
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inventor de amores al alba, blancos como corales con bordados de corolas húmedas y renacientes. A la luz de la aurora y de este sol dorado y saliente, borracho y melancólico de la vida, buscando quien le comprenda, buscando la mano tendida. Baila con las estrellas, quiere besar la luna. Mas la luna está muy alta, mas la luna está muy llena.
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2. EL RETRATO Se murió el pintor con el pincel en la mano, mas el retrato permanece encuadrado en su marco. Se va quebrando la luz, se está apagando la tarde, mas el brillo de tu mirada está encendido y no se apaga. Se está cubriendo la noche de brumas y de tinieblas, mas yo te seguiré queriendo hasta el día que te mueras.
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3. CALA GALLEGA Agua de mar salada y peleona contra las rocas, en una lucha constante sin pausa y sin tregua dejándolas rotas. Calas de mi costa labradas con fuerza, arrogancia y destreza; vuestra luna es mi luna, vuestra fuerza es mi fuerza, vuestro orgullo es mi orgullo por mi costa gallega. Olas gigantes que a mi barca el vuelo lleváis en un vaivén de tómame y déjame con fuerza de titanes. Me enloquece vuestro encanto, me abruma vuestro poderío, y me dejo llevar, me callo y me río. Qué luna y qué sol, qué mar y qué río, qué agua salada y qué espuma dorada. Dejad que me moje dejad que me hunda, dejad que penetre en vuestra garganta profunda. Abrid vuestro pecho enseñadme el camino, no tengo otro lecho, ese es mi destino. Morirme en tus aguas llegar a la orilla, quedarme en la arena de mi cala gallega, de mi cala divina.
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4. CELOS DE TI Al final me di cuenta amor que cuando miras mis ojos tú no lees en mi mirada, porque te darías cuenta de los celos que por ti tengo y de la pena que me embarga. Por mis venas no corre sangre ni tampoco corre vino, solo le dan calambrazos a mi corazón cautivo. Hay mariposas en mi estómago y mi alma se está arrastrando, ¿cuándo tendré la dicha de que me estés esperando? Los celos me están matando, tengo la garganta seca y la cabeza muy loca, solo anhelo saciar mi sed con los besos de tu boca. Tu caminar me cautiva tu silueta me enloquece, solo espero que un día no rompas mi corazón y le devuelvas mi vida el amor que se merece.
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Qué sonrisa la tuya tan abierta y tan brillante, devuélvele la ilusión a este pobre caminante. La rosa que yo te he dado yo le arranqué las espinas, y ahora estoy celoso cada vez que tú la miras. Estos celos que me matan yo te los debo a ti, por no llevarme contigo y no separarte de mí.
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5. TORO VALIENTE Circos taurinos, arena y sangre mezclada con sudor y lágrimas, color de oro viejo en un atardecer dorado con un sol de verano caliente y cansado. Majestuoso corcel engalanado con un jinete trajeado con lanza de acero en la mano y mal encarado. Sale el toro presuntuoso, bello y musculoso: pelaje fino, negro azabache con ojos alegres y saltones de afilados pitones. Sangre, sudor y lágrimas. Toro bravo, toro valiente, sale al ruedo desnudo y a pecho abierto con chulería y desafiante. Resopla y arrastra una pata por la dorada arena buscando a un amigo o buscando al culpable de aquella faena. Camina el caballo engalanado, levanta la lanza el hombre montado, y van saltando chispas de aquel brillante acero queriendo hundirlo en aquel toro negro. “¡Qué hice de malo!”, piensa el toro mientras la sangre brota por su lomo, grita el gentío… ¡ole y ole! y él escucha pero no comprende… ¿Qué es lo que le pasa a toda esta gente? ¿Por qué este castigo, si nada malo hice? quizá y solamente por ser bravo y valiente.
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6. SUENA Suena el río, como suena, suenan sus aguas haciendo camino, y como suenan los corazones cuando se juntan el tuyo y el mío. Suena el disparo en la noche callada y fría, y como suenan las alas de la golondrina. Suenan tus pasos volviendo en tus pasos, y suena mi mente cayendo en tus brazos.
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7. MURMULLOS Cuán equivocados están los necios e insolentes, que piensan que entre nosotros hay un roce de verdad. Palurdos hogareños que sus vidas ven pasar. Noche a noche, día a día, sin esperar nada más. Qué mentiras de la aldea para poder murmurar. Gentes de raza mezclada, de la aldea y capital, que van cavando su tumba a fuerza de opinar. Qué delirio, qué lujuria si eso fuese verdad, dormir contigo una noche y en la aurora despertar. Obreros de la burbuja, labriegos y amas de casa, que a solo una cosa aspiran y es a poder murmurar. Hay mares, ríos y fuentes, cascadas de nuestros montes, vuestro murmullo quiero escuchar;
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pues solo ellos me dicen lo que saben de verdad. Entre nosotros no hay roce ni alcoba, pero sí tenemos mi cielo un amor que se desborda y solo un testigo hay, y es la luna que una noche calladita y sonriente a ti me ha visto besar. Tan solo la luna es testigo de nuestro amor infinito, tan solo ella comprende nuestro amor, nuestro castigo. Pues ella también está enamorada desde hace mil años, Se miran y no se tocan, se alumbran y se provocan. Y solo en noches de eclipse cuando están alineados y sin tocarse siquiera sueñan con estar apareados. Tan solo les dura un momento ya que tienen que despedirse, a ver si dentro de unos años vuelve a haber otro eclipse Hay murmullos de la aldea, tinieblas en noche oscura, dejad ya de opinar, pues mientras los perros ladran, el zorro robando está.
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8. SED DE TI Tu recuerdo me da sed, tu ausencia no me provoca olvido. Tu lejanía no la mido por distancia. Te separas unos centímetros y me siento solo, dejas de mirarme y noto tu falta, paras de besarme y me muero de sed. Sed de tu boca, sed de tu aliento, sed de tus labios, sed de ti. Tu mano extendida acariciándome las mías, me devuelve la calma, me devuelve la ilusión y la alegría, y el juego de tus palabras con tu cálida voz y con tu sonrisa hacen que me crezca, hacen de mi vida la perfección y la armonía. Sed de ti, sed de esos besos que un día te di.
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